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(1)El humor en los procesos de duelo

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Academic year: 2022

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El humor en los procesos de duelo.

Daniel Roberto Hall Villaveces y Andrés Varela Vargas Facultad de Psicología, Pontificia Universidad Javeriana

Trabajo de grado

Director: Doc. Emilio Herrera-Pardo Noviembre de 2021

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Resumen:

El presente trabajo de grado consiste en una investigación de carácter teórico y de revisión documental en la cual se pretende indagar por la función del humor en los procesos de duelo. Por medio de una extensa revisión de elementos bibliográficos, documentales académicos y medios de entretenimiento contemporáneos; se busca resaltar la relación que tiene el humor al atravesar distintas perspectivas en las cuales interactúa directamente con el duelo. Al definir tanto el concepto de humor como el de duelo y explorarlos a profundidad, se puede llegar a una mayor comprensión del fenómeno. A raíz de esta investigación se pudo encontrar el rol tan importante que tiene el humor en la vida humana como un medio para disminuir el sufrimiento.

Palabras Clave: Psicología, Duelo, Humor, Comedia, Risa.

Abstract:

This project consists of a theoretical research and documentary review in which the aim is to investigate the role of humor in the mourning processes. Through an extensive review of bibliographical elements, academic documentaries and contemporary entertainment media, we seek to highlight the relationship that humor has when crossing different perspectives in which it interacts directly with grief. By defining the concept of humor and grief and exploring them in depth, it is possible to reach a better understanding of the phenomenon. As a result of this research, the important role that humor plays in human life was found as a mean to diminish suffering.

Key Words: Psychology, Grief, Humor, Comedy, Laughter.

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Agradecimientos

A nuestras familias y amigos que nos enseñaron a vivir con humor.

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Tabla de contenido

Introducción y Planteamiento del Problema ... 6

Justificación ... 18

Pertinencia Disciplinar ... 18

Pertinencia Interdisciplinar ... 19

Pertinencia Social ... 20

Objetivos ... 21

Objetivo General: ... 21

Objetivos Específicos: ... 21

Metodología ... 22

Método ... 22

Diseño ... 23

Instrumentos ... 24

Procedimiento ... 24

Consideraciones éticas ... 28

Marco Teórico ... 29

Duelo ... 29

El duelo y sus etapas ... 29

Emociones en el duelo. ... 31

Los tipos de duelo ... 32

Melancolía ... 33

Duelo y cultura ... 34

La muerte, el duelo y humor ... 39

Humor ... 42

El humor y sus teorías... 42

Humorismo ... 47

Humor y su propósito ... 50

Humor y su morfología ... 54

Humor y muerte ... 55

Series, Películas, y Medios ... 58

Discusión... 63

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Conclusión ... 71 Bibliografía ... 75

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Introducción y Planteamiento del Problema

En un mundo donde se restringe el humor y es señalado en ocasiones como una mala práctica, hacer un análisis de este es vital para poder restaurar el valor que tiene para los seres humanos. Su innegable importancia y pertinencia en la sociedad, será expuesta con relación al contexto más alejado del humor y por medio de la pregunta que siempre ha atormentado a los humanos, la pregunta por la muerte. Por lo general, al preguntarnos sobre la muerte se indaga acerca del después de la vida terrenal, pero en este escrito la pregunta es por quienes quedan, es por medio del humor en los procesos de duelo que se pretende subrayar cómo este puede y merece ser aplicado en cualquier contexto.

Para unos el humor no tiene lugar en cualquier escenario; hay más de un ejemplo que representa a esta forma de limitar la comedia, una de las situaciones más conocidas es la de un académico bioquímico británico llamado Tim Hunt. Este profesor de la Universidad de Londres se vio forzado a renunciar a su cargo tras la reacción del público en las redes sociales por un chiste que dijo en una conferencia (BBC Mundo [BBC], 2015).

Por un comentario irónico, el académico se vio seriamente afectado hasta el punto de que su reputación también fue comprometida por el chiste. Entre otras situaciones, hay una cantidad de personas difícil de cuantificar que no tolera el humor en determinados contextos o cuando trata de ciertos temas. Por otro lado, hay personas que encuentran un espacio para la comedia hasta en los momentos menos esperados. Un buen ejemplo para expresar esta postura es el de un hombre irlandés que en su propio funeral ordenó que pusieran un audio que grabó antes de su muerte. En un triste momento el difunto logró hacer reír a sus familiares y amigos en el cementerio donde lo estaban velando (Keydric, 2019).

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La situación descrita previamente logra evidenciar la relación entre dos ideas que parecen ser antinómicas, el duelo y el humor, pero de alguna manera en ese extraño momento encajan perfectamente. Los dos ejemplos mencionados con anterioridad traen a colación dos posturas que hay bastante opuestas sobre el lugar del humor en la sociedad. Y estas dos visiones hicieron que los investigadores se preguntaran inicialmente: ¿Cuál es el rol del humor en la sociedad?

Para hacer un estudio sobre el humor claramente no se puede obviar la palabra comedia, desde su nacimiento se instauró como género literario junto con la tragedia en la antigua Grecia.

La comedia siempre ha tenido unas características específicas que la encapsulan en un estilo alejado del heroísmo; pues el héroe se ubica en la tragedia, mientras la comedia, por otro lado, hace referencia a lo mundano y lo ordinario. Si acudimos literalmente a la separación

Aristotélica de los dos términos se define de la siguiente manera: La tragedia imita al hombre que es mejor que el promedio, mientras que la comedia al hombre que es peor (The New Encyclopædia Britannica, 1995, p.151).

La comedia es un género que ha sido sentenciado desde su nacimiento a representar lo que no ha de destacarse; parte de la razón por la cual no hay gran recolección histórica de la comedia en contraste al volumen de la tragedia, es precisamente esa. No fue tomada en serio por la humanidad porque su esencia era opuesta a la seriedad. Sorprendentemente, desde el

comienzo, la comedia también fue vista con un rol correctivo; como aquello que le pone un espejo a la realidad y la retrata con todas sus falencias y vicios que deben de ser señalados e incluso, evitados (The New Encyclopædia Britannica, 1995). Al comprender este papel, no parece ser tan mundana e insignificante como tiende a ser pintada. Así, la comedia asume un rol ambivalente donde se hace cargo de posturas importantes pero banales, sublimes pero ordinarias.

Y esta contradicción no parece ser bien recibida, algo tan inofensivo como un chiste puede tener

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un peso gigante para una persona, pero ¿por qué? ¿Por qué para unos la comedia es una amenaza y para otros un proceso crucial para llegar a la superación?

Nos vemos ubicados en un momento de la historia donde el humor cada vez va

perdiendo su presencia a causa de ser constantemente demonizado como si su único fin se basara en la burla en vano. Desde esta perspectiva es posible visibilizar una sociedad que siente una amenaza con el humor y lo tilda como si fuera una especie de enemigo, como si las cosas serias se tuvieran que mantener en su seriedad y cada desviación se convirtiese en el enemigo del mundo. Este miedo al humor se manifiesta a través de la censura que cada vez ha estado cobrando mayor fuerza como norma en distintos escenarios de la vida, en particular las redes sociales. Existen varias situaciones puntuales en las que individuos han perdido su trabajo o incluso arruinado su reputación por un simple comentario que se desviaba de “lo prudente”.

Parece ser, que cuando el mundo avanza y demuestra su lado más próspero, la molestia o reacción desproporcionada de la gente ante ocurrencias poco significativas incrementa.

