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FALLAR COMOFALLAR COMO

FALLAR COMO

HIZO

HIZO

DIMMESDALE

DIMMESDALE

Es posible que simplemente los puritanos fueran más tontos que la gente de nuestros días, pero no puedo creer que a esos habitantes de Boston del siglo XVII les costase tanto darse cuenta de que su líder espiritual dejó embarazada a la fresca del pueblo. Yo resolví el misterio en el capítulo en el que Hester le dice a Dimmesdale: --- Habla tú por mí.

escarlata en el instituto, quizá si

hubiera sabido que había tanto sexo y espionaje lo habría leído con dieciséis años. Dios, me muero de ganas de preguntarle a Nikki si le da bombo al asunto del sexo en su clase; si lo hiciera, seguro que los adolescentes leerían el libro.

No me cayó muy bien Dimmesdale, pues tenía a una mujer estupenda y se negó una vida con ella. Ahora

comprendo que no hubiera sido fácil para él explicar cómo había dejado embarazada a la joven mujer de otro hombre, especialmente porque él era un hombre de la Iglesia. Pero si hay un tema que trata Hawthorne es el de que el tiempo cura todas las heridas.

Dimmesdale lo aprende, pero

demasiado tarde. Además, pienso que Dios habría querido que Pearl tuviese un padre y que quizá considere la indiferencia de Dimmesdale hacia su hija un pecado mayor que tener sexo con la mujer de otro hombre.

En cierto modo simpatizo bastante con Chillingworth. Quiero decir, manda a su joven esposa al Nuevo M undo tratando de darle una vida mejor y ella termina embarazada de otro hombre. Aunque él era viejo y antipático y no tenía sentido que se casase con una chica tan joven. Cuando empieza a torturar

psicológicamente a Dimmesdale y le da todas esas hierbas y raíces extrañas

me recordaba al doctor Timbers y a sus empleados. En ese momento me di cuenta de que Chillingworth nunca iba a tratar de ser bueno, y entonces dejé de tener esperanzas en él.

Pero Hester me encantó porque creía en los rayos de esperanza. Incuso cuando los horribles hombres

barbudos y las mujeres gordas estaban en su contra, ella se mantuvo fiel a sus principios y cosía y ayudaba a la gente cuando podía, y trató de criar lo mejor posible a su hija (a pesar de que Pearl demostró ser una niña algo demoníaca).

Aunque Hester no consiguió estar con Dimmesdale (lo cual para mí es

un fallo), sentí que había tenido una vida plena: consiguió ver cómo su hija crecía y tenía un buen matrimonio, lo cual en cierto modo es bonito.

Pero me doy cuenta de que nadie apreció a Hester por lo que realmente era hasta que fue demasiado tarde. Cuando más ayuda necesitaba la abandonaron, y solo empezaron a apreciarla cuando ofreció su ayuda a los demás. Esto sugiere que es

importante apreciar a las buenas mujeres antes de que sea demasiado tarde, y ese es un buen mensaje para los alumnos. Ojalá mi profesora del instituto me hubiera enseñado esa lección, pues seguro que habría tratado a Nikki de manera diferente

cuando nos casamos. Pero también puede que sea el tipo de cosas que hay que aprender a lo largo de nuestra vida, fallando como hizo Dimmesdale o como hice yo. La escena en la que Dimmesdale y Hester finalmente están juntos por primera vez en la ciudad me hizo desear que acabara el período de separación. Así yo podría estar con Nikki en algún lugar público y pedirle perdón por haber sido un estúpido en el pasado. Entonces le diría lo que pienso del clásico de Hawthorne y eso la haría feliz. Dios, va a sentirse muy feliz cuando sepa que he leído un libro escrito en

inglés antiguo.

¿TE GUSTAN LAS PELÍCULAS EXTRANJERAS?

Cliff me pregunta sobre la cena que dio Veronica de una manera que me hace sospechar que mi madre ya lo ha comentado con él (probablemente en un intento de hacer que me ponga las camisas que me compró en Gap y que a ella le encantan y a mí no). En cuanto me siento en el sillón marrón reclinable, Cliff saca el tema y se toca la barbilla (como hace cada vez que me pregunta por algo que mi madre ya le ha contado).

tengo ganas de decirle que tuvo razón al aconsejarme que me pusiera la camiseta que mi hermano me había regalado.

Sorprendentemente, no quiere hablar de la ropa que llevé, quiere hablar de Tiffany, y no deja de preguntarme por ella, por cómo me hizo sentir y si disfruté con su compañía.

Primero soy educado y respondo diciendo que Tiffany es muy

agradable, que iba muy bien vestida y que tiene muy buen tipo, pero Cliff no deja de buscar la verdad como hacen siempre los terapeutas. Todos tienen alguna especie de habilidad psíquica que les permite ver a través

de las mentiras y por eso saben que al final te cansarás de seguir el rollo de la mentira y querrás contar la verdad. Al final, digo:

---Bueno, la verdad es que no me gusta decir esto, pero Tiffany es un poco guarra.

---¿Qué quieres decir? ---me pregunta Cliff.

---Quiero decir que es un poco puta. Cliff se sienta más erguido. Parece sorprendido y lo suficientemente incómodo para hacer que yo también me sienta incómodo.

---¿En qué basas esa observación? ¿Vestía de manera provocadora? ---No. Ya te lo he dicho. Llevaba un vestido bonito. Pero en cuanto

terminamos de cenar me pidió que la acompañase a casa.

---¿Qué hay de malo en eso?

---Nada. Pero al final del paseo me pidió que tuviésemos un encuentro sexual. Y no con esas palabras. Cliff se quita la mano de la barbilla, se recuesta y dice: ---Oh.

---Lo sé. Yo también me quedé alucinado, sobre todo porque sabe

que estoy casado. ---¿Y lo hiciste? ---¿Hacer qué?

---Tener un encuentro sexual con Tiffany.

Primero me cuesta asimilar las palabras de Cliff, pero luego me cabreo al comprenderlas.

---¡No!

---¿Por qué no?

No puedo creer que Cliff realmente me esté preguntando eso, sobre todo

porque es un hombre felizmente casado, pero le respondo de todas formas.

---¡Porque amo a mi mujer! ¡Por eso! ---Eso es lo que pensaba ---dice. Eso me hace sentir mejor, pues me doy cuenta de que solamente estaba poniendo a prueba mi moral, lo cual es del todo comprensible ya que las personas que salen de una institución mental deben tener una buena moral para que el mundo continúe girando sin interrupciones mayores y pueda haber finales felices.

---Ni siquiera sé por qué Tiffany quería tener sexo conmigo. Quiero decir, no soy un hombre atractivo, y ella es muy guapa. Podría encontrar a alguien mejor, seguro. Estoy

pensando que quizá sea ninfómana. ¿Qué piensas?

---No sé si es ninfómana o no ---dice- --. Lo que sé es que a veces la gente dice y hace lo que cree que los demás quieren que haga. Quizá Tiffany no quería tener sexo contigo pero pensó que te ofrecía algo que tú querías, para que la valorases.

Pienso durante unos instantes en esta explicación y digo: ---¿Quieres decir que Tiffany pensaba que yo quería

tener sexo con ella?

---No necesariamente ---dice

sujetándose la barbilla de nuevo---. Tu madre me contó que llegaste con la camiseta llena de maquillaje. ¿Puedo preguntarte cómo sucedió? Reticente, porque no me gusta cotillear, le cuento que Tiffany llevaba su anillo de casada a pesar de que su marido ha muerto y le cuento lo del abrazo y lo de que nos pusimos a llorar frente a la casa de sus padres. Cliff asiente y dice:

---Parece que Tiffany necesita un amigo y que pensó que tener sexo

contigo la ayudaría a que fueses su amigo. Pero cuéntame otra vez cómo manejaste la situación.

