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EL DOBLE DE ESCENASEL DOBLE DE ESCENAS

In document Yehuda Berg - Satan, Una Autobiografia (página 63-73)

EL DOBLE DE ESCENAS

PELIGROSAS, EL EGO

PELIGROSAS, EL EGO

Dios no se detuvo ahí. Te dio otra cura más, otra herramienta, otro antídoto para tu sufrimiento. Y viene en la forma de Harrison Ford. Bueno, no exactamente,

pero quería asegurarme de que tenía tu atención absoluta.

Verás, Harrison Ford es una estrella de cine muy atractiva. Cuando interpretó el papel de Indiana Jones, puedes apostar hasta tu última moneda que el estudio de cine no quería que su actor principal llevara a cabo todas esas escenas de riesgo.

Para eso está el doble de escenas peligrosas.

El doble de escenas peligrosas es un especialista altamente entrenado y extremadamente habilidoso, que asume todo el riesgo de sufrir dolor y heridas en lugar de la estrella de cine. Este es su trabajo, y cobra una buena cantidad de dinero por hacerlo. Todo lo que Harrison Ford tiene que hacer es apartarse a un lado y permitir que el doble de riesgo ocupe su lugar

en una escena potencialmente peligrosa.

Dios ideó una solución similar para la película que es tu vida. Dios creó un doble de riesgo para que asumiera todo el dolor en tu nombre. Todo lo que la humanidad tiene que hacer es apartarse a un lado cada vez que surge una situación potencialmente peligrosa o incómoda, y permitir que el doble de riesgo haga su trabajo. Pero la humanidad nunca lo ha hecho. Tú tampoco lo has hecho. Ni tampoco tus amigos. Nadie lo hace.

¿Y cómo lo sé? Porque.

¡YO SOY EL DOBLE DE RIESGO!

era la fuente de todo el mal. El Príncipe de la Oscuridad. El Padre de las Mentiras y el Engaño. El Tentador. El Hijo de la Perdición.

Pensabas que estaba aquí para arruinar tu vida, para oscurecer la existencia humana y destruir el mundo. Para nada. Dios me otorgó la tarea de actuar como tu sustituto oficial. Estoy aquí para ayudarte. ¡Sorpresa! Así pues, si el término "doble de riesgo" te suena

demasiado a Hollywood, puedes llamarme

simplemente tu "ego". Sí, es correcto. Yo soy tu ego. Mi vocación es una parte esencial del plan de Dios. Como dije antes, el alma vino al "lote de autos" para experimentar el dolor y despertar así la apreciación por el paraíso que es Dios. Y hay dos maneras de experimentar el dolor:

1. Tú lo experimentas

2. O lo hago yo

Seré más específico. Hay dos formas de conocer el

dolor de este mundo:

1. A través de la aniquilación de tu ego y de todo

tu interés propio.

2. A través de dolor infligido a tu cuerpo y a tu alma.

La vida te lanza un desafío. O bien permites que yo, el ego, me frustre y me preocupe; o lo harástú.

lo harástú.

Alguien necesita ayuda económica

desesperadamente. O le das a esa persona hasta que duela (me duela a mí), o te aferras a tu dinero y a la autosatisfacción que proporciona la avaricia, y dejas que eso te lastime. En otras palabras, aparecerá todo tipo de basura a lo largo de tu vida. Puedes dejar que sea el ego el que esté triste, deprimido, avergonzado o herido, o bien puedes experimentar tú mismo la tristeza, la depresión, la locura, el agravio y mucho dolor (bonita letra de una canción country, debo añadir).

Después de toda una vida viviendo con los humanos, hay dos opciones: o muere el ego, o mueres tú.

¿Captaste lo último? La he deslizado

por una razón, por no dejar morir al ego. Todas las personas a lo largo de la historia han muerto como resultado de proteger a su ego. Se aferran a él toda su vida. Pero si el ego muere, tú vives para siempre. Realmente. Verdaderamente. Si la humanidad eliminara el ego de la faz de la Tierra, ¡sería el fin de toda la muerte! La Tierra se transformaría en un paraíso físico y espiritual sin fin.

Así que morir por ti es mi trabajo; si me lo permitieras. Pero no lo haces. Y por eso acaban experimentando todo el dolor. Ustedes se ocupan de morirse, mientras yo me ocupo de vivir. He pasado todo el tiempo en esta Tierra, viviendo a lo grande durante incontables siglos, mientras ustedes han estado cayendo como moscas.

lado cuando toda esta felicidad e inmortalidad inimaginables te están esperando? La respuesta es muy simple: porque no sabías que tenías un doble de riesgo. Simplemente, no sabías que tenías mis servicios a tu disposición. Pues bien, ahora ya lo sabes.

Pero antes de continuar, puede que todavía estés confundido acerca de esta idea del ego. Después de todo, he pasado milenios intentando distorsionar su verdadero significado. Tu ego es tu respuesta reactiva al mundo.

Por ejemplo:

• Reaccionas al fracaso y te deprimes. Eso es tu ego.

también es el ego.

• Reaccionas ante una oportunidad y no te

sientes suficientemente bueno para aprovecharla. Lo creas o no, eso también es ego.

• Eres egoísta. Ego.

• Das caridad y dejas que todo el mundo lo sepa. Ego.

• Alguien defiende una creencia que es contraria a la tuya y tú creas un conflicto. Ego, por ambas partes.

• Alguien promueve una creencia u opinión con la que tú estás de acuerdo y le sigues

ciegamente. Ego, ego y más ego.

• Alguien te dice la verdad y tú la rechazas. ¡Esta es la forma más común de ego en el planeta!

Espero que me estés siguiendo. El trabajo del ego es motivarte a reaccionar. Todo lo que haces en la vida a petición del ego es una acción refleja. No importa cuál sea el desencadenante o cuál sea tu intención. Tu ego ve que siempre estás reaccionando a alguien o algo.

Y yo soy el que incita tu comportamiento.

Eso significa que todos los pensamientos negativos que hay en tu cabeza son míos. Sin embargo, como me he disfrazado tan ingeniosamente de tu ego, tú piensas que esos pensamientos son tuyos. Y ahí es donde yace el problema.

¿Quién piensas que te convence para que dejes la dieta cuando tu auténtico yo adopta el compromiso de perder peso? No es el pastel de chocolate lo que te hace sucumbir. ¡Soy yo, tu servidor! Disparo tu

deseo al mismo tiempo que disminuyo tu voluntad. Es un golpe doble muy potente. Entonces racionalizo tu derrota susurrando en tu oído: "No te preocupes, puedes empezar de nuevo el lunes".

¡Y sabotear dietas es sólo la punta de mi iceberg!

In document Yehuda Berg - Satan, Una Autobiografia (página 63-73)

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