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Evolución y transformación del espacio público en el actual centro histórico de la ciudad de México

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Academic year: 2020

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(1)INSTITUTO DR. JOSÉ. DE INVESTIGACIONES MARÍA LUIS MORA. “EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO EN EL ACTUAL CENTRO HISTÓRICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO: UNA VISIÓN A TRAVÉS DE LAS POLÍTICAS URBANAS, 1928-1953”. T. E. S. I. S. QUE PARA OBTENER EL GRADO DE DOCTORA EN HISTORIA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA P R E S E N T A : LUZ CECILIA RODRÍGUEZ SÁNCHEZ Director: Dra. Regina Harnández Franyuti. México, D.F.. Diciembre de 2010.. Esta Investigación fue realizada gracias al apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

(2) ii.

(3) Cada ciudadano es un urbanista que se ignora Paul Virilio. iii.

(4) iv.

(5) A mi madre por su ejemplo, a Migue por su amor y sus consejos, a Cass mi inseparable compañero.. v.

(6) vi.

(7) Agradecimientos. Llevar a buen puerto este proyecto fue posible gracias al apoyo de muchas personas que de una u otra manera no sólo contribuyeron con sus comentarios y críticas, sino que estuvieron presentes a lo largo este viaje de tres años. En primer lugar agradezco a la Dra. Regina Hernández Franyuti por su invaluable asesoría y apoyo que fueron fundamentales para desarrollar esta tesis, asimismo a la Dra. Eulalia Ribera Carbó y al Dr. Gerardo Sánchez Ruiz quienes a través de sus críticas y comentarios acertados enriquecieron y ayudaron a dar forma y coherencia a un proyecto que se fue consolidando con el tiempo. De igual manera agradezco todo el apoyo recibido por parte del Instituto Mora, especialmente al personal de la biblioteca de quienes siempre recibí una gran ayuda para conseguir el material necesario, aunque hubiese que requerirlo más allá de las fronteras. De manera especial, quiero expresar mi agradecimiento al Dr. Alberto González Pozo, a quien considero uno de mis grandes maestros, pues gran parte de mi interés y gusto por el urbanismo, la historia y la conservación se lo debo a él. Por último, no puedo omitir a mi madre Cecilia Sánchez a quien además de admirar como persona, fue parte esencial en el desarrollo de este trabajo, pues de manera altruista leyó y corrigió cada pagina más de una vez y, por supuesto, a Miguel Ángel Ronquillo mi urbanista de cabecera que me soportó, toleró y motivó no sólo para concluir sino para emprender el doctorado.. vii.

(8) viii.

(9) Índice Abstract .…………………………………………………………………….. Lista de figuras …………………………………………………………….. Lista de abreviaturas ……………………………………………………….. xi xii xv. Introducción ..………………………………………………………………... 1. Capítulo I 1. Tres conceptos para abordar un problema: espacio público, planificación urbana y centros históricos ....…………………………….. 1. 1 ¿Qué es el espacio público? .………………………………….……. 1.2 La intervención del Estado como regulador del espacio público .... 1.3 El espacio público como manifestación social ..……………………. 1.4 La planificación urbana y su relación con el espacio público ..…... 1.5 El concepto de centro histórico .……………...……………………… 1.5.1 El centro histórico de la ciudad de México ………………… 1.6 Conclusiones …………………………………………………………... 11 12 25 27 28 37 45 52. Capítulo II 2.0 Consolidación de una nueva disciplina: planificación urbana ...….. 2.1 Orígenes de la planificación urbana: George Eugenè Haussmann e Ildefonso Cerdá ..………………………………………………………… 2.2 Las primeras aportaciones de la escuela alemana a la planificación urbana ..……………………………..……………..………… 2.3 Las contribuciones inglesas y norteamericanas a la planificación urbana .…………………………………………………..………………….. 2.4 La Carta de Atenas y sus implicaciones en la planificación urbana 2.5 Conclusiones .…………………….…………………..………………... 57 58 69 75 90 93. Capítulo III 3.0 Primeros ensayos de planificación en la ciudad de México: de las Reformas Borbónicas al Porfiriato .…………………………………….… 3.1 Policía y reglamentación factores fundamentales en el orden urbano ………………………………………………………………………. 3.2 La planificación urbana en la ciudad de México de 1770 a 1876 .. 3.2.1 La ciudad centralizada: la plaza mayor y sus alrededores .. 3.2.2 La ciudad bipolar: más allá del centro ....…………………… 3.2.3 El porfiriato: algunos ejemplos de expansión y transformación (calles, colonias y jardines) del núcleo central de. 101 104 111 111 123. ix.

(10) la ciudad de México ...……………………………………………….. 3.3 Conclusiones .…………………………………………………….…….. 128 145. Capítulo IV 4.0 La vía pública como reflejo de las preocupaciones e intereses de las políticas urbanas: la planificación urbana del centro de la ciudad de México …………………………………………………………………… 4.1 La planificación urbana como alternativa para enfrentar los problemas de las ciudades en las primeras décadas del siglo XX .….. 4.1.1 La difusión una nueva disciplina: la planificación urbana moderna en México .………………………………………………… 4.2 La planificación urbana del centro de la ciudad como instrumento de las políticas urbanas (1928-1953) ..………………………………….. 4.2.1 La pérdida de la libre municipalidad y sus implicaciones en el desarrollo de la planificación urbana en la ciudad de México .. 4.3 Disposiciones generales relativas a la administración y a la planificación urbana de la ciudad de México: el Plano Regulador de Carlos Contreras ……………………………….………………………….. 4.4 La transformación física del espacio público en el centro histórico de la ciudad de México un resultado de la planificación urbana ...…… 4.5 Del “primer cuadro” a la “zona típica”: el reconocimiento de los valores históricos y culturales del centro de la ciudad de México .…… 4.6 Legislación urbana: la regulación del espacio público en el centro histórico de la ciudad de México ………………………….……………… 4.6.1 Los reglamentos de construcción como instrumentos para mejorar la funcionalidad del espacio público .…………………….. 4.6.2 Legislación del espacio público dirigida a la ciudadanía y a las autoridades ……………………...……………………………….. 4.6.3 La regulación del trabajo en la vía pública .………………… 4.7 Conclusiones .…………………………………………………………... 210 221 229. Conclusiones ….……………………………………………………………. 235. Fuentes consultadas ..……………………………………………………... 251. Anexos ………………………………………………………………………. 267. 151 154 157 163 166 169 186 197 204 206. x.

(11) Abstract Into the urban history the transformation of the cities has been studying from different perspectives, this thesis tries to be an approximation from the public space as an essential element for the urban structure and the urban life, because it’s impossible to think and understand the city without it. The cities has been studied from multiples ways, nevertheless the study of the public space represents an emptiness, in spite of it offers many possibilities to understand the urban transformation, because it is a mirror of the society and it has been a constant conflict point. Then throughout retrospective study it is possible to indentify what have been the factors that have provoked this transformation, not only in its morphology but also in its functions and activities that are developed in this space. In order to understand this process this thesis is focused on the transformation of the Historic Center of México City, since 1928 to 1953. There are many ways to approach to this theme, yet this work is centered only in the urban policies (regulations, laws, decrees, agreements, plans, programs, etc.) indentifying its implications as well as the main concerns that had the public authorities about the social, cultural and political issues that affected the use and appropriation of the public space during the study period. At the same time urban planning had an important role into this process as one of the most important elements that had a transcendental participation into the morphological and functional city changes and as a consequence, in the way of this city has been lived.. xi.

