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Funcionamiento familiar y riesgo de consumo de alcohol en adolescentes, Trujillo 2019

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO

FACULTAD DE ENFERMERÍA

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERÍA

Funcionamiento familiar y riesgo de consumo de

alcohol en adolescentes, Trujillo - 2019

AUTORES: Br. Raico Hernández, Elvis Raúl

Br. Reyna Aguilar, Yanina Elizabeth

ASESORA: Ms. Villanueva Valeriano, Tomasa Belinda

TRUJILLO - PERÚ

2020 TESIS

PARA OPTAR EL TÍTULO DE:

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DEDICATORIA

A mí querida madre: Mirian

Por su amor y apoyo en todo momento de mi vida, por su comprensión y consejos, porque guiaste mis pasos para poder llegar a la meta de terminar mi carrera profesional. Es un honor ser tu hijo y siempre te amaré por toda la eternidad.

A mí querido padre: Raúl

Por apoyarme moral y económicamente, porque te esforzaste trabajando duro para poder cubrir los gastos a lo largo de mi formación profesional, porque me enseñaste a ser cada día mejor y a nunca renunciar a nuestros sueños. Te amo papá.

A mí querido hermano: Diego

Por confiar en mí, por ser el mejor hermano del mundo, porque me apoyaste en los momentos más difíciles. Tú y mis padres son lo más valioso de mi vida.

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iii DEDICATORIA

A mí querida madre: Silvia

Por su cariño constante, apoyo y comprensión, por estar a mi lado en momentos gratos y difíciles a la vez, alentándome a seguir adelante y cumplir mis sueños. Eres mi motivación.

A mí querido padre: Juan

Por haberme forjado como la persona que soy en la actualidad; gracias por enseñarme a ser fuerte y enfrentar los problemas, me llenaste de motivación y amor en los momentos difíciles.

A mis queridos hermanos: Víctor, Carlos y Juan

Por confiar en mí, por ser los mejores hermanos del mundo, porque día a día me brindan su cariño y enseñanzas y por llegar a mi vida a pasar los mejores momentos y hacer parte de este rompecabezas de felicidad.

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AGRADECIMIENTO

A Dios, por su bondad, por bendecirnos y enseñarnos el camino a seguir, por sembrar en nosotros la vocación del cuidado, además el don de la sabiduría, conocimiento y capacidad para entender la gran responsabilidad y sacrificio que significa nuestra carrera.

A nuestra asesora, Ms. VILLANUEVA VALERIANO TOMASA

BELINDA por sus enseñanzas, dedicación, paciencia, esfuerzo y participación, porque con sus conocimientos y experiencia supo guiarnos en la realización de nuestra tesis.

Un agradecimiento infinito y profundo a todas y cada una de las personas que nos han ayudado en la realización del presente trabajo investigativo.

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v

SUMARIO

RESUMEN ... vi

ABSTRACT ... vii

INTRODUCCION...1

II. MATERIAL Y MÉTODO ... 18

III. RESULTADOS ... 29

IV. ANALISIS Y DISCUSIÓN ... 32

V. CONCLUSIONES ... 40

VI. RECOMENDACIONES ... 41

I. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ... 42

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RESUMEN

Investigación cuantitativa, descriptiva correlacional de corte transversal que se realizó en la Institución Educativa Gustavo Ries de Trujillo, cuyo objetivo fue determinar la relación que existe entre el nivel de funcionamiento familiar y el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes. La muestra estuvo conformada por 198 adolescentes. La recolección de datos se obtuvo mediante los instrumentos: Escala de evaluación de cohesión y adaptabilidad familiar – faces III y el Cuestionario de identificación de trastornos relacionados con el consumo de alcohol – test de AUDIT. Los datos obtenidos fueron presentados en tablas de simple y doble entrada con frecuencias numéricas y porcentuales. Para determinar la relación entre las variables, se utilizó la prueba de independencia de criterios Kendall, después del análisis se llegó a las siguientes conclusiones: el 43 % de los adolescentes tienen un nivel medio de funcionamiento familiar, el 40 % un nivel extremo; el 81 % tuvieron bajo riesgo de consumo de alcohol. No existe relación estadística significativa entre el funcionamiento familiar y el riesgo de consumo de alcohol.

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vii ABSTRACT

Quantitative, descriptive correlational cross-sectional research that was carried out at the Gustavo Ries de Trujillo Educational Institution, whose objective was to determine the relationship between the level of family functioning and the level of risk of alcohol consumption in adolescents. The sample consisted of 198 teenagers. Data collection is obtained through the instruments: Family cohesion and adaptability assessment scale - faces III and Questionnaire for the identification of disorders related to alcohol consumption - AUDIT test. Data were frequently selected in single and double entry tables with numerical and percentage frequencies. To determine the relationship between the variables, verify the Kendall criteria independence test, after the analysis the following conclusions were reached: 43% of adolescents have a medium level of family functioning, 40% an extreme level; 81% had a low risk of alcohol consumption. There is no significant statistical relationship between family functioning and the risk of alcohol consumption.

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1

I. INTRODUCCION

El consumo de alcohol es un problema de salud pública, representando la primera causa de accidentes y tercera causa de muerte en el mundo con más de 3,3 millones de personas debido al empleo de bebidas alcohólicas (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2015).

A nivel mundial, Europa es el continente con el mayor consumo de alcohol per cápita, donde algunos de sus países presentan tasas de consumo particularmente altas. Asimismo, se han reportado incrementos de consumo en las regiones de Asia Sudoriental y del Pacífico Occidental (OMS y Organización Panamericana de la Salud [OPS], 2014).

En el mundo entero existe un mayor porcentaje de hombres que mujeres mueren por causas relacionadas con el consumo de alcohol, aproximadamente un 7,6 % de los hombres y un 4% de las mujeres. Sin embargo, hay evidencia de que las mujeres pueden ser más vulnerables a los efectos nocivos del alcohol en comparación con los hombres (OMS y OPS, 2014).

Las Américas y Europa tienen las proporciones más altas de adolescentes (15 a 19 años) que beben alcohol, con el 53% y el 70% respectivamente, que admiten ser consumidores actualmente. En las Américas consumen 8,4 litros de alcohol puro per cápita cada año, lo que coloca a la región en segundo lugar después de Europa, donde las personas consumen 10,9 litros por año. En las Américas, la cerveza es la bebida alcohólica más consumida, por lo tanto contribuye al 55,3% del total del alcohol (OMS, 2015).

