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Análisis comparativo de las dimensiones violencia, temor,

MS Estudiantil, Aysén y Freirina en los artículos publicados por La Tercera y El Mercurio.

En páginas anteriores se ha visto el uso de estructuras discursivas negativas que aluden a algunas de las dimensiones en los artículos publicados por La Tercera y El Mercurio, referidas a cada uno de los movimientos sociales en particular. En esta parte se pretende mostrar comparativamente el uso de las dimensiones en los tres movimientos sociales. Para visualizar este comportamiento se ha recurrido al uso de gráficos, en los que se han fijado los valores tanto del eje de las abscisas como del eje de las ordenadas.

a) Análisis comparativo: La dimensión violencia utilizada como estructura discursiva negativa para referirse a los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en los artículos de La Tercera y El Mercurio.

Gráfico N° 28

Comparación en el uso de la dimensión violencia que el discurso mediático atribuye a los MS

Estudiantil, Aysén y Freirina en artículos publicados por La Tercera y El Mercurio

Al revisar, comparativamente, la recurrencia en el uso de la dimensión

violencia en los discursos que, tanto La Tercera como El Mercurio publicaron para referirse a los tres movimientos sociales en estudio, puede observarse que respecto de

Fuente: elaboración propia en base a datos de la investigación

los artículos publicados en relación al movimiento estudiantil y al movimiento social por Freirina, el uso de esta dimensión tiene un comportamiento similar en ambos medios. Esta dimensión fue utilizada de manera más profusa, como estructura discursiva negativa, para referirse al movimiento social Aysén, en especial durante las semanas en que este movimiento, ante las dilaciones del Gobierno para dar respuesta a sus demandas regionales, intensificaba sus acciones de protesta, mantenía el control de los accesos a las principales ciudades de la región y tenía el control sobre algunos puertos y aeródromos, además de concitar gran apoyo de la opinión a nivel nacional. Es La Tercera la que más uso hace de esta dimensión.

Tan exacerbado uso de la violencia como adjetivación negativa para referirse

a las acciones del movimiento social Aysén, sin duda, pretende ocultar la violencia de las desigualdades impuestas por el modelo de acumulación neoliberal que despoja, a los ciudadanos de todo Chile y en particular a los de las regiones más apartadas, de sus derechos sociales y que además con la justificación de mantener el orden público, la autoridad también los despoja de su derecho de reunión y de protesta. Las palabras del vocero del Movimiento, Iván Fuentes son preclaras:

“Cuando hablan de violencia olvidan que hay una violencia silenciosa. Existe la violencia cuando se enciende el neumático, pero esa gente no es violenta, es gente pacífica, que nunca había protestado, que nunca había tenido ni un sí ni un no con la autoridad. Son campesinos, pescadores artesanales, mujeres dueñas de casa, que encienden el primer neumático porque están hartos de la violencia silenciosa, de la miseria, de las promesas incumplidas, de las cartas sin respuesta, de las esperanzas frustradas. La violencia silenciosa es mucho más grave que la violencia del neumático.”78

Tan exacerbado uso de la violencia como adjetivación negativa para referirse al movimiento social Aysén, también tiene la clara intención por parte de los dueños de La Tercera y el Mercurio de evitar que en otras regiones se repliquen movimientos sociales de similar práctica. Por tanto, en sus artículos se omiten las virtudes del movimiento, esto es: que, con la transversalidad y unidad de las fuerzas sociales lograron -más de veinte organizaciones- ponerse acuerdo en once demandas; que, con amplitud, firmeza y lucha popular lograron tomarse calles y puentes y controlar todo

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Fuentes, Iván, El rugido de la Patagonia. Artículo publicado en Le MONDE diplomatique. Mayo de 2012.

el territorio; y que, con decisión y valentía lograron resistir la brutal represión de las fuerzas especiales de carabineros enviadas desde Santiago. Todos estos eran malos ejemplos para el resto del país, entonces, la violencia de los enfrentamientos en las calles había que adjudicárselas a los movilizados, con lo cual, por una parte se justificaba la represión y por la otra se le pedía al gobierno medidas más duras como la aplicación de la ley de seguridad del Estado para mantener el orden público.

b) Análisis comparativo: La dimensión temor utilizada como estructura discursiva negativa para referirse a los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en los artículos de La Tercera y El Mercurio.

Gráfico N° 29

Comparación en el uso de la dimensión temor que el discurso mediático atribuye a los MS

Estudiantil, Aysén y Freirina en artículos publicados por La Tercera y El Mercurio

En cuanto a la dimensión temor, según se observa, ambos medios coinciden en utilizarla en un mayor número de alusiones cuando sus artículos estaban referidos al movimiento Estudiantil, aunque El Mercurio también hace una utilización muy profusa de esta dimensión cuando sus artículos comentan acerca del movimiento social Freirina, sobre todo hacia el final del período estudiado, cuando ya era evidente que la decidida lucha del pueblo de Freirina, había obligado al cierre de la planta faenadora de cerdos.

