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Medicina y Terapia de La Risa - Ramón Mora Ripoll

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Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.

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© Ramón Mora Ripoll, 2010

© EDITORIAL DESCLÉE DE BROUWER, S.A., 2010 Henao, 6 – 48009 BILBAO

www.edesclee.com info@edesclee.com

Impreso en España – Printed in Spain ISBN: 978-84-330-2388-9

Depósito Legal: BI-803/2010 Impresión: RGM, S.A. – Urduliz ePub: Publidisa

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"Antes de seguir los consejos o practicar los ejercicios propuestos en este manual, se recomienda que consulte a su médico sobre la conveniencia de los mismos, especialmente si padece alguna enfermedad o discapacidad. Los editores y el autor de este libro no se hacen responsables de ningún tipo de daño o lesión que pueda resultar de la práctica de los ejercicios incluidos en este libro, o de la utilización de cualquiera de los métodos terapéuticos aquí descritos o mencionados".

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Agradecimientos

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Quiero dar las gracias y dedicar mis mejores risas a todas las personas y circunstancias que han hecho posible que esta publicación vea finalmente la luz.

A mis padres, quienes en primer lugar me dieron nacimiento en la calle más "alegre" de Barcelona, la calle Alegre de Dalt, en el actual distrito de Gracia, y que posteriormente han ido siendo también responsables y copartícipes de muchas otras gracias, alegrías y risas (¡cuántas gracias juntas!).

A mis hijos gemelos Ricard y Robert,o Robert y Ricard, por su más que doble fuente inagotable e ilimitada de juegos, imaginación, creatividad, proactividad y tremenda energía e ilusión para vivir y compartir. También por preferirme como su cuenta-cuentos favorito durante años y, además, por disfrutar juntos de otras muchas representaciones y espectáculos cómicos y circenses improvisados en el comedor de casa. ¡Cuánta risa y diversión se acumulan entre sus paredes!

A Bea, porque se acordó del poder de mi risa en un momento muy especial y ello fue el detonante de buena parte de todo lo que vendría después.

A Josep Maria, por su valiosa colaboración y entusiasmo al inicio de mis primeros "talleres de la risa" a lo largo de la geografía española, experimentando y difundiendo el valor terapéutico de la risa entre los profesionales de la medicina de atención primaria.

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A FUFOSA, Fundación para el Fomento de la Salud (www.fufosa. org) y, en especial, a Joyma y Gloria, por la toda la confianza y el soporte técnico y logístico necesarios para la organización y continuidad de dichos talleres durante casi dos intensos años consecutivos.

A Mari Cruz (www.maricruzgarcia.com), mi guía y consejera más cercana, a quien tuve la fortuna y el lujo de conocer posteriormente, y aprender con ella, en mi afán por vivenciar la risa desde otra perspectiva más holística, emocional y espiritual; por su exclusivo carisma; por toda su exhaustiva experiencia y conocimientos acumulados durante más de 25 años y que ha sabido transmitirme con extremo cariño y sensibilidad. Y por todos los proyectos en que hemos podido colaborar y seguimos trabajando juntos, tanto desde la Organización Mundial de la Risa

(www.organizacionmundialdelarisa.com), con sede en

Barcelona, como desde la primera escuela en España dedicada al estudio de la dinámica y terapia de la risa, la Escuela Salud Inteligente, con sedes en Barcelona y León ( www.risa-saludinteligente.com), de las cuales Mari Cruz es su fundadora.

A Andreu, alma de la Escuela Salud Inteligente de Barcelona, apasionado de la risa y maestro y conocedor de un número ilimitado de juegos y dinámicas para reír que no tienen precedente, por creer en mí y darme oportuno apoyo y reconocimiento en momentos muy clave.

A Madan (www.laughteryoga.org), fundador de los clubes de la risa en la India ("yoga de la risa"), por haberme orientado e inspirado profundamente, tras una conferencia europea en Palma de Mallorca, en mi particular camino y visión de la risa incondicional y sin fronteras.

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School of Laughter Yoga, por compartir, aun a gran distancia y diferencia horaria, mucha de la misma experiencia vital y transformación a través de la risa. Tenemos pendiente encontrarnos en algún lugar y conocernos personalmente. Quizás pueda ocurrir este verano1. "All smiles", como él suele añadir al pie de sus correos.

A Clara, gran amiga y compañera de trabajo en dos ocasiones consecutivas en dos empresas distintas, por apreciar y recomendar el valor terapéutico de mi risa y reclamarme en consecuencia frecuentes y repetidas dosis de "risoterapia"; y por hacerme vibrar y descubrir nuevas emociones en su otra sorprendente, fascinante e inimaginable faceta como cantante y actriz de musicales.

A Cristina, por ser exactamente como es, única e irrepetible, por su constante apoyo en el desarrollo de mi carrera profesional más reciente y también por todo su soporte personal incondicional en momentos de grandes cambios.

A Isabel, por las incontables horas de risa franca que, tanto en persona como a distancia, juntos hemos rimado y deleitado (y todavía seguimos) desde que en un verano agitado, en Folgoso "el hermoso", todo fue empezado, y por hacerme descubrir en consecuencia el impacto y la aplicabilidad práctica de la "poesía de la risa". ¡Compartimos una colección realmente única de poemas improvisados y de prolongadas risas espontáneas!

A todas las personas, familiares y amigos, profesores y alumnos, compañeros y colaboradores, vecinos y conocidos, no querría olvidarme de ninguno, que han experimentado en alguna ocasión la "medicina/terapia de la risa" o que han compartido sus efectos y beneficios conmigo.

A todos los importantes personajes a través de la historia que han meditado, disertado, investigado y trabajado previamente en las

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distintas "ciencias de la risa"; sin sus observaciones habría sido casi imposible la elaboración de esta obra.

A todas las grandes pequeñas cosas y detalles de la vida, del día a día. En muchas ocasiones me han proporcionado mucho más recreo, regocijo, deleite y risas de lo que uno podría imaginar.

Y por supuesto a ti, risa, en todas tus formas y manifestaciones, por haber otorgado tanto valor y sentido a mi vida.

1. Finalmente el encuentro fue posible en Toulouse (Francia) a finales de julio de 2009.

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Prólogo

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I

La experiencia de la risa ha tenido y sigue atesorando un creciente y profundo impacto en quien soy actualmente. Estudié medicina y tras finalizar el grado de licenciatura, con un interés inicial más investigador que asistencial, tuve la oportunidad de entrar a formar parte del profesorado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, donde había sido estudiante. En poco tiempo, la explosiva mezcla de docencia e investigación en el Departamento de Salud Pública acabó por seducirme totalmente y dirigir mi carrera profesional. Más de diez años transcurrieron en este entorno clínico y universitario, completando mi formación especializada y expediente académico, y consolidando mi experiencia docente e investigadora. No obstante, mis cuerdas vocales no soportaron tantas horas de oratoria (y de risas) en los incontables cursos, clases, seminarios y demás presentaciones que llegué a realizar en todo ese fructífero período. Tras la intervención quirúrgica, que coincidió con el final de mi etapa laboral universitaria, fue tremendamente emotivo experimentar cómo recobraba, casi a la velocidad de la luz, mi ya olvidada voz anterior y, en particular, mi risa, después de más de un año en continua disfonía. Varias semanas con sesiones de logopedia completaron la recuperación, que fue más que un éxito. Aprendí a "colocar" mi voz y mi risa de siempre para ejercitarlas ahora con menor fatiga y maximizar su rendimiento. Pocos años después, intensamente inmerso en la vorágine de reuniones, desplazamientos, congresos, viajes y ritmo frenético de una compañía farmacéutica

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multinacional, fue cuando descubrí el impacto real de mi risa en este nuevo entorno laboral y personal. Sorprendido, fascinado y conmovido por dicha revelación, me di cuenta de que la risa no había cambiado mi vida. Fue mucho mejor que esto, me había ido cambiando principalmente a mí. Todo ello ocurría hace algo más de seis años. Esta publicación es la evidencia y el resultado de lo que ha ido sucediendo desde entonces.