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Actualmente el consumo de bebidas alcohólicas es considerado como el principal factor de riesgo para la carga de morbilidad en los países en vías de desarrollo del Pacifico y las Américas y el segundo factor de riesgo en los países desarrollados como Europa. En América Latina, según un informe publicado por la OMS, Chile es el país donde se dan los índices de ingesta más elevados y Perú ocupa el sexto lugar; además, cuenta con una tasa alta de consumo de bebidas alcohólicas con el 83% de consumidores del total de su población (Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas [CICAD], 2011).

En América Latina se estima que 38 millones de adolescentes consumen esta sustancia, considerando al alcohol como la sustancia psicoactiva de mayor consumo entre ellos, es mayor en varones que en mujeres (OMS, 2015).

En el Perú, según Estadísticas de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA, 2015) 4 de cada 10 escolares han consumido alcohol, siendo la edad promedio de inicio en el consumo a los 13 años, aunque se han reportado casos de niños de 8 años que ya han probado esta sustancia. DEVIDA (2012) también agrega que en otro estudio realizado en lima encontraron que los adolescentes limeños inician el consumo de alcohol a los 13 años de edad.

Estos datos son corroborados por el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (CEDRO) y el Sistema Interamericano de Datos Uniformes sobre el Consumo de Drogas (SIDUC) quienes señalan que las tasas más altas de consumo de bebidas alcohólicas se dan con mayor magnitud en menores de 18 años, además la edad promedio de inicio en el consumo de alcohol es alrededor de los 12 a 13 años (Datos de Catalogación en Publicación de la Biblioteca de la OMS, 2014).

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3 han probado alguna droga legal siendo la de mayor consumo las bebidas alcohólicas como la cerveza, el ron, el vino (sangría), clímax, tragos preparados, pisco, whisky y vodka (DEVIDA, 2012).

Estos datos estadísticos muestran que la población de escolares de educación secundaria tiene una gran acogida a las bebidas alcohólicas; donde el 40.5% ha consumido una bebida alcohólica alguna vez en su vida, 23% en el último año, 12.3% en el último mes. Siendo los años de estudio con mayor prevalencia de consumo 3ero, 4to y 5to de secundaria con 24.5%, 32.9% y 39.7%, respectivamente (DEVIDA, 2012).

En el año 2016, los especialistas del Ministerio de Salud (MINSA) han atendido a 22 niños de 10 y 11 años por problemas de alcohol; 324 adolescentes entre 12 y 14 años y 765 jóvenes entre 15 y 17 años (MINSA, 2017).

En el Perú según la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI, 2015) el 91,5% de las personas de 15 y más años de edad declararon que han consumido bebida alcohólica, alguna vez en su vida. Siendo mayor este porcentaje en los hombres con 94,8% que en las mujeres 88,3%. El mayor porcentaje de personas que tomaron algún tipo de licor, se encontró en Lima Metropolitana donde un 95,8% tomó alguna bebida alcohólica, alguna vez en su vida. Le sigue la Costa (sin Lima Metropolitana) con el 94,4%. Los menores porcentajes se hallaron en la Sierra con 86,5% y la Selva con 90,5%.

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Lo anterior puede explicarse en razón de que la adolescencia es una etapa de transición y de exposición al riesgo, por la búsqueda de experimentación de nuevas conductas, sensaciones y emociones, por ello es la población más vulnerable para consumir alcohol; dado que el consumo de esta sustancia en la adolescencia parece mostrar que es una forma de adaptarse a la sociedad (Villarreal, Sánchez, Musitu y Varela, 2010).

Ante esta problemática en el Perú existe la ley N° 28681 que regula la comercialización, consumo y publicidad de bebidas alcohólicas, asimismo en su artículo 5 se refiere a la prohibición de la venta, distribución, suministro y consumo de bebidas alcohólicas, donde afirma “Prohíbase la venta ambulatoria, distribución, suministro a título

oneroso o gratuito y el consumo directo de toda clase de bebidas alcohólicas, según corresponda: a menores de 18 años; en instituciones educativas básica, superior universitaria y no universitaria sean públicos o privados; en establecimientos de salud, públicos o privados; en los espectáculos deportivos y culturales destinados a menores de edad; a personas que se encuentren dentro de vehículos motorizados; en la vía pública”.

El consumo de alcohol se ve influenciado por múltiples factores tanto personal, como familiares y sociales. Algunos autores han documentado que la funcionalidad familiar alterada puede ser un determinante crucial para el desarrollo de estilos de vida no saludables y comportamientos desadaptativos para el inicio y mantenimiento de la conducta de consumo de alcohol, así como el desarrollo de problemas emocionales en esta etapa de la vida (Abu Rayya y Yang, 2012).

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5 de la vida, podrían padecer problemas académicos, falta de concentración, daños hepáticos, alteraciones en el sistema nervioso central y dificultades con el rendimiento.

El consumo nocivo de alcohol entre los adolescentes preocupa cada vez más a muchos países, ya que reduce el autocontrol y aumenta los comportamientos de riesgo, como las relaciones sexuales no protegidas o comportamientos peligrosos en la carretera. Es una de las principales causas de lesiones (incluidas las provocadas por accidentes de tránsito), violencia (especialmente por parte de la pareja) y muertes prematuras. Además, puede provocar problemas de salud en una etapa posterior de la vida e influir en la esperanza de vida (OMS, 2015).

González y Cardona (2015) realizaron una investigación en Colombia sobre el funcionamiento familiar y consumo de alcohol en adolescentes de la Institución Educativa “Carmen de Viboral”. El estudio fue cuantitativo de tipo descriptivo correlacional. La

muestra estuvo conformada por 330 adolescentes hombres y mujeres de dicha Institución Educativa. Se encontró que en los adolescentes de 14 y 20 años un 76% consumen alcohol frente a un 24% que no consume, Consumo sin riesgo un 18.1% Consumo de riesgo, el 5.4% y Consumo perjudicial 2.1%. Viven con ambos padres 67.6%, el 25.5% viven con padre o madre, el 3.3% con otros y el 2.4 % con abuelo. Se concluyó que el consumo es relativamente bajo al consumo sin riesgo.