En el caso del movimiento estudiantil, la explicación en el uso de esta dimensión como estructura discursiva negativa que utilizaron tanto de La Tercera como El Mercurio, tienen relación con el cuestionamiento al modelo económico neoliberal que los estudiantes hicieron durante sus acciones de protesta en el año 2011, clarificador es, a este respecto, lo señalado por Camila Vallejo, a la sazón, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile:

“Que estas movilizaciones hayan nacido a partir de los problemas educacionales no es casualidad, puesto que la educación es uno de los nudos centrales del sistema neoliberal, y cuando se empiezan a cuestionar una de las justificaciones centrales del sistema político-económico, es natural que todo el resto comience a tambalear.

El asunto entonces, pasa de ser un problema gremial a un problema estructural. Las demandas de los estudiantes también pasan a ser demandas profundamente políticas...”79

Por tanto, y considerando la gran simpatía y apoyo que las demandas del movimiento generaban en la opinión pública, los discursos contenidos en los artículos pretendían generar en esa misma opinión pública la percepción de que si se seguía el camino de terminar con el lucro en la educación, de fortalecer la educación pública, de acabar con el modelo económico de acumulación de riqueza, lo que se lograría

sería caos social, que las instituciones de la democracia representativa no funcionen,

que se acabe con un modelo económico que ha mejorado los indicadores

macroeconómicos de Chile, y que sobrevenga, finalmente, la ingobernabilidad del

país.

En el caso del movimiento social Freirina, cuya lucha por el derecho a vivir en un ambiente libre de contaminación lo enfrentaba a uno de los grupos económicos más poderosos del país, puso en cuestionamiento las bases mismas de acumulación de riqueza de la gran industria nacional que, hasta ese momento, emplazaba sus proyectos productivos, altamente contaminantes en cualquier zona del país sin utilizar ni la tecnología adecuada para evitar la contaminación, ni los programas de mitigación adecuados, con lo cual disminuía fuertemente sus costos de operación. Por tanto, los discursos contenidos en los artículos publicados por ambos medios, estaban dirigidos por una parte a la comunidad local y nacional con la intención de generar la

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Vallejo, Camila, Rompiendo con los mitos del neoliberalismo. Artículo publicado en Le MONDE diplomatique. Noviembre de 2011.

percepción de que las acciones del movimiento y la presión ejercida sobre Agrosuper, provocaría la pérdida de empleos en la zona. Por otra parte, estos mismos discursos, también estaban dirigidos a las autoridades de gobierno, parlamentarios y empresarios para advertir acerca del gran daño que se provocaría a la industria nacional al acceder a las demandas del movimiento Freirina.

c) Análisis comparativo: La dimensión denominación estereotipada utilizada como estructura discursiva negativa para referirse a los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en los artículos de La Tercera y El Mercurio.

Gráfico N° 30

Comparación en el uso de la dimensión denominación estereotipada con que el discurso

mediático identifica a miembros de los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en artículos publicados por La Tercera y El Mercurio

En cuanto al uso de estructuras discursivas que estereotipan a los miembros y dirigentes de los movimientos sociales, puede apreciarse que ambos medios lo utilizan en un mayor número de alusiones cuando refieren al movimiento estudiantil, aunque también se utiliza con cierta recurrencia para estereotipar a dirigentes y participantes del movimiento social Aysén. Ello revela el afán de ambos medios de estigmatizar a estos movimientos, con el fin último de desacreditarlos ante la opinión pública. Del comportamiento de esta dimensión en los gráficos, se infiere que es El Mercurio el medio que más uso hace de ese recurso discursivo.

d) Análisis comparativo: La dimensión descalificación utilizada como estructura discursiva negativa para referirse a los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en los artículos de La Tercera y El Mercurio.

Gráfico N° 31

Comparación en el uso de la dimensión descalificación de las demandas, acciones o miembros de los MS Estudiantil, Aysén y Freirina en artículos publicados por La Tercera y El

Mercurio

En cuanto al uso de la dimensión descalificación, al igual que la dimensión anterior, ambos medios la utilizan en un mayor número de alusiones cuando sus artículos están dirigidos a comentar respecto del movimiento estudiantil. En una menor proporción utilizan la descalificación como adjetivación negativa para referirse a las demandas y acciones del movimiento social Aysén. Ambos medios utilizan este recurso para desacreditar los movimientos sociales ante la opinión pública. El Mercurio es el que más descalifica en los momentos en que los movimientos sociales intensifican sus acciones de protesta.

