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El PROFETA DE DIOS ENVIADO A PREPARAR EL CAMINO DEL SEÑOR

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JUAN EL BAUTISTA: Voz del que clama en el desierto.

El PROFETA DE DIOS ENVIADO A PREPARAR

EL CAMINO DEL SEÑOR

Primera Parte de Mateo 3.

Un estudio preparado por Alfredo Chee Amador

Introducción.

En el primer parte del Cap. 1, Mateo presenta a los judíos la evidencia de que Jesús es hijo de David, y lo hace por medio de presentar la genealogía de Jesús. Ninguno de los adversarios de Jesús objetó la genealogía. Por lo tanto, la evidencia es contundente, Jesús es hijo de David y legitimo heredero del trono de David su padre.

La última parte del cap. 1 y en el capítulo 2, Mateo narra el nacimiento de Jesús y presenta evidencias basadas en las escrituras de A. T. Que demuestran que en Jesús se cumplen las profecías en relación a su nacimiento.

Ahora en el capítulo 3, Mateo introduce el ministerio de Juan el bautista como precursor de del Rey que venía. Recordemos que el reino de los cielos se está ofreciendo a los judíos y por eso Juan es quien viene preparando el camino a ese Rey.

Jesús inicia su ministerio personal y Mateo al igual que los otros evangelios señaló el principio del ministerio público de Jesús con la predicación de Juan el bautista. Mateo, nos cuenta la historia iniciando en el Capítulo 3.

1 En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: 2 Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3 Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: Voz del que clama en el desierto: “Preparad el camino del Señor, haced derechas sus sendas.” 4 Y él, Juan, tenía un vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas y miel silvestre. 6 y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán. 7 Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: ¡Camada de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de

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la ira que vendrá? 8 Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; 9 y no presumáis que podéis deciros a vosotros mismos: “Tenemos a Abraham por padre”, porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas piedras. 10 Y el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego. 11 Yo a la verdad os bautizo con agua para arrepentimiento, pero el que viene detrás de mí es más poderoso que yo, a quien no soy digno de quitarle las sandalias; El os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12 El bieldo está en su mano y limpiará completamente su era; y recogerá su trigo en el granero, pero quemará la paja en fuego inextinguible.

LO QUE MATEO NO NOS DICE DE JUAN EL

BAUTISTA.

MATEO 3.1 «En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea»

No nos dice de dónde vino.

A. Solamente dice que «vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea» Lucas en 1:80 nos informa diciendo: «Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en público a Israel.»

B. Notemos que Juan vivió en lugares desiertos hasta el día en que apareció en publico a Israel. Fueron tiempos de preparación para el profeta de Dios.

Mateo no dice nada de la familia de Juan.

A. Lucas es quien nos dice que Elisabet, madre de Juan el bautista, era parienta de María, la madre de Jesús (Lucas 1:36). Pero no se puede afirmar que Juan y Jesús eran primos hermanos.» (WP-Notas sobre Mateo.)

B. En Lucas 1:36: La palabra Parienta (suggenis). No necesariamente una prima, sino simplemente parienta. (Robertson, A. T. (2003).)

C. Lucas es también quien nos informa que el padre de Juan el bautista era Zacarías, era de la línea sacerdotal de Abías y que Elizabet era una de las hijas de Aaron. Así que Juan era de la línea sacerdotal (Considere: Lucas 1:5-7; 1 Crónicas 24:10)

EL ESCENARIO DE PREDICACIÓN DE JUAN EL

BAUTISTA.

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Nuevamente en Mateo 3:1: «En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en

el desierto de Judea»

A. No se trata de un desierto completamente deshabitado, sino de una parte del país no tan poblada como las demás.

B. Lucas 3:3 dice: «Y él fue por toda la región contigua al Jordán»

JUAN EL BAUTISTA: El cumplimiento de una

profecía.

En Mateo 3:3 leemos:

Porque este es aquel a quien se refirió el profeta Isaías, diciendo: Voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, haced derechas sus sendas».

A. Mateo identifica a Juan como aquel del cual habló el profeta Isaías en el cap. 40:3.

B. Este es aquel quien vendría con el poder y espíritu de Elías Lucas 1:17,76. C. Juan confesó cuando fue cuestionado por los judíos que él no era Elías.

