Por CRISTINA BONNIN-A RIA S, EVA CHA MORRO-GUTIÉRREZ, GUILLERMO RA MÍREZ-MERCA DO, LUIS-LUCIO LOBA TO-RINC N, JUA N JOSÉ NA VA RRO VA LS y CELIA SÁ NCHEZ-RA MOS.
En el mundo laboral existen profesiones de especial riesgo
en las que se realizan procesos de soldadura, que pueden
deteriorar la retina. Los gremios más afectados son los
trabajadores
de
empresas
automovilísticas,
siderometal rgicas, instaladores de aire acondicionado y
calefacción. Aunque la normativa vigente obliga a la
empresa a proporcionar a sus empleados los elementos
protectores frente a la radiación nociva emitida por el
soplete, no los suelen utilizar debido al excesivo
oscurecimiento de las lentes, ya que la falta de visión
origina accidentes laborales por quemaduras o errores. Por
ello, prefieren soldar sin protección, lo que les hace
propensos a sufrir graves daños retinianos irreversibles,
incluso escotomas absolutos de importancia relevante.
Este trabajo propone nuevos filtros protectores que
permitan, a la vez, la fotoprotección retiniana y la
visibilidad del campo de trabajo. Para ello se ha analizado el
espectro de emisión del soplete y se han diseñado los
filtros necesarios para absorber las bandas nocivas
emitidas por éste, dando lugar a un prototipo.
Posteriormente se han evaluado varios aspectos de la
percepción visual con la interposición del nuevo filtro
propuesto por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
y de otro filtro convencional para soldadura. Los resultados
obtenidos muestran que el filtro UCM es una lente de
protección óptima para realizar trabajos de soldadura
oxiacetilénica, siendo propuesto como filtro de referencia a
los organismos competentes para su homologación.
Para una mejor comprensión de este trabajo es preciso
recordar algunos conceptos relacionados con la luz y otras
radiaciones. Se denomina espectro electromagnético a la
distribución energética del conjunto de las ondas que se
extienden desde la radiación de menor longitud de onda, como
los rayos gamma y los rayos X, pasando por la luz ultravioleta,
la luz visible y los rayos infrarrojos, hasta las ondas
electromagnéticas de mayor longitud de onda, como son las
ondas de radio. Concretamente, se denomina luz visible a la
región del espectro electromagnético que el ojo humano es
capaz de percibir y que corresponde a un rango de longitudes
de onda que va desde 380nm (longitud de onda corta) a
780nm (longitud de onda larga). Cercano al extremo de 380
nm se encuentran las radiaciones ultravioleta y próximos a los
Protección de riesgos laborales de trabajadores que
utilizan soplete autógeno
HIGIENE INDUSTRIAL
Año 31 N
124
4 trimestre 2011
Fig ra 5a. Llama de luz emitida por un soplete. Puede apreciarse el color azul de la llama, lo que indica la emisi n de grandes proporciones de longitudes de onda corta (muy energéticas y dañinas para el tejido).
780nm están las radiaciones infrarrojas (figura 1).
Fig ra 1. Esquema de las radiaciones electromagnéticas, diferenciando en los distintos tipos de espectros según la longitud de onda.
La energía electromagnética de una onda con determinada
longitud de onda (en el vacío) tiene una frecuencia asociada
y una energía de fotón. Por lo tanto, las ondas
electromagnéticas de alta frecuencia tienen una longitud de
onda corta y mucha energía, mientras que las ondas de baja
frecuencia tienen longitudes de onda larga y poca energía
(figuras 2 y 3).
Fig ra 2. Esquema que diferencia gráficamente radiaciones con longitudes de onda larga y corta, respectivamente.
Fig ra 3. Diagrama de longitudes de onda de tres tipos de radiaciones.
Ya en 1966 Noell demostró que la luz ultravioleta y azul
(longitudes de onda corta del espectro visible) afectan
negativamente a los ojos (retina) debido a que, como se
explicó en el párrafo anterior, estas radiaciones poseen mayor
energía que las de mayor longitud de onda. Así, clásicamente
se han diferenciado tres tipos de lesiones producidas por la
luz: las fotomecánicas (efectos de choque de las ondas
luminosas), las fototérmicas (calor local producido por las
ondas) y las fotoquímicas (cambios en las macromoléculas).
Actualmente se conocen con bastante precisión los cambios en
la retina inducidos por la luz (Wenzel, 2005; Wu, 2006). Por
tanto, de todo lo anterior se deduce que la luz, si bien es
necesaria para la visión, puede dañar partes del sistema visual
al ser absorbida por sus tejidos. La porción de energía
absorbida en cualquier tejido depende de la transparencia de
Fig ra 5b. Trabajador metal rgico realizando soldadura.
Fig ra 9. Test de agudeza visual próxima.
Fig ra 10. Test VCTS, para sensibilidad al contraste de cerca.
éste para radiación incidente y es un factor importante a la
hora de determinar el tipo de efectos fotobiológicos que
produce. La acción mecánica subyace básicamente del impacto
rápido de energía en los melanosomas del epitelio
pigmentario, que genera ondas de choque. Éstas causan un
daño irreparable a los fotorreceptores y al epitelio pigmentario,
denominado daño fotomecánico.
El efecto nocivo en el tejido puede resultar de unas fuerzas
mecánicas compresoras o tensoras, que conducen a la
formación de burbujas que son letales tanto para el epitelio
pigmentario como para otras células. El efecto es causado por
altas irradiaciones (en el rango megawatios/ cm
2) y cortos
periodos de exposición (en el rango nanosegundos a
picosegundos) durante los cuales la energía es absorbida tan
rápidamente por los gránulos de melanina en el epitelio
pigmentario que la dispersión de calor no puede tener lugar.
Por otro lado, conviene definir el daño fototérmico. Un q an m
de energía radiante (un fotón) puede ser absorbido por una
molécula solo si la energía del fotón equipara a la diferencia de
energía entre el nivel de energía normal de una molécula y el
máximo nivel de energía permitido. Los estados rotacionales y
vibracionales de los q an m de las moléculas predominan
sobre los estados de excitación por las longitudes de onda
más largas en el espectro «visible y en el infrarrojo cercano
(700- 1400nm). La vibración de energía ganada por la molécula
es rápidamente disipada mediante colisiones con otras
moléculas, aumentando de forma momentánea el nivel local de
la misma energía cinética, un proceso que es visto como un
aumento de la temperatura. Las lesiones térmicas no son
producidas por el incremento de energía cinética hasta que la
irradiancia de la radiación es suficientemente alta como para
aumentar la temperatura en, al menos, 10ºC por encima del
nivel ambiental de la retina. Consecuentemente, la reacción
térmica depende de los umbrales de irradiancia. El daño
térmico es mucho mayor en el centro de la lesión, donde el
aumento de la temperatura es mucho más elevado.
