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CARÜLVS III.HP B O T A N IC E S IN.STAVUATOK C IV IV M S.\LVTI E T OBLEC'l'AMENT

AN XOM DCCLXXKI.

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C i r n s o JE JLJE M E W T A Z

D E B O T Á N I C A ,

D I S P U E S T O

P A R A L A E N S E Ñ A N Z A

JC

3

J E X J E L J E A Z . J T A M J D Z J S r

D E M A D R I D

B E O R D E N D E L K E T NU ESTR O SEÑOR

P O R E L Z>R. D OÍ^ C A S IM I R O G O M E Z Z>E O R T E G A ,

primer Catedrático del mismo Jardín

,

Juez. Examinador de Fharmdciaiy Director del Real Colegio de Boticarios

de esta Corte.

f

S E G U N D A E D I C I O N

C O R R E G ID A , A U M E N T A D A E IL U S T R A D A C O N L A M IN A S *

P A R T E T E Ó R I C A .

COi NT S U P E R I O R E R M I S O.

S N M A D R ID BM L A IM P R E N T A 1>B L A V IU D A B H I J O D B M A R IM .

A Ü O 0 8 M D C C Z C /.

(8)

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(9)

A L S E Ñ O R D O C T O R

JD. M A B . I A N O M A M T X N E Z

i

D E G A L I N S O G A, P R I M E R M É D I C O D E C Á M A R A

D E L A R E Y N A N U E S T R A S E Ñ O R A ,

D E L CO N SE JO D E S . M . P R E S ID E N T E A L T E R N A N T E D E L T R IB U N A L D E L R E A L P R O T O M E D IC A T O , PR O TO ­ M È D IC O G E N E R A L D E L O S R E A L E S E X É R C IT O S , IN S P E C T O R D E E SP E C ÍF IC O S Y A G U A S M IN E R A L E S D E L R E Y N O , IN T E N D E N T E Y J U E Z P R IV A T IV O D E L R E A L J A R D IN B O T Á N IC O Y L A B O R A T O R IO Q U ÍM IC O D E M A ­ D R ID , & C . & C .

M u y i l u s t r e s e ñ o r.

Señor mío: Como entre los graves é importantes empleos que han confiado el Rey y Reyna nuestros Señores d la sobresalien­

te instrucción , talentos y celo de V. S, se

* 2 han

(10)

han dignado colocarle a l fícente del es-- tablecimiento del Jardin Botánico ; i d quién mejor que d V. S, encargado de ofi­

cio de promover los adelantamientos de la Botanica, dedicaría yo esta Obrita, destinada expresamente para su enseñan- za ? Sírvase pues V. S, de admitir esta corta ofrenda que le es debida por tan ju s ta s consideraciones, permitiéndome que añada d ellas la del deseo de aprovechar tan favorable oportunidad de ofrecerle un testimonio público del obsequio ^ aprecio y reconocimiento que profesa d V, S,

M u y ilustre Señor,

su mas atento Servidor Q , S. M . B.

Casimiro Gómez de Ortega*

-

V R Ó -

(11)

—«ig)*—K®)*—•<

JP M Ó J L O G O

B E E S T A S E G U N D A E D I C I O N .

S )e ha reimpreso este Ctirso de orden supe­

rior por haberse consumido los exemplares de la primera E d ición , que se publicó en el año de 178^.

Quizás seria oportuno manifestar las ven­

tajas que se han seguido de esta Ü brita, si no excusáran de semejante diligencia, odiosa siem­

pre en la pluma de los A utores, el juicio con que la han honrado nuestros Botánicos mas sobresalientes, los testimonios de las N acio­

nes cultas en sus papeles públicos, la traduc­

ción hecha en Italiano en 17 8 8 por el doc­

to Profesor de Botánica de la Universidad de Parma D on Juan Bautista G uátteri, y publi­

cada á expensas del insigne B od oni, Director de aquella R eal Imprenta ^ y sobre todo la experiencia del aprovechamiento de los D is­

cípulos de las Escuelias de Botánica ^ estable­

cidas en Sevilla, Valeacia > C á d iz , Cartage^

na

(12)

ha Y M é x ic o , en cuya Capital se reimpri­

mió también en el año de 1 7 8 8 , á costa de su zeloso y hábil Director el D octor D . M ar­

tin de Sessé.

Sin embargo en esta segunda Edición se han procurado enmendar los descuidos que el mismo exercicio de la enseñanza me ha hecho advertir, ó que á instancia mía me haa comunicado varios Profesores inteligentes, cu­

y o zelo se interesa en la bondad de un Escrito destinado á la instrucción de la juventud; entre los quales no debo dexar de nombrar aqui en prueba de mi reconocimiento á los Doctores D on M iguél Barnádes, D on Thomas de V i- llanova , Don Vicente Alfonso Lorente, y á los Señores D on Antonio Palau, D on Cán­

dido M aria Trigueros , Don. Hipólito R uiz,' D on José P a v ó n , D on Vicente Cervantes, y D on José Sanchez.

Además se han aumentado y mejorado los exemplares de Plantas con que se ilustran las definiciones de las diferencias de sus par­

tes 5 y en su elección se ha procedido con el cuidado de comprehender en ellos casi todas las oficinales, ó á lo menos las mas usuales

en

(13)

en las Boticas de E spaña, señalándolas con una estrella, como también algunas comes­

tibles, Esto se ha hecho en obsequio de nues­

tros Facultativos, especialmente Boticarios, con el fin de facilitarles mas y mas ( como lo han logrado ya m uchos, aun con la pri­

mera Edición ) que destituidos en las Provin­

cias del auxilio de la viva vo z del Catedrá­

tico , conviertan las nociones empíricas y ar­

riesgadas á que algunos se han visto precisa­

dos á ceñirse, en conocimientos sólidos y se­

guros de las Plantas oficinales , cuyo estudio metódico ó sea B otánico, tiene el R e y de­

clarado serles indispensable á los Pharmacéu- ticos para el desempeño de sus obligaciones, á representación del Tribunal pleno del Real Protomedicato, por Real Resolución de 24 de M a y o de 17 9 2 .

L as Láminas que se han añadido, con­

tribuirán igualmente á suplir en estos casos la falta de Maestro,

E n la Parte Práctica he agregado los G é ­ neros que aumentó M urray al Sistèma de los Vegetables de Linneo en la Edición de 1 7 8 4 , y he insertado los Géneros nuevos, y los

cor-

(14)

corregidos, que han publicado últimamente en el Prádomo de la Flora del Pei'ú y Chile los Botánicos de aquella expedición, tan gloriosa para el R e y que la ha costeado, y para los A utores, com o interesante á todos por la copia de sus útiles descubrimientos.

C o n mucha satisfacion mia hubiera incluido todos los demás Géneros que desde el año de 17 8 5 en que salió á luz este Curso por la primera v e z , se han ¡do publicando por varios Autores m uy dignos, y que se hallan esparcidos en sus O b ras: pero me ha retrahi- do de mi propósito la consideración de no haber podido hacer de todos ellos el deteni- do .examen que de órden superior he hecho en Ip posible de los de la Flora del Perii en varias conferencias con D on Antonio Pa- lá u , y sus Autores. Y aunque seria mas com­

pleto el Curso si abrazara todos los descubri­

mientos conseguidos hasta el dia de su pu­

blicación ; ni era practicable en las actuales circunstancias de la guerra que interrumpe el comercio de los libros , ni tampoco absoluta­

mente necesario en este Compendio que solo abre los primeros pasos á la inteligencia de

la

(15)

la Práctica en las Lecciones y Herborizacio­

nes de los Discípulos.

