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PLAN DE ACCIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRÉS, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA

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PLAN DE ACCIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRÉS, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA

PILAR A. HERRÓN Bióloga Marina, M.S.c

San Andrés Isla, Mayo 2004

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ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRES, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA

PLAN DE ACCIÓN PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO DE SAN ANDRÉS, PROVIDENCIA Y SANTA CATALINA

PROYECTO

CARIBBEAN ARCHIPELAGO BIOSPHERE RESERVE:

REGIONAL MARINE PROTECTED AREA SYSTEM CO-GM-P066646-GEF – TOC

Con la asistencia financiera y técnica de

San Andrés Islas, Mayo 2004

(3)

3

1 INTRODUCCION ... 5

2 ESTADO Y DISTRIBUCIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO ... 7

2.1 UCARETTA CARETTAU... 8

2.2 UERETMOCHELYS IMBRICATAU... 9

2.3 UCHELONIA MYDASU... 11

2.4 UDERMOCHELYS CORIACEAU... 12

3 OFERTA AMBIENTAL PARA LAS TORTUGAS MARINAS EN EL ARCHIPIÉLAGO ... 13

3.1 UOFERTA ALIMENTICIAU... 14

3.2 UOFERTA HÁBITAT DE ANIDACIÓNU... 15

4 AMENAZAS ACTUALES A LAS POBLACIONES DE TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIELAGO ... 16

4.1 UAMENAZAS NATURALES: ENFERMEDADES Y DEPREDACIÓN NATURALU... 16

4.2 UDEGRADACIÓN DE LOS HÁBITATS DE ANIDACIÓN: PLAYASU... 17

4.3 UDEGRADACIÓN DE LOS HÁBITATS DE ALIMENTACIÓN: ARRECIFES CORALINOS Y PASTOS MARINOS.U... 18

4.4 USOBREEXPLOTACIÓN DEL RECURSO Y PESCA INCIDENTALU... 18

4.5 UMECANISMOS DE CONTROL Y VIGILANCIA POCO EFECTIVOSU... 19

4.6 UFACTORES METEOROLÓGICOSU... 20

5 MARCO LEGAL VIGENTE PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS ... 21

5.1 UÁMBITO INTERNACIONALU... 21

5.2 UÁMBITO NACIONALU... 22

5.3 UÁMBITO DEPARTAMENTALU... 24

6 SOLUCIONES A LAS AMENAZAS SOBRE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO ... 25

6.1 UMANEJO Y PROTECCIÓN DE HÁBITATSU... 25

6.1.1 Hábitats de anidación ... 26

6.1.1.1 UExtracción de arenaU... 26

6.1.1.2 UIluminaciónU... 26

6.1.1.3 UEstructuras para la estabilización de las playasU... 27

6.1.1.4 ULimpieza y uso vehicular de las playasU... 28

6.1.1.5 UProyectos para la reconstrucción de playasU... 29

6.1.1.6 UVegetación de playaU... 29

6.1.2 Hábitats de alimentación... 30

6.1.2.1 UExtracción de coralesU... 30

6.1.2.2 UPrácticas de pesca destructiva en arrecifesU... 30

6.1.2.3 UDescargas de aguas servidas y residuos sólidos en el marU... 31

6.1.2.4 UTransito, anclaje de botes y dragadosU... 31

6.2 UMANEJO Y PROTECCIÓN DE LOS DIFERENTES ESTADIOS DE VIDAU... 33

6.2.1 Evaluación de los mecanismos de control y vigilancia... 33

6.2.2 Aplicación de sanciones... 34

(4)

4

6.2.5 Determinar la captura en embarcaciones de pesca industrial y artesanal... 35

6.2.6 Incrementar las poblaciones reducidas de tortugas marinas ... 36

6.2.7 Seguimiento a las poblaciones ... 37

6.2.7.1 UEventos de anidaciónU... 38

6.2.7.2 UNeonatos (recién nacidos)U... 38

6.2.7.3 UJuveniles y adultosU... 39

6.3 UFOMENTAR Y APOYAR LA COOPERACIÓN INTERNACIONALU... 40

6.4 UFORTALECER LA EDUCACIÓN AMBIENTALU... 40

6.4.1 Residentes locales ... 41

6.4.2 Pescadores ... 42

6.4.3 Turistas ... 43

6.5 UUSOS ALTERNATIVOS DE LAS TORTUGAS MARINAS COMO FUENTE DE INGRESOSU... 43

6.6 UINCREMENTO EN EL INTERCAMBIO DE INFORMACIÓNU... 44

6.6.1 Noticiero de Tortugas Marinas (Marine Turtle Newsletter)... 45

6.6.2 Red para la Conservación de las Tortugas Marinas en el Gran Caribe (WIDECAST) ... 45

6.6.3 Grupo de Especialistas en Tortugas Marinas de la UICN/SSC ... 46

7 LITERATURA CITADA ... 47

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5 1 INTRODUCCION

El Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina está localizado en el sector suroccidental del Mar Caribe entre los paralelos 10° y 18° de latitud norte y los meridianos 78° y 82° de longitud oeste de Greenwich (SIG-Coralina), constituyendo el único departamento de ultramar de Colombia (Figura 1). El Archipiélago es una de las regiones insulares más aisladas del continente Americano y está conformado por tres pequeñas islas habitadas -- San Andrés, Providencia y Santa Catalina -- y por un grupo de islotes, cayos y atolones (Figura 2). Con un área insular total de 57 kmP2P y un área marina aproximada de 300,000 kmP2P, la zona económica exclusiva (ZEE) del Archipiélago ocupa alrededor del 10% del área total del Caribe (Potter 1999) y cuenta con uno de los sistemas arrecifales más extensos y productivos del Atlántico y del país (Díaz et al. 1996).

La isla de San Andrés, posee un área de 25 kmP2P y tiene una población oficial de 61.047 habitantes -- actualmente estimada en más de 80.000 sin incluir la población flotante de trabajadores estacionales o la entrada de turistas -- convirtiéndola en la isla más densamente poblada de la región Caribe (>2,442 por kmP2P). En contraste, las pequeñas islas de Providencia y Santa Catalina constituyen una de las localidades menos degradadas ambiental y culturalmente en la región del Caribe, con un área insular de 18 kmP2P y una población de 4.140 habitantes.

Figura 1. Ubicación del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina en la región Caribe.

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6

SIG Coralina

Figura 2. Conformación del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, indicando la posición de los bancos arrecifales de Albuquerque, Bolívar, Quitasueño, Serrana, Roncador, Serranilla, Bajo Alicia y Bajo Nuevo.

En el Archipiélago actualmente anidan y se alimentan cuatro especies de tortugas marinas: Caretta caretta (tortuga cabezona, gogó o “loggerhead”), Eretmochelys imbricata (carey o “hawksbill”), Chelonia mydas (tortuga verde o “green”) y con menor frecuencia Dermochelys coriacea (tortuga baula, laúd, de cuero o “leatherback”). Al igual que en toda la región Caribe y en el mundo, las poblaciones de tortugas marinas del Archipiélago han sufrido una notoria disminución en las últimas décadas, debido principalmente a la presión ejercida por actividades pesqueras y por alteración de hábitats de anidación y alimentación. A pesar de la oferta ambiental disponible, el avistamiento de una tortuga marina en las aguas circundantes o en las playas de las islas habitadas (San Andrés, Providencia y Santa Catalina) se ha convertido en un fenómeno poco frecuente. Por el contrario las playas poco intervenidas de los cayos o bancos arrecifales del sur (Bolívar, Albuquerque) y, en mayor proporción, de los cayos del norte (Roncador Serrana y Serranilla) siguen siendo utilizadas por las tortugas hembras para actividades de anidación.