(12) xii.

(13) Lista de figuras Figura 1.1 2.1 2.2 2.3 2.4 3.1 3.2 3.3 3.4 3.5 3.6 3.7. 3.8 3.9 4.1 4.2. 4.3 4.4 4.5. Pág. Plano del centro histórico de la ciudad de México, en el que se destacan los espacios abiertos y el perímetro A ………….. Plano de París de 1853 antes de la intervención de Haussmann …………………………………………………..…… Esquema de la intervención de Haussmann en el que destaca la apertura de nuevas vialidades ……………………… Proyecto de reforma y ensanche para la ciudad de Barcelona, elaborado por Ildefonso Cerdá, 1859 …………..… Diagramas de la ciudad jardín propuesta por Howard en 1898 Mapa plano de la muy Noble, Leal e Imperial ciudad de México, 1753 ………...……………………………………………. Plano iconográfico de la ciudad de México, elaborado por el Maestro mayor D. Ignacio Castera, 1794 ………………...……. José Joaquín Fabregat. Vista de la Plaza Mayor de la ciudad de México en 1797, con la estatua ecuestre en bronce del rey Carlos IV de España, El Caballito ………………………….…… Litografía de Paseo de la Reforma (1869 apróx.), Casimiro Castro ……………………………………………………………… Plano General de la ciudad de México de 1861 ………..…….. Infraestructura de transporte de la ciudad de México en 1910 Plano del proyecto de ensanche de la ciudad de México, formado por el ciudadano Salvador Malo, quien lo dedica al ciudadano presidente de la Republica, general Porfirio Díaz, 1894 ……………………………………….……………………….. Plano de la Alameda después de las reformas de 1901……… Plano de la ciudad de México, en el que se pueden apreciar la expansión urbana que se tiene hasta 1909 ……………….... Plaza de la constitución estudio de arterias de acceso a la plaza, incluido en el Plano Regulador de Distrito Federal de Carlos Contreras, 1933 ……………………………………..…… Vista área de la ciudad de México, donde se distingue la Av. San Juan de Letrán antes de las obras de alineamiento, al costado derecho del Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes, 1927 ……………………………………………………..…. Proyecto para la creación de la Av. 20 de Noviembre, asesor Vicente Urquiaga, Departamento del Distrito Federal, 1934 … Plano elaborado por la compañía de seguros Sanborn. 1905 . Plano del centro de la ciudad de México, en el que se muestra la traza anterior a las trasformaciones, retomado de un mapa elaborado en 1905 ……………….…………………….. 47 64 64 68 77 112 116 118 124 127 130. 132 138 140 178. 189 192 195 226. xiii.

(14) Figura 4.6 4.7. Pág. Plano de apertura, alineamiento y ensanche de vialidades centro de la ciudad de México elaborado a partir del plano catastral del 2000 ……………………………………..………….. Plano de aproximación de zonas típicas del centro de la ciudad de México elaborado a partir del plano catastral del 2000 ………………………………………………………..……….. 227 228. xiv.

(15) Lista de abreviaturas. AGN AHGDF Cd. CIAM DF DDF DOF Ibid ICOMOS núm. p. pp. PNR UNESCO. vol. vols.. Archivo General de la Nación Archivo Histórico del Gobierno del Distrito Federal ciudad Congreso Internacional de Arquitectura Moderna Distrito Federal Departamento del Distrito Federal Diario Oficial de la Federación Ibidem International Council of Monuments and Sites (siglas en inglés). Consejo Internacional de Monumentos y Sitios número página, páginas Partido Nacional Revolucionario United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (siglas en inglés). Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. volumen, volúmenes. xv.

(16) Introducción La historia urbana representa una veta de estudio que ofrece un sinfín de posibilidades para ahondar en todos aquellos aspectos que aluden a los procesos de formación, consolidación, transformación y desarrollo de las ciudades, para tratar de entender de qué manera funciona el engranaje que da lugar a la dinámica urbana, es necesario hacer referencia a un cúmulo de factores que de una manera u otra inciden en ella, en virtud de que la ciudad no es sólo la red de calles que define su traza sino también los edificios, y lo que en ésta sucede, así como su pasado, lo que en conjunto le da sentido al espacio urbano. Es por ello que al pretender explicar de cómo se fue dando el proceso de desarrollo de una ciudad, se indispensable incorporar tanto los aspectos que aluden a su conformación morfológica, como los que en cierta forma le dan significado: su población, su organización social, política y administrativa o sus actividades económicas; la suma de todos ellos es lo que alimenta la dinámica de la vida urbana, dentro de la cual a lo largo de la historia, el espacio público ha significado un factor determinante, tanto en el desarrollo de las ciudades y la sociedad misma, razón por la que hoy representa un importante tema de discusión e intervención, pues como Jordi Borja lo enuncia: “la historia de la ciudad es la de su espacio público”.1 Uno de los objetivos de esta investigación es entender el papel que ha jugado el espacio público,2 dentro de este proceso de transformación, concebido como un elemento estructural de toda urbe, que más allá de definir su traza, ha tenido un papel esencial dentro de la historia de la planificación urbana y, por tanto, de las políticas urbanas al ser un constante Borja, Espacio, 2003, p. 15. El espacio público al que se hace alusión en este trabajo es el espacio abierto de uso común, que se materializa en las ciudades a través de calles, p arques, plazas, jardines, paseos, etcétera. Más adelante, en el Capítulo I se dará una mayor explicación al respecto.. 1 2. 1.

(17) motivo de discusión y preocupación para las autoridades, por todo lo que en dicho espacio acontece. Así pues a través de un recorrido general de la historia de la planificación moderna, es posible ver cómo la problemática que se vivía en la vía pública, se convirtió en uno de los detonantes que motivó la conformación de esta nueva disciplina. Ejemplo de ello, es detectar o percibir como el crecimiento que comienzan a experimentar las ciudades durante el siglo XIX a consecuencia de la industrialización, trajo consigo nuevos problemas, debido a que además de una expansión desordenada, el común denominador era la insalubridad de la vía pública, aunado a los incipientes problemas de tráfico y al conjunto de todas aquellas cuestiones inherentes a la habitabilidad y funcionalidad de las urbes. Es ante este panorama que los pioneros de la planificación se vieron motivados a idear soluciones que hicieran de las ciudades espacios habitables, lo que dio lugar a una nueva manera de pensar la ciudad, pues los conflictos a los que se enfrentaban exigían soluciones integrales, que dejaran atrás las obras puntuales tan distantes de un proyecto formal de ciudad. En este sentido, el espacio público se convierte en el escenario de acción cuando comienzan a generarse las primeras propuestas de intervención para revertir las anomalías, siendo las obras de Georges Eugène Haussmann, en Paris, y el proyecto de ensanche de Barcelona, de Ildefonso Cerdá, los referentes que darían lugar a una nueva disciplina: la planificación urbana, en la cual el Estado adquiere un papel determinante, al convertirse en la máxima autoridad para guiar el futuro de las ciudades, bajo una responsabilidad compartida en la que intervienen los intereses privados y la ciudadanía. A partir de lo anterior, puede entenderse el papel determinante que tiene la historia de la planificación para comprender la transformación de la vía pública, bajo el concepto de que la relación ciudad-espacio público es indisoluble, pues de éste depende, en gran parte, la estructura y. 2.