Por último, es importante reseñar que el riesgo del daño
fotoquímico, como una forma diferente de interacción entre la
energía radiante y las moléculas biológicas, tiene lugar cuando
la radiación incidente tiene una longitud de onda en la porción
de alta energía del espectro «visible : daño fotoquímico. Un
electrón en estado excitado puede volver al estado inhibido
disipando la energía extra, rompiendo una unión en otra
molécula mediante un intercambio directo de electrones o un
intercambio directo de hidrógeno, produciendo especies
reactivas de oxígeno. El proceso también puede ocasionar
otros radicales libres, importantes en la producción de tejido
dañado (Margrain e al., 2004). Ningún daño agudo tiene lugar
por debajo de un cierto umbral de nivel de irradiancia.
Por otro lado, y ya adentrándonos en el tema específico de
este artículo, pasaremos a hablar de «la soldadura . La
American Welding Society (AWS) define la soldadura como una
coalescencia localizada de metales (o termoplásticos),
producida mediante el calentamiento de los mismos a las
temperaturas de soldadura requeridas, con o sin aplicación de
presión, o mediante la aplicación de únicamente presión y con
o sin el uso de material de aportación. En lenguaje menos
técnico, una soldadura se produce cuando las piezas
separadas de metal que se van a unir se combinan y forman
una sola pieza al ser calentadas a una temperatura lo
suficientemente alta como para causar la fusión (Jeffus, 2009).
Se pueden distinguir dos tipos básicos de soldadura, la
heterogénea y la homogénea, según sea el metal de
aportación distinto o igual a los que se pretende unir;
siguiendo el criterio del tipo de energía aportado para la unión,
Fig ra 11. Test Farnsworth-Munsell D-28, para evaluar la percepci n del color.
Fig ra 12. Test de Titmus
Fig ra 14. Valores de agudeza visual pr xima con/sin la interposici n de filtros protectores para soldadura: Sin filtro (SF) vs Filtro convencional vs filtro propuesto UCM, en escala decimal.
se diferencian los soldeos por calor, por presión o por la
conjunción de ambos, para lo cual se utilizan distintos
dispositivos
de
soldadura.
Este
trabajo
se
centra
específicamente en el soplete oxiacetilénico para soldadura a
gas. (figura 4).
Fig ra 4. Esquema de clasificación de los diferentes tipos de soldadura.
La soldadura a gas genera calor cuando arde una mezcla de
oxígeno con un determinado gas, frecuentemente acetileno
(C2H2), en la boquilla de la tobera de un mechero de soldar. El
calor aportado en este tipo de soldadura se debe a la reacción
de combustión, que resulta ser fuertemente exotérmica, pues
se alcanzan temperaturas del orden de los 3500 C. (Molera
Solá, 1992). Por otro lado, existen otros tipos de dispositivos
de soldadura, como el de arco eléctrico o el de arco de plasma;
este último genera una gama de alta temperatura de 10.000 a
30.000 C. Esta emisión de energía puede resultar más dañina
para el cuerpo humano y causar más complicaciones oculares
que las técnicas convencionales de soldadura por arco eléctrico
(Choi et al., 2006) (figuras 5a y 5b).
Seg n el instituto nacional de estadística, en el año
2004 trabajaban en españa 1.200.000 personas en
los sectores más expuestos a los sopletes de
soldadura
Ahora bien, teniendo en cuenta lo descrito en los párrafos
anteriores y dentro del marco de los riesgos laborales,
debemos destacar que existen profesiones, como los
soldadores, que se encuentran especialmente expuestas a
sufrir daños fototóxicos por la coincidencia de factores
fototérmicos, fotomecánicos y fotoquímicos. En general, las
personas expuestas a la fototoxicidad de la luz desarrollarán
una incapacidad laboral, en un 90% absoluta, con el grave
perjuicio que este hecho conlleva para su persona y para el
resto de la sociedad. En concreto, este tipo de patologías son
irreversibles, siendo las más frecuentes el desprendimiento de
retina, los agujeros maculares y la fotofobia.
Esto ocurre porque la llama de alta temperatura que se irradia
durante la soldadura emite una amplia serie de ondas
electromagnéticas (ultravioleta, longitudes de onda corta del
espectro visible e infrarrojas) que, por la energía que
Fig ra 15. Valores de
estereoagudeza sin filtro (SF), con filtro UCM y con filtro convencional. Los valores obtenidos con el filtro UCM son muy similares a los obtenidos sin interposici n de filtro. En cambio, con el filtro convencional aumenta la disparidad binocular lo que se traduce en una disminuci n de la estereoagudeza.
Fig ra 16. Porcentaje de fallos en el test de visi n de color con/sin la interposici n de filtros protectores para soldadura: sin filtro (SF) vs filtro convencional vs filtro propuesto UCM.
transmiten, pueden producir daños oculares (Choi e al., 2006).
Las radiaciones ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC)
pueden producir fotoqueratitis y fotoconjuntivitis, que se
caracterizan por un dolor intenso, lagrimeo, sensación de
arena en los ojos, fotofobia, etc. Estos efectos son agudos
pero reversibles. La luz o radiación visible puede producir
lesiones térmicas y/o fotoquímicas en la retina, con pérdida de
visión total o parcial (efectos agudos que pueden ser
irreversibles). La exposición repetida a radiaciones infrarrojas
(IR) puede producir cataratas de origen térmico, por las altas
temperaturas (efectos crónicos e irreversibles). El n mero de
personas expuestas, durante muchas horas al día, a la luz
dañina emitida por los sopletes de soldadura es muy elevado,
ya que entre las profesiones más afectadas sobresalen,
precisamente por el tiempo de exposición, los obreros de la
construcción y de las empresas siderometal rgicas, así como
los instaladores de aire acondicionado y calefacción. Seg n el
Instituto Nacional de Estadística (INE), el n mero de personas
que trabajaba en este sector en España en el año 2004 era de
1.200.000 (MCA-UGT).