L o s que aspiren á mayores adelantamien­

tos que los que pueden adquirirse en la E s­

cuela , nunca podrán escusarse de consultar las últimas Ediciones del Genera Planta- rum de Linneo por Schreber, Haenke, y otros con los demas Escritos magistrales que se han impreso, y con que cada dia se va enrique­

ciendo la Ciencia ; y para la determinación de las Especies , las ediciones del Species P la n ta ru m , señaladamente la que tradujo y publicó en Madrid D on Antonio Paláu con el título de Práctica Botánica , ó á la menos su Resumen ó Sistèma de los Vege­

tables,

A u n en obsequio de los mismos D iscí­

pulos mas adelantados he cuidado de reim­

primir en Madrid los Fundamentos B otá ­ nicos del mismo Linneo en Latín y Castella- n o , y su Philosophia Botánica con varias Anotaciones , Explicaciones y Adiciones, que facilitan á los Principiantes la inteligen­

cia de una Obra tan clásica é importante.

P R Ó -

(16)

P R Ó L O G O .

i^n la formación de este

C u r s o

, á que ha movido el deseo de facilitar la instrucción y aprovechamiento del tiempo de los aplicados á la Botánica , excusándoles asi el tedioso tra­

bajo de escribir las Lecciones que hasta aho­

ra se dictaban , com o el riesgo de frequentes equivocaciones en las copias; no me he pro­

puesto abrazar todas las doctrinas publica­

das por el insigne Linneo y otros aprecia- bles Escritores de Instituciones, sino ceñir­

me á aquellos principios fundamentales mas precisos para los que empiezan este estudio, y para cuya inteligencia se considera ménos indispensable la viva v o z del Catedrático.

E n la P a rte Teórica , que comprehen- de las definiciones de todas las partes de la Planta y desús principales diferencias, se han ilustrado las doctrinas citando casi siempre tres Plantas en que se prueba prácticamente por ia inspección ocular la explicación que se recibe por el oído. Esta demostración en

los

(17)

los misinos objetos naturales fixará las ideas y nociones Botánicas con mucha mas propie­

dad y firm eza que la pluma ó la vo z del C a­

tedrático. E n la elección y multiplicidad de semejantes exemplos se ha cuidado de prefe­

rir en quanto al primer punto las Plantas me­

dicinales y de uso conocido, atendiendo no solo á la mayor Importancia de su conoci­

miento j sino también á proporcionar que los Discípulos puedan facilmente volverlas á ob­

servar en sus sitios nativos para refrescar su m em oria, y adquirirlas con el mismo fin los aplicados que carecen del auxilio de Maestro;

y de facilitar en quanto al segundo á los que continúen en concurrir á varios Cursos^ la ventaja' de que ya que el Catedrático no pue­

de ni debe variar las Definiciones de ¡a Par­

te Teórica , varíe los exemplos de los Vege­

tables con que se demuestran : mediante lo qual al paso que^ se radiquen mas y mas los asistentes en las doctrinas fundamentales , ad­

quirirán distintas Plantas con que áuníentar y enriquecer sus Herbarios , á lo ménos por tres años consecutivos; pudiéndose en esta parte considerar este Curso Teórico com o

2 tri-

(18)

triplicado , ó bien com o un C u r ^ con exem- plos variados para tres anos.

C on el fin de facilitar la inteligencia de las Medidas de que usan los Botánicos, des- pues de explicadas éstas con arreglo á la doc­

trina de L in n eo , se han reducido en la for­

ma posible á las partes de la Vara Caste­

llana.

D e la Inflorescencia ó disposición de las Flores se ha tratado en Capítulo expreso despues de las partes de la Fructificación, tanto por la importancia del asunto , como para proporcionar que empezándose el C u r­

so eñ'^el tiempo correspondiente de Prima­

vera , coincida el que la naturaleza tiene des­

tinado en nuestro clima para que florezcan la m ayor parte de las Plantas, con el de la explicación de la disposición de las Flores en cada Género ó Especie de Vegetable.

E n el Capítulo. V . se da idea de las Le*

yes generales que observa la Naturaleza én la Vegetación , de los varios modos de inxe- r ir , y de los demas medios de propagar y multiplicar las Plantas.

En el V I. se explica el uso que debe ha­

cer-

(19)

cerse de las luces de la Bctánica para la ex­

ploración de las Propiedades, asi generales, como particulares, y de las Virtudes de los Vegetables.

Por via de Apéndice se ha añadido á la P a rte Teórica una Instrucción sobre el mé­

todo de recoger, secar y disponer las Plan­

tas en Herbario, y de remitirlas vivas á pa­

rages distantes : de cuyo buen efecto en am ­ bos artículos se tiene ya bastante experiencia

en el Real Jardín Botánico.

E n quanto á la P a rte P rá ctica , como aunque ésta debe extenderse á todos los G é ­ neros y Especies descubiertas hasta ahoÍ?T, no hay Jardin Botánico que las pueda poseer to­

das, ni es fácil preveer las que cada año se hallarán en ninguno de ellos, y por consi­

guiente en el de M a d rid , en estado de de­

mostrarse ; me ha parecido oportuno y aun preciso ceñirme á traducir literalmente el Compendio publicado por Linneo baxo del título de Systema Naturae por lo tocante al R eyno Vegetable, que no solo excusará á los aplicados el trabajo de copiar los caracte­

res sobresalientes de las Plantas que se dieren

por

(20)

por exemplos para la enseñanza de la Prácti­

ca , sino que servirá asimismo de útil Manual en las Demostraciones de las de los Quadros de la E scuela, y en las Herborizaciones man­

dadas executar por e t . territorio inmediato á esta Corte y por las Provincias,

Precede á la P a rte Teórica un D iscu r­

so Prelim inar , que ofrece un bosquejo de los tres R eynos de la N aturaleza, y apunta las pruebas de la utilidad é importancia de su estudio, y por consiguiente dcl de la Botáni­

ca , sobre cuyo origen, progresos, decaden­

c ia , renovación, aumento y estado actual, y finalmente sobre los M étodos de aprenderla se indica lo m as,necesario.

I N -

(21)

ÍNDICE DE LOS CAPÍTULOS, Artículos y Párri?f» s contenidos ca k Parte Teórica.

Discurso preUminart

I.

Introducción^

De la Raiz^ 3

.

A r t ,

I.

Definición y diferencias de ¡a Raizy 3

,

§.1.

§. ir.

§. iir.

Cap. II.

De aquella parte de la P lanta que llaman

Fuste, 10.

A r t . i . Del Talh^ 1 0.

5

. I,

Del Tallo ó Tronco propiamente ta l y 1 1

.

5

. II. III.

Del Tallo llamado Caña^Dcl Tallo llamado Bohordof 2425

. .

§.

IV.

DeJ Pie ó Tallo de las Palm as

,

llama­

do A s til y y de la Fronde^ 25

*

§. V.

Del Tallo parcial llamado Pezón, 26

.

5

. VI.

Del Tallo parcial llamado Pedúnculo

ó Cabillo, 27

,

De la Hotay 20

*

§. II. 5.1. §. III.