Considerando la importancia ecológica y socio-cultural de éstas especies para el Departamento, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago - CORALINA – ha tenido el propósito de diagnosticar el estado de las poblaciones de tortugas marinas y de formular estrategias de conservación y monitoreo de las especies de tortugas marinas en el Archipiélago. Durante el período 1996-1999, se llevaron a cabo estudios para evaluar la actividad de anidación en las playas de las islas e islotes del Archipiélago, con el apoyo

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7 de estudiantes tesistas y de los infantes de marina del Batallón de Infantería de Marina No.1 (BAFIM) de la Armada Nacional de Colombia, que prestan guardia de manera permanente en los cayos del sur y del norte del Archipiélago. Posteriormente, desde Agosto de 2003 y hasta la fecha (Junio 2004), se han retomado parcialmente las actividades de monitoreo de los eventos de anidación en las playas de dichos cayos con el apoyo de los infantes de marina, a través de un convenio de cooperación técnica entre CORALINA y el BAFIM. Sin embargo, la falta de rigor en la toma de datos por parte de los infantes de marina y la ausencia de acompañamiento en campo por parte de personal capacitado de CORALINA, ha generado información escasa y de baja confiabilidad.

Con respecto a la población forrajera que utiliza los ecosistemas costeros del Archipiélago para alimentarse (principalmente arrecifes coralinos y pastos marinos) McCormick (1997, 1998) realizó algunas observaciones directas en praderas de pastos marinos de los cayos del sur del Archipiélago (Bolívar y Albuquerque), en donde encontró evidencia de actividad alimenticia de tortugas carey y verde. En áreas arrecifales, se cuenta con algunos valores estimados de abundancia de tortugas marinas en tres de los cayos o bancos arrecifales del norte del Archipiélago (Quitasueño, Serrana y Roncador) y en el complejo arrecifal de San Andrés, para lo cual se contó con apoyo de algunos operadores de buceo de la isla.

A pesar de la poca información disponible, los registros sugieren que tanto la población forrajera como la anidante se encuentran reducidas y que la actividad reproductiva es entre baja y moderada para las tres especies más comunes del Archipiélago (caguama, carey y verde) y rara en el caso de la tortuga de cuero.

Las tortugas marinas han tenido un papel importante en la cultura y desarrollo socio- económico de la población de las islas y las tres especies más comunes del Archipiélago;

han sido tradicionalmente explotadas tanto para subsistencia como con fines de comercialización. Dicha explotación, además de asociarse a la tradición cultural, se ve influenciada también por la sobrepoblación en la isla de San Andrés, el creciente valor del recurso, la falta de control y vigilancia, el aumento del poder pesquero y la falta de educación y conciencia ambiental en la población (1997).

El presente Plan de Acción para la Conservación de las Tortugas Marinas del Archipiélago tiene como objetivo principal la recuperación de las poblaciones de tortugas marinas en la localidad e incluye compilar la información existente sobre el estado de las mismas, determinar el rol de las tortugas marinas a nivel cultural y económico, discutir los factores que amenazan dichas poblaciones y sus hábitats de anidación o alimentación y brindar recomendaciones concretas de manejo, que propendan por la recuperación de estas especies en la región del Caribe.

2 ESTADO Y DISTRIBUCIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO

Las tortugas marinas son reptiles pertenecientes al orden Testudines. Existen siete especies de tortugas marinas a nivel mundial, las cuales están distribuidas en dos familias:

Cheloniidae y Dermochelyidae. En la primera, se agrupan todas las especies que poseen placas córneas duras recubriendo el caparazón óseo, cuyos representantes en el Archipiélago son Chelonia mydas, Eretmochelys imbricata y Caretta caretta. La familia

(8)

8 Dermochelyidae, sin placas córneas que recubran su caparazón óseo cuando son adultos, tiene actualmente un único representante (Dermochelys coriacea), la cual se ha observado ocasionalmente en playas del Archipiélago. Las cuatro especies presentes en el Archipiélago están actualmente en peligro de extinción, dos de ellas están clasificadas internacionalmente ‘En Peligro Crítico’ (E. imbricata y D. coriacea) y las otras dos especies se consideran ‘UEn Peligro’,U de acuerdo a la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

2.1 UCaretta caretta

Esta tortuga se conoce localmente con el nombre de cabezona, caguama, ‘loggerhead’, o

‘logrit’ (Figura 3). El color de su caparazón es café-rojizo y centralmente es amarillo con naranja difuso. Su gran cabeza y fuertes mandíbulas son adaptaciones a su dieta de moluscos y cangrejos de concha dura, aunque también se incluyen tunicados, peces y plantas (Dodd 1988). Los adultos alcanzan una longitud recta del caparazón de 120 cm y pesan hasta 200 kg (Pritchard et al. 1983). Tiene cinco pares de placas laterales en el caparazón y dos pares de placas prefrontales entre los ojos (Figura 4). No existen registros sobre el tamaño de las hembras que anidan en el Archipiélago.

Wyneken J. 2001

Figura 3. Tortuga caguama o cabezona (Caretta caretta)

La tortuga caguama es la especie que más frecuenta las playas del Archipiélago para anidar, siendo los cayos Serrana y Serranilla más frecuentemente utilizados (Córdoba y López 1997, McCormick 1997, 1998, 1999). La estación reproductiva de esta especie en el Archipiélago abarca desde Mayo a Noviembre, con un pico en el mes de Junio. En una sola temporada se reportaron para esta especie entre 7 y 31 eventos de anidación durante seguimientos a la actividad reproductiva en los cayos del sur y del norte del Archipiélago realizados entre 1996 y 1999 (Figura 5) (idem). No se cuenta con datos sobre el tamaño de las nidadas. Por reportes de la comunidad local se conoce también que ocasionalmente utiliza también las playas de San Andrés y Providencia para anidar. Actualmente no se lleva a cabo seguimiento estricto a dichas playas, en donde las perturbaciones por actividades turísticas y por pesca artesanal son bastante altas.

En cuanto a la presencia de tortuga caguama en las aguas costeras del Archipiélago, se tienen reportes de avistamientos ocasionales en zonas arrecifales de los cayos del norte del Archipiélago (Serrana, Quitasueño y Roncador). En 61 horas de buceo autónomo se

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9 registró solamente un (1) individuo de tortuga caguama (Dahlgren et al. 2003).

Adicionalmente, en estudios realizados por McCormick (1997, 1998) en los cuales se efectuaron búsquedas de áreas de alimentación en praderas de pastos marinos se observaron en las aguas adyacentes al cayo Albuquerque juveniles (entre los 20 y 50 cm de longitud) de tortuga caguama. Se notó además evidencia de forrajeo en las praderas cercanas al islote, en parches de 8 mP2P aproximadamente. En estas observaciones no se registró el número de individuos por área o por tiempo de buceo, por lo cual no se puede inferir sobre la abundancia de las especies en hábitats de pastos marinos.

UNEP – CEP, 2000 (http://www.cep.unep.org/)

Figura 4. Cuadro comparativo de la morfología externa y el tamaño promedio de cinco tortugas marinas comunes en el Caribe, incluyendo las cuatro especies presentes en el Archipiélago: ‘loggerhead’ (caguama), ‘green’ (verde), ‘leatherback’

(de cuero o laúd) y ‘hawksbill’ (carey)

2.2 UEretmochelys imbricata

Es conocida comúnmente como carey o ‘hawksbill’ (Figura 6). Se distingue por un pico córneo fuerte, angosto y puntiagudo con el que captura esponjas y otros organismos de cuerpo blando que encuentra en los arrecifes coralinos. El caparazón es oval, a menudo está aserrado, y posee cuatro pares de escudos o placas laterales. Los escudos del caparazón están imbricados o sobrepuestos a manera de tejas (Figura 4). El color del caparazón es jaspeada con tonos negro, café, anaranjado y oro. El plastron es amarillo claro o blanco. Tiene dos pares de placas prefrontales entre los ojos. Los adultos

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10 raramente exceden los 80 kg y alcanzan una longitud recta del caparazón máximo de 90 cm (Pritchard et al. 1983). No existen registros sobre el tamaño de las hembras que anidan en el Archipiélago.