II

Víctor Borge, el famoso humorista danés afincado en Estados Unidos, decía que "la risa es la distancia más corta entre dos personas". La risa es, efectivamente, una herramienta poderosa para mejorar la comunicación y las relaciones sociales. Asimismo, la risa ha demostrado poseer un valor terapéutico (o más de uno); sin embargo, suele estar infrautilizada, devaluada y malentendida en el entorno sanitario y sociolaboral en general. En exceso identificada con el humor, la risa se reserva frecuentemente para aspectos más frívolos y situaciones divertidas o graciosas. Por un lado, los profesionales sanitarios tienden más bien a ser prudentes si se trata de reír con sus pacientes. Nuestro entorno educativo implica que el acto médico es un proceso serio. La frivolidad es cuestionable porque los pacientes, y quizás los propios colegas de profesión, podrían llevarse una idea equivocada. La diversión no suele tener cabida en una relación terapéutica. ¿Cómo debería entenderse la risa en dicho proceso cuando se presupone un marco de trabajo tan responsable y formal? Por otro lado, cuando se toman las cosas excesivamente en serio se acaba desarrollando una "visión de túnel", la cual puede limitar y distorsionar la percepción de la realidad. Es perfectamente compatible trabajar seria y tenazmente y a la vez ser algo más "informal" para uno mismo y para los demás. Por ejemplo, la risa puede ser un canal útil para expresar rabia y hostilidad de un modo mucho más aceptable socialmente. Pero hay que tener también muy

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en cuenta que los efectos de una risa inadecuada pueden ser devastadores. En particular, el humor y la risa resultarán contraproducentes cuando magnifican distancias en un relación cualquiera, infravaloran o menosprecian o se usan fuera de tiempo o de lugar.

Para aplicar o ejercer la "medicina y terapia de la risa" no se tiene porqué ser humorista, comediante, mago o malabarista de la diversión en la consulta. En realidad, tiene muy poco que ver. Afortunadamente, la risa no se desencadena o experimenta exclusivamente a través del humor (bromas, parodias, pantomimas, chistes o "espectáculos cómicos" en general). La risa es mucho más que eso. Es un sentimiento de pleno deleite de que la vida es divertida. Es facilitadora de las relaciones sociales y laborales. Es energía positiva y también espiritual. Es una práctica y un estilo de vida saludable, con beneficios fisiológicos y psicológicos avalados por datos empíricos. Y se puede aprender a reír o a ensayar la risa a voluntad para experimentar todos sus efectos. Según el psicólogo William James, "no reímos porque somos felices; somos felices porque reímos". Por todo ello, la risa merece una atención especial, tanto en el entorno sanitario, como en el comunitario, social, laboral, familiar e incluso individual. Tan sólo el reconocimiento de que la risa es importante es ya un buen comienzo. La finalidad de esta obra es revisar el valor terapéutico de la risa y proporcionar algunas herramientas básicas para emplear "medicina y terapia de la risa" a nivel individual y en la comunidad, a modo de guía práctica de aplicación fundamentalmente preventiva y sociolaboral. Este manual está preferentemente dirigido a profesionales sociosanitarios y otros profesionales, profesorado y estudiantes de ciencias de la salud, ciencias sociales y otras, aunque también puede ser de utilidad para el lector en general que estuviera interesado.

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Introducción a la medicina y

terapia de la risa

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3.1. UN BREVE RECORRIDO HISTÓRICO

La idea de que la risa se asocia a determinados beneficios de salud no es nueva y se viene practicando desde hace mucho tiempo en la medicina (los primeros vestigios se encontrarían en la antigua China e India). Sin embargo, durante las últimas décadas han proliferado diversas terapias e intervenciones clínicas relacionadas con el humor y la risa, y el estudio científico de estos fenómenos ha generado un considerable interés mediático y público. Existen numerosas referencias en los medios populares de comunicación que proclaman los supuestos beneficios físicos, emocionales, sociales y espirituales de la risa, aunque en frecuentes ocasiones se han prestado a la palabra fácil y al empleo oportunista, careciendo del necesario rigor científico que debe caracterizar a toda medicina basada en datos empíricos, en hechos, en la "evidencia". Una simple búsqueda en Internet (por ejemplo, utilizando las palabras clave: risoterapia, "laughter", entre otras muchas) nos aproximará a dicha realidad.

El inicio de la moderna medicina y terapia de la risa se debería situar en 1976, cuando Norman Cousins publicó un artículo en el New England Journal of Medicine titulado "Anatomy of an illness (as perceived by the patient)"1. Cousins padecía de una repentina y enigmática enfermedad degenerativa espinal llamada "espondilitis anquilosante". En pocos días, su enfermedad había evolucionado de tal modo que presentaba una movilidad de las extremidades muy

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reducida y numerosos despertares nocturnos a causa del dolor constante y violento. Descubrió que diez minutos de risa viendo películas cómicas le proporcionaban unas dos horas de alivio del dolor. No quedó claro si su mejoría y recuperación fue debida a la risa o a las dosis masivas de vitamina C administradas conjuntamente, pero el caso fue muy célebre y sentó precedente. Pocos años antes, Hunter "Patch" Adams, médico norteamericano, fundaba en 1971 el Instituto Gesundheit, aunque no fue hasta 1998 cuando se hizo mundialmente famoso al darle vida Robin Williams en la película Patch Adams. Su idea de la medicina basada en la generosidad, el amor, el afecto y la risa2, revolucionó la comunidad científica y médica. En la actualidad sigue recorriendo el mundo para contar su experiencia y modo de entender la medicina. Puede consultarse su misión, proyectos, campañas e información adicional en www.patchadams.org. La labor que realizan distintas ONG actuales y otras asociaciones en hospitales por todo el mundo se basa en esta concepción de la medicina de la risa de Adams.

En los últimos diez años, la medicina de la risa de Cousins o Adams, más basada en un modelo orientado al binomio humor-y-risa, se ha ido completando y evolucionando hacia otros patrones no tan sustentados en el humor, menos mentales o cognitivos y más dirigidos a la experimentación de diferentes emociones positivas, al ensayo incondicional de la risa o a un modelo mixto. De ahí que se hayan desarrollado diferentes escuelas y grupos de trabajo a nivel nacional e internacional, cuyos procedimientos pueden ser más o menos distintos, pero cuyo propósito final acaba siendo común: aprovechar y maximizar el valor terapéutico de la risa, en todas sus formas y manifestaciones. En particular, además de la orientación terapéutica, uno de los objetivos principales de la moderna medicina de la risa es la prevención. Mientras que en los últimos años las intervenciones preventivas han ido en aumento en la mayoría de ámbitos de la medicina, todavía existen algunas áreas donde la

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función "curativa" prevalece sobre la "preventiva". La salud mental es un buen ejemplo, entre otros. La medicina de la risa pretende cubrir esos vacíos y ampliar focos de interés, aportando una visión más integral u holística de la práctica médica. Según Robert Holden, creador de "The Happiness Project" (www.happiness.co.uk), la medicina de la risa constituye un modo áctico de "vivir la vida, amar la vida y reír con la vida juntos" 3.