De la Hoja compuesta^ 6

o,

A r t .

III.

Z>í los Arreos y ó Atavíos^ 6 5*

§.

I.

De la Estípula ü Orejuela^ 65

*

\ . \ L De la Bráctea é Chapeta, 66

.

y W l . De la Espina,

<

5

<

5

*

5

. IV.

De la P úa, 6

<

5

.

\ . Y , Del Zarcillo^ 67

.

§. VI. §. VII.

De la Glándula»Del Pelo, 6768

. .

A r t .

IV.

De los Invernáculos, 6 8.

§. I.

D el Bulbo ó Cebolla, 6 8.

(22)

§.11. DiUYmt* . . ... :7Q#

C a p .

IíL,Z>í

la Fructijigacion^ 73

.

A k t .

§. §.ir.

\. De las especies, de Cáliz,

I.

Del Cáliz*.. 7373

7

<

5

. . .

Akt, De la Roseta^ 80

.

5

§. II. .

1

.

De la Roseta propiamente 'taí^X^í^í'i]>Iectari(>t

.. . •. .

886

gt .

A r t .

III.

Del Estamhrs^ 89

,

A r t .

§. I. II. IV.

Dei Germen y sus afecciones,De¡ Puntero y de{ Estigma^Del Pistilo,

^

939494

. « ;

A r t .

V.

Del Periearpioy ' ' 9^«

§. I.

De las especies de Pericarpio^ 98

,

§. II.

De las partes del Pericarpio, 10

r.

A r t .

VI.

De la Semiílat, ,

§. I.

De las partes de. la Semilla^

I

02

*

\ ^ W, De las diferencias-de la $emilla^ 103

.

h . K r , Y , Del RcceptáculOy 107

. Cap. IV. Cap. V. §. I. II.

De la Disposición de las FloreSyDe la Vegetación y Propagación de lasDe la Injlorescencia sencilla^De la Inflorescencia compuesta^

. lio.

115

II

7

. .

Plantas,

T

23

.

Art.I.

De la Vegetación y Propagación natural

de las Plantas^ 123

»

Art. II.

De la Inserción y Propagación artificial

\

de las Píantas,

^ , '

130

.

Cav-

VI.

De las Propiedades de'las Plantas^ *^Z7'

, Art. i.

De las 'Propiedades generales de~. laf»

Plantas, " .

*

138

.

I ■ A r t . De las Propiedades particulares de }as.

Plantas^

*

140

.

Apéndice 6 Instrucción sobre el Método de recoger^-, sebear y disponer las Plant as. en Herbario, y de, remitirlas vivas á parages distanteSy

....

155

.

(23)

_____'---- ■ —'-l'-g s -----— ^— ■ - .¿¡i^^ssss — ~ ' i^ - '.■ l i

D I S C U R S O JP JR JS Z IM i:^ JL M ,.

c P od os los cuerpos que forman y rodean m- mediatamcnte el G lo b o terráqueo, se pue­

den distribuir en Elem entaos y Compuestos ó Naturales. L o s primeros son aquellos que el arte ó industria humana no alcanza á se­

parar en substancias de diversas naturalezas, y consiguientemente los consideramos como cuerpos simples y homogéneos ó Principios^

á lo menos respecto de nuestras facultades:

y hasta estos últimos tiempos se consideraban tales el Fuego, el A y re , el A g u a , y la Tierra.

L o s Compuestos resultan de la varia com ­ binación de estos mismos elementos, y por consiguiente son separables ó resolubles en las propias substancias diversas de que se com ' ponen. L a Física examina las afecciones ge­

nerales y particulares, así de los cuerpos ele-

*** mea-

(24)

mentales, como de los naturales. L a Qtiímí- ca combina los elementos, explora la estruc­

tura interior de los com puestos, los analiza ó d ivk k en sus principios, y volviéndolos á combin.ír, logra á veces recomponerlos, ó produce nuevos compuestos. L a Historia ISattirai enseña el M étodo de conocer y distinguir los Cuerpos naturales por medio de sus caractères externos, de indagar los nombres que Jos Escritores han dado á cada cuerpo 3 ó de imponérselos á los que de nue­

vo se descubren ; y valiéndose del auxilio de la Física y de la Q uím ica, abraza la doctri­

na de todas sus propiedades, usos y virtudes que penden del mecanismo de sus principios;

la qual es el objeto y blanco principal de su estudio.

Todos los Cuerpos naturales constitu­

yen como un dilatado Im perio, en que se gobiernan por las leyes inalterables que les impuso el Criador para su conservación y au- mentó ó multiplicación, sujetándolos al hom­

bre , que es entre ellos la obra mas perfec­

ta , hecha á imagen y semejanza de D ios, y la única capaz asi de conocer los productos y

fi-

(25)

fines de la creación para mayor gloria del C riad or, como de aprovecharse, por medio de la razón y reflexión, de los demas obje­

tos naturales, sujetos á su dominio en la tierra.

Este Imperio de la 'Naturaleza se divi­

de en tres Reynos , que comprehende] cada uno varios cuerpos, semejantes entre sí por algunas propiedades comunes y transcenden­

tales á todos los de su R e y n o , y distintos por medio de otras de los que pertenecen á qual- quiera de los otros dos. Llámanse estos Rey- nos A n im a l y Vegetal y Mineral. Los cuer­

pos que tocan al prim ero, ó sean los Anima^

les

y

son cuerpos orgánicos, que viven , sien­

ten y pueden moverse á su voluntad. Los Ve­

getables son cuerpos orgánicos, que viven, y no sienten, ni están dotados de movimien­

to voluntario. Finalmente los Minerales son cuerpos agregados

y

que crecen , ó por me­

jor decir se aumentan por adición externa sin organización, y no viven , ni sienten.

E l Hombre como animal racional se ha­

lla colocado al frente de su R e y n o : es el pri­

mer eslabón de la cadena que forman todas las producciones de los tres Reynos natura-

* * * 2 le s ;

(26)

le s; y después de conocerse á sí m ism o, que es el primer grado de la sabiduría, debe aspi­

rar á comprehender el enlace de todos los es­

labones , esto es, las relaciones que tienen los demas cuerpos entre sí y con el hom bre, y por consiguiente sus propiedades. Este cono­

cimiento elevará su espíritu al C riad or, le facilitará el desempeño de los fines de la crea­

ción , á que está obligado á concurrir com o parte tan principal, y le proporcionará los medios de aprovecharse con inteligencia de las afecciones, virtudes y usos de los obje­

tos naturales para su sustento, alivio y socor­

ro de todas sus necesidades, reparo de la sa­

lud , y honesta recreación.

D e aquí se infiere la utilidad é Importan­

cia del estudio de la Naturaleza, en cuyos tres R eynos no existe producción alguna que no pague, ó esté pronta á pagar tributo al hom­

bre siempre que éste se dedique á aclarar sus derechos por medio de su aplicación y dili­

gencia. L o s casi innumerables beneficios que de tiempo inmemorial se han disfrutado, y los que cada dia se van conociendo, ó per- fecionando en varios cuerpos naturales, nos

de-

(27)

deben persuadir que no pende sino de nues­

tros esfuerzos el adelantarlos , ó descubrir otros, para que todos los objetos de esta cla­

se lleguen á ser tributarios del hombre, com o lo son entre sí.

