La
educación
artística
Raimundo
Kupareo,
O.
P.
Se
habla
muchoen
la
actualidad,
de
distintas
educaciones(física,
in
telectual,
moral, religiosa, social,
sexual,
etc.)
y
de
sus correspondientes"re
educaciones".Incluso
existen cursos enliceos
y
cátedras enlas
universidades, que se ocupande dichas
educacionesy "reeducaciones".
¿Por qué no se enseña en
los
mencionados establecimientostambién
la
educación artística?En
estebreve
ensayo nohablaremos
de
la
educación artística en elsentido
de
la
educación para elarte,
esdecir,
parala formación de los
artistas;
de
esto se ocupanacademias,
conservatorios, estudios,
escuelasespecializadas,
etc.,
que —dehecho—
ya presuponen en el educando eldon
ola
aptitud creadora
y
procurandesarrollarla
por mediode
diferentes
enseñanzastécnicas,
académicas
y
no académicas.(Compárese,
en estesentido,
porejemplo,
la
técnica
"académica" en elballet:
rusa,
italiana, francesa;
y la "no
o"moderna"
de
Martha
Graham,
Mary
Wygman
eIsadora Duncan).
Tampoco
hablamos
aquíde la
educación estética que —en el parecerde
muchos— es más amplia quela
artísticay
se refiere másbien
ala formación
del
gusto en generaly
no sólo ala
"gustación"
de
obrasde
arte.Se
piensaque un
hombre
"bien
educado"
debe
tener
"buen
gusto"no sólo para el
arte,
sino para cualquier actividad
humana,
como cuando sedice
quedeterminada
personatiene
"buen
gusto"en
vestirse,
comportarse,
etc.Hablamos
aquí,
entonces,
de la
educación artística o por elArte,
esdecir,
cómo educar alindividuo
para que sea capazde
captarla
obrade
artey
mediante su captaciónhacerse "más hombre".
(Este
"más?
debe
entenderse en el sentido axiológicoy
no ontológico).El
hombre
es"más"
hombre
cuandointerioriza
másy
más en sílos
valoreshumanos.
Tales
valores no crecen poruna aglomeración o yuxtaposición
de
actos o realizacionesvaloneas,
sino por su mayorarraigo,
interiorización
en el sujeto.Los
valores son cualidadesy
comotales
deben llevar
consigo notas ontológicasde
la
calidady
node la
cantidad.La
captaciónde
una obrade
artelleva
consigola
gustaciónde
la
misma,
perola
"gustación"
—en general
y
no sólo con respecto al arte—da
"captación" un
"sabor"
propio,
individual,
poique establece un contacto existencial
entre el contempladory
la
obra en cuestión.Por
algo a menudo se repite el adagio:"de
gustibus non estdisputandum"
(de
gustos no se puededisputar).
Cuántas
veceshemos
oídodiscrepancias de
gusto con respecto a unfilme,
cuadro,
pieza musical:"a
mí megusta";
"a
mí no me gusta".A
veces,
tales
personas no niegan —en teoría— el valor artísticode la
obra endisputa,
por
tratarse,
amenudo,
de
un artista yaconsagrado,
perodisienten
enla
"gustación"de
la
misma.¿De qué se
trata?
¿Por quédiscuten?
Puede
ser porque uno"captó"
la
"idea"de
la
obray
el otrono;
puedeser que uno
tenga
ya elhábito
de
captación,
como veremos acontinuación,
y
el otro nolo tiene;
puedeninterferir
enla
captacióny
gustaciónfactores
extra-estéticosdel
contemplador,
comolas
indisposiciones
físicas
o alteraciones psíquicas,
etc.A
veces,
la
causade la
no captacióny
no"gustación"
es el nuevo uso
de los
mediosde
expresiónde
una clasede
arte(nueva técnica,
por ej. nuevaarmonía,
nuevos acordes,etc.,
en una piezamusical)
alos
cuales el auditor no estaba acostumbrado.La
principal causade divergencia
en eljuicio
de
gustoes, regularmente,
la
proyección sentimentaldel
"contemplador" en
la
obra misma.