Figura 5. Número de eventos de anidación observados cada año en cada uno de los cayos monitoreados (Serranilla, Serrana, Roncador, Albuquerque y Bolívar) de acuerdo a los resultados de Córdoba y López (1997) y McCormick (1997, 1998, 1999). Nótese la diferencia en la escala del eje Y. Las convenciones son iguales en todos los casos.

Martínez, JC 2003

Figura 6. Tortuga carey (Eretmochelys imbricata)

La tortuga carey es la segunda especie más comúnmente observada anidando en playas del Archipiélago después de la caguama, siendo el cayo Roncador el más frecuentemente

1997

0 5 10 15 20 25 30 35

Loggerhead Hawksbill Green Leatherback

# de eventos de anidacn

1998

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Loggerhead Hawksbill Green Leatherback No id

1999

0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Loggerhead Hawksbill Green No id

especie

# de eventos de anidacn

Todos los años

0 5 10 15 20 25 30 35

1996 1997 1998 1999

Serranilla Serrana Roncador Albuquerque Bolívar

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11 visitado para este propósito (McCormick 1997, 1998, 1999). Adicionalmente, es la especie que más utiliza las playas de los cayos del sur del Archipiélago (Albuquerque y Bolívar). La estación reproductiva de esta especie en el Archipiélago abarca de Mayo a Noviembre, con un pico en el mes de Agosto. En una sola temporada se reportaron para esta especie entre 6 y 22 eventos de anidación durante seguimientos a la actividad reproductiva en los cayos del sur y del norte del Archipiélago realizados entre 1996 y 1999 (Figura 5) (idem). No se cuenta con datos sobre el tamaño de las nidadas. Por reportes de la comunidad local se conoce también que ocasionalmente utiliza también las playas de San Andrés para anidar.

Actualmente no se lleva a cabo seguimiento estricto a dichas playas, en donde las perturbaciones por actividades turísticas y por pesca son bastante altas, como se explicará más adelante.

En cuanto a la presencia de tortuga carey en las aguas costeras del Archipiélago, se tienen reportes de avistamientos ocasionales en zonas arrecifales de los cayos del norte del Archipiélago (Serrana, Quitasueño y Roncador). En 61 horas de buceo autónomo se registraron solamente dos (2) individuos de tortuga carey, uno en Roncador y otro en Serrana (Dahlgren et al. 2003). Por otro lado, en las áreas arrecifales que rodean la isla de San Andrés se reportaron cinco (5) avistamientos de tortuga carey en 67 inmersiones con buceo autónomo entre Diciembre de 2003 y Febrero de 2004. Se estima que en promedio una inmersión dura 30 minutos, lo que resultaría en un tiempo total de observación de aproximadamente 33 horas. Las cinco tortugas carey observadas oscilaron entre 20 y 60 cm de longitud total, considerándose juveniles o subadultos.

Adicionalmente, en estudios realizados por McCormick (1997, 1998) en los cuales se efectuaron búsquedas de áreas de alimentación en praderas de pastos marinos se observaron en las aguas adyacentes al cayo Albuquerque juveniles (entre los 20 y 50 cm de longitud) de tortuga carey. Se notó además evidencia de forrajeo en las praderas cercanas al islote, en parches de 8 mP2P aproximadamente. En estas observaciones no se registró el número de individuos por área o por tiempo de buceo, por lo cual no se puede inferir sobre la abundancia de las especies en hábitats de pastos marinos.

2.3 UChelonia mydas

Esta especie se conoce principalmente con el nombre de tortuga verde, ‘green’ o

‘greenback’ en el Archipiélago (Figura 7). Se reconoce por su cabeza pequeña ovalada, hocico redondeado y mandíbulas aserradas. Tiene un par de placas prefrontales alargadas entre los ojos y cuatro pares de placas laterales en el caparazón (Figura 4). El caparazón de los adultos puede ser de color marrón, verde oliva, gris o completamente negro, los escudos son brillantes bordeados de amarillo. El plastron o parte ventral amarillo cremoso o blanco. Los adultos de la tortuga blanca pueden llegar a pesar 230 kg (Pritchard et al.

1983) y generalmente miden entre 95 y 120 cm de longitud recta del caparazón. No existen registros sobre el tamaño de las hembras que anidan en el Archipiélago.

Las tortugas verdes en su estado adulto son herbívoras, ocupando de esta manera un nicho alimenticio único entre las tortugas marinas: las praderas de pastos marinos (Bjorndal 1997).

La tortuga verde es la tercera especie más común que anida en las playas del Archipiélago después de caguama y carey. Los cayos en los que se ha reportado con casi la misma

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12 frecuencia son Roncador, Serrana y Serranilla (McCormick 1997, 1998, 1999). La estación reproductiva de esta especie en el Archipiélago abarca desde Abril hasta Noviembre, con un pico en el mes de Julio. En una sola temporada se reportaron para esta especie entre 2 y 10 eventos de anidación durante seguimientos a la actividad reproductiva en los cayos del sur y del norte del Archipiélago realizados entre 1996 y 1999 (Figura 5) (idem). No se cuenta con datos sobre el tamaño de las nidadas. Actualmente no se lleva a cabo seguimiento estricto a las playas de San Andrés y Providencia, en donde las perturbaciones por actividades turísticas y por pesca son bastante altas, como se explicará más adelante.

Wyneken J. 2001

Figura 7. Tortuga verde (Chelonia mydas)

En estudios realizados por McCormick (1997, 1998) en los cuales se efectuaron búsquedas de áreas de alimentación en praderas de pastos marinos se observaron en las aguas adyacentes al cayo Albuquerque juveniles (entre 20 y 50 cm de longitud) de tortuga verde. Se notó además evidencia de forrajeo en las praderas cercanas al islote, en parches de 8 mP2P aproximadamente. En estas observaciones no se registró el número de individuos por área o por tiempo de buceo, por lo cual no se puede inferir sobre la abundancia de las especies en hábitats de pastos marinos.

2.4 UDermochelys coriacea

Comúnmente es conocida como tortuga de cuero, baula, ‘leatherback’, ‘trunkturtle’ o

‘trunkback’ (Figura 8). Es la especie que alcanza las mayores tallas entre todas las tortugas marinas, llegando a pueden pesar entre 300 y 500 kg. Es fácilmente distinguible de otras tortugas marinas porque el caparazón no posee placas córneas o escudos, sino que presenta una superficie lisa, ligeramente flexible y cubierta de piel. La piel es suave y negra y está cubierta con manchas pequeñas de color blanco. Ventralmente la coloración es similar aunque con algunas áreas predominantemente claras. El caparazón es alargado y presenta siete (7) quillas o crestas longitudinales y puede medir máximo 2.5 m de longitud recta (Figura 4). Las aletas frontales son casi tan largas como el cuerpo y son bastante fuertes.

La tortuga de cuero posee el área de distribución más extensa de cualquier otro reptil.

Gracias a la capacidad de obtener calor metabólico y a su gran contenido de grasa corporal, habita tanto en aguas tropicales como en aguas frías de Canadá y Europa. Esta especie deja sus áreas de residencia y alimentación en zonas templadas, para ir a anidar

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13 en playas tropicales y después regresar nuevamente a esas latitudes (Eckert y Eckert, 1988).

Esta especie es considerad rara u ocasional en las playas del Archipiélago. Durante el seguimiento a los eventos de anidación realizados entre 1996 y 1999 en los cayos del sur y del norte del Archipiélago (Córdoba y López 1997, McCormick 1997, 1998, 1999), solamente se registraron dos (2) nidos en playas del cayo Roncador, uno en Octubre de 1997 y otro en Noviembre de 1998 (Figura 5). No se cuenta con datos sobre el tamaño de las nidadas. Tampoco se han registrado datos anecdóticos de anidación de tortuga de cuero en playas de San Andrés, Providencia o Santa Catalina.