La normativa vigente obliga a la empresa a proporcionar los
elementos protectores frente a la radiación violetaazul para el
trabajo con sopletes. Si bien las gafas y las pantallas de
protección se encuentran a disposición de los trabajadores, en
su mayoría no son utilizadas. El motivo principal de su falta de
uso es el excesivo grado de oscurecimiento de las lentes que
incorporan los filtros protectores convencionales, los cuales
absorben no solo las bandas nocivas , sino también el 99% de
todo el espectro visible. Es importante destacar este hecho
porque ayuda a entender las manifestaciones de los
trabajadores que se quejan de que con las gafas protectoras
convencionales su visión es casi nula, lo cual aumenta
exponencialmente el riesgo de quemaduras (Kim, 2007).
(figura 6). En la gráfica correspondiente se observan las curvas
de absorción de dos filtros de soldadura convencionales, de los
cuales el de menor absorbancia transmite el 1% del espectro
visible (figura 7).
Fig ra 6. Diferencia de imagen al observar la escena con el filtro para soldadores propuesto en este trabajo (imagen izquierda) y con el filtro para soldadores tradicional (imagen derecha).
Figura 7. Curvas de absorción de filtros convencionales para soldadura. Se exponen en este gráfico el de mayor absorbancia (línea roja) y el de menor absorbancia (línea negra).
Por tanto, en este trabajo se planteó como objetivo diseñar un
nuevo filtro para soldadores que proporcione el mismo nivel de
protección que un filtro convencional para soldadores pero que
permita, a su vez, una buena percepción visual del área de
trabajo.
MATERIAL Y M TODO
Para este trabajo se evaluó a 36 personas de ambos sexos,
22 hombres y 14 mujeres, en edad laboral. La media de edad
de la muestra fue de 44 14 años. Las medidas de absorbancia
se realizaron con dos espectrómetros distintos: el
Spectrapro-750 (SOPRA), para medir el espectro de emisión de la llama del
soplete oxiacetilénico, y el Humphey Lens Analyzer 350 (Zeiss
Humphrey Systems), para la caracterización de los filtros.
Además se utilizaron distintos tipos de filtros ópticos: en
primer lugar, para el diseño del nuevo filtro protector UCM, se
usaron filtros de absorbancia selectiva para longitudes de
onda comprendidas entre 380 y 500nm con el fin de
determinar la absorbancia requerida por el nuevo dispositivo
protector frente a la emisión del soplete oxiacetilénico.
Posteriormente, para la valoración de los diferentes aspectos
de la función visual, se usaron el filtro de nuevo diseño y un
filtro protector convencional, homologado, que se encuentra a
disposición de los soldadores. (figura 8).
Figura 8. Curvas de absorción espectral de los filtros utilizados en el trabajo. Línea negra: filtro convencional. Línea verde: filtro propuesto
UCM.
Se consideró conveniente evaluar la agudeza visual, la
sensibilidad al contraste, la discriminación del color y la
estereoagudeza. Para la valoración de estos aspectos de la
función visual se utilizaron tests habitualmente empleados
para realizar estas evaluaciones seg n las indicaciones del
fabricante y en visión próxima y en condiciones de iluminación
fotópica. Concretamente, para valorar la agudeza visual se
empleó el test T adi ional R nge Pocke Nea Vi ion Ca d
(Precision Vision, USA) (figura 9); para evaluar la sensibilidad al
contraste se utilizó el test VCTS (Vistech Consultans, INC,
1988, Stereo Optical Company) (figura 10); la discriminación
del color fue evaluada mediante el test Farnsworth- Munsell
D-28 HUE (figura 11), y, finalmente, para valorar la
estereoagudeza se utilizó el test de Titmus (figura12).
Todas las valoraciones fueron realizadas de forma binocular.
Los sujetos fueron examinados en las condiciones habituales
de trabajo, es decir, con la graduación óptica que utilizaran
para realizar trabajos en visión próxima, con independencia de
que dicha graduación fuera o no la óptima. Cada uno de los
parámetros de función visual se evaluó bajo tres condiciones:
1) sin la interposición de filtros de protección, 2) con la
interposición de un filtro protector convencional para
soldadores, y 3) con la interposición del filtro de protección
propuesto por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El
orden de las pruebas y la interposición o no de los filtros se
realizó de forma aleatoria.
Se utilizó el programa Statgraphics Plus 5.0 Professional
Edition para realizar una estadística comparativa destinada a
evaluar los efectos de los filtros interpuestos en las diferentes
medidas de función visual. Todas las comparaciones fueron
realizadas asumiendo un error de alfa de 0.05.
RESULTADOS
Medidas del espectro de emisi n de soplete, sin y con
interposici n de filtro X-450
Realizadas las medidas del soplete oxiacetilénico, se exponen
a continuación 3 registros de la emisión de dicho soplete, en el
rango de longitudes de onda de 380nm a 750nm. Como puede
observarse en la figura 13a, la emisión del soplete es
relativamente estable aunque existen diferencias entre las
tres curvas presentadas (figura13a).
En la gráfica 13b puede observarse el espectro de emisión de
la llama oxiacetilénica, sin interposición de filtro (línea roja), y
la emisión del mismo soplete, pero con la interposición del filtro
X-450 (línea verde). En la medida realizada con filtro X-450 se
puede observar que, para las longitudes de onda corta
comprendidas entre 400 y 450 nm, se obtiene transmitancia 0
(en unidades relativas), pero permite el paso de las demás
longitudes de onda (del espectro visible), por lo que posibilita
la visión del campo de trabajo (figura 13b).
Figura 13a. Curvas de emisión del soplete oxiacetilénico en el rango de longitudes de onda de 380nm a 750nm, sin filtros, medido tres veces (después de apagarlo y volver a encenderlo).
Figura 13b. Curvas de emisión del soplete autógeno (línea roja) y del mismo soplete oxiacetilénico pero con la interposición del filtro óptico de absorción de longitudes de onda fototóxicas (línea verde). Para esta gráfica comparativa se ha utilizado el registro denominado «soplete 2 , de la figura 14 a.
El daño retiniano por exposición a la radiación
emitida por un soplete de soldadura es, a la vez,
agudo y crónico, ya que la exposición a «luz
intensa de forma aguda se realiza a lo largo de
toda la vida laboral del trabajador
Resultados descriptivos y comparativos de la agudeza
visual
Tras interponer los diferentes filtros de protección, observamos
que el filtro propuesto UCM no inducía cambios significativos en
los valores de agudeza visual próxima (tabla 1 y figura 14). Sin
embargo, con el filtro protector convencional sí se observó una
importante disminución en los valores de agudeza visual
próxima (tabla 2 y figura 14).
Tabla 1. Valores de agudeza visual pr xima, con/sin la
interposici n del filtro protector propuesto UCM, expresada
en escala decimal.