Contradictoriamente, un mundo que ha demostrado ser más próspero que cualquier otro; para muchos, resulta insuficiente. Teniendo en cuenta lo anterior, se puede derivar una interpretación del presente que surge de la presunción de que nos encontramos en un trágico momento de la historia que debe ser tomado con extrema seriedad; donde no hay lugar para la comedia, la risa o el humor. El reconocido psicólogo experimental canadiense Steven Pinker, en su libro

Enlightenment Now (2018), resalta unos eventos que demuestran este fenómeno a través de unas encuestas que se llevaron a cabo desde el año 1992:

En casi todos los años desde 1992 hasta 2015, una época en la que la tasa de delitos violentos se desplomó, una mayoría de estadounidenses dijo a los encuestadores que la delincuencia estaba aumentando. A finales de 2015, grandes mayorías en once países

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desarrollados dijeron que "el mundo está empeorando", y en la mayor parte de los últimos cuarenta años una sólida mayoría de estadounidenses ha dicho que el país "va en la dirección equivocada" (Pinker, 2018, p.86). 1

El autor resalta en la cita previa la noción de grandes grupos de personas, principalmente estadounidenses, que comparten perspectivas pesimistas sobre el estado del mundo actual y el sentido hacia donde está siendo direccionado. En concordancia con esta idea sobre el estado de las cosas, se encuentra un destierro de la comedia aferrándose al pesimismo y la seriedad. Dicha lenta pero constante reducción del foco cómico que puede tener la vida es problemática para la sociedad. No se pueden hacer drásticas afirmaciones, pero, parece haber una tendencia de las nuevas generaciones que cada vez se va acercando a la fragilidad a la hora de tratar algún tema con humor.

La censura no es algo nuevo, obviamente, y afortunadamente hemos evolucionado a encontrar soluciones menos belicosas para aquellos que se salen de la narrativa “normal”. En vez de ser ahorcados o decapitados como en tiempos de la Revolución Francesa, se censuran voces y se cierran cuentas de twitter. Dicho eso, cabe mencionar que no se puede eliminar la

preocupación por la censura por simple falta de violencia; y la problemática en la que nos encontramos merece ser analizada. Todo aquello, para evitar, en términos del pensador chileno Axel Kaiser, una Neo-inquisición (Fundación para el progreso, 2020).

Para hacer una aproximación teórica a esta problemática, es necesario explorar los terrenos que han estudiado el rol que potencialmente puede tener el humor en el individuo y la sociedad. El humor en el campo de las ciencias sociales y en especial la psicología, ya ha tenido

1Traducción propia de los autores.

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varias aproximaciones, se desarrolla de manera terapéutica desde mediados del siglo XX, donde se han realizado múltiples estudios del humor, artículos y en ocasiones revistas enteras como Humor, entre otras, sobre el tema. El humor y la risa en conjunto con el proceso de duelo ha sido visto como un elemento que permite traer beneficios para la salud, tema que en los años más recientes ha sido investigado de manera más exhaustiva, desde la medicina y la psicología han propuesto varios métodos de abordaje. Instituciones como la Asociación Americana de Humor Terapéutico y otros profesionales que han abarcado el tema, exponen que la risa en este tipo de situaciones puede tener efectos psicológicos y fisiológicos positivos para quien está pasando por una instancia de duelo. Zand, Spreen y LaValle en 1999 hacen un acercamiento desde la

medicina a este tema, en el cual exponen que puede existir una reducción en niveles de estrés, disminución de la depresión y mejora del estado anímico en pacientes. Por su parte, desde lo fisiológico la risa también es de gran ayuda pues incrementa la actividad del sistema inmune (Martin, 2001 citando a LaValle et al., 1999, p.504).

Una rama de la psicología que aporta mayor claridad acerca del humor y su buen uso, que en dado caso sería el que desencadena la risa, es la Psicología Positiva. Desde la teoría de las emociones positivas se abre el debate acerca del humor y la risa. Con esta postura se destaca que el humor es una característica única del ser humano, pues ésta, independiente de la cultura, tiene gran significancia, por esto mismo para la teoría tiene un papel estelar, ya que la risa como expresión somática es de las sensaciones que más placer pueden traer al cuerpo. La risa puede expresarse de diversas formas, ya sea con jocosidad, nervios, miedo o alegría, lo cual, hasta el momento, no ha podido permitir dilucidar una definición completamente certera sobre este fenómeno; ya que inevitablemente se puede manifestar en distintos estados anímicos. Aún así, Martin Seligman (2002, citado en Carbelo y Jáuregui 2006), psicólogo positivo norteamericano;

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determina que el humor es aquella capacidad que tenemos los humanos para estimular y provocar la risa, enfoque que es de sumo interés para este trabajo. Es importante también hacer una clara distinción acerca de la propuesta de la psicología positiva, pues según esta, el humor tiene dos polos, el humor positivo y el humor negativo. El primero pretende provocar la risa sin ningún tipo de incidencia sobre quién hace parte del gesto humorístico o a expensas de alguien más, mientras que el segundo pretende darle una mayor ligereza a situaciones trágicas serias o sagradas.

La psicoterapia no se ha quedado atrás en darse el lugar de ser la que pueda tratar casos clínicos por medio del uso del humor, a pesar de que se ha podido evidenciar gran interés

multidisciplinar sobre el humor y su función, la psicología es quién pretende tener la postura más ética para el uso de este. Se han tratado de utilizar técnicas desde múltiples paradigmas y en varios escenarios terapéuticos, pues en estudios e investigaciones se ha demostrado que estas pueden ser una herramienta. Por su parte Carbelo y Jáuregui (2006) plantean varios aspectos de utilidad en terapia:

El humor puede servir para establecer la relación terapéutica de manera adecuada, para orientar el diagnóstico, para facilitar la expresión de las emociones y el trabajo emocional, y para ayudar al paciente a observarse y distanciarse de sus problemas (...) El humor favorece un marco propicio para la expresión de las emociones, y en concreto permite que las expresiones de hostilidad y de otras emociones negativas resulten más aceptables. También puede servir para romper las defensas del individuo,

permitiendo que éste pueda cambiar de actitud, expresarse o reconocer una verdad sin sentirse amenazado (p. 24-25).

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Estos postulados desde la Psicología Positiva permiten dar una aproximación al humor y la risa en el ámbito psicológico, poniendo en la mira al humor como un rasgo positivo que permite acceder al autoconocimiento y al placer que conlleva la risa asociada a este;

independientemente, aún es fundamental seguir profundizando sobre qué función tiene el humor en un evento de duelo.

La manera en la que será abordada esta problemática irá a partir de un breve recuento de la trayectoria de la comedia como género, ya que es una de las formas en las que se expresa el humor. El drama cómico planteado por Aristóphanes fue categorizado como Comedia Antigua en el siglo V a.C., y se basaba en la interpretación de personajes públicos y eventos.

Posteriormente, esta fue reemplazada por la Comedia Nueva de Aristóteles que representaba relaciones privadas, usualmente amorosas, entre hombres y mujeres. Aquella nueva fase de la comedia también demuestra una mayor profundidad en la manera como se articula la trama de este género (Encyclopædia Britannica, 1995, p.155).

Por otro lado, en cuanto al humor, la definición de la palabra es de extraña procedencia;

según la Real Academia Española (2020) esta tiene varios sentidos que surgen de la palabra humoris que significa “líquido, humedad”. Esta definición nos permite retrotraer nuestra mirada hacia el postulado del antiguo discípulo de Demócrito, pionero de la medicina y las ciencias del cuerpo, Hipócrates. Desde sus planteamientos en el periodo clásico (siglo V a.C.) en conjunto con la colección Hippocratic Corpus, planteó la teoría de los humores. Esta teoría que para su momento era la cúspide de la rigurosidad frente a los componentes primarios del cuerpo humano, es definida a través cuatro humores asociados a los cuatro elementos primarios del mundo y a su vez los cuatro órganos más importantes del cuerpo humano (Kalachanis & Michailidis, 2015).

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El rango de aplicabilidad que tiene dicha palabra históricamente es bastante amplio, desde; cada uno de los líquidos que tiene un organismo vivo; luego también haciendo referencia al genio, como índole o condición, hasta; el significado de la palabra en ojos de la psicología como un estado afectivo que se mantiene por un periodo de tiempo (Real Academia Española, 2020). Evidentemente, es de gran interés la forma en la que se define esta palabra en el ámbito de la psicología, no obstante, en el presente trabajo, la palabra humor se usará principalmente

haciendo referencia a la definición que la reconoce como un tipo de estimulación que tiende a producir el efecto de la risa (Encyclopædia Britannica, 1995). Eso dicho, es importante no excluir las distintas formas en las que se define y se ha definido considerando que puede ser relevante para analizar el tema en cuestión.

