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2. EDUCACIÓN MEDIA CAMPO DE EXPERIMENTACIÓN Y EXPLORACIÓN

2.1 GLOBALIZACIÓN Y NUEVOS AVANCES EN EL RECONOCIMIENTO DE

2.1.1 El reto de América Latina frente a la educación media como espacio

implicado afrontar varios retos en la educación media: primero, garantizarla con

políticas o estrategias de cobertura que permitan el acceso y la permanencia;

segundo, proyectarla a un mejoramiento en su calidad a través del ajuste en sus

currículos, tiempos de estudio, diversificación, didácticas, modelos y metodologías

y tercero, posibilitar espacios educativos de integración regional

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. Hablar de retos

nos lleva inmediatamente a identificar las oportunidades para mejorar frente a las

dificultades del contexto.

De acuerdo con Lozano 2011, se identifican las siguientes problemáticas en

cuanto a la educación media en América Latina:

La cobertura: en la mayoría de casos esta no es obligatoria y se reduce a la

responsabilidad de las instituciones educativas que quieren asumir el reto. Es

decir que no hay una política clara que permita implementarla en todo el

territorio. De igual manera el contexto socio – económico de cada uno de los

países genera sus propias necesidades frente a la cobertura. “En los países de

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“egú la UNE“CO, el ueha e edu ativo de e esta guiado po t es p i ipios e to es: la pe ti e ia, la alidad la

i te a io aliza ió Loza o,

, p. 28)

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menos ingresos la preocupación se centra en ampliar el acceso sobre todo en

las zonas rurales para los primeros años de bachillerato, mientras los países

con mayores ingresos la meta es atender a aquellas poblaciones que aun no

tiene acceso a la educación secundaria y ampliar el acceso a la educación

superior” (p. 31). Por lo tanto, cada país deberá diseñar sus estrategias frente a

sus necesidades de cobertura como, por ejemplo, la educación a distancia.

Repitencia y deserción: A lo largo de los diferentes ciclos educativos se reflejan

unos picos de alta deserción en ciertos puntos de los mismos. Por ejemplo la

deserción es muy alta en el punto de articulación entre la primaria y el inicio

de la básica secundaria, al igual que en el inicio de la educación media.

Son múltiples los factores que llevan a la deserción: las bajas condiciones

económicas que presionan a muchos estudiantes a trabajar, dificultades en los

procesos de aprendizaje, la extra-edad escolar, la maternidad o paternidad a

temprana edad, la desmotivación escolar frente a los procesos de aprendizaje,

la falta de exploración en diversos campos del conocimiento, la falta de

capacitación de los docentes y las situaciones de vulnerabilidad (p. 33).

La pertinencia: La educación media en América Latina se ha enfocado

principalmente en dos modalidades, la académica y la técnica. La primera

encaminada a preparar a los estudiantes para acceder a la educación superior

y la segunda para formar competencias básicas en un campo determinado, que

les posibilite el ingreso al mundo laboral. Sin embargo, estas modalidades no

pueden atender los diferentes intereses de los estudiantes, la orientación de sus

proyectos de vida, al igual los limita en las opciones vocacionales ya que solo

pueden explorar las especialidades o programas ofrecidos por sus instituciones.

No obstante a ésta condición, se le suma la falta de innovación en el currículo y

en las prácticas pedagógicas. Se cae en una educación tradicionalista y

descontextualizada. La responsabilidad del Estado se ha reducido al

funcionamiento de las instituciones educativas, más no al replanteamiento claro

de la finalidad y el sentido de la educación a partir de las nuevas necesidades

sociales que se plantean a nivel mundial, nacional y local.

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Costos: No todos los países de América Latina pueden asumir los costos de un

bachillerato vocacional y diversificado, es inviable especialmente por la falta de

recursos económicos (p.33). “En las condiciones actuales de escasez

pronunciada de recursos fiscales todo se reduce a lo esencial, esto es, cómo

garantizar el simple funcionamiento de los establecimientos educativos” (Tenti,

2003, p. 12).

