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Características de la inversión en activos financieros en Argentina

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Academic year: 2020

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Universidad Nacional del Centro de la

Provincia de Buenos Aires

Facultad de Ciencias Económicas

Trabajo Final de Graduación

Licenciatura en Administración

“Características de la inversión en activos financieros en Argentina”

Alumno: Federico José Trimarco.

Director: Mg. Sergio Gustavo Gutiérrez.

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Índice

Introducción….…….………..……… Pág. 2 Marco Teórico……….... Pág. 6 Capítulo…………...………...….Pág.12

1.1) La importancia del marco institucional……..Pág. 12 Capítulo II………..………..…….……..Pág. 14 2.1) Situación actual………..…….……..Pág. 14 2.2) Argentina estadísticamente..………….……..Pág. 17 2.2.1) PBI per cápita...……...……….Pág. 18 2.2.2) Acciones negociadas……...…….……Pág. 19 2.2.3) Mercado de capitales……...………….Pág. 20

2.2.4) Crédito interno……….………..Pág. 22 2.2.5) Depósitos bancarios……….Pág. 23

Capítulo III……….………..Pág. 23 3.1) Encuesta de situación ………..Pág. 23 3.1.1) Lugar de residencia……….…………..Pág. 24 3.1.2) Rango etario……….………..Pág. 24 3.1.3) Nivel de ingresos……….………..Pág. 25 3.1.4) Nivel de estudios alcanzado….……...Pág. 25 3.1.5) Nivel de ahorro ………..Pág. 26

3.1.6) Ahorro/vivencia de crisis anteriores...Pág. 27 3.1.7) Probabilidad de crisis futura….……...Pág. 28 3.1.8) Activos como reserva de valor….…...Pág. 29 3.1.9) Cambios de conducta post crisis…....Pág. 31 3.1.10) Lugar de residencia y activos….……Pág. 32 Conclusiones………..……Pág. 34 Referencias bibliográficas………....………Pág. 37 Anexos……….………Pág. 38

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Introducción

Toda aquella persona que tenga ingresos, ya sean constantes o irregulares, tiene dos opciones para llevar a cabo con el mismo: lo consume o lo ahorra. Las decisiones de ahorro que toma el argentino promedio es lo que estará en observación en el presente trabajo.

En el siguiente gráfico, denominado “Diagrama del flujo circular”, podemos observar cómo es el curso de cualquier economía de un país. Los dos interlocutores principales en los cuales haremos foco durante este trabajo serán los hogares y los mercados financieros, los cuales están relacionados a través del ahorro privado, cómo bien se puede apreciar en el gráfico:

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En la actualidad, existe una gran diversidad de instrumentos en donde el ahorrista puede depositar su confianza, los cuales difieren por las características inherentes de cada uno de ellos.

Si se tiene en cuenta la variabilidad de su renta se pueden clasificar en dos grandes categorías: los instrumentos de renta fija (como los títulos soberanos, las obligaciones negociables, los valores de deuda, etc.), y los instrumentos de renta variable (como las cuotas partes de un fondo de inversión, los certificados de participación en fideicomisos, las acciones por excelencia, etc.). Esta gran diversidad, conlleva a que existan instrumentos que se adapten a cualquier perfil de inversor (sea muy adverso al riesgo, medianamente adverso o poco adverso al riesgo) y cualquiera sea la realidad de éste (ya sea que disponga de gran cantidad de fondos para invertir y lo pueda hacer en el largo plazo, o disponga de pocos ahorros y los quiera colocar para obtener un rendimiento en el corto plazo), la realidad o el contexto en el cual esté invirtiendo (contextos de crisis, auge, estabilidad, recesión, etc.), o demás criterios el ahorrista debe tener en cuenta a la hora de tomar una decisión de inversión.

A pesar de la diversidad de valores mostrados en los cuales se puede invertir, se verá que en Argentina se presenta una baja disposición de la población a realizar colocaciones en éstos activos financieros. Los inversores argentinos, con el correr de los años, han mantenido la tendencia de depositar su confianza en unos pocos activos, tales como:

 Depósitos en plazo fijo.

 Moneda extranjera (dólares en efectivo).  Inmuebles como reserva de valor.

¿Por qué ocurre esta situación? Se suelen escuchar motivos como: “no sé cómo invertir”, “no pude hacerle el seguimiento adecuado a mis inversiones”, “siento que mi dinero se desvaloriza cuando invierto”, “no confío en quien deposito la plata”, entre otras explicaciones. Todo es válido, sin embargo, en este trabajo, se tratará de explicar más profundamente cuáles son los motivos por los cuáles el argentino no deposita su confianza en activos financieros disponibles.

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inversores realicen colocaciones de dinero de manera más diversa y de mayor cuantía, de forma tal que luego tanto el Estado como las organizaciones, cuenten con más recursos para financiarse (que será su capital de inversión), derivando en el abaratamiento de las fuentes de financiamiento, impactando directamente en sus inversiones a corto y largo plazo. Económicamente hablando, esto provocará un aumento futuro de la producción y de manera indirecta implicará un crecimiento del PBI (siendo el PBI per cápita un indicador que utilizaremos ya que es muy certero para expresar el grado de avance económico de una nación).

Mankiw (2013), evidencia en su trabajo cómo la utilización y la expansión de un mercado de capitales puede mejorar la economía de un país. Menciona en su obra que si se ahorrara más y se dedicaran más fondos prestables al sistema financiero, entonces también tendría un impacto indirecto en la renta y, si se ve desde el punto de vista de una economía abierta, un país que se financia sin la necesidad de la entrada de capital extranjero transformaría su déficit comercial en un superávit.

Fanelli (2004) demuestra que en Argentina, uno de los principales obstáculos que impiden el desarrollo financiero es la frecuencia y profundidad con las cuales las crisis económicas se repiten. En su trabajo, deja ver que las mismas tienen un alto impacto en las decisiones de inversión de los ahorristas, haciendo que éstos últimos, pierdan confianza en el sistema financiero local, y obligándolos a mantenerse en lo que históricamente confiaron y que le ha dado resultados suficientes para la satisfacer su necesidad de ahorro.

El presente trabajo tendrá como objetivo analizar si existe en los individuos una influencia directa o no, de la experiencia previa de una crisis, en la percepción de una crisis futura, en su nivel de ahorro y en la inversión en activos como resguardo de valor. Examinaremos si se ve afectada su aversión al riesgo y su percepción de probabilidad de una crisis futura, tomando como base de estudio la última gran crisis vivida en Argentina en el 2001. Para ello, se analizarán las pautas actitudinales, conductuales y argumentativas de una muestra de inversores argentinos segmentada por estratos de edad, nivel socioeconómico y fundamentalmente de las crisis económicas nacionales vividas (haciendo hincapié en la diferencia entre los que vivieron la última crisis argentina).

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segmentación según la edad, el nivel socioeconómico y el lugar de ubicación para poder identificar con mayor precisión las consecuencias que deja esta volatilidad macroeconómica en los individuos.