Leamos Los judíos esperaban que Elías viniera primero (Mal. 4:5-6) D. Juan 1:21-23, dice:

21 Y le preguntaron: ¿Entonces, qué? ¿Eres Elías? Y él dijo*: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No. 22 Entonces le dijeron: ¿Quién eres?, para que podamos dar respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? 23 Él dijo: Yo soy la voz del que

clama en el desierto: «Enderezad el camino del Señor», como dijo

el profeta Isaías.

E. Cuando Jesús fue transfigurado los apóstoles, Pedro; Juan y Jacobo preguntaron a Jesús sobre este asunto (Mateo 17:9-13).

F. La respuesta de Jesús fue muy clara. Pedro, Jacobo y Juan entendieron muy bien que se refería a Juan el bautista.

El Estilo de vida de Juan el Bautista

(Mateo 3:4).

A. En cuanto a su vestido: Un vestido forrado de pelo de camello. No Lino Y un cinto de cuero a la cintura. Era similar al de Elías (2 Reyes 1:8). Su vestido no era de rico, sino sencillo y humilde. El cinturón le permitía comodidad para poder caminar. Más adelante Jesús se refirió a la vestidura

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de Juan (Mateo 11:8). Juan fue grande a los ojos de Dios. Ante los ojos de los hombres los grandes visten ropas finas.

B. En cuanto a sus alimentos: Langostas y miel silvestre. Era el alimento de los pobres. las langostas, solían comerlas cocidas o asadas al fuego o secas al sol. En cuanto a la miel, esta se encontraba fácilmente en el desierto de Judea. Abundaban las abejas que ponían sus panales de miel en los huecos interiores de las cuevas o hendiduras de las peñas (ver Deut. 32:13).

C. Juan no fue un hombre dominado por la extravagancia y la avaricia. D. Vivió de acuerdo a su mensaje.

E. No fue inconforme con lo que tenía para cubrir sus necesidades.

Características principales de su ministerio.

A. Juan habló claramente sobre el pecado (Mateo 3:2,8,9).

Enseñó la necesidad del arrepentimiento. No puede el hombre venir a estar en buena relación con Dios si no reconoce sus pecados y se arrepiente de ellos (Mt. 3:2).

Pero Juan también enseñó que el arrepentimiento ha de ser evidenciado por «sus frutos» (v. 8). No se trataba de un arrepentimiento aparente sino de uno total que produce cambios en la vida de las personas. Debían volverse a dios confesando sus pecados y apartándose de ellos. El arrepentimiento genuino va siempre acompañado de frutos correspondientes que lo manifiestan.

Advirtió a no confiar en privilegios (v.9). Los Fariseos y Saduceos tenían su confianza puesta en sus propias obras y en su ascendencia en la que se gloriaban. Pensaban que un hijo de Abraham jamás podría condenarse. Juan sabia lo que pensaban y apunto directo a la raíz de su orgullo y falsa pretensión.

B. .Juan el bautista habló acerca del Señor Jesucristo (Mateo 3:11-12). Dijo que venía uno más poderoso que él (Vv 11,12)

El que venía era el Rey. Y enseñó sobre el reino. Podía bautizar con el Espíritu Santo

Podía salvar Podía condenar

C. 3.Juan habló claramente sobre el terrible castigo que espera a los que

no se quieren arrepentir de sus pecados (Mateo 3:12).

Habló de la ira venidera

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Sobre «un fuego que nunca se apagará»

D. 4.Juan enseñó sobre la esperanza de los que se arrepienten (Mateo

3:12).

Los que son trigo. Son de valor, son preciados

Serán juntados. Como trigo en el granero. Serán puestos a cubierto en el día de la ira.

E. 5. Juan afirma y confirma aquí la Deidad de Jesucristo (Mateo 3:11-12). Habla de Jesús como el Juez.

Cristo juzgará y condenará a los desobedientes, entonces Cristo es Dios (Juan 5:22). Porque ni aun el Padre juzga a nadie, sino que todo juicio se lo ha confiado al Hijo.

Conclusión:

Vivimos en una época en que hay mucha enseñanza falsa.

Mucho peligro espiritual. Aprendamos también nosotros estás mismas lecciones y permanezcamos fieles al Señor.

Todo predicador fiel, Será como Juan. El cumplió con su misión preparó el camino del Señor, le sirvió con lealtad y condujo a los perdidos a Jesús.

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