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4º RAZA-RAÍZ “LA ATLANTE” SITUACIÓN

In document Curso completo de Magia Negra (página 90-93)

ATLÁNTIDA, así llamamos al cuarto Continente. Sería la primera tierra histórica si se prestase más atención, de lo que se ha hecho hasta ahora a las tradiciones Antiguas. La famosa isla, llamada así por Platón, era sólo un fragmento de aquel gran Continente. A diferencia de las anteriores, existe una gran información relativa a la Cuarta Raza-Raíz o Atlántica, sobre la cual se conoce un libro, que es considerado como un texto clásico a este respecto, titulado “The Story of Atlantis and Lemuria”, de W. Scott-Elliott. Esta obra contiene también cuatro mapas que cubren todos sus períodos. A grandes rasgos podemos decir que ocupaban la cuenca Atlántica, desde unos 50º de Latitud N. hasta unos pocos grados al Sur del Ecuador. Durante su existencia tuvieron lugar cuatro grandes catástrofes y otras de menor importancia. En la Tercera Gran Catástrofe, la Atlántida se escindió en una Isla norteña llamada RUTA y otra sureña denominada DAITYA. ESTRUCTURA

La apariencia de los primeros Atlantes era muy distinta de la actual. La estructura de los últimos Lemures, directos precursores de los Atlantes, era muy parecida a los primeros Atlantes. Sus ojos eran pequeños y parpadeantes; sus cabellos lacios y de sección circular; sus orejas se separaban mucho de la cabeza y nacían mucho más hacia atrás que en la actualidad. En conjunto su imagen queda reflejada con bastante aproximación en la iconografía Azteca y Maya. Todas estas condiciones fueron variando muy substancialmente, y al llegar a la 5ª subraza, la Semita, su apariencia externa era muy parecida a la de los Arios (nuestra actual raza). Afirmándose, por parte de algunos autores, que incluso ya en los últimos pertenecientes a la tercera subraza o Tolteca, se asemejaban al llamado “Hombre de Cromañón”, que constituyó uno de los ejemplos más perfectos del ser humano en su aspecto físico. Descendientes de los Toltecas fueron los primeros pobladores de Egipto, que luego se fusionaron con una rama Aria procedente de la India.

REPRODUCCIÓN

Como ya dijimos anteriormente, a partir de la separación de los sexos originado en la segunda mitad de la Tercera Raza-Raíz o Lemur, el método para la propagación de la especie es idéntica en la Raza Atlante a como la conocemos hoy en día, mediante la unión sexual de los dos polos: hombre y mujer.

Comentarios y Acontecimientos:

fundamentalmente volcánico, surgió en su lugar un nuevo Continente el denominado “ATLÁNTIDA”. Como ya vimos en la Tercera Raza la intervención de los Espíritus Luciféricos precipitó una serie de acontecimientos, y cómo el hombre se vio prematuramente dotado de una Individualidad cuyo significado y verdadero valor ignoraba, y con la que no sabía cómo comportarse. Los sucesivos errores cometidos por falta de madurez y de criterios apropiados generaron una masa de Karma que forzó a posponer la entrada en vigor del nuevo impulso hasta la siguiente Época, la Aria, y aún en ella, el impulso CRÍSTICO, que debiera haber sido infundido durante la Época Atlante, no fue correctamente asimilado por una humanidad demasiado desviada por la influencia luciférica.

Los vehículos sutiles (cuerpos internos) de los Atlantes primitivos no eran concéntricos con el cuerpo físico, como en la actualidad. Su Tríada Espiritual, y su Alma, no se localizaban dentro del cuerpo; se hallaba parcialmente fuera, y por ello no se poseía un control tan estrecho como puede existir en el presente. La cabeza del Cuerpo Etérico se encontraba fuera del físico, situada bastante por encima. El punto negro que representa para el clarividente el asiento del Alma, entre las cejas, no coincidía con su contraparte etérica, de la misma forma sucede en los animales actuales. Como consecuencia de ese distanciamiento, su poder de percepción era mucho más preciso en los Planos internos que en el Físico, con su atmósfera neblinosa y pesada. Con el tiempo, la atmósfera fue aclarándose, al tiempo que esos puntos de conciencia se iban aproximando. El efecto era que el hombre perdía contacto con los Planos Internos y se centraban en el físico. En el último tercio de la Época Atlante, ambos puntos coincidieron, y se consiguió la perfecta conciencia del Plano Físico, pero a costa de la pérdida de la percepción de los Planos más sutiles. En los comienzos de su Época, el Atlante no percibió con claridad los contornos de las cosas, pero captaba su forma etérica y Astral, e identificaba sus atributos de manera inequívoca. Con la pérdida de la percepción interna, todas esas posibilidades desaparecieron, lo que lo dejó en un estado de cierta indefensión.