(18) funcionamiento de toda urbe, al ser no sólo escenario sino espejo de la sociedad que lo habita. Es por ello que esta investigación ofrece una perspectiva que hasta ahora ha sido poco trabajada; si bien la evolución de las ciudades constituye un tema ampliamente estudiado desde múltiples enfoques, pocas veces se ha abordado a partir de un análisis del espacio público, que permita ver de qué manera éste ha intervenido en dicho proceso y, al mismo tiempo, cómo se ha integrado dentro de las políticas urbanas. Por otro lado, los estudios históricos que se han realizado hasta ahora poco han profundizado en cuestiones referentes al espacio público como elemento determinante de la dinámica urbana, razón por la cual éste ha jugado un papel determinante dentro de las políticas urbanas y, por ende, en la planificación de las ciudades. Dicho fenómeno es más evidente en el centro histórico de la ciudad de México, pues la carga histórica que lo define, permite identificar diversos elementos que ayudan a entender no sólo la transformación de la ciudad, sino su condición actual. Así pues, al estudiar la historia de una ciudad, más allá de identificar cuáles han sido las modificaciones que ha sufrido el espacio urbano, lo interesante es indagar a qué respondieron éstas y qué justificación se les dio en su momento, lo que a su vez permite conocer la importancia que estos lugares han tenido dentro del funcionamiento de las ciudades; de ahí que sea importante comprender cómo las autoridades y el Estado, han actuado para procurar su funcionalidad mediante el pronunciamiento de ciertas medidas, dirigidas a favorecer una sana convivencia por parte de la sociedad. Al respecto, es preciso aclarar que realizar un estudio en el que se incluyan todos los elementos que intervienen en la conformación y definición del espacio público de una ciudad en un periodo especifico, resulta un tanto pretencioso, pues difícilmente puede abarcarse un espectro tan amplio como es la complejidad inherente a dicho espacio, en la que intervienen factores morfológicos, funcionales, económicos, políticos, sociales y culturales. Ante. 3.

(19) tal premisa, este trabajo, a fin de comprender parte del fenómeno, se planteó desde su inicio identificar y, por lo tanto, analizar cuáles han sido los instrumentos empleados por parte de las políticas urbanas que, de manera directa o indirecta, han tenido algún impacto no sólo en la trasformación del espacio público, sino en el valor que el Estado le ha otorgado a éste como medio para manifestar su poder y alcanzar así el ideal de ciudad. Una vez aclarado lo anterior, se optó por abordar el tema mediante una revisión y análisis de las políticas urbanas,3 entendidas como la forma de intervención de los aparatos del Estado, en la organización y uso del espacio urbano, cuya materialización se da a través de diversos instrumentos de carácter. jurídico. que. tienen. como. fin. regular. el. ordenamiento. y. funcionamiento de la ciudad, es por ello que la planificación urbana juega un papel protagónico dentro de este proceso, pues la institucionalización de la misma significa “una modalidad específica de regulación estatal de los conflictos en torno a la expansión/consolidación-transformación del espacio urbano. […] la planeación urbana no dirige el desarrollo urbano sino que opera como un instrumento de gestión de los conflictos en torno a la apropiación del espacio urbano y de la exclusión”,4 en tanto que los planes y programas de desarrollo urbano son un acto normativo esencial para el desarrollo social y económico de los centros de población, pues “incorporan decisiones estratégicas sobre las dinámicas futuras de los procesos urbanos […]”5 por lo que constituyen un referente obligatorio para la ejecución de obras públicas, del mismo modo su aprobación jurídica es “el acto más importante del proceso de planeación urbana”,6 razón por la cual el estudio de las políticas urbanas permite establecer un vínculo entre las acciones de gobierno y el espacio urbano, que se traducen en la transformación y regulación del espacio público, entendido éste como vía pública.. Rodríguez “Intervención”, 2003, p. 6. Duhau, “Planeación”, 1993, p. 187. 5 Azuela, “Planeación”, 1998, p. 58. 6 Ibid. 3 4. 4.

(20) Por lo tanto, bajo el entendido de que el espacio público por definición posee un carácter multifuncional que históricamente ha sido proclive al conflicto, ha provocado que las políticas urbanas adquieran un carácter dinámico, pues con frecuencia a fin de optimizar el funcionamiento de la ciudad, se ven obligadas a mantenerse actualizadas de acuerdo a las exigencias de cada época, y sobre todo a la concepción de espacio urbano y de ciudad, a la que aspira el Estado, en su carácter de máxima autoridad, pues las políticas urbanas son una vía para legitimar el poder a través de diversos instrumentos urbanísticos que regulan y norman la utilización del espacio, y que en conjunto dan lugar a un proyecto de ciudad. Es así, que para explicar y contextualizar este fenómeno se eligió la ciudad de México, como un caso relevante de estudio, pues más allá de las transformaciones a las que la traza se ha visto sujeta, se encuentran las políticas urbanas que han buscado en distintas épocas hacer de la capital, un ejemplo de orden y progreso, en lo que comenzaron a gestarse los primeros ensayos de planificación que más tarde serían retomados por otras urbes, pues la ciudad de México no estuvo exenta de los problemas que éstas enfrentaron las urbes cuando se vieron expuestas a un crecimiento descontrolado, que alteró su imagen y generó múltiples conflictos en las calles y plazas, invadidas por vehículos, transeúntes y trabajadores que encontraron en la vía pública un lugar de trabajo. Ahora bien, a fin de acotar y poder identificar cuáles han sido los cambios experimentados en la vía pública, se decidió hacer un acercamiento a lo que hoy se conoce como centro histórico de la ciudad de México, área que corresponde a la traza antigua, cuyos espacios han sufrido múltiples transformaciones para adaptarse a las necesidades de cada época. Asimismo, la dinámica propia del lugar, ha constituido un factor determinante, ya que, históricamente la variedad de actividades ha estado presente desde sus orígenes, condición que al pasar de los años propició que se conformara una centralidad, hecho que a su vez provocó que la vía pública adquiriera cualidades diferentes, y el espacio de uso común se convirtiera en un. 5.