Ahora bien, se continuará con un acercamiento a las palabras en cuestión y sus respectivos significados con el fin de identificar interacciones entre ellas. Tras pasar por la comedia y todas aquellas palabras similares o directamente relacionadas a ella, posteriormente, se debe hacer un repaso por su opuesto; ya que, esencialmente, se está tratando de encontrar un punto de encuentro entre los dos. La antítesis de la comedia viene siendo; la tragedia, y la Real Academia Española la define de la siguiente manera: “En la Grecia antigua, género teatral en verso que, con ayuda de un coro y varios actores, desarrolla temas de la antigua época centrados en el sufrimiento, la muerte y las peripecias dolorosas de la vida humana, con un final funesto y que mueve a la compasión o al espanto” (Real Academia Española, 2020, definición 1).

La presencia de ambos géneros en este trabajo es más contextual que directa, pues ambos tienen dentro de su esencia algo fundamental; el humor en el caso de la comedia, y el duelo o la muerte en el caso de la tragedia. El hecho de que sea contextual no implica una carencia de importancia para la investigación, ya que es precisamente dentro de esos pioneros de la

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expresión simbólica donde logramos visibilizar o empezar a hacer un acercamiento a la problemática en cuestión: la función del humor en el proceso de duelo.

Con la intención de tener una mayor claridad sobre la función que puede tener el humor sobre los diferentes tipos y procesos de duelo, es importante retornar a la raíz etimológica de esta palabra tan relevante llamada duelo. El concepto de duelo, extraído del latín dolium, dolor o aflicción, es entendido como aquel proceso que es inherente al ser humano y que es

desencadenado de manera póstuma a la pérdida (Dávalos et al., 2008). No siempre la pérdida en los procesos de duelo es en referencia a una persona o ser vivo, también es entendida como la reacción consecuente al fallecimiento o quebrantamiento de un ideal u objeto que era valioso, y por el cual existía un vínculo emocional o afectivo. “Un proceso de duelo, cualquiera que sea, conlleva una afectación cuando aquel vínculo se rompe, pues desencadena efectos psicológicos, físicos y sociales en las personas que pasan por este proceso, claro está que la intensidad de cada uno de estos varía entre procesos” (p.28).

El duelo, como ya fue expuesto previamente; es un proceso que se ve de manera

constante en la vida humana y que, en conjunto con la muerte, es inevitable vivirlo por lo menos una vez en el ciclo vital de un individuo. Por esto mismo, siempre han existido lineamientos culturales los cuales deben ser seguidos con el fin de poder llevarlos de la manera más armónica con quienes rodean y hacen parte de dicha pérdida. Claro está que las costumbres varían entre los múltiples grupos poblacionales que existen alrededor del mundo, y también varía la manera en la cual se aborda conforme a las creencias de quien transita este proceso. Aún así, existe un punto en común entre cada una de las posibles creencias y sus rituales, pues hasta en las culturas más diversas, se debe tener un comportamiento de solemnidad y formalidad frente a la muerte o la

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pérdida; como es expuesto por Averill (1968): aunque este comportamiento “apropiado” sea o no genuino debe ser seguido a cabalidad si se quiere evitar una censura social (p. 722).

El duelo además de requerir un acto ceremonial, también en conjunto con las creencias culturales, como lo expone Averill (1968) es un acto no explícitamente privado por quién sufre la pérdida; el proceso demanda de manera grupal un deber formal de llorar, lamentar, y en casos hasta de sollozar. Se debe adoptar así una actitud, que puede ser forzada o no por respeto,

independiente del vínculo afectivo que se tenga. Por esto mismo, es importante tener claro que el duelo hace referencia a un comportamiento específico dentro de un contexto particular de

pérdida, de este modo las ciencias sociales en conjunto con la medicina han determinado formas de examinar el duelo y los comportamientos que este acarrea (Averill, 1968 citando a Durkheim, 1915., p.722).

Ahora bien, tomando en cuenta que lo que se pretende explorar en este trabajo de grado es la función del humor en los procesos de duelo, desde luego, es relevante analizar la palabra o el género que se manifiesta en escenarios principalmente oscuros o trágicos; el humor negro. El humor negro se define como: “Humorismo que se ejerce a propósito de cosas que suscitarían, contempladas desde otra perspectiva, piedad, terror, lástima o emociones parecidas.” (Real Academia Española, 2020, definición 1). Por esto mismo, es importante recalcar que en el desarrollo teórico será abordado el duelo y sus etapas, ligadas al concepto de normalidad y flujo adecuado de este proceso en diferentes situaciones que afectan al ser humano vincular y social, buscando así el lugar que podría tener el humor como un proceso de asimilación y afrontamiento tras la pérdida.

Es en la última cita donde se encuentra un aspecto muy importante de la problemática que se está planteando, la existencia de este tipo de humor ha tomado siempre un rol

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controversial. Para unos, este tiene una función de burla de la tragedia y no debería existir ya que, como se mencionó con anterioridad, las cosas serias solo se deben asumir con seriedad, no con humor, y mucho menos, con burla. Para otros, el humor en situaciones catastróficas que les han sucedido a nivel individual, o incluso, a nivel familiar o social, de cierta manera, demuestran un paso para la superación. En la segunda interpretación del humor negro, que se mencionó con anterioridad, se determina que el chiste, la burla, la risa o la comedia le quitan el poder a la catástrofe o a la tragedia que ha marcado una situación difícil. Según esta definición, se podría inferir que: El humor negro, manejado de la correcta manera, hace de la tragedia una

oportunidad; que puede suscitar en el individuo que la aplica, un efecto contrario al que naturalmente tendría sin un foco cómico.

Al apoyarse en las secuelas de la tragedia y relacionándola, justamente, con la muerte y la pérdida, se llega a una palabra central en el presente trabajo: el duelo; y por consiguiente, su manifestación más patológica: la melancolía. En su ensayo titulado Duelo y Melancolía, Sigmund Freud (1917) los abarca de esta forma:

El duelo es, por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado o de una

abstracción equivalente: la patria, la libertad, el ideal, etc. Bajo estas mismas influencias surge en algunas personas, a las que por lo mismo atribuimos una predisposición

morbosa, la melancolía en lugar del duelo. (...) La melancolía se caracteriza

psíquicamente por un estado de ánimo profundamente doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la disminución de amor propio (Freud, 1917, p.2).

Esta forma en la que define el padre del psicoanálisis los términos; duelo y melancolía, lleva a comprender las implicaciones que conllevan a los mismos. De igual manera, uno de los

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objetivos del trabajo es identificar si entra el humor, en este doloroso proceso llamado duelo.

Esta unión se puede ver, de una forma distinta, a través del arte, las obras de teatro, las series, películas y, por supuesto, en comediantes.

De las distintas maneras en las que va asomándose esta extraña conexión a la superficie de la normalidad, es donde empezamos a evidenciar que no es descabellado unir estos conceptos tan opuestos como lo pueden ser lo trágico y lo cómico; con eso se llega a la última palabra que merece ser tomada en cuenta, esta se trata del género dramático tragicomedia. El término, encuentra su origen, igual que los otros géneros teatrales, en la antigua Grecia, y evidentemente, consiste en la unión de los aspectos trágicos y cómicos que se presentan en la obra. El novelista alemán Thomas Mann interpreta este género como la única forma adecuada en la que se pueden proyectar las no conciliadas ironías de la vida moderna. En esta vertiente, ve la única manera en la que se puede representar la realidad, no en la distinción de los dos géneros y sus

particularidades esencialmente opuestas; pero en la reflexión del conflicto entre la vida real y la imaginación romántica (The New Encyclopædia Britannica, 1995, p.157).

