• No se han encontrado resultados

El hombre creado en Jesucristo

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2020

Share "El hombre creado en Jesucristo"

Copied!
15
0
0

Texto completo

(1)

EL HOMBRE CREADO EN JESUCRISTO

Bernardo Guzmán La teología ha surgido siempre, como una actividad de la vida de fe; actividad que no se entiende más que a partir de esa misma vida de fe. Su única finalidad es prestar un "servicio" a la vida de la fe, porque busca constantemente una mayor comprensión de la Palabra de Dios, para lograr una mejor y más confiada fidelidad a esa Palabra interpelante. Sólo así, los hombres podrán dar una respues-ta torespues-tal, comprometida, histórica, a la salvación que Dios ofrece en su Palabra.

En este sentido la fe hace la historia; dicho de otro modo, sola-mente, una auténtica vida de fe puede hacer de esta única historia humana, una historia de salvación, de realización humana, de espe-ranza confiada en un futuro nuevo. Esta afirmación anterior resulta comprensible y obvia, cuando se logra descubrir el nexo que existe entre la Palabra de Dios y la Historia humana, porque la vida de los creyentes hace que converjan, en una unidad real y fáctica, el desti-no y la tarea de los hombres con el prometido reino de Dios.

Cada época, pues, deberá hacer, por fidelidad a Dios y a los hom-bres, ese repensamiento teológico de su verdad, de su momento his-tórico concreto y de la exigencia de su fe. Esta tarea debe ser hecha en esas dos direcciones: una mejor comprensión del dato bíblico y una mejor comprensión del momento actual, con su antropología, su cosmovisión y su sentido propios. De esta manera, podrá vivirse una fe que sea, realmente, una respuesta comprometida con la ac-ción histórico-salvífica de Dios, y que no aliene al hombre de la ta-rea de cambio que tiene que ta-realizar en su mundo y en su historia.

Uno de los temas de nuestra fe, que debe ser 'repensado, es el de la Creación. El testimonio bíblico nos dice que el hombre ha sido crea-do por Dios, y que en Jesucristo esa misma creación ha sido radical-mente transformada. Pero qué significa 'eso para el hombre contempo-ráneo y en concreto latinoamericano? Cuál es la realidad profunda que se encierra en esa formulación? Qué exigencias plantea esa reali-dad para nosotros hoy? Qué tiene que ver esa verdad de fe con los problemas, las angustias y las luchas reales de nuestra historia? No se percibe el hombre hoy, a sí mismo, como el único creador de algo nuevo? Nuestra historia concreta no parece, más bien, la negación de la bondad de la creación? Qué sentido de esperanza y qué pro-fundidad de radicalidad puede ofrecer ese mensaje -que parece ser una superestructura ideológica- al compromiso por un cambio en nuestra historia actual?

Es aquí, donde la teología puede dar una respuesta que ilumine nuestra situación actual. Ella es la llamada a hacer ver que la

salva-ción de Dios su humanizaci

para todos; ql bilita esa bús del hombre y para marcar l. zos, y para g nitivo del des, sobre el caos d La situaci que vivimos) bres, el anhel con su dignid los beneficios cia real econé de la ciencia los más urgen' de nuevos con minio, la ame] los más eleme conocimiento dadero sentida experiencia yu

Esta nueva bilidad de con también, comp y su nueva cre nueva manera va actitud fren da y crean un, que nos invita a

1. LA NUEV

MUNDO

1.1Concepción

Uno de los brir la relación descubrimiento

Con el fin I mento, es inter acerca del ha la una a la on ten ía, pues, un

(2)

rdo Guzmán

e la vida

sa

misma

a

vida de rón de la dad a esa 1 r espues-ofrece en

ido, sola-a historisola-a

de espe-)r resulta ue existe da de los

el

desti-los hom-lento hi s-serhecha bíblico y opología, rá vivirse

o

n

la ac -de la ta

-f

ria. , es el de sido crea -D radical -bntempo -profunda

.esa reali

-e

con los .ia? No se r de algo

negación qué pro-arece ser mbio en

~ilumine la

salva-El hombre creado en Jesucristo 125

Clan de Dios no es algo extraño, ni ajeno a la lucha del hombre por su humanización y construcción de un mundo más justo y habitable

para' todos; que la acción divina creadora es precisamente la que pos i-bilita esa búsqueda humana; que esa acción se inserta en el corazón del hombre y en el núcleo mismo del proceso evolutivo e histórico para marcar la dirección y el sentido que deben llevar tantos e sfuer-zos, y para garantizar de antemano, con su fidelidad, el éxito defi -nitivo del desenvolvimiento de la historia: el triunfo del ser humano sobre el caos de la inhumanidad y de ladestrucción definitivas.

La situación. concreta en que nos encontramos, los problemas que vivimos y el análisis de sus causas, las angustias de tantos hom-bres, el anhelo frustrado de lograr una condición humana acorde con su dignidad de personas, las desigualdades en la distribución de los beneficios tanto económicos como tecnológicos, la depe nden-cia real económica-política-cultural de los pueblos pobres, el fracaso de la ciencia y de la técnica -como soluciones únicas- para resolver los más urgen tes problemas de la humanidad y, a la vez, la aparición de nuevos conflictos creados por ellas, la lucha por el poder y el do-minio, la amenaza de una guerra nuclear y la amenaza de acabar con los más elementales recursos vitales, la destrucción del ambiente, el conocimiento científico con su lógica racional, la pérdida de un ver -dadero sentido para la vida y para la historia, han creado una nueva experiencia y una nueva conciencia en los hom bres de hoy.

Esta nueva conciencia y esta nueva experiencia nos dan la pos i-bilidad de comprender mejor al hombre y su mundo. Nos permiten, también, comprender mejor la verdad de fe: la obra creadora de Dios

y su nueva creación en Jesucristo. Pero no sólo nos proporcionan una nueva manera de comprender, sino que también, despiertan una nue -va actitud frente al obrar humano, una nueva manera de asumir la vi-da y crean una nueva disponibilidad para obedecer la Palabra de Dios que nos invita a una nueva creación.

1. LA NUEVA MANERA DE CONCEBIR AL HOMBRE Y SU

MUNDO

1.1 Concepción actual de la relación entre el hombre y el cosmos .

Uno de los elemen tos de esta nueva conciencia consiste en de scu-brir la relación tan vital que existe entre el hombre y el cosmos. Este descubrimiento esde capital importancia.

