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LOS OBJETIVOS DEL MNC SON LOS SIGUIENTES:

TEXTOS DE PATRICE LUMUMBA

LOS OBJETIVOS DEL MNC SON LOS SIGUIENTES:

Unir a todos los congoleses, sin distinción de tribu, raza, sexo o clase, para realizar y consolidar la unidad política del Congo: prepararlos para la vida política y para la dirección del país; conquistar la independencia y dar vida a un Estado democrático y moderno, fundado en la libertad, la justicia, la paz social y el bienestar de todos los ciudadanos.

El MNC, al plantearse estos objetivos, basa su acción en la Declaración de los Derechos del Hombre y en la Carta de las Naciones Unidas, que reconoce a todos los pueblos del mundo –comprendido el nuestro– el derecho de administrarse y gobernarse a sí mismos.

Lucharemos con todas nuestras fuerzas por la conquista de nuestra independencia. Este es un sagrado derecho nuestro, el más sagrado, y nadie nos lo arrebatará.

El Creador nos ha dado este pedazo de tierra que es el Congo. Esta tierra nos pertenece, y de ella somos únicos dueños. Está en nuestro derecho querer hacer del Congo un país de libertad, de justicia, de paz.

Comprobamos con alegría la adhesión de un número cada vez mayor de congoleses a los objetivos que nos hemos planteado. Ahora disponemos de una sección del Movimiento en cada una de las comunas de Leopoldville y en numerosos pueblos del interior. Otras secciones funcionan ya en las capitales de las demás provincias. Día tras día aumenta la cantidad de nuestros afiliados. Nuestro éxito está asegurado por la nobleza de nuestra causa. La conciencia política que ahora manifiestan todos los sectores populares es prueba irrecusable del carácter popular y pacífico de nuestra lucha por la liberación del yugo colonialista.

Desde un principio nosotros hemos expresado nuestra conformidad con la declaración del gobierno, porque en ella Bélgica se pronuncia por la independencia del Congo55. Se trata de un compromiso solemne, que debe ser mantenido.

Pero esta declaración todavía no resuelve todos nuestros problemas, aunque para nosotros constituye el comienzo de un diálogo de negociación. Hemos formulado, en la propuesta remitida al ministro del Congo, ciertas críticas, además de sugerencias para algunas enmiendas. Sobre todo, pedimos que el gobierno belga precise la fecha en que el Congo tendrá acceso a su independencia.

55 Lumumba se refiere a la declaración gubernativa del 13 de enero de 1959 A propuesta del nuevo ministro de colonias. Van Hemelryck, que representaba al ala más avanzada del gobierno belga, fue lanzado un plan paternalista para la evolución del Congo hacia el autogobierno El plan preveía: la elección de consejos comunales y territoriales en todo el Congo, por medio del sufragio universal; el nombramiento, dentro de un plazo que llegaba hasta marzo de 1960. de nuevos consejos provinciales; un nuevo consejo general con funciones ya no consultivas, sino incipientemente legislativas. Ninguna alusión hacía en cambio sobre los períodos para el acceso a la independencia, aunque afirmaba que a la Independencia habría de llegarse. El plan encontró sólo en parte el consentimiento de los congoleses, y levantó la ira de los belgas ultras residentes en el Congo, quienes lograron detenerlo por largo tiempo.

A este requerimiento, decisivo para todos los congoleses, se ha contestado con palabras poco satisfactorias, dilatorias.

Desde el 13 de enero la situación es confusa, y el Congo no ha visto todavía cambios sustanciales. Los agentes del gobierno multiplican sus medidas de severo control y elevan por todas partes gritos de alarma. La mayoría de los funcionarios coloniales se encierra en sus viejas ideas, mostrándose reacia a ser alejada. En lugar de transitar el camino de las transformaciones, se trabaja para modificar, y además ligeramente, ciertas frases de los documentos. Estos funcionarios parecen sentir nostalgias por el viejo régimen fundado en el paternalismo, que está ya minado en su base y debe sucumbir totalmente. Durante este régimen el ciudadano congolés tenía un solo derecho: trabajar, callar y resignarse. Un régimen en el que no hay diálogo alguno; sólo el monólogo del funcionario blanco que decide todo, ofreciendo sus decisiones al congolés como si fueran un pan bendito. El monólogo ha durado demasiado, y debe cesar, transformarse en diálogo.

Ciertos colonos, que se creen en la obligación de vivir eternamente en el Congo como en una tierra de conquista, han hecho suscribir a algunos ciegos jefes de tribu, tomas de posición encaminadas en sentido opuesto a los principios enunciados por la declaración gubernamental. Estos enemigos del Congo se esconden y se apoyan en algunos jefes de tribus, para poder consolidar mejor su posición de conquistadores.

Conocemos estas maniobras, e invitamos a sus promotores a escribir la palabra fin, por el interés de ellos mismos y del país.

Todas las disposiciones previstas en la declaración gubernativa deben ser puestas en práctica, íntegramente. Actuar de otro modo provocaría un vivo descontento en el país.

Hemos apoyado al ministro Van Hemelryck56 porque él está decidido a aplicar, sin tergiversaciones y sin que sufra influjo algunoen sentido contrario, la nueva política anunciada por Bélgica. Nuestro movimiento no es anti-blanco; no somos ni rebeldes ni xenófobos. No hacemos sino defender una causa noble y justa. Tenemos un único enemigo, que es el colonialismo, y no los europeos. Conocemos a europeos que están dé pleno acuerdo con nosotros. Muchos de ellos hablan en favor nuestro, y otros no lo hacen por temor a que se los expulse del Congo. Que sepan toda la simpatía que por ellos sentimos.

56 El ministro Van Hemelryck había sido el primero en buscar la celebración de tratativas – aunque sobre un plano paternalista– con los dirigentes congoleses, a quienes consultó y cuyos pedidos tuvo en cuenta, parcialmente. Además, agregó al plan la propuesta de institución de un gobierno congolés responsable, dentro de un plazo máximo de un año. Pero el gobireno belga no tenía la intención de actuar en este sentido y, al sufrir las presiones de los ultras, el 2 de setiembre obligó a Hemelryck a que dimitiera. El nuevo ministro De Schrijver. social-cristiano, aprobó el 16 de octubre un nuevo programa, así estructurado: elecciones comunales en todo el territorio hasta el mes de diciembre: institución de los consejos provinciales antes de abril de 1960, con las 6/10 de miembros elegidos, 3/10 de opción conjunta y 1/10 nombrados; a continuación, creación de dos asambleas, una legislativa y otra ejecutiva, que se encargarían de elaborar la Constitución, en un plazo de 4 años, a fin de establecer una comunidad belga-congolesa.

Estamos seguros de que, una vez derribado el régimen colonial, nuestros opositores cambiarán de actitud y se comportarán de otro modo. Se harán más razonables y humanos. Allí están para demostrarlo los ejemplos de Ghana y de Guinea.

Repitamos a todos: el movimiento de liberación nacional congolés no está contra los europeos y sus bienes, sino simple y únicamente contra el régimen de explotación y de esclavitud, al que no estamos dispuestos a soportar más. La mejor garantía que los europeos del Congo pueden tener para sus personas y para sus bienes, es ésta: poner fin de inmediato al régimen colonial. Si lo perpetúan, su posición se agravará. Ahora, que escojan.

A los europeos de buena voluntad, les pedimos que se coloquen de nuestro lado y que sostengan nuestras legítimas reivindicaciones. Así responderán a sus intereses, a los nuestros, a los del país.

Queridos compatriotas: unámonos todos, si es que queremos liberar a nuestro país; unámonos todos, si es que queremos realizar una comunidad nacional; unámonos todos, si es que queremos hacer del Congo una gran nación.

¡Viva el Movimiento Nacional Congolés! ¡Viva el Congo independiente!