EL BOLDO
QUE TENÍA
SED.
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¡Hola!, soy Mateo. Mi mamá y yo vivimos lejos de la ciudad, con mis abuelos y al lado de mi primo y prima.
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En los alrededores hay
muchos animales y vegetación.
¡Imagínate, mi despertador es el Kikiriki del gallo Juancho!
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Casi todo me gusta, el cerro, el río, jugar con mis primos y
primas que viven en el mismo sitio, los animales, el cielo
nocturno iluminado por las estrellas, y mi escuela, a la
que puedo llegar caminando.
Todo, menos un árbol con una rama caída y su tronco
arrugado que está en el
camino de tierra, justo antes de entrar a nuestra casa . Si hasta parece que tiene ojos y boca, como si estuviese
enojado. Da susto.
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Pero justo hoy tuve clases de
ciencias y nuestra profe, Ana, nos habló del medio ambiente.
Debemos conocerlo, respetarlo y protegerlo, porque es el medio
donde vivimos y las plantas hacen que nuestro aire sea más limpio.
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(Ayuda a Mateo a decidir) Mmmm… en realidad sé muy
poco de donde vivo. No conozco nada de las plantas y menos de ese árbol ¿Qué puedo hacer?
Mi mamá debe conocer el
medioambiente, le diré que me cuente
todo sobre las plantas, árboles y animales que hay
en este lugar.
Mis primos me
pueden acompañar a explorar los
distintos lugares para conocer más
sobre ellos.
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Cuando llegué de la escuela mi
mamá estaba en la casa trabajando en el campo con mis tatas. “Mamá, quiero saber más sobre las plantas y animales de donde vivimos”, le dije.
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“Explícame más, Mateo”, dice mi mamá.
“Es que la profe nos dijo que tenemos que
conocer, respetar y
proteger la naturaleza
que nos rodea y que las plantas nos ayudan a
tener aire más limpio”.
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“Y mucho más que eso”, dice mi tata mientras se
sacude la tierra de las manos.
“Acompáñame a recorrer el lugar”, agrega.
Mi mamá y mi abuela
también van con nosotros.
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Caminamos hasta llegar a la entrada y me mostró ese árbol raro.
“Te presento al Boldo. Tiene muchos, muchos años. Me vio crecer. Me dio sombra los días de calor y nos prestó sus ramas para jugar” dijo.
“Le decimos ‘el viejito’ por sus años y porque tiene cara de persona mayor”
agrega.
“¡Ah!”, exclama mi mamá, “yo te he preparado agüita con sus hojas
cuando te duele la guatita”.
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"Ahora está triste porque
dejó de llegarle agua de un canal que bajaba por acá.
Tampoco le llega agua de la lluvia, porque este año ha
llovido muy poco, y algunas
personas o empresas utilizan mucha agua y es necesario
distribuirla de mejor manera para todos y todas”, agrega mi abuelita.
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Me imagino no poder tomar agua cuando tengo sed “¡Oh!
no, no, no, el viejito y nuestra tierra necesitan ayuda”, digo
en voz alta. “En eso estamos”, dice mi mamá. “Por eso, junto a tus tatas y primos estamos arreglando los riegos para
aprovechar mejor el agua, también comenzaremos a plantar productos que no necesiten tanta agua, así
tendremos más para nuestro viejito".
Creo que, si más personas se
ponen de acuerdo, podríamos llegar a que el agua nos
llegue a todos en la cantidad que
necesitamos.
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Me imagino no poder tomar agua cuando tengo sed “¡Oh!
no, no, no, el viejito y nuestra tierra necesitan ayuda”, digo
en voz alta. “En eso estamos”, dice mi mamá. “Por eso, junto a tus tatas y primos estamos arreglando los riegos para
aprovechar mejor el agua, también comenzaremos a plantar productos que no necesiten tanta agua, así
tendremos más para nuestro viejito".
Creo que, si más personas se
ponen de acuerdo, podríamos llegar a que el agua nos
llegue a todos en la cantidad que
necesitamos.
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Ayuda a Mateo a elegir una
alternativa para aprovechar mejor el agua en su medioambiente.
Incentivar a la comunidad a
realizar acciones para cuidar y
aprovechar el agua.
Invitar a mis
amigos y amigas del colegio a que
hagamos un proyecto para mejorar nuestro medio ambiente
usando menos agua.
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En mi familia se pusieron de acuerdo para cambiar el sistema de riego y así consumir
menos agua. Dicen que lo ideal sería tener un sistema que reciclara el agua que usamos
diariamente en la casa, pero eso es muy costoso. ¿En qué podría ayudar yo?
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¡SE ME
OCURRE UNA IDEA!
“Mamá, mamá, me
ayudas a sacar varias hojas del viejito, sé que no le quedan tantas,
pero las que podamos”.