Mediante los ejemplos como el previamente citado, se hará la mayor aproximación a cómo estas palabras, comedia y tragedia, por opuestas que puedan llegar a ser, tienen algún tipo de armonía cuando se manifiestan en conjunto. En varios escenarios, en todos incluso; visto como una forma de interpretar la vida a través de los ojos de una tragicomedia. Y bien, si son aplicables en tantas facetas de la vida, todas las facetas incluyen los momentos de mayor seriedad, más atravesados por la tristeza y el dolor. Es más, posiblemente, es en aquellos momentos donde la tragedia anhela más la presencia de su opuesto.

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Justificación Pertinencia Disciplinar

Este documento investigativo que une distintas disciplinas y que está intrínsecamente ligado a la vida humana, al estar indagando acerca de la muerte y una mirada humorística de esta, es de suma pertinencia para el saber psicológico. Las bases metodológicas y teóricas de este escrito que se preguntan por la identidad, la cultura, la ritualidad, la vida en sociedad y el

psiquismo de los humanos en la relación del duelo y el humor, también reafirman que la temática en cuestión no podría tener mejor enfoque disciplinar que el psicológico. A nivel histórico en este campo, cómo es expuesto por Martin (2001, p.505) se conceptualizó al humor como un proceso mental que envuelve el uso de elementos cognitivos, emocionales, comportamentales, psicofisiológicos y sociales.

De igual forma, el duelo evidentemente también tiene su componente psicológico, pues cómo es expuesto por Bourgeois (1996, citado en Rubio Espíndola, 2009):

Podemos entender el duelo y procesos de duelo como el conjunto de representaciones mentales (cognitivas y emocionales) y conductas vinculadas con una pérdida afectiva. Es decir, el proceso de duelo se puede aplicar a todas las experiencias psicológicas y/o psicosociales que aparecen frente a cualquier tipo de pérdida (p.2)

El proceso de duelo ha estado presente a lo largo del recorrido histórico de la disciplina psicológica, pues desde el área clínica y de la salud ha sido un fenómeno de la vida humana muy relevante para investigar. También desde la perspectiva psicosocial ha sido investigado a través de las teorías culturales con el fin de indagar acerca del carácter simbólico e identitario de este proceso, pues cómo es expuesto por Rubio Espíndola (2009) la pérdida y el luto son un proceso

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psicosocial, en el cual por medio de manifestaciones socioculturales logra expresar el sentimiento de aflicción hacia aquello que ya no está (Espíndola, 2009).

Freud (1917) en su texto Duelo y melancolía expone que el proceso de duelo está

acompañado por un estado de ánimo doloroso, este conlleva a una inhibición del yo que quita el interés por el mundo exterior, que, al no ser llevada de la forma adecuada, culminaría en la melancolía, o desde otras posturas al duelo patológico. Esta investigación, teniendo en cuenta el apartamiento de la realidad que se da al perder un objeto valioso, busca por medio del humor entregarle a este proceso, acompañado por rituales de muerte, un efecto sublimatorio para quienes sufren o tienen una aflicción.

Teniendo en cuenta lo anterior, tanto el proceso de duelo como el humor son procesos mentales que requieren de una interacción con el saber psicológico, pues para comprenderlos más a fondo es necesario recurrir a este, buscando así encontrar una delimitación y aplicación teórica y metodológica para la construcción de conocimientos valiosos que giren en torno a la articulación de dichas categorías.

Pertinencia Interdisciplinar

Aunque la pretensión de este escrito sea plantear una postura psicológica sobre el duelo y el humor, existen otras disciplinas que también aportan a la generación de conocimiento de este terreno del saber que deben ser resaltadas. La sociología recoge la categoría de duelo y reformula la misma dirigida hacia el saber sociológico, en la cual Gatti (2015, p.5) expone que por medio de una recolección histórica se encuentra al duelo como aquel “mecanismo que el entorno social utiliza para permitir que una persona recupere la primacía de su principio de realidad que varía en el espacio y con el tiempo”. Esta definición permite también entender el valor colectivo que tiene el duelo y sus rituales, pues por medio de las dos categorías que despliega el duelo, el

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tiempo y el espacio, llega a un punto de estabilidad en el cual el sentido o valor simbólico que estaba puesto sobre lo perdido vuelve a la terrenalidad instaurándole un nuevo sentido a la vida, a raíz de la muerte.

Por su parte el humor y la comedia también han sido abordados desde otra perspectiva teórica no psicológica, pero que de igual forma es de gran afinidad, como lo es la filosofía.

Aristóteles en La Poética (335 AC/2011) hace claridad acerca de cómo se ha observado a la comedia en el diario vivir, en lo cual la dota a la clase social más indeseable como el objeto central que provocase la risa; es la comedia así una imitación de lo mundano, un cuadro dramático de lo ridículo. Esta definición es de suma importancia pues encuentra un punto de referencia para el valor ontológico y de proveniencia del término, nutriendo de sentido a la comedia e instaurándose como género dramático al igual que la tragedia.

La importancia de la conexión entre las ciencias del saber abarcadas en este estudio, tiene como finalidad generar métodos que permitan la creación de nuevo conocimiento y de crítica.

Como lo plantea Remolina (2014) la interdisciplinariedad debe generar un intercambio de saberes entre las disciplinas que por medio de interacción y cooperación permitan dotar de sentido la investigación científica. Es así como esta aproximación investigativa pretende generar un diálogo articulado entre las ciencias sociales, como la filosofía, la sociología y los diferentes enfoques de la psicología en la pregunta por el rol del humor en los procesos de duelo.

Pertinencia Social

Indagar acerca de la conexión que existe entre el humor y los procesos de duelo, desde la perspectiva psicológica es de gran valía, pues en primera instancia, como plantearon Llácer, et al.

(2019) el duelo “es una experiencia universal, por la que todas las personas pasarán

ineludiblemente a lo largo de su vida” (p.73); por ende, es una constante que nos aqueja varias

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veces a lo largo de nuestro ciclo vital. Entendiendo que el duelo no sólo aplica como aquella pérdida material o de un ser vivo, si no también como la pérdida de un ideal, de un empleo u otra situación; aprender más sobre este proceso nos abre la mirada, para luego saber cómo desde el quehacer psicológico podemos generar una mejor compresión sobre el fenómeno.

Teniendo en cuenta el paso de la pandemia por el Covid -19, nos encontramos en un momento histórico dónde los procesos de duelo ocurren con mayor rapidez y los rituales de muerte a los que se acostumbraba dejaron de ser del mismo modo por la contingencia actual. Es un tiempo en el cual se está tomando la vida con mucha seriedad y sin lugar para la risa y la felicidad, por eso mismo este escrito busca también otorgar un lugar de alivio para quienes han pasado por este periodo y han sufrido pérdidas de todo tipo. Es la función de la psicología acudir al llamado de las necesidades de los humanos, buscar nuevas formas de innovar en la

construcción de conocimiento, y conocer y atenuar el sufrimiento humano.

Objetivos Objetivo General:

1. Indagar cómo puede incidir el humor dentro de los procesos de duelo.

Objetivos Específicos:

1. Investigar acerca de la relación que han tenido los conceptos de humor y duelo en la sociedad.

2. Explorar las diferentes teorías que hay alrededor del humor y su relevancia en el individuo.

3. Explorar las diferentes teorías del duelo y los factores sociales que este proceso conlleva.

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4. Analizar la relación que tienen los medios de comunicación y entretenimiento a través del humor en el proceso del duelo

Metodología Método

Para el desarrollo metodológico de este trabajo se utilizó como modelo el de una tesis teórica, pues en el desarrollo de esta nace una rigurosa investigación teórica y conceptual.