(21) espacio comercial, fenómeno que acentuó la problemática existente, pues ante todo el centro continuaba siendo un área residencial en la que debía mantenerse las mínimas condiciones de habitabilidad, tal como lo delatan todas las leyes y reglamentos de la época. Por otro lado, la ubicación temporal del estudio comprende de 1928 a 1953, esto responde a la primera etapa identificada por Peter Ward,7 en la cual ocurren diversos sucesos que tienen un importante impacto en la historia urbana de la ciudad de México: en 1928 se pierde la libre municipalidad y se constituye el Departamento del Distrito Federal, hechos que son determinantes para la consolidación e institucionalización de la planificación urbana, pues al cambiar la figura jurídico-administrativa del Distrito Federal, se suprimen los poderes locales y la designación del regente de la ciudad se convierte en una de las facultades del poder ejecutivo, situación que coadyuva para que la planificación de la ciudad de México se vea materializada tanto en el ámbito administrativo, como en las intervenciones urbanas, que en épocas anteriores se habían visto truncadas por la falta de acuerdos entre las distintas municipalidades, lo que da lugar a una nueva política urbana que se traduce en un gran número de disposiciones que sientan las bases para la regulación del espacio público; de igual forma, durante estos años surgen las primeras declaratorias de zonas típicas que representan el origen de lo que más tarde seria denominado centro histórico, actos que hacen que este periodo sea de vital importancia no sólo para entender el proceso de desarrollo urbano de la ciudad y de su núcleo central, sino también en la conformación y maduración de las políticas urbanas en México. Con base en las características del espacio público del centro de la ciudad de México, se da lugar a un singular ejemplo, pues sus calles y plazas El primer periodo que identifica Peter Ward, va de 1928 a 1952, el cual se caracteriza por un gran número de leyes emitidas alusivas a lo urbano. A continuación se ubica el periodo que comprende de 1953 a 1970, que a diferencia del anterior, predomina una notable ausencia respecto a la legislación urbana y, finalmente, el periodo de 1970 a 1988, que resulta significativo por su trascendencia para la planificación urbana tanto a nivel nacional como local. Ward, México, 1991.. 7. 6.

(22) han sido motivo de constantes conflictos que, desde la colonia, han obligado a los gobernantes a ejercer un control y una regulación de los usos, actividades y adecuaciones que en el referido espacio suceden. En este sentido, el estudio de la planificación urbana representa a su vez una vía para poder entender el proceso de institucionalización y legitimación de las obras públicas que han ido conformando el espacio público del centro histórico de la ciudad de México, lo que permite al mismo tiempo identificar cuáles han sido los intereses del Estado y de los órganos de gobierno local, respecto al control y regulación de dicho espacio, pues lo que desde las primeras décadas del siglo XX las autoridades se percataron de que la zona central de la ciudad requería ser atendida de una manera distinta, lo que se vio reflejado en restricciones y prohibiciones específicas que dieron lugar al llamado primer cuadro de la ciudad, identificado como un sector con evidentes problemas de tráfico, ocasionados por la intensa actividad comercial y administrativa, aunado a la permanencia del uso habitacional que todavía prevalecía como una de sus características, razón por la cual la funcionalidad y la habitabilidad se convirtieron en un prioridades que debían ser atendidas. Esta investigación tuvo como base la revisión documental y bibliográfica, así como el análisis de fuentes primarias: declaraciones, decretos, acuerdos, leyes y reglamentos de carácter oficial; al respecto cabe señalar que varias propuestas que hacen alusión al tema, se quedaron a nivel de proyecto, sin llegar nunca a una oficialización. De igual manera, el material hemerográfico jugó un papel importante para referenciar algunas de estas acciones emprendidas en el periodo de estudio. Este trabajo se ha estructurado en cuatro capítulos. En el primero se presenta un marco conceptual que pretende servir de referencia para aproximarse al tema a través de la definición de tres conceptos esenciales: espacio público, planificación urbana y centros históricos, y así establecer desde el inicio de qué manera serán abordados y aplicados a lo largo de la. 7.

(23) tesis. Asimismo, más allá de exponer una definición puntual, se pretende explicar, analizar y, por ende, justificar, cómo estos tres conceptos interactúan en un mismo espacio: el centro histórico de la ciudad de México, donde la ambigüedad inherente al espacio público adquiere condiciones únicas. En el segundo, se lleva a cabo un recorrido histórico, relativo a la planificación urbana en el contexto internacional, en el que se hace hincapié en sus orígenes, como disciplina y profesión, tratando de darle mayor importancia al espacio público, como un elemento que ha sido fundamental para el desarrollo de la misma. En este capítulo se verá cómo ante la situación que se vivía en las calles y la falta de infraestructura, la expansión urbana llega a convertirse en una bomba de tiempo que exigió emprender intervenciones sin precedente, para lo que fue preciso desarrollar una teoría y una metodología apropiadas, en las que cada uno de los elementos que forman parte de la dinámica urbana fuesen atendidos de manera conjunta, razón por la cual también se hace referencia a las aportaciones de los pioneros del urbanismo y de la planificación, como Camillo Sitte, Reinhard Baumeister o Joseph Stübben, entre otros, quienes por medio de sus trabajos construyeron el andamiaje de la planificación urbana. El tercero, está dedicado a los antecedentes de la planificación en México, durante el periodo que comprende de las reformas borbónicas al porfiriato, puesto que es en estos años cuando los primeros ensayos de planificación comienzan a tener efecto, no sólo en cuanto a la imagen de la ciudad, sino también en la forma en que las autoridades hacen frente a la problemática urbana, a través de nuevos instrumentos, propios de la administración, como fueron la policía y la reglamentación, entendidos éstos como elementos esenciales del orden urbano. Al respecto, hay que aclarar que no se pretende dar una historia detallada de todo aquello que ocurrió en la ciudad de México, únicamente se hace referencia a los hechos significativos que involucraron de alguna forma al espacio público, lo que a su vez permite percatarse de cómo la noción de espacio público también fue. 8.

(24) sufriendo cambios de acuerdo a su temporalidad; esto refleja el significado que tenía este espacio para las autoridades, mismas que siempre lo vieron como un medio para expresar su poder y autoridad. De igual modo, a lo largo de este periodo se verá como la centralidad que imperó desde la llegada de los españoles, comienza a difuminarse, cuando en el siglo XIX aparecen las nuevas colonias que redefinen la dinámica de la ciudad, pues las influencias de lo que estaba sucediendo en las ciudades europeas y norteamericanas no tardaron en llegar a nuestro país, tales influencias se verán traducidas en el trazo de las nuevas colonias, en la aparición de las avenidas diagonales, en la normatividad alusiva a la higiene y, en general, en todo aquello que implique hacer de la ciudad un espacio funcional, pues al igual que en otras épocas siempre se buscó que la capital fuera ejemplo de progreso y modernidad. En el capítulo cuarto, en primer lugar se aborda el proceso que condujo a la consolidación e institucionalización de la planificación urbana en la ciudad de México, como resultado no sólo del trabajo conjunto efectuado por personalidades como Carlos Contreras, Jose Luis Cuevas Pietrasanta y Alfonso Pallares, entre otros, sino también como la suma de la experiencia acumulada de todos aquellos proyectos que buscaron mejorar las condiciones de la ciudad, ya que parte importante de este proceso de consolidación, fueron el conjunto de propuestas, artículos y documentos orientados a difundir la planificación como una herramienta eficaz para revertir las adversidades que aquejaban a la urbe, lo que esto a su vez se vio acompañado de algunas propuestas de intervención en determinadas zonas de la ciudad, que retoman los principios de la planificación. Posteriormente, en el mismo capítulo se desarrolla concretamente el periodo de estudio de 1928 a 1953, con una descripción y análisis de las diversas disposiciones emitidas, que de manera directa e indirecta incidieron en el espacio público e hicieron evidente dentro de un marco normativo, la diferenciación entre el centro de la ciudad y la periferia mediante el. 9.