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3.2. DEFINICIONES Y OBJETIVOS

Robert Holden, desde su Clínica de la Risa en 1993, es uno de los primeros autores en utilizar el término "medicina de la risa" para referirse y recomendar el poder curativo de la risa, el buen humor y la felicidad3, incluso también para los propios profesionales de la salud. En un intento de aportar una definición apropiada, la medicina de la risa, clasificable dentro de las medicinas alternativas o complementarias (véase más adelante), podría definirse como el "estudio y utilización de la experiencia vivencial de la risa, controlada por un terapeuta calificado, en un proceso sistemático destinado a facilitar y promover determinados objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales o espirituales de un solo paciente o participante o de un grupo". Otra definición posible y válida, más concisa y similar, sería la siguiente: "ciencia y técnica auxiliar que, junto con otras técnicas terapéuticas, ayuda a la recuperación del paciente o previene futuros trastornos físicos o psíquicos". O esta tercera, incluso más breve y acaso más explícita y preferible: "estudio y aplicación científica de la risa para lograr objetivos terapéuticos". Y el concepto "terapia de la risa" sería el conjunto de técnicas e intervenciones terapéuticas (aplicables a una persona o a un grupo) que conducen a un estado/sentimiento controlado de desinhibición para conseguir experimentar risa que se traduzca en determinados beneficios de salud. En otras palabras, la terapia de la risa supone la puesta en práctica de la medicina de la risa en condiciones reales.

La medicina/terapia de la risa es por lo tanto una técnica terapéutica con fundamento científico, intencionalidad, organización y regularidad. No es una intervención aislada o única, o experiencias sin planear que demuestren ser de ayuda o beneficiosas. Tampoco es un ejercicio de autoayuda o una disciplina mágica para alcanzar bienestar y la felicidad. Ni una herramienta de "marketing"

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oportunista. Aunque es todavía una terapia relativamente joven, la medicina de la risa nace con la metodología y la solidez de cualquier otra rama de la medicina, con sus aportaciones y sus limitaciones4. Los temas tratados son, sin embargo, atractivos y tentadores para su empleo fácil e indiscriminado. La dificultad de distinguir la risa del humor añade confusión u oportunismo adicional. De ahí que el terapeuta de la risa deba velar constantemente por su integridad y rigor científico, principal visión y misión de los profesionales que se adscriben a esta especialidad. Entre otras, existe una asociación americana e internacional, la Association for Applied and Therapeutic Humor (AATH), que da la bienvenida a todos los profesionales de la salud, educación y comunicación interesados en la aplicación terapéutica del humor y de la risa (www.aath.org). Con sede en España, se fundó en el año 2003 la Organización Mundial de la Risa (www.organizacionmundialdelarisa.com), que invierte en formación e investigación. A diferencia de otras disciplinas similares, no se han organizado hasta la fecha otras asociaciones o sociedades íficas o médicas específicas en medicina/terapia de la risa.

Para el paciente o participante, la medicina/terapia de la risa es un proceso de cambio gradual que conduce a un estado o condición deseados. Para el terapeuta, es una secuencia sistemática de intervenciones planeadas, dirigidas y organizadas que llevan a cambios específicos en el paciente o participante. Para que se dé la terapia, el terapeuta debe actuar de alguna manera sobre el paciente o participante a fin de producir un efecto, resultado o cambio de algún tipo. De no cumplirse estas premisas, de no mediar un claro objetivo terapéutico, cualquier otra intervención con risa se debería definir y tratar como "dinámica de la risa", "taller de la risa" u otra expresión análoga, pero no bajo los conceptos de medicina/terapia de la risa (o "risoterapia"). En particular, el término "risoterapia", por haberse empleado universalmente y a menudo sin propiedad o con finalidades muy diversas, cuando en realidad se trata de humor,

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entretenimiento o frecuentemente de "dinámica de la risa", no será utilizado en esta obra para evitar equívocos y confusiones con los conceptos de medicina/terapia de la risa. Con este sentido científico y terapéutico, se preferirán exclusivamente las expresiones "medicina de la risa" y "terapia de la risa".

El terapeuta de la risa establece objetivos, sigue un curso de acción basado en ellos y funciona de acuerdo a un programa planeado de sesiones. Desde un punto de vista de procedimiento, la terapia típicamente consiste en tres fases: valoración, tratamiento y evaluación. En la valoración se estudia al paciente o participante y su condición, se formulan los objetivos terapéuticos y se desarrolla una estrategia o plan de tratamiento. Tratamiento son los diferentes métodos y técnicas de intervención para inducir los cambios deseados. En la evaluación el terapeuta determina el resultado del tratamiento. En consecuencia, la terapia de la risa implica la intervención de un terapeuta calificado para la relación con personas que necesitan ayuda física, psicosocial o espiritual, o con aquellos que aspiran a experimentar una mayor autoconciencia y un aumento de la calidad de vida y satisfacción por vivir.

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3.3. APLICACIONES DE LA MEDICINA/TERAPIA DE LA RISA Lejos de constituir una moda fugaz y pasajera, la medicina de la risa (y resto de medicinas complementarias/alternativas) despierta cada vez mayor interés en la comunidad científica y médica. No obstante, uno de los principales desafíos que debe superar es su aplicación en la práctica profesional y sociolaboral. Si bien la risa como medicina necesita conocimientos, habilidades y tiempo para desarrollar la ciencia y el arte de aquello que hace que una persona se ría y los beneficios de salud asociados, la terapia de la risa no requiere de gran cantidad de tiempo o recursos para su aplicación. A diferencia de otras terapias más comprometidas o de elevado coste, el uso de la risa puede ser implementado fácilmente y resultar coste-efectivo en la atención sociosanitaria. No obstante, la comunidad científica y médica es todavía muy lenta para considerar y adoptar la risa como una herramienta terapéutica alternativa o complementaria entre las opciones disponibles. Para ofrecer a los pacientes los beneficios de la risa, los profesionales sociosanitarios deberían romper con las barreras de la medicina "convencional", recuperar su propia risa y aprender las técnicas para facilitar la risa a sus pacientes. La risa merece un lugar en la práctica médica y en el día a día.

En el ámbito clínico, la terapia de la risa puede utilizarse con orientación preventiva o como opción terapéutica complementaria o alternativa de otras terapias establecidas. En el ámbito social, la medicina de la risa propone principalmente intervenciones preventivas destinadas a potenciar los beneficios de salud en el entorno laboral, comunitario, familiar o personal. En la trayectoria hacia su aplicabilidad, la medicina de la risa se enfrenta con una gran amenaza, común a otras disciplinas complementarias o alternativas en medicina (tabla 3.3.1): apartarse de la evidencia científica. Puede resultar peligrosamente seductor aplicar "risoterapia" (para recordar la diferenciación con "terapia de la risa") basada más en experiencias,

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dinámicas, intuición o creencias personales que en la investigación biomédica. Con este propósito, se celebró en Barcelona el I Simposio Internacional de Ciencias de la Risa (mayo 2008), coordinado por la Organización Mundial de la Risa y la Escuela Salud Inteligente (www.risa-saludinteligente.com), cuyo programa científico incluyó diversas ponencias sobre el valor terapéutico de la risa y su aproximación desde distintas ramas científicas, tales como la medicina, psicología, física aplicada, sociología, antropología, lingüística o pedagogía, entre otras.

En consecuencia, para apoyar la integración de la medicina/terapia de la risa en la medicina "convencional" es necesario que se incorpore en la formación de los futuros profesionales y en el entrenamiento de los actuales, se apoye su investigación clínica y sea de interés comunitario para obtener los recursos necesarios, tanto de entidades públicas como privadas. La risa como medicina, como terapia mente-cuerpo en educación y atención sociosanitarias, casi nunca se utiliza en la medicina "convencional" y a menudo tampoco se tiene en cuenta como posible opción terapéutica dentro de las medicinas complementarias o alternativas disponibles actualmente. Los profesionales sociosanitarios pueden ejercer un importante papel para difundir los beneficios de la medicina/terapia de la risa en la práctica clínica y aplicarla en condiciones reales, tanto para los pacientes y participantes como para ellos mismos. A semejanza de otras terapias, el uso efectivo de la risa con objetivos terapéuticos necesita ser aprendido, practicado y desarrollado como cualquier otra estrategia de salud. Los objetivos futuros de la medicina/terapia de la risa pasan por potenciar la formación de profesionales, la educación sanitaria y la investigación; promover su aplicabilidad y diseñar guías prácticas, programas y técnicas de intervención ajustadas a las distintas condiciones de salud y grupos especiales de población; y crear nuevos instrumentos de evaluación para orientar específicamente hacia la prevención y el tratamiento.