Figura 8. Tortuga de cuero o laúd (Dermochelys coriacea)

En cuanto a la presencia de esta especie de tortuga en aguas costeras de las islas y cayos, no se tiene conocimiento de ninguna observación directa en aguas costeras o en mar abierto en el área del Archipiélago, por parte investigadores o de la comunidad local. Lo anterior indica que la especie no parece utilizar las aguas del Archipiélago para actividades de alimentación y descanso, sino exclusivamente para reproducción y de manera muy esporádica.

3 OFERTA AMBIENTAL PARA LAS TORTUGAS MARINAS EN EL ARCHIPIÉLAGO

Las cuatro especies de tortugas marinas presentes en las costas del Archipiélago se localizan en diferentes hábitats según sus actividades y etapas de vida: playas, praderas de pastos marinos, arrecifes de coral, laguna arrecifal y aguas abiertas. Individuos neonatos, juveniles, subadultos y adultos utilizan estos hábitats para su reproducción, alimentación, refugio, desarrollo y muerte, según la etapa del ciclo de vida y según sus preferencias alimenticias.

A continuación se describe brevemente la oferta ambiental en relación a la disponibilidad de los principales ecosistemas costeros utilizados por las tortugas marinas en el Archipiélago para alimentación o anidación.

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14 3.1 UOferta alimenticia

Los hábitos alimenticios de las tortugas marinas varían de acuerdo a diversos factores como la especie, el estadio de vida, la disponibilidad y calidad del alimento, y la flora bacteriana en el tracto digestivo de las tortugas (Bjorndal 1997). Para la tortuga verde, el pasto marino Thalassia testudinum es el principal alimento en su dieta y ocasionalmente Syringodium filiforme, Halodule wrightii, esponjas como Chondrilla nucula, y diferentes especies de algas verdes y algas café. La tortuga caguama prefiere organismos bentónicos incluyendo una alta variedad de invertebrados y plantas tales como cangrejos, bivalvos, anémonas, moluscos, caballitos de mar, peces, gusanos, camarones, algas y plantas marinas. La tortuga carey, al alcanzar entre 20 y 25 cm comienza a especializarse en el consumo de esponjas también en hábitats bentónicos, principalmente arrecifales.

Finalmente, la tortuga de cuero, la especie más pelágica pues pasa la mayor parte de su vida en aguas abiertas, se alimenta exclusivamente organismos gelatinosos, como medusas y celenterados.

Las praderas de pastos marinos se distinguen por un extenso sistema de raíces y tallos, una densa cubierta de follaje, altos índices de crecimiento y una alta productividad orgánica. Sus raíces previenen la suspensión de sedimentos, estabilizando así la arena y otros sedimentos. Su alta productividad está suplementada por la de las algas asociadas y microalgas bénticas y planctónicas que proveen alimento para una gran variedad de organismos marinos. El follaje disminuye el movimiento del agua y filtra la columna de agua.

Cuando la cubierta de pastos marinos es removida, se pierden las funciones ecológicas del ecosistema y se dificulta la recolonización de los pastos en el área. Los pastos marinos pueden ser alterados o eliminados por una variedad de factores, principalmente por contaminación de la columna de agua, sedimentación y anclaje. La sedimentación resulta comúnmente del dragado o escorrentías de origen terrestre, esta última asociada a la deforestación.

El Archipiélago posee una extensión total estimada de 2.000 ha de praderas de fanerógamas (pastos marinos con presencia de macroalgas), lo cual constituye el 4.64 % de todas las áreas cubiertas por éste tipo de ecosistema en el Caribe colombiano (Invemar 2002). La mayor proporción se encuentra alrededor de Providencia y Santa Catalina (1,400 ha), mientras que en San Andrés este tipo de ecosistema cubre aproximadamente 506.24 ha (Angel 1998, González 1999). Las especies de pastos dominantes en estas praderas son Thalassia testudinum (pasto tortuga), Syringodium filiforme (pasto manatí) y en menor proporción Halodule wrightii, todos constituyentes de la dieta de la tortuga verde.

Macroalgas de los generos Halimeda, Udotea, Penicilllus, Padina, Dyctiota y Avranvillea son comunes en las praderas de pastos de San Andres y Providencia.

De otro lado, las comunidades de arrecifes de coral son también ecosistemas importantes para las tortugas marinas. Este ecosistema requiere para su desarrollo agua limpia y clara y cierto de grado de hidrodinámica, generado por el oleaje y las corrientes. Los arrecifes coralinos, especialmente los de tipo barrera, actúan como una barrera física reduciendo la energía del oleaje hacia la costa y proporcionando una fuente de arena constante para la playa. Además, proveen refugio a todas las tortugas marinas con excepción de la tortuga de cuero y es una fuente de alimentación para las tortugas caguama y carey.

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15 El área de fondos con cobertura coralina viva relevante en el Archipiélago se ha estimado en 825 kmP2P (Díaz et al. 2000), lo que constituye el 75% del área total cubierta por éste tipo de fondo en el Caribe colombiano. Como es conocido los corales duros (escleractíneos) los constructores fundamentales del ecosistema de arrecifes coralinos, el cual alberga una gran variedad de invertebrados (e.j.: moluscos, crustáceos, equinodermos), peces, esponjas y otros, brindando alimento a las especies tortuga cabezona (‘loggerhead’) y carey (‘hawksbill’). Específicamente se conoce que en los arrecifes del Archipiélago están presentes por lo menos seis (6) especies de la familia Demospongiae, que hacen parte de la dieta de la tortuga carey (Invemar 2002).

Esta oferta de hábitats de alimentación y las preferencias alimenticias descritas anteriormente, pueden explicar el hecho de que las tortugas caguama y carey son más comúnmente observadas en las aguas del Archipiélago, en comparación a la tortuga verde.

3.2 UOferta hábitat de anidación

Las tortugas marinas parecen tener algunas preferencias al momento de seleccionar una playa como lugar de anidación. Dichas características, que pueden ser usadas para establecer si una playa es apta o no para anidación, son: playas abiertas y arenosas de fácil acceso por el mar; zona media de playa (distancia entre la línea de marea alta y la línea de vegetación) relativamente amplia, sustrato bien ventilado, de baja salinidad y alta humedad pero no sujeto a inundación, ninguna o baja iluminación artificial; pendiente moderada que permita el ascenso de las tortugas y vegetación en la zona alta de la playa (Mortimer 1995 en Invemar 2002). Sin embargo, estas son condiciones generales que no siempre se cumplen simultáneamente pues cada especie tiene preferencias particulares.

Dos estudios realizados en el Archipiélago presentan un análisis detallado de la caracterización de las playas en el Archipiélago (Córdoba y López 1997, McCormick 1997).

En ellos se describen las playas caracterizando cada una de ellas con respecto a sus dimensiones, pendiente, sustrato de composición, grado de energía, flora y fauna asociada. Con base en los resultados de dichos estudios se estima que existe un total de 12,800 a 14,700 metros lineales de playas aptas para la anidación, distribuidos en 42 playas, como se resume en la Tabla 1.

Los valores que se presentan de extensión lineal (metros) de cada playa son aproximados ya que las dimensiones de las playas son bastante variables dados los procesos de erosión y acreción y la dinámica en el transporte de sedimentos de cada localidad. En general, la playas de los cayos del norte presentan mayor dinámica en sus dimensiones y perfiles topográficos, lo cual constituye un factor negativo para el éxito tanto del arribo de las hembras andantes, debido a la inclinación fuerte de la playa, como del éxito de las nidadas, que frecuentemente son arrasadas por la acción de las olas y la marea (McCormick 1997). Por el contrario, las playas de los cayos del sur presentan mayor estabilidad en sus dimensiones que las del norte, pero las tortugas que intentan anidar ahí sufren una intensa presión de caza por la mayor presencia de pescadores artesanales en Bolívar y Albuquerque.