(25) reconocimiento de la centralidad y su relevancia como área de valor patrimonial. Esta revisión constituye una ventana que permite ver de manera más precisa cuáles fueron las transformaciones que sufrió la traza a través de la alineación, apertura y ensanche de vialidades, como fue el caso de la apertura de 20 de Noviembre, la ampliación de San Juan de Letrán y José María Pino Suárez, junto con la desaparición de algunos espacios como la plaza del Volador. Asimismo, al identificar y analizar cuáles fueron las disposiciones. emitidas. durante. este. periodo,. salen. a. la. luz. las. preocupaciones que predominaban respecto a la vía pública, pues por regla general cuando una situación es proclive al conflicto, lo normal es que se busque impedir o restringir el causante de dicho problema; en consecuencia, la normatividad siempre será una respuesta a aquello que se busca regular, por lo tanto las leyes y reglamentos emitidos para controlar los oficios, la venta callejera, el tránsito, la limpieza y demás asuntos relativos a la vía pública, junto con las propuestas de planificación, forman parte esencial de las políticas urbanas que pretenden optimizar el funcionamiento de la ciudad. Finalmente, se concluye el trabajo con un apartado dedicado a las conclusiones generales que a modo de reflexión exponen los puntos más importantes y relevantes, referentes a las implicaciones de las políticas urbanas en la trasformación y evolución de espacio público en el centro histórico de la ciudad de México.. 10.

(26) Capítulo I Tres conceptos para abordar un problema: espacio público, planificación urbana y centros históricos. De las ciudades, lo que más me gusta son las calles, las plazas, la gente que pasa ante mí y que probablemente no veré nunca más, la aventura breve y maravillosa como un fuego de virutas, los restaurantes, los cafés y las librerías. En una palabra: todo lo que es dispersión, juego intuitivo, fantasía y realidad.. Josep Pla, Cartes de Iluny, 1927. El objetivo de este primer capítulo consiste en exponer un marco conceptual que represente la base para explicar de qué manera se llevó a cabo el proceso de transformación del espacio público en el actual centro histórico de la ciudad de México, a través de un análisis de la planificación urbana. Para lograr lo antes dicho, a continuación se presentan las definiciones de los principales conceptos, tales como qué es el espacio público, cuál es la función de la planificación urbana, y de dónde surge el concepto de centro histórico. Es preciso señalar que más allá de elaborar una explicación exhaustiva de dichos términos, lo que se pretende es dejar en claro desde qué enfoque serán abordados a lo largo de este trabajo.. 11.

(27) 1. 1 ¿Qué es el espacio público? El término espacio público posee cierta ambigüedad, sin embargo su significado está en función del contexto bajo el cual se emplee, por lo que resulta necesario enunciar desde el inicio, que para los fines de la presente investigación, el concepto de espacio público es aquel que hace referencia a lo urbano, y que está definido según sus características morfológicas, funcionales y simbólicas. Con base en esta perspectiva, el espacio puede entenderse como una entidad autónoma que tiene existencia por sí misma y se expresa a través de soportes físicos, ya sean arquitectónicos o urbanos, los cuales mantienen una estrecha relación con toda una serie de elementos sociales que definen la organización territorial, por ende, el espacio urbano es un reflejo de la estructura social a la cual pertenecen.8 Ahora bien, la discusión acerca de la definición de espacio o de lugar ha sido un tema recurrente, no sólo en el ámbito de los urbanistas, sino también dentro de la geografía, pues no son términos que se puedan utilizar indistintamente. Bajo la concepción de Peter Haggett, debe existir una diferenciación entre espacio, localización y lugar, dado que su significado está en función del contexto geográfico en el que se empleen. Así pues, el espacio, a decir de Hagget, “significa extensión o área, expresado normalmente en términos de la superficie de la tierra”9, la que no supone una localización específica, ya que ésta “significa una posición particular dentro del espacio”10, mientras que lugar, además de ser “una posición particular sobre la superficie de la tierra”,11 se diferencia de la localización debido a que no se utiliza en el sentido abstracto, sino que hace referencia a una ubicación identificable a la cual se le asignan determinados. Carrión, “Lugares”, 2000, p. 10. Haggett, Geografía, 1994, p. 5. 10 Ibid. 11 Ibid. 8 9. 12.

(28) valores, por lo tanto la localización adquiere el carácter de lugar, en la medida en que se le relaciona con características particulares. En consecuencia, el espacio al que se hace referencia también puede ser entendido como lugar, cuya principal característica es la de ser un espacio adaptado y destinado para el uso del hombre, pues a decir de Joseph Muntañola: “la capacidad de construir el lugar desde el lugar mismo es privativa del hombre”.12 Asimismo, Milton Santos13 concibe el espacio como producto de la labor transformadora del hombre, en virtud de que éste tiende a modificar las características naturales y originales del lugar, con lo que poco a poco va relegando a la naturaleza al crear nuevos ambientes construidos, lo que provoca que el espacio se encuentre bajo un constante proceso de transformación y readaptación,14 hecho que hace que las ciudades se mantengan en una permanente transformación, producto de las continuas adecuaciones que lleva a cabo la sociedad. Hasta este punto la explicación puede resultar demasiado general o abstracta, no obstante, paulatinamente se acotará el significado del espacio público, de manera tal que a partir de una concepción general se pueda ver a lo largo de este trabajo cómo el significado que se le ha otorgado, ha variado respecto a su contexto histórico. Así pues, para comprender la función y la razón de ser del espacio público, es necesario concebirlo como un elemento indisoluble de una estructura más amplia, que es el espacio urbano: la ciudad. Si se parte del hecho de que el espacio público es un elemento inherente al espacio urbano, entonces su función depende de la idea de ciudad que se adopte; sin embargo, conviene esbozar brevemente qué se entiende como ciudad, bajo una connotación más genérica, para lo cual Muntañola, Arquitectura, 1996, p. 17. Santos, Naturaleza, 2000, p. 54-55. 14 La concepción de Haggett no es contradictoria a la de Santos y Muntañola, si entendemos que el espacio en el sentido abstracto es construido como lugar por el hombre a través de su capacidad de transformación y readaptación. 12 13. 13.

(29) resulta pertinente retomar las palabras de Horacio Capel, quien enfatiza que no existe una definición unívoca de ciudad, no obstante es factible identificar ciertos parámetros que aluden a la idea de la misma, como puede ser el tamaño del asentamiento, su densidad, el predominio de las actividades comerciales e industriales, así como la poca actividad agrícola. Por otra parte, la ciudad también está definida por los servicios que ella alberga y por el modo de vida de sus habitantes, lo que está determinado por las características sociales, tales como la heterogeneidad, la cultura urbana y el grado de interacción social, todo lo cual se antepone a lo rural como su opuesto.15 En este sentido, conviene resaltar que a lo largo de la historia de las ciudades ha existido una relación directa entre los procesos de urbanización, el desarrollo de las fuerzas productivas y la concentración de población,16 por ende, todo proceso urbano tiene directa e indirectamente implicaciones económicas, pues es imposible pensar y entender la ciudad sin tomar en consideración los intereses económicos, que de alguna forma intervienen en la trasformación urbana. Así pues, la complejidad que rodea al concepto de ciudad ha sido motivo de múltiples debates, no obstante para efectos de este trabajo, una de las definiciones más acertadas, es la que proporcionó Luis Unikel, en la década de los setentas:. Las áreas urbanas y las zonas metropolitanas son dos formas distintas de definir el fenómeno urbano de modo más apegado a la realidad geográfica, ecológica, socioeconómica y demográfica de lo que en términos genéricos se denomina ciudad. […] se acepta en términos generales que el área urbana es la ciudad misma, más el área contigua edificada, habitada o urbanizada con usos de suelo de naturaleza no agrícola y que partiendo de un núcleo, presenta continuidad física en todas direcciones hasta que sea interrumpida en forma notoria por terrenos de uso no urbano como bosques, sembradíos o cuerpos 15 16. Capel, “Definición”, 1975, [en línea]. Garza, Urbanización, 2003, p.10.. 14.