Con el fin de que aparezca más claramente la novedad de este ele-mento, es interesante dar una ojeada a la antigua visión que se tenía acerca del hombre y del mundo: estas dos realidades eran extrañas la una a la otra; casi dos enemigos.' Nuestra mentalidad occidental tenía, pues, una cosmovisión dualista que logró establecer, no sólo

(3)

126 Bernardo Guzmán

una diferenciación, sino una separación radical entre el hombre y el cosmos.

El mundo material era percibido como el marco espacio-temp o-ral transitorio, en el que el hombre vive por un período, moviéndose allí como un ser totalmente diferente y de una manera incómoda. El hombre se entendía, a sí mismo, como un "microcosmos" cer ra-do el cual tenía, en sí mismo, su propia perfección y finalidad.

Se llegó a pensar, incluso, que el hombre podía vivir fuera de este cosmos y que en ello, precisamente, consistiría su realización ple -na y total. Los problemas que el hombre tuviera en esa existencia carecían, en realidad, de importancia, porque estaba destinado a de -jar tarde o temprano este mundo material que en el fondo era'malo.

Dificultad causó el tratar de explicar que este cosmos material fuera creatura divina. No era él, más bien, creado por demiurgos enemigos de la divinidad, o por las fuerzas del mal?

Las relaciones que se ponían en primer plano eran exclusivame n-te las de carácter extrínseco: el hombre podía conocer ese mundo, y el hombre podía actuar sobre él para transformarlo y servirse de él, pero no se percataba de que el cosmos, a su vez, actuaba sobre el hombre.

. Hoy, por el contrario, se ha tomado conciencia y se tiene expe-riencia de la gran unidad y armonía que existe entre ambos: ellos forman una sola totalidad, si se destruye el mundo material, automá-ticamente el hombre es destruído. La relación es tan profunda y tan vital, que el cosmos no es sólo la casa del hombre sino su "cuerpo", la técnica con la cual actúa sobre el cosmos es la prolongación de la mano transformadora del hombre, y el espíritu es el alma del mundo y la más alta manifestación de la vida que surge del cosmos y en él. Aún más, el cosmos es creado como mundo humano por el sentido que el hombre comunica a aquél, sentido que es descubierto allí mis-mo o, por lo menos, apartir de aquél.

Si en la perspectiva anterior, el mundo es creado por el hombre, puesto que partiendo del sentido que el hombre da al cosmos, lo va modificando y transformando, también es cierto, que ese mundo humano va modificando y transformando el ser mismo del hombre; va surgiendo un hombre diferente y nuevo, o se va destruyendo f unda-mentalmente. ASÍ, el hombre resulta creado por el mundo.

Se vive, pues, en profundidad la verdad de que el cosmos es el hombre y que el hombre es ese mundo material; y si bien, tal vez hoy mejor que antes, el cosmos ha sido conocido, desvelado, transfor -mado y dominado por el hombre, igualmente, nace la responsabil i-dad para la ciencia y la tecnología de respetar y conservar ese mundo material, de dar un mejor sentido a su acción transformadora para que no se destruya el ser humano. No se puede actuar irresponsa -blemente sobre él.

Este elemento cuenta para un repe

12La nueva conce Un segundo eh el campo de la an cebir al hombre e hombre en símism]

1.2.1 El hombre e El hombre, en abstracta, determii calmente unidad, do. Como dijera e

yecto.

La an tigua vis tros), había exteí hasta instalarla al ró como la yuxt liables: cuerpo mal

El cuerpo mat y por tanto, el Ili

humanas. Así, el I tencia se convirtií que tiraba de la El verdadero han "espirituales", lod

En este punta hombre sin su cu ropaje que envoh los casos, se debl ritual", para que finalidad de lo C( de todos modos h:

No es raro, ¡: toda la enseñanz: tadas desde esta Ól

Hoy, por el ( la unidad radical ral. La forma Cal el mundo, la únic creta de llegar a cuerpo.

(4)

ombre y el

acio-ternpo

-moviéndose a incómoda.

smos"

cerra-r

d.

"ir fuera de lización ple-sa existencia

inado a de-(fo era malo. Íaterial fuera

,

.

gos enemigos

¡ xclusivamen-'se mundo, y

~rvjrse de él, aba sobre el

~tiene expe-mbos: ellos rial, automá-Drunda y tan su "cuerpo", ~gacjón de la

la del mundo

¡mOS

y en él. pr el sentido erto allí

mis-,r el hombre,

!osmos, lo va ese mundo del hombre; endo

funda-cosmos es el , tal vez hoy do,

transfor- responsabili-ar ese mundo rmadora para r

irresponsa-El hombre creado en Jesucristo 127

Este elemento de la conciencia actual debe ser tenido muy en cuenta para un repensamiento de la doctrina de la creación.

1 2La nueva concepción del hombre.

.Un segundo elemento de la conciencia actual es la revolución en el campo de la antropología; podríamos decir que la manera de con-cebir al hombre cambió radicalmente yeso en dos aspectos: en el hombre en sí mismo y en el hombre en sus relaciones con los demás.

1.2.1 El hombre en sí mismo.

El hombre, en sí mismo, no está dividido, ni tiene una esencia abstracta, determinada, fija e inmodificable. El ser humano es radi-calmente unidad, y su esencia consiste, precisamente, en irse hacien-do. Como dijera el P. Teilhard, el hombre es una "flecha", es un pro-yecto.

La antigua visión (que por desgracia, aún supervive entre noso-tros), había extendido la separación entre el hombre y el cosmos hasta instalarla al interior del hombre mismo. A éste se le conside-ró como la yuxtaposición de dos realidades diferentes e irreconci-liables: cuerpo material-alma espiritual.

El cuerpo material y sexuado era tenido por la "cárcel del alma", y por tanto, el mayor impedimento para la realización y perfección humanas. Así, el cuerpo humano llegó a ser menospreciado y la exis-tencia se convirtió en una lucha con tinua por librarse de ese lastre que tiraba de la parte noble del hombre hacia la nada y el pecado. El verdadero hombre era aquél que se dedicaba a buscar los valores "espirituales", lo demás era desperdiciar la existencia misma.