Si
alguienmira,
por ej, unfilme y
se reconoce enél
(sus
amores,
odios, etc.),
esfácil
que pierdala "distancia
que se requiere parala
tranquila
contemplaciónde
la
obrade
arte.Las
obrasde
arte no nacen en el momentode
"choque"
del
artista conel mundo
de
sensaciones,
sino enla
tranquilidad
del
espíritu."Todas
las
cumbres
sontranquilas"
—dijo
Goethe—. Ningún
músico compuso una marchafú
nebre,
Misa de
Réquiem,
o"Stabat
Mater"
(basta
recordarla
gestaciónde
"Stabat
Mater",
de
A.
Dvorak)
en el momento mismode
la
tragedia
individual,
familiar
ode
sus amigos.Lo
mismo sucede con el"re-nacer"
de
la
obrade
arte en el contemplador.
Si
él,
en el momentode
mirar,
escuchar,
no estátranquilo
sino que está proyectando enla
obra su estadode
ánimo,
esdifícil
quela
captey
quela
guste estéticamente.Es
difícil
no proyectarse en unaobra
de
arte,
porque el"caso"
o el sentimiento particular
corresponde,
a menudo,
alos
casos vividos por nosotros mismos(por
estotan
fácilmente
Uora'-mos,
nosreímos,
estamosindignados,
etc.,
al presenciar una obrade
arte),
pero el auditor o el contempladordebe
estar conscientede
que el"caso" era sólo un
pretexto,
un motivo para elartista,
para sucreación,
que consiste precisamente en
"elevar" el
"caso"
a
la
universalidadde
la
"idea".
Muchas
vecestales
"casos" ni siquierahan
existido sino quehan
sidoinventados
por el artista.
Proyectarse
enla
obrade
arte significa reducirla a un"caso",
suceso particular o sentimientoparticular,
elnuestro,
y
no ver en el"caso",
la
imagen,
el símbolo
de
un sentimientohumano,
que supera eltiempo
y
espaciodeterminados.
Para
una verdadera educación artística es necesario que el maestro conozca no sólo el
"oficio",
esdecir,
queél
mismo sea un verdadero conocedordel
arte,
sino que conozcatambién
al educando.Para
tal
finalidad le
sirvenestudios
fisiológicos,
socio-psicológicos,
caracterológicos,
etc.,
que se realizanen
los
"laboratorios"de
psicologíadel
arte.No
se puede sacar algode
alguien si este "alguien" nolo
contiene ya"en
potencia",
porque el actoy la
potencia sondel
mismo género("Actus
et potentia sunt eiusdem generís").Cuántas
ve ceslos
padres con suficientes recursos económicos quieren que sushijos
estudien,
porejemplo, piano,
o que entren en unaEscuela
de
Artes
Plásticas
ode
Ballet,
por considerar que estos aprendizajesles dan
a sushijos
más prestigio social, y,
sinembargo,
el resultadoes,
aveces, nulo,
porque un estudiofisio-psicológico
revelala falta de
los
factores
necesarios parala
creacióny
recreación artísticas.
¿Cómo se consigue una educación artística?
Repetimos:
no setrata
de
cómo conseguir que alguien sehaga
artista,
sino
de
cómoformar
un criterioo,
mejor,
unhábito
artístico en el educando.Detectar
al artista en el(pequeño)
educando estarea
del
psicólogodel
arte,
pero educarlo artísticamente esla
del
profesor-esteta.Es
necesario que el profesor sea un verdaderoeducador, quien,
comosu mismo nombre
lo
dice,
"e-duce"
(saca
de)
de las
potencialidadesdel
educando,
aptitudes paradesarrollarlas y llevarlas
a suplenitud,
perfección.Para
tal
finalidad,
el maestrodebe
conocerindividualmente
a suseducandos,
porquela
esenciaindividual
esla
razóny
raízdel
modode
operarindividual. La
operación no puede provenir
inmediatamente
de la
substancia sinode
un accidentede
la
misma:de
unafacultad
operativa que es unadeterminación
secundariade la
substancia.En
la
palabra"educador"
no sólo está su
"oficio",
sinotambién
sufina
lidad: la
de
serguía,
"dux"
del
educando,
parallevarlo
ala
correcta apreciación
de
las
obrasde
arte.En
el educando se presuponen condicionesinnatas
de
inteligencia
eima
ginación; y adquiridas,
de
gusto,
que seforma
porla
experiencia a causadel
contacto conlas
obrasde
arte.Tal
contactodebe
ser constantey
llevar
consigo siempre unareflexión,
una comparación conlo
ya vistoy
escuchado o estudiado através
de
la historia
del
arte respectivo.Un
artista no creahoy
como creaban sus antecesores: su creación refleja su propia"visión del
mundo",
que —a su vez— es el reflejode la
visiónde la época
en que vive.Sólo
los
grandes genios se"adelantan"
a su
época,
perotales
excepciones confirmanla
regla.Por
esto,
cadaépoca
tiene su expresiónde los
sentimientoshumanos
que,
siendo siemprehumanos,
se encarnan enlas
obrasde
artede distinta
manera endiferentes
épocas. Por
ejemplo: el sentimientode
aislamiento,
incomunicación,
el absurdodel
existirhumano,
que marca el artede
nuestraépoca,
no estaba ausente nien
la
época
clásicade
la
tragedia
griega,
ni enla
ansiedad romántica.Pero
unGarcía
Lorca,
Sartre, Camus,
Beckett,
no se expresan como unSófocles
oEurí
pides o
Víctor
Hugo.