UTabla 1.U Número de playas en el Archipiélago, su distribución por cada isla o banco arrecifal y su extensión lineal aproximada en metros lineales con base en los estudios de Córdoba y

(16)

16

López (1997) y McCormick (1997).

Isla o

Banco arrecifal Número de playas Extensión aproximada

(metros)

Serrana 3 2,120

Serranilla 2 850

Roncador 1 150

Providencia 5 2,625

San Andrés y Johnny Cay 8 5,500

Courtown o Bolivar (3 cayos) 16 1,848

Albuquerque (2 cayos) 7 613

TOTAL 42 13,706

A pesar de contar el Archipiélago con un número importante de playas, la utilización de ellas para actividades de anidación de tortugas marinas es relativamente baja si se compara con otras playas del Caribe colombiano (Invemar 2002). Como se describió anteriormente, las playas de los cayos del norte son las más utilizadas del Archipiélago para anidación, seguidas por las de Albuquerque y Bolívar. Las playas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina son actualmente poco visitadas por tortugas marinas en temporadas de anidación y los pocos individuos que aún lo hacen se enfrentan a una gran cantidad de factores que amenazan su supervivencia o la de su nido.

4 AMENAZAS ACTUALES A LAS POBLACIONES DE TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIELAGO

Diversos factores en su mayoría de origen antrópico han afectado la supervivencia de las poblaciones de tortugas marinas en toda la región del Caribe y en el mundo. A continuación se describen los aspectos que se consideran de mayor importancia para el Archipiélago y sobre los cuales podrían implementarse medidas de manejo.

4.1 UAmenazas naturales: enfermedades y depredación natural

Una enfermedad conocida con el nombre de fibropapiloma, se ha reportado en todas las especies de tortugas marinas presentes en el hemisferio occidental. Los fibropapilomas son lesiones o tumores lobulados en la piel de las regiones axilares e inguinales, entre las escamas, en la boca, en las vísceras, en la conjuntiva y en los ojos (Balazs y Pooley 1991).

Los tumores ubicados entre las aletas interfieren con el desplazamiento de los animales, haciendo la natación muy dificil. Si los tumores están localizados alrededor de la boca u ojos, la tortuga puede tener dificultades para ver, comer o respirar. Es probable que los ojos queden totalmente obstruídos, produciendo ceguera mecánica en el animal. De esta forma, la enfermedad no es sólo un problema estético, sino que también reduce y hasta elimina la capacidad de sobrevivencia de la tortuga (Balazs y Pooley 1991). Aunque existen evidencias convincentes de un origen viral de los fibropapilomas, se sugiere que su expresión puede ser la respuesta a condiciones ambientales lesivas, como parásitos, el exceso de radiación ultravioleta, susceptibilidad genética, carcinógenos químicos, contaminantes e inmunosupresión, entre otros factores (Aguirre 1998).

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17 No existen estudios específicos en el Archipiélago sobre el grado de incidencia de fibropapilomas u otro tipo de enfermedad que afecte las poblaciones de tortugas marinas.

Es recomendable efectuar un seguimiento permanente de la presencia de los fibropapilomas en las poblaciones de tortugas marinas que anidan en el Archipiélago. Los fibropapilomas pueden ser causados por agentes infecciosos, de manera que se deben de tomar medidas de precaución para prevenir el aumento de su diseminación a través de la manipulación de individuos para marcaje o medición, u otras actividades de investigación.

En cuanto a los predadores naturales se han realizado observaciones directas en campo de los principales predadores que afectan los huevos y los neonatos en su recorrido hacia el mar (McCormick 1997, 1998). Se observó solamente depredación natural por parte de cangrejo rojo y cangrejo fantasma (Gecarcinus sp., Ocypode cuadrata), observado depredando directamente sobre los nidos de tortugas en Roncador, Serrana y Serranilla. Los cangrejos perforan algunos huevos del nido dejando parte de su contenido expuesto y dando paso a la infestación por parte de insectos, hongos o bacterias.

La ausencia en los cayos del sur y del norte del Archipiélago, por ser tan remotas e inhabitadas, de otros depredadores naturales superiores como lagartos, perros, cerdos, entre otros, contribuyen al éxito de eclosión. Caso contrario de las playas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina donde abundan los animales domésticos que fácilmente pueden saquear nidos.

En cuanto a la depredación de neonatos en su recorrido por la playa y en el momento de su llegada al mar, se ha observado depredación por parte de aves playeras y marinas como tijeretas (Fregata magnificens), aves rapaces (Falco columbarius, Pandion halieatus) y piqueros (pato buzo) (Sula dactilatra, S. leucogaster) (McCormick 1998). Entre los peces se observaron diferentes especies como: barracudas, pargos, roncos, jureles, bonitos, agujas y tollos (idem).

4.2 UDegradación de los hábitats de anidación: playas

Las playas del Archipiélago han sufrido proceso erosivos que se han incrementado en los últimos años, por diferentes factores tanto naturales como antropogénicos. Entre éstos últimos se destaca la extracción de arena para fines de construcción y las ubicación de de obras de infraestructura en el borde costero, particularmente de carreteras y defensas marinas (p.ej: espolones) que afectan la dinámica natural de las aguas y del transporte de sedimentos.

Por otro lado, el uso exclusivo de las áreas de playa disponibles en las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina como zonas de recreación destinadas para el turismo, ha generado una serie de cambios en las características del sustrato en playas que históricamente eran idóneas como áreas de desove, convirtiéndolas en lugares no aptos para la anidación. En muchos casos, estas playas han perdido completamente su valor como lugares de anidación. Entre los factores más nocivos asociados con la actividad turística se destacan:

• Aumento en la iluminación artificial de áreas de playa ellas en horas nocturnas. Es conocido que el brillo de los bombillos artificiales desorienta a las hembras que salen a anidar y a los neonatos que emergen del cascarón, en su búsqueda de la superficie del mar

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18

• Las frecuentes pisadas sobre la arena por el uso intensivo de una playa turística modifican el grado de compactación de la arena y su humedad. Para ser adecuada como hábitat de anidación la arena de la playa debe ser lo suficientemente húmeda y fina para permitir la difusión de gases producidos por los huevos en incubación. Adicionalmente, debe ser “excavable” tanto por hembras adultas como por los recién nacidos, por lo cual no puede ser estar compactada.

• Eliminación y reemplazo de la vegetación, lo cual ocasiona cambios en la temperatura de la arena y por ende de los nidos, influyendo en las proporciones de sexos de las tortugas que nacen.

• Contaminación por residuos sólidos y líquidos que introduce sustancias nocivas a la arena que pueden afectar el normal desarrollo de los embriones en un nido.

4.3 UDegradación de los hábitats de alimentación: arrecifes coralinos y pastos marinos.

Las áreas de alimentación, que incluyen praderas de pastos y arrecifes coralinos han sufrido también síntomas de degradación en las últimas décadas en las zonas costeras de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, convirtiéndolos en lugares poco adecuados como oferta de alimento de especies de tortugas marinas. Principalmente se evidencian cambios en la estructura de la comunidad bentónica o constituyente del fondo -- tanto en pastos marinos como en arrecifes coralinos – por factores como:

o Daños físicos por el tránsito y anclaje de embarcaciones: las “heridas” de propelas y anclas sobre las praderas de pastos marinos o sobre una comunidad coralina tardan mucho tiempo en regenerarse.

o Contaminación de la columna de agua por vertimiento de aguas residuales e hidrocarburos: actualmente todas las aguas residuales (negras y grises) de las islas se vierten de manera directa al mar sin ningún tratamiento. La sobrecarga de nutrientes, materia orgánica y algunos residuos químicos afecta la estabilidad de los ecosistemas costeros.

o Sobreexplotación de peces y algunos invertebrados de interés comercial, lo cual crea desequilibrio en los ecosistemas y reduce la oferta alimenticia para las tortugas.

o Incremento del tráfico marítimo: el ruido del motor pueden desorientar las tortugas o lesionarlas con las hélices.