Orlando (2014) realizó una investigación en el Ecuador titulada funcionamiento familiar y su influencia en el consumo de alcohol en la Institución Educativa “Miño Altamirano de la Parroquia Santa Rosa”. Fue un estudio cuantitativo y la muestra estuvo

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8.76% son bebedores en riesgo y el 2.30% presentan una dependencia marcada en el consumo de alcohol. En cuanto al funcionamiento familiar se determinó que el 0.92% son familias severamente disfuncionales, el 64.05% son familias disfuncionales, el 21.19% son moderadamente funcionales y el 13.82% son familias funcionales. Se concluyó que los adolescentes no presentan problemas con el consumo de alcohol pero si un bajo porcentaje como bebedores en riesgo y dependencia al alcohol no es el principal problema.

Alonso, Yañez y Armendáriz (2017) realizaron una investigación sobre la funcionalidad familiar y consumo de alcohol en adolescentes de secundaria, en México. Se identificó que el consumo de bajo riesgo fue más alto en los adolescentes que refieren funcionalidad familiar (68.8%), en relación al consumo dependiente y dañino este fue más alto en los adolescentes que perciben disfunción familiar moderada (32.0%).

Terrones y Villanueva (2016) realizaron una investigación en Lima - Perú sobre la relación entre la dinámica familiar y el consumo de bebidas alcohólicas en adolescentes de nivel secundario, donde se concluyó que la correlación entre la dinámica familiar (en las dimensiones de adaptabilidad, cohesión y comunicación) y el consumo de alcohol es negativa y estadísticamente significativa. A menor dinámica familiar, mayor consumo de bebidas alcohólicas en los adolescentes de 13 a 17 años.

DEVIDA (2011) realizó una encuesta a 57,850 escolares de secundaria de todo el Perú y encontró que la edad promedio de inicio en el consumo de licor es de 13 años. Asimismo, el 33.5% de los muchachos entrevistados señaló que debutó con el alcohol por presión de sus padres, hermanos, primos, tíos o abuelos.

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7 años. Un hallazgo importante es que entre los estudiantes que declararon beber, 34.2% de ellos mencionaron haber conseguido las bebidas alcohólicas a través de sus amigos. El 14.0 % de los estudiantes tuvieron problemas con su familia o amigos, faltaron a la escuela o se mezclaron en peleas una o más veces como resultado de haber ingerido bebidas alcohólicas. También para esta condición los varones reportaron porcentajes superiores al de las mujeres (17.0% versus 11.0%, respectivamente).

Kliegman, Stanton, Schor y Behrman (2013) mencionan la importancia de los profesionales sanitarios, dentro de ellos está la enfermera, quien cumple un rol importante en la formación de conductas saludables entre los adolescentes, siendo que las principales causas de mortalidad y discapacidad en este grupo de edad se pueden prevenir. El acceso a una asistencia sanitaria apropiada según el grado de desarrollo, asequible y de alta calidad durante los años de la adolescencia, sienta las bases para una vida sana.

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1.1. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA

¿Qué relación existe entre el nivel de funcionamiento familiar y el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries - Trujillo, 2019?

1.2. OBJETIVOS

1.2.1. OBJETIVO GENERAL

▪ Determinar la relación que existe entre el nivel de funcionamiento familiar y el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries, Trujillo - 2019.

1.2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

▪ Determinar el nivel de funcionamiento familiar en los adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries, Trujillo - 2019.

▪ Determinar el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries, Trujillo - 2019.

2. MARCO CONCEPTUAL

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9 La adolescencia se define como el periodo de crecimiento y desarrollo humano que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y los 19 años. Esta fase de crecimiento y desarrollo viene condicionada por diversos procesos biológicos. Los clasifican en tres etapas: Adolescencia temprana: 10 a 13 años, adolescencia media: 14 a 16 años, adolescencia tardía: 17 a 19 años (OMS, 2018).

La adolescencia es un periodo en el que se producen intensos cambios físicos y psicosociales que comienzan con la aparición de los primeros signos de la pubertad y terminan cuando cesa el crecimiento (Iglesias, 2013). Según la OMS (2018) la adolescencia es sinónimo de crecimiento excepcional y gran potencial, constituye también una etapa de riesgos considerables como el suicidio por depresión, autoestima baja, violencia intrapersonal, enfermedades de transmisión sexual y consumo de alcohol.

El alcohol es una sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencias, se ha usado grandemente en muchas culturas durante varios siglos. El consumo abusivo de alcohol lleva una pesada carga social y económica para el gobierno. El alcohol afecta a las personas y las sociedades de diferentes formas, y sus efectos están determinados por el volumen de alcohol consumido, los hábitos de consumo y en raras ocasiones por la calidad del alcohol (OMS, 2015).

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El consumo de alcohol puede describirse en términos de gramos de alcohol consumido o por el contenido alcohólico de las distintas bebidas, en forma de unidades de bebida estándar (UBE). En Europa una UBE contiene 10 gramos de alcohol, en Estados Unidos y Canadá una UBE contiene entre 13 y 14 gramos de alcohol, mientras que en otros países, la cantidad de alcohol elegida para aproximarse a una UBE puede ser mayor o menor, en función de las costumbres locales y la presentación de la bebida. La UBE es el volumen de alcohol que contiene aproximadamente la misma cantidad (en gramos) de etanol, sea cual sea el tipo de bebida (p. ej., un vaso de vino, una lata de cerveza o un combinado) (OPS, 2008).

Con una U.B.E. se puede medir la cantidad de alcohol puro, no la cantidad de líquido que se bebe. Un hígado sano puede metabolizar alrededor de una U.B.E cada hora u hora y media. Lo que determina cuántas U.B.E. tiene una bebida es el grado alcohólico y la cantidad de la misma. Existe una fórmula para calcular los gramos de alcohol que contiene una bebida, para lo cual se multiplica los mililitros de la bebida alcohólica con los grados de la misma por la densidad del alcohol (0,8), todo ello divido entre 100 (OPS, 2008).

El consumo de riesgo y perjudicial de alcohol afecta a todos los grupos de edad, a todos los estratos de la sociedad europea y a todos los países, aunque a aquellos con desventajas sociales les afectan de forma desproporcionada. Los adolescentes soportan de forma relativa una parte desproporcionada de esta carga ya que el alcohol origina el 25% de la mortalidad en los hombres y del 10% en las mujeres. Diversos estudios muestran que un mayor nivel socioeconómico se relaciona con mayor frecuencia de consumo, en particular para las mujeres (Jacobsen, 2005).

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11 encontrado consistente evidencia que las personas con menor nivel socioeconómico se abstienen con mayor probabilidad de consumir alcohol. Sin embargo, la intoxicación etílica y la dependencia del alcohol son más probables en aquellas personas con menor nivel socioeconómico, y esto ocurre en ambos sexos (Jacobsen, 2005).