Vem os que en el R e y no Mineral con­

tribuyen á la variedad y distinción de tier­

ras y arenas para las Fábricas de Alfarería, de L o za , de Porcelana y de V id r io , y aun para la A gricultura; los M árm oles, Jaspes y demas piedras mas ó ménos preciosas para la construcción de nuestras habitaciones, y demás obras de Arquitectura, y para el ador­

no y comercio de los hombres: las Sales com o la común para el condimento de nuestros manjares, y conservación de otros cuerpos:

el Salitre para la fábrica de la P ó lvo ra, y el A lu m b re, Vitriolos y A zufre para varias Artes. Finalmente entre los Metales y Scm¡- metales, conocidos de todos por su utilidad, son bien notorias los usos del oro y de la plata, ya como signos del valor de las mercancías, ya también como materiales de otras Artes importantes.

D el R eyno Anim al no es menor el nü-

me-

(28)

mero de ventajas que recibimos. Sirven al hombre con sus fuerzas los Animales de tiro y ca rg a ; y los de lana y pelo proveen á su abrigo con sus despojos, y aun á su susrento con sus carnes. Las A ves contribuyen á su ornato y regalo; y los Peces á su nutrimento y su subsistencia. Hasta de un pequeño insecto com o la A beja, cobra el hombre el doble tri­

buto de la miel y de la cera.

Pero asi com o el R eyn o Vegetal excede notablemente en el número de sus objetos á los otros d o s, lleva á ámBos muchas ventajas en la multiplicidad y calidad de los beneficios que presta á la especie humana. Sus pro­

ducciones , mas análogas á su naturaleza, no son inalterables por nuestros órganos, com o las del M ineral, ni tan dispuestas á la alca- lescencia, ni corrupción, com o las del A n i­

mal. Por eso nos subministran los alimentos naturales para la conservación de la v id a , y los remedios mas adequadoípara el reparo de la salud ; ademas de facilitarnos los materia­

les para la construcción naval y c iv il, para vestirnos, para las fábricas de C ristal, Pintu­

r a , Tintes y otras Artes provechosas, para

la

(29)

la Economía general y L abranza, y aun lös objetos mas agradables é ¡nocentes de nues­

tro recreo en los campos y jardines.

L a Botánica

y

que es la Ciencia que en­

seña á conocer y distinguir los vegetables^

abraza la noticia de estos usos. D e la impor­

tancia de ellos se colige la de esta Facultad, sin cuyo auxilio no se puede adquirir con per­

fección aquel conocimiento.

Por eso el origen de la Botánica compite con la antigüedad mas remota , pues siempre han tenido los hombres igual necesidad de aplicarse al estudio de las Plantas para servir- se de ellas con acierto.

Entre los G rie g o s, que habian recibido las primeras nociones de esta C iencia, como las de otras, de los E g ip c io s, á quienes se las habian comunicado los C ald eos, se dis­

tinguieron por la inteligencia que acerca de las plantas manifestaron en sus escritos, Hipó­

crates , A ristóteles , Teofrasto , Xenofon- te , Galeno , Oribasio, Aecio y Paulo Egi- net a: entre los Romanos Catón , Varron, Virgilio , Columela , Plinio y Dioscórides;

y entre los Arabes M esue , Serapion , R d -

sis.

(30)

s i s , A vicen a , y nuestro Cordobés A ver- roes y que floreció al rededor del siglo X I . Estos Escritores fueron com o los padres ó fundadores de la Botánica', porque echaron los primeros cimientos de esta Facultad, que con la irrupción de los Godos y Longobar- dos por las Provincias meridionales de E uro­

p a , permaneció casi enteramente abandona­

da por quatro siglos, hasta que apoderado el T ureo del Imperio de O rien te, se acogie­

ron á Italia muchos sabios, y dieron princi­

pio al restablecimiento de las letras y del es­

tudio de la Botánica á mediados del siglo X V , traduciendo en Latín las obras Griegas y A ráb ig as, que procuraron también aclarar, igualmente que las Latinas, con sus Com en­

tarios ó Anotaciones, y á veces con el auxi­

lio de las láminas, desconocido de los A nti­

guos. Entre los Traductores é Ilustradores de Dioscórides se distinguió en el siglo X V I . el D octor Andrés Laguna^ cuya obra es muy recomendable, atendiendo al tiempo en que se trabajó.

C om o los Antiguos no nos dexaron sino m uy imperfectas noticias, y descripciones

' m uy

(31)

m a y confüsas de los vegetables que cono­

cieron , porque la Botánica se hallaba toda­

vía en su niñez; y por otra parte se había perdido én los tiempos posteriores de igno­

rancia el conocimiento tradicional de las plantas, sin el qual no era segura la aplica­

ción de la doctrina de sus virtudes y usos á las que los Modernos conjeturaban ser las mismas que los Escritores primitivos habían entendido; se desengañaron por fin los apli*^

cados, y se dedicaton á descubrir con mas puntualidad, y delinear no solo las comu­

nes de E u rop a, sino también las exóticas, ó de paises remotos. C on los Jardines Botá­

nicos fiindados para la enseñanza publica des­

de el año de 1 540 en las principales Univer­

sidades , y con los viages emprendidos al in­

tento, se fue aumentaíndo el numera de plan­

tas conocidas, de modo que demostró la ex­

periencia la necesidad de algún M étodo para evitar la confusion.

Aunque se han inventado varios Meto*

dos á este fin, fundados todos en su distribu­

ción con respecto á la semejanza ó deseme-»

janza de cada número ó conjunto de plan-

* * * * tas

(32)

Xr . B iS r e v R S r O íí

tas-(entre,sí, yá sea e^i/el sitip’^n qUe 'Se.ctíí^ni eiila:estíicion en que florecen,len el uso que se haCe^íie: ?Uas, ó en la esírijc^ura lexteifior 4

g

sus- h|ií>jas,y. otras pajPtj^ dd Iqs rp[i.$mo&

vegetables,; äe.:l>alla ígíírté^r4m^nte í^qnoieí-r do compi ua priiigipip iii^pncpsp,, que t-odo M ¿tpdo.hgílim o^ de.í^ner pprjba§^ ]fes paír?

t(|s Je iaíflor -yi dblcfrutot.; Qe^Ulfin ^,, • M orií

^oñ:\ 'Boerha^ve furvJaron las^divii;

siones,dé sus Clases íiiródicas en las diferen- ci.g§ tjel ,frutO;¿. MívJnOí jr.^ßumefo/'t. en el DjLinKío.y 4« las hpj^ dp \^§^ox\:Mí0gT npl: en. el yt^.n^lníe^tóiíeljfíab^llfro Carlos Linmo Qxi el l!Íin>€)TO:,:propojí;ioj,x y

situación de Y de la

flpr/ J , nrir|. • I ^ í :/!; * i^-!'■ ' . Est-ebíéltimp sistem a, .Hißi^do,

porque las partes en que estriba, constituyen el sexió de las plantas-, .se halla casj.generab méate adoptado ..por rodos los . Botánicos, abraza como mas moderw: muchos yegeta.- bjes nuevamente descubiertos , y tiene la re- cpmendacion de que su Inventor le preparó é ili^tróírpn v;ai*ías Qbras, qi^eforoian un euer:, po de doctrina , que le ha grangeadó j^sta-