El análisis será no probabilístico, lo cual implica que las conclusiones que se obtengan serán aplicadas únicamente sobre la muestra y no sobre el total de la población. Lo haremos de esta forma, debido a que no se puede calcular la probabilidad de cada individuo de formar parte de la misma. La muestra podrá ser tomada de cualquier ahorrador del país, siempre y cuando se deje indicado donde se encuentre ubicado ese inversor (ya que existen algunas ciudades particulares que sufren comportamientos distintos dependiendo de sus realidades, por ejemplo la ciudad de Tandil sufrió un boom Inmobiliario en la última década que es altamente probable que haya influido en el comportamiento de los inversores).

Las variables que se analizarán son la composición general de la cartera de activos de los inversores privados argentinos agrupada en conjuntos (tales como efectivo en moneda local, depósitos a plazo fijo, moneda extranjera, inmuebles, etc.), las razones que motivan la composición de la cartera, y con particular atención, se buscarán las diferencias entre las conductas de quienes vivieron las últimas crisis y quiénes no. Para realizar este análisis se tomará la encuesta como herramienta.

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Marco teórico

A la hora de hablar de inversión nos referiremos únicamente a la inversión desde el punto de vista financiero, entendiéndose ésta como la colocación de recursos en valores, títulos u otros documentos financieros a cargo de entidades que pagarán rendimientos, utilidades, dividendos, intereses u otros beneficios con el correr de un tiempo estipulado a cambio de dicha colocación (Rodríguez Pérez, 2009). ¿Quiénes realizan este tipo de inversiones? Los inversores individuales y las empresas que tienen excedentes o ahorros, los cuales les pueden reportar cierta utilidad si hacen de esos ahorros una colocación financiera.

A su vez, por otro lado, existen entidades que captan esos ahorros y los utilizan para sus propias inversiones en bienes de capital, proyectos de inversión, construcción o existencias dentro de su organización. Cuando se da este intercambio, la inversión financiera termina influyendo directamente en el desarrollo de la economía real, el gasto en bienes de inversión pretende elevar el nivel de vida en el futuro (Mankiw, 2013).

Las empresas necesitan fondos o fuentes de financiamiento para llevar adelante sus actividades, y estos fondos pueden ser provistos por los propios inversores. Para que se puedan llevar adelante estas transacciones, es necesaria la existencia de organismos que promuevan ese intercambio y que funcionen como conectores entre quienes ofertan los fondos y quienes los demandan. Entre los conectores principales se encuentran el sistema bancario y el mercado de capitales, los cuales conforman el sistema financiero.

Para Lanteri (2013), el desarrollo financiero podría afectar al crecimiento de un país desde los siguientes puntos de vista:

● Al mejorar la eficiencia en la asignación del capital: a través de una redistribución acertada del capital, desde los sectores que ofertan esos fondos en forma de ahorro y los que demandan esos fondos en forma de financiamiento.

● Al proporcionar diversos instrumentos de ahorro: el desarrollo financiero provoca que las unidades superavitarias tengan más opciones en la cuales decidir colocar sus ahorros, provocando que se puedan adaptar más a las necesidades de inversión de cada uno.

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● Al reducir el costo de recolección y procesamiento de la información: cuando la información utilizada por un demandante de fondos para decidir es diferente de aquella en posesión de un oferente, existe una asimetría que puede dar lugar a ineficiencias en las asignaciones de los recursos. Esta circunstancia impacta sobre los mercados y genera imperfecciones en los mismos (Da Pena, 2009).

Teniendo en cuenta estos factores, resulta crucial para la economía que se desarrolle un sistema efectivo que permita a las unidades superavitarias colocar sus fondos en forma de activos financieros, facilitando la utilización de estos fondos para las empresas que desarrollan la economía. Si no existiesen estas colocaciones, las empresas no contarían con fuentes de financiamiento accesibles, sus opciones se limitarían cada vez más, el financiamiento externo resultaría cada vez más caro debido a la escasez de capitales y los únicos fondos utilizables por las empresas serían los resultados obtenidos en ejercicios anteriores. Planteando una realidad así, esto provocaría un impacto directo en las inversiones de las empresas. Al no disponer de fuentes de financiamiento adecuadas, provocaría que no sea de utilidad llevar adelante proyectos de inversión, ya que haría que el costo de financiarse sea más caro que la rentabilidad de dichos proyectos.

En cambio, si la situación fuese inversa, y existiese un adecuado nivel de colocaciones, las empresas tendrían una mayor cantidad de capital con el cual financiarse provocando una mejor accesibilidad a éste. Una realidad así, derivaría en la disminución de los costos de ese capital, provocaría un aumento en la rentabilidad de los proyectos de inversión, logrando que las empresas aumenten sus inversiones. El aumento de la inversión de las empresas es beneficioso para la economía de un país. El crecimiento de la inversión, provoca un aumento de la producción futura, lo cual tiene como resultante un aumento en el empleo y por lo tanto un aumento en el PBI en el largo plazo (Mankiw, 2013).

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Según Corso (2015), la existencia de la ambigüedad en la historia de un país es un factor fundamental para desmotivar este tipo de inversiones. En su trabajo, señala que la aversión por la ambigüedad es lo que lleva al sector privado no financiero a asumir ciertas conductas que no llevan a la inversión en activos financieros. Expresa la ambigüedad como la existencia de contextos en los que los agentes no disponen de información suficiente para asignar valores de probabilidad únicos a las realizaciones de las variables relevantes para su toma de decisiones, incluso pueden asignar cierta probabilidad subjetiva no nula a que tales condiciones disruptivas puedan eventualmente volver a generarse. Por lo tanto, siguiendo la opinión del autor mencionado, es altamente probable que bajo contextos ambiguos en una región, las decisiones de inversión se vean alteradas, posiblemente haciendo que aumente la proporción de la población que se refugie en activos de mayor seguridad como medida extrema.

Según Fanelli (2004) los países con marcada volatilidad económica, suelen caer normalmente en crisis severas y profundas. Esto puede derivar en que dichas crisis sean percibidas por los inversores del país como “sistémicas” lo cual provoca la erosión de la calidad de la infraestructura institucional y la credibilidad de los compromisos financieros en general. Según el autor es “la violación de las reglas del juego

preestablecidas” lo que genera desmotivación de la inversión, situación que se ve reflejada en la violación de los derechos de propiedad y las normas regulatorias, así como también los contratos privados. El mismo sostiene que las crisis sistémicas pueden erosionar la calidad del conjunto de instituciones de un país y la credibilidad en todos los compromisos financieros asumidos.

Cuando un país posee estas características, es altamente probable que sus inversores se resguarden en activos financieros de muy baja rentabilidad o rentabilidad cero, pero con un riesgo marcadamente menor y prácticamente nulo, evitando que la situación de la región afecte su cartera individual. Esta realidad, provoca un estancamiento del capital.

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estallido ya haya ocurrido. Esto conlleva a que las crisis sean de un impacto aún más profundo por retrasarlas.