Para evaluar el nivel de riesgo del consumo de alcohol, la OMS utiliza el Test de AUDIT, además de ser un apoyo en las intervenciones breves realizadas en pacientes con consumo de riesgo de alcohol. El nivel de riesgo de consumo de alcohol se clasifica en 4 zonas (OMS, 2001).

La Zona I se refiere al consumo de bajo riesgo o la abstinencia, que están generalmente indicadas cuando la puntuación del AUDIT está entre 0 y 7. Este concepto se refiere no sólo a la cantidad de alcohol que beben, sino también a cómo y cuándo lo ingieren y el efecto que su comportamiento puede tener en los demás cuando beben. El consumo de bajo riesgo es beber disfrutando, pero sobre todo cuidando tú mismo/a el ritmo (Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz [INPRFM], 2012).

El segundo nivel, la Zona II, comprende el consumo de riesgo, que están generalmente indicadas cuando la puntuación del AUDIT está entre 8 y 15. Es un patrón de consumo de alcohol que aumenta el riesgo de consecuencias adversas para el bebedor o para los demás. Los patrones de consumo de riesgo son importantes para la salud pública a pesar de que el individuo aún no haya experimentado ningún trastorno. El consumo de riesgo es una forma de beber que se relaciona con una cantidad de consumo de 20 a 40 gramos de alcohol diarios en mujeres, y de 40 a 60 gramos diarios en hombres (OMS, 2001).

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un patrón en el beber que causa daños a la salud física o mental y está definido por la OMS como el consumo medio regular de 40 gramos diarios de alcohol en mujeres, y más de 60 gramos diarios en hombres. El consumo excesivo ocasional, que puede ser particularmente perjudicial para la salud, es definido como el consumo, por parte de un adolescente, de por lo menos 60 gramos de alcohol en una sola sesión.(OMS, 2001).

El cuarto nivel de riesgo, la zona IV, comprende el consumo dependiente, está sugerido por puntuaciones del AUDIT por encima de 20. Estos pacientes deben derivarse a un especialista para una evaluación diagnóstica y un posible tratamiento de la dependencia de alcohol (OMS, 2001).

La dependencia es un conjunto de fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetido de alcohol. Estos fenómenos típicamente incluyen deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudiciales, mayor prioridad al consumo frente a otras actividades y obligaciones, aumento de la tolerancia al alcohol y abstinencia física cuando el consumo se interrumpe (OMS, 2001).

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13 Existen diversos factores que influyen en los niveles y hábitos de consumo de alcohol, así como en la magnitud de los problemas relacionados con el consumo de alcohol en los adolescentes. Los factores ambientales incluyen el desarrollo económico, la cultura y la disponibilidad de alcohol. Si bien no existe un único factor de riesgo dominante, cuantos más factores vulnerables converjan en un adolescente, más probable será que desarrolle problemas relacionados con el alcohol como consecuencia del consumo de alcohol (OMS, 2018).

Así como los factores ambientales influyen en el consumo de alcohol en los adolescentes, también están los factores personales y familiares (funcionamiento familiar, antecedentes de padres consumidores de alcohol, entre otros). El buen funcionamiento de la familia es muy importante para favorecer un desarrollo saludable del adolescente porque en esta etapa es donde adoptan esas conductas de riesgo (OMS, 2018).

La funcionalidad familiar es aquel conjunto de atributos (adaptabilidad, participación, desarrollo, afectividad y la capacidad resolutiva) que caracterizan a la familia como sistema. La familia funcional realiza diversos ajustes ante los procesos de cambio que pueden facilitar y promover la adaptación de la familia durante las diversas crisis familiares que se experimentan a lo largo del ciclo de vida de la familia; no obstante, también es posible que no ocurran los reajustes y se provoquen alteraciones en su funcionamiento (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito [UNODC], 2013).

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familiar, la ausencia de relaciones positivas dentro de la familia, como la falta de confianza entre sus miembros, las escasas manifestaciones de afecto y la percepción de escasa cercanía entre sus miembros (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito [UNODC], 2013).

En la adolescencia las alteraciones del funcionamiento familiar se dan en el ámbito de la formación de las familias, tanto en la nuclear como en la extensa se puede dar la ausencia física de uno o ambos progenitores, implicando la falta de figuras necesarias en el desempeño de acciones vitales para el grupo familiar, donde la violencia y los conflictos paterno-filiales son frecuentes así como también la falta de autoridad eficiente para normar a los hijos, lo cual produce desestabilización que, unida al proceso de cambios y transformaciones por los que atraviesa el adolescente, le acarrea confusiones (Olson, Russell y Sprenkle, 1989).

Olson et al. (1989) definen el funcionamiento familiar como la interacción de vínculos afectivos entre miembros de la familia (cohesión) y que pueda ser capaz de cambiar su estructura con el fin de superar las dificultades evolutivas familiares (adaptabilidad). Esta teoría contempla las situaciones que atraviesan la familia durante la vida y los cambios que deben realizar en su estructura para lograr una adaptación y una cohesión, que ayuden a una mejor estabilidad para el crecimiento saludable del adolescente.

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15 se presenten a lo largo del ciclo evolutivo de la familia, como en el caso que tengan un adolescente que consume alcohol (Olson et al., 1989).

Según el Modelo Circumplejo de Olson, la funcionalidad de la familia tiene dos dimensiones que son la adaptabilidad, que clasifica a la familia en caótica, flexible, estructurada y rígida; y la cohesión, la cual clasifica a la familia en no relacionada, semi relacionada, relacionada y aglutinada (Olson et al., 1989).

La adaptabilidad familiar según Olson et al. (1989) “se define como la

habilidad de un sistema familiar para cambiar su estructura de poder, las relaciones de roles y las reglas de las relaciones, en respuesta al estrés situacional y propia del desarrollo”, es decir que la estructura familiar puede verse afectada ante un cambio como la desintegración de una familia nuclear la cual ocasiona cambios en las reglas y roles que los hijos muchas veces no están acostumbrados a realizar y para poder lograr esta habilidad tratan de adaptarse.

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La Cohesión se define como “el vínculo emocional que los miembros de

la familia tienen unos con otros y el grado de autonomía personal que experimentan”. Evalúa el grado por el cual los miembros están conectados o

separados del resto de la familia. Esta dimensión se define por los vínculos emocionales que cada miembro tiene con el otro (Polaino y Martínez, 2006).