4.4 USobreexplotación del recurso y pesca incidental

En el Archipiélago hay una especial afinidad de la comunidad local por el consumo de tortugas. La carne y en menor grado los huevos se utilizan para consumo directo, su caparazón para fines ornamentales (especialmente el de carey), la sangre se toma como bebida energizante y se supone de alto valor proteico y el pene ha sido utilizado con fines afrodisíacos (Córdoba y López 1997)

En un estudio realizado a través de encuestas a pescadores artesanales en el Archipiélago (Córdoba y López 1997) se encontró que el 42.6% captura entre 1 y 10 tortugas anualmente, 6.5% entre 10 y 20, 9.83% entre 20 y 30, 9.83% entre 50 y 100, el 4.91%

entre 100 y 200 y 21.31% nunca captura. Aunque el tamaño de muestra es relativamente

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19 bajo (70 pescadores) y parte de la información puede ser sesgada, los resultados indican que efectivamente se ejerce la captura intencional de estas especies, a pesar de estar protegidas legalmente a nivel nacional e internacional.

Se conoce que ésta práctica es tradicional y ha sido ejercida durante más de 200 años por los pobladores de las islas del Archipiélago. Sin embargo, el aumento del esfuerzo de pesca con motores fuera de borda y el uso de arpones parece haber intensificado la presión por pesca (Córdoba y López 1997). Se considera también que factores como la sobrepoblación en la isla de San Andrés, la falta de control y vigilancia y la falta de educación y conciencia en la población, influyen en el incremento de la explotación del recurso.

La incidencia real sobre la supervivencia de las tortugas marinas de la pesca industrial en el Archipiélago no ha sido evaluada. Sin embargo, se conoce que la actividad pesquera tiene un impacto adicional indirecto sobre las tortugas marinas, pues se han reportado numerosos casos en Colombia y en todo el Caribe de muerte de individuos por ahogamiento al ingerir anzuelos, por enredarse en redes de arrastre o por lesiones graves producidas por embarcaciones de hélice (Ministerio del Medio Ambiente 2002, EuroTurtle 2001). El uso de redes de arrastre está prohibido en el Archipiélago (Ley 47 de 1993, artículo 38), lo cual beneficia en cierta medida las poblaciones que utilizan las aguas del Archipiélago puesto que este tipo de pesca es responsable de las mayores capturas incidentales a nivel mundial. Sin embargo, la mortalidad por ahogamiento de tortugas marinas por anzuelos de líneas de pesca también puede ser significativa.

4.5 UMecanismos de control y vigilancia poco efectivos

Los mecanismos de control y vigilancia de las entidades a cargo de este rol en el Archipiélago (Secretaría de Agricultura y Pesca, CORALINA, Instituto Colombiano de Desarrollo Rural INCODER y autoridades militares) han sido hasta el momento poco efectivos debido principalmente a la escasez de personal, de equipos para la vigilancia y al grado de importancia de los asuntos ambientales en comparación a otras problemáticas en el Archipiélago.

Actualmente, el INCODER y la Secretaría de Agricultura y Pesca realizan actividades de control en los muelles de San Andrés y Providencia, al momento de desembarco de las embarcaciones de pesca industrial y en algunas ocasiones en los puntos de las cooperativas de pescadores artesanales. Sin embargo, existe poco control a los desembarcos de pescadores artesanales independientes (no asociados a cooperativas) y a las actividades de los pescadores – artesanales o industriales -- en mar abierto.

Se tienen reportes de observaciones de caparazones y restos de tortugas en las playas de algunos cayos del sur del Archipiélago en los cuales no hay presencia de la Armada Nacional (Córdoba y López 1997, com. pers. operadores de buceo). Lo anterior indica que el producto de la pesca ilegal de tortugas en esta localidad del Archipiélago no llega a los puntos de desembarco en San Andrés y como consecuencia no es detectada por las autoridades.

En San Andrés como en Providencia y Santa Catalina se han recibido reportes verbales de capturas de tortugas marinas que intentan anidar en las playas de las islas. Dichas

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20 capturas con realizadas por los residentes del lugar con el fin de consumir la carne. Por otro lado, las violaciones frecuentes a las normas relacionadas con zonas de reserva donde se prohíbe la pesca, artes de pesca inadecuados o tallas de captura, en áreas ubicadas a poca distancia de las islas habitadas, amenaza de manera crítica no sólo a las poblaciones de tortugas marinas sino la estabilidad de los ecosistemas.

La Corporación CORALINA viene realizando decomisos de individuos de tortugas marinas capturados intencional o incidentalmente, de caparazones vacíos o de carne que está siendo comercializada. Estos casos son reportados por autoridades de control o por la comunidad local. Sin embargo, debido a la tradición cultural de consumir carne de tortugas marinas, es probable que los casos reportados sean un pequeño porcentaje del total real.

4.6 UFactores meteorológicos

Es muy común que algunas playas sufran cambios debidos a la erosión, después de una tormenta u otros factores naturales. Este es un factor de especial importancia para la supervivencia de las nidadas en los cayos del norte del Archipiélago, en donde la alta dinámica de las playas en el mejor de los casos dificulta el ascenso de la tortuga hembra y en muchos otros arrasa nidadas completas o mata los embriones por exceso de humedad o depósito de arenas.

En 1997, McCormick (1997) observó que en los cayos Serranilla y Serrana la alta variación en la inclinación por dinámica de playas ocasionó la pérdida de nidadas enteras, como efecto de la erosión marina, que arrastró varios nidos o que dañó los huevos después de varios días de incubación debido al aumento en la humedad del nido, que detiene el desarrollo embrionario por completo.

En 1998, en Serranilla se registró la pérdida temporal de una de las playas frecuentemente utilizada para anidación por tortugas marinas, debido a la alta dinámica que causan el fuerte oleaje y los vientos en esta localidad. En una época del año la pendiente de la playa fue de casi 90 grados, registrándose un caracoleo donde la tortuga no pudo subir cuesta arriba (McCormick 1998). El paso del huracán Mitch a finales de octubre por Serranilla, arrasó las playas, de las cuales para el mes de diciembre solo la playa principal se había recuperado. Debido a dicho evento se perdieron todos los nidos existentes en ese momento. El cayo Roncador presentó también durante ese año en su única playa fenómenos de erosión y depósito casi constantes, con un ciclo repetitivo de aproximadamente dos meses.

Otro factor de carácter climático se relaciona con los efectos que podría ocasionar un incremento de la temperatura de la tierra sobre las tortugas marinas y sus hábitats costeros. El incremento de temperatura se ha estimado que afectaría de varias maneras a las tortugas marinas (Miller 1997):

o Si aumenta la temperatura de la arena, se afectaría la proporción de sexos de los neonatos, conduciendo a que se produzcan más hembras.

o De aumentar el nivel del mar, se reducirá el tamaño de las islas pequeñas y alterará la forma de las playas continentales y no se conoce con precisión como reaccionarán las tortugas ante la pérdida de sus áreas habituales de desove.

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21 o Podría aumentar la frecuencia y la intensidad de las tormentas y podría cambiar los

patrones de las corrientes marinas.

o El debilitamiento de la capa de ozono con el consecuente incremento de radiaciones ultravioleta, también puede ocasionar problemas genéticos a las tortugas marinas cuyos impactos se desconocen.

5 MARCO LEGAL VIGENTE PARA LA CONSERVACIÓN DE LAS TORTUGAS MARINAS

5.1 UÁmbito internacional

Dos programas de trabajo han sido desarrollados para la protección y conservación de tortugas marinas a nivel internacional: La Estrategia Mundial para la Conservación de las Tortugas Marinas (México 1999), producto del trabajo del Grupo de Especialistas en Tortugas Marinas (MTSG) de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Esta propuesta presenta 9 estrategias o líneas de trabajo sobre diversos temas que incluyen:

investigación, manejo de poblaciones, información, educación, participación comunitaria, y financiamiento.