Fanelli (2004), explica en su ensayo que hay diferencias entre las diversas crisis con respecto al saneamiento de la economía. Una crisis que es útil para establecer reglas adecuadas para las instituciones y contratos que generen una valuación correcta de la riqueza nacional es naturalmente mejor, económicamente hablando, que una crisis de la cual no se puede avanzar institucionalmente luego de la caída. Un buen agente político aprovecharía la oportunidad para renegociar los contratos y las nuevas “reglas de juego”, en pos de lograr una mayor estabilidad económica en el futuro con el menor costo posible.

A su vez, la poca confiabilidad en instituciones de un país puede tener otra consecuencia: recurrir a instituciones extranjeras y confiar en los activos que éstas mismas ofrecen. Siendo el entorno macroeconómico tan volátil y poco predecible, es difícil saber cuánto valdrá un contrato económico con el transcurrir el tiempo. Como consecuencia, tiene un impacto directo en los mercados de capitales: la negociación de nuevos contratos o acuerdos se limita y la cantidad de transacciones baja notablemente, dejando así sin sustento al sistema financiero para crecer. Para el caso de Argentina, el nivel de riqueza con el cual el país cuenta es demasiado alto como para prescindir de un mercado financiero donde ubicar los ahorros de los argentinos que lo integran, lo cual trae aparejado que muchos habitantes lleven sus fondos al plano internacional, en activos que le generen más confianza y donde puedan establecer un acuerdo que se cumpla prácticamente en todos los casos. Según Fanelli 2004, la tenencia de activos por parte de los argentinos con capacidad de ahorro en el exterior es por demás elevada (a su vez lo es también la participación en el crédito internacional, lo cual es la contrapartida del raquitismo financiero local).

Las crisis financieras que afectaron la actividad económica global de nuestro país con consecuencias marcadas en la conducta de las familias, han sido sumamente frecuentes y profundas. La caída en la confianza en el sistema financiero y en las instituciones deriva en una contracción muy elevada de la economía. Estas crisis suelen dejar arraigadas percepciones erróneas o viciadas, y en el caso del mercado de capitales no es la excepción, los ahorristas dejan de confiar en las instituciones que no pudieron cumplir con sus compromisos, dejan de confiar en los activos que no le dieron rédito, y la percepción de una crisis futura es aún mayor de las posibilidades reales de ocurrencia.

Dadas estas condiciones, para Terceño y Güercio (2010),

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financiero como un conjunto de instrumentos y mercados que corrigen los problemas de información y disminuyen los costos de transacción (Levine 1997). De lo que ya se expuso, gracias a Dapena 2007, damos cuenta de que la inversión necesita financiarse a través de los ahorros y con un mercado de capitales eficiente. La demanda está dada por quienes tienen alternativas o planes de inversión. El precio en este mercado lo va a fijar la tasa de retorno, la cual debe ser igual (en eficiencia del mercado) al costo del capital, logrando el volumen óptimo de inversión, canalización de ahorros y acumulación de capital.

En el siguiente gráfico se podrá ver cómo funciona el mercado de capitales dentro lo que es el ahorro y la inversión:

El gráfico es de elaboración de Dapena (2007). Para financiar la inversión, según el autor, se utilizan dos formas contractuales principales: los contratos de deuda y los de participación dentro del capital, estos últimos incluyen tanto oferta de nuevas acciones como reinversión de las ganancias. Supongamos entonces que existen ineficiencias en el mercado financiero, esto provocaría que el volumen de transacciones sea menor, dado que pondría barreras para que un demandante y oferente de fondos se encuentren en un punto óptimo. Dado este supuesto, el nivel de crecimiento bajaría porque llevaría aún más tiempo la acumulación de capital.

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está positiva y fuertemente relacionada con el crecimiento – tanto corriente como futuro – de las economías”, concluyendo así que un aumento de la liquidez podría aumentar entre uno y dos puntos el PBI Argentino por año.

Capítulo I: El marco institucional

1.1) Importancia del marco institucional

Como ya hemos mencionado previamente, para comprender los problemas que pueda llegar a acarrear el subdesarrollo financiero de un país, no es posible dejar de lado la influencia de las instituciones de éste, y para eso, North (1990), inicia su estudio a base del análisis de las instituciones que componen un Estado, y las define como “las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana y estructuran incentivos en el intercambio”. Da a entender, dentro de su modelo, que las Instituciones son aquellas que imponen las reglas del juego y las organizaciones son los “equipos”.

Como veremos más adelante, en la constante búsqueda por conseguir sus objetivos, las organizaciones alteran las instituciones, pero no siempre apuntando a la eficiencia económica. Dado el marco con el cual nacen y se desarrollan las instituciones, luego las organizaciones que operan aprovechan su poder para modificar las “reglas del juego” a su favor (cuando el marco institucional es débil). Según el autor, la clave para entender las imperfecciones en los mercados de capitales está en el ámbito político dónde se desarrollan, ya que la política es lo que desarrolla y da fuerza al marco institucional.

North (1990) compara el marco institucional con el que se desarrolló Estados Unidos, con el que se desarrolló el resto de América Latina: en el primero se instituyó un sistema federal, con equilibrios y frenos, y una estructura de derechos de propiedad bien formada, lo cual es fundamental para el desarrollo de un mercado de capitales sólido; el segundo se desarrolló entre gobiernos intervencionistas (generalmente arbitraristas) del conjunto de instituciones y operaron de una forma altamente politizada (valiéndose de redes de parentesco, influencias y prestigios familiares para obtener sus propósitos), razón por la cual, sólo tenían éxitos los proyectos que tenían relación con la política, dejando en un segundo plano la fortaleza institucional lo suficientemente fuerte para la aparición de un sólido mercado de capitales.

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que operan en el país donde existe el mercado de capitales. Menciona que la estructura de incentivos que surja de las instituciones va a terminar siendo un determinante en el nivel de inversión en activos financieros.

Asimismo, como explica Fanelli (2004), existe un riesgo moral de aquellos que piensan incumplir sus promesas, ya que intentarán ocultar información sobre el verdadero estado de sus negocios. Para mitigar el mencionado riesgo, es necesaria la presencia de un intermediario que intervenga y haga las veces de seguro para que el acreedor tengas las condiciones y la información aceptable para realizar la transacción. Es por esto, que los intermediarios estudian y sacan conclusiones de los deudores a quienes van a incluir en sus contratos, para brindar la información más exacta y precisa para el acreedor. Termina siendo una de sus funciones fundamentales, encontrar las condiciones y el nivel de información para que ambas partes puedan consensuar en un contrato compatible con sus necesidades. Si las instituciones no cumplen con esa función, entonces la productividad financiera se resiente. Naturalmente, trabajar con esta información implica un costo, y mientras más recopilación de datos se necesite, mayor será el costo. Por ende, al trabajar con un costo mayor en caso de que tenga que recopilarse información en demasía, aumenta también el costo de la transacción, desalentando nuevamente el crecimiento del sistema financiero.