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Mi mamá y mis primos me ayudaron. Pité, que es muy bueno para escalar por las ramas, subió con mucho
cuidado a las más altas y
encontró muchas hojas de Boldo, grandes y lindas.
Luego, mi mamá me
preparó ocho ramitos y a
cada uno les pusimos una tarjeta con los nombres de los vecinos y vecinas que
viven más cerca.
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Fuimos a cada casa, caminamos mucho,
porque aquí las casas no están una al lado de la otra, entre medio hay árboles frutales,
campos con verduras y animales pastando.
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En cada casa dejamos una invitación que decía:
“Estas pueden ser las últimas hojas de nuestro Boldo.
Disfrútalas en una agüita.
La falta de agua nos afecta a todos, si actuamos juntos
podemos tener mejores resultados.
Encontrémonos en el Boldo Viejo, casa 33. Martes, 18:30 horas”.
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Esa tarde llegaron todos los vecinos y nos instalamos
alrededor del Boldo.
Mi mamá y mis tíos les
contaron lo que estaban
haciendo para aprovechar
mejor el agua y que alcance para todas las plantaciones.
“¡Y también para el Boldo!”, dije.
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La comunidad acordó construir un
sistema de reciclaje de agua, “¿De qué agua?”, pregunto. “De las aguas que se desocupan del lavado de platos y de
ropa”, me explica mi tío. Luego un vecino dijo que la municipalidad ayuda a las
comunidades que se organizan a construir un sistema comunitario.
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¡Qué bueno es ver cómo se consigue vivir mejor si nuestra comunidad se
pone de acuerdo!
¿Qué más podemos hacer por mejorar nuestra tierra y cuidar la naturaleza y
que el agua nos alcance para todos?
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Una manifestación pacífica de niños, niñas y sus familias
invitando a cuidar el agua de nuestro
río y de nuestro medioambiente.
Los niños y niñas y también los adultos
vivimos y podemos agruparnos en
defensa de nuestro medio ambiente y el
agua.
Decide con Mateo en qué otra cosa se pueden poner de acuerdo
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"Si todos cuidamos el agua, el canal y
el lugar donde vivimos, todos podremos vivir
mejor y nuestras cosechas serán más sanas y
abundantes",
comenta mi Tata.
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“Entonces, hay que contarle a la comunidad para que se animen y se
sumen”, dice mi mamá.
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“¡Hagamos carteles y vamos
caminando por todo el pueblo hasta llegar a la plaza!”, digo y todos
estuvieron de acuerdo con mi idea.
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¡CUIDEMOS
EL AGUA! AGUACUIDEMOS EL
AGUA PARA MI BOLDO
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Así más vecinos pueden participar, pienso. Niños, niñas y adultos hicimos
carteles.
"Cuidemos el río"
"El agua es para todos"
"Agua para mi Boldo" y varios más.
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La tarde del día siguiente nos
juntamos en el boldo y comenzamos el recorrido hacia la plaza. En el
camino se nos sumaron más vecinos.
Pasamos por el consultorio, por la municipalidad, frente a la escuela, nos dimos la vuelta y regresamos.
¡Lo pasamos muy bien!
Y siento que todos nos escucharon y se comprometieron con la causa.
Decían: “¡Qué buena iniciativa!”
“Vamos a colaborar”.
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“Se me ocurre algo, tata”, le digo al oído.
“Habla, Mateo”, me anima mi tata.
“Si hoy logramos organizarnos pensando en algo que nos ayuda a todos...
¿Se imaginan lo que podemos lograr si
hacemos un grupo que siempre se junte?”
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Y miro al Boldo y grito
“Se puede llamar 'Agrupación los
guardianes del boldo'”.
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Se pusieron de acuerdo entre todos y nombraron a mi abuelo como representante y quedaron en ir a juntarse con las
autoridades.
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Todos regresaron a sus casas y se
comprometieron a trabajar en equipo por un mejor lugar para vivir, para
todos y todas.
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Al salir de la escuela, regreso caminando a la casa con mis primos Menchi y Pité y con mi tía Tola.
“Menchi, Pité, ¿por qué tenemos ese árbol tan feo en la entrada? ¿Por qué es así? Mi profe dice que los árboles hacen nuestro aire más limpio, pero
ese árbol es muy raro”, les digo.
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Menchi y Pité se ríen
"Ja, ja, ja ¡pero si él es el Viejito!”
“¿Quién es él?”, pregunto extrañado.
“Ven, vamos a presentártelo”, dijo Menchi.
Llegamos corriendo a la casa y nos dirigimos hacia el árbol.
“Te presento al ¨viejito¨, le decimos así porque es un árbol con muchos años”, dijo Pité.
“Esa rama que está caída se me rompió a mí trepándolo, porque
ahora está más débil. Mi papá dice que le falta agua”, agrega Menchi.