AV
Sin filtro
Filtro
UCM
Diferencias p-
valor
Escala
decimal
0,88
0,35
0,82
0,34
0,06 0,13 0,999
Tabla 2. Valores de agudeza visual próxima con/sin la
interposición del filtro protector convencional, expresada en
escala decimal.
AV
Sin
filtro
Filtro
convencional
Diferencias p-
valor
Escala
decimal
0,88
0,35
0,37 0,22
0,5 0,3
0,000
Resultados descriptivos y comparativos de la
estereoagudeza
No se observaron diferencias estadísticamente significativas en
los valores de estereopsis tras interponer el filtro propuesto
UCM al comparar con los valores obtenidos de estereoagudeza
sin filtro. Sin embargo, al comparar la capacidad de percibir la
profundidad sin filtro y con el filtro convencional, los resultados
mostraron baja capacidad de discriminación de profundidad,
con diferencias estadísticamente significativas (tabla 3 y figura
15).
Tabla 3. Valores de disparidad binocular con/sin la
interposición de filtros protectores para soldadura: filtro
convencional vs filtro propuesto UCM.
Sin filtro (
de arco)
Filtro (
de arco)
Diferencias p-
valor
Filtro UCM
97 95
89 78
8,5 40
0.999
Filtro
Convencional
97 95
279 531 -184 470
0.000
Resultados descriptivos y comparativos de la
discriminación del color
Para la determinación de este aspecto de la función visual se
ha utilizado el número de errores de orden en la disposición
del test FM. Como puede comprobarse en la tabla 4, la
interposición de los dos filtros reduce la discriminación del
color. Al compararse estos valores con los obtenidos en la
valoración sin filtro las diferencias son estadísticamente
significativas. Para una mejor visualización de los resultados se
han transformado los datos en porcentaje de errores, que se
expresa en la figura 16 y en la tabla 5.
Como se puede comprobar en la columna relativa a las
diferencias, el porcentaje de errores con la interposición del
filtro tradicional es muy elevado, en torno al 43%. Sin
embargo, con el filtro propuesto UCM, la pérdida de
discriminación del color es solo del 5%. Una de las
características a reseñar en este apartado es la necesidad de
una explicación exhaustiva de la metodología para la
realización correcta de la prueba. Se quiere aclarar que
siempre se realizó en primer lugar la valoración sin filtro, como
fase de aprendizaje; en cambio, las dos pruebas posteriores
con la interposición del filtro fueron realizadas en orden
aleatorio.
Tabla 4. Número de errores obtenidos con el test
Farnsworth-Munsell, con/sin la interposición de filtros
protectores para soldadura: filtro convencional vs filtro
propuesto UCM.
N Errores
Sin
filtro
Filtro
Diferencias p-valor
Filtro UCM
5 4
6 4
1 3
0,006
*Filtro
Convencional
5 4
17 3 12 5
0
*
Tabla 5. Porcentaje de errores obtenidos con el test
Farnsworth-Munsell, con/sin la interposición de filtros
protectores para soldadura: filtro convencional vs filtro
propuesto UCM.
% Errores
Sin filtro
Filtro
Diferencias
Filtro UCM
18
24
5
Filtro Convencional
18
61
43
Resultados descriptivos y comparativos de la
sensibilidad al contraste
Tras interponer el filtro propuesto UCM se observó una
diminución estadísticamente significativa de los valores de
sensibilidad al contraste en visión próxima para las frecuencias
espaciales 6cpg y 18cpg. Por otro lado, al interponer el filtro
protector convencional, se observó una mayor pérdida de los
valores de sensibilidad al contraste en visión próxima para
todas las frecuencias espaciales. Las diferencias entre el filtro
UCM y el filtro convencional fueron significativas para las
frecuencias espaciales (tabla 6).
Tabla 6. Significancia estadística de la comparativa de los
valores de sensibilidad al contraste en visión próxima
con/sin la interposición del filtro protector propuesto UCM y
convencional.
Frecuencia
espacial
p-valor
Sin filtro vs
filtro
UCM
p-valor
Sin filtro vs
filtro
convencional
p-valor
Filtro UCM vs
filtro
convencional
1,5cpg
0,999
0,000
*0,000
*3cpg
0,417
0,000
*0,000
*6cpg
0,028
*0,000
*0,000
*12cpg
0,316
0,000
*0,000
*18cpg
0,022
*0,000
*0,000
*Al comparar los valores obtenidos por el filtro UCM y el filtro
protector convencional se observan diferencias significativas
en todas las frecuencias espaciales. Los valores del filtro UCM
son sensiblemente más próximos a los obtenidos sin filtro que
los obtenidos con el filtro convencional (figura 17).
Figura 17. Valores de sensibilidad al contraste en visión próxima con/sin la interposición de filtros protectores para soldadura: sin filtro vs filtro convencional vs filtro propuesto UCM. *Significancia p<0,05 entre los valores de SC sin filtro vs filtro analizado.
DISCUSI N
El daño fotoquímico retinal fue descubierto en 1965 por Noell,
quien evidenció accidentalmente que las retinas de las ratas
albinas podían ser dañadas, de forma irreversible, mediante
exposiciones de varias horas o días a luz ambiental, dentro del
rango de intensidad de la luz natural. Este mismo daño
también se produce en ratas pigmentadas cuando las pupilas
son dilatadas. Otros trabajos, como el de Wu e al., de 2006,
demuestran que el daño fotoquímico retiniano ocurre con
diferentes tipos de morfología en diferentes animales.
Con el fin de analizar los efectos fototóxicos de la luz en la
retina se han utilizado a menudo animales a los que se expone
a luz intensa de forma aguda. Estos estudios han
documentado que la luz es capaz, en determinadas
circunstancias, de producir la muerte de los fotorreceptores y
de las células del epitelio pigmentario por apoptosis y por un
mecanismo en el que está implicada la rodopsina (Reme e al.,
2005; Wenze e al., 2005). Por otro lado, la exposición a luz
permanente (Noell e al., 1966; Lawwill, 1973; Tso, 1973; Tso y
Woodford, 1983; Dureau e al., 1999) produce un
adelgazamiento de la capa nuclear externa, indicativo de la
disminución de los receptores. El mecanismo exacto por el que
se producen estos cambios no se conoce, aunque es probable
que la lesión inicial se localice en los segmentos externos de
los fotorreceptores (Organisciak e al., 1994).
