• No se han encontrado resultados

III – RIESGOS QUE AFECTAN AL SECTOR FORESTAL A. TIPOS DE RIESGOS

C. RIESGO CLIMÁTICO

C.4 R IESGO DE G RANIZO

No es un fenómeno muy frecuente ni generalizado. La época de mayores riesgos es la primavera presentándose en forma de “mangas”. En el caso de viveros y en plantaciones de hasta dos años de edad, los daños pueden ser considerables si no se poseen protecciones. En estos casos el granizo puede afectar el sistema apical de plantaciones jóvenes y causar daños en la corteza y yemas de los árboles.

Ello reduce el crecimiento y la capacidad de generar follaje, provocando en algunos casos la desecación del árbol. Asimismo las heridas en la corteza generan condiciones propicias para el establecimiento de enfermedades. El daño en plantaciones adultas es escasamente signifi cativo dada la rápida recuperación del follaje. En casos severos, las heridas pueden traer aparejadas la aparición de bolsas de quino en la superfi cie de la madera, con el consecuente deterioro a nivel comercial.

IV. DIAGNÓSTICO DEL MERCADO DE SEGUROS A. INTRODUCCIÓN AL SEGURO FORESTAL

Como se mencionó en las secciones anteriores, la actividad forestal ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década, convirtiéndose en una actividad importante para ciertas economías provinciales. Hasta aquí se han desarrollado los diversos instrumentos existentes para la gestión interna de riesgos. No obstante, y tal cual fuera indicado, en función de su actitud frente al riesgo, el productor puede optar por complementar las estrategias de reducción de exposición con estrategias de transferencia del riesgo, total o parcialmente. Una de estas estrategias es la contratación de un seguro forestal.

A nivel internacional y en su generalidad18, los seguros forestales son utilizados para cubrir principalmente el riesgo de incendio en plantaciones en pie (el árbol en la tierra valuado en función de su localización, especie, edad y manejo), siendo posible encontrar coberturas adicionales a los mismos referidas a riesgos climáticos como vientos fuertes, inundación, rayos, etc. Asimismo, se han desarrollado coberturas para cubrir costos de lucha contra fuego, costos para remover los desechos y/o costos de reposición. Las pólizas se ofrecen sobre una base anual, aún cuando la actividad es plurianual.

El asegurado puede ser un productor individual, una asociación de pequeños y medianos productores, propietarios de grandes corporaciones y/o inclusive los gobiernos que manejan bosques naturales. El asegurador puede resultar ser una aseguradora privada (aprobada para ofrecer pólizas en el mercado por el organismo competente), un consorcio de aseguradoras (un coaseguro que, asimismo, debe estar autorizado para operar en mercado) y/o una aseguradora pública.

El principal benefi cio de la contratación de un seguro es la estabilización de los ingresos del productor forestal. A cambio del pago de una prima determinada, en caso de ocurrir un siniestro (por ejemplo, un incendio), la indemnización recibida permite al productor mantenerse en la actividad. En este sentido, para la suscripción de una cobertura deben considerarse los siguientes factores:

• Interés asegurable y su valuación;

• Características topográfi cas de la plantación y acceso a la misma;

• Riesgos identifi cados: factores exógenos y grado de vulnerabilidad de la planta;

• Medidas de prevención y equipos de combate;

• Historia siniestral (focos de incendios y causas);

• Determinación de la Pérdida Máxima Probable (PML);

• Defi nición de la estructura de la cobertura (determinación de prima comercial –prima técnica más gastos de administración, tasación y venta, más costo de reaseguro– y los deducibles –porcentaje de la suma asegurada).

Si bien todos los factores mencionados son considerados al momento del aseguramiento de una plantación forestal, una variable crítica resulta el criterio de valuación del monte. Este criterio defi ne el valor del monte a asegurar con el objetivo de poder defi nir el capital o suma asegurada. Estos criterios

18 Resulta importante mencionar que los seguros forestales ofrecidos en cada país varían en función de: el riesgo a asegurar, el tipo de cobertura ofrecida y el interés asegurable.

son establecidos para evitar el infra o el sobre endeudamiento, debiéndose ajustar a cada región según el sistema productivo predominante de la misma. En este sentido, y siendo que la “valuación del monte”

depende de la especie y de la edad, se utilizan dos criterios que se pueden aplicar en forma puro o combinada:

Especie

Criterio de valuación

Pino Eucaliptos

Edad

1-10 años 1-5 años Costo de formacióna o reposición del monte 11-16 años 6-10 años Mayor entre valor comercial y costo de formación + de 17 años 11 y más años Valor comercial del monte en pie

Fuente: Oneglia, Guillermo, Willis S.A.