En noviembre de 1999 se llevó a cabo en República Dominicana la Reunión para la Conservación de las Tortugas Marinas en la Región del Gran Caribe. En esta reunión, especialistas en tortugas marinas de 27 países de la región del Caribe discutieron sobre recomendaciones y metodologías de trabajo para la recuperación de poblaciones de tortugas marinas, compiladas en la ‘Declaración de Santo Domingo’. Las acciones de conservación incluyen: colaboración e intercambio de información y tecnología, participación ciudadana, investigación, evaluación y monitoreo, estandarización de la información, desarrollar planes de manejo; políticas y legislación; financiación y recursos, sensibilización y participación comunitaria, y legislación.

La única convención internacional dedicada exclusivamente a la conservación de las tortugas marinas es la Convención Interamericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas (IAC), la cual entró en vigor cuando 8 países suscribieron el texto en mayo 2, 2001. Actualmente sólo 9 países son signatarios y Colombia no es parte de ellos.

Esta convención propone el desarrollo de acuerdos y planes de manejo regionales, tal como es el “Acuerdo Tripartita” entre Costa Rica, Nicaragua y Panamá para las tortugas presentes en sus costas y mares caribeños.

Existen otras Convenciones para la protección de fauna silvestre que apoyan jurídicamente las acciones para la conservación de tortugas marinas. Entre ellas están:

o Convención Internacional para la Prevención de la Contaminación de los Barcos, más conocida como Convención MARPOL, existente desde 1973, y su protocolo de 1978 tratan sobre la eliminación de descargas intencionales de aceite y de otras sustancias dañinas y de la reducción al mínimo de descargas accidentales. Los partidarios pueden atenerse a alguno o todos de cinco anexos relacionados con el aceite (I), líquidos nocivos llevados dentro de bultos (II), sustancias empaquetadas (III), aguas residuales (IV) y basura y plásticos (V). El Anexo V describe además al Caribe como “Area Especial”, por lo cual se aplican requerimientos más estrictos que en cualquier otra área, para así proporcionar mayor protección al ambiente marino. Colombia se ha ratificado con la Convención en los 5 anexos.

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22 o Convención para la Conservación de las Especies Migratorias de Fauna Silvestre

(Bonn 1979), cuyo número de países signatarios ha llegado a 80 pero no incluye a Colombia.

o Convención para la Protección y Desarrollo del Ambiente Marino de la Región del Gran Caribe, también conocida como la Convención de Cartagena (1983), que contiene el Protocolo de las Áreas Protegidas y Vida Silvestre (Specially Protected Áreas and Wildlife, SPAW), ratificado por Colombia en 1998. El artículo 10 del Protocolo SPAW, especifica que las Partes “lleven a cabo planeación del manejo y recuperación, y otras medidas que tengan como efecto la sobrevivencia de las especies [en peligro o amenazadas]” y regulen o prohíban las actividades que tengan “efectos adversos en tales especies o sus hábitats”. El Artículo 11 del Protocolo SPAW declara que cada Parte “debe de asegurar la protección y recuperación totales para las especies de fauna listadas en el Anexo II”. Las seis especies de tortugas marinas que ocurren en el Caribe fueron incluidas en el Anexo II en 1991.

o Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) (Washington 1973). Mediante la 17 del 31 de Agosto de 1981, Colombia ratificó los acuerdos de esta Convención, que promueve reglamentar de manera estricta el comercio de especies que se encuentran en peligro de extinción, con el fin de evitar una utilización que sea incompatible con su supervivencia. CITES no regula o controla ningún aspecto sobre el uso de las especies a nivel de cada país, incluyendo a las tortugas marinas. Tales regulaciones deben ser promulgadas por el gobierno nacional.

o Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), firmada en Diciembre de 1982.

o Convención sobre Diversidad Biológica (CDB), suscrita en Río de Janeiro en 1992 y ratificada en Colombia por la ley 165 de 1994.

o Convenio para la Protección de Humedales (RAMSAR) ratificada en Colombia en 1997

o Código de Conducta para la Pesca Responsable, FAO (1995) 5.2 UÁmbito nacional

Colombia cuenta con instrumentos jurídicos nacionales que apoyan la protección y conservación de las tortugas marinas, además de algunos planes de manejo que se han elaborado en las últimas décadas. Entre las herramientas jurídicas nacionales están:

La Resolución 167 del Inderena que prohibió le ejecución de pesca con redes de arrastre en distancias menores a una milla náutica (1852 metros) de todas las costas, islas y cayos del territorio colombiano. Desde 1977 existe una veda nacional para la captura de tortuga carey (Eretmochelys imbricata) en todo el territorio nacional, por Resolución 1032. El Código Nacional de los Recursos Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente (Decreto 2811 de 1974) y su reglamentación en materia de fauna silvestre (Decreto 1608 de 1978), en la cual se establecen reglas y requisitos mínimos para el aprovechamiento de la fauna silvestre y sus derivados y se fijan prohibiciones generales como la de saquear nidos y neonatos de los animales, acosar a hembras andantes, destruir o deteriorar áreas de reproducción. El Acuerdo 021 de 1991 del Inderena, estableció normas de protección específicas para todas las especies de tortugas marinas, así como para las playas de anidación y áreas de forrajeo.

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23 Existen también varias resoluciones del INPA (Instituto Nacional de Pesca y Acuicultura), como la No. 108 de 1997, la No. 157 de 1993 y la 107 de 1996, que prohíben el aprovechamiento de tortugas marinas provenientes de capturas incidentales durante faenas de pesca de camarón y establecen la obligatoriedad en el uso de los dispositivos excluidores de tortugas marinas (DET’s) en redes de arrastre en el Caribe y en el Pacífico colombianos. En algunas zonas del país, como en la costa de Guajira y Magdalena, se han establecido también vedas de carácter regional a la captura y comercio de tortugas marinas (Resoluciones No. 2879 de 1995 de Corpoguajira y No. 1644 de 1998 de Corpomag)

Entre los planes de manejo, se cuenta con el Plan Nacional para la Investigación y Conservación de las Tortugas Marinas, elaborado por el INDERENA en 1986, cuyos objetivos fueron muy similares a aquellos formulados en los dos (2) programas internacionales mencionados anteriormente (Estrategia Mundial y del Gran Caribe).

Después de los documentos propuesta del Plan Nacional para la Conservación de las Tortugas Marinas y Continentales con Distribución en Colombia elaborado por Ceballos 1996 - y el Plan de Acción para la Conservación de las Tortugas Marinas del Caribe Colombiano, - Ministerio del Medio Ambiente 2000 -), el Ministerio del Medio Ambiente (2002) publicó el Programa Nacional para la Conservación de las Tortugas Continentales y Marinas en Colombia, presentado y concertado en el I Taller Nacional sobre Manejo y Conservación de las Tortugas Marinas y Continentales realizado en noviembre de 2001, en Dibulla, Guajira. En el Programa se propone un Plan de Acción para la Conservación de las Tortugas Marinas en Colombia, el cual contempla cinco líneas de acción, cada una de ellas con sus objetivos particulares (Tabla 2):

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24

UTabla 2.U Líneas de acción y objetivos del Plan de Acción para la Conservación de Tortugas Marinas

LINEAS DE ACCION OBJETIVOS

Investigación y Monitoreo de Poblaciones o Generación de conocimiento para conservar, manejar y estabilizar las poblaciones de tortugas marinas

Manejo Sostenible o Formular e implementar planes de manejo

o Promoción de practicas de manejo sostenible de las tortugas marinas o Disminuir el uso no sostenible de las

tortugas marinas.

Educación Ambiental y Participación

Comunitaria o Fortalecer los programas de educación

ambiental y participación comunitaria, dirigidos hacia la conservación de tortugas marinas.

Información y Divulgación o Generar mecanismos de información y divulgación sobre aspectos relacionados con tortugas marinas.