(30) de agua. Esta unidad territorial es la que contiene dentro de sus límites el máximo de población calificada como urbana desde los puntos de vista geográfico, social y económico, excepto el político o administrativo.17 Al considerar estas dos visiones, es posible inferir que la ciudad está definida según sus cualidades espaciales y funcionales, mismas que son producto de la interacción entre diversos agentes económicos y sociales. Lo anterior, sin duda, hace referencia a la ciudad desde un aspecto muy amplio, sin embargo, ésta también puede ser abordada por sus características morfológicas dictadas por la configuración física del espacio, por sus construcciones y sus vacíos,18 por su infraestructura y los usos de suelo, así como por todos aquellos elementos simbólicos que generan un sistema en el que interactúan las fuerzas sociales, económicas, culturales y políticas que impulsan la transformación de la ciudad.19 Una de las principales razones para estudiar la morfología urbana, es que a partir de ella se pueden identificar las transformaciones que ha sufrido la ciudad, y también hace posible una lectura de las rupturas y continuidades del desarrollo urbano, a través del análisis de su evolución histórica. Por lo tanto, para comprender el sentido de la forma urbana, es necesario tener presente que ésta es un producto social, creado por el hombre, así como por los diversos grupos sociales que la han conformado, con lo que es fácil deducir que el binomio entre morfología y espacio social, es inseparable, pues a decir de Capel, “el estudio de la morfología no puede realizarse sin tener en cuenta dichos procesos y agentes”.20 Ahora bien, para estudiar la morfología urbana es preciso analizar en primera instancia el plano de la ciudad, que está compuesto por cuatro elementos principales: a) las calles y su relación con el sistema viario; b) las manzanas delimitadas por las calles y formadas por agrupaciones de Unikel, Desarrollo, 1978, p. 116-117. En este sentido la connotación de vacío alude a los espacios no cubiertos. 19 Capel, Morfología, 2002, p. 20. 20 Ibid., p. 69. 17 18. 15.

(31) parcelas; c) los lotes individuales (predios) que representan el soporte de los edificios, y d) las plantas de los edificios.21 La suma de estos elementos es lo que nos permite reconocer y comprender la estructura de la ciudad. Con base en lo antes expuesto la morfología urbana, en un sentido estricto, alude exclusivamente a la configuración física de la ciudad, producto de la suma de sus componentes: calles, manzanas, lotificación y construcciones, que en conjunto integran el tejido urbano. Si lo que se pretende es comprender las causas que motivaron a la configuraron de una estructura urbana específica, entonces se deberán tomar en consideración no sólo las cuestiones de índole morfológica, sino que se tendrá que prestar atención a ciertos elementos históricos de carácter económico, político, social y simbólico. Por todo lo que antecede, existe la posibilidad de hacer un primer acercamiento. al. espacio. público,. pues. precisamente. la. lotificación. (parcelación) es la que, en primera instancia, establece la diferencia entre lo público y lo privado. Cabe señalar que gran parte de la indeterminación del concepto reside en qué se entiende por público, razón por la cual, y de manera complementaria, es pertinente retomar las palabras de Nora Rabotnikof, quien trata de establecer una definición de lo público a partir de tres criterios:. Lo público alude a lo que es de utilidad o de interés común a todos, lo que atañe al colectivo, lo que concierne a la comunidad, en oposición a lo privado. o En el segundo criterio, ha referido tradicionalmente a la visibilidad versus el ocultamiento, a lo público como lo ostensible y manifiesto versus lo secreto. Público parece designar, en este sentido, lo que es visible […] mientras que lo privado se entiende como aquello que se sustrae a la mirada […] Decimos así que tal cuestión es pública “ya es pública” en el sentido de conocida y sabida. o El tercer criterio es el de la apertura o clausura. En este caso, público designa lo que es accesible o abierto a todos, en o. 21. Ibid., p. 70.. 16.

(32) oposición a lo privado, entendido como aquello que se sustrae a la disposición de los otros. Lo público, en este caso, es aquello que, al no ser objeto de apropiación particular, se encuentra abierto(…) Los lugares públicos (calles, plazas) son así lugares abiertos a todos, mientras que el símbolo más ostensible de la privacía entendida como apropiación es la clausura, la cerca.22 Estas tres acepciones de lo público pueden trabajarse de manera integral, debido a que ninguna es excluyente de la otra, en cuanto a que su definición es el resultado de una dualidad de opuestos. La primera hace referencia de manera puntal a lo colectivo-individual y a lo común-particular; la segunda enfatiza en torno a la visibilidad-secreto, y la tercera a lo abiertocerrado. Resulta arriesgado asumir que lo público se atiene a estos tres criterios, en el sentido de que las formas de construcción conceptual del espacio público son extremadamente variadas y siempre dependerán de la perspectiva con la que se busque abordar cada problema. Si se recurre a una definición de diccionario, se puede encontrar que al espacio público también se le concibe como espacio abierto o espacio libre. Según el Diccionario de Historia Urbana y Urbanismo, de María Jesús Fuentes, “el espacio no edificado de las ciudades. Tradicionalmente han sido espacios libres las calles, las plazas, plazuelas, jardines, alamedas, parques”.23 Tal definición alude exclusivamente a la manera en que dichos espacios se materializan en la ciudad, excluyendo sus funciones sociales y simbólicas. A modo de aclaración, es pertinente señalar que existen recintos cerrados que son considerados como espacios públicos por ser de uso común, tal condición es señalada en el Código Civil, en la parte referente a los bienes, los cuales son divididos en propiedad del poder público o particular, respecto a los primeros. Los artículos que hacen referencia al tema son los siguientes: 22 23. Rabotnikof, “Introducción”, 2003, p. 19-20 Fuente, Diccionario, 1999, p. 47.. 17.

(33) Artículo 765. Son bienes de dominio del poder público los que pertenecen a la Federación, a los Estados o a los Municipios. Artículo 767. Los bienes de dominio del poder público se dividen en bienes de uso común, bienes destinados a un servicio público y bienes propios. Artículo 768. Los bienes de uso común son inalienables e imprescriptibles. Pueden aprovecharse de ellos todos los habitantes, con las restricciones establecidas por la ley; pero para aprovechamientos especiales se necesita concesión otorgada con los requisitos que prevengan las leyes respectivas.24 Aunque estos artículos no especifican las características de los espacios: abierto o cerrado, cubierto o descubierto, sus cualidades pueden ser inferidas, sin embargo, cabe señalar que los espacios cerrados de uso común están sujetos a mayores restricciones que los espacios abiertos, ya que deben cumplir funciones muy específicas, por lo tanto son custodiados de manera permanente, pues a pesar de que legalmente sean de dominio público, los derechos de dichos recintos recaen en entidades públicas federales, estatales o locales-, ejemplo de ello son los inmuebles que alojan oficinas administrativas, museos, teatros o bibliotecas. Esta explicación responde a que para los fines de este trabajo, únicamente se hará referencia a los espacios abiertos de uso común que son reconocidos como vía pública: calles, avenidas, plazas, jardines o parques. Sin dejar a un lado sus claras diferencias, pues como bien lo señaló Mr. J. C. N. Forestier “no todo espacio plantado es necesariamente un espacio libre, pero todo jardín es un espacio libre”,25 lo cual alude a que toda ciudad debe considerar ambas modalidades, pues por un lado las calles y avenidas deben satisfacer las necesidades de circulación, mientras que la existencia de áreas destinadas a aguardar las masas verdes, los espacios vacíos –plazas cívicas. 24 Código Civil Federal, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 26 de mayo, 14 de julio, 3 de agosto y 31 de agosto de 1928. (En vigor a partir del 1o. de octubre de 1932) [Consultado en línea], p. s/n. 25 Rubuí, “Estudio”, 1917, p. s/n.. 18.