En resumen, según la revisión bibliográfica de Wu, los factores
que refuerzan la susceptibilidad del daño por luz identificados
hasta ahora en estudios animales son: la longitud de onda
(Grimm e al., 2000 ); la intensidad de luz y duración de la
exposición (O Steen e al., 1979); los efectos acumulativos de
la luz (Noell, 1966; Organisciak e al., 2010); el ritmo circadiano
(Duncan, 2002; Organisciak e al., 2010); el estado adaptativo:
(Noell e al.,1966); la edad (O Steen et al., 1982) y la genética
(Noell e al., 1971).
Respecto al análisis de las longitudes de onda que producen el
mayor nivel de daño retiniano, se han realizado diversos
estudios. Noell et al., en 1966, demostraron que el tejido
retiniano se deterioraba cuando era expuesto a longitudes de
onda corta. Otros trabajos como el de Okuno et al., en 2002,
repiten este mismo planteamiento y concluyen que el sol, la
soldadura por arco, el corte por plasma y las lámparas de
descarga presentan radiancias efectivas muy altas, con
tiempos de exposición permisibles de solo 0,6 a 40 s, lo que
sugiere que la visualización de estas fuentes de luz es muy
peligrosa para la retina.
Se debe reseñar, para la mejor comprensión de esta discusión,
que se considera que la exposición a luz intensa de forma
aguda causa un daño térmico, mientras que la exposición a luz
no tan intensa pero de forma crónica produce daño fotoquímico
(Margrain et al., 2004). El daño retiniano por exposición a la
radiación emitida por un soplete de soldadura es, a la vez,
agudo y crónico, ya que la exposición a «luz intensa de forma
aguda se realiza a lo largo de toda la vida laboral del
trabajador. Por este motivo, se ha iniciado esta discusión con
la exposición de los trabajos más relevantes en el estudio de
los procesos neurodegenerativos producidos por la luz. En la
segunda parte de esta discusión se comentan algunas
características del daño retiniano por la radiación emitida por
los dispositivos para soldar.
Así pues, las primeras referencias relativas a la lesión retiniana
inducida por soldadura figuran en trabajos realizados por
Terrien en 1902 (Choi et al., 2006). En la bibliografía
encontrada se expresa que «(...) todos los procesos de
soldadura implican los riesgos potenciales que puede conducir
a diversos daños y patologías oculares (Arend, 1996; Tenkate
et al., 1997; Okuno, 2001; Kim et al., 2007; Peng et al., 2007;
Okuno, 2010). Se ha indicado que el 38,3% de los accidentes
laborales en la construcción corresponden a soldadura,
demolición con martillos y pulverizaciones (Woo, 2006). El
elevado porcentaje de soldadores afectados se debe a que
esta actividad causa daños y quemaduras en la piel y a que los
humos producidos al soldar causan el deterioro de la función
pulmonar, como, por ejemplo, disnea, rinitis, asma, neumonía,
cáncer de los pulmones, entre otros (Meo et al., 2003). Pero los
daños producidos por la soldadura incluyen, además,
irritaciones oculares, fotoqueratitis, cataratas, pterigion, entre
otros (Okuno et al., 2001; Meo et al., 2003). Por este motivo es
importante conocer el nivel de radiación emitida por los
dispositivos de soldadura para evaluar los riesgos potenciales
y tomar medidas de protección en contra de ella (Okuno et al.,
2001). Además, los soldadores deben ser instruidos acerca de
la posibilidad de sufrir daños en el segmento anterior y
posterior y de la necesidad de usar gafas de protección
adecuadas para evitar estos daños (Arend et al., 1996).
El estudio propone un filtro que protege al
trabajador de las radiaciones nocivas pero que deja
pasar las longitudes de onda menos energéticas
para permitir la visi n del campo de trabajo
Numerosos estudios coinciden en la necesidad de utilizar las
gafas o pantallas protectoras para el proceso de soldadura,
puesto que los altos niveles de radiación UV provocan grandes
complicaciones oculares (Arend, 1996; Tenkate et al., 1997;
Okuno, 2001; Kim et al., 2007; Peng et al., 2007; Okuno, 2010).
Para ello los sistemas protectores deben proveer al trabajador
de la protección suficiente para realizar su trabajo diario sin
superar la máxima exposición admisible (MPE). Para corroborar
que los equipos de protección ocular cumplían con este
requisito, Tenkate, en 1997, midió, con una película de
polímero fotosensible, los niveles de exposición a la radiación
ultravioleta de un grupo de soldadores. El polímero se adjuntó
a la superficie interna de la pantalla de protección ocular y
reveló que la exposición media estimada ocular (en el interior
del casco) fue de entre cuatro y cinco veces la MPE. Estos
resultados sugerían que era necesaria una protección ocular
adicional para complementar los cascos convencionales de
soldadura.
En concordancia con el trabajo de Tenkate, se publicaron
estudios donde se reportaron casos de daños retinianos en
soldadores que utilizaban correctamente sus gafas de
protección. El examen posterior de los filtros protectores reveló
que solo absorbían las longitudes de onda inferiores a 380 nm,
y solo podrían ofrecer protección contra fotoqueratitis. (Arend
e al., 1996; Choi e al., 2006). Esto demuestra la necesidad de
un estudio pormenorizado de los requerimientos del sistema
de protección según el tipo de radiación emitida.
Con posterioridad a estos trabajos, Maier e al., en 2005, y
Peng e al., en 2007, analizaron diferentes filtros de protección
y demostraron que éstos protegen a los trabajadores de la
exposición de las radiaciones nocivas emitidas por los
dispositivos para soldadura. Más aún, al finalizar el trabajo,
Maier concluye que la maculopatía de soldadura parece ser
más bien una consecuencia de la negligencia frente a las
normas de seguridad. En el presente trabajo se ha medido la
absorbancia de diversos equipos de protección ocular para
soldadores y, en concordancia con los trabajos de Maier y
Peng, se ha encontrado que la transmitancia del UV es nula.
Pero, después del análisis de los resultados obtenidos en la
valoración de la percepción visual, se puede comprobar que el
hecho de que los trabajadores no utilicen sus equipos de
protección no debería ser considerado como «negligencia ,
sino como mecanismo de autodefensa para evitar quemaduras
en las manos y brazos, ya que nuestros resultados indican
que, con los sistemas de protección convencionales, la
agudeza visual disminuye hasta el 58% respecto a la no
utilización de filtros. Teniendo en cuenta que el soplete emite
llamas a más 3500º C, la exigencia de una visión óptima del
campo de trabajo es indispensable para evitar quemaduras en
las manos y errores en las soldaduras que se están
realizando.