, . ' ' men-

(33)

mente e l nombre de Reformador del Arte; y las mas principales son las ..siguientes: los F.wtdamentos Botánicos , que contienen la tdórica d:e.esta.Cienciavy.explicada; eü

lx)SOfhia^Botánica: tViiien^ra Plantarum\

en que describió'todas las partes de la fructi­

ficación de cada. G én ero: €í Sistema iZV¿2- que coipprehendiá las definiciones distintivas: ¡do los-Áioaismos ^Géneros ,:.y> «maS adequadas para reconcreerlos con.brevedad y facilidad: el Sfecies (Piantarum , en-que‘ re^;

copiló las definiciones específioasl, qu,evdístmí guen una efe oiiafÍasüEs]yG¡es compnehendi- das en un niism© G é n e r o ,.y á que anadiói por lo comuniel iiombi:aeie .G¿?jy¿?r Bauhu no ^ que habia TecogÍdo:--todos Jos! sinóninioá de sus predecesores, y fraqüentemeíite entré otros eí de Jtian Bauhino, que habia pu­

blicado las descripciones y láminas de la ma-.

yo r parte-de las plantas.'Vulgares de 'Europa y de algunas exóticas, eLde Morison, jDo*

doñeo ¡Camei'ario i Juobelio y Taber.íiainon^

taño , que igualmente dieron las figuras de rrtuchas , y eL-de- ,i sque había -descrito entre otras, bon particularidad y . delineada

**** % por

(34)

por su mano las mas raras de España^, cuyas huellas siguió también Barrelier.

Aunque por ahora tenemos adoptado el M étodo Linneano para la enseñanza, igual­

mente que para la colocacion de las plantas en la Escuela del Jardín ; no excluimos nin­

guno de los fundados en las partes de la fruc­

tificación: ántes bien nos persuadimos, que todos facilitan, mas ó ménos el conocimiento de las plantas, gozan de ventajas respectivas, y merecen .conocerse y manejarse con el tiempo porJos-éstudiosos;

Por falta de M étodo en los Antiguos se nos han inutilizado casi enteramente las noti­

cias que nos dexaron de sus plantas medicina­

les ; sin embargo de que las mencionadas por Diobcórides apenas exceden el número de seiscientas. C on mas razón necesitan los M o ­ dernos de este auxilio para distinguir la mul­

titud de plantas de tan diversas y contrarias naturalezas como se conocen y se crian mez­

cladas unas con otras, y para no exponerse al riesgo que cada dia experimentamos de parte de los Prácticos em píricos, y aun de algunos Facultativos faltos de M éto d o , que

en-

(35)

engañados de falsas apariencias, las equivo­

can con el grave detrimento del Público que se dexa considerar.

/

A la verdad no es asunto de corto traba'^

jo , ni de pocos años y dispendios, la exten­

sa inteligencia y conocimientos que constitu­

yen un aventajado Botánico; pero la expe­

riencia enseña, que en poco tiempo se puede adquirir por medio de la viva v o z , y demas socorros de la enseñanza el M étodo y las no­

ciones necesarias para tener conocidas con ar­

reglo á él considerable número de plantas, poder asegurarse por sí mismo el conocimien­

to de otras, y salir de sus dudas, examinar todos los vegetables que se presenten á su v ista , determinar si son nuevos, ó ya co­

nocidos de los Escritores ; y en una palabra adelantar por sí so lo , y sin otro auxilio que el de los libros y de la primera instrucción ya adquirida, hasta llegar á la mayor per­

fección del aprovechamiento. Este debe gra­

duarse por el mayor número de plantas co­

nocidas metódicamente, no habiendo Botá­

nico que las conozca todas , ni desmerecien­

do este título el que conozca pocas, com o las

conozca bien. Se*

(36)

- Semejante conocimiento ha de preceder indispensablemente á la aplicación de sus pro-- piedades para los usos mas dignos de conside­

ración. D e aqui dimana la importancia del es­

tudio de la Botánica para todos los que se sir*

ven de las plantas ; pero con mayor especia­

lidad para los Profesores que las prescriben,

ó

las dispensan con el 6n de Ja .curación de nuestras enfermedades. L o s primeros , si igj- noran esta C ien cia, nunca podrán aspirar á aumentar el corto número de las armas que poseen para combatir los afectos destructot- r;es de la salud , nunca podrán descubrir nucr vas propiedades útiles en otras plantas, cuya existencia se les oculta, ni aun asegurarse de los efectos de las que usan en su práctica sin conocerlas. L o s segundos las equivocarán fre^

qüentemente, faltarán i la excesiva confianza depositada en su pericia, y gravarán sus con­

ciencias.

Finalmente, la Botáíiica al ir.odo.quelas demas Ciencias,. con_sta de Parte, teórica y Parte.practica. L a primera comprehende la definición y explicación de las diferencias de todas :la

5

partes que pueden existir en las plan-*

-■jí’ ^ . . . tas,

(37)

tas, la noticia de los Métodos Botánicos fun­

dados en la fructificación ^ los cánones ó pre^

ceptós generales del A r te , qué sC'deben ob-i servar ÿ asi'pana establecer los caractères: dá las'Glasés y Ó rdenes, G éneros, Especies y yariedi^ies de plantas, en que estriba el M é­

todo y qrdenada disposicior\ y distribución de ellas jjrom o para, denominar con propiedad dichas C iases, Grdenés^ Géneros^ Especies y Variedades ; el orden y claridad con que se han de citar los sinónimos que tuviere cada planta', ó sean los diversos nombres que la hubiesen impuesto otros Botánicos ; el modo de describirlas concisa y exactamente ; y por último las reglas de su vegetación ; las de propagarlas y conservarlas ; las de su de­

secación para formar Herbarios, y las de ave­

riguar sus virtudes por medio de las luces que subministra el exámen de sus caractères naturales ( i ) .

L a

( i ) A to d o s estos p un tos se e x tie n d e en o tro s ta n ­ tos C a p ítu lo s la Philosophta B otá n ica de L i n n e o , de q u e c o n el tie m p o n o d e b e carecer B o t á n ic o a lg u n o q u e as­

p ire á u ltericres adelantam ientos e u el estu d io d e la C ie n c ia .

(38)

L a P a rte practica aplica y reduce á uso estos principios en la descripción que execu- ta de cada planta, descendiendo desde su Clase hasta su E sp ecie: cuyo conocimiento es el primer objeto del Botánico, y absolu­

tamente indispensable para la indagación, comprobacion y recto uso de las propleda-r des y virtudes de los Vegetables, que es el principal blanco de la Ciencia.

I N .

(39)

).—«(gj*—

I N T R O D U C C I O N .

a B O T Á N IC A es la Ciencia que enseña el mé­

todo de conocer y distinguir los Vegetables , y todo Jo perteneciente á elíos.

E l Vegetable es un cuerpo orgánico, que vive prendido á la tierra, ú á otro cuerpo , del qual atrahe su alimenta, y posee la facultad de repro­

ducir su especie ^ bien que destituido de sentido y de movimiento Ubre ó sea voluntario^

Se distribuyen comunmente-todos los Vegeta- bles en siete familias , que son Hongos (Fungi)i A lg a s (Algae), Musgos (Musci), Helecbos (FiUces), Gramas (Gramina) > Palmas (Palm ae), y Flautas (Plantae).