La
"evolución"
de las
formas
artísticas corresponde ala
"evolución"
históricas
en que vivey
queforjan
supeculiar
"visión
del
mundo".Por
estopodemos
hablar
de
las
notas comunesdel
arte(o
estilo) de
unaépoca,
a pesarde
que cada obra artísticade
tal
época
esdistinta
porquelas
"notas
pasan por el
tamiz
individual,
dando
nacimiento a un estilopropio,
particular.A
veces,
un mismoartista,
altratar
un mismotema,
lo
expresade
distinta
manera en
diferentes épocas de
su vida(Basta,
porejemplo,
analizardiferentes
pietas,
de Miguel
Ángel),
porque su"visión del
madura.El
educadordebe
mostrar al alumno no sólo cómo nace una obrade
arte(aspecto
psicológico,
biográfico,
socio-histórico,
etc.),
y
cómo sehace (aspecto
técnico,
estructural,
contextual,
"formal",
etc.),
sino,
principalmente,
qué esuna obra
de
artey
por quélo
es(
aspecto estético)
.Para
tal
efecto sonimpres
cindibles
las
nocionesfundamentales
de
estética generaldel
arte, como,
porejemplo,
la
diferencia
entre ellenguaje
artísticoy
ellenguaje
científico-filosófico;
entre ellenguaje
artísticoy
ellenguaje habitual
ofuncional;
el educadoranalizará con el alumno
los
diferentes
mediosde
expresiónde
distintas
clasesde
artey
suintercorrelación,
para elaborar una clasificacióndel
arte;
le
intro
ducirá
—poco a poco—en
la
misteriosa esenciadel
arte,
que no es una copiade los datos
de
la
naturalezafísica
o psíquica sino sutransfiguración.
El
artistano realiza una posición absoluta
del
ser("ktísis")
sino quelo
explícitay
lo
"trabaja"expresándolo en un signo nuevo
("poíesis").
Es
necesariodilucidar
los
problemasde la
semiótica artística(signo,
símbolo, síntoma,
enigma,
etc.)
y mostrar,
conejemplos,
en qué consistela
creaciónartística,
analizandolas
relaciones así
dichas
"estéticas",
que están enla base de
una obrade
artey
quese
distinguen
de las
relaciones puramentelógicas
y
de
las
metafísicas o reales.Todo
esto servirá para que el educando puedadiscernir
una obrade
arte,
de
unartefacto, y
para no mezclarla
creación artística conla
habilidad
odes
treza técnica.
El
educadorle demostrará
al alumnola
imposibilidad
de
separarrealmente,
en una obrade
arte,
elfondo,
de la
forma;
o elcontenido,
del
continente,
y
así evitarla
apreciaciónde
una obrade
arte sólo por el contenidomoral,
religioso,
psicológico, socio-histórico, político,
etc.Debe,
además,
mostrar
al alumno cómo el artetiene
valor en sí mismoy
no puede estar al serviciode
nada nide
nadie.Así,
poco apoco,
por mediode
una experienciacontinua,
el educadorformará
en el educando elhábito de
apreciary
gustarlas
obrasde
arte.A
pesarde
quela
finalidad de la
educación no es —propiamentehablan
do—
la formación de los
hábitos,
sino eldesarrollo
de las facultades
respectivasa
las
que perfeccionanlos
hábitos
paraconseguir
así eldesarrollo
integral
del
hombre;
sin embargolos hábitos
hacen
que eltrabajo
de
cualquierade
nuestras
facultades (físicas
opsíquicas)
se vuelva másfácil
o,
mejordicho,
espontáneo.