Si la estructura de incentivos de alguna manera fomentase las malas prácticas, aparecerían organizaciones preparadas para llevarlas adelante, y dejarían de fomentar al inversor a ingresar al mercado. En cambio, si la estructura de incentivos fomenta el uso de buenas prácticas, entonces serían organizaciones productivas para el mercado las que ingresarían y prevalecerían sobre las organizaciones denominadas “pirata” (aquellas que utilizan la ineficiencia de las instituciones a su favor).

Muchos deudores no pueden hacerse cargo de sus obligaciones a la hora de ser exigibles, sin embargo, las instituciones deben ser lo suficientemente eficientes como para poder distinguir cuáles tienen o no una mala intención en la falta de pago. Dentro de una realidad de intensa volatilidad probablemente el error sea lo que más abunde, el deudor cuando firma el contrato no sabe a qué se tendrá que enfrentar en el futuro.

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datos más importantes, sino una información que es incompleta y genera modelos que son frecuentemente erróneos, inducidos por instituciones que responden a intereses de quienes tienen el poder para manipularlas. Esto genera imperfecciones en el mercado, dado que deriva en una dificultad alta para distinguir cuáles proyectos son rentables y cuáles no. Al no saber el oferente cuál es mejor, termina aumentando los costos de financiamiento y los costos de necesidad de monitoreo, generando así una ineficiencia del mercado de capitales y bajando naturalmente el stock de capital acumulado con el correr del tiempo.

Según Dapena (2007) éstas imperfecciones afectan casi en su totalidad al mercado primario de emisiones, más claramente, donde los demandantes buscan fondos a través de la emisión de acciones o deuda.

La Porta (2002), en su trabajo, expresa una realidad similar. Establece que la protección legal de los inversores de un país es importante y determinante para el desarrollo de sus mercados financieros. Donde la ley protege a los inversores (tanto internos como externos), éstos van a estar más deseosos de financiar sus firmas a través de los activos que venda. En cambio, si se desprotege al inversor, el desarrollo del mercado de capitales se verá estancado. Cuando los derechos de los inversores están mejores protegidos por la ley, éstos desearán invertir mayor cantidad de fondos en activos financieros de las organizaciones allí radicadas. Lo hacen porque saben que con mayor protección por parte de la ley, mayor cantidad de beneficios originados por la actividad empresarial podrán venir en el futuro. Esta protección radica en que se evitará que los empresarios se expropien los intereses y dividendos en pos de su propio beneficio. Mientras el empresario sea quien más fácilmente controla la organización, el nivel de riesgo aumenta por lógica. La Portas sostiene que mientras mayor sea la protección del accionista por parte de la ley, más alto será el valor de los activos y el mercado de capitales del país. Esto beneficia en mayor medida a aquellos pequeños inversionistas que no tienen modo de protegerse.

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Capítulo II: Caso Argentina

2.1) Situación actual

Como ya se ha explicado, la acumulación de capital resulta beneficiosa para el desarrollo de las economías y para que esto se logre, es importante tener mercados de capitales lo suficientemente fuertes de forma tal que canalicen desde el ahorro a la inversión. Como explica Dapena (2007), mercados con poco desarrollo, con problemas de información y con baja liquidez, terminan cayendo en problemas de acumulación de capital y menor crecimiento económico. Según el mencionado autor, si la liquidez en el mercado de acciones en Argentina fuese similar a la media del resto de los países latinoamericanos, esto podría tener un impacto directo en el crecimiento del PBI año tras año.

A su vez expone datos concretos. Muestra una estadística obtenida por la Cámara Argentina de Comercio que revela que el 45% de los comerciantes no tiene relación con los bancos. Del 55% restante (los cuales sí mantienen relación), el 69% mantiene una relación de intermediario para realizar sus transacciones. En cambio, para un 30% de los comerciantes, los proveedores resultan una fuente de financiamiento.

También muestra otra estadística muy particular pero que no sorprende para el ámbito argentino, según la Unión Industrial Argentina, aproximadamente el 60% de las empresas se fundaron y financiaron con capital propio, y sólo el 7,1% estaba financiado con capital brindado por los bancos. Dada esta evidencia, es lógico que la mayor fuente de financiamiento de las pymes en Argentina, sea la reinversión de ganancias, dado que es la fuente que menos se expone a los costos de asimetrías en la información. Cuando esto ocurre, se repite lo ya evidenciado, proyectos rentables nunca se pueden llevar adelante dado que no tienen el capital inicial suficiente para ser implementados, limitando el crecimiento de las empresas.

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Como ya se ha mencionado, para corregir esta ineficiencia del mercado, es necesario llevar adelante políticas que terminen con esta barrera en la información que se da entre oferentes y demandantes de fondos.

En Argentina ya se han liberado parcialmente los mercados financieros, se han establecido mejoras en el mercado bursátil y se han reforzado los marcos legales y de supervisión del sistema financiero. También se produjeron una serie de reformas estructurales como las privatizaciones de las organizaciones estatales y las reformas en el sistema de pensiones, que debieran impulsar el desarrollo del sistema financiero. Sin embargo, éstas medidas no tuvieron el impacto deseado, dado que el ahorro de las economías hogareñas se mantiene bajo, se mantienen altas las tasas de interés, hay poco volumen movilizado en los bancos y se tiene un bajo coeficiente de capitalización bursátil.

La debilidad institucional en Argentina tiene una gran influencia en sus posteriores resultados. Una forma sencilla de probar dicha debilidad institucional para proteger la propiedad privada y los contratos, es hacer un repaso de cuando hubo violaciones masivas y alevosas a las normas. Existen numerosos casos: devaluación de Frondizi (1959), Rodrigazo (1975), devaluaciones de Sigault (1981), el Cavallazo (1982), la hiperinflación de Alfonsín (1989), la salida de la convertibilidad en 2001 y el disparo del dólar en 2018.

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colocación excesiva de bonos por parte del gobierno en los fondos de jubilación y pensión, la aceleración inducida de la inflación para poder recaudar el impuesto inflacionario o la existencia de una gran economía negra. Según el autor el impuesto inflacionario y el manejo del tipo de cambio real, son las dos herramientas que más utiliza el gobierno argentino para manejar los períodos de crisis, y es por eso que se instaló un círculo vicioso y repetitivos de inestabilidad macroeconómica y debilidad institucional (tornando difícil respetar los contratos financieros y mantener los derechos de propiedad claros). Esto naturalmente impacta directamente en el mantenimiento tanto del mercado de capitales como del sistema financiero, dado que si los derechos son borrosos, los agentes optan por reducir las transacciones financieras al mínimo e indispensable. Esta realidad acompaña a lo ya expresado, que muchas transacciones que hubiesen sido beneficiosas para la economía, se dejaron de realizar o bien se postergaron.