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Tabla 3.3.1. Medicina complementaria y alternativa: principales disciplinas (adaptada y ampliada de MACCAH

2002)5

Grupo 1:

Sistemas médicos alternativos Ejemplos

Incluye sistemas teórico-prácticos que evolucionaron independientemente de, y a menudo antes que, el enfoque biomédico convencional. Muchos son sistemas tradicionales practicados por diferentes culturas en el mundo.

Medicina tradicional oriental (china).

Ayurveda.

Sistemas tradicionales desarrollados por los nativos americanos, aborígenes, africanos, del este central, tibetanos, culturas de centro y sudamérica, entre otras.

Homeopatía. Naturopatía.

Grupo 2:

Intervenciones mente-cuerpo Ejemplos

Emplean la capacidad de la mente para afectar sistemas y funciones corporales. Y a la inversa, utilizan las capacidades de los sistemas y funciones corporales para influir en la mente.

Meditación, yoga, tai chi. Hipnosis, relajación. Musicoterapia. Arteterapia.

Medicina/terapia de la risa. Psicología positiva.

Terapia cognitiva conductual. Curación espiritual, mental. Oración.

Grupo 3:

T erapias biológicas Ejemplos

Incluye intervenciones naturales o biológicas, muchas de ellas usadas también en la medicina convencional (suplementos dietéticos).

Terapias herbales. Dietas especiales.

Terapias ortomoleculares. Otras terapias biológicas.

Grupo 4:

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Incluye terapias basadas en la manipulación y/o movimiento del cuerpo.

Osteopatía. Quiropraxia. Masaje terapéutico, aromaterapia. Técnica Alexander. Danza/movimiento terapia. Pilates. Hidroterapia. Grupo 5:

T erapias energéticas Ejemplos

Se basan en campos energéticos originados en el cuerpo (biocampos) o desde otras fuentes externas (campos electromagnéticos).

Qi gong. Reiki.

Terapia del tacto.

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3.4. CUALIDADES DE LA RISA COMO HERRAMIENTA TERAPÉUTICA

La risa es un lenguaje o modo de expresión universal y gracias a su elevado poder de contagio es apropiada para practicarla tanto en terapia individual como en terapia de grupo. Recientemente científicos ingleses han podido confirmar las bases neurofisiológicas para su contagiosidad. El fenómeno ya era evidente en los bebés, quienes son(ríen) en respuesta a risas y sonrisas de quienes hacen lo propio, aunque no se había podido demostrar en los adultos. Existe un "cerebro social" con unas "neuronas espejo" que detectan risa y reaccionan en consecuencia preparando a los músculos faciales a entrar en acción y generar el resto de procesos subsiguientes.

La experiencia de la risa, por otro lado, tiene la capacidad de poder penetrar la mente y el cuerpo en toda condición, estimulando los sentidos, evocando y descargando sentimientos y emociones y facilitando respuestas fisiológicas, psicológicas y espirituales. Es una modalidad flexible, estética, coste-efectiva y plenamente adaptable a diferentes casos y circunstancias. La risa, además, tiene un efecto directo a nivel psicológico en personas que de otro modo serían "inaccesibles": ayuda a establecer, mantener y fortalecer la relación terapeuta/paciente, facilita la comunicación en personas que no son verbales o con dificultades de expresión, aumenta la conciencia de uno mismo, de los demás y del entorno y da la oportunidad a que personas con dificultades varias tengan experiencias sociales placenteras, positivas y gratificantes.

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3.5. TIPOS DE INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA Y METODOLOGÍA

Los terapeutas de la risa tienen a su disposición diferentes posibilidades de intervención. Una intervención se puede enfocar en aspectos físicos, emocionales, mentales, conductuales, sociales o espirituales de la experiencia del paciente o participante. La tabla 3.5.1. ilustra los tipos de intervención más habituales en medicina/terapia de la risa, también comunes a otras medicinas/terapias complementarias o alternativas.

Tabla 3.5.1. Tipos de intervención en terapia de la risa

Conexión: la experiencia de risa o el terapeuta aportan una oportunidad para

asociar o relacionar experiencias variadas del mundo interno y externo. Puede implicar hacer conexiones entre sensaciones corporales, sentimientos, emociones, imágenes, recuerdos, pensamientos, actitudes, creencias, comportamientos, personas, acontecimientos, entornos, situaciones, entre otras.

Expresión: la experiencia de risa o el terapeuta dan la oportunidad de compartir o

intercambiar ideas o sentimientos con otra persona. Los medios pueden ser materiales, verbales, no verbales, musicales, entre otros.

Interacción: la experiencia de risa o el terapeuta aportan la ocasión de actuar

sobre el entorno de manera simultánea y recíproca. Los medios pueden ser materiales, verbales, no verbales, musicales, entre otros.

Exploración: la experiencia de risa o el terapeuta aportan una oportunidad para

investigar problemas, descubrir recursos, evaluar alternativas o elegir soluciones. Puede involucrar tareas, actividades o experiencias de risa verbales o no verbales, musicales, entre otras.

Motivación: la experiencia de risa o el terapeuta incrementan la probabilidad de

que el paciente o participante se seduzca, enganche o participe en el proceso terapéutico.

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Validación: la experiencia de risa o el terapeuta apoyan, alaban, aceptan o animan

al paciente o participante.

Influencia: la experiencia de risa o el terapeuta afectan directamente o inducen

cambios en el estado del paciente o participante. Se incluye cualquier intervención que estimule, calme, dirija, guíe, sugiera, manipule, persuada, estructure o refuerce respuestas específicas del paciente o participante.

Empatía: la experiencia de risa del paciente o participante coincide, sincroniza o se

refleja con el terapeuta.

Reajuste: pretende llenar las necesidades físicas, mentales, conductuales, sociales

o espirituales, bien a través de la experiencia de risa o por medio de interacciones verbales o no verbales con otros.

En medicina/terapia de la risa, a semejanza de otras terapias establecidas, existirían dos métodos generales básicos para aplicar las distintas intervenciones: los métodos pasivos o receptivos y los métodos activos o creativos. Cuando la terapia es activa, las experiencias tienen lugar dentro y a través de los esfuerzos del paciente o participante para actuar, ensayar, improvisar, crear, apreciar o facilitar risa, bien sea a solas o en grupo. Estaría dirigida a aquellos pacientes o participantes que tienen posibilidades de movilidad y de participación directa en la actividad y en la experiencia de reír. En cuanto a los resultados, la terapia activa puede proveer directamente beneficios como estímulo principal de cambio, o bien lleva a un proceso de respuesta, o bien desencadena un proceso terapéutico de cambio. Cuando la terapia es receptiva, las experiencias tienen lugar principalmente como resultado de la visión o escucha del paciente o participante, entrando en ella, o recibiendo la risa. En este caso, la risa actúa o bien directamente como estímulo externo que facilita respuestas terapéuticas inmediatas o bien estimulando un proceso terapéutico para que se dé un cambio. La terapia receptiva o pasiva estaría indicada en aquellos casos donde la

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participación activa en la experiencia de la risa esté limitada o comprometida. Es también muy frecuente o habitual encontrar intervenciones en las que se ofrece la combinación de los dos métodos. Para ambos será esencial tener en consideración tanto la recopilación de datos sobre los pacientes o participantes ("historia clínica") como de su experiencia de risa: su "risograma" (véase más adelante y capítulo 13).