Otro trabajo destacado, presentado por Chou e al. en 1996,
expone los resultados de un estudio realizado en una planta
de ensamblaje de vehículos donde se presenta como uno de
los principales riesgos del trabajo con soldaduras, además de
las radiaciones emitidas por el soplete, los desprendimientos
de partículas de metal fundido que son despedidos en todas
direcciones. Este hecho obliga al trabajador a protegerse de
los residuos metálicos mediante la pantalla protectora, que,
como es obvio, también incorpora el filtro ocular. Pero
frecuentemente los soldadores deben trabajar en sitios
oscuros y en espacios pequeños, lo cual reduce su percepción
visual; en tales situaciones, algunos soldadores se quitan las
gafas protectoras para realizar su trabajo (Kim e al., 2007). En
concordancia con los resultados de Kim, el presente estudio
demuestra que los elementos protectores convencionales que
actualmente se encuentran a disposición de los trabajadores
disminuyen considerablemente la percepción visual.
Para evitar la falta de visión sin necesidad de retirar la pantalla
protectora, en este trabajo se propuso un filtro óptico de
banda selectiva que absorbe solo las longitudes de onda corta
en una alta proporción y que es atenuador para el resto de las
longitudes de onda del espectro visible; al tiempo, los
elementos protectores bloquean la radiación UV. Finalmente,
se propone un filtro que protege al trabajador de las
radiaciones nocivas pero que permite el paso de las longitudes
de onda menos energéticas para propiciar la visión del campo
de trabajo.
El presente estudio demuestra que los elementos
protectores convencionales que actualmente se
encuentran a disposici n de los trabajadores
disminuyen considerablemente la percepci n visual
Así pues, en este estudio se han valorado distintos aspectos
de la percepción visual y se ha observado que tanto la
agudeza visual como la sensibilidad al contraste se ven
apenas afectadas al interponer el filtro propuesto UCM,
mientras que con el filtro convencional las pérdidas son
elevadas. La estereoagudeza no disminuye significativamente
cuando se interpone el filtro propuesto por la UCM, pero sí
cuando se utiliza el filtro convencional, produciéndose pérdidas
muy importantes. Respecto a la percepción del color, ambos
filtros producen, de forma estadísticamente significativa, una
disminución en la capacidad de discriminación, siendo más
acentuada para el filtro convencional (43%) que para el filtro
propuesto (5%).
CONCL SIONES
El soplete oxiacetilénico presenta una emisión dos veces
superior para las longitudes de onda corta que para las
demás longitudes de onda. El filtro X- 450 es suficiente
para absorber las longitudes de onda corta emitidas por
el soplete, llegando a transmitancia 0 en el rango de
400-450 nm. Esto permite diseñar un filtro óptico
protector de absorbancia selectiva que elimina al máximo
las longitudes de onda corta y solo aten a, en un
porcentaje mínimo, el resto de las bandas del espectro
visible.
Para favorecer la utilización de los equipos de protección
para soldadura se requiere de un elemento protector que
no disminuya la agudeza visual de los trabajadores. El
filtro UCM mantiene sin cambios estos valores, mientras
que el filtro convencional disminuye en más de la mitad la
capacidad de resolución de los trabajadores.
Para evitar accidentes laborales por quemaduras en la
piel, producidos por una pobre percepción del entorno, se
sugiere el uso del filtro para soldadura propuesto por la
UCM, ya que permite una mejor percepción del contraste
en comparación con el filtro convencional.
Para realizar trabajos con mayor exactitud y precisión en
profundidad y relieve se sugiere el uso del filtro óptico
propuesto por la UCM, dado que no afecta a la
percepción de profundidad, mientras que el filtro
convencional disminuye la estereoagudeza de forma
significativa.
La interposición de ambos filtros protectores produce una
disminución en la capacidad de discriminación del color,
siendo más acentuada para el filtro convencional que
para el filtro propuesto. No obstante, para los trabajos
de soldadura, la discriminación del color no es un
parámetro especialmente relevante en comparación con
otros aspectos de la función visual, por lo que no se
considera este factor como determinante en la
comparación entre ambos filtros protectores.
Los distintos aspectos de la percepción visual se ven
drásticamente disminuidos cuando se utiliza el filtro
protector convencional evaluado. Por el contrario, la
interposición del nuevo filtro protector propuesto por la
Universidad Complutense de Madrid mantiene estables o
disminuye levemente las capacidades perceptivas
evaluadas, resultando ser un sistema protector óptimo
para trabajos de soldadura, por lo que ha sido propuesto
como filtro de referencia a los organismos competentes
para su homologación.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación ha sido financiada por FUNDACI N MAPFRE
(Ayudas a la investigación 2010).
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Influencia del estado muscular en la capacidad de
reacción
ERGONOMÍA
Estudio sobre las respuestas del sistema motor del individuo
La presente investigación pretende comprobar la influencia del estado muscular en la respuesta motora rápida a una solicitación externa. Se sabe que la velocidad de ejecución de un movimiento balístico que incluye desplazamiento articular varía de acuerdo con el estado basal muscular. En este estudio razonamos que los tiempos motor y premotor pueden estar influenciados por el hecho de que el músculo haya estado antes en posición de reposo o manteniendo una contracción que origine fatiga.
Doctor en Medicina y Cirugía. Investigador titular, Instituto de Salud Carlos III, Madrid.
Ph.D. en Medicina. Investigadora contratada, Instituto de Salud Carlos III, Madrid.
Doctor en Medicina y Cirugía. Consultor senior del Hospital Clínic, Barcelona.
En ciertas ocupaciones, tales como trabajar en cintas transportadoras, cadenas de montaje o empaquetado, la exactitud en el gesto es un componente básico de la tarea. Son trabajos que requieren la ejecución de actividades físicas de baja intensidad pero repetidas en el tiempo. Está constatado por diferentes investigaciones que estos trabajos, si se realizan en condiciones de fatiga, pueden provocar dolor, sobrecarga o daño muscular. [1-4]
Los requerimientos de una tarea se comprenden mejor si se tiene una mayor comprensión de cómo la ejecutamos y de cómo nuestro sistema perceptivo colabora en el reconocimiento de cambios en las condiciones de ejecución –fatiga, atención, discriminación– para así adaptar el patrón automatizado a las nuevas condiciones. La fatiga o las alteraciones atencionales pueden por tanto conllevar fallos en la tarea y accidentes laborales. En el caso de la fatiga física, la prevención de dichos estados de fatiga es primordial, a los efectos de regular la cantidad de actividad a realizar en un trabajo, así como la adecuación de pausas de reposo oportunas. [5-7] La fatiga, al igual que otros factores, interfiere la ejecución de la actividad. Con dichas premisas, consideramos de interés el comprobar tres fenómenos:
z En situaciones críticas, cuando se necesita una reacción rápida, saber si hay diferencias en la respuesta motora entre músculos descansados y aquellos sometidos a una
Por J.M. CASTELLOTE.