En este punto, se llegó, incluso, a pensar que se podía dar un hombre sin su cuerpo. La salvación consistía en despojamos de ese ropaje que envolvía, condicionándolo, al espíritu; o en el mejor de los casos, se debía transformar ese cuerpo en algo "angelical"-"espi-ritual", para que pudiera ir apareciendo el hombre perfecto. Unica finalidad de lo corporal era servir de instrumento del alma y al que de todos modos había que dominar y someter a servidumbre.

No es raro, pues, que toda la verdad bíblica del "barro" y que toda la enseñanza paulina del "hombre espiritual", fueran interpre-tadas desde esta óptica dualista.

Hoy, por el contrario, se experimenta, de una manera muy real, la unidad radical del ser humano, y se revalúa su dimensión corpo-ral. La forma corporal es la única manera posible de ser hombre en el mundo, la única manera real de ser persona y la única manera con-creta de llegar a ser hijo de Dios. Es impensable un hombre sin su cuerpo.

(5)

128 Bernardo Guzmán

El cuerpo es el enlace sutil del universo cósmico con el yo del hombre; por él, el universo está en la persona y la persona en el un i-verso. Pero además, el hombre que es, fundamentalmente, comunión y relación con los otros hombres, encuentra en su cuerpo la forma más real de comunicación humana con ellos, de la cual depende toda otra forma de comunicación e intercambio entre los humanos y del hombre con Dios. Destruír el cuerpo es matar al hombre, disolver la persona humana. En esto, precisamente, consiste lo trágico de la muerte física, y de la conciencia que se tiene de ella, y por ende, se ve en ella el mayor obstáculo a la realización humana y el fracaso definitivo en la empresa de la construcción del mundo.

1.2.2 El hombre en sus relaciones con los demás.

Hoy se ha descubierto, de una manera palpable, lo decisivo,.lo absolutamente determinante de las relaciones entre los hombres, para el "ser" y el "existir" humanos. El ser del hombre individual y colectivamente surge de ese tejido de relaciones. Comunicación, en este sentido, quiere decir vida o muerte, creación y progreso hu-mano o su caos y destrucción. Es esto lo que llamamos propiamen -te mundo humano, y muy acertadamente afirma J. B. Metz que, el descubrimiento más grande en la actualidad consiste en percibir el mundo como historia.

La historia no es, solamente, la lucha del hombre por situarse en el cosmos, por transformarlo, por integrarse y distanciarse de él, con sentido, sino también, la tarea humana por encontrar la forma más justa de integración y convivencia entre los mismos hombres. Tarea que tiene que ser realizada, igualmente, a la luz de un sentido determinado. La conjunción de esas dos empresas relacionales es lo que constituye la creación de una historia.

Es verdad que el hombre crea la historia, pero a su vez, el hombre

va siendocreado por esa misma historia; el hombre se humaniza o

deshumaniza en ella. El ser del hombre debe ir apareciendo, más cla-ramente delineado, en esas relaciones históricas, y así, podríamos afirmar que "se es" lo que otros hacen de uno.

1.3 La concepción actual del futuro.

Un último elemento constitutivo de la conciencia moderna es el

futuro como categoría de esperanza, de cambio, de algo nuevo por

aparecer. Ninguna situación dada es definitiva, todo puede y tiene que cambiar. La historia se trasciende a sí misma; no es algo que sim-plemente se repite. Ella no puede convertirse en un mantener y sos-tener el pasado, sino que debe ser algo abierto hacia el futuro nuevo que todavía no se ha dado.

Anteric realidad po así, que t, mordial. )1 al desgaste condicione¡ que en el' "accidental nes de la n:

Tambié

raleza que ya perfect era la ma

antemano, potencialid riable, mee

turaleza en Hoy TI( parte de SI bién su se

o no, de a le den o 1/

verso, morf lgualm

tenerse est bajo nuest ni definitii estallado t

proceso qu tradiccione

Toca, hacia adels rra en sí u: nada.

2. EL HO

Se dijo ción, que J

hombre. ese mundo biente y la de hoyes k Ningun tencialidad

(6)

~smico con el yo del la persona en el uni-ntalmente, comunión 1su cuerpo la forma

la cual depende toda

le los humanos y del al hombre, disolver siste lo trágico de la

de ella, y por ende, humana y el fracaso ido,

iable, lo decisivo, lo

entre los hombres, el hombre individual ones. Comunicación, rción y progreso hu-lamamos propiamen-a J. B. Metz que, el nsiste en percibir el

hombre por situarse y distanciarse de él, r encontrar la forma DS mismos hombres.

la luz de un sentido ras relacionales es lo

a su vez, el hombre

¡nbre se humaniza o lpareciendo, más cla-:, y así, podríamos

encia moderna es el , de algo nuevo por todo puede y tiene no es algo que sirn-un man tener y sos-acia el futuro nuevo

El hombre creado en Jesucristo

Anteriormente se pensaba que la realidad que se vivía era la única realidad posible, que todo era inmutable, que siempre se había dado así, que todo había quedado fijado desde un momento original pri-mordial. Y si en el mundo había algo malo, se debía, simplemente, al desgaste natural del tiempo. Las diferencias humanas, las distintas condiciones de existencia y, por tanto, las diversas maneras de ser, que en el fondo no eran importantes pues se trataba de variaciones "accidentales y no substanciales", se atribuían llanamente a fijacio-nes de la naturaleza o a defectos en ella.

También el "ser del hombre" era el fruto exclusivo de una natu-raleza que, en el momento de ponerlo en la existencia, lo producía ya perfecto e inmodificable sustancialmente. El hombre individual era la manifestación particularizada de una fuente natural que, de antemano, determinaba, para cada uno, todas sus características, potencialidades y posibilidades, y esto de un modo uniforme, inva-riable, mecánico; tipos en serie. Tal vez que, en algunos casos, la na-turaleza era más generosa con unos que con otros.

Hoy nos hemos dado cuenta, que si bien el hombre conlleva una parte de su ser como fruto de una naturaleza que lo condiciona, tam-bién su ser no es más que una potencialidad que puede realizarse o no, de acuerdo con las situaciones que le toque vivir, que los otros le den o le nieguen, y que en todo caso, es el ser más misterioso, di-verso, modificable, cambiante y perfectible que existe.

Igualmente, la realidad histórica es modificable; nada puede man-tenerse estático, por mucho que lo queramos, pues "todo se mueve bajo nuestros pies". La realidad que vivimos no es la única posible ni definitiva realidad; en ella se esconden posibilidades que no han estallado todavía; y más aún, ese cambio, esa transformación, ese proceso que avanza hacia un futuro nuevo, es acelerado por las con-tradicciones pasadas y actuales.