Aunque no existiría un patrón único y universal, una sesión típica de medicina/terapia de la risa está constituida por un mínimo de tres etapas:

a. Apertura y calentamiento: ubicación en el contexto, exploración del espacio, de los materiales y recursos a utilizar, revisión del "risograma", presentación, preparación (física y mental) y desbloqueo para la risa.

b. Dinámica y desarrollo: realización de las intervenciones organizadas por el terapeuta en base o los objetivos planteados y a los datos recopilados sobre los participantes. Es la fase de la "experiencia de risa".

c. Recuperación, cierre y evaluación: regreso a la normalidad, pero conservando los beneficios de la fase anterior, y turno o rueda de opiniones para comentar con el terapeuta lo ocurrido en la sesión.

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3.6. POSOLOGÍA

Uno de los factores limitantes para la gran mayoría de medicinas complementarias o alternativas es que la respuesta a la terapia suele ser muy imprevisible e individual. Además, los tratamientos no suelen estar protocolizados y el número de "pacientes" tratados para una misma condición de salud suele ser muy reducido para extraer conclusiones válidas y generalizables. Ante tales contrariedades, entre otras, es sensato concluir que no es tarea fácil dar respuesta a la siguiente cuestión: ¿cuánta risa se necesita para obtener beneficios? O en otras palabras, ¿qué dosis de risa es terapéutica? Al intentarlo, se topa con una objeción inicial: ¿qué tipo de risa se debe considerar? Se hablará más adelante de las distintas clases de risa y de su aplicabilidad en medicina de la risa. Superada esta primera dificultad, la búsqueda de la dosis óptima de risa es una labor todavía pendiente en medicina de la risa, al igual que en otras disciplinas complementarias o alternativas. Según los escasos datos disponibles, las recomendaciones de algunos autores6 y la propia experiencia personal, cada sesión de terapia de la risa tendría que asegurar que, a solas en grupo, se pueda experimentar risa intensa a carcajadas, apoyada con prensa abdominal y adecuada impostación (véase capítulo 6), durante un mínimo acumulado por sesión de 3 minutos. De acuerdo con la unidad de medida recientemente acuñada por Kimura (véase más adelante), ello supondría acumular 180 aH de risa por sesión (1 aH= 1 segundo de risa explosiva). Con esta finalidad, la duración mínima de una sesión deberá ser de unos 20 minutos (hasta un máximo recomendable de dos horas).

Independientemente de la dosis acumulada, la duración total de una intervención terapéutica puede ser muy variable en función de las condiciones y necesidades establecidas. Con orientación preventiva o terapéutica, basándose en los datos limitados disponibles, típicamente se debería recomendar un programa de

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terapia de la risa con una duración total no inferior a las ocho semanas (en un tiempo inferior, por ejemplo, podría no ser factible identificar resultados clínicamente relevantes), y se deberían realizar un mínimo de dos sesiones por semana (idealmente tres o más). El reto no está tanto en las distintas intervenciones a realizar sino en conseguir hacerlas durante el tiempo y la frecuencia mínima estipulada y de manera regular, para garantizar el total de risa intensa acumulada previsto. Transcurridas las primeras ocho semanas recomendadas, deberá evaluarse el resultado del programa, de manera individualizada (respuesta terapéutica en función de las condiciones iniciales; véase capítulo 13) y la conveniencia de prolongarlo en consecuencia.

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3.7. "RISOGRAMA"

Idealmente, el terapeuta responsable de liderar las sesiones de intervención con risa debería disponer, previo al inicio de las primeras sesiones del programa, de la "historia clínica" y "analítica" de la experiencia de risa de los participantes: su "risograma". Ello es especialmente relevante en caso de terapia individual o ante grupos más reducidos. Dicha información le permitirá conocerlos mejor y poder adaptar las sesiones a sus gustos, preferencias y necesidades terapéuticas. Además de datos adicionales de los que pueda disponer, recopilar o necesitar el terapeuta, a título orientativo el "risograma" (véase también el capítulo 13) consistiría en el detalle de la siguiente información mínima:

a. Datos personales: edad; género; profesión; situación laboral y familiar; antecedentes patológicos de interés; presencia de factores de riesgo; patologías y tratamiento farmacológico actual.

b. Risograma: tipo de humor que gusta y que no gusta; diversiones o actividades en tiempo de ocio que gustan y que no gustan; actividad física que gusta y que no gusta; sonidos, música, colores, olores y sabores que gusten y que no gusten; risas que gusten y que no gusten; percepción personal de la cantidad de risa diaria; tipo de risa personal más habitual en condiciones espontáneas (intensidad, tono, impostación, duración, otras); tipo de risa personal más habitual en condiciones de ensayo (intensidad, tono, impostación, duración, otras); capacidad de modular la risa ensayada; duración cómoda (en segundos) de una espiración forzada tras inspiración profunda; entre otras variables de interés (capítulo 13).

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3.8. MEDICINA Y TERAPIA DE LA RISA PARA PROFESIONALES DE LA SALUD

La risa es especialmente importante en el entorno sociosanitario y puede mejorar la relación con el paciente o participante7. La capacidad de reír es un buen signo de comunicación efectiva y de entendimiento mutuo, quizás más importante que el propio diagnóstico, el tratamiento formal o la atención dispensada8. La risa también reduce el estrés, la tensión y el dolor. Es una forma de soporte emocional para todos. También mejora la calidad de vida y ayuda en la rehabilitación y recuperación de las distintas condiciones de salud9. Los profesionales sociosanitarios no están inmunes a la tensión y el estrés constantes en el trato y manejo de los pacientes. En particular, introduciendo la risa en el entorno hospitalario, especialmente en servicios de cirugía o unidades de vigilancia intensiva, donde los picos de estrés puedan ser de los más elevados, se puede conseguir aumentar la creatividad, productividad y la motivación de los distintos profesionales implicados10. Otro área de alto estrés es la medicina intensiva y de urgencias11. En tal contexto, la risa serviría de mecanismo biológico para recuperar el equilibrio y la homeostasis12. No obstante, el profesional actual de la salud y de los servicios sociales, esté en el entorno que esté, está expuesto a importantes dosis de estrés. La medicina de atención primaria puede ser un buen ejemplo. En todos los casos, la risa puede colaborar en la disminución de la tensión, miedo, frustración y otros factores de riesgo de estrés como el "estar quemado" ("burnout")13 .

Y no sólo el estrés sacude a los profesionales sociosanitarios, sino que también deben soportar y cargar frecuentemente con los aspectos emocionales y espirituales del sufrimiento personal e íntimo de los pacientes. Ante ello, pueden reaccionar o responder de acuerdo a tres patrones o perfiles principales: a) dolor compartido, que les arrastra desde la misericordia y la afectividad; b) distanciamiento profesional,

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que les hace aparecer como reservados, impersonales, fríos o desalmados; y c) cercanía entusiasta y optimista, alegre y esperanzadora, que transmite ilusión y ganas de vivir, y les hace clave para la recuperación y la rehabilitación. Este último es el perfil más adecuado, imprescindible para el profesional sociosanitario actual. La moderna medicina y terapia de la risa puede ayudar a conseguirlo. A modo de ejemplo, la tabla 3.8.1. incluye las recomendaciones que Patch Adams sugiere para este perfil:

Tabla 3.8.1. Recomendaciones para los profesionales sociosanitarios (adaptadas de Adams 20022)

Estudiar la infinita literatura del amor y del afecto. Al hacerlo, se encontrará una clara llamada para más amor.

Realizar cinco años de trabajo de campo con la gente, dondequiera que se vaya, mostrando todo el afecto y recibiendo el amor ofrecido. Encontrar el afecto interior de uno mismo.

Añadir amor y humor a la práctica sociosanitaria. Si un paciente percibe que se le quiere, aceptará cualquier experiencia de humor que se comparta con él (o incluso puede llegar a disfrutar plenamente del humor). Si no es así, siempre se le pueden citar referencias de los beneficios saludables del buen humor y de la risa.

De manera constante, ser un observador feliz y entusiasta de la gente.

Escoger practicar el humor en público, esbozando una sonrisa en la cara, mirada brillante y buena disposición para recibir a cada persona.