Como explica el mismo autor, cuando la economía de un país no puede contar con los “amortiguadores” de una crisis, el Banco Central no puede reaccionar ante la sucesiva inestabilidad, por lo que entonces las crisis representan una amenaza fundamental para las reglas de juego. Sin éstos amortiguadores, muchos argentinos al ver la situación inestable en nuestro país a nivel económico e institucional, huyen hacia la seguridad de los activos extranjeros (situación que según el autor, sigue en crecimiento desde 1991 de manera sistemática). Naturalmente, si el ciudadano argentino tiene la necesidad de recurrir a activos en el exterior, los costos de transacción aumentarán notablemente, sin embargo, el retorno por hacer este tipo de transacciones debe ser más beneficioso. La huida de los capitales hacia el exterior no sólo ocurre porque son más seguros, sino que ofrecen una certeza de liquidez que en nuestro país no es tal (los inversores huyen hacia activos de calidad en el exterior cuando la crisis está presente, y vuelven cuando la situación mejora, poniendo su confianza nuevamente en el sistema en activos de menor calidad financiera), por ende, esto provocó que el dólar fuera un medio de pago y repago de los mismos. Dada esta realidad, el dólar se convirtió en medio de pago y en reserva de valor para el ahorrista y esto derivó en una dolarización muy profunda de la economía incluso llegando a dolarizar bienes argentinos que se intercambian dentro del país.

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suficiente para conformar a los ahorristas. Es justamente la volatilidad macroeconómica, la debilidad institucional y la falta de respeto por los derechos adquiridos, lo que hace que ahorristas racionales opten por monedas extranjeras como resguardo de valor, siendo que éstas no generan intereses y no sirven para el intercambio cotidiano.

Es importante también destacar la importancia e influencia que tiene el escenario internacional en nuestra economía. Es relevante lograr que nuestras políticas se afiancen directamente con la tendencia a nivel mundial. Argentina, durante los últimos años, se ha caracterizado por lo opuesto: dejar de integrarse a las tendencias y tomar su propio camino, y eso provocó que no tengamos una estrategia clara de largo plazo. La falta de visión estratégica es un déficit que tienen nuestras políticas y que nos persigue desde hace tiempo.

Según el análisis de Terceño y Güercio (2010), afirman que la relación entre el crecimiento de la economía y el desarrollo del sistema financiero, se puede ver desde la estructura de formación de los sistemas financieros, los cuales pueden ser a base de los bancos o a base de mercados financieros. Estos autores realizan diferentes estudios empíricos e infieren que no es posible obtener comportamientos comunes para un conjunto de países sin tener en cuenta las características particulares de los mismos.

2.2) Argentina estadísticamente

En el siguiente apartado, se verá una comparación de nuestro país con otros 4 países de Latinoamérica tales como Brasil, Chile, Colombia y Uruguay. La intención es poner en datos concretos la realidad Argentina en comparación con otros países latinoamericanos para entender dónde estamos parados. Los datos son extraídos del Banco Mundial

(http://www.bancomundial.org/) la cual es una organización

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2.2.1) PBI per cápita

Gráfico de elaboración propia.

Lo que vemos en el último gráfico es el progreso del PBI per cápita porcentual en los mencionados países. Para medirlo se toma el PBI total del país en dólares y se lo divide por el total de la población y se compara de manera porcentual con el año anterior. De esta forma vemos que en los últimos 20 años del estudio, Argentina es el que tiene el comportamiento más particular. Tanto sus épocas de crecimiento como de decrecimiento son las más pronunciadas, tocando el pico más bajo en comparación con el resto de los países (-11,87%) en el 2002 y tocando el más alto en 2010 (8,99%). Además, es el país que más cantidad de veces ha terminado el año con decrecimiento en el PBI per cápita (8 veces, por encima de Brasil con 7). A su vez, si se utiliza la media como parámetro, Argentina ha crecido en promedio año tras año en su PBI per cápita un 1,44% siendo el más bajo después de Brasil con 1,16%. Por último, no es de menor importancia analizar el coeficiente de variación de la variable en Argentina, el mismo es de 405%, el máximo y ampliamente superior al de Brasil el cual es 238% (marcando una clara inestabilidad económica y nula representatividad en la media aritmética).

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económico. Esto coincide con lo que venimos afirmando conjuntamente con los autores ya citados.

2.2.2) Acciones Negociadas

Ahora, si queremos analizar como es el mercado accionario Argentino con respecto al resto de Latinoamérica, podemos tomar la variable acciones negociadas en % del PBI nacional. Dicha variable, mide el número total de acciones negociadas, tanto nacionales como extranjeras, multiplicado por sus respectivos precios correspondientes. Las empresas admitidas a cotización se incluyen en los datos. Los datos son valores de fin de año.

Gráfico de elaboración propia.

El Banco Mundial, no tiene datos de Uruguay para este caso por lo que no podemos incluirlo en el análisis. Lo primero que notamos en el gráfico de líneas, es que Argentina los primeros años del análisis, 1997 y 1998, supo ser el segundo de los países que realizaba más transacciones en el mercado accionario y termina siendo el último (siéndolo desde 2005). A su vez, es el único país que tiene un valor menor en 1997 comparado con 2017 y si se ve con más detenimiento, se podrá notar una clara tendencia lineal decreciente. Por último, cabe mencionar una vez más, que el promedio anual de los últimos 20 años, está valuado en 2,36%, siendo esta media la más baja en comparativa de los 4 países.

Una vez, revisados éstos datos estadísticos, podemos notar claramente que el mercado accionario argentino es uno de los menos desarrollados de entre los países de la misma región

0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50

V

alo

r

ac

ci

o

n

e

s

Año

Acciones negociadas 1997 - 2017

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(sobre todo teniendo en cuenta el nivel de riqueza que tiene nuestro país). El mercado accionario, es uno de los mercados de capitales más grandes en una economía.

2.2.3) Mercado de capitales

Acompañando el análisis del mercado accionario, ahora veremos cómo se comporta la capitalización de mercado. La misma es el precio de la acción multiplicado por el número de acciones en circulación (incluidas sus diversas clases) para las compañías nacionales que cotizan en bolsa. Quedan excluidos los fondos de inversión, los fideicomisos y las compañías cuyo

único objetivo comercial es mantener acciones de otras compañías cotizadas. Los datos son valores de fin de año. El

análisis graficado es el siguiente:

Gráfico de elaboración propia.

Nuevamente, el Banco Mundial no tiene información de Uruguay al respecto. De Brasil se tiene información desde 2000 y de Colombia desde 2005 en adelante. Para este caso se puede notar claramente la tendencia de nuestro país, siendo el que menor capitalización en el mercado de empresas nacionales tiene durante los 20 años de análisis. Se comprueba una vez más lo que ya hemos afirmado. El mercado de capitales y accionario argentino es más reducido que el del resto de los países latinoamericanos señalados (siendo ampliamente superado por Chile).

0 20 40 60 80 100 120 140 160

1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013 2015 2017

% PB

I

Año

Capitalización en el mercado de empresas nacionales que cotizan en bolsa

1997 - 2017

(22)

Página | 21

Lo que es sumamente alarmante al ver gráficamente las últimas dos variables analizadas, es que ninguna de las dos se puede notar un índice de alza. Ambas variables se comportan de manera bastante lineal y sin períodos prolongados de crecimiento.