Toca, eso sí, al hombre orientar y dirigir esa marcha del mundo hacia adelante, dándole un nuevo sentido, porque ese futuro encie-rra en sí una doble posibilidad: creación-ser-vida, o destrucción-muerte-nada.

2. EL HOMBRE Y SU MUNDO SON CREADOS

Se dijo anteriormente que el hombre es el fruto de su propia crea-ción, que se es lo que los otros hacen de uno, que la historia crea al hombre. De alguna manera, el hombre es creado o destruído por ese mundo anterior a él. Muchas generaciones pasadas forjaron el am-biente y la historia que hoy se le presenta a la humanidad. El hombre de hoyes lo que el pasado hizo de él.

Ninguno se puede dar totalmente, a sí mismo, su existir, sus po-tencialidades, sus condicionamientos, su ser, sus posibilidades. No 129

(7)

130 Bernardo Guzmán

me tocó a mí elegir el medio vital en el que me desarrollo, ni las con

-diciones en que lo tengo que hacer; las oportunidades y las variacio-nes no son todas decisión y acción mías. Todo esto lo he recibido o se me ha negado.

De este modo, el testimonio bfblico de que el hombre ha sido creado se convierte en un hecho de experiencia innegable. Sólo que-daría por aclarar quién es el autor de esa creación.

De todo lo dicho ya, se desprende, con evidencia, que toda esta situación no es, de una parte, el fruto de un solo momento inicial; y de otra, que ella no es una situación definitiva, ni estática, ni lo más perfecto. Se experimenta que cada momento de la historia es supe

-rable, que el hombre puede actuar sobre su mundo, sobre su historia y sobre su propio ser, para transformarlos y al mismo tiempo para transformarse, para re-crearse. Y aún más, que esa posibilidad, real se le convierte en laexigencia y en la tarea fundamental de su vida.

El curso de la historia y la marcha de la humanización no son mera cuestión de azar, ni de destino ciego, ni de simple juego de pro-babilidades, ni de inmisericordes leyes históricas ajenas a la decisión humana. Son y serán, en definitiva, el resultado de una evolución dirigida por los hombres mismos.

Es así como ha nacido la experiencia de que elhombre=esiui real creador y siente esta experiencia como su más grande valor.

Pero, igualmente, se entiende mejor, hoy que nunca, lo que sig-nifica crear, ser creado y creación:

2.1 Ser creado significa que uno "es" por otro, que el hombre

está condicionado y es limitado, que el hombre tiene recibida la capa-cidad de producir algo nuevo en su mundo y en sí mismo, capacidad de transformar y transformarse.

2.2 Crear es hacer posible algo, es poner el fundamento para al-go, es ser capaz de sustentar una realidad, es hacer que una realidad viva, aparezca, aflore.

2.3 Hoy sabemos que creacion no es un momento único que pa-sa al pasado, un empujón' inicial, una acción que se da en un instan-te y cesa. El acto de crear es algo continuo y dinámico, es una corrien-te vital soscorrien-tenida y progresiva, es una energía siempre productiva.

Toda esta conciencia fundamenta una nueva actitud frente a la vida humana, frente a la historia y frente al futuro por construir.

3. LAFEBIB

La fe bíbli riencia humana el sentido de 1 zarse como pu lida, potencialn

Este testin un pueblo, qu el hombre fue vitud y de la la nada de un pueblo creado¡ del no ser al ria.

Pero Israel y de salvación pia iniciativa 1 ten te y amaro Dios de los p2 origen de todl

ea de ese pote va a ser perci riencia fundan to.

En los pri del hombre se desorden, del orden. Las co nía y todas e anterior, sino~

y todo el bre y para él; que el hombn mundo caótico

Tambien Ii de Dios: dijo los cuales Dio que nada resi posibilidad del Finalment: creado por la hombre es inv bre de la nad: tierra, indefec

(8)

rrollo, ni las con

->

les y las variac

io-to lo he recibido

hombre ha sido egable. Sólo qu

e-la, que toda esta

pmento inicial; y stática, ni lo más historia es supe-sobre su historia smo tiempo para

posibilidad. real

de su vida. anización no son pIe juego de pro-nas a la decisión

e una evolución

pmbre-'esun real

alor, I

mea, Ío que

sig-, que el hombre recibida la capa-iismo ,capacidad

lamento para al

-~ue una realidad

to único que pa-da en un instan

-), es una corrien -roductiva.

litud frente a la

construir.

El hombre creado en Jesucristo 131

3. LA FE BIBLICA EN LA ACCION CREADORA DE DIOS

La fe bíblica no es un dato científico, pero sí el fruto de una expe-riencia humana fundamental, y por ello mismo, una gran verdad sobre el sentido de la historia, Con ese sentidovel pueblo judío logró reali-zarse como pueblo y hacer una historia que de alguna manera es vá-lida, potencialmente y de hecho, para toda lahistoria humana.

Este testimonio bíblico es el fruto de la experiencia histórica de un pueblo, que antes de tener clara conciencia de que el mundo y el hombre fueran creados por un Dios, vivió la realidad de la escl a-vitud y de la inhumanidad, de la cual sale para vivir en libertad, de la nada de una tribu sometida a servidumbre surge para vivir como pueblo creador de su propia cultura y de su propia tradición; sale del no ser al ser un pueblo que ha tenido un nombre y una histo-ria.

Pero Israel descubrió en esa experiencia de libertad, de creación y de salvación humanas, que no todo había sido el fruto de su pro-pia iniciativa ni de su propio esfuerzo. Percibe que hay algo vital, po

-tente y amoroso, que se interesa por ellos y obra en su favor. Es el Dios de los padres, es el Dios salvador. De ahí, pasaron a ver que el origen de todo, desde el principio, ha sido esa misma acción salvífi -ea de ese potentey amoroso Yahvé; y toda la obra salvífica-creadora va a ser percibida, entendida y descrita, condicionados por su expe-riencia fundamental de la creación del pueblo con la salida de Egip-to.

En los primeros capítulos del Génesis, la creación del mundo y del hombre se nos narra como una acción organizadora de Dios: del desorden, del caos, el amor de Dios va estructurando, va poniendo orden. Las cosas van saliendo a la existencia y lo hacen con armo-nía y todas ellas son buenas. No es perfecto lo anterior y bueno lo

anterior, sino lo nuevo, lo que vasurgiendo.

y todo el mundo cósmico va apareciendo como la casa del hom

-bre y para él; ese mundo va siendo salvado de la nada para aquél; es

que el hombre no puede vivir, no puede ser, no puede existir en un mundo caótico, desorganizado, deshumanizado, destruído.

Tambien nos dice la Biblia que todo va obedeciendo ala Palabra

de Dios: dijo Dios y todo fue hecho. El medio y el instrumento con

los cuales Dios crea es una Palabra invitante pero poderosa; digamos que nada resiste al encanto de esa Palabra, la nada no se niega a la

posibilidad del ser.

Finalmente, aparece el hombre. Diferencia notable es, que aunque creado por la Palabra, ésta no es una orden, sino una "llamada". El hombre es invitado por Dios a existir, a ser, a vivir. Y no sale el hom-bre de la nada absoluta, sale del cosmos ya creado, es del barro de la tierra, indefectiblemente está ligado a su mundo. Pero tiene la

(9)

poten-132 Bernardo Guzmán

cia, la fuerza, la vida, el espíritu de su creador: Dios alentó sobre él para que fuera viviente.

y fue llamado, no corno individuo, no está solo; es llamado en co-munidad humana macho y hembra para ser asociados,' responsables, co-creadores de la obra: para que dominaran el mundo material, pa-ra que diepa-ran el nombre a los otros seres, para que crecieran y se mul-tiplicaran, para que construyeran un mundo humano, para que se sirvieran del cosmos en bien de su propio crecimiento y para que lle-garan a realizarse en plenitud. Plenitud que la Biblia identifica con el llegar a ser hijos de Dios.

Podría pensarse que esta acción de Dios es una acción totalmente extrínseca al él. Es decir, concebirse a Dios corno una entidad sub-sistente en sí, totalmente extrínseco a todo este universo cósmico y humano que en el momento que le vino en gana creó este mundo y que igualmente puede prescindir de él y destruírlo totalmente, y per-manecer totalmente feliz y pleno en su incomprensible cielo o mora-da, si la tiene. Sería algo así corno un monarca poderoso y capricho-so que hace extravagancias para distraerse, y después recogiera las piezas de su juego para lanzarlas al cesto de la basura. El hombre de hoy no acepta esta concepción, ni de Dios, ni de su acción. Es qui-zá la razón por la cual, muchísimos hombres niegan la existencia de tal Dios y de su acción creadora.

Para muchos, Dios no es más que una proyección humana. El único creador es el hombre, y anterior a él, la energía de la materia, energía que en un proceso evolutivo y debido a leyes inmanentes, llegó a organizarse y a producir, por saltos cualitativos, las diferen-tes formas de vida conocidas.

Inútil sería aquí (o en cualquier parte), entablar una polémica para demostrar la existencia o inexistencia de Dios. La fe en Dios creador es una cuestión de intuición, de decisión humana, de acep-tación de una tradición 'positiva, pero jamás de evidencia, pues Dios no es el producto de un raciocinio lógico o el resultado incuestio-nable de una prueba de laboratorio. Pero sí sería interesante que los creyentes nos acostumbráramos a concebir a Dios corno alguien más cercano e inmanente a nuestra vida y nuestra historia, aunque sin identificarlo plenamente con ellas.

Si crear significa hacer posible algo, ser capaz de sustentar una realidad fundamentar la existencia de las cosas, bien podría descu-brirse a Dios y concebirlo corno la profundidad de toda realidad, co-rno la fuente energética que desata todo el proceso de la evolución, pues aunque el ser de Dios no se agote en la energía cósmica y sus manifestaciones actuales. sí se identifica allí. Así su acción es total-mente inmanente al mundo. Igualmente en el hombre, Dios sería más Íntimo al hombre que el hombre mismo (S. Agustín), si se le perci-biera y conciperci-biera corno la realidad inmanente fundamentadora y

po-El hom

sibilitadora de todas las P.

y de paso se daría una n y corno acción divinos, I1 lo que está más cerca, p a la vez, que da su dimen y de la his toria hacia un de Dios.

De tal manera, todas históricas por un cambio nes, en las cuales intuye l siendo luchas plenamente ra continua de Dios. Com acción de un mamen to in sí sola.

Aún más, la fe más 2

histórica y concreta a es miso vital con esa nueva futuro y con la línea de ción. Y si es verdad que n que es "la humanidad pe muchos modelos concretd ras partes del mundo lo m~

Oponemos a un cam] tas, por desidia o por il creadora de Dios, es la su tar con la inutilidad, con 1 ción más grave y perjudf mente la existencia de un Il

También la interpreta se dan y las consecuentes se derivan, es negación d pensar que todo es buena

estructuras socio-políticas y las únicas posibles, afi

cien tífico-técnico es sinól y llanamente que son la y por lo tanto, que aquel nables e inatacables, es p: hay en el mundo; y por continua que hace pasar ( nuevo, y pide al hombre creador.

La causa real de todas en la historia debe busca: mente, lo que otros han 1

(10)

Dios alentó sobre él lo; es llamado en

co-ciados;: responsables, undo material, pa-e crpa-ecipa-eran y se mul-~mano, para que se

lento y para que

lle-blia identifica con el

aacción totalmente

n

o

una entidad sub-universo cósmico y creó este mundo y ototalmente, y

per-nsible cielo o mora-oderoso y

capricho-espués recogiera las

sura. El hombre de esu acción. Es qui-hiegan la existencia rección humana. El iergfa de la materia, a leyes inmanentes, itativos, las

diferen-blar una polémica

ios. La fe en Dios

humana, de

acep-videncia, pues Dios resultado

incuestio-interesante que los ¡como alguien más iistoria, aunque sin

lZ de sustentar una

bien podría

descu-e toda rdescu-ealidad,

co-lSO de la evolución, ergfa cósmica y sus

su acción es total-,'bre,Dios sería más ¡tín), si se le perci-Ildamentadora y

po-El hombre creado en Jesucristo

sibilitadora de todas las posibilidades y capacidades del ser humano.

y de paso se daría una nueva dimensión a su trascendencia como ser y como acción divinos, pues no sería lo que está más alejado, sino lo que está más cerca, pero que todo lo envuelve y todo lo supera, a la vez, que da su dimensión de proyección y trascendencia humana y de la historia hacia un futuro nuevo que sería, siempre, el futuro de Dios.

De tal manera, todas las conquistas humanas, y todas las luchas históricas por un cambio de estructuras, de conciencias y de situacio-nes, en las cuales intuye y anhela el hombre una humanidad nuevas, siendo luchas plenamente humanas, serían, igualmente, obra creado-ra continua de Dios. Como se dijo más arriba, la creación no es una acción de un momento inicial único, y que la carreta ruede luego por sí sola.

Aún más, la fe más auténtica en la creación, la mayor fidelidad histórica y concreta a esa Palabra creadora divina, sería el compro-miso vital con esa nueva dirección de la historia que se proyecta al futuro y con la línea de la evolución que busca la plena humaniza-ción. Y si es verdad que no podemos tener un modelo científico de lo que es "la humanidad perfecta", también es cierto, que sí tenemos muchos modelos concretos de lo que es "inhumano": las dos terce-ras partes del mundo lomuestran y comprueban.

Oponemos a un cambio real en la historia, por intereses egoís-tas, por desidia o por inconciencia, es negar radicalmente la obra creadora de Dios, es la suprema infidelidad al hombre mismo, es pac-tar con la inutilidad, con la nada, con el caos, con la frustración. Nega-ción más grave y perjudicial, que el simple hecho de negar teórica-mente la existencia de un Dios creador.

También la interpretación fixista de las situaciones humanas que se dan y las consecuentes conducta y acción que de tal interpretación se derivan, es negación de la obra creadora de Dios. Naturalmente, pensar que todo es bueno porque siempre ha sido así, creer que las estructuras socio-políticas y económicas existentes son las mejores y las únicas posibles, afirmar que el actual desarrollo del proceso científico-técnico es sinónimo de progreso humano, o decir simple

y llanamente que son la expresión de una voluntad divina creadora, y por lo tanto, que aquellas realidades son inmodificables, incue stio-nables e inatacables, es pretender que Dios sea el autor del mal que hay en el mundo; y por otro lado, la negación radical de su acción continua que hace pasar del caos y de la nada al ser algo diferente y nuevo, y pide al hombre que lo acompañe en esa empresa como co-creador.

La causa real de todas las diferencias humanas y del mal que seda en la historia debe buscarse en la misma historia: "se es", concreta-mente, lo que otros han hecho de ella; somos el fruto de un pasado, 133

(11)

134 Bernardo Guzmán

de un ambiente y de unas ideologías, de unas políticas y acciones,

que han condicionado y limitado a los hombres de hoy, y que por

ningún motivo podemos continuar y sostener. Es eso lo que nos exi-ge la fe en la creación.

4. CREACION y SALVACION: EL HOMBRE NUEVO EN

JESU-CRISTO.

No toda historia es una historia de progreso humano, y por ende, no todo tipo de historia es historia de salvación. Se está viviendo una historia de destrucción de los hombres y de destrucción de los recur-sos naturales 'vitales para el todo humano; se ha utilizado y

explota-do, inmisericordemente y de una manera no totalmente racional, a

los hombres y al cosmos, en beneficio de unos pocos privilegiados;

América Latina ha estado sometida a un régimen de opresión y

de-pendencia en todos los niveles, y sin embargo, hay quienes se ufanan de todo ello hablando de desarrollo y colocando a esta situación la etiqueta de "progreso", pero haciéndose los sordos a este caos y al clamor de todos aquellos que gritan su experiencia y viven su angus-tia de sentirse excluídos del proceso evolutivo-creador del hombre, y marginados de las decisiones que hacen la historia que les toca vivir.

Será esto pesimismo? No, es la auténtica realidad. Será una situa-ción desesperada? Tampoco, pues cada etapa de la historia es momen-to de creación y de salvación, invitación a construir algo diferente. Esta realidad nos lleva a tomar conciencia de que el hombre es y debe ser creador del mundo y de sí mismo, pero, a la vez, de que su crea-ción es ambivalente; puede producir lo mejor o lo peor. Y de aquí se pasa a la conciencia de que si el hombre es "creador", y con razón, es igualmente cierto que él no es Dios, ni puede suprimir, en su actuar creador, la acción radical, posibilitadora, creadora y salvífica de Dios. Esta acción es la que fundamenta el actuar humano; éste está

susten-tado en el actuar divino. .

Lo que acabamos de exponer, es la dimensión más profunda de

la realidad que aparece, es el núcleo íntimo de la historia misma. Pue-de pasar desapercibido. puede ser negado, pero sigue subsistente; y es allí donde radica el motivo de la esperanza, pues si la humanidad es un proyecto, lleva en sí misma su finalidad y el germen de su ple-nitud, que son los que Dios quiere de su obra: su Reino o lo que es igual, el hombre perfecto. También, a la luz de este núcleo profundo de la realidad evolutiva e histórica, podemos tener una explicación al problema del mal en el mundo, y de la posibilidad de superarlo definitivamente.

4.1 Mal, caos, desh

La Biblia cono El mal no es una

dado desde que e

humano, y por es¡

cado y en identifi cado en el mundo y

Nuestro mund: de muerte en el Ii

en su estructuracit divina o por impo por egoísmo huma hombre, por el de con terminología t

en plenitud" es p no obedecer a la Pa

El pecado no concreto, social hi ta y espiritual con de por voluntad d fundam en talmen te sus posibilidades,

fundamental de D

tigo es intrínseco: otros términos, la bra.

El suspiro de de una auténtica ta contra Dios cre: bres para que cam que apunta la his do nuevo y difere turas de nuestro !

los gemidos del 11

la servidumbre de ciones; "por eso sea liberada del d compartir la libef todavía el univers verso, sino nosotro Es, pues, la al

el llegar a "ser" lo diencia de las cre: a esa palabra y a

(12)

elíticas y acciones, (le hoy, y que por ~so lo que nos

exi-mEVO EN

JESU-Plano, y por ende,

!está viviendo una

cción de los recur -tilizado y explota-'mente racional, a

ocos privilegiados; de opresión y

de-quienes se ufanan

a

esta situación la

b

a este caos y al

Iy viven su

angus-íor del hombre, y les toca vivir. Id.Será una situa-istoria es momen-lír algo diferente. hombre es y debe ~, de que su crea-peor. Y de aquí br", y con razón, [mir, en su actuar ~alvífica de Dios.

1, ,

t este esta sus

ten-más profunda de :oria misma.

Pue-ue subsistente; y si la humanidad ermen de su ple-leino o lo que es núcleo profundo

una explicación :lad de superarlo

El hombre creado en Jesucristo 135

4.1 Mal, caos, deshumanización : Pecado.

La Biblia conoció situaciones históricas semejantes a la nuestra. El mal no es una cosa abstracta, ni su realidad es cosa nueva. Se ha dado desde que el hombre es hombre. Su origen se debe al actuar humano, y por eso, la Biblia no tuvo inconveniente en llamarIo pe-cado y en identificarlo con la muerte: "por un hombre entró el pe-cado en el mundo y por el pepe-cado la muerte" (Rom 5,12; Gen 3).

Nuestro mundo y nuestra historia están amenazados y afectados de muerte en el mismo proceso tecnológico; de falta de humanidad en su estructuración social, y por esto, no por defecto de la acción divina o por impotencia suya, o por defectos de la naturaleza, sino por egoísmo humano, por impotencia e in conciencia de la acción del hombre, por el deseo de lucro y el ánimo de poder del mismo. Dicho con terminología teológica: si el hombre no ha sido todavía "creado en plenitud" es porque él mismo se opone a la llamada creadora, por no obedecer a la Palabra.

El pecado no es una mera cuestión individual e intimista, es algo concreto, social histórico y cósmico; ni tampoco es una ofensa dire c-ta y espiritual contra Dios, ni su castigo es algo extrínseco que se aña-de por voluntad de una divinidad vengadora e irritada. El pecado es, fundamentalmente; oponemos a la realización del hombre, o destruír sus posibilidades, es destruír el cosmos, es oponemos a la llamada fundamental de Dios inscrita en nuestro proceso evolutivo. Y su cas-tigo es intrínseco: permanecer en la nada, precipitamos en ella, o con otros términos, la muerte, la división, en toda la extensión de la pala-bra.

El suspiro de las creaturas, el grito de protesta de los marginados de una auténtica vida humana, el clamor ecológico, no son la protes -ta contra Dios creador; son la llamada y el reclamo a los mismos hom -bres para que cambien su manera de actuar, son las nuevas líneas en que apunta la historia para que giremos su curso y le demos un se nti-do nuevo y diferente a todos los acontecimientos y a todas las estruc -turas de nuestro mundo. S. Pablo, en Rom 8, 18, nos dice que son los gemidos del mundo creado esperando ser liberado -recreado- de la servidumbre de la opresión y del que lo sometió por falsas ambi -ciones; "por eso tiene que esperar hasta que ella misma (lo creado) sea liberada del destino de muerte que pesa sobre ella y pueda así compartir la libertad y la gloria de los hijos de Dios. Vemos cómo todavía el universo- gime y sufre dolores de parto. Y no sólo el uni-verso, sino nosotros mismos ... ".

Es, pues, la angustia del caos de la historia actual la que reclama el llegar a "ser" lo que Dios "dijo" para ella. Falta únicamente la obe-diencia de las creaturas, la respuesta positiva de los mismos hombres a esa palabra y a esa acción potentes y amorosas de Dios. Esta es la

(13)

136 Bernardo Guzmán

falta de fidelidad de los humanos a esa fuente fundamental de la vi

-da, es la desobediencia actual, el pecado moderno, que se traduce en

amenaza de destrucción y en inhumanidad dentro de esta historia.

Pero afirmábamos, también, que en la acción creadora que funda

-menta toda posibilidad humana se encontraba y estaba sustentada la

capacidad de superar el mismo mal. La acción de Dios no es exclu

si-vamente creadora, es igualmente salvadora, porque posibilita, en el

corazón mismo del hombre, la capacidad y la docilidad de una

verda-dera respuesta, y cambiar, así, todo el sentido y el curso de la

histo-ria. Creación y salvación, en verdad, son una sola. y misma acción

continua y dinámica de Dios.

Esta gran verdad se ha realizado y ha sido plenamente conocida,

-se ha manifestado- en la vida humana de una persona concreta: Je

su-cristo. Una comunidad específica logró experimentar y descubrir que

en la existencia humana de Jesús, Dios estaba hablando y actuando

en favor de los hombres, y esto, de una manera histórica, concreta y

totalmente nueva. Lo que se había dado desde siempre, ahora era

percibido con toda claridad en esa existencia concreta: Jesús

per-sonalmente, era laPalabra de Dios.

4.2 Como Palabra de Dios, Jesucristo es la palabra creadora pro

nun-ciada desde siempre y para siempre.

Toda la vida de este hombre: su predicación, su actuar, sujuicio

sobre esta historia y sobre este mundo, su crítica a todo el orden

establecido con sus instituciones, su rechazo a una falsa concepción

de la religión, su amor por los excluídos y marginados de este mundo,

y sobretodo su entrega hasta la muerte, son la Palabra reveladora del

amor salvífico-creador de Dios, y la Palabra invitante a acoger y vivir

este amor creador de vida nueva.

Jesucristo es, pues, la "llamada" a una decisión, a una acción, a

un cambio radical personal y social, para que la vida y la acción

hu-manas sean verdadera creación, para que la historia sea creadora de

una humanidad diferente, para que todo llegue a plenitud, para que

el mundo' humano y la evolución alcancen su finalidad intrínseca.

Aceptar decididamente esta invitación es la verdadera fe que confian

-do en el amor y en el poder de Dios, puede hacer de esta única

his-toria humana una hishis-toria de salvación.

