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Stefanie Caruakino

Academic year: 2022

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La mosca soldado por Marcio Veloz

Stefanie Caruajulca Estudiante

Mario Veloz Maggiola, narrador, crítico literario, arqueólogo y antropólogo, algunas de las materias que más destacan a este singular escritor, que refleja en sus escritos la trascendencia de la historia dominicana y algunos de los temas más controversiales en su sociedad. Ha sido reconocido con un sin número de premios nacionales por sus obras.

Algunos de estos premios son: Premio Nacional de Novela con El buen Pastor y La biografía difusa de Sombra Castañeda, Premio Nacional de Literatura y premio de Feria Nacional del Libro con Trujillo. Parte de sus obras fueron traducidas a diferentes idiomas como inglés, francés, italiano y alemán

Este escritor dominicano que ganó el Premio José Maria Arguedas con La mosca soldado, uno de los reconocimientos más importantes de Casa de las Américas, es considerado unos de los escritores contemporáneos más prolifero y difundido de la República Dominicana.

Esta obra mezcla la arqueología y la Literatura de una forma consistente, demostrando que mediante palabras se puede rescatar la historia perdida de generaciones, que solo lo pude revelar aquellos descubrimientos enterrados por siglos.

Mario Veloz dejo estos escritos la importancia de ambos, resaltando los aspectos de su forma de manejar el tiempo. Este aspecto logra manejar sus propios conceptos e ideas, acerca de su teoría cultural como arqueólogo y antropólogo.

Con un título característico, viene a reconstruir un tiempo conde el misterio, dioses, las tradiciones y el ser humano intentan defender la mítica integridad de su existencia.

Esta singular obra comienza en un ambiente familiar, entre amigos que a través de años han sido testigos de los hechos extraordinarios de un bello descubrimiento para la humanidad, pero que sin nadie que

haya logrado contar la historia, se ha perdido en el tiempo.

Dándose cuenta de ello, El profesor y Eduardo deciden recrear los acontecimientos que vivieron mientras estudiaban los hallazgos arqueológicos de “El Soco”, junto a sus deslumbrantes memorias de ese bello poblado donde acamparon y en donde revivieron las costumbres de antaño.

Tambores y ocarinas, costumbres y leyendas, religiones y creencias. El eje del encuentro entre españoles y las Antillas. Un paisaje donde deambulan mariposas negras, misteriosos murciélagos y moscas soldado, el centro del misterio y la clave del hallazgo.

“-Querido profesor, debes contar la historia. Si se nos ha hecho imposible publicar el informe final luego de tantos años, tenemos el derecho de que narres la historia, la historia para ti y para mi igualmente verdadera. Ya estamos viejos y a los viejos la crítica no nos afecta.

Además, nadie supondría que los que narras, siendo tan ilógico, pudieran ser real. De todas maneras, salvaríamos nuestro honor. Para eso sirven las literaturas. ¿No lo crees?”

Así es como comenzó todo, aferrándose al recuerdo que vive en ellos y la responsabilidad que tienen de llevar ese secreto a la luz, comienzan a evocar los sucesos que acontecieron durante esos días.

Para todo el mundo, El Soco había quedado paralizado en un tiempo de goma, laca, chicle y gelatina; estirado y sin perspectiva. Un lugar olvidado, donde la brisa camina tranquila junto con el olor de sábila, miel y la vaselina olorosa que utilizaban en los campos.

Esta maravillo aldea escondida guardaba a los descendientes de las antiguas Batallas, considerados como negros de “segunda categoría”. Entraron al país con ingenio en los años 30, colmados con sus tradiciones congas.

Fueron creadores de las primeras huelgas.

Cortando caña para ejecutarlas, muchos fueron deportados e impedidos de vivir en el país porque representaban un peligro. Pero un peligro para la injusticia que había dentro.

En ese lugar, donde la brisa corría despacio, nuestros protagonistas se encontrarían con

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La mosca soldado por Marcio Veloz

música, costumbre y modalidades de vida diferentes a la ciudad capital. El sonido penetrante de los tambores mezclado con los silbidos, parecidos a las flautas del barroco europeo, lo envolvió. Tuvieron que comenzar a acostumbrar a distinguir entre los ruidos de la naturaleza y la música del ambiente. Un día predominaba la música que se apoyaba en el timbal y los palos golpeados, como queriendo resucitar el tiempo perdido y otro día, el sonido de un instrumento lejano, parecido a la flauta, apaciguaba la respiración de la noche, como si embrujara a quien la oía. Allí estaba vigente la eterna sofocación rítmica.