L as Plantas^ según ía división mas comun­

mente recibida, se subdividen en Arboles , A r ­ bustos , Matas y Terbas,

E l A rbol (Arbor) es planta de tallo feñoso (qne llamamos troncó)y al t o, duradero, poblado de yem as, las mas veces ú n ico, y cuya raíz y ra­

mos son también leñosos, como el A lam o, OlmOy P in o , Fresno, & c.

E l Arbusto (Frutex) se distingue del Á rb o l en que echa ó cri,a de una misma raiz varios tron­

cos , y éstos ménos elevados que los del Á rbol, como el Granado ^ "Zumaque, Rosal ^ Jazminorro ó Jazmín leñoso, L i l a , A d e lfa , & c.

A L a

(40)

I.a M ata (SufTrutex) se diferencia del Arbusto cn que sus varios tallos leñosos son mas baxos que l()s de éste, y carecen de ye m a s, como el To- mil/o^ Espliego^ Cantueso.^ & c.

L a Tet ba (Herba) es aquella planta, cuyo ta­

llo tierno perece todos los añ os, y a conserve ó no la raíz : en el primer caso se llama Yerba Perenne (Perennis) la que mantiene viva la raiz por tres ó

mas añ os, renovando de ella el tallo en cada, año, como la ^ Terba-Buena hortense ó Mentha sativa, Linii. Sp.805 5 Idi* Artemissa. officinal ó Artemisia v u lg a ris, Linn. 1 18 8 , y la Búgula medicinal ó A juga reptan s, Linn. T’S s ^ ó se llama Biennai (Bienni.s) si la conserva por dos años, sin fructificar por io regular hasta e l segundo como el Feregil ó Apium Petroselinum,Linn.3J^9, e l * A pio común ó Apium graveolens, Linn. 3 7 9 , ia.* Alcaravea ó Caram C a r v i, Linn. 378. y en el segundo caso se nombra A nnual (Annua) la planta que despues de fructificar pierde también la raiz en el mismo año en que brota de su sem illa, como Albahaca ú Ocymum Basilicum , Linn. 832 , la ^ A xedrea ó Satureja hortensis, Linn. 7 9 5 y el ^ Perifollo ó Scandix Ccrefolium , Linn. 368. ( i)

Considerando la estructura interior de los ve­

getables 5 se reconoce que se componen de tres

gé-

( i ) L o s Botánicos acostumbran denotar la duración del A r b o l , A r b u s t o , y M ata con esta señal ; U de las Yerbas perennes-con esta la: de lasbíennales con esta y finalmente la d é las aouuas cQn esta Q .

(41)

géneros de vaso s, esto es , de vasos humorales^

que son ios conductos de los líquidos 5 de utrícu^

los^ que conservan el xugo como en unos saquülos;

y de traquéas, que atrahen y contienen el ayre.

Se observa igualmente que puede separarse lodo Vegetable en cinco partes notablemente di­

ferentes , es á saber ; i.® la M edula, meollo ó tué­

tano (Medulla) que ocupa el cèntro, á la qual en^

cubre a.** el Leño ó madera (Lignum) que se for­

ma 3.® de la Corteza interior (Liber) que se se- para 4.® de la Corteza (Cortex) vestida 5.° de una T e lilla externa l l a m a d a (Epidermis), ( i)

L a estructura exterior del Vegetable ofrece asimismo á la observación del Botánico tres partes principales ^ que son la (R adix), el Fuste ó T er ha (Herba), y la Fructificación (Fructificatío).

C A P Í T U L O L B E L A R A I Z .

A R T ÍC U L O U

'Definición y diferencias de la Raíz.

L a RAIZ es la parte inferior del V e g e ta b le , me­

tida en la tie rra , ó prendida á e l l a , ó á otros cuer-

( i ) L o s Autores que con roas acierto han escrito de la anatomía de las plantas, son M a l p i g h i , G r e w , y D u - hamel en la P h y s i c a de loi Arboles ^ que traducé y publi­

qué en 2. vo l. ea 4. Madrid 1 7 7 2 .

A a

(42)

ciicrpos , de donde atrahe con particular fuerza los xugos necesarios para la nutrición y aumento de la planta. Consta de dos partes, una que es co­

nio la base del tallo (caudex descendens), metida por lo común dentro del terreno, y podríamos nombrarla Cepa ^ y la otra en que remata por aba- xo la prim era, y se llama Raicilla (R ad icu la), la qual se compone de fibras, que penetran ó se ex­

tienden aun mas por la tierra en busca del alimen­

to 3 que absorveti para sustento de toda la planta.

L as R aices en general se diferencian unas de otras notablemente, si se atiende á su estructura^

figura , consistencia, dirección y situación.

Atendiendo los Botánicos á su figura y con*

d isten d a , han dividido las R aices en Turmosas y Fibrosas. Estas últimas se pueden subdividir en fi­

brosas sin bulbo, y en fibrosas acompañadas de bulbo ó cebolla.

i- I-

L a Ra í z turmosa '{T2id\% tuberosa) es una raix carnosa, que se engruesa acercándose á la figura redonda, ó á ia prolongada , m aciza, y que regu­

larm ente, así por los lados , como por la base echa raicillas fibrosas, com o en la Patata dé caira- ó Helianthus tuberosus, Linn. l a f / , en ia B a ­ tata Ò Camote ó Convolvulus Batatas , Linn.

Sp. 2 2'^. y en La Consuelda turmosa ó Sym phy- tum tubero;um., Linn. 195.

. divide esta raiz turmosa

1.° £ n R a iz turmoso-globosa, ó sea de figura es-

(43)

esférica, ó casi esférica (tuberoso-glí)fe6sá), como en la * Artanita ó Pan porcino ó Cyclamen E u - ropaeum , Linn. 2 0 7 , en la Patata de la Maft—

cha^ ó Solanum tuberosum , Linn. 265 , y eh la Papa de monte ó Solanum montanum f Lidn. 2Ó6¿

2.® En R a íz turmosa pendolera (tuberoso- pendula), que es la formada de diferentes tubércu­

los que cuelgan á varias distancias á, lo & g o , 6 solamente de las extremidades de raicillas (telga- das como si fuesen hilos (Tai*. V L fig-, i£8.)'^?e- gun se vé en la'^ Filipendala oficinal ó Spiraea F i­

lipendula , Linn. jro2, y en la Peregrina de Lima ó Alstroemeria Pelegrina. Linn. 4 6 i-

3.® E n R aiz agamonada

ó -

hacecillo

roso-fascicuiata) quandcí salen varias rakes turmo- sas y largas de un mismo centro semejante á las del Gam ón, según se observa en !a raíz del mismo Gamón amarillo ó Asphodelus luteus, Linn. 443,-^

en el Lirio ¡turco de flor de color de tabaco

merocallis fu lv a , Linn. 463 , y en la "*^'Peonia ofi*

cinal ó Paeonia officinalis , Linn. J^47^.

4.® E n R a iz palmeada (tuberoso-palmata, seu digitata), qíae es quando la cepa de la raiz turmo­

sa se reparte en varios gajos abiertos ó apartados unos de otros,.com o sucede en aquel * Satyrion que llaman Palma Cbristi

ú

Orchis larifolia, Linn. 1 3 3 4 , en el manchado ú Orchis maculata, Linn. 1 3 3 5 , y en e l 4e olor de Saúco ^ Orchi*

Sam bucina, Linn. 1334.