MEL VAN DEN BERG.
J. VALLS-SOLE.
contracción mantenida previa.
z Saber si es relevante el nivel de fatiga previa.
z Saber si la historia de contracción muscular influye en la ejecución de un programa motor.
Para responder a estas preguntas hemos examinado si los cambios en el patrón motor inducidos por fatiga previa tienen algún efecto en los componentes neurales o musculares en el patrón de respuesta balística en una condición de tiempo de reacción.
MÉTODOS
Sujetos y ámbito de estudio
Dieciséis sujetos (9 mujeres y 7 hombres, de edades entre 27 y 52 años) tomaron parte en el estudio. Todos eran diestros, con visión normal o corregida.
Dispositivo
Los sujetos se encontraban de pie delante de una pantalla de ordenador con los brazos colgando cerca del cuerpo. Se registraron señales electromiográficas (EMG) en el brazo derecho mediante electrodos de superficie colocados sobre deltoides anterior (DA) y sobre tríceps braquial (TB). Se colocó un acelerómetro en el epicóndilo humeral para registrar movimientos del brazo y calcular variables cinemáticas.
Procedimiento
Cada sujeto se estudió en una sesión. Se hicieron dos bloques de cada sujeto, de acuerdo con el tipo de contracción que hubiera que realizar tras ensayos control (EC), bien de larga duración (LD) o de corta duración (CD). El orden de pruebas fue aleatorio entre sujetos. El tiempo entre pruebas fue superior a 30 minutos. El experimento comenzó instruyendo a los sujetos sobre las condiciones de los ensayos. En los EC, los sujetos fueron instados a realizar un movimiento de abducción hasta la horizontal, como respuesta rápida tras la presentación de una señal imperativa (SI) en la pantalla del ordenador. Los ensayos fueron hechos siguiendo paradigmas de tiempos de reacción (TR) sencillos. [8-9] La señal imperativa se generó por el experimentador mediante una señal en el teclado, sin aviso previo.
En cada bloque y tras los EC, los sujetos se colocaron de pie junto a una pared para realizar una contracción máxima contra ella con la muñeca derecha mediante un movimiento de abducción con el brazo, bien durante 30 segundos (LD) como fatiga prolongada o durante 10 segundos (CD) como contracción breve, mientras se mantenían en la misma posición. Fueron instruidos para realizar una contracción máxima. Al terminar la contracción, los sujetos debieron colocarse frente a la pantalla para realizar los ensayos de TR. Estos se realizaron a intervalos de tiempo específicos tras la contracción de 30 segundos hasta un intervalo de cinco minutos.
Antes del comienzo del estudio, los sujetos practicaron un número suficiente de intentos, sin fatiga previa, con retroalimentación de los registros de EMG. Para la situación experimental, los sujetos practicaron el gesto de apoyarse contra la pared, sin empujarla para evitar fatiga innecesaria. El registro de datos comenzó cuando los sujetos se sintieron cómodos con el procedimiento en cada condición. Se registraron 8-10 EC antes de comenzar los ensayos experimentales. Veinte minutos tras finalizar cada bloque de ensayos LD o CD se registraron 8-10 ensayos finales (EF) idénticos al control.
motor inducidos por fatiga previa afectan a los
componentes neurales o musculares en el patrón
de respuesta balística en una condición de tiempo
de reacción
Registro y análisis de datosPara cada ensayo registramos las señales generadas por la SI, la actividad EMG y el movimiento. Los datos se recogieron en un ordenador personal a una frecuencia de 2.000 Hz para posterior análisis con software específico. Para registrar la actividad de fondo de EMG, se midió la amplitud promedio de la señal rectificada de EMG, tanto de DA como de TB, y se midieron durante los 200 ms. que precedían a la presentación de la SI. Para todas las condiciones en las señales registradas tras las SI, medimos las siguientes variables:
z Comienzo de DA, como latencia de la actividad EMG en DA. En aquellos ensayos en que los músculos podían estar activos durante la SI, se consideró como el momento en que la actividad EMG rectificada cambiaba más de 10μV/ms en un lapso de 500 ms tras la SI.
z Comienzo de TB, como la latencia de la actividad EMG en el TB. Los criterios de medición fueron como para el DA ya descrito.
z Comienzo de movimiento (CM). Se mide desde la SI como el momento en que hay un cambio en la señal
acelerométrica.
z Retraso electromecánico (REM). Como la diferencia entre DA y CM.
Aspectos éticos
El estudio ha seguido los requisitos éticos de la Declaración de Helsinki. Los sujetos fueron informados del estudio y dieron su consentimiento para participar en el mismo.
Análisis estadístico
Se utilizaron procedimientos paramétricos. La comparación entre tareas y series se realizó mediante análisis de varianza de medidas repetidas, realizando análisis post-hoc cuando se hallaron diferencias. Las correlaciones entre tareas se calcularon mediante correlación de Pearson. La significancia estadística se estableció para p<0.05.
RESULTADOS
Todos los sujetos realizaron las pruebas adecuadamente. Hay que mencionar que la duración de cada estudio ha sido prolongada al requerir, además de la instrumentación del sujeto, enseñarle a ejecutar todas las partes de la tarea y valorar la recuperación tras el esfuerzo. Pese a ello el estudio ha permitido evaluar la respuesta por contracción mantenida breve y por contracción mantenida prolongada (fatiga).
Las respuestas de deltoides anterior y de tríceps braquial como tiempos de reacción se observan en las figuras 1 y 2 respectivamente. En ellas se comprueba que existe una reducción de tiempos de reacción en ambos músculos para las dos intervenciones realizadas. Asimismo, se comprueba cómo se recuperan los tiempos de reacción y revierten a valores similares a los valores control sobre el minuto cinco. De la misma forma, se observa que hay mayor afectación cuando la contracción previa era prolongada. A efectos comparativos, de este análisis descriptivo de datos, así como de la subsiguiente inferencia estadística, se comprueba la mayor afectación de deltoides
anterior respecto a tríceps, presentando menores tiempos de respuesta, siendo más evidente tras contracción mantenida (p<0.05). Los resultados también muestran la mayor prolongación en la duración de la afectación de deltoides anterior respecto a tríceps en ese menor tiempo de respuesta tras contracción mantenida (figuras 1 y 2), (p<0.05). Las curvas en las figuras 1 y 2 exponen una similitud en la respuesta entre las condiciones de postcontracción sencilla y de fatiga (figuras 1 y 2), (p>0.05).