Diferenciación entre técnica y tecnológica: no hay una diferencia clara entre

estos dos espacios de formación. “Comprender la diferencia entre educación

técnica, usualmente ligada a las “herramientas de producción”, y la educación

tecnológica mucho más ligada a los procesos de conocimiento, es fundamental

para transformar los modelos educativos de orientación laboral” (Lozano, 2011,

p. 35). No existe una política clara de educación técnica y tecnológica, sólo un

intento de articulación entre la educación y el sector productivo desde la media;

que posibilita experiencias básicas a los estudiantes, frente al desempeño de

un respectivo oficio como preparación para el acceso al mercado laboral.

Hasta este punto, es claro que el sistema educativo depende y responde al

sector socio –

económico. “Las importantes transformaciones socioeconómicas y

políticas ocurridas en las últimas décadas han modificado profundamente la

función social que cumple la educación media.” (Filmus y Morragues, 2003, p.

35)

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. En esa medida, se deben abordar algunas de las caracterizaciones de la

educación media en las diferentes etapas históricas de América Latina, ya que

hoy en día persiste la dependencia de la educación en esos factores socio –

económicos y en la voluntad política que está de espaldas a la equidad en la

educación.

Desde esta perspectiva, se identifican tres (3) etapas predominantes: La

primera corresponde a finales del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX,

donde la educación secundaria tenía como función ser canal de acceso a la

educación superior, ante un modelo económico de crecimiento hacia afuera;

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Eichelbaum de Babini A.M., 1999, Este fenómeno se puede corroborar al verificar una amplia asociación entre

evolución del producto interno (PBI) y el incremento de la matricula en el nivel medio (citado por Filmus y Moragues,

2003, p. 37)

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donde no se exigía mano de obra capacitada; La segunda etapa corresponde a la

década del treinta, donde predominó un modelo económico de crecimiento hacia

dentro y se le delega la responsabilidad a la educación de la modernización social.

Por ende la educación media brindaría la capacitación técnico – profesional, que

era lo mínimo que requería la fuerza laboral; la última etapa se desarrolla entre

las décadas del 40 – 60, se caracteriza por un crecimiento en el sector terciario y

una escasa capacidad de contratación de la mano de obra, dando prioridad a la

especialidad comercial principalmente (Filmus y Moragues, 2003, pp.

37-40).

Para finales de los 70 – 80, se refleja en la dinámica social, una nueva

relación entre la oferta de egresados de la media y la demanda laboral. Donde la

primera supera en gran porcentaje la segunda. “un sector que culmina la

escolaridad secundaria comenzó a estar sobre-calificado para las tareas que

desempeña, profundizando el proceso de devaluación de credenciales y

produciendo una sensible baja en las tasa de rendimiento económico” (Filmus y

Moragues, 2003, p. 41). Correspondiendo a las nuevas necesidades económicas

de las políticas neoliberales donde se limita el papel del Estado y se concentra en

la fuerza del mercado, flexibilizando con ello el mercado laboral, el cual refleja,

para los 90, un alto índice de desempleo, precarización laboral, subempleo,

informalidad laboral y subvaloración. “… caracterizado por la pérdida de

ocupaciones en el sector formal, la profundización de la tercerización, el

incremento de la subocupación y la precarización laboral” (Filmus y Moragues,

2003, p. 41). En cada cambio de contexto socio - económico predominante,

varían inmediatamente las necesidades del sector productivo y su

correspondiente mercado laboral y se deterioran las posibilidades de inserción

laboral para los egresados de la educación media, que tienen que lidiar con una

formación que no va acorde

con estos cambios o reacciona tarde a ellos. Lo que

permite concluir que el hecho de cursar la secundaria no es sinónimo de inclusión

social.

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2.1.2 Un nuevo papel del estado como principal garante de una educación