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2. EDUCACIÓN MEDIA CAMPO DE EXPERIMENTACIÓN Y EXPLORACIÓN

2.1 GLOBALIZACIÓN Y NUEVOS AVANCES EN EL RECONOCIMIENTO DE

2.1.2 Un nuevo papel del estado como principal garante de una educación

problemáticas, se le debe dar una nueva significación al papel del Estado y las

concernientes políticas educativas que debe crear, para garantizar la equidad y

en consecuencia el bienestar de toda la sociedad. Esto se puede entender como

algunos autores argentinos han llamado “la universalización de la educación

media”. Esta implica, no sólo una política de cobertura, sino la garantía de los

recursos necesarios para impartir una formación de calidad, acorde con los

desafíos sociales y culturales de nuestra época. “La escolarización de todos los

adolescentes constituye un derecho de las familias y una obligación del Estado. La

realización efectiva de este derecho requiere de una inversión de recursos que es

preciso prever y asignar con criterio de equidad. Los derechos y obligaciones sin

recursos son letra muerta.” (Tenti, 2003, p. 21).

Si se quiere construir una sociedad de iguales no hay otro camino que el del diseño de una

política educativa nacional ejecutada a partir de instituciones nacionales fuertes y eficientes

capaces de ejecutar un programa educativo que exprese el interés general en un contexto

democrático. Sin este marco normativo y político nacional que define un conjunto de reglas y

recursos específicos, no es posible imaginar progresos de lucha contra las desigualdades.

(Tenti, 2003, p. 25)

Con lo anterior se puede afirmar que mientras no se construya un proyecto

educativo a nivel nacional en un marco democrático (pluralista de derechos y

participación), no se posibilitará un espacio social de igualdad. Por ello es

necesario realizar una clara jerarquización de las políticas educativas, en primera

instancia a nivel nacional y luego desde la autonomía institucional.

El reto de una política nacional está en proponer y utilizar mecanismos más

adecuados para gobernar la complejidad y no para uniformar la diversidad. Para

ello la política debe estar acompañada de los recursos públicos necesarios para

hacerla efectiva. Además de abordar las tres necesidades inmediatas que suman

las problemáticas que presenta la educación media en América Latina: (Tenti,

2003)

El cambio en sus principios fundamentales encaminados a valorar el proceso

de formación durante toda la vida y no sólo como la culminación de una etapa

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que se centra en la preparación para ingresar al mundo laboral o a la educación

superior.

El replanteamiento del valor social del título de bachiller; ya que se da una

desmotivación y subvaloración del mismo ante la falta de oportunidades tanto

laborales como de continuación hacia la educación superior.

Oferta adecuada: representada en la diversidad, el pluralismo, la apreciación

cultural y las necesidades e intereses de los jóvenes para hacer más efectivo y

significativo el papel de la escuela.

El tema de la calidad educativa como garante de equidad e igualdad de

oportunidades se ha reiterado a lo largo de este trabajo, ya que la calidad

educativa es diferenciada dentro del mismo sistema; el sistema educativo replica

la desigualdad social y de oportunidades en los jóvenes de menos recursos, ya

sea por los bajos logros alcanzados dentro de los parámetros de medición de

calidad por parte del Estado o por factores vinculados a su entorno social y

familiar. Hay una clara diferenciación de grupos egresados. Ante esto, la

educación media debe posibilitar la diversidad de modalidades para satisfacer las

necesidades de los estudiantes en cuanto a su vocación e interés personal. En

esa medida, el sistema educativo estará menos condicionado al factor socio-

económico.

Mientras no se abarquen estas necesidades se seguirá reflejando una crisis

en la educación media. Que se puede reflejar claramente en la siguiente

descripción, hecha por Tenti. “Los síntomas manifiestos y estridentes son la

exclusión y el fracaso escolar, el malestar (de docentes y alumnos), el conflicto y

el desorden, la violencia y las ausencias de sentido de la experiencia escolar para

proporciones significativas de adolescentes y jóvenes.” (2003, p. 30). Es decir que

la escuela sucumbe ante el caos.

Le corresponde al Estado, la universalización de la educación media, que se

centra en tres procesos sociales: El primero hace referencia a la preparación para

el acceso a la educación superior o al mundo laboral, el segundo se centra en el

desarrollo de competencias básicas que garanticen la polivalencia y dinamismo

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del individuo; por último la formación ciudadana. Pero la universalización de la

educación media no es suficiente para garantizar estos procesos. Filmus y

Moragues. “ los datos brindados hasta aquí permiten afirmar que para garantizar

que todos los jóvenes tengan la opción de ingresar al mercado de trabajo en

condiciones dignas, continuar los estudios superiores y participar plenamente de la

vida ciudadana no alcanza con universalizar el tránsito por la escuela media.”

(2003, p. 55). Ante esta realidad se concluye que la educación media no puede

garantizar igualdad de oportunidades para todos los egresados si no hay una

serie de factores implícitos en la estructura social como el aspecto socio-

económico, la calidad en el desarrollo de competencias y la educabilidad. Estas

tres condiciones marcan la exclusión y diferenciación entre los egresados.

Desde este contexto el Estado debe asumir nuevos retos en cuanto a la

educación media, que según Filmus y Moragues se fundamentan en el desarrollo

de cuatro capacidades:

1. Capacidad de compensar las desigualdades. Es decir brindar las

condiciones materiales que le permite culminar el nivel como: becas,

comida, libros, infraestructura y estrategias para atender los diferentes

procesos de aprendizaje y socialización.

2. Capacidad de modificar los contenidos y modelos institucionales, incluir

múltiples modelos y estrategias para atender diferentes procesos de

aprendizaje y socialización, intereses vocacionales, culturas juveniles,

entornos socio-económicos, etc. para garantizar una calidad educativa.

3. Capacidad de articulación con el conjunto de ciclos educativos. Porque

existe una ruptura entre los diferentes niveles educativos primaria,

básica, media y la educación superior, cada uno actúa

independientemente y desde su propio referente.

4. Capacidad de articular con la demanda de las comunidades y oferta

laboral. Incorporar experiencias laborales, en el reconocimiento y

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participación del contexto social próximo, en cuanto a la valoración,

consolidación y seguimiento de los egresados. (2003, pp. 55-57)

Estos retos no se deben atribuir exclusivamente al esfuerzo de la autonomía

institucional pues tienen que estar acompañados de las políticas estatales, no sólo

en educación sino a nivel de salud, trabajo, y bienestar social para los egresados.

Los nuevos desafíos también implican un nuevo marco para los docentes en

cuanto a capacitación, versatilidad y estímulo económico.

Las políticas educativas y las transformaciones pedagógicas desempeñarán, sin lugar a

dudas, un papel fundamental pero no suficiente en la generación de las condiciones que

permitan construir un nivel medio de alta calidad para todos los jóvenes; pero difícilmente

tendrán éxito si no están acompañadas por un modelo social en el cual tengan cabida plena

los egresados de este nivel (Filmus y Moragues 2003, p.60)

Por lo tanto, si la educación no cuenta con el apoyo del Estado en toda la

estructura social, no podrá corresponder al papel que se le ha asignado en la

sociedad actual como el principal espacio de equidad social.

2.2

FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN MEDIA: FORMACIÓN DE