Gestión y Fortalecimiento Institucional o Fortalecer la capacidad de gestión y cooperación para la implementación del Plan de Acción para la conservación y manejo de las tortugas marinas.

5.3 UÁmbito departamental

A nivel del departamento Archipiélago, se cuenta con cierta normatividad alusiva específicamente a la protección de hábitats de importancia para la supervivencia de las tortugas marinas y en dos casos a la regulación de artes de pesca que pueden afectar la supervivencia de las tortugas marinas. Se destacan los siguientes instrumentos jurídicos:

o Ley 47 de 1993, en su artículo 28 prohíbe la extracción, el transporte, el almacenaje, la venta o el uso de la arena y de los recursos naturales de las playas, los arrecifes o del fondo del mar dentro del Archipiélago del San Andrés. En el artículo 38, el uso de las redes del sistema, las redes de papada, las jábegas o las redes barrederas, las redes de círculo y la dinamita se prohíben en todo el territorio del Departamento.

o La Resolución 1021 de 1995 del Ministerio del Medio Ambiente, establece y delinea el Parque Nacional Natural de Providencia laguna de McBean localizado en la costa nordeste de Providencia, único Parque Nacional en el Archipiélago. El parque cubre 995 hectáreas, 905 de las cuales son marinas, e incluye el área del Manglar de McBean, una sección de la barrera coralina asociada con la laguna y las praderas de pastos marinos.

o La Resolución 151 de 1998 de CORALINA, establece que las playas del Archipiélago son zonas de especial protección y reglamente los usos permitidos y no permitidos en ellas. Tienen relevancia para la conservación de las tortugas la prohibición de de las siguientes actividades: construcción de nuevos establecimientos comerciales, parqueadero y tránsito de vehículos, la utilización de maquinaria para limpieza u otros fines y la inadecuada disposición de basuras. Adicionalmente, se establece que se mantenga la vegetación propia de la playa.

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25 o La Resolución 170 de 1998 de CORALINA, presenta las medidas para la regulación

de la pesca con arpón en el Archipiélago. Prohíbe el uso del arpón o de un instrumento similar, a excepción de los pescadores artesanales que han practicado tradicionalmente la pesca con arpón a pulmón (sin tanque), quienes deben estar certificados como tal. La pesca artesanal con arpón, sin embargo, están prohibidas en ciertas áreas de los complejos arrecifales de San Andrés, Providencia/Santa Catalina, cayos del sur y del norte del Archipiélago, que son descritas en la Resolución.

o Acuerdo No 041 del 18 de Septiembre de 2001 y Resolución No. 161 del 7 marzo de 2002 CORALINA, por medio de las cuales se reserva y alindera el Parque Regional Johnny Cay y todo el complejo arrecifal y marino que lo rodea.

o Acuerdo No 042 del 18 Septiembre de 2001 CORALINA, por el cual se declara, reserva y alindera el Old Point Regional Mangrove Park en la isla de San Andrés.

o Declaratoria en Noviembre de 2000 del Archipiélago del San Andrés, y las aguas del Archipiélago, como Reserva de la Biosfera “Seaflower” bajo el Programa El Hombre y La Biosfera (MAB) de la UNESCO. Como medida de implementación de la Reserva de Biosfera en el área marina, CORALINA está en el proceso de implementar -- con la participación de la comunidad local -- un sistema de áreas marinas protegidas para usos múltiples en el Archipiélago que incluirá zonas de conservación (prohibición de usos extractivos específicamente y en algunos casos de usos no extractivos también). Dicho sistema espera ser establecido en el transcurso del 2004.

6 SOLUCIONES A LAS AMENAZAS SOBRE LAS TORTUGAS MARINAS DEL ARCHIPIÉLAGO

A continuación se describen algunas estrategias con el fin de dar solución a la problemática actual de las poblaciones de tortugas marinas, teniendo en cuenta los lineamientos del Plan de Acción para la Conservación de las Tortugas Marinas en Colombia (Ministerio del Medio Ambiente 2002), las condiciones particulares del Archipiélago y los esfuerzos que se realizan actualmente en otras partes del Caribe para la conservación de las tortugas marinas (Planes de Acción para la Recuperación de Tortugas Marinas elaborados por Widecast para diversas localidades del Caribe). Las estrategias son resumidas de manera más clara, indicando los actores responsables y el tiempo estimado para su implementación en el Anexo 1.

6.1 UManejo y protección de hábitats

Para conservar las poblaciones de tortugas marinas, es necesario que los hábitats de los cuales ellas dependen estén protegidos. La protección del hábitat importante para la sobrevivencia de las tortugas marinas debe ocurrir dentro de un marco de manejo integral de las zonas costeras y marinas, tal y como lo contempla el sistema de áreas marinas protegidas que propone implementar CORALINA actualmente.

Anteriormente se identificaron y describieron los hábitats de especial importancia para las tortugas marinas en el Archipiélago. A continuación se darán recomendaciones y estrategias para la preservación a largo plazo de estos hábitats, indicando las entidades o actores que podrían estar involucrados en la ejecución de las recomendaciones.

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26 6.1.1 Hábitats de anidación

Las tortugas marinas para desovar regresan al área donde ellas emergieron como neonatos. El desarrollo costero, la colocación de muros de contención en la playa, la extracción de arena y la actividad en o cerca de una playa de anidación, pueden reducir o eliminar la capacidad de la playa para sostener la anidación de las tortugas marinas y la incubación exitosa de los huevos.

Actualmente, las playas de San Andrés y Providencia, no son frecuentemente utilizadas por tortugas marinas para anidación. Además de la presión por pesca que sufren las hembras que intentan anidar en ellas, las condiciones actuales de estas playas han cambiado significativamente en los últimos 30 años debido al crecimiento urbanístico y de la industria turística en el Archipiélago. En el caso de San Andrés, las principales y más largas extensiones de playa son las más apetecidas por visitantes y residentes para actividades recreativas y para la práctica de deportes náuticos. En este sentido y teniendo en cuenta la importancia del turismo para la economía de las islas, las recomendaciones que se plantean a continuación constituyen un ideal para la recuperación de las poblaciones de tortugas marinas en la localidad, pero deberán ser aplicadas de manera selectiva y/o gradual en las diferentes playas, de acuerdo con el grado de impacto que generen en términos socio-económicos.

Con el fin de frenar o disminuir al máximo el proceso de degradación de las playas del Archipiélago, se plantean las siguientes recomendaciones:

6.1.1.1 UExtracción de arena

En el Archipiélago, la playa es un recurso de alta importancia para la recreación de residentes y turistas, y sirven como una barrera física de protección del borde costero al disipar la energía del oleaje y de posibles tormentas, protegiendo así la infraestructura costera. Desafortunadamente y a pesar de la normatividad vigente (Ley 47 de 1993), la remoción de arena de las playas con fines de construcción acelera los procesos erosivos de las playas. En muchos casos, la vegetación costera que estabiliza la arena se pierde por efecto de la marea y grandes áreas de playa se pierden temporal o permanentemente.

Con esta pérdida, se reduce no sólo el potencial de la costa como oferta turística o recreativa sino también las funciones ecológicas como soportes de vida para diversidad de especies como las tortugas marinas.

Se recomienda específicamente que se fortalezcan las acciones de control y vigilancia relacionadas sobre la extracción ilegal de arena y que se involucre más activamente a la comunidad en ésta labor a través de campañas educativas sobre la importancia ecológica y socio-económica de la estabilidad de las playas.

Actores involucrados: Capitanía de Puerto, Gobernación, Alcaldía de Providencia, CORALINA, entidades educativas, SENA.

6.1.1.2 UIluminación

Los tortuguillos o neonatos de las tortugas marinas se dirigen hacia el mar orientándose mediante el brillo del horizonte marino (Mrosovsky 1972, 1978). Cuando las luces artificiales, como las comerciales, residenciales, de seguridad o recreación, brillan en una

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