Pero lo
"espontáneo"no quieredecir
"mecánico",
comosucede,
por ejemplo,
conlos
reflejos condicionados.La
espontaneidad
de
los hábitos
es guiadapor
la
inteligencia.
Es
una actividadseleccionadora.
Es
fácil darse
cuenta cuándouno ejecuta una
pieza
musical"mecánicamente"
y
cuándola
ejecuta"espontá
neamente"
al
darle
unainterpretación
propia consecuente conla
naturalezade
la
pieza.Aquí
la
inteligencia,
aunquelatente,
está presente o transparente.El
hábito
—segúnAristóteles (Et.
Nic, II,
1)— nace porla
repeticiónde
actos semejantes.El
hábito
sedistingue de
la
simple capacidadde
actuar:incluye
un comportamiento activo.Santo
Tomás
(C.
Gent.,
IV,
C.
77)
dice:
"Por
elhábito
no nos volvemoscapaces
de
hacer
algo,
sino nos volvemoshábiles
oinhábiles
para actuarbien
o mal con respecto a
lo
que ya podemoshacer".
El hábito
es como una segunda naturaleza.Los
valoreshumanos
(científicos, filosóficos,
morales, artísticos,
religiosos),
seinteriorizan
másy
más en elindividuo
por mediode los
hábitos;
seinteriorizan,
seintensifican,
pero,
a suvez,
su exteriorización es másfuerte,
"más
explosiva",
comolo demuestran las
obrasde
grandescientíficos,
sabios,
héroes,
geniosy
santos.Nadie
puede negar que sus obras sonfuertes y
de
granresonancia en
los
demás,
porque suspensamientos,
acciones,
etc.,
eran más profundos.Es
una réplicade la
ley
física:
mayorpresión,
mayor salto.Por
esto vuelven a sermodelos,
"ideales",
paralos demás hombres
y,
enespecial,
parala
juventud.
El
hábito
creativo esdistinto
del
re-creativo.Aquél
presupone una potencia
creativainnata,
natural;
mientras que el segundo se adquiere porla
solarepetición
de
actos semejantes.En las
cosas puramentenaturales,
la
potenciaprecede al acto
(por
ejemplo,
la
vista),
mientras que enlas
"virtudes"(entre
ellas el arte como
re-creación)
viene primerola
actividad: nos volvemosjustos,
prudentes, haciendo
actosjustos,
fuertes,
prudentes.Estrictamente
hablando,
no existe el arte mejor opeor,
mayor omenor,
ni obras
de
arte que sean mejores opeores,
más perfectas o menosperfectas;
pero sí existe una mejor o
peor,
más perfecta o menos perfectare-creación, in
terpretación,
ejecuciónde
ellas.Sólo
en sentidoimpropio
podemos atribuir eltítulo
de
"artista" alos
actores,
intérpretes,
directores
de
orquesta oteatro,
etc.(en
el cine eldirector
es a
la
vez el autor-creadorde la
película),
porque ellos presuponen obras yacreadas para
interpretarlas. Aquí
vale el principio:diferentes
acciones provienen
de diferentes
potencias ofacultades.
El
entendimiento "práctico"("intellec-tus
adiunctavolúntate"), tiene
—en nuestra opinión—dos
aspectos,
funciones
diferentes:
el recreativoy
el creativo.¿Por qué uno es artista-creador
y
el otro nolo
es?Todas
las
teorías
psico-somáticas,
hereditarias,
ambientales, psicoanalíticas,
enbreves
palabras:
toda
la
psicosomática
fracasa frente
a este misterio que evidenciala
riquezade
esencias
individuales.
Pero,
¿es posible quetodos
los
hombres
"normales"(física
y psíquicamente)
tengan
la
capacidadde
captar,
re-crear obrasde
arte?Pen
samos que
sí,
previa una enseñanzatécnica,
histórica
y,
especialmente,
"expe
del
arte. ¿Por qué?Porque
la
capacidad expresiva esinnata
alhombre
y
esla
razónde la
creatividady
re-creatividadhumana.
Tal
capacidadla
tienetodo
hombre
normal: el niño ya se expresa por mediode
gritos,
saltosy
gara-bateos,
etc.,
pero no por estotodos
se vuelven artistas creadores.En
elniño,
más que
de la
expresióndel
sentimiento,
setrata
de
una autoexpresiónde
unsentimiento
dado,
"vivido"
en un momento
preciso;
mientrasque,
en elarte,
la
autoexpresión es elevada ala
expresión pura."Detrás de
midolor y
de
miamor veo
(intuyo)
elamor,
eldolor",
afirma el poetafrancés Pierre Emannuel.