Así que le digo exactamente lo que nos llevó al abrazo y cómo dejé que me manchase la camiseta de Hank Baskett con maquillaje y...

---¿Dónde conseguiste una camiseta de Hank Baskett? ---me pregunta. ---Ya te lo dije. M e la regaló mi hermano.

---¿Eso es lo que te pusiste para la cena?

Sonríe y hasta se ríe, lo cual me sorprende. Luego añade: ---¿Qué dijeron tus amigos?

---Ronnie dijo que Hank Baskett era el hombre.

---Es que Hank Baskett es el hombre. Estoy seguro de que hará al menos siete touchdowns esta temporada. ---Cliff, ¿eres seguidor de los Eagles? Hace el cántico de los Eagles.

---¡E! ¡A! ¡G! ¡L! ¡E! ¡S! ¡EAGLES! Eso me hace reír, ya que es mi terapeuta y no sabía que a los

terapeutas les gustase el fútbol americano.

---Bueno, ahora que sé que tú también tienes sangre verde,

tendremos que dejar el tema de los Pajarracos para luego ---dice Cliff---. ¿Realmente permitiste que Tiffany llorase sobre tu camiseta nueva de Hank Baskett?

---Sí, y es una camiseta buena, no una de esas baratas.

---¡Una camiseta de Hank Baskett auténtica! ---dice---. Eso fue muy amable de tu parte, Pat. M e parece que Tiffany realmente necesitaba un abrazo y se lo diste porque eres un

buen muchacho.

No puedo evitar sonreír, pues realmente estoy tratando de ser un buen muchacho.

---Lo sé, pero ahora me sigue a todas partes.

---¿Qué quieres decir?

Así que le cuento a Cliff que desde el día de la cena, cada vez que voy a tirar la basura o que salgo a correr, Tiffany está fuera esperándome con su chándal y su cinta rosa para la cabeza.

me gusta correr con otras personas y que me dejase solo, pero ella me

ignoró y simplemente se puso a correr unos metros por detrás de mí todo el rato. Así cada día, y sigue haciéndolo. De alguna manera sabe lo que voy a hacer y siempre está ahí cuando salgo al atardecer, y me sigue a todas

partes. Corro deprisa y sigue

conmigo. Corro por calles peligrosas y me sigue. Nunca se cansa, y sigue corriendo tras de mí hasta que

paramos en la puerta de mi casa. Ni siquiera me dice hola o adiós.

---¿Por qué no quieres que te siga? --- pregunta Cliff.

sentiría Sonja, su mujer, si una mujer que estuviese buena lo siguiera cada vez que saliese a correr.

Sonríe como hacemos los hombres cuando estamos solos y hablamos de mujeres de manera sexual, y dice: ---¿Así que crees que Tiffany está buena?

Eso me sorprende, pues no sabía que los terapeutas pudieran hablar como hacen los amigos. Eso me hace

preguntarme si Cliff piensa que ahora yo soy su amigo.

---Claro que está buena ---digo---, pero estoy casado.

Se vuelve a coger la barbilla y pregunta:

---¿Cuánto hace que no ves a Nikki? Le digo que no lo sé.

---Quizá un par de meses ---contesto. ---¿Realmente crees eso? ---dice cogiéndose la barbilla de nuevo. Cuando le digo que sí, oigo esa voz que grita en mi cabeza, e incluso digo la palabra que empieza por «j».

Inmediatamente me siento mal, pues Cliff me estaba hablando como a un amigo, y las personas cuerdas no gritan ni maldicen a sus amigos.

---Lo siento ---digo cuando Cliff empieza a parecer asustado.

---No pasa nada ---responde mientras fuerza una sonrisa---. Debería creer que realmente crees lo que me dices. A mi mujer le gustan las películas extranjeras. ¿A ti te gustan las películas extranjeras?

---¿Con subtítulos? ---Sí.

