TEST DE INTELIGENCIA NO VERBAL

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Linda Brown

Rita J. Sherbenou

Susan K. Johnsen

TEST DE INTELIGENCIA

NO VERBAL

Apreciación de la habilidad cognitiva

sin influencia del lenguaje

E

l TONI-2 permite la

estimación de

la inteligencia general

mediante

la evaluación de la capacidad

para resolver problemas abstractos

gráficos (tipo Matrices), eliminando

la influencia del lenguaje y de la

habilidad motriz.

Dispone de dos formas paralelas, A y

B, cada una de ellas formada por

55 elementos, que pueden aplicarse

indistintamente.

Su amplio rango de aplicación (desde

los 5 a los 85 años) junto con el breve

tiempo que requiere (entre 15 y 20

minutos) y la sencillez de aplicación y

corrección la convierten en una útil

prueba para la evaluación psicológica.

www.teaediciones.com

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Madrid, 2009

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_edición)

I.S.B.N.: 978-84-7174-980-2. Depósito Legal: M-28501 - 2009.

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Printed in Spain. Impreso en España por Imprenta Casillas, S.L.; Agustín Calvo, 47 - 28043 Madrid, España.

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Tipificación del Test de Inteligencia No Verbal (TONI-2) en escolares chilenos de 5 a 8 años de edad

Tipificación del Test de Inteligencia No Verbal (TONI-2)

en escolares chilenos de 5 a 8 años de edad

Ximena Lizana Svec (1,2)_{, Cristina Lattes Peña y Lillo}(1,3)_{, Luis Martínez}(1)_{y Ramón D. Castillo}(1)

(1)_{Universidad deTalca}

(2)_{Centro del Desarrollo Infantil Going Up S.A}

(3)_{Centro de Estimulación para el Desarrollo de Infantes y Adolescentes (CEDIA)}

1. Introducción

Los individuos difieren en sus habilidades para comprender ideas complejas, adaptarse efectivamente a su medioambiente, aprender rápidamente de la experiencia, así como para superar obstáculos por medio del pensamiento. Los intentos por clarificar y organizar este complejo grupo de habilidades, han

permitido formular diversas explicaciones basadas en el concepto de inteligencia (Neisser et al., 1996;

Sternberg, 2003).

Sin embargo, los modelos y teorías que sustentan una definición de la inteligencia están lejos de constituir un paradigma unificado. Por el contrario, estos modelos son un grupo heterogéneo que varía desde los enfoques centrados en la neurobiología del cerebro hasta las teorías que enfatizan aspectos socioculturales de las conductas socialmente definidas como inteligentes (Sternberg, 1990). En este amplio espectro, existe un grupo denominado teorías factoriales de la inteligencia. Estos modelos discuten si la inteligencia está constituida por un factor general común o por múltiples factores y si estos factores son independientes o se encuentran relacionados en una estructura jerárquica (Carroll, 2003).

A partir de las puntuaciones en las sub-escalas que constituyen las distintas pruebas de inteligencia, ha sido posible observar una alta correlación entre los puntajes de las pruebas de relaciones espaciales, lógica, vocabulario, completar de dibujos y tiempos de reacción. Este recurrente hallazgo apoyaría

la noción de una habilidad general (g) que subyace al desempeño intelectual, más que un grupo de

habilidades independientes (Toga y Thompson, 2005).

Otro modelo factorial de inteligencia, divide el factor g en dos factores, la inteligencia fluida general

(Gf) y la inteligencia cristalizada general (Gc). Gc representaría el conocimiento acumulado en el curso

de la vida como resultado de la aplicación de la inteligencia fluida. Se mide con pruebas de vocabulario e información general y explicaría el desempeño en tareas cargadas culturalmente, como las tareas

escolares y el conocimiento de las normas sociales. Gf, por otro lado, sería la habilidad para pensar

flexiblemente y razonar abstractamente; la que usualmente es medida mediante de pruebas de series numéricas y analogías figurativas; tareas que tienen un componente cultural menos acentuado (Taub y Hayes, 2000; Sternberg, 2003).

Es sugerido que la inteligencia fluida es difícil de distinguir de la habilidad general o g. Por esta

razón, las pruebas que miden habilidad fluida serian idénticas a las pruebas usadas para medir g puro.

El TONI sería un ejemplo de estos tests, el cual mide la habilidad para completar una matriz figurativa abstracta (Mackinson, Leigh, Blennerhassett y Anthony, 1997; Prado, Gatica y Rojas, 1993).

Como ha sido mencionado, la medición de la inteligencia desde una perspectiva factorial usualmente implica un muestreo del desempeño de la persona en diferentes tipos tareas como una función del nivel de desarrollo (Cohen y Swerdlik, 2001). Esta metodología no ha estado exenta de críticas, porque se sospecha que la selección de tareas ha tendido a generar sesgos que favorecen a determinados grupos, ya sea por sexo, área geográfica, estatus socioeconómico o escolaridad de los padres, entre

otras variables. De esta manera, la aparente neutralidad de las medidas estandarizadas del factor g o de