El
educadordebe
estar atento alas
expresiones artísticasde
sus educandos;
atento para ayudar adesarrollar
esta capacidad expresiva.Una
vez quizádescubra,
consorpresa,
a un"niño-prodigio";
otra a un"niño-sensible"
a
las
manifestaciones artísticas.
En
el primer caso setrata
del
artista-creador,
y
enel
segundo,
del
artista-recreador.Ambos
necesitanla
ayudadel
maestro para supleno
desarrollo.
Repetimos:
mientrasla
potencia creativaes,
en nuestra opinión, congénita,
los hábitos
creativosy
re-creativos son adquiridos.En
ningúncaso se
trata
de hábitos
"infusos"(producidos
porDios,
comola Gracia Santi
ficante,
o regalados porlas "musas"). El
hábito
creativoy
re-creativotienen
por sujeto
la
facultad
cognoscitiva("el
entendimiento práctico"): en sí sonbuenos,
esdecir,
perfeccionan alindividuo.
El
arte unelo
abstracto conlo
concreto,
lo
material conlo
espiritual,
mostrando alhombre
la
armonía quedebe
reinar entre su alma
y
sucuerpo,
evitando asílas
tensiones
perjudiciales parala
integridad
de la
personahumana.
El
arte, además,
muestra al educandola
independencia
y
autonomía personal porque el arte no sirve para
la
propaganday
utilidad práctica: publicitaria,
comercial(los
avisos musicales son un abusodel
arte),
etc.El
artedesafía
toda
clasede
dictaduras.
Cuando
sehabla
del
arte como medio"terapéutico",
es menester aclararque se
trata,
enla
mayoríade los
casos,
de los "elementos
formales"
de
la
obra
(rítmicos,
sonoros, colórícos,
etc.) y
node la
obra en suintegridad.
Algo
parecido sucede cuando se
habla
del
arte como mediopedagógico;
regularmente se piensa en el contenido
moral, social, religioso, etc.,
de
la
obra.En
ambos casos se está
disociando
lo
que no puedehacerse: la forma
y
elfondo,
atentando contra
la
unidaddel
arte,
así como una "ascesis" exagerada que"milita"
contra el
cuerpo,
y las
preocupaciones puramente somáticas que vanen
desmedro de las
espirituales atenían contrala
unidadde la
personahumana
y
su equilibrio.El
arte es un valor"final"
(tiene fin
en sí mismo).No
es un valor"fun
(no
está enfunción
de),
ni es un valorúltimo,
como sonlos
valoresreligiosos;
el arte educa por sí mismo: con su perfección(a
una obrade
arteno se
le
puede quitar ni añadirnada),
muestra alhombre
cómodebería
serperfecto,
él
mismo.El
arte es un valor en sí(lo
mismo quela
moral);
una acción moral notiene
valor porque esloable
o porquelleva
prestigio a quienla
ejecuta,
sinoporque
lo
perfecciona,
lo
hace
máshombre
integral,
sin mirar ala
recompensao al premio
(si
mi obrahace
mejor a miprójimo,
esto esconsecuencia,
"di
fusión"del bien
moral,
pero nola
medida ni causadel
mismo).Pero
afirmar que el artetiene
valor en sí mismo no quieredecir
que estáseparado,
desvinculado
de
otros valores. ¿Qué sería el arte"puro",
o"el
artepor el arte"?
Si
estelema
setoma
como regla parainculcar
que el arte nodebe
servir a
los demás
valores(ni
siquiera alos
valoresreligiosos),
estamosde
acuerdo,
pero node
queel artepuede prescindirde los
demás
valoreshumanos.
El
arte no puede ser un purojuego,
unaforma
vacía,
sin contenido.Pero
el contenido en una obra
de
arte,
porejemplo,
de
una novela"histórica",
noes
de la
misma naturaleza que el contenidode
una obrahistórica, biográfica,
social, psicológica,
etc.
Ha
dicho bien
Elizabeth Bowen: "La
Historia
registratodos
los
hechos;
la Novela los
eleva al rangode
ideas".
El
arte se nutrede
los
demás
valorestransformándolos
en signos"absolutos",
símbolosque,
libra
dos
de
la
relatividadde
ejemplos o casosparticulares,
se elevan al rangode
"ideales"que atraen
y
perfeccionan alindividuo.