Los tipos de familia de acuerdo a la dimensión de cohesión son: No relacionada, caracterizada por la presencia de límites rígidos, constituyéndose cada individuo en un subsistema, tienen poco en común y no comparten tiempo entre sus integrantes. Semi relacionada, sus límites externos e internos son semi-abiertos, sus límites generacionales son claros, cada individuo constituye un subsistema, sin embargo, cuando lo requieren pueden tomar decisiones familiares. Relacionadas, poseen límites intergeneracionales claros, obteniendo sus miembros espacio para su desarrollo individual, además poseen límites externos semi-abiertos. Aglutinada, se caracterizan por poseer límites difusos, por lo que se dificulta identificar con precisión el rol de cada integrante familiar (Olson et al., 1989).

Entre los años de 1979 a 1989, como un intento de involucrar o integrar tanto la investigación teórica como la práctica, Olson et al. (1989) proponen una escala destinada a evaluar la percepción del funcionamiento familiar en dos dimensiones: la Adaptabilidad y la Cohesión familiar, el “FACES III”. Sin

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17 El FACES III, permite que una persona pueda obtener una visión de su funcionamiento familiar real e ideal, clasificando a una familia dentro de un rango de 16 tipos específicos o simplemente en tres grupos más generales correspondientes a familias balanceadas, de rango medio y extremas. Además, se puede establecer una comparación de la discrepancia percibida por el sujeto entre, la familia real e ideal, discrepancias que servirán para obtener datos adicionales de la familia, que son importantes tanto teórica como clínicamente, al momento de determinar pautas de tratamiento a nivel familiar o individual (Olson et al., 1989).

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II. MATERIAL Y MÉTODO

2.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN

El presente estudio es de tipo cuantitativo, descriptivo, correlacional y de corte transversal (Hernández, Fernández y Baptista, 2010); el cual se llevó a cabo durante los meses de agosto a diciembre del 2019, en adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries, de la Provincia de Trujillo, Departamento de La Libertad.

2.2. POBLACIÓN DEL ESTUDIO

2.2.1. POBLACIÓN

La población estuvo conformada por 404 adolescentes de 15 a 17 años del nivel secundario, matriculados en la Institución Educativa Gustavo Ries durante el año 2019, según consta en los registros de la institución.

2.2.2. MUESTRA

La muestra estuvo conformada por 198adolescentes, varones y mujeres de 15 a 17 años de la Institución Educativa Gustavo Ries. El tamaño de la muestra se obtuvo mediante la fórmula del muestreo aleatorio estratificado probabilístico, con un nivel de significancia del 5 por ciento y un error de muestreo del 5 por ciento (Anexo 01) y se seleccionó aleatoriamente y en forma proporcional, teniendo en cuenta el número de alumnos por grado, sección y sexo (Anexo 02).

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19

2.2.3. CRITERIOS DE INCLUSIÓN

• Adolescentes de ambos sexos, de 15 a 17 años matriculados en la Institución

Educativa Gustavo Ries que tuvieron asistencia regular.

• Adolescentes cuyos padres autorizaron la participación de sus menores hijos.

• Adolescentes que aceptaron participar voluntariamente en la investigación.

2.3. UNIDAD DE ANÁLISIS

Estuvo conformada por cada uno de los adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries que cumplieron con los criterios de inclusión.

2.4. INSTRUMENTO

En la presente investigación se utilizaron dos instrumentos:

A. Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar – FACES

III (Olson, Portner y Lavee, 1985) (Anexo 03).

La Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar - FACES III es la 3° versión de la serie de escalas FACES y ha sido desarrollada para evaluar dos de las principales dimensiones del Modelo Circumplejo: la cohesión y la adaptabilidad familiar.

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➢ Casi nunca : 1 punto

➢ Una que otra vez : 2 puntos

➢ A veces : 3 puntos

➢ Con frecuencia : 4 puntos

➢ Casi siempre : 5 puntos

El puntaje máximo para cada subescala (cohesión y adaptabilidad familiar) es de cincuenta puntos y el mínimo diez puntos y permitieron determinar el tipo de familia; finalmente ambas se correlacionaron para determinar el nivel de funcionamiento familiar: balanceado, medio o extremo (Anexo 04).

B. Cuestionario de Identificación de Trastornos Relacionados con el

Consumo de AlcoholTEST DE AUDIT (OMS, 2001) (Anexo 05).

El Test de Identificación de los Trastornos Relacionados con el Consumo de Alcohol – Test de AUDIT, identifica a las personas con un patrón de consumo de riesgo o perjudicial de alcohol. El AUDIT fue desarrollado por la Organización Mundial de la Salud en el año 1982 como un método simple de screening del consumo excesivo de alcohol y como un apoyo en la evaluación breve (OMS, 2001).

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21 ocho; los ítems nueve y diez solo tienen tres alternativas (0, 2, 4 puntos). El puntaje máximo fué de 40 puntos y el mínimo de 0 puntos.

El puntaje total obtenido, permitió clasificar el nivel de riesgo de consumo de alcohol en:

✓ 0 – 7 zona I (consumo de bajo riesgo o abstinencia)

✓ 8 – 15 zona II (consumo de riesgo)

✓ 16 – 19 zona III (consumo perjudicial)

✓ 20 – 40 zona IV (consumo dependiente)

2.5. CONTROL Y VALIDEZ DE DATOS

2.5.1. PRUEBA PILOTO

La prueba piloto se realizó a 30 adolescentes de la Institución Educativa República de Panamá del Distrito de Trujillo con similares características sociodemográficas a la población en estudio. La aplicación de los instrumentos permitió evaluar la redacción de los reactivos, la comprensión, practicidad y tiempo de aplicación de los instrumentos; proporcionando a la vez las bases necesarias para las pruebas de validez y confiabilidad.

2.5.2. VALIDEZ

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Instrumentos

Correlación

de Pearson

Probabilidad Significancia

Escala del Funcionamiento

Familiar

0.721 0.000

Altamente significativo

(p>=0.01)

Test de AUDIT 0.835 0.000

Significativo (p>=0.05)

2.5.3. CONFIABILIDAD

La confiabilidad de los instrumentos se determinó a través de la prueba estadística del coeficiente Alpha de Cronbach que se aplicó a la prueba piloto obteniéndose los siguientes resultados:

Título del instrumento Número de casos Número de ítems Alfa de Cronbach Escala de Evaluación de Cohesión y Adaptabilidad Familiar – FACES III

30 20 0,788

Test de AUDIT 30 10 0.909

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23

2.6. PROCEDIMIENTO

Se realizó las coordinaciones con las autoridades correspondientes de la Institución Educativa Gustavo Ries con el fin de obtener la autorización para la realización del presente proyecto de investigación. Obtenido el permiso se realizó la aplicación de los instrumentos a los estudiantes de secundaria que conformaron la muestra, a quienes se les dió a conocer previamente los objetivos y el propósito del estudio con la finalidad de que den su consentimiento para participar en la investigación.