---Odio ese tipo de películas.

---Yo también ---dice Cliff---, sobre todo porque...

---No hay finales felices.

---Exacto ---dice Cliff poniendo un dedo en mi cara---, la mayor parte del tiempo son deprimentes.

Asiento para mostrar que estoy de acuerdo, aunque hace mucho tiempo que no veo ninguna película y no lo haré hasta que Nikki regrese, pues ahora estoy viendo la película de mi vida mientras la vivo.

---M i mujer solía suplicarme que la llevase a ver esas películas extranjeras con subtítulos a todas horas. Era como si cada día me pidiese que fuésemos a ver películas extranjeras, así hasta que cedí y empecé a llevarla.

Todos los miércoles por la noche íbamos al cine Ritz y veíamos alguna película deprimente. ¿Y sabes qué? ---¿Qué?

---Al cabo de un año simplemente dejamos de ir.

---¿Por qué?

---Dejó de pedírmelo. ---¿Por qué?

---No lo sé. Pero quizá si te tomas algún interés en Tiffany y le pides que vaya a correr contigo o a cenar un par de veces, puede que dentro de

unas semanas se haya cansado de perseguirte y te deje en paz. Dale lo que quiere y puede que luego ya no lo quiera. ¿Entiendes?

Lo entiendo, pero no puedo dejar de preguntarle:

---¿Realmente crees que funcionará? Y Cliff se encoge de hombros de una manera que me hace creer que sí lo hará.

COMPARTO

COMPARTO

CEREALES

CEREALES

De vuelta a casa de la oficina de Cliff le pregunto a mamá si piensa que pedirle a Tiffany una cita puede ser la mejor manera de deshacerme de ella de una vez por todas, a lo que mamá responde:

---No deberías tratar de deshacerte de nadie, necesitas amigos, Pat. Todo el mundo los necesita.

No respondo nada. Tengo miedo de que mamá esté planeando que me enamore de Tiffany, pues cada vez

que llama «amiga» a Tiffany se le pone una sonrisa en la cara y parece esperanzada. Eso me preocupa muchísimo, pues mamá es la única persona de la familia que no odia a Nikki. También sé que mamá mira por la ventana cuando salgo a correr porque al regresar me dice:

---Veo que tu amiga ha aparecido de nuevo.

M amá aparca el coche, apaga el motor y ofrece:

---Si alguna vez quisieras llevar a tu amiga a cenar, yo te prestaría el dinero. ---Y de nuevo, la manera en que dice la palabra «amiga» me hace

sentir mal. Yo no respondo y mamá hace una cosa muy extraña: se ríe. Para terminar mi entrenamiento diario salgo a correr y al llegar al jardín delantero veo que Tiffany está calentando cerca de la casa de mis padres, esperando que yo salga a correr. Pienso que si la invitase a cenar podría terminar con esta locura y volver a correr solo, pero

simplemente echo a correr y Tiffany me sigue.

Paso junto al instituto de la avenida Collings y sigo corriendo hacia los vecindarios más cercanos, a Camdem, hacia Oaklyn, luego corro por el bulevar Kendall hacia la escuela

Oaklyn, por el bar M anos, luego hacia la avenida Crystal Lake y sigo corriendo hacia Westmont. Cuando llego a un restaurante me vuelvo y sigo corriendo pero sin moverme. Tiffany también corre sin moverse y mira al suelo.

---Eh ---le digo---, ¿quieres cenar conmigo en este restaurante?

---¿Esta noche? ---dice sin mirarme. ---Sí.

---¿A qué hora?

---Tendremos que venir andando, no se me permite conducir.

---¿A qué hora?

---Estaré en la puerta de tu casa a las siete y media.

Después sucede algo de lo más inesperado. Tiffany simplemente echa a correr y se aleja de mí. Yo no puedo creer que por fin haya

conseguido estar solo. M e siento tan feliz que cambio la ruta y corro unos cuantos kilómetros más. Cuando se pone el sol, las nubes del este están alineadas con el cable de la

electricidad y eso es un buen presagio.