Figura 1. Tiempo de reacción promedio de todos los sujetos para
deltoides anterior (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. El tiempo de reacción está expresado normalizado tomando como 100% el promedio de valores control. Triángulos rojos: condición de fatiga; rectángulos azules: condición de post-contracción moderada.
Figura 2. Tiempo de reacción promedio de todos los sujetos para tríceps
braquial (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.
El análisis de datos relativos a movimiento ha permitido comprobar que la situación muscular previa también ha afectado al mismo. En la figura 3 se observa la afectación del movimiento, que se ha comprobado es también significativa (p<0.05) en paralelo a la afectación de deltoides anterior.
Figura 3. Tiempo de movimiento promedio de todos los sujetos (en ms)
desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.
Dentro del movimiento, se ha comprobado el valor del retraso electromecánico, que ha resultado no modificarse por el estado muscular previo (figura 4), careciendo de significancia estadística (p>0.05).
Figura 4. Duración del retraso electromecánico promedio de todos los
sujetos (en ms) desde 30 segundos hasta 300 segundos tras la contracción. Normalización respecto a su control y leyenda similar a la figura 1.
Al participar deltoides anterior y tríceps en una misma cadena de movimiento en la tarea mandada, se ha valorado la correlación de sus tiempos de respuesta. Si bien en la situación control la correlación es alta (R2= 0.8), tanto en los casos de fatiga como de breve post-contracción se ha visto una menor correlación (R2=0.4 y 0.5 respectivamente). La correlación entre deltoides y el subsiguiente movimiento ha sido alta en todas las condiciones (R2 entre 0.8-0.9).
DISCUSIÓN
El presente estudio ha permitido ver la transición de respuestas musculares en dos umbrales progresivos de actividad muscular previa. Durante el primer minuto no se han observado diferencias en tiempo premotor, tiempo motor o retraso electromecánico, pero ha habido un acortamiento evidente de tiempo premotor y tiempo motor sin cambios en el retraso electromecánico entre los 90 y 150 ms en los ensayos respecto a las pruebas control. Las diferencias dejaron de ser significativas a los 300 segundos.
El estudio ha permitido evaluar la respuesta por
contracción mantenida breve y por contracción
La influencia del estado muscular sobre los tiempos de reacción ya ha sido estudiada bajo diferentes modelos, con resultados variables. Algunos estudios se han centrado en el tiempo premotor [10- 12], otros han descrito la ausencia de cambios [13-15], mientras que un tercer grupo ha encontrado reducciones en dichos tiempos [16-20]. Las diferencias pueden haber sido debidas a los diferentes protocolos utilizados. Aquellos que han observado reducciones en los tiempos premotores también han observado respuestas diferentes en el retraso electromecánico. Yeung et al. [20] han mostrado un retraso del mismo y lo consideran una compensación para mantener el fin de la tarea. Li et al. [19] usaron imaginería mental para condicionar la respuesta. Castellote et al. [17] emplearon un modelo en el que el músculo se hallaba ya en actividad isométrica o en oscilaciones rápidas. Etnyre y Kinugasa [18] usaron también un modelo de contracción isométrica previa pero de muy breve duración. En todos estos estudios las respuestas han sido medidas justo tras el acondicionamiento, mientras que en nuestro estudio hemos ampliado los tiempos de medición hasta que han vuelto a situaciones basales a los cinco minutos. Este fenómeno, consecuencia de la actividad previa, no ha tenido una relación directa con el nivel de la misma, lo que hace pensar que no es tanto el estado basal de partida, sino más bien la condición y estado tonal muscular los que influyen en la respuesta. Efectos similares se han observado tras estímulos vibratorios, lo que permite considerar que sea un estado funcional aferente mediado por la médula espinal el que condicione la respuesta cortical, voluntaria, de acción motora. El fenómeno se ha observado tanto en musculatura proximal como medial de la extremidad, aunque los efectos son más evidentes en aquella postural (deltoides anterior). Los fenómenos encontrados en movimiento han ido en paralelo, haciendo pensar que son secundarios al efecto premotor, habida cuenta de que no ha habido cambios en el retraso electromecánico considerado en su conjunto.
Por todo ello, consideramos de interés aplicado el prestar atención a las actividades de las personas que realizan trabajos de esfuerzo extenuante, que adoptan posturas incómodas, o realizan movimientos de forma rápida usando los mismos músculos por periodos prolongados de tiempo, ya que una falta en la precisión posterior puede originar resultados fatales en la ocupación o puede ser causa de enfermedades ocupacionales. [21,22] Ciertas tareas en cintas transportadoras, tales como el portar productos de la cinta a cajas, limpieza de fruta, empaquetado o procesado de comida, no solo requieren movimientos precisos y rápidos, sino también una interiorización de la acción a ejecutar, ya que la misma ha de realizarse con precisión en las coordenadas espacio-tiempo, requiere capturar y soltar objetos delicados y en ocasiones además necesita una decisión mental sobre la tarea (como en el caso de seleccionar fruta). El hecho de que los gestos sean repetidos ya reduce el estado óptimo basal muscular ante un evento como una respuesta requerida rápida. Un gesto sigue a otro, y aunque el trabajo sea rutinario, existe poco tiempo para perder la atención, requiriendo cierta consciencia de la acción, consciencia que puede ser externamente modificada [23] por parte del sujeto; también se requiere una capacidad de reacción visual ante requerimientos externos [24], capacidad que puede estar limitada en condiciones de fatiga muscular. Ejemplos extremos se observan en la operación de máquinas y conducción de vehículos. [25]
Debe prestarse atención a las actividades de
personas con trabajos extenuantes, ya que una
falta en la precisión posterior puede originar
resultados fatales en la ocupación o causar
Por todo ello, estos resultados sugieren que el sistema motor del sujeto modula las respuestas rápidas ulteriores. El sujeto no debe alcanzar en su ocupación estados de fatiga elevados, ya que debe estar preparado para responder a cualquier alteración interna o externa, de tal forma que pueda estar atento y anticipar adecuadamente un cambio en las condiciones o en la respuesta [17], tanto en términos de precisión como de rapidez. En las situaciones de riesgo, una equivocación no solo puede originar un accidente, sino que puede tener consecuencias legales.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación ha sido financiada por FUNDACIÓN MAPFRE (Ayudas a la investigación 2010).
PARA SABER MÁS
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