Practicar con algunos trucos. Pedos y pedorretas son, por ejemplo, de las pocas cosas que son universalmente cómicas. Existen dispositivos de pequeño tamaño en el mercado para imitarlos.

La sociedad otorga pleno permiso para reírse a carcajadas, siempre y cuando existan buenas razones para ello. En consecuencia, buscar motivos para practicar la risa en

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público.

Analizar videos de personas divertidas y adueñarse de trocitos de cada una de ellas. Hay una mina de oro aquí.

Estudiar libros sobre la historia del vestido. Tener algunos modelos hechos a medida y ponérselos regularmente.

Declarar voluntad personal de ser instrumento para la paz, justicia y cuidado de la salud. ¡Luego

pasar a la acción!

En virtud de todo lo expuesto, los profesionales sociosanitarios necesitan y también reconocen cada vez más la importancia de la medicina y terapia de la risa como estrategia, entre otras, para neutralizar el estrés y otros factores de riesgo cardiovascular, reducir el dolor, estimular el sistema inmunitario y promover bienestar en ellos mismos y en sus pacientes o participantes14. La experiencia de la risa puede ser terapéutica para ambos. Lo siguiente puede ser una buena recomendación para todos: "incorpora la risa a tu vida laboral y personal, recuerda reír regularmente, comparte tu risa y ayuda a reír a los demás". En esta época actual de medicinas basadas en los hechos ("evidencia"), parece apropiado que la medicina/terapia de la risa tenga cada vez más su lugar en la prevención y en el tratamiento de las distintas enfermedades y condiciones de salud15,16, aunque para ello se necesita apoyar y ampliar todavía más su investigación.

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Anatomía y fisiología de la

risa

4

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4.1. DEFINICIÓN DE LA RISA

La risa se resiste a ser embotellada y todavía más si se trata de etiquetarla con denominación de origen calificada. Cuanto más se investiga desde las distintas ramas de la ciencia, más rebelde resulta su análisis y descripción. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, avance de la 23ª edición (www.rae.es), el vocablo "risa" tiene tres acepciones: "a) Movimiento de la boca y otras partes del rostro, que demuestra alegría; b) Voz o sonido que acompaña a la risa; c) Lo que mueve a reír". ¿Suficiente? La risa puede esconder algo más que la simple acción físicamente audible de reír. La risa es el resultado de una constelación de emociones. La risa es un obsequio del querido yo para el querido yo y para los demás. Mari Cruz García Rodera, fundadora de la primera escuela en España para la investigación y enseñanza de la Dinámica y Terapia de la Risa, la define en su segundo libro17 como "la evidencia y el resultado de lo contento que te tienes a ti mismo". Definir la risa sería más sencillo si sus agentes no fueran tan numerosos. Se suele reír ante la sorpresa, la euforia, la alegría, el triunfo o la felicidad, aunque eventualmente se puede reír cuando se está fatigado, confuso, aturdido, triste, angustiado, apurado o al borde del fracaso, entre otras. Todas las situaciones, en distintos lugares, en determinados momentos y condiciones oportunas, y para diferentes personas, pueden provocar hilaridad, desde una leve sonrisa hasta una sonora risotada (o más de una). La risa es totalmente impredecible y tiene infinitas variedades que, al describirlas de manera general, se corre siempre el riesgo de excluir muchas de ellas. La risa resulta indefinible como casi todos los estados psicológicos. Definirla también sería una labor más simple si no se manifestara a tantos niveles o estados. La risa provocada o estimulada por unas simples cosquillas puede ser una expresión puramente física y localizada, mientras que la experiencia integral de la risa espontánea, a partir de una profunda carcajada, no se limitaría a alguna zona específica del cuerpo. En ocasiones, la risa es una

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manifestación de alegría y bienestar, una descarga o liberación emocional, y en otras se expresa como un fenómeno social. O espiritual. Hay que tener también en cuenta las teorías espirituales que definen la risa, y la alegría en particular, como una expresión del alma.

Desde el punto de vista de la medicina, y aún asumiendo los riesgos inherentes a su compleja descripción, la risa podría definirse como una reacción psicofisiológica18 caracterizada externamente por: (1) contracciones enérgicas del diafragma acompañadas de vocalizaciones silábicas repetitivas con resonancia de la faringe, velo del paladar y otras cavidades fonatorias; (2) expresión facial determinada (movimiento de hasta 50 músculos faciales distintos, principalmente alrededor de la boca) que se puede acompañar de secreción lagrimal; (3) movimientos de otros grupos musculares corporales, más de 300 diferentes (pared abdominal, cabeza y cuello, espalda, hombros, brazos, manos, piernas, otros); y (4) una serie de procesos neurofisiológicos asociados (cambios respiratorios y cardiocirculatorios, activación del sistema dopaminérgico y otros circuitos neuroendocrinos e inmunológicos). Internamente, la risa se acompaña de una sensación subjetiva reconocible (hilaridad) cuyo goce se ha comparado con el de la actividad sexual y otras reacciones placenteras del organismo19,20. En otras palabras también clínicas, acaso más breves y académicas, mi más reciente propuesta para definir la risa, parcialmente inspirada en la definición de Mari Cruz García Rodera, es la siguiente: "la risa es el signo y íntoma principal del síndrome de felicidad adquirida".

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4.2. ANATOMÍA DE LA FONACIÓN Y RISA

La risa, como expresión audible o sonora, al igual que la voz, requiere de la acción combinada de los siguientes elementos:

a. Fuente de aire: los pulmones, que determinan la intensidad en la espiración, y el músculo diafragma, que determina la duración;

b. Laringe (órgano de la fonación): modula el aire a su paso por las cuerdas vocales (glotis) emitiendo sonidos característicos (voz, risa, tos, grito, llanto, estornudos, silencio) y determina el tono (agudo o grave);

c. Cavidades de resonancia: potencian el sonido (determinan el timbre) e incluyen la cavidad torácica, faringe, velo del paladar, cavidad bucal, cavidad nasal y craneana;

d. Articuladores: permiten la salida de sonidos vocálicos e incluyen la lengua, labios, paladar duro, paladar blando, dientes y mandíbulas;

e. Cuerpo en su conjunto: completa y modula el sonido, según la postura adoptada, manera de respirar, estado psíquico y emocional.

En particular, la laringe, órgano principal y responsable de la fonación y de la risa, posee cuatro funciones muy relevantes:

a. Respiratoria: permite entrada y salida del aire;

b. Esfinteriana: posibilita realización de esfuerzos (físicos, defecación, micción, parto, estornudos, risa, tos);

c. Deglutoria: cierra el paso de alimentos a pulmones (epiglotis); d. Fonatoria: emisión de sonidos (cuerdas vocales).

Además de la fonación, la risa se acompaña de contracciones enérgicas del diafragma (80-120 por minuto), movimientos faciales característicos, principalmente de los músculos de la boca (más de

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15), siendo los siguientes los primeros músculos que intervienen directamente: Buccinador (tracciona hacia atrás comisura labios); Risorio de Santorini (auxiliar del buccinador); Cigomático mayor (eleva y abre la comisura bucal) y Cigomático menor (eleva el labio superior); y se van añadiendo más músculos de la cara, cuello y resto del cuerpo (más de 300): superciliares, elevadores de las narinas, orbiculares de los párpados, maseteros, otros de la cara y cuello; trapecios, esternocleidomastoideos, dorsales, intercostales, abdominales, de brazos y piernas, entre otros muchos.

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4.3. ESTRUCTURA ACÚSTICA DE LA RISA

La risa es una actividad fundamentalmente espiratoria, pero puede reforzarse instintivamente con algún componente inspiratorio, a diferencia del habla. Cuando es espontánea, se inicia con una exhalación forzada seguida de espiraciones cortas y rápidas, con salvas de aire de hasta 100 km/h, acompañándose de vocalizaciones silábicas (consonante-vocal) de 75 ms, cada 210 ms: típicamente ja-ja-ja o jo-jo-jo (risa vocálica), pero no ja-jo-ja-jo, con resonancia de la faringe, velo del paladar y otras. Puede cursar con secreción lagrimal y alternarse con emisión de sonidos no vocálicos (40% de la risa habitual).