Luego de su aceptación se procedió a aplicar los instrumentos los cuales fueron llenados por los estudiantes en sus respectivas aulas, según horarios coordinados con los profesores, considerándose un promedio de 20 minutos. Terminada la encuesta, se les agradeció por la participación y se les brindó consejería u orientación de acuerdo a las necesidades identificadas relacionadas con la temática de estudio. Al término de la investigación, los resultados fueron sustentados y entregados a la Institución Educativa Gustavo Ries.

2.7. PROCESAMIENTO DE DATOS

Para la presente investigación se utilizaron tablas de distribución de frecuencias unidimensionales y bidimensionales con frecuencia numérica y porcentual, para lo cual se contó con el apoyo de una hoja de cálculo de Excel. Para determinar la relación entre las variables de estudio se utilizó la prueba de independencia de criterios “kendall” con un nivel de significancia del 5 por

(33)

DEFINICIÓN Y OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES

I. VARIABLE INDEPENDIENTE

➢ FUNCIONAMIENTO FAMILIAR

DEFINICIÓN CONCEPTUAL: Es la dinámica relacional interactiva y

sistémica que se da entre los miembros de una familia y mide el grado de satisfacción de las funciones básicas del sistema familiar mediante las dimensiones de cohesión y adaptabilidad que son indispensables para las relaciones interpersonales entre ellos y favoreciendo el mantenimiento de la salud (Olson et al., 1989).

DEFINICION OPERACIONAL: Según los puntajes alcanzados en cada

escala, estas se clasificaron en:

Con estos resultados, se correlacionaron ambas escalas para determinar los tipos de familia (16) que luego permitieron clasificar el funcionamiento familiar en tres niveles (Anexo 04):

Cohesión Amplitud de clase

No relacionada 10 – 34

Semi Relacionada 35 – 40

Relacionada 41 – 45

Aglutinada 46 – 50

Adaptabilidad Amplitud de clase

Rígida 10 - 34

Estructurada 35 - 40

Flexible 41 - 45

(34)

25 Nivel balanceado o equilibrado: Es el más idóneo y en base a los niveles de cohesión y adaptabilidad, a este nivel pertenecen los siguientes tipos de familia: Flexiblemente semi relacionada, Flexiblemente relacionada, Estructuralmente semi relacionada y Estructuralmente relacionada (Olson et al. 1989).

Nivel medio o moderado: Donde existe cierta polarización en la cohesión o la adaptabilidad familiar. Los tipos de familia que se ubican en este nivel son los siguientes: Caóticamente semi relacionada, Caóticamente relacionada, Flexiblemente no relacionada, Flexiblemente aglutinada, Estructuralmente no relacionada, Estructuralmente aglutinada, Rígidamente semi relacionada, Rígidamente relacionada (Olson et al. 1989).

Nivel extremo: Es el nivel menos adecuado y los tipos de familia que pertenecen a este nivel son: Caóticamente no relacionada, Caóticamente aglutinada, Rígidamente no relacionada y Rígidamente aglutinada (Olson et al. 1989).

II. VARIABLE DEPENDIENTE

➢ CONSUMO DE ALCOHOL

DEFINICIÓN CONCEPTUAL: Puede describirse en términos de gramos

(35)

El consumo de riesgo es un patrón de consumo de alcohol que aumenta el riesgo de consecuencias adversas para la salud si el hábito del consumo persiste y se considera como el consumo regular de 20 a 40g diarios de alcohol en mujeres y de 40 a 60g diarios en varones. El consumo perjudicial se refiere a aquel que conlleva consecuencias tanto para la salud física y mental de la persona y se considera como el consumo regular promedio de más de 40g de alcohol al día en mujeres y de más de 60g al día en hombres. El consumo excesivo episódico o circunstancial (también llamado binge drinking), que puede resultar particularmente dañino para ciertos problemas de salud, implica el consumo, por parte de un adulto, de por lo menos 60g de alcohol en una sola ocasión. El consumo de alcohol es un importante marcador de un estilo de vida insano (OMS, 2001).

DEFINICION OPERACIONAL:

Para la investigación el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes se operacionalizó en:

Nivel de riesgo

Puntuación del Test

de AUDIT

Zona I (consumo de alcohol de bajo riesgo) 0 – 7

Zona II (consumo de alcohol de riesgo) 8 – 15

Zona III (consumo de alcohol perjudicial) 16 – 19

(36)

27 2.8. ASPECTOS ÉTICOS

En la presente de investigación se tendrá en cuenta los principios éticos de anonimato, confidencialidad, respeto a la dignidad humana, principio de beneficencia y justicia. Se solicitará el consentimiento informado en forma verbal y escrita a los adolescentes, informándoles la libre decisión de suspender su participación cuando ellos crean necesario (Hernández, Fernández y Baptista, 2010).

Consentimiento informado: El respeto a los adolescentes requiere que se dé a los sujetos, en la medida en que sean capaces, la oportunidad de elegir lo que les sucederá. Esta oportunidad se proporciona cuando se satisfacen las normas adecuadas para obtener un consentimiento informado, el cual consta de tres elementos: información, puede ser oral o escrita y de forma clara y precisa; comprensión, es brindar la información según las capacidades del sujeto; y voluntad, es la aceptación de participar en una investigación voluntariamente, aceptando sus riesgos y beneficios (Ávila, 2012).

Confidencialidad: Esla garantía de que la información personal será protegida para que no sea divulgada sin consentimiento de los adolescentes. Cada individuo tiene derecho a proteger su información personal. Se dará a conocer a los estudiantes que participarán en el estudio y que la información que nos proporcionarán será completamente anónima (Ávila, 2013).

(37)

adolescentes los objetivos de la investigación y se respetará su decisión de participar o no voluntariamente en este proyecto de investigación (Ávila, 2012).

Principio de beneficencia: Este principio implica que debe buscarse siempre incrementar al máximo los potenciales beneficios para los sujetos y reducir los riesgos (Ávila, 2012).