Resulta relevante conocer dichas metodologías a efectos de poder identifi car en qué etapa del desarrollo de la plantación forestal la misma comienza a adquirir valor comercial y en qué medida el seguro resulta una herramienta de utilidad para el productor.

En primer lugar, respecto del valor comercial, en el caso del pino por ejemplo, la madera resulta

“vendible” a partir del año 11 de su plantación mientras que en el caso del eucalipto se dará a partir del año 619. Considerando que la mayor parte de los proyectos forestales fueron iniciados entre los años 1999-2000, en el próximo quinquenio, dichas plantaciones podrán ser comercializadas en el mercado, al menos como “postes”. La decisión del corte de las plantaciones dependerá de los objetivos de mediano y largo plazo de los productores. Algunos productores optarán por vender la madera tan pronto tenga valor de mercado a fi n de obtener ingresos por la actividad. Otros productores, que tienen como objetivo la venta de la madera para industria, es probable que esperen más años para cosechar sus plantaciones. En este sentido, y a diferencia de otras producciones, el período de cosecha se extiende por varios años, durante los cuales el valor comercial de la madera va aumentando. Con el avance del tiempo, si bien seguirá siendo importante adquirir equipos de control y combate adecuados, en caso de siniestro, una cobertura le permitirá al productor forestal recuperarse fi nancieramente a través de la indemnización. Si no se cubre, y no logra controlar un evento adverso, sus pérdidas serán tanto económicas como fi nancieras.

Cabe recordar que los benefi cios recibidos en el marco de la Ley 25.080 podrían llegar a considerarse ventajosos para el desarrollo de estrategias de prevención y mitigación del riesgo (principalmente el incendio) si existiera la decisión público-privada de retrasar la cosecha de las plantaciones hasta que logren su mayor valor comercial. Por un lado, en el marco de los benefi cios impositivos, la devolución del Impuesto al Valor Agregado (IVA) alcanza a las prestaciones de servicios, “destinados efectivamente a la inversión forestal del proyecto”. En este sentido, resulta relevante aclarar que el seguro es un servicio fi nanciero. Por otro lado, la ley establece que los apoyos no reintegrables pueden destinarse a las actividades de implantación, mantenimiento, manejo, riego, protección y cosecha de los bosques. A través de dicho apoyos, el Estado Nacional ha subsidiado principalmente los costos de implantación/

formación y de manejo (podas y raleos). No obstante, no se han otorgado benefi cios por ninguna de las otras actividades mencionadas. Sin dudas, a mayor edad de las plantaciones las actividades de

a Por “costo de formación o reposición” se entiende costos de implantación y costos de mantenimiento para cada año.

19 Según especialistas de la SAGPyA, estos plazos podrían acortarse a 8 años en el caso del pino y 5 años en el caso del eucalipto.

“protección” y “cosecha” comienzan a adquirir mayor relevancia en el desarrollo del proyecto forestal.

Si bien parecería razonable esperar un mercado de seguros forestales en crecimiento, como se puede observar en la siguiente ilustración, los valores asegurados en Argentina sólo constituyen el 3% de las plantaciones totales, cuando en Uruguay y Chile superan el 70% de las superfi cies forestadas.

Gráfi co Nº 19

Nivel de aseguramiento en América del Sur

0 1.000.000 2.000.000 3.000.000 4.000.000 5.000.000 Hectáreas

Uruguay Argentina Chile Brasil

Superficie Asegurada Superficie Total

Uruguay Argentina Chile Brasil Superficie total 746.400 898.220 2.170.000 4.900.370 Supeficie Asegurada 547.360 27.780 1.800.000 81.630

% Sup Aseg/ Sup Tot. 73% 3% 83% 2%

Fuente: Suisse Re

Documento similar