A continuación daremos los nombres junto con algunos sucesos de las Siete Subrazas de esta Cuarta Raza-Raíz: 1.Ramoahals. 2.Tlavatlis. 3.Toltecas. 4.Turanios. 5.Semitas (Originales). 6.Akkadiana. 7.Mongólica.

Al principio apenas poseían una memoria recién establecida, como fruto de los últimos pasos de la evolución mental de los Lemures, que ya les habían permitido sentir y expresar algunos sentimientos artísticos y Espirituales Elevados, que les condujeron, como vimos, a realizar gigantescas construcciones de tipo religioso (que nunca utilizaron como viviendas) como la famosa y grandiosa “SAMBALLAH” erigida por los Lemures, y a tallar laboriosamente la superficie de algunas montañas. Por la vinculación de estos primeros Atlantes con las fuerzas de la naturaleza, los sonidos emitidos por ellos, al igual que sucedían con los Lemures, actuaban sobre las cosas o seres designados. Era un lenguaje dotado de un Poder auténtico. Capaz de ejercer un efecto CURATIVO, estimular el crecimiento de las plantas o domar un animal salvaje. En las sucesivas Subrazas esta capacidad fue disminuyendo, hasta llegar a disiparse por completo. La utilización que los Rmoahales daban al lenguaje era muy cuidadosa, y provista de un sentido Religioso, ya que ellos apreciaban el Espíritu Divino LATENTE EN TODAS LAS FORMAS DE LA CREACIÓN.

Más adelante comenzaron a tomar conciencia de sí mismos como entidades AUTÓNOMAS y SEPARADAS. Con ello vino la autoestima y el germen del orgullo personal. Los que habían desarrollado de forma más perfecta la memoria, y eran capaces de recordar experiencias pasadas, valorándolas y estableciendo comparaciones con el presente, fueron muy estimados, ya que en aquel tiempo no actuaba la Mente Concreta Razonadora y elaborada de criterios, juicios, y solucionadora de problemas. Las dificultades habían de afrontarse en base a experiencias similares del pasado. De esta forma, las propias acciones de estos adelantados se fueron registrando en la memoria de sus coetáneos, estableciéndose un rudimentario “Culto a la tradición”. La memoria del grupo comenzó a establecer una conciencia de Unidad Grupal, que sería el precedente de la idea de PATRIA. En la tercera Subraza de los Atlantes. Crearon la MONARQUÍA hereditaria, y la primera forma de agrupación social, consistente en una forma de Estado Comunal. Los dirigentes más poderosos fueron sometidos al proceso de “INICIACIÓN” en el Sendero de ACELERACIÓN EVOLUTIVA, con objeto de dar a sus facultades un alcance más completo y servir así de pauta a sus congéneres. Con un desarrollo muy completo de la memoria, y con el establecimiento del culto a las personalidades relevantes, llegó un momento en el que aparecieron la ambición y el orgullo, basados en el poder personal y en las facultades que este pueblo poseía para operar sobre las fuerzas de la naturaleza. La Cuarta Subraza de la Atlántida, fue la más degenerada. En ellos fructificaron las Primeras Semillas del MAL, ya apuntadas en las dos subrazas anteriores. Y así llegaron a entrar en contacto con las Entidades Representativas DEL MAL CÓSMICO, a los cuales brindaron su adoración los Sacerdotes de los Cultos

NEGROS de la Atlántida, que fueron proliferando por todo el Continente como una gigantesca INFECCIÓN MORAL:

“El temor a la MUERTE es una de las grandes anormalidades o distorsiones de la VERDAD DIVINA; DE LAS CUALES SON RESPONSABLES LOS SEÑORES DEL MAL CÓSMICO INICIAL. Cuando las primitivas épocas Atlantes surgieron del lugar donde habían sido confinados, y obligaron a que la GRAN LOGIA BLANCA se retirara temporalmente a niveles subjetivos, su primer gran acto distorsionador fue imponer el temor en los seres humanos, comenzando con el temor a la muerte. Desde ese momento los hombres han puesto el énfasis sobre la muerte y no sobre la VIDA, y cada día han sido dominados por el temor. Uno de los actos iniciales de CRISTO y de la Jerarquía, cuando reaparezcan nuevamente, será erradicar este temor particular, y confirmar en las mentes de los Pueblos la idea de que encarnar y tomar forma no es más que un proceso natural del Espíritu Divino que es el HOMBRE”.

Los grandes PODERES otorgados a los Iniciados, algunos de los cuales pervirtieron su Sagrado Juramento a la Jerarquía Planetaria, unidos a las capacidades propias de la Raza Atlante original, marcaron un vertiginoso descenso de la integridad de aquel pueblo, empleándose cada vez más señaladamente para la corrupción, con finalidades extraordinariamente EGOÍSTAS y perversas, por parte de las clases más elevadas de la sociedad, sobre las más bajas y oprimidas.