Específicamente, este trabajo buscaba comprender cuál puede ser la función del humor en los procesos de duelo; todo esto por medio de la revisión de múltiples artículos, extraídos de las bases de datos académicas, tal y como diccionarios psicológicos, investigaciones científicas, charlas sobre temas relacionados, literatura, medios de entretenimiento que transmiten mensajes relevantes y revistas que fueron utilizadas como antecedentes y como aportes al desarrollo teórico del trabajo de grado. Por consiguiente, tener una clara definición de que es una tesis teórica es de suma importancia, esta se entiende como:

Aquellos trabajos cuyo método de investigación se centra exclusivamente en la recopilación de datos existentes en forma documental, ya sea de libros, textos o cualquier otro tipo de documentos; su único propósito es obtener antecedentes para profundizar en las teorías y aportaciones, ya emitidas sobre el tópico o tema que es objeto de estudio, y complementarlas, refutarlas o derivar, en su caso, conocimientos nuevos. (Universidad América Latina, s.f., p.7)

Esta definición permitió dilucidar el trasfondo y eje central de la tesis, puesto que se basó en una búsqueda de antecedentes, la intencionalidad de la misma era poder complementar estos aportes teóricos previos, por medio de un relacionamiento de las dos categorías centrales, el humor y el duelo; pues cómo lo plantea Hernández Meléndrez (2006) “los métodos teóricos

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crean las condiciones para ir más allá de las características fenoménicas y superficiales de la realidad”(p. 33), siendo esta la intencionalidad del trabajo de grado; se quería ir más allá de aquellas pautas de comportamiento relacionadas a los procesos de duelo. Para poder lograr este objetivo se consultaron diversos elementos documentales académicos que permitieron establecer la metodología adecuada que diera paso a una reflexión, un análisis lógico de las categorías y unos lineamientos para la estructura del trabajo.

Finalmente, por medio del método de análisis lógico, la investigación pretendió encontrar la esencia de las categorías fundamentales planteadas, pues parte de esta explicó el desarrollo histórico y además consideró la evolución de la concepción humana acerca de dichas categorías.

Así mismo, este trabajo estudió también “la trayectoria real de los fenómenos y acontecimientos en el decursar de su historia (…) y las leyes generales de funcionamiento y desarrollo de los fenómenos” (Hernández Meléndrez, 2006, p.36). En otras palabras, por medio de un análisis categorial lógico, se buscaba visibilizar de manera panorámica la función del humor en los procesos de duelo.

Diseño

Debido a que la presente investigación teórica es de orden lógico, se llevó a cabo un diseño no experimental de carácter transversal. Los autores Agudelo, Aigneren y Ruiz (2008) definen una investigación no experimental de la siguiente manera: "La investigación no experimental o expost facto es cualquier investigación en la que resulta imposible manipular variables o asignar aleatoriamente a los sujetos o a las condiciones" (p.39). Tomando la cita previa en cuenta, existen dos tipos de investigaciones no experimentales, las transversales y las longitudinales. En este caso el escrito fue transversal considerando que las variables observadas, aunque fueran correlacionadas con hallazgos históricos relevantes para su interpretación, se

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observaron los aportes de individuos de la actualidad a través de distintos medios: como lo son Twitter, Youtube y Netflix. Los autores definen este tipo de diseño de la siguiente manera: “Los diseños de investigación transeccional o transversal recolectan datos en un solo momento, en un tiempo único. Su propósito es describir variables, y analizar su incidencia o interrelación en un momento dado.” (p.41).

La investigación no experimental transversal fue correlacionada con diversos aportes teóricos y fenómenos que se han visto relacionados a los temas centrales del presente trabajo. Así mismo, se analizaron variables y su relación entre sí con la forma en la que se desenvuelven en el presente sin omitir el origen de los términos y teorías que son tomadas en cuenta a lo largo de esta investigación.

Instrumentos

Para este trabajo investigativo se usaron los siguientes instrumentos:

1. Herramientas Tecnológicas: Dispositivos Electrónicos con acceso a Internet;

Aplicaciones de videoconferencias (Teams & Meet, Netflix, Youtube, Twitter) . 2. Base de datos académicas (Biblioteca Pontificia Universidad Javeriana - Bases de datos

Biblos Javeriana, Google Scholar)

3. Libros y elementos bibliográficos académicos.

4. Asesorías académicas para proyecto de grado, por el Dr. Emilio Herrera.

Procedimiento

Inicialmente, desde el año 2020 se empezaron a hacer exploraciones sobre el humor negro como fenómeno muy presente en la sociedad actual, como algo que se manifiesta en distintos ámbitos de la actualidad; a través de series de comedia, stand-ups, largometrajes, videos cortos y hasta en las redes sociales. La cantidad de medios que ofrecen estos contenidos hizo que

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los investigadores se cuestionaran frente a la aparente necesidad de su presencia. También, parecía ser un tema controversial donde para una gran parte de la población hay límites donde la comedia no debe participar, mientras que la otra postura veía una oportunidad del humor

alrededor de temas bastante sombríos.

Más adelante, el componente controversial de la comedia empezó a ser un buen punto de referencia para iniciar una observación detallada sobre el fenómeno y las posibles implicaciones que ha tenido este género en el transcurso de la historia. Los autores empezaron a analizar largometrajes, como La Vida de Brian (Jones, 1979), que es una sátira de la religión cristiana; El Nombre de la Rosa (Annaud, 1986), un drama basado en la novela de Umberto Eco (1980) donde se relata la búsqueda por parte de un monje del segundo tomo de la poética de Aristóteles, un libro perdido que supuestamente trata de la comedia. También, se observaron series como El Método Kominsky (Douglas et al., 2018-presente) y Afterlife (Gervais, R, 2019-presente), donde se explora el género de la comedia desde un foco bastante trágico altamente influenciado por la muerte y el sufrimiento de los personajes principales. Fue esa misteriosa armonía entre lo trágico y lo cómico, lo que capturó la atención de los investigadores. Por esta razón, se decidió

comprender cuál era la relación entre estos dos temas tan opuestos. Con base en ese interés, los autores buscaron cuales eran los conceptos que tenían que ser tomados en cuenta para estructurar el proyecto de grado.

La comedia siempre fue uno de los ejes centrales del proyecto y puesto que esta se quería llevar al extremo de su relevancia en la sociedad, los investigadores incorporaron el proceso de duelo como uno de los puntos centrales a ser tomados en cuenta; donde se podría ver si en un proceso como este, poco cómico por naturaleza, también se lograría encontrar un espacio para el humor, inevitablemente se justificaría su relevancia en cualquier otro escenario. Los autores

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dudaron sobre cuál debió haber sido la tercera palabra para incorporar en esta investigación ya que la palabra humor, aunque muy relevante, tal vez no era lo suficientemente específica para hacer alusión al aspecto relacionado a lo cómico que pretendían trabajar.

Aunque muy relacionado con la comedia, el humor también puede ser tomado como un estado anímico con un rango bastante amplio, o como lo define el filósofo Umberto Galimberti en el Diccionario de Psicología (2002): “Tonalidad de base afectiva. (...) El tono del humor, que ocupa toda la gama que va de la felicidad a la tristeza, influye en la actividad intelectual, volitiva, de conducta, así como en las funciones vegetativas y somáticas.” (p.577) Los investigadores notaron la importancia de contemplar la palabra humorismo ya que hace una conexión directa con la forma en la que se pueden ver las cosas desde otro foco “Interpretación aguda e indulgente del lado ridículo de cosas y personas” (Galimberti, 2002, p.577) Aún así, la discusión entre la palabra que debía ser usada de forma central en el trabajo de grado siguió abierta.

Tras tener una mayor noción del tema los autores consultaron con su director de tesis, quien les indicó hacer una investigación de la literatura, o un Estado del Arte, sobre los dos temas que pretendían ser tratados en la presente investigación: el humor y el duelo. Se inició una exploración de las palabras principales intentando reflexionar la etimología de estas. También, se inició un sondeo de su presencia en el transcurso de la historia y las distintas connotaciones que las palabras han tenido. Durante la producción del trabajo, los autores hicieron una carpeta en donde tenían cualquier tipo de información relevante o bibliográfica que posteriormente podría ser utilizada en el trabajo de grado. A nivel teórico se llevaron a cabo rigurosas indagaciones de reconocidas figuras que han tomado estos temas en cuenta como lo son: Aristóteles, Freud, Umberto Eco, entre otros para así ir esclareciendo cada vez más la posible relación que tienen estas categorías.