Las salvas de risa tienen una estructura armónica firme, siendo múltiples de una frecuencia armónica fundamental. Dicha estructura se revela en un espectrograma como una serie de líneas cortas horizontales espaciadas equitativamente, siendo la más baja la que corresponde a la frecuencia fundamental. Todas las formas de risa son variaciones de esta estructura básica, que en algunos casos pueden ser variaciones mayores (risa ensayada), y es dicha estructura la que nos permite reconocer la risa a pesar de las diferencias individuales. Al igual que con la voz, en mujeres la risa presenta una frecuencia fundamental más alta (unos 502 hertz, similar a la del habla) que la de los hombres (unos 276 hertz). No obstante, en las mujeres la risa puede alcanzar hasta 4 veces dicha frecuencia (> 2000 Hz), siendo una octava superior (el doble de frecuencia) de un "do de pecho" de una soprano. En hombres, la risa puede llegar hasta 3 veces la frecuencia del habla (> 1000 Hz), correspondiendo a un "do de pecho" de un tenor.

Muy recientemente, científicos de la Universidad de Kansai (Japón), liderados por el profesor de sociología Yoji Kimura, han afirmado poder medir la risa en una unidad que han llamado aH.

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Aplicando sensores con electrodos en la zona del pecho, abdomen y mejillas de una persona, y midiendo unas 3.000 veces por segundo, han podido determinar la naturaleza de las risas y su fuerza: 1 aH es equivalente a 1 segundo de risa intensa o "explosiva". Y no solamente eso. Según Kimura es posible distinguir entre la risa verdadera y aquella propia de una persona que está fingiendo: cuando una persona finge la risa su diafragma prácticamente no vibra, mientras que durante una risa verdadera eso sucede entre 2 y 5 veces por segundo.

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4.4. NEUROFISIOLOGÍA DE LA RISA

Se estima que la risa tendría unos 7 millones de años de edad y se desarrolló antes que el habla como señal de comunicación y expresión social. La risa es el primer lenguaje del ser humano: un niño sonríe típicamente a partir de la 6ª semana de vida y entre la 8-11ª semana de vida aparece la risa. La risa es instintiva y congénita (bebés sordos o ciegos pueden reír). La acción de reír implica a tres componentes: motor, cognitivo y afectivo; y está asociada a circuitos cerebrales corticales y subcorticales: córtex frontal, temporal y temporobasal, sistema límbico (eje hipotalámico-hipofisario) y áreas visual, olfativa y auditiva. En particular, cobra especial importancia el eje hipotalámico-hipofisario, una de las partes más ocupadas del cerebro, ya que puede estimularse directamente por la acción de reír, liberando endorfinas, encefalinas, determinados neurotransmisores (serotonina, dopamina) y ciertas hormonas responsables de buena parte de los efectos fisiológicos y psicológicos asociados a la risa.

Las endorfinas y encefalinas, descubiertas en 1975, son polipétidos (cadenas de entre diez y cincuenta aminoácidos; las encefalinas son cadenas de cinco) con propiedades neuromoduladoras. Por su efecto analgésico y sedante, responsable de bienestar general y placer, se las conoce también como "drogas de la felicidad". Son también denominadas opiáceos endógenos ya que al igual que la morfina o la heroína actúan sobre los mismos receptores neuronales y son bloqueadas por la naloxona (antagonista). Entre otros efectos, las endorfinas y encefalinas también estimulan el sistema inmunitario e intervienen en los procesos de la memoria y el aprendizaje. Además de por la risa, su liberación a través del eje hipotalámico-hipofisario también es estimulada directamente por el ejercicio físico, situaciones placenteras (música, actividad sexual, emociones positivas), dolor, descanso, sueño, masajes, acupuntura y otras terapias físicas e intervenciones mente-cuerpo, y con la ingesta de algunos alimentos

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(leche materna, café, té, chocolate, dulces, capsaicina (componente activo en el chile habanero o pimientos picantes), vitaminas B, C, E, cereales, frutas, y frutos secos.

La dopamina, precursora de la adrenalina y noradrenalina, interviene en las emociones, motivación, placer, recompensa, agilidad mental y determinadas funciones motoras. Así, por ejemplo, la enfermedad de Parkinson o la esquizofrenia se relacionarían con alteraciones en los niveles de dopamina o del sistema dopaminérgico. La serotonina o 5-hidroxitriptamina (5-HT) interviene en el equilibrio emocional (ansiedad, depresión), está relacionada con el dolor (por ejemplo, en la fibromialgia), apetito, actividad sexual, crecimiento y regula el sueño (una parte se convierte en melatonina, en la oscuridad). También interviene en la vasodilatación (niveles alterados se relacionan con la migraña). El triptófano, aminoácido esencial precursor de la 5-HT, influye positivamente en la concentración de serotonina. El triptófano es de relativo pequeño tamaño y a menudo debe competir con aminoácidos de mayor tamaño para cruzar la barrera hematoencefálica. Con la acción de reír intensamente, los músculos movilizados consumen los aminoácidos de mayor tamaño y decrece tal competición, por lo que más cantidad de triptófano consigue atravesar dicha barrera. En consecuencia, la experiencia de la risa y la ingesta de alimentos ricos en triptófano (arroz, huevos, leche, chocolate, frutos secos, semillas de griffonia – planta de la costa oeste africana–, entre otros), potenciada por la ingesta concomitante de zinc y vitamina B6, puede estimular la síntesis de serotonina y fortalecer los estados de ánimo positivos, que a su vez predisponen a la risa, estableciéndose un círculo de retroalimentación.

Finalmente, entre las hormonas liberadas por el eje hipotalámicohipofisario que también son sensibles a la acción de reír y responsables de determinados efectos figuran la ACTH, que regula

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la producción de cortisol a nivel del córtex suprarrenal (interviene principalmente en la fisiología del estrés y en el metabolismo de glúcidos, lípidos y proteínas); la adrenalina y noradrenalina a nivel de la médula suprarrenal (intervienen en la regulación de la presión arterial, broncodilatación, y otras); la hormona tirotropa o tirotropina (TSH), que estimula el tiroides (relacionado con el metabolismo basal); LH, FSH (hormonas sexuales); prolactina (relacionada con la lactancia); hormona del crecimiento (GH); hormona antidiurética (ADH) o vasopresina;y oxitocina (interviene en el proceso del enamoramiento, afectividad, ternura, confianza, relajación, orgasmo, parto y lactancia).

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El valor terapéutico de la risa

en medicina

5

5.1. RISA, ESTILO DE VIDA Y SALUD

Según la Organización Mundial de la Salud (www.who.org), la salud es el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad. El goce del grado máximo de salud es un derecho fundamental de todo ser humano, por lo que la extensión a todos los pueblos de los beneficios de los conocimientos médicos es esencial para alcanzarlo. Se han descrito cuatro determinantes que condicionarían el grado de salud: la biología humana (herencia genética); el estilo de vida; el medio ambiente y la atención sanitaria, siendo éste último el menos influyente, pero al que más recursos se le suele dedicar en los países más desarrollados. La salud se preserva o se restaura actuando sobre uno o varios de tales determinantes, siendo el estilo de vida el más importante y modificable. Son estilos de vida saludables, entre otros, seguir una alimentación variada y equilibrada, practicar ejercicio físico, descansar las horas suficientes o evitar determinados hábitos tóxicos (tabaco, alcohol, otros). Experimentar o practicar la risa también es un estilo de vida y una terapia (medicina de la risa) que se ha asociado a numerosos beneficios de salud. Dado que la risa es un componente integral de la felicidad humana, su ausencia podría considerarse patológica. No obstante, la risa podría estar desapareciendo de los estilos de vida actuales debido al estrés, la preocupación, la culpa, la falta de responsabilidad, el miedo o las normas sociales.