Para el profesor, “la música es la palabra sonora de la naturaleza misma, lo que define lo que ha hecho la gente durante siglos. Define lo que está llevando a cabo, lo que goza y lo que sufre. Define lo que el corazón siente”

Esta singularidad del ambiente, que ningún frío texto universitario contenía, porque la arqueología no tiene alma sensible, según los regímenes de la ciencia, es lo se va rescatando con cada palabra que se va relatando en la obra.

El Soco cambio definitivamente su estilo de vida, ayudándoles a desechar los datos típicamente materiales, o por lo menos eso hizo con el profesor.

“Estoy convencido que misterio es uno de los envoltorios de la realidad”

Frente a el proyecto del grupo, el mundo animal del el Soco parecía competir para que le diera un lugar importante. Todo en ese lugar parecía formar parte de un entorno mágico, en completa armonía. En el cual cada quien quiso destacarse de modo excepcional.

Nuestro profesor lo pensó así. Como que cada animal guarda parte de la historia que ha pasado de generación en generación. Esos conocimientos de antaño que se van expresando con cada movimiento y chillido.

“El pasado que navega durante todo el trayecto vital de esas especies”

Durante el Atardecer, el cielo del el Soco se llenaba con amigables murciélagos verdinegros, que chocaban con los cantarais y vasijas, en busca de agua.

Pero lo que en verdad caracterizo estos hallazgos fue las mosca soldado, presentes en la escena de las excavaciones, todo el tiempo.

Aunque al principio su presencia no era más que sinónimos de molestia, con el tiempo llegan a tomar uno de los papeles más importantes del descubrimiento. Pudiendo ser un adorno de una cara del tiempo.

“Ellas forman parte de la experiencia extraña que solo la ciencia, los libros, el estudio, pudo darnos y que la terminaría aclarando”

A lo largo del margen del rio, entre los lodazales y pantanos se encontraban restos de alfarería, huesos humanos dispersos, pero lo más impresionante era el despliegue de conchas y cenizas. La evidencia de pisos aplanados por los constructores de los bohíos y de huecos redondos en la parte más dura del terreno revelaba que el mismo lugar se había levantado sucesivamente varias viviendas.

Una secuencia en las zonas destruidas por los saqueadores les informo desde un principio que el lugar había sido ocupado por largo tiempo, fragmentos utensilios no eran otra cosa que la muestra de una febril actividad vital, en las que tomaron parte casi todos los habitantes del poblado.

“Me doy cuenta que el pasado se arrincona en muchos lugares, lo busca, juega a las escondidas, la memoria lo trae… La memoria lo arrastra como un buey de carretera arrastra la carga de caña de azúcar”

Artefactos reunidos. Son como páginas en blanco para que se transforman en una novela, un retrato de lo que fue o pudo haber sido. Reconstruyendo lo que una vez el hombre modifico para también edificar su propio presente, que ahora forma parte de nuestro pasado.

Uno de los primeros descubrimientos que encontraron, fue la tumba de una mujer junto con un pequeño niño. Tomando en cuenta en cómo se llegaron descubrir, se categorizaron estos dos personajes como Madre e hijo.

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La mosca soldado por Marcio Veloz

Escribir la reconstrucción de ese pasado fue difícil en ese tiempo, ya que luego de las crisis económicas de los años 70, las ciencias humanas retrocedieron, y los arqueólogos fueron vistos como descendientes de Indiana Jones. Esta obra quiso reconstruir el pasado para demostrar hasta donde el arqueólogo es aún historiador y no solo el portador de una ciencia auxiliar secundaria.

En esencia esta obra puede revelar a partir del análisis literario de esta obra, como la arqueología puede generar un discurso de pertinencia y pertenencia del patrimonio, una mirada a la vida cotidiana, el patrimonio y las relaciones sociales.

“El Soco pudiera definitivamente quedar sellados, a mi modo, en una novela, en un relato, en alguna confesión escrita de esas que ahora gana premios y se venden como novelas literarias”

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