(38)

29

III. RESULTADOS

Tabla 1

Nivel de Funcionamiento Familiar en los Adolescentes de la Institución

Educativa Gustavo Ries, Trujillo - 2019

Fuente: Escala de Faces III

Nivel de funcionamiento familiar Nº %

Balanceado 34 17.0

Medio 85 43.0

Extremo 79 40.0

(39)

Tabla 2

Nivel de Riesgo de Consumo de alcohol en los Adolescentes de la Institución

Educativa Gustavo Ries, Trujillo - 2019

Fuente: Cuestionario de identificación de trastornos relacionados con el consumo de alcohol – Test de AUDIT

Nivel de riesgo de consumo de

alcohol Nº %

Bajo riesgo 161 81.0

De riesgo 25 13.0

Perjudicial 8 4.0

Dependiente 4 2.0

(40)

31 Tabla 3

Nivel de Funcionamiento Familiar y Nivel de Riesgo de Consumo de Alcohol en Adolescentes de la Institución Educativa

Gustavo Ries, Trujillo – 2019

Fuente: Escala de Faces III y Test de AUDIT Gamma = -0,086, p = 0,578 No significativo Según la prueba gamma no existe razones suficientes al nivel del 5% (p>0,05) para afirmar que el nivel de riesgo de consumo de alcohol esté relacionado con el nivel de funcionamiento familiar.

Nivel de

funcionamiento familiar

Nivel de riesgo de consumo de alcohol

Total

Bajo riesgo De riesgo Perjudicial Dependiente

Frecuencia % Frecuencia % Frecuencia % Frecuencia % n º %

Balanceado 20 10 14 7 0 0 0 0 34 17.0

Medio 79 40 2 1 4 2 0 0 85 43.0

Extremo 62 31 9 5 4 2 4 2 79 40.0

(41)

IV.ANALISIS Y DISCUSIÓN

La familia es un lugar de pertenencia real o simbólica que se mantiene durante toda la vida .por lo que puede afirmarse que las personas ,desde que nacen se desarrollan en el seno familiar, en el que crecen ,construyen su identidad , asumen responsabilidades , compromiso y desarrollan recursos personales que le permiten entrar en un mundo adulto .Si bien la familia juega un papel fundamental en el desarrollo social de los adolescentes, la relación padres-hijos o hijas va a sentar las bases sobre la que se construirán los cimientos de los comportamientos adolescentes (Leibovich y col, 2010).

En la tabla 1se puede observar que el 43% de adolescentes presenta un funcionamiento familiar en nivel medio; el 40%, un funcionamiento familiar en nivel extremo y el 17%, un funcionamiento familiar en nivel balanceado.

Estos resultados coinciden con los reportados en la investigación de Camacho, León y Silva titulada “Funcionamiento Familiar según el Modelo Circumplejo de Olson en Adolescentes de la I.E “Francisco Bolognesi Cervantes” en Lima, 2009 donde el 54,74% de

adolescentes presentó funcionalidad familiar de nivel medio, según cohesión el 50,22% presentó nivel bajo y según adaptabilidad el 55,61% presentó nivel alto.

Por otro lado, también coincide con la investigación de Cori, Espinoza y Jiménez titulada “Funcionamiento familiar y uso de redes sociales en adolescentes de 4to y 5to año de

(42)

33 En la investigación el 43% de los adolescentes presentan un nivel medio de funcionamiento familiar probablemente debido a que solo se encuestó a adolescentes del 4° y 5° de secundaria, además que la mayoría de adolescentes señala que dentro de su familia casi nunca toman en cuenta las sugerencias de los hijos para resolver los problemas (ítem 2 de la escala de evaluación de cohesión y adaptabilidad familiar – Faces III).

Las familias con funcionamiento familiar medio, son familias que se encuentran entre lo saludable (equilibrado) y lo problemático (externo), presentan vínculos afectivos débiles, dudan del apoyo y compresión de sus miembros, prefieren confiar en personas ajenas y tienden a asumir a ayudas eficaces, también presentan pocos sentimientos de lealtad, pertenencia y sentido de ayuda cuando realmente lo necesitan. Así mismo forman hijos que pueden actuar de manera autónoma y democrática, pero en otras ocasiones toman decisiones impulsivas y muchas veces impuestas por los padres, compartiendo ciertos roles, pero estos no son del todo claros (Olson et al., 1989).

Por otro lado, el 40% de adolescentes presentan un funcionamiento familiar extremo debido a que hay un desequilibrio en el sistema familiar, presentando disfuncionalidad familiar que puede significar dolor y agresión, ausencia de afecto, deterioro o posible desintegración, ya que la estabilidad de la familia depende de un patrón de intercambio emocional (Olson et al., 1989).

(43)

Las familias funcionales se caracterizan por recibir apoyo, comprensión y ánimo entre sus miembros, lo que les permite progresar a través de los estados normales de crecimiento y desarrollo, reflejándose en los miembros de familia la reproducción de ciertas pautas de funcionalidad semejantes a las de sus hogares y en menor grado el impacto que la escuela, religión o grupos de iguales puedan generar en sus patrones de vida familiar (Olson, Russell, y Sprenkle, 1989).

Se concluye que la funcionalidad familiar es muy importante ya que afecta significativamente las conductas de los adolescentes, por lo cual el profesional de enfermería es un elemento clave para el desarrollo e implementación de intervenciones enfocadas a la familia con el objetivo brindar estrategias familiares que impacten en el bienestar holístico de estas.

En la tabla 2 se muestra el 81% de adolescentes con nivel de riesgo de consumo de alcohol en la zona I (bajo riesgo), el 13% un nivel de riesgo en la zona II (de riesgo), el 4% un nivel de riesgo en la zona III (perjudicial) y el 2% un nivel de riesgo en la zona IV (dependencia).

(44)

35 mejor comunicación, estabilidad con su pareja, relaciones sexuales de bajo riesgo (Babor y col, 2010).

Los resultados de la presente investigación son diferentes a los reportados en la investigación de Roque y Role sobre “Factores sociales y psicológicos que influyen en la ingesta de alcohol en los alumnos de la Cepre - U Galeno de la ciudad de Puno, abril - julio 2015”, donde se observó que el 51.59% de alumnos tenían un grado bajo (zona I) de ingesta

de alcohol; seguido del 22.20% que tenían un grado moderado (zona II) de ingesta de alcohol y el 1.91% tenían un grado muy alto (Zona IV) de ingesta de alcohol.