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Teniendo siempre presente y continuando con la investigación de aportes teóricos que se han dado históricamente; los autores acudieron a personajes más contemporáneos para analizar el tema en cuestión y su presencia en la actualidad. Como se mencionó previamente se observaron series y también comediantes relevantes como lo es Ricky Gervais que siempre ofrece una alta porción de humor negro tanto en sus stand-ups como en sus series de televisión. Los aportes de este reconocido comediante inglés fueron un gran motor para el trabajo, tomando en

consideración la respuesta que ha tenido la audiencia en las redes sociales. A través de distintos testimonios de personas en Twitter que agradecen la presencia de ese tipo de humor relacionado con el duelo, los investigadores identificaron respuestas muy positivas; donde personas que se encontraban en situaciones similares a las que narra la serie, compartían experiencias

relacionadas con su propio duelo y cómo han sido influenciados por la comedia en este formato.

Más adelante, los autores acudieron a un profesor llamado Jerónimo Pizarro de la

Universidad de los Andes quien dicta una clase titulada ‘Teorías del humor’. Este encuentro con el profesor fue una gran oportunidad para que los autores expandieran su conocimiento con relación a estas temáticas e igualmente lograran adquirir más herramientas bibliográficas y referentes teóricos pertinentes para la investigación. En el encuentro hubo concordia con respecto a varios temas que estaban encaminando el trabajo de grado, y también, como herramienta para su asignatura, el profesor usaba fuentes que los autores ya estaban

contemplando para sustentar la investigación. Por otro lado, con relación a la dificultad por parte de los investigadores frente al uso de la palabra Humor vs. la palabra Humorismo mencionada con anterioridad; esta barrera en la categorización también fue abarcada en el encuentro donde Pizarro ayudó a los estudiantes a esclarecer la diferencia entre las palabras, gracias a ello los autores decidieron usar la palabra Humor en su investigación. Adicionalmente el profesor sugirió

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textos como: La enfermedad, el sufrimiento y la muerte entran en un bar de Ricardo Araújo Pereira (2018), que terminó siendo un libro esencial para el análisis que se estaba haciendo sobre el humor y la muerte.

Finalmente, a través de encuentros semanales con el director de tesis los autores lograron darle una forma al documento donde se abarcaron los temas y objetivos planteados para este trabajo de grado. La tesis de grado se concluyó a mediados del mes de noviembre de 2021.

Consideraciones éticas

Debido al alto uso de elementos electrónicos, por la contingencia del Covid-19, el Colegio Colombiano de Psicólogos y la Asociación Colombia de Facultades de Psicología ASCOFAPSI plantea unos referentes éticos mínimos para la seguridad y el uso de teléfonos inteligentes en los cuales explican cómo se debe tener un buen manejo y seguridad de la información en la computadora de los usuarios. Por esto mismo, este trabajo de investigación archiva y recupera sus datos e información en los canales y aplicaciones de almacenamiento que provee la Pontificia Universidad Javeriana.

En el desarrollo de este escrito es importante tener en cuenta el factor ético en

investigación, por esto mismo nos basamos en la definición de ética de Baruch Spinoza (1980) en dónde ésta “contendría un pensamiento sobre todo terapéutico (...) que propondría más que nada una actitud moral” (p.14). A esta definición atamos nuestra investigación que como dicho con anterioridad será rigurosa y dentro de su alcance utilizará información académica adecuada y reflexiones orientadas hacia un fin terapéutico. El aspecto moral de esta investigación como es propuesto por Ricoeur (2002) está ligado a la concepción del “deseo de una vida buena” en dónde cómo lo expresa el autor ha de tener un carácter universal. Por esto mismo, en esta investigación documental se apelará a no traspasar ningún límite que corte con este ideal.

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Marco Teórico

Duelo

El duelo y sus etapas

El duelo es un estado completamente normal por el que pasa un individuo tras la pérdida de un objeto significativo. Para conformar una perspectiva según la literatura psicológica en cuanto a la estructura de este estado tan característico de la humanidad, es necesario estudiar su definición y los distintos componentes que lo conforman como un estado de transición después de la pérdida. Galimberti (2002, p.359) lo define como un “estado psicológico consecuente a la pérdida de un objeto significativo que formaba parte integrante de la existencia.” Por otro lado, Freud (1917, p.2) diría que el duelo viene a instalarse cuando el ser humano “pierde a un ser amado o una abstracción equivalente”. Las dos definiciones hacen referencia a una reacción que parece estar presente en todos los seres humanos; un estado de batalla donde en un intento de procesar la ausencia de un ser querido el hombre pasa por una serie de etapas que ayudan a seguir con la vida, reconociendo que ese objeto perdido no está y no volverá.

Cabe resaltar que el duelo no hace únicamente referencia a una pérdida física, ya que una pérdida a nivel simbólico también puede desencadenar sentimientos similares en la persona.

Meza, et al. (2008, p.28) hacen la siguiente aclaración sobre el duelo: “Se tiende a pensar en el duelo sólo en el contexto de la muerte de un ser querido, pero también suele producirse como reacción ante la pérdida de una persona amada o de alguna abstracción que ha ocupado su lugar, como la patria, la libertad, un ideal, entre otros.” Dicho eso, es necesario comprender que esta noción del duelo, aun cuando haga referencia al de una abstracción, es un proceso normal que es inherente a la vida humana. Teniendo en cuenta lo anterior, profundizar sobre los tipos de duelo por los cuales puede pasar una persona en su ciclo vital es de gran valía, ya que el duelo también

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puede tener una expresión patológica, usualmente referida como melancolía, término que se abordará más adelante.

Las etapas del duelo planteadas por los autores que se discutirán a continuación no deben ser tomadas como una vía única por la que se debe pasar para llegar a la superación, cada

individuo vive esta experiencia a su propia manera. Estas etapas se basan en el análisis que han hecho los autores al ver las distintas fases emocionales y comportamentales por las cuales pasa un individuo, desde que pierde a un ser amado hasta que puede “seguir” con su vida sin él.

Aunque no haya un consenso, los distintos autores que tratan de nombrar y darle forma a estas etapas van por líneas similares; en un intento de darle lógica a un proceso que aún no logramos comprender.

Una de las primeras en exponer dicha ruta fue la psiquiatra suizo-estadounidense Elizabeth Kübler-Ross (1969), quien alude al proceso de duelo en cinco etapas: la negación, la depresión, la cólera, el reajuste, y finalmente, la aceptación. Posteriormente, el Dr. Milton. J.

Horowitz (1976) expone su interpretación de duelo contando con cuatro etapas: la protesta, la intrusión, la obtención y la conclusión. Más adelante en la década de los setenta, Davidson (1979) expone sus cuatro etapas: Shock e inestabilidad, búsqueda y ansiedad, desorientación, y finalmente, reorganización. Por último, el reconocido psicólogo inglés John Bowlby traza la siguiente ruta del duelo en cuatro etapas: Embotamiento, anhelo y búsqueda, desorientación y desesperanza, y termina en la reorganización. Aunque distintas, todas coinciden con al menos tres momentos o etapas cruciales; donde en la primera, el sujeto doliente se encuentra en estado de shock y hay una tendencia por la negación de la perdida, luego, hay una etapa intermedia donde hace un intento de buscar un reemplazo del objeto perdido que usualmente está

acompañada por la ira. Por último, la tercera etapa es donde el sujeto logra establecer, así sea

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parcialmente, su vida como lo era antes de la pérdida, y logra aceptar que el ser amado no volverá. Este exigente y complejo proceso en su expresión conocida como “duelo normal”, tiende a durar entre seis y doce meses desde que ocurre la pérdida (Pinzón, 2010).

Emociones en el duelo.

El duelo al ser un proceso de larga duración cómo fue expuesto anteriormente, también acarrea una afectación emocional asociada a la pérdida. Gil-Juliá et al. (2008) determinan que:

“La expresión del duelo incluye reacciones, que muy a menudo se parecen a aquellas que acompañan a trastornos físicos, mentales o emocionales”. Esta definición da apertura a ver el alcance que tiene la muerte en la vida humana; evidentemente afecta y cómo se podrá notar más adelante; simbólicamente, también incide en la identidad. Para el enfoque de la presente

investigación, por su postura psicológica, los estados mentales y emocionales de este proceso son relevantes. Los sentimientos mayormente percibidos en los procesos de duelo son: “tristeza, angustia, apatía, enfado, ira, culpa, soledad, abandono, impotencia, insensibilidad y extrañeza con respecto a sí mismo o ante el mundo habitual” (p.106).

