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Nuestro trabajo es una expresión divina

In document El poder está dentro de ti (página 94-96)

Cuando alguien me pregunta cuál es mi objetivo en la vida le digo que mi objetivo es mi trabajo. Es muy triste saber que la mayoría de las personas odian su trabajo, e incluso peor, que no saben lo que desean hacer, Encontrar un objetivo en la vida, encontrar un trabajo que nos guste, es amarnos a nosotros mismos tal como somos.

El trabajo nos sirve para expresar nuestra creatividad. Es preciso ir más allá de esa sensación de no ser capaz o de no saber lo suficiente. Déjate inundar por la energía creativa del Universo, de maneras profundamente gratificantes y satisfactorias. En realidad no importa lo que hagas mientras te resulte satisfactorio y te sientas realizado. Si detestas el lugar donde trabajas o te disgusta lo que haces, siempre te pasará lo mismo con tu trabajo a no ser que cambies en tu interior. Si comienzas un nuevo trabajo con estas mismas creencias, con el tiempo volverás a sentir lo mismo.

Parte del problema reside en que muchas personas piden lo que desean de forma negativa. Conocí a una mujer que tenía muchísimas dificultades para decir lo que deseaba de forma positiva. Se pasaba la vida repitiendo: «No deseo que esto forme parte de mi trabajo», o «No quiero que suceda esto», o «No deseo sentir la energía negativa que hay allí». Te das cuenta de que en realidad no decía lo que quería, ¿verdad? Tenemos que expresar claramente lo que deseamos.

A veces nos resulta muy difícil pedir lo que deseamos. Es tan fácil decir lo que no deseamos... Empieza por afirmar cómo quieres que sea tu trabajo, en presente: «Mi trabajo es enormemente gratificante. Ayudo a la gente. Soy capaz de darme cuenta de lo que necesitan los demás. Trabajo con personas que me aman. Me siento a salvo en todo momento». O quizá: «Mi trabajo me permite expresar libremente mi creatividad. Gano bastante dinero haciendo cosas que me encantan». O: «Siempre me siento feliz en mi trabajo. Mi profesión me llena de alegría, me río muchísimo y gano un montón de dinero».

Recuerda: haz siempre tu afirmación en presente. Lo que afirmes lo obtendrás. Si no lo obtienes, eso quiere decir que hay creencias en tu interior que se niegan a aceptarlo. Haz una lista de «Lo que creo acerca del trabajo». Te sorprenderás ante las creencias negativas que tienes dentro. No prosperarás mientras no las cambies.

Cuando realizas un trabajo que detestas, obstaculizas la capacidad de tu Poder para expresarse. Piensa en las cualidades que deseas que tenga un trabajo, en cómo sería si tuvieras el trabajo perfecto. Es esencial que expreses con claridad lo que deseas. Tu Yo Superior te encontrará el trabajo que te conviene. Si no lo sabes, disponte a saberlo. Ábrete a tu sabiduría interior.

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En la Ciencia de la Mente comprendí muy pronto que mi trabajo era expresar la Vida. Cada vez que se me presentaba un problema sabía que era una oportunidad para crecer y que el Poder que me creó me había dado todo lo necesario para resolverlo. Después del terror inicial acallaba mi mente y entraba en mi interior. Daba las gracias por la oportunidad de manifestar el Poder de la Inteligencia Divina que obraba a través de mí.

Una joven que asistía a uno de mis talleres deseaba ser actriz. Sus padres trataban de convencerla para que estudiara derecho, sus familiares y amigos también, y se sentía muy presionada. Finalmente entró a la facultad de Derecho, pero al mes dejó de asistir a las clases. Decidió apuntarse a clases de actuación porque eso era lo que siempre había deseado. Muy pronto comenzó a tener sueños en los que alguien le decía que no iba a ser nada en su vida, y empezó a sentirse desgraciada y deprimida. Le resultaba muy difícil desechar sus dudas y temía estar cometiendo el mayor error de su vida: pensaba que jamás podría echar marcha atrás y cambiar. — ¿De quién es la voz que escuchas? —pregunté.

Me contestó que ésas eran las palabras que su padre le había repetido un montón de veces.

Muchas personas se pueden reconocer en la historia de esta joven. Ella deseaba ser actriz, sus padres querían que fuera abogada. Llegó a un punto tal de confusión que no sabía qué hacer. Necesitaba comprender que la voz de su padre le decía: «Te quiero». Él pensaba que como abogada estaría bien y segura. Eso era lo que él deseaba. Pero no era eso lo que «ella» deseaba.

Necesitaba hacer lo que para ella era correcto en su vida, aun cuando no coincidiera con las expectativas de su padre. Le recomendé que se sentara frente al espejo, se mirara a los ojos y dijera: «Te amo y te apoyo para que hagas lo que realmente deseas. Te apoyaré de todas las formas que me sean posibles».

Le dije que se tomara tiempo para escuchar. Le era necesario comunicarse con su sabiduría interior y comprender que no tenía por qué complacer a nadie más a que a sí misma. Podía amar a su padre pero al mismo tiempo realizarse. Además podía decirle a su padre: «Te quiero y no deseo ser abogada, deseo ser actriz», o lo que sea. Este es uno de los grandes desafíos: hacer lo que nos parece correcto para nosotros aun cuando las personas que nos aman tengan otras ideas. No estamos aquí para satisfacer las expectativas de los demás.

Cuando tenemos la profunda convicción de que no somos dignos, de que no somos merecedores, encontramos problemas para hacer lo que deseamos. Si los demás nos dicen que no debemos hacer o tener algo y entonces nosotros nos lo negamos, es que nuestro niño interior cree que no se merece nada bueno. Nuevamente volvemos a la necesidad de aprender y practicar formas de amarnos más cada día.

Lo repito, empieza por escribir todo lo que piensas y crees acerca del trabajo, del fracaso y del éxito. Pon atención a todo lo negativo que escribas y comprende que ésas son las creencias que te impiden progresar en ese aspecto. Es posible que descubras muchas creencias que te dicen que mereces el fracaso. Coge cada una de las afirmaciones negativas y conviértelas en positivas. Empieza a dar forma en tu mente al trabajo que deseas para realizarte plenamente.

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