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5.2. TIPOS DE RISA Y SALUD

Nadie ríe igual. Cada persona se caracteriza por su tipo y expresión de risa, que tiene un ritmo, nivel, volumen, duración e identidad únicos y exclusivos. Algo parecido pasa con la voz. Se han descrito múltiples clasificaciones para los diferentes tipos de risa, en función de diversos parámetros y desde distintos ámbitos y ciencias de estudio3,21. Mari Cruz García-Rodera (www.maricruzgarcia.com), fundadora de la primera escuela de dinámica y terapia de la risa y con más de 25 años de experiencia y dedicación al mundo de la risa desde España, distingue la risa abierta de la risa cerrada, la risa seca, la risa rescatadora o la risa del silencio, entre otras17. Con interés médico o terapéutico, mi aportación a la labor un tanto compleja de intentar tipificar la risa es que se pueden considerar cinco grandes grupos: (1) risa espontánea o genuina; (2) risa ensayada o incondicional; (3) risa estimulada; (4) risa inducida y (5) risa patológica4.

5.2.1. RISA ESPONTÁNEA Y RISA ENSAYADA

La risa espontánea es la que surge de forma natural, sin la intervención de la voluntad o la razón, como expresión genuina de las distintas emociones humanas positivas (alegría, diversión, humor, euforia, éxito, triunfo, pensamientos placenteros, entre otras). También puede brotar por descarga tensional o emocional (como alivio de la ansiedad, estrés o irritabilidad acumulada) o por contagio (se ha descrito recientemente que existirían unas neuronas "espejo" específicas para detectar risa de origen exterior). De manera menos generalizada y también en función de la idiosincrasia personal, se puede desencadenar risa espontánea por las sensaciones que nos transmiten los distintos sentidos cuando se quebrantan, sorprenden o alteran algunas de sus expectativas. En particular, es interesante comprobar cómo determinados sonidos musicales (incongruentes, altos, desafinados, mezcla de géneros, repeticiones excesivas, retrasos inesperados)22, ciertos sonidos, vocalizaciones o palabras del propio

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lenguaje, o determinados colores, olores y sabores pueden ser detonantes de risa espontánea.

A diferencia de la risa espontánea, la risa ensayada se consigue mediante su práctica a voluntad y no necesita estímulo externo o motivo alguno que la desencadene o justifique (incondicional), por lo que no está asociada directamente al pensamiento, al humor, a las emociones humanas o a otros estímulos que son origen de la risa espontánea23. La risa ensayada brota y fluye desde "dentro", con la sola intervención de la propia voluntad. En consecuencia, la práctica de la risa ensayada rompe con tres mitos que todavía hoy prevalecen en la mente de muchas personas: a) Se debe tener sentido del humor para reír; b) Se debe estar feliz para reír; y c) Se necesita un motivo para reír. La risa ensayada "pasa" de estos tres argumentos porque actualmente ya no seguirían siendo válidos. Por un lado, debido a la excesiva seriedad actual, cosas de las que se reía hace unos 50 años hoy ya no conseguirían arrancar ni una leve sonrisa. Además, el humor se ha ido convirtiendo en más incisivo, sarcástico y agresivo. Menos frecuentemente se ríe "con" otros, sino que se ríe "de" otros, de sus fallos o accidentes en la vida. Es decir, el sentido del humor ha ido cambiando con el tiempo; por lo tanto, ¿cuál es el sentido del humor que se debería tener hoy para reír? Por otro lado, la felicidad es un fenómeno cognitivo y a menudo ligado a proposiciones del tipo "si…", por lo que acaba siendo condicional. La verdadera felicidad nunca parece llegar porque los deseos humanos son infinitos y la vida es temporal. En consecuencia, ¿qué estado de felicidad se debe alcanzar para reír? Y finalmente es bien curioso comprobar que con el paso del tiempo, la gente ha ido dejando de reír, a pesar del incremento notorio de la calidad de vida. Según un estudio realizado por el Dr Titze (www.michael-titze.de) –psicólogo alemán– mientras en 1950 la gente solía reírse un promedio de 18 minutos al día, actualmente el promedio no supera los 2-3 minutos diarios. De ahí que la risa ensayada pueda ayudar en esta causa, ya que es totalmente

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incondicional, por lo que no se necesita ningún motivo, ningún grado de felicidad, ni ningún tipo particular de sentido del humor para reír. Toda persona, en cualquier condición, puede ensayar la risa a voluntad y experimentar sus beneficios.

Tanto la risa espontánea como la risa ensayada, y en menor medida la risa estimulada (véase más adelante), concentran actualmente todo el interés terapéutico de los distintos tipos de risa en medicina. La tabla 5.2.1, ampliada desde su primera publicación en la revista Medicina Clínica4, recoge las características principales de la risa espontánea y ensayada. Se ha descrito que la risa espontánea produciría típicamente una contracción de los músculos cercanos a la órbita ocular ("Duchenne smile")24. La risa ensayada es más accesible, efectiva, social y emocionalmente más segura en cualquier edad, género, raza, condición física o nivel socioeconómico. A diferencia de la risa espontánea asociada al humor, la risa ensayada no requiere demasiada implicación personal ni casi ningún esfuerzo para pensar. Es una acción de reír practicada "con los demás" y no "de los demás", por lo que es una risa altamente contagiosa, autopotenciadora y estimulante, que puede alternarse o derivar fácilmente en episodios de risa espontánea. En consecuencia, en ausencia o en espera de risa espontánea, la risa ensayada se torna divertida y contagiosa al poco rato de practicarla, y puede hacer brotar la risa espontánea y potenciar su intensidad y duración.

El cerebro no es capaz de distinguir la risa ensayada de la risa espontánea, por lo que ambas se asociarían indistintamente a similares beneficios de salud, beneficios que se han descrito en numerosos estudios y que serán abordados más adelante. La moderna medicina y terapia de la risa se basa en este principio fundamental: a través de diferentes ejercicios, técnicas, actividades y dinámicas25, una persona o un grupo de personas es conducido a un estado/sentimiento controlado de desinhibición para conseguir llegar

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al binomio risa ensayada-risa espontánea y experimentar sus beneficios físicos, psíquicos, emocionales y espirituales 4.

Tabla 5.2.1. Medicina de la risa: características principales de la risa espontánea y la risa ensayada

(ampliada de Mora Ripoll 20084)

Risa

espontánea Risa ensayada

Expresión genuina de emociones

positivas Sí, siempre En ocasiones Vinculada al humor Muy

frecuentemente Muy infrecuentemente Acción de reír "con" o "de" los

demás

Frecuentemente

"de" Siempre "con" Implicación personal /esfuerzo para

pensar Frecuentemente Muy infrecuentemente Presencia de "Duchenne smile" * Muy

frecuentemente En ocasiones Acompañada de movimientos

corporales

Sí (no

controlados) Sí (controlados) Practicada o ejercida a voluntad No, sin relación Sí, incondicional Motivo o estímulo desencadenante Sí, externo No, autoinducida Capacidad de contagio Sí (frecuente) Sí (muy frecuente) Autocontrol sobre intensidad y

duración Mínimo o menor Máximo o mayor

Vocalizaciones más frecuentes Ja / jo A voluntad: Ja/je/ji/jo/ju y otras

Presencia de sonidos no vocálicos Frecuente (40%) A voluntad Valor terapéutico en medicina Sí (diversos

estudios) Sí (muy pocos estudios) Dinámica ideal de experimentación En grupo A solas / en grupo

* Contracción de los músculos cercanos a la órbita ocular. 5.2.2. RISA ESTIMULADA

Referencias

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d) que haya «identidad de órgano» (con identidad de Sala y Sección); e) que haya alteridad, es decir, que las sentencias aportadas sean de persona distinta a la recurrente, e) que