En casa le digo a mi madre que necesito algo de dinero para llevar a

Tiffany a cenar.

M i madre trata de ocultar una sonrisa mientras trae su monedero, que

estaba en la mesa de la cocina. ---¿Adónde vas a llevarla? ---Al restaurante Crystal Lake. ---Entonces seguramente no

necesitarás más de cuarenta dólares, ¿verdad?

---Supongo.

---Estarán en el aparador cuando bajes.

M e ducho, me pongo desodorante, colonia de mi padre y me visto con los pantalones caquis y una camisa verde oscuro que mi madre me compró en Gap ayer. Por alguna razón, mi madre no para de comprarme ropa, y cada cosa que me compra es de Gap. Cuando bajo, mi madre me dice que me remeta la camisa en el pantalón y que me ponga un cinturón.

---¿Por qué? ---pregunto, ya que realmente no me importa parecer respetable. Solo quiero librarme de Tiffany de una vez por todas.

Pero entonces mamá me lo pide por favor, y recuerdo que estoy tratando

de ser bueno y que se lo debo a mamá, pues me salvó del lugar malo, así que subo a mi cuarto y me pongo el cinturón de piel marrón que me compró la semana pasada.

M amá entra en mi habitación con una caja de zapatos y dice: ---Ponte unos calcetines de vestir y pruébate estos. ---Abro la caja y dentro hay unos mocasines de piel marrón---. Jake dijo que esto es lo que los hombres de tu edad llevan para ir informales.

Cuando me pongo los mocasines, me miro en el espejo y veo lo delgado que estoy, pienso que parezco casi tan pretencioso como mi hermano

pequeño.

Con cuarenta pavos en el bolsillo cruzo el parquet y me dirijo a casa de los padres de Tiffany. Ella está fuera esperándome, pero veo que su madre se asoma por la ventana. La señora Webster se esconde tras la cortina cuando establecemos contacto visual. Tiffany no me saluda pero empieza a caminar antes de que yo me pare. Lleva una falda rosa por la rodilla y una camiseta negra. Sus sandalias de plataforma la hacen parecer más alta y lleva el cabello suelto; le llega por los hombros. Lleva mucho lápiz de ojos y los labios pintados de rosa, pero he de admitir que está estupenda y se lo digo.

---Uau, estás realmente guapa esta noche.

---M e gustan tus zapatos ---dice ella a modo de respuesta, y luego

caminamos treinta minutos sin decir ni una palabra.

Nos sentamos en el restaurante y la camarera nos trae un vaso de agua. Tiffany pide té y yo digo que agua está bien para mí. M ientras leo el menú empiezo a preguntarme si tendré suficiente dinero, lo cual es tonto ya que sé que llevo dos billetes de veinte y la mitad de los platos cuestan menos de diez dólares. Pero no sé lo que Tiffany pedirá y puede que quiera un postre, eso sin contar la

propina.

Nikki me enseñó a dar más propina porque decía que las camareras trabajaban mucho por muy poco dinero. Nikki lo sabía, pues había trabajado de camarera durante la universidad (cuando estábamos en La Salle), así que ahora cuando voy a un restaurante siempre doy más propina para compensar las veces que en el pasado Nikki y yo discutíamos por unos cuantos dólares, cuando yo decía que el quince por ciento era más que suficiente y que nadie me daba

propinas sin importar si yo hacía mi trabajo bien o no. Sin embargo, ahora creo en las propinas, pues estoy

correcto. Y mientras leo el menú estoy pensando: «¿Y si no tengo dinero suficiente para dar una propina generosa?».

Estoy tan preocupado por esto que debo de haberme perdido lo que ha pedido Tiffany por que la camarera dice:

---¿Señor?

Dejo el menú en la mesa y veo que Tiffany y la camarera me están mirando como si estuvieran preocupadas. Así que digo:

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