(34) o glorietas de tráfico- como soluciones de urbanización, también son necesarias como parte integral del espacio urbano. Una vez aclarado lo anterior y regresando a la definición de espacio público, es importante tener presente que a partir de la idea de que la ciudad es un producto social, entonces la noción de espacio público, como un elemento de la morfología urbana, resulta reducido, pues bajo una concepción más amplia, la carga simbólica es inherente al espacio mismo e inseparable a sus cualidades materiales. En particular, Oriol Bohigas sostiene que “el espacio público es la ciudad”,26 al mismo tiempo subraya que la planificación de dicho espacio es una determinante tanto de la forma urbana como de la vida colectiva. Asimismo, Daniel Innerarity, alude al espacio público como “el espacio cívico de bien común por contraposición al espacio privado de los intereses particulares”.27 Esta definición parece ser menos general, en el sentido que integra el concepto de bien común, entendido éste como el lugar al cual todos tenemos acceso. En este sentido, el espacio público abierto de uso común, es aquel lugar que está constituido por una estructura formal, delimitado por el espacio privado, cuya principal cualidad es el dar acceso a la colectividad o al común de la gente. La materialización del espacio público en la ciudad, como se ha mencionado anteriormente, se da en forma de calles, plazas o parques, cuyas características están determinadas por las atribuciones físicas, simbólicas y políticas que se les asigne, mismas que se manifiestan por sus cualidades urbanas, su significado cultural y su relación con la ciudadanía. De igual forma, el espacio público materializado a través de la red de calles, se convierte en el “agente estructurador de todos los elementos que forman la ciudad”28, pues cada componente que la integra se conecta a Bohigas, “La defensa de la urbanidad”, 2005, p. 11. Innerarity, Nuevo, 2006, p. 95. 28 Oliva, Confusión, 2005, p. 86. 26 27. 19.

(35) través de dicho espacio, por lo tanto “una de las características esenciales del espacio público es su configuración continua, es decir, que se extiende en todas direcciones y a través de toda el área urbana”.29 A partir de lo anterior, se deduce que una más de las particularidades del espacio público, es su constante dinamismo generado por los desplazamientos peatonales y el traslado de productos a través de transporte público o en transporte privado. De acuerdo con lo hasta aquí expuesto, es posible ver que el espacio público puede ser abordado desde diferentes aristas; sin embargo, su comprensión requiere que se tomen en cuenta, no sólo sus características formales, sino también sus cualidades sociales, pues tal vez sean éstas las que requieran un mayor análisis para su comprensión, debido a que también sufren transformaciones respecto a cada época. Por último, para enfatizar el significado cultural y social del espacio público, resulta conveniente citar a Estela Eguiarte, quien elabora una definición bastante acertada de lo que representa dicho espacio, no sólo para la ciudad sino también para la sociedad: “el espacio público es el signo más evidente de una sociedad. Es el texto social en el cual se reproducen y se pueden descifrar las relaciones de la vida social. Es el lugar donde confluyen costumbres, tradiciones, códigos de conducta, actividades disímiles que marcan la cotidianidad del hombre urbano”.30 A partir de estas palabras, se infiere que la historia de la ciudad es inseparable de la historia de sus espacios públicos, asimismo, Eguiarte lo señala, que la transformación de estos espacios obedece a la función que cumplan en cada sociedad, de acuerdo a su momento histórico, pues de esto va a depender su sentido y su uso. Como se ha enfatizado hasta ahora, la relación entre espacio público y ciudad es indisoluble, pues en gran medida, a decir de Jordi Borja, “la historia de la ciudad es la de su espacio público”, por lo tanto el valor que tiene éste 29 30. Querol, Bienvenidos, 2004. p. 56. Eguiarte, “Jardines”, 1991, p. 129.. 20.

(36) respecto a la ciudad y a la sociedad misma, hace que se convierta en un hito cívico por su monumentalidad, su multifuncionalidad, su intercambio y su función como lugar de encuentro y expresión, en virtud de que en dichos espacios es en donde acontecen muchos de los grandes momentos de la historia,. 31. tales como manifestaciones culturales, políticas y sociales, así. como desfiles, fiestas patronales, festejos deportivos, huelgas, etcétera. Los espacios públicos son elementos cardinales de la vida cotidiana de la sociedad. A través de las calles, plazas, parques y jardines, la ciudadanía expresa los valores que le dan sentido a las relaciones sociales, a la vez que funcionan como mecanismo de inclusión, en el sentido de que permiten y propician la convivencia de distintos modos de vida, de ideas y de clases sociales, por ser espacios incluyentes en los cuales la heterogeneidad social se hace presente. Así pues, el espacio público visto como escenario de un sinnúmero de acontecimientos sociales, se encuentra dotado tanto de potencialidades, como de posibilidades, que adquiere diversos significados respecto a su temporalidad y a su ubicación, además de ser objeto de la memoria colectiva.32 El significado que estos espacios tienen para la ciudadanía, depende en gran medida de los usos sociales que en él tienen lugar, los cuales suelen ser muy diversos pues van más allá de los meramente cotidianos, como son el transitar o llevar a cabo alguna actividad recreativa; también fungen como lugares de expresión, de manifestación, de protesta, de festejo o como vía de subsistencia para ejercer alguna actividad con retribuciones económicas (vendedores ambulantes, limpia parabrisas, franeleros, etc.). De ahí que el espacio público sea una ventana de la sociedad a la cual pertenece, pues no sólo muestra sus virtudes sino también sus carencias. Por otro lado, del mismo modo que la arquitectura ha representado a lo largo de la historia un símbolo de poder, ya sea político o eclesiástico, los 31 32. Querol, Bienvenidos, 2004, p. 55. Oliva, Confusión, 2005, p. 89.. 21.