En conclusión, se puede apreciar que ambos medios utilizan estructuras discursivas negativas con la intención de criminalizar mediáticamente a los movimientos sociales más que estigmatizarlos, pues en los artículos publicados durante los distintos períodos estudiados, utilizan un mayor número de alusiones que vinculan las acciones de los movimientos con violencia -bloqueo de caminos, pillaje, destrucción y desorden, entre otros-. Consecuentemente pretenden dejar sentado en el imaginario de la opinión pública el temor a las acciones de estos movimientos que, según estos discursos, lo único que persiguen es alterar el orden público, destruir la economía local y la industria nacional, alterar el funcionamiento de las instituciones y

destruir la democracia. Este tipo de actuación ya había sido advertido por Sunkel y Geoffroy y más tarde por los profesores Corrales y Sandoval cuando señalaban que junto con el monopolio ideológico que caracteriza al empresariado chileno -alto compromiso con el modelo neoliberal y conservadurismo valórico- se vincula una forma de intervención sobre los medios que “se traduce en las presiones que ejercen cuando los contenidos que se difunden pueden comprometer, directa o

indirectamente, los intereses corporativos de alguno de los avisadores”80, y agregan

que junto con el monopolio ideológico que implica una “limitación del pluralismo en los medios”, las presiones ejercidas por el empresariado sobre los medios, trae como consecuencia una serie de restricciones a la libertad de expresión “puesto que lo que queda excluido de la discusión pública y, por tanto, sometido a un proceso progresivo de invisibilización, son una serie de contenidos específicos que se oponen en distinto

grado a los intereses de los actores dominantes del mercado”81

.

80

Corrales, Osvaldo y Juan Sandoval, Concentración del mercado de los medios, pluralismo y libertad de expresión. Instituto de la Comunicación e Imagen, Centro de Estudios de la Comunicación. Universidad de Chile, 2005. P. 19.

81

CONCLUSIONES

Fue la convicción de los integrantes –mujeres y hombres- de los movimientos sociales que desplegaron su accionar por el sur, por el norte y por el centro del país, los que inspiraron esta investigación. La ciudadanía, pronto logró vislumbrar la justeza de sus demandas y poco a poco se fue entendiendo que esas demandas no son sino exigir el cumplimiento de los derechos sociales insatisfechos, eso es la lucha por una educación pública, gratuita y de calidad que reclamaban los estudiantes, eso es la lucha por un conjunto de reivindicaciones que exigían las distintas agrupaciones de la sureña región de Aysén y eso es la lucha por vivir en un ambiente libre de contaminación que dieron los habitantes de la norteña comuna de Freirina. Una lucha que parecía tan difícil de sostener en el tiempo y más difícil de conseguir algún logro. El malestar acumulado contra un orden social, gobernado por una élite político- empresarial, que no reconoce ni satisface sus derechos sociales, y que sin embargo, favorece la acumulación del gran capital, seguramente alimentó el compromiso y la convicción de mujeres y hombres de estos tres movimientos sociales y los llevó a ser conscientes que era el momento de hacer las cosas por sí mismos, de manera asociada, planificada y participativa. Conciencia, participación y convicción parece ser la tríada que otorgó la energía para enfrentar la desidia y el desprecio de las élites políticas, para enfrentar el poder represivo ordenado por el gobierno que implicó heridos y detenidos y para enfrentar todo el poder criminalizador y estigmatizador de los medios de prensa asociados a las élites político-empresariales.

Los sectores populares que se organizan en los movimientos sociales no tienen espacio en los medios de comunicación, pues como ya se indicara, la propiedad, las audiencias y los ingresos por publicidad en los medios de prensa escrita, están concentrados en dos grupos económicos, que forman parte de la poderosa élite empresarial que, posterior a la dictadura ha ido incrementando su influencia sobre los sectores políticos y gobiernos. A este respecto, el académico de la Universidad de Chile, Carlos Ruiz Encina, ha señalado en una reciente entrevista

“El nivel de colonización de los grupos fácticos de poder económico y los lobbistas sobre el gobierno y la élite política les permite ejercer una ilegítima influencia

cortesana sobre la ‘monarca’ [Presidenta], por la debilidad de las estructuras democráticas y el retraso de la Izquierda en la formulación de una alternativa.

Los grandes empresarios han manejado los gobiernos de los últimos 25 años. En el gabinete pasado, había cuatro ministros que venían del grupo Luksic y creo que hoy se hace carrera más rápido por estos mecanismos de influencia que dentro de los partidos. Se ha paralizado a Codelco, para dejar espacio a la inversión privada en la minería, algo que no hicieron siquiera los militares. El desborde de la inversión privada en el sector minero ocurrió desde Aylwin en adelante. Los grandes empresarios se han beneficiado de un modelo rentista y gozan de una protección estatal tremenda. En Chile (…) los grandes agentes económicos privados eluden la competencia y tienen toda clase de subsidios públicos, como aquellos que logran a través de las empresas monopólicas que heredaron mediante las privatizaciones.