Las emociones frente a la muerte vienen ligadas a las creencias que tenga el sujeto que esté pasando por el proceso, más adelante se tocará a profundidad este tema, pero ha de ser resaltado en esta instancia puesto que las emociones dependiendo de la cultura tienden a variar en los procesos de pérdida. Para esto, Bonnano y Papa (2003, p.5) desglosan la variedad de emociones que existen en este proceso, cómo aquellas emociones negativas como ira, desprecio, hostilidad, miedo y culpa que asociamos a la tristeza. Así mismo, los autores destacan otro tipo de emociones positivas que también hacen parte del proceso de duelo, la felicidad, el orgullo y la diversión. A veces, es difícil poder ver las emociones positivas en los procesos de duelo, pero están ahí presentes en por lo menos una de las etapas del duelo. Aun así, es importante

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mencionar aquellos acercamientos que han existido sobre el tema, donde emociones positivas también están presentes.

Los tipos de duelo

La concepción del duelo como fue expuesto anteriormente se puede comprender como un proceso bastante variable, capaz de estar presente de distintas formas; e incluso, estando sujeto a situaciones que le anteceden, puede empezar a verse desde antes de la pérdida (Meza, et al.

2008). Entre los tipos de duelo se encuentra el duelo anticipatorio, que hace referencia al sujeto que inicia su proceso de duelo antes de la pérdida del objeto amado. Usualmente hace alusión a cuando una familia se entera de una enfermedad terminal de uno de sus integrantes, lo cual la obliga a prepararse para la separación final que vendrá en cualquier momento. Meza, et al.

(2008) describen el duelo anticipatorio como el duelo que comienza antes de la muerte “Cuando se emite un pronóstico de incurabilidad, se produce tristeza en el familiar, pero también una adaptación más o menos inconsciente a la nueva situación que se acaba de crear. (...) ofrece a las personas involucradas la oportunidad de compartir sus sentimientos y prepararse para la

despedida” (p.30). Así mismo, Meza, et al. (2008) hacen referencia a otro tipo de duelo que también ocurre antes de la muerte que es el preduelo, el cual alude a la noción de que el familiar está muerto en vida, el sujeto llega a comprender que su ser querido ya está muerto, notando el estado de salud tan deteriorado en el que se encuentra. A diferencia del duelo anticipatorio, el preduelo indica una situación donde el familiar cambia significativamente antes de su muerte, este tipo de duelo se puede vivenciar sobre todo con enfermedades mentales; donde aun así siga vivo el familiar o la persona amada, no es el mismo de antes.

Ahora bien, el duelo tiene formas de manifestarse en las que se pueden hacer

observaciones patológicas, dependiendo de cómo el individuo esté demostrando la manera en la

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que afronta la pérdida de un objeto amado. Un ejemplo de lo que torna a ser un duelo no saludable, es el duelo inhibido que es donde “se niega la expresión del duelo porque la persona no afronta la realidad de la pérdida. Puede prevalecer una falsa euforia, que sugiere la tendencia patológica de la aflicción” (Meza, et al., 2008, p.30). La mayoría de los seres humanos han demostrado tener relaciones completamente dependientes con el objeto amado, dependientes pero comprensibles. El duelo es la forma en la que las personas hacen ese complejo tránsito de la dependencia a la independencia; sin embargo, lamentablemente, a veces ese paso es imposible de tomar.

Melancolía

Se puede ir notando como el proceso de duelo puede tener una expresión patológica en el sujeto que no permite que se desarrolle naturalmente. Esta expresión, se convierte en el último tipo de duelo que se puede comprender hasta el momento, un duelo que no es saludable porque no se soluciona; el duelo patológico o melancolía. En términos de Freud (1917, p.2), la

melancolía “se caracteriza psíquicamente por ser un estado de ánimo profundamente doloroso, una cesación del interés por el mundo exterior, la pérdida de la capacidad de amar, la inhibición de todas las funciones y la disminución de amor propio”. Asumiendo esta postura proveniente del padre del psicoanálisis, se puede comprender que el estado melancólico viene de la mano con una autopercepción negativa por parte del sujeto que la experimenta, una interrupción en el interés por interactuar con su entorno, y una aparente incapacidad de amar. La relación del individuo con el mundo en un estado melancólico cambia completamente, en este momento; la pérdida del objeto amado fue intolerable para el doliente, y la percepción que tenía de la vida antes de la pérdida, no puede ser reemplazada por una donde el objeto amado, no está.

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Se puede notar de esa manera, el alcance que tiene la pérdida de un objeto en una

persona. Donde la sensación de dolor se exacerba de tal manera, que la forma en la que el sujeto en un estado melancólico se presenta al mundo, puede cambiar drásticamente; y así, expresarse con una especie de autocrítica y empequeñecimiento como se mencionó con anterioridad. Esa es una de las características que separan al duelo de la melancolía: “el melancólico muestra (...):

una extraordinaria disminución de su amor propio, o sea un considerable empobrecimiento de su yo” (Freud. 1917, p.4). Es decir, en el duelo, el sujeto arroja el sufrimiento de alguna manera al mundo, viéndolo como más oscuro, mientras que, en la melancolía, la pérdida del otro resulta en un castigo al yo.

En sus reflexiones sobre el duelo y la melancolía, Freud (1917) observa que la forma en la que el sujeto melancólico expresa sentimientos negativos hacia el mismo, en varias ocasiones, se alinea más a las actitudes y a la personalidad del objeto amado que ha perdido. El análisis que lleva a cabo Freud expone una cosa fundamental; el sujeto en un estado melancólico fue incapaz de separarse del objeto perdido, y por esta razón, el objeto perdido retorna al propio yo. Se podría incluso decir que de alguna manera; la melancolía es un intento fallido de representar al objeto amado que se perdió. Y al no estar presente la necesaria distinción entre el sujeto y el ser amado que ya no está, el duelo se convierte en patológico. Dentro de este complejo, y de cierta forma, trágico desenvolvimiento por el cual se llega a la melancolía, se conoce una especie de fórmula para evitar llegar a él, la simbolización; que viene siendo la estrategia que usan los seres humanos para lograr alejarse del objeto (Freud, 1917).

Duelo y cultura

Tras haber comprendido con mayor claridad las definiciones, posturas y perspectivas del duelo, es imperante hablar de la cultura, categoría que le otorga valor simbólico y significado a la

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pérdida. La cultura, como es planteada por Giménez (2005) consiste en aquellos significados compartidos que perduran sobre el tiempo, cargados de emotividad y una carga simbólica que fluctúa en una población. Desde la postura de Strauss y Quinn (1997) acerca de la cultura y su definición desde una mirada antropológica cognitiva, se expone el concepto como aquellas representaciones mentales que hacemos en conjunto con los demás, por medio de la cognición y el aprendizaje. La importancia de estas definiciones recae en el valor simbólico que le damos a la muerte, cómo transmitimos este suceso generacionalmente y los lineamientos y acciones

correspondientes para recibirlo. De esta forma, se entiende que la cultura tiene la cualidad de perdurar sobre el tiempo, de instaurar actividades y actuares que deben cumplir los miembros de una población, ya sea en grupo o de manera solitaria; a estos los denominamos ritos o rituales.

Para entender de mejor manera como funcionan estos ritos, debemos comprender el rol de la identidad y su lugar en conjunto con la cultura, para esto Giménez (2005) expone la siguiente definición de identidad: “Nuestra identidad sólo puede consistir en la apropiación distintiva de ciertos repertorios culturales que se encuentran en nuestro entorno social en nuestro grupo o sociedad” (p.1). Es por medio de esta definición que la relación entre identidad y cultura se torna más clara, debido a que son aquellos significados simbólicos traídos de la cultura, que luego apropiados en las interacciones sociales conducen a una manifestación de un acto formal, permitiendo cargar con un valor afectivo a los espacios y gestos rituales.