5.° Y finalmente en Ra i z granugienta (gJraí*

nulata) quando está poblada de cuerpecillos j e - don-

(44)

dondos é manera de granos , como se observa en la Saxifragia granugienta ó Saxífraga granulo­

sa 5 Linn. en la Utricularia común ó Utricu- laria v u lg a ris, I<Ính.,a:6 , y.en la Utricularia me~

ñor ó Ü trku laria m inor, Linn. 26.

S- n -

L a R a íz (Radix fibrosa) se compone de una cepa,larga , y filamehtosa-^ acompañada de bár*<

b illar, 6 coopta entferámferjte de fibras delgadísimas-

; Sí se considera':en eHa. su estructura ^ se dis­

tingue

I.® E n 'R.dXz,simple.Y ramosa. L a simple 6

no

echa .ram os, sino á lo mas algupas barbillas muy- dclgadasw L a ramosa se reparte en vafios,ramos laterales. (T¿?¿. V I, fig . 1 30.), como en la ^ "Zaragatona oficinal ó Plantago Psyllium , Linn. 1 , en el ^ A lazor ó A za fra n romit o Car- thaaius tinctorius, Linn. 1 1 6 2 , en la M itig a .ó A lfa lfa ^ ó-M edica s a tiv a , Linn. 1 0 9 6 , y en la Clemátida 6' Muermera de hoja entera , ó C le­

matis integrifolia, Linn. ^6^.

, 2.° Según su figura se llama R aiz. ahusada (radix fusiform is) la sencilla , .gru esa, la r g a , y que vá en disminución hasta la punta á manera de un huso {J^ab. V I. fig . 1 2 9 . ) , según se reconoce en la * Zanahoria cultivada ó Daucus sativus, L inn..3 4 8 , en el Rábano común ó Raphanus sativus , Linn, 935 , y en la ^ Cbirivia de huerta ó- Pastinaca sa tiv a , Linn. 3^6.

3.® R a iz despuntada ó mordida (radix trun-

«. ca-

(45)

cata:, vel praemoEsá.) la que, npr/iicabàien pun-f ta,5 Ìn o que parece que se la han cortado^ ó que se la han arrancado con los dientes, como se vé

€n idi íEscabiosa .ó ScabiosalSuccisa, XiinnJ 1 4 3 ', en cil ^ Liantén de hoja ancha ó Plan-

tago'roajor, Linn. eii Q\:ítlaf¡ten de agua ó Alisma Plantago aquatica, Linh.486'.'

4 .“ R a iz barbuda ó capilar (radíx ^ capilla- ris), que se compone de varios cuerpos fibrosos no­

tablemente largos y delgados-^. 'según se vé en e l Berro ó Sisymbrium Nasturtium.aquatícum, Linn. 916. en la * Becabunga oficinal ó Verónica Beccabunga, Linn. 16 , y en la Cebada común ú Hordeum v u lg a re , Linn. 1 25 , qomo también en la mayor pane.de las Gramas, . - . ò

5.“ R aiz. articulada' ( radix articuláta) yrqm forma varios'nudos con sus corr£sp'ondientes'artS5- culaciones , como se manifiesta en el * Sello dé

*yí//íMWi9Kíá Convallaria Polygonatum , Linn. 4‘g r , en la ^ Cola de caballo oficinal ó Equisetuni ar- ven se, Ltnrr. 1 5 1 6 , y. en el OarrizQ o Arundó phragm itis, Linn. 130. -

6.** Según sn dirección se llama R a iz perpen^

dicular ó ■central i^) (radix perpendicularis), la qué penetra en el'terreno, como-si se dirigiera á su centro , según se advierte la^. plantas d e l núm. 2.® en el ^ Almendro común ó Am y¿dalus comí-

m u-

( * ) L a R a íz ahusada «ieinpre, 6 casi siempre es per­

pendicular ; pero no toda R aiz perpendicular tiene la fii g ura de un huso. Véase t i núm. 1,® '

(46)

munis-, Liñn. ójrjr, en el ^ Fruirti? ó Fráxrnus ex?- celsiòr, Linn. 1509 ^ y en el ^ Castaño ó Fagus C astanea, Linn. i4 ió ..

R a iz horizontal: ( radíx horizontális ) < la que se extiende á lo largo 'de la superficie idèi terreno ó sea entre dos t i e r r a s c o m o sé .echa de ver en el * L irio 'd e Florencia 6 Iris Florentina, Linñ. 5 .5 , en la Cañota suave ú Holcus mollís, Linn. 1485 , y ea. la Oreja de ratón de los sem-^

brados ó Cerastium arvénse, Linn. 628. ,

^1. 8;*?: R a iz rastrera (radix repens) la que sien­

do' horizontal , se alarga y echa barbillas á trci- chos 5 y á veces tallos que llaman Barbados {*)*

{ T a L V L :/%> i 3 i ) y y por ^consiguiente es mas ó ménos cundldora ( stolonifera )/, según se ad-?

yiert^ kmh,.^'T£rbd'rbuéna.de sabor de.pimienta 6 Mentila P ip e rita, Linn. 80-5, en la * Rubia ó Granza ó Rubia tinctorum , Linn. 1 5 8 , y en la

^ Grama oficinal ó Panibum D a cty lo n , Linn. 85.

Si se considera W- consistencia de la R a iz fi­

brosa , se dividci-en Raizi herbácea, y R a iz leño­

sa, L a R a iz leñosa (radix lignosa) tiene notable du­

re za , y es'própia dé los A rboles, Arbustos y M a ­ tas ; sirva de esemplo la del ^ -Sasafras ó Laurus

Sasafras, Linm 530. la d e l ó Rubus Idaeus, Linm 709* y la del * Torvisco ó Daphne

G nidium , ^ n n l 5 11. F i -

( * ) Sirven para transplantar eomo en el A v e l l a n o , en el S e r b a l, y en la H ig u e ra , y si son también ellos mismos rastreros éj sean , vuelven á arraigar naturalmen­

te por varios parages ^e stt» largo , y cunden mucho*

(47)

Finalmente en quanto á su situación 6 lugar donde nacen ó se crian las raíces y las mas de ellas crecen dentro de tierra, otras sobre las pie­

dras , tapias, ó troncos de árboles, como diver - sos Lichetics ó Empeynes ^ al modo que se cria

«1 L k h e n de las tapias ó sea el Lichen parietinus, Linn. 1 6 1 0 : algunas en el agua corriente , como la Ova de rio ó Conferva rivularis , Linn. 1633:

varias de ellas en el agua estancada , como la Lenteja de agua ó Lemna gibba , Linn. 1377* y otras en los troncos de los árb o les, y pare­

d es, como el Musgo campesino ó Bryum rurale, Linn. 1581.

Si el cuerpo á que está prendida la raíz de al­

guna planta, es cuerpo orgánico viviente , se lla­

ma Parasítica-, como la ^ Cùscuta oficinal ó Cus­

cuta E urop aea, Linn, 1 8 0 , el V isc o , L iga ó Muérdago ó Viscum album , Linn. 1 4 5 1 , la !Ter- batora ú Orobanche m ajor, Linn. 88 2 , y el * Jíi- pocisto ó Asarum H yp ocistís, Linn. 633.

in.

L a R.aiz fibrosa acompañada de bulbo (radlx fíbroso-bulbifbra) es aquella que consta de r a id - lias filamentosas llamadas vulgarmente barbillas^

que son las que saliendo del asiento carn oso, ó parte inferior del bulbo (^) ó cebolla , con di­

cho

( * ) D e l B u l b o , que es una de las dos diferencias de' Im ernázM loi, se tratará en el Articulo IV* Ca^itulolL

B

(48)

cho asiento , que es la cepa , constituyen propia­

mente la r a iz , como se verifica en la de la planta de la ^Cebolla común, ó A llium C e p a , Linn. 4 3 1, del * A%afran cultivado ó Linn. 50, y de la ^ Azucena común ó Lilium candidum , Linn. 4 4 3.

C A P Í T U L O I I .

D e aquella parte de la planta que llaman Fuste-

L a parte medía del Vegetable llamada Fuste (Herba) es la que sale de la R a i z , y llega has­

ta la Fructificación ^ comprehendiendo por con­

siguiente al Tallo

ó

tronco. Hojas^ Arreos^ é lu'^

vernáculos.

A R T I C U L O I .

Del Tallo*

E l Tallo es el que sube de la ra íz , y sostiene las Hojas y la Fructificacion. Se conocen seis es­

pecies , que son : e l Tallo , que en los árboles se llama Tronco (C aulis, €t Trunojs) ^ la Caña (Cul- mus) 5 el Bohordo (Scapus)

^

el A s t il

ó

pie de las Palm as, Hongos y Heléchos (S tip es), el Pezón de la hoja (Petiolus)^ y el Pedúnculo^ Cabillo ó Piececilio de la f lo r , y del fruto (Pedunculus.)

(49)

BOTÁNICA. Ï I

§. I.

"Del Tallo 6 Tronco propiamente taU

E l Tallo ó Tronco , propiamente tal , recibe varios nombres á proporcion de las diferencias:

1.“ de su sencilléz ó composicion : 3.° de su direc­

ción ó situación : 3.® de su figura : 4.® de su super­

ficie: 5.® de sus partes accesorias: 6,®de su ramifi­

cación : de su duración y consistencia : 8.° y de su tamaño.

Explicarémos las diferencias mas notables, j que señalan ios Botánicos com a mas dignas de

demostrarse por exemples.

P or la sencilléz se llama".

I. T a llo sencillo ( caulís simplex) el que ca­

rece de ram os, ó solamente se divide en algunos cortos hácia la c i m a , como en la Terha P aris ó Paris quadrifolia, Linn, 5 2 7 , el Orobo de P r i ­ mavera ú Orobus vernus , Linn, l o a S , las Perpetuas de monte ó Gnaphalium Staechas, Linn. I I 9 3 , y la Espuela de caballero horten­

se ó Delphinium A jacis , Linn. ^48.

P o r su composicion^

3.® T a llo articulado (cau lís geniculatus, seu articulatus ) el que está dividido á trechos por me­

dio de nudillos que forman articulaciones, como en la Minutisa de Jardinería ó Dianthus barba- tus, Linn. 5 8 6 , el Cucábalo con fr u to en form a de baya ó Cucubalus baccíferu s, Linn. 5 9 2 , la llamada Stellaria Holostea^ Linn. 603,

£ 3 y

(50)

y la Esparcilla encarnada ó Arenaria rubra, Linn. 606.

3.“ T a llo ahorqmllado ( caulis dichotonius ) el que se divide formando en cada una de sus divi­

siones una horquilla, esto es, dos ramos casiílgua- les ( Tab. IV . fig . 1 1 6 . ) , como en la Terba dé los Canónigos ó Valeriana L o cu sta , Linn. 4 7 , en la Colleja ó Cucubalus B ehen, Linn. 5 9 1 , y en el Collejon ó Brassica O rientalis, Linn. 931.

iiU 07den á la dirección se llama también:

4 ° T a llo tendido ( caulis procumbens ) el que siendo demasiadamente débil para mantenerse erguido, se tiende por el suelo, como en el Pipiri­

gallo ó Hedysarum Onobrychis, Linn. 10595

^VeronicaoficinalóYQvomQdLOÍñcwidiMs^ Linn. 14 , y en la Correhuela de playas ó C orrigiola littora- l i s , Linn. 388.

5.° T allo rastrero ( caulis repens ) el que ten­

dido echa á trechos ra icillas, de -las quales vol­

viendo á veces á brotar nuevos tallos también ras- trero s, cunde cada vez mas la planta por medio de ellos ( stolonifer) {Tab. IV , fig . 1 1 2 . ) , como en Isí^Fresa oficinal ó FrsLgsíria. v esca, Linn, jro8, en la * Zarza común ó Rubus fruticosus, Lind. 107, en Isí^Qrama de las Boticas de Alemania 6 T r i- ticum repens, Linn. l a S , y en h^ Z am arrilla ten^

dida ó Teucrium supinum, Linn. 791 .

6. -Tallo incorporado ( caulis- ascendens ) el que inclinado ó tendido al principie, se endere-r za 5 y sube ei^ u id o, como tn' ci Genipi ó Arte­

misia gla cia lis, Linn. en la Verónica de

€S~

(51)

espiga ó Veronìca'spicata, Lìnn: 1-4, ÿ en la Fio*

/ e i / 2 ó loia canina, Linn, 1324- ■' 7.° T a llo caulis .flexOosusi); e l que d e un nudo á otro'sigué.direccioij. aííernátivamen-

te. contraria, corno à Vê^iga^dâ

perro^ ó Fhysalis'Alkefcengi, Ltnn. ’263'^' la jea de tr.es hojas en r-ama ó Ptelea trifoliata, -Linn. So/ano du/ciamargoóSolanumBuìh

■caraara, Linn. ¿ 6 3 , y la Trm ktfan'cik dé¥irfgi- nia ó Tradescantia Virginiana, Lin'n.^ií'J"^ ■' ^

8.“ T a llo trepador: { cauli5 scandens ) el ^qn€

por medio de sus zarcillos, ó de sus pezones en­

roscados, sube, y séi e n l a z a 'ai ^rededor denlos cuerpos inmediatos {Tah, W . //»gt, i

ia Muermera ó Cicmatis tVitalba<ç;Iiitt^- /Ó6 , la Terba de Pordiosëros ó Cíeinatis'-íFlammula, Linn. J^66, Xd^^^Brionia ó Nueza b/ancdó Bryonia.

alb a, Linn. 1 4 3 8 ., yJla^^¿í/m«2í« ó Farra 6i Vi*

tis vinifera, Linn. 293.

9.“ T allo' revue'ito désde ¿a izquierda (*caulis volubilis sinistrórsum ) el que se reviSelve de la izquierda á la derecha, según el movimiento del S o l , como en la Madresélva ó Lonicera CapH^

fo liu m , Linn. 2 4 6 , éi^Lúpulb ñ Hovibrecillo h Humulus Lupulus, Linn. 14 57'., y Brionia ne*

gra ó Tamus communis, Linn. 1458.

I o. T allo revuelto desde la derecha ( caulis vo­

lubilis dextrorsum ) e l que se revuelve y enrosca desde la derecha á la izquierda, como en la 2'^^

dra canfpana'<ó Convólvulo de vallados o Convol­

vulus Sepium 5 Limi. 3 18 en la Correhuela de carn^

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