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¡Oh! Si al Boldo le falta agua, significa que a
todos los animales y plantas de este
medioambiente les debe faltar agua
también ¿Qué hará mi mamá para regar las
lechugas, los zapallitos y los tomates que tiene plantados?
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“Ha sido con mucho esfuerzo de toda la familia.
El canal que trae el agua para estos lados cada día viene con menos agua porque ha llovido
poco, algunas personas o empresas utilizan
mucha agua y tenemos que distribuirla de mejor manera. Entonces mis papás cambiaron la
forma de regar disminuyendo la cantidad y tipo de productos plantados”, dijo Menchi.
“¡Nosotros también colaboramos!”, agregó Pité.
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“¡Yo también quiero
ayudar y quiero que el
agua alcance para salvar al Boldo!”, exclamé.
Pienso que mi mamá
puede guiarme. Voy a la casa y le relato a mi
mamá todo lo que me contaron Menchi y Pité.
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Cuando volví a la escuela, les conté a
mis compañeros y a la profe Ana lo que nos estaba pasando. Muchos de mis
compañeros y compañeras dijeron que en sus casas también había problemas con el agua.
“Bueno, ustedes son parte del
medioambiente y también parte de la
solución ¿Les parece que hagamos algo en nuestro colegio que pueda inspirar a otras personas?”, dice la profe.
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“¡SÍ, SÍ, SÍ!",
gritamos animados.41
Elige con Mateo y sus amigos el proyecto a
realizar:
Hagamos un huerto que use
menos agua reciclando botellas que antes iban a la
basura.
Reduzcamos la cantidad de
desechos orgánicos que se van a la
basura para obtener abono y ahorrar agua
de riego.
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En un rincón del patio comenzamos a
preparar la tierra. Primero la soltamos, luego la limpiamos, y por último abonamos la tierra.
Fueron varias clases, pero muy entretenidas.
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Hicimos unas líneas, unos surcos como
nos dijo la profe.
Rescatamos unas
botellas plásticas que se iban a la basura,
las limpiamos y les hicimos unos hoyos.
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Cuando por fin lo hicimos funcionar, vimos que el agua salía gota a gota.
“El objetivo está
logrado”, dijo la profe.
"Felicitaciones a
todas y todos", sonrió.
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“Ahora vamos a sembrar, lo
importante es
comprometerse a cuidar diariamente la huerta para que de buenos frutos”, agregó la profe.
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Pienso que la tierra y las siembras es igual que nosotros, mientras mejor se alimentan, crecerán más sanitas, por eso es necesario
comprometerse a cuidarla.
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“¿Sabían que lo que botamos a la basura no es todo
desperdicio?”, dijo la profe.
“Un proyecto de reciclaje nos puede ayudar a devolverle
alimento a la tierra usando menos agua para el riego,
porque es una tierra que ya está hidratada”, agregó.
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El compost es un abono. Un alimento muy bueno para las plantas, que se genera a
partir de la descomposición de la materia orgánica y ayuda a que nuestros jardines y huertos crezcan más bonitos y fuertes,
usando menos agua, porque la tierra está bien hidratada, descubrimos con ayuda
de la profe en el computador de la biblioteca.
COMPOS T
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“¿Materia orgánica? ¿Qué es eso?,” pregunto.
“Buena pregunta”, dice la profe.
“Los desechos de vegetales y frutas, restos de comida, restos de jardín, las cáscaras de los
huevos, son algunos de los elementos orgánicos que
botamos todos los días en el
basurero y que nos ayudarán a lograr un buen compost”, nos explicó la profe.
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Al día siguiente, un
compañero trajo hojas secas de su casa para iniciar el compost, una compañera aportó una
reja de esas de las gallinas que le regaló su mamá, y
cuando terminamos
pusimos un gran cartel:
EL ALIMENTO PARA LA TIERRA CONSIGUE UN
MEJOR ALIMENTO PARA TI.
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El cartel reflejaba lo que
aprendimos: que los desechos orgánicos no son basura, sino
alimento para que la tierra esté más sana y nos de mejores
alimentos. Por eso nos
comprometimos a usar este compost con mucho respeto,
porque así la tierra nos ayudará a abonar las plantas del colegio.
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La profe Ana nos
felicitó por nuestro compromiso en
cada etapa del proyecto.
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“Cuando realizamos proyectos que nos
aportan a nuestro bienestar, y lo logramos entre todos y todas, somos parte de este gran compromiso que es cuidar nuestro medioambiente”, nos dijo.
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Voy a copiar la
idea en mi casa, pegado al Boldo, así logrará estar
más sanito, pienso.
¡Qué bien! Aprendí que cuando nos une una idea y trabajamos de forma colaborativa,
compartiendo nuestros conocimientos,
escuchándonos, organizándonos y
comprometiéndonos, logramos un mejor lugar para vivir para
todos y todas.
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¡Muchas gracias por participar!
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