La Concertación ha sido artífice de una nueva fase de expansión capitalista a partir de una matriz creada en dictadura. Este capitalismo subsidiado consigue -a través de la salud, la educación o las pensiones- una doble explotación de la gente. Por un lado se apropia del producto de la fuerza de trabajo en la jornada laboral y por otro, con la exacción cotidiana a través de supermercados, servicios básicos, educación o salud privada”.82

En la investigación y tras una exhaustiva revisión de cientos de artículos de prensa, entre editoriales, columnas de opinión y cartas al director, se logró en el período estudiado, identificar las estrategias comunicacionales con las cuales La Tercera y El Mercurio estigmatizaron y criminalizaron a los movimientos Estudiantil,

Aysén y Freirina, las cuales pueden resumirse en: 1) Invisibilizar las demandas y

acciones de los movimientos sociales. La Tercera y El Mercurio no informan, ni publican artículos referidos a las demandas de las organizaciones sociales, sino hasta

que la masividad y fuerza de sus acciones logran trascendencia nacional; 2) Mitigar

la justeza de las demandas y acciones de los movimientos sociales. Los artículos de

ambos medios hacen una referencia difusa o desenfatizan la pretensión de las movilizaciones populares cuando buscan el reconocimiento, por parte de la autoridad,

de un derecho social insatisfecho; 3) Estigmatizar a través de estereotipos para

referirse a los integrantes y dirigentes de los movimientos sociales; 4) Estigmatizar a

través de la descalificación de las demandas y acciones de los movimientos sociales; 5) Criminalizar a través del uso exacerbado de la violencia atribuida a las acciones

de los movimientos sociales; y, 6) Criminalizar atribuyendo a las acciones de los

movimientos sociales el miedo o el temor de alterar la paz social y el funcionamiento de las instituciones.

82

Ruiz Encina, Carlos, Bachelet renunció a su liderazgo. Entrevista publicada en la Revista Punto Final, edición Nº 830, 12 de junio, 2015.

En términos analíticos, la investigación se propuso dos hipótesis. La primera de ellas postula que a medida que las acciones de los movimientos sociales se hacen masivas y trascienden a nivel nacional, los medios de comunicación informan criminalizando tanto a sus participantes como a sus acciones. En base a esta proposición la investigación arroja como resultados interesantes hallazgos que demuestran que los discursos de los artículos publicados por La Tercera y El Mercurio tienden a criminalizar a los movimientos sociales incorporados en el estudio, pues las estructuras discursivas negativas utilizadas en sus discursos aumentan significativamente a medida que sus acciones y sus demandas se transforman en un hecho nacional. Se pudo comprobar que la mayor cantidad de adjetivaciones negativas empleadas por ambos medios para referirse a los tres movimientos sociales –Estudiantil, Aysén y Freirina- se publicaron en los meses en que estos movimientos demostraron mayor convicción, organización, unidad y decisión de lucha al desobedecer las reglas impuestas por la institucionalidad: los estudiantes marcharon por la alameda pese a la prohibición ordenada por el Ministro de Interior; los ayseninos mantuvieron los caminos bloqueados y la toma de puentes, aeropuertos y calles a pesar de la declaración del gobierno de no negociar mientras existan las medidas de presión; los freirinenses declararon la desobediencia civil cuando el gobierno levantó la prohibición de funcionamiento de la planta de Agrosuper.

Las estructuras discursivas negativas para criminalizar a los movimientos sociales identificadas en editoriales, columnas de opinión y cartas al director de ambos medios, pretenden dejar sentado en el imaginario de la opinión pública que las acciones de los movimientos sociales son violentas, que sus integrantes y voceros son violentistas, que destruyen la propiedad pública y privada y que, por tanto, sus acciones alteran el orden público y ponen en peligro el funcionamiento de las instituciones del país. Con ello justifican la acción represiva de las fuerzas especiales de Carabineros y demandan al gobierno dictación de leyes más duras que inhiban y/o prohíban las protestas sociales.

La segunda hipótesis postula que a medida que las acciones de los movimientos sociales se hacen masivas y trascienden a nivel nacional, los medios de comunicación

informan estigmatizando a los participantes y dirigentes movilizados. La investigación arrojó resultados que demuestran lo propuesto en esta segunda hipótesis. La mayor cantidad artículos, de La Tercera y El Mercurio, con alusiones