Los resultados de la investigación de Colqui y Ortega denominada “Prevalencia de consumo de alcohol en adolescentes de las Instituciones Educativas Estatales, Distrito de Ventanilla- 2015” también difieren con los encontrados en la presente investigación, ellos encontraron que los adolescentes han consumido alcohol alguna vez en la vida en un 42,4 % (Zona II) y que nunca han consumido el 57,1 % (Zona I).

En relación a los adolescentes que presentaron bajo riesgo de consumo de alcohol, estos resultados precisamente se deben a que la muestra estuvo constituida por adolescentes de 4to y 5to de secundaria, quienes tienen de 15 a 17 años de edad, los cuales recién inician a consumir alcohol. Los adolescentes se encuentran en una etapa de desarrollo no solo psicosocial si no también fisiológico ya que sus habilidades de razonamiento, que se encuentran en la corteza frontal, no están completamente desarrolladas, predisponiendo al adolescente a una toma de decisiones de riegos (DEVIDA, 2011).

(45)

de riesgo de consumo de alcohol en la zona I (bajo riesgo), el 40% presenta un nivel medio de funcionamiento familiar, el 31% un nivel extremo de funcionamiento familiar; mientras que el 10% presenta un nivel balanceado; y del total de adolescentes con nivel de riesgo de consumo de alcohol en la zona IV (dependencia de consumo de alcohol), el 2% presenta un nivel extremo de funcionamiento familiar.

Para determinar la relación entre el nivel de funcionamiento familiar y el nivel de riesgo de consumo de alcohol en adolescentes se usó la prueba estadística de Kendall, obteniendo un nivel de significancia (p>0,05) estableciéndose que no existe una relación estadística entre las variables de estudio.

Según Gayet, y Col (2003) argumenta que las conductas de riesgo están relacionadas a la estructura, comunicación y la expresión del afecto en la familia, el autor refiere que, si estas características son positivas, favorecen al desarrollo de un nivel adecuado de autoestima y calidad de vida, lo cual reduce la probabilidad de presentar conductas de riesgo. A su vez indica que, si los adolescentes luchan por lograr su autonomía, las fortalezas familiares como el apoyo, la aceptación y la parte afectiva pueden influenciar a alejarse de la negatividad de la sociedad.

(46)

37 cohesión, el excesivo castigo o el consumo de los propios familiares, influyen directamente en el consumo de sustancias en los hijos.

Respecto al funcionamiento familiar y su relación con el consumo de alcohol en los adolescentes que participaron en el estudio, se encontró que no existe relación estadística entre estas variables; estos resultados no concuerdan con lo señalado por Obradors, Ariza, y Muntaner (2014) quienes indican que cuando los adolescentes experimentan o perciben un conflicto familiar, cuando identifican la existencia de déficit de atención por parte de los padres a los hijos, o cuando sienten escasa relación afectiva de sus padres hacia ellos, les representan dificultades en la dinámica o funcionamiento familiar el cual tiene un papel significativo en el consumo de alcohol en los adolescentes.

Villarreal et al. (2013) también señala que la relación familiar alterada y el déficit de atención familiar son variables predictoras significativas del riesgo de consumo de alcohol en exceso en los adolescentes. Esto además puede explicarse en el sentido de que las muestras de cariño y la relación afectiva y cuidadora entre padres e hijos y entre hermanos les significan protección hacia el consumo de alcohol.

(47)

que tiene el 42,8% de adolescentes distribuidos según su incidencia en los niveles de consumo de alcohol: nivel medio 17,9%, nivel moderado 5,3% y en nivel sin riesgo el 1,8%; con la prueba del Chi- cuadrado no se encuentra relación estadística entre ambas variables.

De otro lado, los resultados encontrados en el presente estudio difieren con los reportados por Coaquira y Arroyo (2017), quienes en su investigación titulada “Funcionamiento familiar y consumo de alcohol relacionado al inicio sexual en estudiantes mujeres del 3ro, 4to y 5to de secundaria de un colegio nacional en el departamento de Junín, 2016-2017” encontraron que sí existe relación significativa entre ambas variables con un P valor de 0.002. Sanz et al. (2004), en su estudio titulado “Conflicto parental y el consumo de drogas en los hijos y las hijas”, también hace referencia que hay una mayor frecuencia de consumo

de alcohol por parte de los hijos e hijas asociada con un mayor conflicto marital (rs=0,18; p< 0,01).

Los resultados encontrados en el presente estudio respecto a que no existe relación entre las variables, probablemente se deben a la influencia de otros factores como las características sociodemográficas y culturales.

Al respecto, Fornons (2010) señala que, así como el aspecto familiar, el aspecto cultural también es una pauta importante dentro del desarrollo a la hora de la decisión del consumo de alcohol entre los adolescentes. Es decir, el ambiente cultural en el que se desarrollan los adolescentes es importante en el desarrollo de las conductas y las creencias en cuanto a la toma de decisiones como lo es en el caso de la intención de consumo de alcohol.

(48)

39 como las fiestas del cumpleaños de sus pares, celebración de algunas fechas significativas para ellos como año nuevo, San Valentín, el día de juventud, fiestas patrias, celebración de semana primaveral, aniversario del colegio, entre otras fiestas, en las cuales se aprecia el consumo excesivo de alcohol por parte de ellos, principalmente de cerveza por ser la bebida alcohólica más aceptada por la sociedad.

(49)

V. CONCLUSIONES

Luego del análisis de los resultados se llegó a las siguientes conclusiones:

1. El 43% de los adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries tiene un nivel medio de funcionamiento familiar, seguido del 40% que presentan un nivel de funcionamiento extremo, y por úúltimo un 17% con un nivel de funcionamiento balanceado.

2. El 81% de los adolescentes de la Institución Educativa Gustavo Ries tiene un bajo riesgo de consumo de alcohol (zona I), el 13% un nivel de riesgo (zona II), el 4% un nivel de riesgo perjudicial (zona III) y el 2% un nivel de riesgo de dependencia (zona IV).

(50)

41 VI. RECOMENDACIONES

Luego de haber realizado el presente estudio de investigación proponemos las siguientes recomendaciones:

1. Se les recomienda a la Institución Educativa Gustavo Ríes a través de su equipo multidisciplinario de enfermería y psicología a fortalecer las escuelas para padres a fin de promover el buen funcionamiento familiar y principalmente en las familias con funcionamiento familiar en rango extremo y medio.

2. En la Institución Educativa fortalecer los programas de orientación al adolescente sobre el tema de consumo de alcohol, causas consecuencias, medidas preventivas

(51)

VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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