2.2.4) Crédito interno

La próxima variable que analizaremos es el crédito interno que proporciona el sector financiero, para conocer cuán grande es y en qué medida puede abastecer las necesidades de fondos prestables de una nación. El crédito interno proporcionado por el sector financiero incluye todo el crédito otorgado a varios sectores en términos brutos, con la excepción del crédito al gobierno central, el cual es neto. El sector financiero incluye autoridades monetarias y bancos de dinero de depósito, así como otras corporaciones financieras donde hay datos disponibles (incluidas las corporaciones que no aceptan depósitos transferibles pero incurren en pasivos tales como depósitos a plazo y de ahorro). Algunos ejemplos de otras corporaciones financieras son las compañías financieras y de leasing, los prestamistas de dinero, las compañías de seguros, los fondos de pensiones y las empresas de cambio de divisas.

Gráfico de elaboración propia.

A la hora de analizar el comportamiento de ésta variable en los países latinoamericanos, podemos notar que tanto Brasil como Chile tienen una tendencia muy similar de crecimiento constante, que Colombia también tiene un crecimiento durante los últimos 20

0 20 40 60 80 100 120 140

% d

e

l P

BI

Año

Crédito interno proporcionado por el sector financiero 1997 - 2017

(23)

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años habiendo sido impactado con una pronunciada baja en 2014 y que Argentina y Uruguay tienen un comportamiento muy similar, con un pico más elevado desde el lado de este último en 2002, año en el que Argentina estuvo en crisis por la salida de la convertibilidad.

Al repasar los resultados del análisis, podemos ver que el sistema financiero argentino no suele proveer de fondos prestables tan fuertemente como lo hacen el resto de las economías latinoamericanas (sin incluir a Uruguay), y esto impacta año tras año en el desarrollo de la economía como ya hemos evidenciado. Sin embargo, lo que sí podemos ver, es que tuvo un pico en el momento de crisis en 2002, por ende sí podemos afirmar que durante la única crisis en los años analizados, el sistema financiero tuvo una participación más protagónica.

2.2.5) Depósitos bancarios

La última variable que se analizará son los depósitos bancarios comparados porcentualmente con el PBI de cada país. Esta variable es crucial para entender cuánto dinero pasa por el sector bancarizado. Ya sabemos que los argentinos no depositan su confianza en el mercado de acciones. Ahora es importante entender si pueden confiar en entidades bancarias o no pueden confiar en ninguna entidad de índole financiera. Para conocer esa información lo plasmamos en el siguiente gráfico:

Gráfico de elaboración propia.

0 10 20 30 40 50 60 70 19 9 7 19 9 8 19 9 9

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 20

10 20 11 20 12 20 13 20 14 20 15 20 16 % PB I Año

Depósitos bancarios con respecto al PBI 1997 - 2016

(24)

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En primera instancia se puede evidenciar cuáles son los países que tienen un porcentaje menor de depósitos: Argentina y Colombia. Para Argentina es relativamente constante, para Colombia se puede afirmar que este indicador tiene una mayor volatilidad. Lo anteriormente mencionado, queda evidenciado cuando se obtiene la media de los porcentajes anuales, para Argentina es 19,01 y para Colombia es 19,34. Incluso si analizamos la regularidad de estos porcentajes en cada país teniendo en cuenta la varianza de las variables confirmamos que Argentina mantiene su porcentaje sin mayores variaciones los últimos veinte años (con un coeficiente de variabilidad de 14) y Colombia es el país que más irregularidad presenta (con un coeficiente de variabilidad de 21%). Esto a cuentas claras nos lleva a la conclusión de que el ahorrista promedio argentino no confía tampoco en las instituciones bancarias para mantener a salvo sus ahorros.

Las estadísticas del Banco Mundial otorgaron evidencias suficientes para confirmar lo que los autores citados expusieron. En Argentina la población no confía en las instituciones en general, y eso tiene un impacto directo en el mercado de capitales. Los argentinos son quienes tienen sus depósitos bancarios en menor cuantía, confían en mucha menor medida en el mercado accionario, no recurren al financiamiento interno y este cúmulo de hechos repercute directamente en el desarrollo de la economía.

Al día de hoy no podemos afirmar con certeza que el bajo grado de avance del PBI per cápita nacional se deba exclusivamente a su pobre desarrollo de los mercados financieros, pero sí podemos decir que esta realidad repercute indirectamente y con profundidad en el crecimiento de la economía año tras año y en el largo plazo.

Capítulo III: Conociendo más a los ahorristas

argentinos

3.1) Encuesta de situación

Para completar el análisis de la inversión promedio del argentino, se utilizó el método de la encuesta. El propósito de la misma es corroborar que la realidad anteriormente expresada luego se plasme en un análisis de campo.

(25)

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podamos sacar acerca de la encuesta realizada será aplicada al total de la muestra y no a la población ahorrista completa de Argentina.

Para tener mayor referencia y exactitud del tipo de las características de los ahorristas encuestados podemos recurrir a los siguientes datos:

3.1.1) Lugar de residencia

En términos de residencia es importante destacar que el 57% del espacio muestral reside en Tandil, esto tendrá influencia directa mayormente en los tipos de activos en los que invierte cada región de nuestro país.

(26)

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En términos etarios, es importante destacar que se encuentra relativamente repartido entre los intervalos, teniendo mayor proporción claramente entre los 18 y 30 años, que suelen ser los años donde la población se dedica a sus estudios terciarios o universitarios, y a dar sus primeros pasos en el mundo laboral. Siendo que el 96% de la población tienen menos de 60 años es importante destacar que no debería haber una excesiva búsqueda de seguridad en los activos invertidos como reserva de valor, sin embargo, veremos que en Argentina y coincidentemente con el resultado de la encuesta, esto no se cumple.

3.1.3) Nivel de ingresos

El nivel de ingresos del espacio muestral estudiado se encuentra relativamente repartido. Se puede notar que la mayor parte de la población tiende a tener un nivel de ingresos medio/bajo, lo cual puede impactar en el nivel de ahorro que tengan. Esto es natural dado que una gran parte de la población es de corta edad y está dando sus primeros pasos a nivel profesional en la mayoría de los casos.

3.1.4) Nivel de estudios alcanzado

(27)

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A cuentas claras, podemos afirmar que estamos tratando con una población que tiene formación educativa suficiente como para informarse y poder realizar las inversiones que desee, no existe un inconveniente de no podes entender cómo funciona la inversión en activos financieros.

Teniendo en cuenta la población con la que se trabaja es como se relacionarán las variables entre sí y cómo se podrán obtener las correspondientes conclusiones.

3.1.5) Nivel de ingresos y nivel de ahorro Otro

0%

Posgrado completo

7%

Posgrado incompleto

4% Primario completo

1% Secundario

completo 11% Secundario incompleto

2%

Terciario completo

19%

Terciario incompleto

8% Universitario

completo 25% Universitario

incompleto 23%

(28)

Página | 27

Lo primero que podemos ver en el gráfico comparativo entre nivel de ingresos y nivel de ahorro es que no existe una clara relación de las dos variables en la muestra. Sí podemos observar que hay una leve tendencia al aumento del ahorro a medida que el nivel de ingresos es mayor, sin embargo es prácticamente mínimo y no sirve para afirmar hay una relación clara entre las dos variables.