Y
si es verdad que"verba
volant,
exemplatrahunt"
(las
palabras vuelanpero
los
ejemplosatraen),
¿qué mejor atracción que aquélla enla
quelos
ejemplosdan
sugerenciasde lo
"absoluto",
de
ideal,
como sonlas
obrasde
arte?Se
puede objetar quelo
negativo:pecado, vicios,
crímenes, etc.,
son elcontenido
de las
novelas,
dramas,
filmes,
cuadros,
etc.;
pero no olvidemos quetales
ideas
privativas son siempreideas,
esdecir,
noimporta
tanto
el caso pecaminoso,
cuantola
idea
del
pecado encuestión, y
quelo
negativo no se puede comprender sinlo
positivo,
de lo
cual es una privación.Nadie
puede comprender qué son
las
tinieblas
si primero no sabelo
que esla luz.
El
arte educano sólo a
través
de las ideas
positivas,
sinotambién
—y quizás más— através
de las
privativas. ¿Quién quisiera repetirla
vidade
Ótelo, Hamlet,
Madame
Bovary,
etc.?Errando discimus
—aprendemos porhabernos
equivocado—: valetambién
aquí.Es
aquídonde
elmaestro,
por mediodel
arte,
educede
las
profundidades del
almade
su alumnolas
inmensas
posibilidadesde
perfecciónmoral,
en el sentido amplio: es
decir,
posibilidadesde
perfeccionarlas
accionesindi
viduales, Ínter
y
supraindividualesdel
educando,
formando
enél
hábitos-vir
tudes
correspondientes.El
arte puede producirtodo
lo
contrario,
si no selo
entiende o si se
toma
por artelo
que sólotiene
aparienciade
tal.
Para
una educación artística es necesaria una enseñanza previa.La
estética
del
arte es una ciencia que estáíntimamente
unida conlas
ciencias asídichas,
"humanas"(historia,
psicología, sociología,
etc.).En
todas
ellasla
enseñanza y
la
educación están estrechamentevinculadas,
lo
que no sucede conlas
ciencias"exactas",
donde
prevalecela
enseñanza, y
la
educación enellas
sólose puede tomar en el sentido
filosófico ("educir de
potencia alacto"),
perono en sentido propiamente moral
y
educativo;
nilas
matemáticas nila
metafísica
educan porsí,
aunquedesarrollen
la
inteligencia
del individuo.
La
edu
arriba
mencionadas,
proporcionan al arte algunos aspectosde
esta integralidad.El
artelos
viste en ropajede
perfección,
no sólo porquela
obrade
artedebe
ser perfecta en
sí,
sino porque eleva estos aspectos concretos a rangode
"ideas"
e
"ideales";
ya no setratará,
en una obrade
arte,
de
unO'Higgins,
Napoleón,
Hitler,
Stalin
y
otros,
esdecir,
sólode la
vidade
unosindividuos
históricos,
consus
proyectos,
susluchas,
odios, amores,
desesperanzas,
etc.,
sino que ellos sevuelven símbolos o
"ideales"
(buenos
omalos)
de los
sentimientos, accioneshumanas: dignos
de
aprecio eimitación
o repudio.Esa
esla
tarea
del
profesor-esteta: enseñar primero cómomirar,
escuchar,
leer
una obrade
artey
mediante repeticionesy
comparaciones producir unestado
de
ánimo,
unhábito,
una segundanaturaleza,
una connaturalidaden el
educando,
para queéste
pueda captarla
obra,
gustarlay
asíimbuirse
de la
"idea"(sentimiento
intuido
por elartista)
que se escondebajo
el ropajelineal,
volumétrico,
kinético,
verbal, sonoro, cromático,
etc.El
camino eslargo,
pero valela
pena recorrerlo parahacer
de
este mundo un mundo mejory
darle
un sentidotrascendente,
comolo
da
una obrade
arte,
que supera el
tiempo y
el espacio(el
arte es atemporaly
aespacial),
a pesarde
que nace en untiempo
y
espaciodeterminados.
El
arte se aprende viviéndoloy
no sóloestudiándolo, como,
porejemplo,
las
matemáticas;
en el arte no está"comprometido"
sólo el
entendimiento,
sinotambién
la
voluntad,
la
imaginación,
la
memoria, y
los
sentimientos.En breves
palabras: