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Como es sabido, la normalización, en cuanto sistema de gestión, se basa en la traduc- ción de los principios en estándares y variables medibles que puedan resultar verificables tras la correspondiente auditoría. Cuando una agencia independiente garantiza que la empresa cumple con la norma, se produce la certificación.

En la actualidad existen muy diferentes iniciativas relacionadas con la RSE en el ámbito de la normalización, tanto, como antes decíamos, desde una perspectiva completa e in- tegral como desde aspectos parciales de ésta. Ante este panorama, se ha postulado la confluencia de estos estándares para la unificación de los criterios y los indicadores de certificación y verificación.

En un contexto de convergencia de normas como el apuntado, se enmarca la iniciativa de la ISO al constituir un Grupo de Trabajo para el desarrollo de una Guía de recomen- daciones ISO 26000 sobre RSE. Dicha Guía, anunciada para 2008, deberá ser acorde y complementaria de las normas laborales internacionales, en virtud del acuerdo firmado entre la ISO y la Organización Internacional de Trabajo (OIT). La especificación será, por otro lado, tipo “Guía” y por lo tanto no será una norma de gestión ni de verificación u homologación, por lo que no será certificable.

79 DG Empleo y Asuntos Sociales de la Comisión Europea (2003), “Mapping instruments for Corporate Social Responsability”, European Communities, Bélgica. Para una visión desde España pueden consultarse Morrós, J. (2003), “La Responsabilidad Social de la Empresa y las principales normas de contabilidad y auditoría social: una concreción del cómo”, Papeles de Ética, Economía y Dirección nº 8, EBEN, Madrid; Urtiaga, A. y Granda, G. (2003), “Sistemas para la implantación de la gestión ética y socialmente responsable. Situación actual”, Papeles de Ética, Economía y Dirección nº 8, EBEN, Madrid; y Vidal, I. (2003), “Reflexiones sobre el estado actual de la responsabilidad social de la empresa en España”, Papeles de Ética, Economía y Dirección nº 8, EBEN, Madrid.

Panorama general de los instrumentos relacionados con la RSE

Accountability 1000 (AA-1000)

Otra importante iniciativa en el orden de la normalización es Accountability 1000(AA- 1000), promovida en 1999 por el Institute of Social and Ethical Accountability (ISEA), una organización internacional con sede en el Reino Unido.

La AA-1000 no es una norma certificable sino que trata de ser un instrumento para que las propias organizaciones, cualquiera que sea su tamaño, puedan comprender y mejo- rar su comportamiento ético y para que, a su vez, los grupos de interés puedan juzgar los compromisos éticos de aquellas. No es, por tanto, una norma de evaluación de re- sultados sino un estándar de seguimiento del proceso en el que, ante todo, se subraya la involucración de los stakeholders en un diálogo bidireccional con la organización so- bre una gran amplitud y diversidad de temas.

La norma, que está diseñada para su auditoría tanto interna como externa, se divide en cinco fases:

1. Planificación, identificando los objetivos y los valores sociales y éticos.

2. Responsabilidad, entendida como recogida de la información, identificación de indi- cadores y objetivos y desarrollo de planes de mejora.

3. Auditoría y elaboración de informes para su comentario por los stakeholders.

4. Integración, creando sistemas para el fortalecimiento del proceso. 5. Implicación permanente de los stakeholders81.

SA8000

Dentro de las normas parciales de RSE y además de las más extendidas y ya citadas ISOs 9001 y 14001 o del EMAS y las OSHAS, ha tenido especial difusión y acogida la men- cionada Social Accountability 8000(SA8000).

Esta norma fue promovida, con una amplia participación de agentes de todo tipo, por el Council on Economic Priorities Acreditation Agency (CEPAA), hoySocial Accountabi- lity International (SAI), con sede en Nueva York, y se define como un estándar volunta- rio certificable que facilita la implantación de un sistema de gestión para la mejora de las condiciones laborales en la empresa.

El estándar SA8000 nació en 1996 como reacción a las críticas recibidas por varias em- presas multinacionales por las malas condiciones de trabajo de sus empleados directos o subcontratados en fábricas radicadas en países no desarrollados, aunque también se

utiliza por las empresas en los emplazamientos de sus matrices, a pesar de tratarse de un estándar superado por las legislaciones occidentales.

El contenido de la norma está basado en las convenciones de la OIT y otras convencio- nes de derechos humanos y su sistema de verificación sigue el modelo de las ISOs 9000. Incluye nueve puntos de obligado cumplimiento:

1. Prohibición de trabajo infantil. 2. Prohibición de trabajos forzados.

3. Salud y seguridad en el centro de trabajo.

4. Libertad de asociación y derecho a la negociación colectiva. 5. Prohibición de la discriminación.

6. Prohibición de medidas disciplinarias abusivas. 7. Prohibición de trabajo abusivo.

8. Remuneración justa. 9. Sistema de gestión82.

Especial mención merece, por su considerable impacto en la evolución y en la homogeni- zación de la RSE, el Global Reporting Initiative(GRI), convertido desde hace cuatro años en el marco de referencia más universalmente aceptado a la hora de reportar en sostenibilidad. GRI se autodefine como una institución independiente cuya misión es desarrollar y di- seminar pautas para la creación de informes de sostenibilidad aplicables globalmente. Se trata de una iniciativa privada promovida en Estados Unidos en 1997 por la Coalition of Environmentally Responsable Economies(CERES) conjuntamente con el Telles Institu- te y actualmente tiene su sede en Ámsterdam. Pronto recibió el apoyo del Programa de

Naciones Unidas para el Medio Ambiente(UNEP).

En Junio de 2000 GRI publicó la versión definitiva de su primera guía, que fue seguida dos años más tarde por la “G2”, alcanzando una amplia difusión. GRI acaba de pre- sentar en Ámsterdam, después de un intenso trabajo de consultas con expertos, em- presas y grupos de interés, una nueva versión de la Guía, bautizada como “G3” y a la que en seguida haremos referencia83.

Señalemos también que GRI se ha unido recientemente en alianza estratégica con el Pacto Mundial de Naciones Unidas “para presentar al sector privado una propuesta in- tegradora destinada a animar a las empresas a que adopten definitivamente políticas de RSE en sus estrategias de negocio”84. El primer resultado concreto de esta alianza ha si-

do la guía “Establecer la conexión: la aplicación de los nuevos indicadores del G3 para la elaboración de Informes de Progreso del Pacto Mundial”.