Esto nos sirve para concluir que no es sumamente relevante cual sea el nivel de ingresos del ahorrista promedio, su nivel de ahorro será muy similar. Dato no menor es que el 27% de la muestra respondió que no ahorra nada de su ingreso periódico (sea cual sea el origen del mismo, renta, salario, ganancias variables, etc.), lo cual implica que más de un cuarto del ahorrista de la muestra simplemente no ahorra periódicamente. Además un 63% de la muestra respondió que ahorra menos del 10% de su ingreso periódico, lo cual tampoco es un dato menor. Ambos resultados reflejan claramente que hay una tendencia fuerte al consumo en la muestra solicitada. El ahorro es muy bajo, y esto puede deberse a la realidad de no sentir confianza en el sistema financiero argentino para llevar adelante las transacciones.

3.1.6) Ahorro / vivencia de crisis anteriores

En este caso, las variables que se relacionaron son nivel de ahorro del argentino promedio teniendo en cuenta aquellas personas que vivieron la crisis y las que no.

A simple vista, se puede decir que aquellas personas que vivieron la crisis, tienden a tener un nivel de ahorro promedio mensual de sus ingresos menor que aquellas personas que no lo vivieron. Sin embargo, para obtener un análisis más específico de la realidad muestral se utilizó la prueba T para muestras

77%

23% 72%

28% 71%

29% 60%

40% 56%

44%

48% 52%

0% 20% 40% 60% 80% 100%

No

Ahorro / ¿Vivió alguna crisis?

No ahorro Más de 0% y menos 5% Entre 5% y menos de 10%

(29)

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independientes. Para realizarla, se tomó la marca de clase de los intervalos fijados de la variable y no se tuvieron en cuenta los 27 casos en que se eligió el intervalo mayor a 30% (esto quiere decir que el resultado del análisis para muestras independientes no será absolutamente preciso dado que estamos quitando del espacio muestral a individuos, sin embargo nos dará un punto de referencia para saber qué tanta relación hay entre las variables).

El análisis arrojó los siguientes resultados:

En esta prueba la hipótesis planteada es que existen dos medias independientes mutuamente una de otra. Al realizar la prueba, se fija un intervalo de confianza (generalmente 95% como está fijado para el caso) y se verifica que la hipótesis sea correcta (en caso de ser incorrecta se rechaza la hipótesis nula “muestras independientes” y se acepta la alternativa “no hay suficiente información para aceptar la independencia de las variables”). Se asumirá que ambas varianzas son iguales.

Para este caso, como se señalado en la tabla, la hipótesis nula es rechazada, dado que el nivel de significancia bilateral es menor a 0,05 (el grado de error fijado previamente) es 0,004 y esto quiere decir que no hay independencia entre ambas variables, el nivel de ahorro de la población depende de la vivencia de la crisis o no. Dado que para realizar el análisis tuvimos que quitar a 27 individuos de la muestra (los cuales representan un 8% del espacio muestral), no podemos asegurar que el resultado es totalmente certero, sin embargo, al revisar el gráfico de barras se puede notar como la barra de mayor al 30% lo único que hace es seguir mostrando la diferencia existente entre el nivel de ahorro de los que sí vivieron la crisis con aquellos que no la vivieron. Por lo anteriormente expuesto entonces podemos afirmar con alto grado de certeza que si un argentino vivió la crisis, tendrá tendencia a ahorrar menos.

3.1.7) Vivió la crisis / probabilidad de crisis futura

De la misma forma pero con mayor certeza de los datos obtenidos, analizaremos si existe relación entre las variables “vivió la crisis” y “probabilidad de una crisis futura”. Gráficamente la encuesta arrojó los siguientes resultados:

(30)

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En primera instancia, parecería que no existe relación entre las variables comparando los que no vivieron la crisis de la convertibilidad y los que sí la vivieron. Para tener mayor certeza de los datos, comparamos la variable ordinal de probabilidad de una nueva crisis, con la variable nominal de haber vivido o no la crisis a través de una nueva prueba T para medias independientes. La expresión de los resultados es la siguiente:

Cuando repasamos la significancia bilateral vemos que esta es de 0,429 la cual es superior a 0,05. Este caso es el opuesto al expresado en el análisis T de medias independientes, acá podemos afirmar que la hipótesis nula (las dos medias son independientes entre sí) es la cual debemos aceptar. Esto nos permite concluir que no existe diferencia alguna estadística entre la media muestral de aquellas personas que vivieron la crisis del 2001 y las que no, teniendo en cuenta la posibilidad de una crisis futura.

Hasta ahora hemos analizado las variables de nivel de ingresos, nivel de ahorro, la vivencia de una crisis y la posibilidad

0% 1%

5% 9%

20%

13% 22%

19%

0%

10%

1%

3% 7%

4%

20%

12%

15%

12%

8%

19%

0% 5% 10% 15% 20% 25%

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Probabilidad de una nueva crisis

Cree que va a haber otra crisis / Vivió alguna crisis o no

(31)

Página | 30

de una crisis futura. Las dos conclusiones más importantes que pudimos encontrar son que el Argentino tuvo un cambio de comportamiento luego de la crisis con respecto a su ahorro, comenzó a tener un nivel menor de ahorro, y por lo tanto un aumento en el consumo de su ingreso mensual promedio, y, a su vez podemos decir que no existe diferencia entre el promedio de posibilidades que asigna un ahorrista argentino de la muestra que haya vivido la anterior crisis de la convertibilidad con uno que no la haya vivido.

3.1.8) Activos como reserva de valor

Las próximas variables a analizar harán más hincapié en los tipos de activos en los cuales los argentinos destinan su confianza como reserva de valor.

No es de sorprender que los primeros tres activos más populares dentro de la muestra que utilizan los ahorrista como reserva de valor sean la moneda extranjera, el plazo fijo y los inmuebles. La moneda extranjera como el activo más famoso para utilizar como reserva de valor. El plazo fijo cobra importancia dado que es una herramienta que se ha mantenido relativamente segura con el correr de los años, que el gobierno a veces incentiva tratando de aplicar tasas mayores, pero que sin embargo, el argentino ahorrista promedio conoce y sabe que no cubre los niveles de inflación con éstos depósitos (sabe que sale perdiendo pero sin embargo recurre como última opción por los bajos costos de entrada y de salida).