Todas las aberraciones tuvieron en este oscuro período un completo desarrollo. Los sacrificios humanos fueron práctica generalizada, y los MAGOS-SACERDOTES consagraron sus esfuerzos a dotar la Vitalidad artificial a criaturas elementales, engendradas en base a sus más groseros deseos, con objeto de utilizarlos como elementos de culto frente a sus más incultos súbditos, que creían ver, en aquellas repulsivas entidades semimaterializadas, Dioses dignos de veneración, al menos por el temor que su repugnante presencia les imponía. Toda clase de prodigios fenomenológicos eran llevados a cabo por aquellos Magos Negros, que podían controlar a los Devas menores y a los Espíritus de la Naturaleza. Así podían dotar de una falsa vida a las estatuas de piedra de sus monstruosos Dioses, que bajaban de sus pedestales para devorar a los seres humanos que se les ofrecían en cruentos sacrificios; o promovían una inteligencia artificial en algunos animales, dotándoles del habla para que actuasen como sus intermediarios frente al pueblo, y exigiesen dádivas para sus sueños y sangre para su propio alimento, contra la amenaza de despertar a los Dioses bestiales que les tenían aterrorizados. Todas esas iniquidades fueron consideradas por la Jerarquía Planetaria y los Grandes Preceptores de otros Planetas, y consideradas como gravemente peligrosas para el futuro desarrollo del hombre, por lo que fue decretada la completa destrucción de esta Raza profana. Tremendos terremotos hundieron así la mayor parte de la Atlántida bajo la superficie del mar, tras un gigantesco DILUVIO promovido por la condensación del vapor acuoso que integraba la atmósfera de ATLANTIS. Únicamente pequeñas extensiones meridionales del Continente quedaron a salvo, y allí se desarrollaron las sub-razas subsiguientes, a partir de algunos pocos sobrevivientes cuidadosamente seleccionados por la Jerarquía. “Este gran DILUVIO corresponde, concretamente a lo que la Biblia ha venido a llamar “El Gran Diluvio Universal”, perteneciente a una raza anterior a la nuestra. Y Noé, siendo un gran iniciado y de gran pureza, representa al GUÍA encargado de salvar a aquellos que habían sido justos.

En los últimos restos de la Atlántida, denominados POSEIDONIS, que fue descrita por Platón, y con la atmósfera clara e iluminada por la Luz Solar, apareció la Quinta Subraza Atlante, destinada a ser el precedente de la próxima Raza, nuestra actual Raíz ARIA. La mente empezó a utilizarse como refrendo de los deseos y rectora de las acciones. Antes de proceder a cumplir inmediatamente la apetencia experimentada, el hombre Semita sometía ese impulso a una consulta con su mente, para saber si esa acción era apropiada o podría causarle algún perjuicio. Sus motivaciones continuaban siendo básicamente egoístas, pero ahora se hallaba sometida a un control. Esa posibilidad de emplear la facultad razonadora y discernidora, supuso como contraparte, la pérdida del control de las Fuerzas de la Naturaleza, y la clarividencia lo que alivió al hombre de una tremenda responsabilidad por un poder que todavía no era capaz de utilizar correctamente.

Vemos pues cómo en la Época Polar, el hombre consiguió el cuerpo físico como instrumento de acción; en la Época Hiperbórea el cuerpo Etérico que le dio fuerzas vitales, capacidad de crecimiento y reproducción; en la Época Lemúrica el cuerpo Astral, le dio el incentivo para la acción y limitó el crecimiento; y así, en la Época Atlante, el hombre utilizó la mente (recibida a mediados de la Lemuria), para

que sus acciones se guiaran, no por impulsos emocionales, sino por determinaciones conscientes y responsables de índole intelectual. Ahora bien, la naturaleza Astral (emocional) del Atlante era muy poderosa, y la capacidad reflexiva apenas incipiente, su interacción ocasionó una especie de compromiso favorable a la parte emocional, que se denominó “ASTUCIA”, es decir, la Sabiduría puesta al servicio del interés egoísta.

(A finales de la 7ª sub-raza se sitúa lo que la Ciencia llama el “HOMO SAPIENS” y el Neolítico). Las Pirámides:

De los últimos Atlantes se pueden observar con bastante precisión como manejaban, asistidos por otros seres de tipo extraterrestre, una desorbitada tecnología para su tiempo. Entre otros, las famosas Pirámides primitivas fueron resultado de dicha tecnología, ya que los primeros Faraones fueron las últimos Atlantes, de ahí el mito de que los Faraones eran Hijos del Sol, es decir del Espacio Exterior.

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