(37) espacios públicos también han cumplido dicha función, pues en ellos se erigen los monumentos y se crean calles o plazas conmemorativas, cuyos nombres aluden a los personajes o momentos significativos de la historia, que son enaltecidos por quienes sustentan el poder en cada época e intentan dejar un testimonio en el tiempo. El empleo del espacio público como símbolo de poder, en el caso de Latinoamérica, tiene sus orígenes en la fundación de las primeras ciudades en la época colonial, cuando se implantó la traza reticular cuyo centro era la plaza mayor, en la cual confluían las principales calles de la ciudad y se ubicaban los edificios más importantes de orden religioso, administrativo y civil, pues como lo señala Ribera Carbó, la plaza mayor fungía como “aglutinadora de todas las manifestaciones de poder, generadora y rectora del proceso urbano mismo, hizo que el arreglo y la función de sus espacios fueran un vehículo magnífico del ‘convencimiento’ sobre el orden socialpolítico, casi cosmológico impuesto por los peninsulares”.33 Por lo tanto, al ser la vía pública un espejo de la sociedad que la habita, no siempre este reflejo va a ser el pretendido por el Estado, condición que empuja a los gobernantes a pretender modificar dicha imagen a través de diversos instrumentos, como intervenciones urbano-arquitectónicas o restringiendo los usos y funciones mediante nuevas leyes y reglamentos que regulen las actividades que en estos lugares acontecen. Ahora bien, la manifestación del poder en la vía pública no se da sólo a través de materialización de los diversos elementos arquitectónicos, sino también mediante la realización de diversas prácticas sociales. Una vez definido qué se entiende por espacio público urbano, el siguiente paso es profundizar un poco más respecto a sus variantes, pues éste asume distintas formas y nombres, bajo el común denominador de ser un espacio abierto y accesible para toda la ciudadanía, a la vez que cuenta con cierta disponibilidad de infraestructura y permite la realización de 33. Ribera, “Plazas”, 2007, p.296.. 22.

(38) actividades individuales o grupales.34 Al mismo tiempo, los espacios públicos se caracterizan por invitar al transeúnte a permanecer en ellos: estar, admirar y pasear. 35 Otro aspecto a considerar, en referencia al uso del espacio público, es el carácter y la temporalidad de las actividades que se realizan en él, lo cual es producto de la relación entre la vida y el espacio públicos. Al respecto Jan Gehl, desarrolló un trabajo en el que evaluó la calidad del espacio público según la percepción de los peatones, a partir de la división de los tres tipos de actividades que éstos realizan en dichas áreas, que son: a) Las actividades necesarias son aquellas que se realizan por obligación como: ir a la escuela, esperar el camión o ir al trabajo. Estas actividades, por lo tanto se dan más allá de cuáles sean las condiciones del espacio público. b) Las actividades opcionales o de recreación urbana, son las que se dan cuando las condiciones climáticas lo permiten, como caminar por las calles, siempre y cuando las condiciones del lugar sean atractivas; por consiguiente, dichas actividades son especialmente sensibles a la calidad del lugar. c) Las actividades sociales, son las que ocurren al recorrer una misma zona, ya sea para observar, escuchar, interactuar con más gente, mediante una participación activa o pasiva.36 Ahora bien, cabe señalar que estas actividades que identifica Gehl, no son las únicas, sin embargo, son las que se mantienen dentro de la formalidad, entendida ésta como lo socialmente aceptado y permitido, pues como se podrá ver en la presente investigación, parte de la complejidad que caracteriza al espacio público, es la diversidad de actividades que en él se llevan a cabo. Respecto a las actividades también se hace una división de los tipos de usuarios que concurren a los espacios públicos. En primer lugar se encuentran los peatones cotidianos, quienes por necesidad transitan a diario Makowski, “Alteridad”, 2003, p.91. la actualidad los espacios públicos de las grandes ciudades han dejado de cumplir en parte dicha función, sin embargo, es importante tener presente que en algún momento esa fue una de las intenciones que motivó su creación y los proyectos de intervención. 36 Gehl, Public, 2002, p.9. 34. 35En. 23.

(39) por el lugar, ya sea porque habitan o trabajan en el área; en segundo lugar están los visitantes o clientes, es decir, aquellas personas que acuden a alguna institución o tienda dentro del área; el tercer tipo de usuario son los visitantes recreativos, que acuden al espacio público para deleitarse o para llevar a cabo alguna actividad recreativa, de placer, deportiva o de juego; por último, la cuarta categoría corresponde a la gente que asiste a un espacio público para presenciar algún evento específico.37 En suma, a través de esta explicación es posible ver que los espacios públicos están definidos por múltiples características, que hacen de ellos lugares sumamente complejos, por lo que difícilmente son apreciados desde sus distintas facetas, esto responde en gran parte a la familiaridad que se tiene respecto a los mismos, pues al formar parte de la vida cotidiana de la ciudadanía, pocas veces se tiene conciencia de su valor y relevancia en cuanto al funcionamiento de la ciudad y de la sociedad en sí misma.. 37. Ibid., p. 10.. 24.

(40) 1.2 La intervención del Estado como regulador del espacio público Hasta ahora se ha hecho mención del espacio público a nivel conceptual, no obstante, es necesario enfatizar la relación que mantiene el Estado, como agente regulador y controlador del dicho espacio, pues aunque su virtud principal radique en ser un espacio asequible a todos, no está exento de ser regulado para mantener su funcionalidad y accesibilidad para la ciudadanía. En primera instancia, tradicionalmente la ciudad se ha encontrado subordinada al Estado38 a través de un control jurídico y político, sin embargo las prácticas sociales informales son las que en distintos momentos de la historia han generado situaciones de desorden y descontrol. De ahí que el espacio público al formar parte integral de la ciudad ha estado sujeto a la constante vigilancia por parte del Estado, debido a que se trata de un espacio que refleja el orden social. Es preciso recordar que el espacio público, como elemento urbano, más allá de materializarse en plazas, parques, jardines o sistemas viales, es un “lugar de representación y expresión colectiva de la sociedad”;39 condición que determina la necesidad de contar con un agente capaz de mantener esta cualidad. En este sentido, la intervención del Estado en el espacio público se manifiesta de distintas maneras, ya sea directamente en el aspecto formal, o en un sentido más de carácter abstracto para ejercer su regulación. Bajo dicha perspectiva siempre hay que tener presente la vital importancia del espacio público para la ciudad, en virtud de que funge como el organizador del territorio capaz de soportar diversos usos y funciones y al mismo tiempo como elemento articulador del espacio urbano.. 38 39. Borja, Ciudad, 2003b, p.24. Ibid., p.21.. 25.

(41) Ahora bien, el Estado a través de los gobiernos locales y la administración pública, tiene la obligación de solucionar de alguna manera las distintas demandas de la sociedad y los problemas inherentes a la funcionalidad de las urbes. Por lo tanto, la dotación de espacios públicos es una de las obligaciones del Estado, en su carácter de regulador de los usos de suelo. En consecuencia, tiene la capacidad de dictar qué lugares pueden ser destinados al uso público. Es importante mencionar que muchos de los espacios abiertos mantienen una estrecha relación con el valor simbólico, pues su ubicación, en múltiples casos, corresponde a la presencia de un edificio emblemático o un monumento que simboliza el poder del Estado, lo que sin duda los hace vulnerables ante las manifestaciones ciudadanas. Por otro lado, el Estado procura mantener el control del espacio público mediante diversos instrumentos de carácter jurídico, enfocados a garantizar el adecuado uso de dicho espacio, ya sea a través de leyes, normas, reglamentos, cartas de uso de suelo, así como planes y programas urbanos, elaborados para mantener un idóneo desenvolvimiento de la vida urbana. Finalmente, conviene hacer notar que la intervención del Estado se efectúa por medio de la derogación de responsabilidades a distintos agentes integrantes de la administración pública, quienes al formar parte de los gobiernos locales están preparados para atender las distintas problemáticas propias de la ciudad, lo que requiere de un trabajo conjunto e integral con los diversos órganos administrativos que conforman al Estado.. 26.

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