9 10

14 21

63

105

0 20 40 60 80 100 120

OTROS MONEDA LOCAL NO AHORRO INMUEBLES PLAZO FIJO MONEDA EXTRANJERA

Cantidad de individuos

T

ip

o

d

e

in

ve

rs

n

(32)

Página | 31

Tampoco es de sorprender que la inversión en inmuebles como reserva de valor esté ubicada tercera dentro de las opciones de inversión de los argentinos dado que como ya hemos visto, Tandil es una de las ciudades con más encuestados, y esta ciudad tuvo la particularidad, sobre todo a partir de 2004 de un boom inmobiliario, donde la ciudad se expandió mucho y los inmuebles aumentaron también su valor debido a la popularidad que ganó la ciudad gracias a su sano crecimiento. A este motivo, también podemos agregar una segunda causa: en Argentina, el mercado de compra y venta de inmuebles está dolarizado prácticamente en su totalidad, esto implica que no sólo es una reserva de valor porque el inmueble nunca se desvaloriza sino que al contrario, en mayor o menor medida, siempre aumenta su valor, porque el mismo está en la moneda estadounidense. Teniendo en cuenta estas dos situaciones, poco importa al inversor las barreras de entrada y salida, y la poca liquidez de utilizar un bien como los inmuebles como reserva de valor.

Llama la atención que dentro de la muestra no se vean tantos ahorristas depositando su confianza mayormente en activos en el exterior. Probablemente tenga que ver con el tipo de ahorrista que cayó en el espacio muestral (su nivel de ingresos, educación, edad, lugar de residencia, etc.).

Muy claramente se puede notar cómo el ahorrista argentino evidenciado en la muestra, no invierte en activos netamente financieros. De las 337 personas encuestadas, sólo 3 invierten en acciones, bonos o fondos comunes de inversión, estamos hablando de un porcentaje menor al 1%, lo cual mantiene la idea de que los argentinos no confían en el sistema financiero local, con las repercusiones que esto genera.

3.1.9) Cambios de conducta post crisis

(33)

Página | 32

Para este caso, lo más fácilmente destacable es que aquella persona que no cambió su estilo de inversión luego de la crisis, utiliza al dólar en mucha menor proporción que el argentino que cambio su forma de ahorrar. Esto tiene sentido dado que la crisis de la convertibilidad justamente tuvo una alta volatilidad de la moneda extranjera, dónde aquellas personas que tuvieron en su poder los dólares en su hogar terminaron siendo altamente beneficiadas por sobre aquellas que tenían sus dólares guardados en una entidad bancaria.

3.1.10) Lugar de residencia y activos

Consideramos importante destacar que no todas las regiones estudiadas dentro de la muestra tienen el mismo comportamiento de inversión.

Como se puede apreciar en el siguiente gráfico, existen algunas diferencias notorias entre las distintas regiones de nuestro país. Tanto en capital como en Gran Buenos Aires, la confianza en el dólar como reserva de valor es altísima, siendo 63% y 64% respectivamente. En Tandil, se ve una confianza mucho mayor en los inmuebles y en el plazo fijo (el fenómeno inmobiliario ya fue explicado anteriormente y se vuelve a evidenciar en el presente gráfico). Más allá de lo señalado, no se ve mayor diferencia entre los ahorristas de la muestras teniendo en cuenta las distintas regiones.

19

11 68

37

8

4

6 8

30

21

5 4

0 10 20 30 40 50 60 70 80

No

Cambio de conducta / En qué ahorran

(34)

Página | 33 15% 9% 4% 18% 3% 4% 5% 4% 6% 9% 2% 7% 64% 45% 47% 40% 36% 64% 63% 21% 15% 11% 20% 9% 10% 4% 14% 15% 26% 27% 18% 21% 15% 4% 3% 9% 7%

0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% Otros

Córdoba Santa Fe Tandil Bs As Interior Gran Bs As CABA

Residencia / Activos

(35)

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Conclusiones

Como bien dijimos al principio del trabajo, se intentó caracterizar al argentino ahorrista promedio en términos de sus inversiones personales. Lo primero que se dijo del argentino fue: no invierte en activos financieros. Para comprobar la influencia que esta situación tiene en la economía se realizó una recopilación de los papeles de trabajo de distintos autores expertos en la relación entre el crecimiento de la economía de un país y el desarrollo financiero.

Se encontró que la relación era prácticamente directa, siendo que varios autores hablaban de ello. Ahora sabemos que es fundamental acompañar un crecimiento sostenido de la economía, con un desarrollo de los sistemas financieros. Y parte volver a explicarlo por última vez propongo dos ejemplos. ¿Cómo financia el estado sus gastos si no es a través de bonos que la gente pueda confiar en comprar? Dado que en Argentina el bono estatal (aunque ha cobrado mayor fama los últimos años) no ha sido muy explotado, el gobierno tuvo que recurrir al impuesto inflacionario, lo cual deriva claramente en una poco sana inflación. Ahora vamos con el segundo ejemplo, para el sector privado. Una empresa multinacional instalada en Argentina necesita financiarse de alguna forma y tiene la capacidad para salir a cotizar sus acciones en la bolsa, ¿lo hace? No, termina eligiendo la opción más simple, financiarse con una recapitalización, y dejar de lado los proyectos que podría llevar adelante y que podrían ser beneficiosos, sin embargo no suceden.

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En Argentina las crisis han sido una constante durante todo el siglo XX y también en el arranque del siglo XXI y esto muy probablemente haya afectado al inversor argentino a la hora de realizar sus colocaciones en activos como resguardo de valor.

La crisis de la convertibilidad, como ya bien sabemos, tuvo un impacto macroeconómico altísimo, sin embargo, ¿cuál fue el impacto posterior en la percepción del sistema financiero argentino? ¿La recuperación de la confianza es tan rápida como el de la economía?

En este trabajo, tomando la encuesta como herramienta, se intentó ver diferencias entre las personas que vivieron la crisis de la convertibilidad y los que no la vivieron. A través de una serie de preguntas y la utilización de métodos estadísticos, podemos llegar a tres conclusiones que consideramos importantes.

La primera es que hay evidencia estadística suficiente como para concluir que aquellas personas de la muestra que vivieron la crisis, tienen una marcada diferencia en el nivel de ahorro que aquellas personas que no la vivieron. Esto quiere decir que las personas que vivieron la crisis del ’02, optan por el consumo de sus ingresos periódicos por sobre el ahorro (por más que su nivel de ingresos sea mayor). Esto despierta la atención teniendo en cuenta de que aquello que se ahorra, luego se convierte en inversión en activos de resguardo de valor. Aquellas personas de la muestra que vivieron la crisis, prefieren consumir su salario antes que resguardarlo para el consumo futuro, sienten que consumirlo en el momento tiene más valor dado que no confían en el resguardo del valor.

La segunda es que no existe diferencia en la percepción de una crisis futura entre quienes vivieron la crisis de la convertibilidad y los que no. Los promedios son relativamente similares, lo cual quiere decir que la percepción de una crisis futura se asume igual. Probablemente esto se deba a que la crisis de la convertibilidad, no fue ni será la única en Argentina, el ahorrista promedio sabe, haya vivido la última gran crisis o no, que no hay un sistema institucional que de respaldo a las normas y esa percepción no cambia la vivencia de otra crisis.

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Referencias bibliográficas

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Monográfico, 77-154.

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Anexos

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Referencias

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