Desde su raíz etimológica ritus en latín, definida como actividad religiosa, permite dar claridad acerca de cómo estos tienen un estrecho vínculo con quién es la persona y sus rasgos distintivos (Real Academia Española, 2020). Sin embargo, Rappaport (2001, p. 56) brinda una mirada objetiva de esta categoría, definiéndola como “el acto social básico (...) y la secuencia de actos formales y expresiones invariables sobre el tiempo, que están codificadas de forma

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simbólica”. Esta definición está estrictamente ligada a la perspectiva teocéntrica que plantea el autor, viendo así a los ritos como ceremonias o encuentros culturales que permiten también entender el rol primario que tiene la religión en la identidad cultural. De esta forma se le otorga a la identidad de la población un comportamiento a seguir.

Los rituales y ritos sobre la muerte son de suma importancia para la vida humana, sin importar donde habitemos en el mundo es una tendencia de los seres humanos, saber que algún día van a morir. Los ritos y rituales que tienen las culturas denotan como la muerte, al ser un evento natural, está cargado de un gran valor simbólico, pues marca la línea entre lo que le da sentido a la vida y lo que no. Por esto mismo la psicología, en muchos casos desde sus raíces psicoanalíticas, se ha preguntado acerca de los rituales. En primer momento Freud, según Bell (1997), se preocupó acerca de estos para complementar sus teorías, indagando acerca de los tabúes y su relación con los rituales que se expresan como aquel mecanismo de represión

obsesivo y neurótico que tenemos, pues intentamos resolver aquel conflicto interno por medio de actos rituales que nos permitan dar fin y cierre a la pérdida (Bell, 1997, p.17).

La psicología existencial también es una corriente que se pregunta por la muerte y los rituales, pues:

La muerte es una de las limitaciones y hechos fácticos dentro de la existencia, por lo tanto, además de ser parte de la vida es una de sus principales fuentes de ansiedad y patología pero así mismo de cambio y desarrollo. En otras palabras, la muerte hace parte de mí y aceptar vivir hacia este final me devuelve en cierto sentido mi propia vida (citado en Rodríguez & Osorio, 2014, p. 54).

Esto, expuesto por Van Deurzen, psicoterapeuta existencialista, según Rodríguez y Osorio (2014) permite entender la importancia del quehacer psicológico en estos actos culturales.

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Estos le dan sentido a la vida y además han de ser estudiados por la psicología debido al impacto que tienen en la salud emocional, somática y cognitiva que tiene la pérdida.

Los ritos fúnebres explicados previamente, son los actos en función de un suceso de muerte o pérdida de un ideal, de igual forma vale la pena retomar una clara definición de Delci Torres (2006) acerca de estos:

Los rituales funerarios se conciben como prácticas socio-culturales específicas de la especie humana, relativas a la muerte de alguien y a las actividades funerarias que de ella se derivan (...) están caracterizados por un elaborado código simbólico sobre la base del cual se construye la realidad social, producto de una cultura (p.10)

Esta definición permite entender en qué consisten los rituales y que, independiente del contexto social en cual se esté, la muerte tiene una carga emocional y simbólica fuerte en las culturas. De igual forma, como ha sido la naturaleza de esta investigación, tornaremos la mirada al desarrollo histórico de la ritualidad que existe frente a la muerte.

Los rituales de muerte o funerarios a lo largo de la historia humana se han transformado y han tomado múltiples formas de acuerdo con cada una de las creencias religiosas que han nacido y acabado. Por esto mismo es importante traer la mirada hacia la evolución de estas a lo largo de la vida. En primera instancia, la época homérica en el siglo VIII a.C. entrega las principales poesías épicas que hablan de la guerra y la muerte (Rodríguez, 2013). Desde este punto, la importancia de la investigación acerca de la muerte por los grandes pensadores de la época se incrementó, dejando así a la muerte como un objeto de reflexión. Los rituales funerarios cómo expone Rodríguez (2013) consistían primero en perfumar y limpiar el cadáver del fallecido, y luego ponerlo en prendas blancas con su rostro descubierto para una exposición de este en su hogar acompañado de unos cantos fúnebres. Posterior a esto, días después el cadáver era llevado

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a hombros al cementerio para ser quemado y sus cenizas depositadas en una urna (Rodríguez, 2013).

Otras de las grandes culturas que también se destaca por sus aportes a los ritos funerarios es la oriental, tomando como ejemplo a culturas como la china, la egipcia y/o la india, se

plantean a los rituales funerarios como aquellos que dan tránsito hacia otro tipo de vida que, a diferencia de ver la muerte como el final de todo, es vista en palabras de Torres (2006, p.113) como el “tránsito del mundo de los vivos hacia un reino espiritual”. Frente a esto, la evolución de la mirada sobre la muerte cambia, pues se ve como aquel tránsito de vida que va asistido de una celebración y acompañamiento; es también por estos ritos que se expresan las emociones frente a la muerte y se mitiga el dolor. El hinduismo es de los primeros grupos religiosos que por medio de este pensamiento introduce a la muerte como un ritual de paso, Bell (1997) expone como el

“sannyasi” es la renuncia a la identidad, la familia, la carrera y el abandono a apegos terrenales para así poder encontrar la salvación. Este ritual consiste en afeitar la cabeza del muerto, cortar sus uñas y asearlo; posterior a esto, se incorpora el muerto en el fuego y se cierra su vida en el mundo.

Por último, una práctica globalmente utilizada para homenajear la muerte han sido los entierros, estos, acompañados de lápidas permiten preservar de algún modo el valor simbólico de lo que se ha perdido. Engravados en dichas lápidas están los epitafios, y estos desde la

antigüedad se han utilizado como género literario. Su raíz etimológica cómo lo facilita Claudia Gidi (2020) ‘epi-taphos’ en griego, en el cual el primer segmento de la palabra (señalado por el guion) equivale a la palabra “sobre” y el final de la misma en su traducción sería “tumba”.

Teniendo en cuenta que son prácticas culturales tanto este ritual como los anteriores enunciados,

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es importante señalar que también son actos comunicativos que permiten transmitir de forma abierta el vínculo afectivo que se tiene con lo perdido.

Los entierros han sido desde tiempos antiguos realizados por los seres humanos, en primer momento simbolizados con rocas. Posteriormente, estos monumentos sepulcrales eran decorados con pinturas y grabados que, a medida del paso del tiempo, en el siglo V comienzan a entregar también mensajes. La poesía epigráfica nos trae tres claros ejemplos:

“Viajero, que pasas y ves mi sepulcro vacío, cuenta a Meleságoras, mi padre, cuando llegues a Quíos, que a mí y a mi nave y mi carga un funesto Euro perdió y de Evipo no resta sino el nombre (Antología palatina, 1978 I: 133). “

“Te ruego por los dioses de los infiernos, seas quien fueres, que no profanes nuestro cadáver, que no atravieses este lugar” (Poesía epigráfica latina I: 41).

“Aquí descansa mi suegra. Si hubiera vivido otro año más, yo ocuparía su lugar”

(Concostrina, 2017: 183). (Extraídas de Gidi, 2020, p.4)

Es posible ver también a estos epitafios como gestos religiosos, categoría que cómo hemos expuesto de forma previa está ligada a la muerte y por ende al duelo; siendo este un tema tan controversial en el desarrollo de la humanidad. También como en el tercero de ellos, se le ha dado una postura en casos satírica o burlesca a los epitafios. Aunque eso será expuesto en el siguiente capítulo, es importante entenderlo puesto que desde una perspectiva psicológica la asimilación del duelo puede conllevar para la aceptación de esta un espacio de humor y risa llevando así a la aceptación de dicho proceso.

La muerte, el duelo y humor

La forma en la que se abarca el proceso de duelo es crucial para posiblemente atenuar el impacto de este en el doliente; se precisan estrategias que aparten poco a poco a la persona del

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