La vida histórica de Jesucristo, el sentido que él le dió a ella, se

convierte, de este modo, en sen tido de toda historia humana y por

ende, sólo una vida y una historia que tengan por sentido la vida de

Jesucristo, podrán ser algo que tenga valor absoluto y ser realmente

libertadoras para el hombre y el mundo. Ese sentido se puede r

esu-mir en una entrega, en un amor, en un servicio al hombre y su mun

-do. Si este sentido se concreta en la realidad que vivimos, necesari

a-mente, se d toda la prád

perderán to

Sólo el amo

librará jamás

4.3 jesucris

La comu

como Palabn el acontecirí

talidad israel

ban una Un!

es un mero

sible algo. PI

es un actual

es el siempre

En él, DI

za, el dinamí

nuevos, distl

humano y I

no se han d

verdaderamei y del progre

bre que la l(

mana que el

ayuda y frat

Por tanto afi

pre, palabra toria que inv ria verdadera

4.4 jesucrist

J esuerist¡

doras de hoi

esa nueva en

nueva huma

Es hacia allá

ese modelo

el hombre SL

concretas, cc

creadora de ]

El misrm

(14)

¡la vi-ace en

fund a-~da la

xclusi-en el

verda-

histo-icción

ocida, Jesu-l

Ir que

~ando

~eta y

¡a era

¡

per-

onun-,uicio

orden pción

undo,

a del

vivir

ón, a

nhu

-ra de

Ique

rseca, ifian

-ahis

-la, se

por

a de

lente

r

esu-rnun

-sari

a-El hombre creado enJesucristo

mente, se dará un cambio, se subvertirá todo el orden establecido y

toda la práctica de las relaciones entre los hombres; muchas cosas

perderán totalmente su valor, y otras surgirán a un primer plano.

Sólo el amor es, de verdad, creador de vida nueva; 10 demás no se

librará jamás de la ambivalencia anotada más arriba.

4.3 Jesucristo, palabra continua de creación.

La comunidad eclesial primitiva no sólo descubrió a Jesucristo

como Palabra creadora y justificad ora de Dios, sino también, como

el acontecimiento, como la acción re-creadora divina. Para la men

-talidad israelita, palabra y acción no son dos cosas distintas, forma

-ban una unidad total. Además, vimos que la acción de creación no

es un mero empujón inicial, sino un continuo y dinámico hacer po

-sible algo. Por tanto, Jesucristo no es un acontecimiento del pasado;

es un actual y continuo re-crear divino en la historia de los hombres, es el siempre presente amor de Dios.

En él, Dios nos comunica, en cada momento de la historia la fu

er-za, el dinamismo, la posibilidad y la capacidad para hacemos hombres

nuevos, distintos y co-creadores, a la vez, de un mundo más justo,

humano y habitable, donde puedan aparecer los hombres que aún

no se han dado, la historia que todos anhelamos, la técnica que sea

verdaderamente la transformación del universo en beneficio de todos

y del progreso humano, y las instituciones donde cuente más el hom -bre que la ley y la institución misma, donde valga más la persona hu

-mana que el capital, donde las relaciones humanas sean de servicio,

ayuda y fraternidad, y no de explotación del hombre por el hombre. Por tanto afirmamos, que Jesucristo es el fundamento puesto para siem

-pre, palabra pronunciada continuamente en cada momento de la his

-toria que invita a la creación de una humanidad nueva y de una

histo-ria verdadera; lo que la Biblia llama "ser hijos de Dios".

4.4 Jesucristo, modelo de la nueva creación.

Jesucristo no sólo es el fundamento, la palabra y la acción recrea

-doras de hombres nuevos; es el modelo de esa nueva humanidad y de

esa nueva creación. El mismo es ya la nueva creación y la cabeza de la

nueva humanidad. Nueva creación escatológica; es decir, del futuro. Es hacia allá, hacia donde debe dirigirse el hombre y su mundo. Hacia ese modelo que se convierte en meta, es hacia donde debe orientar

el hombre su búsqueda y su historia, la suma de sus esfuerzos y luchas

concretas, con una confianza y una obediencia en la palabra salvífico -creadora de Dios.

El mismo Jesucristo se levanta como fidelidad divina, como garan

-tía de que el cambio histórico no será un fracaso. Es no la evidencia,

(15)

138 Bernardo Guzmán

pero sí la certeza de la confianza, de que el proceso evolutivo

alcan-zará plenamente la hominización, la racionalidad y la amorización, según lo expresaba el P. Teilhard, de las cuales hoy adolece nuestra historia. Unicamente, en esta dirección, el progreso y los logros hu-manos tienen sentido. Por esto, confesamos, que el hombre y el mun-do nuevos sólo pueden ser creamun-dos en Jesucristo, por El y con El.

Pero también podemos afirmar, sin ningún ánimo triunfalista,

y exclusivamente pensando en prestar un servicio a los hombres de hoy, cualquiera que sea la opinión que se tenga frente a Dios y a J e-sucristo, y cualquiera sea nuestra posición frente al poder creador del hombre, que en la búsqueda de lo humano, que en la lucha por la li

-beración, que en los esfuerzos por el cambio de las estructuras y por la protección del ambiente, la visión auténticamente cristiana, es algo

insustituíble; será siempre mojón de referencia.

MESA

REI

DE

L

1

1

Según la Bib ra que éste colá

nicar la vida en t( El hombre sometido a su

hombre ha ejerci Con la apari delado ampliamé

turaleza, de las f

la tecnología tie

cierto que se ha para que sean d

fuerzo ha servid

teando un serio ~ El hombre (

tido a los condid no natural y b

cien tíficos dedid y formulado sis experiencia ordi organismos vivo: unidad que fom da el nombre de

En el ecosis

tal que una alter

librio natural. S

si el impacto de es cierto que pu la actividad hun físico; el hombí

poco ha logrado incontroladas al

vida, porque la

equilibrio se nu

atención necesa

vez más el ámbit:

En esta reur

gunda mitad de. disciplinas, alma

Referencias

Documento similar

Volviendo a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, conviene recor- dar que, con el tiempo, este órgano se vio en la necesidad de determinar si los actos de los Estados

E n estoja chalupa había llegado a unos treinta pasos de la orilla; pero por aquella parte no había ningún punto abordable. Los marineros hacían desesperados esfuerzos remando

Y tú sabes cómo es de desubicado Bruno, saca esa pala- bra cada vez y Marcial y yo nos miramos como diciendo «qué se le va a hacer».. Pero yo creo que Marcial se va a componer,

Así, pues, del texto del Gn se puede afirmar que la imagen divina hace al hombre semejante a Dios porque el hombre ha sido constituido como representante suyo en la tierra para

o esperar la resolución expresa" (artículo 94 de la Ley de procedimiento administrativo). Luego si opta por esperar la resolución expresa, todo queda supeditado a que se

El interesado podrá acudir ante el señor Personero Municipal o a la Defensoría del Pueblo para que se le colabore en la elaboración de su demanda o petición, así como en los

Primeros ecos de la Revolución griega en España: Alberto Lista y el filohelenismo liberal conservador español 369 Dimitris Miguel Morfakidis Motos.. Palabras de clausura