Arturo Colmenares LA-1113
Sección 19
Autonomía universitaria en Venezuela
La autonomía universitaria en Venezuela está sufriendo un duro golpe a manos del régimen chavista actual, y puede que muera desangrada si no se hace algo pronto.
El estado venezolano lleva años aprovechándose de la dependencia económica que tienen las universidades públicas del mismo; pues dándole fracciones de los presupuestos requeridos dificulta su pleno funcionamiento e inhabilita prácticamente por completo un área muy importante de la universidad: la de investigación. Todo esto sin mencionar la situación caótica en la que se encuentran los docentes, pues la mísera remuneración que llevan recibiendo desde hace tiempo ha obligado a muchos a irse de la universidad venezolana, y a otros a bajar considerablemente su calidad de vida: hecho inconcebible considerando la importancia de los mismos dentro de la sociedad. Como si fuera poco, el estado no se conforma con pisotear la libertad financiera de la universidad, sino que ahora amenaza con meter mano también en la administración de la misma.
La universidad Venezolana ha gozado desde su creación de cierto grado de autonomía, pues hasta en la época colonial la monarquía española respetaba este concepto. Inclusive, era éste el modelo utilizado en las universidades europeas para ese entonces. Cabe resaltar que Venezuela fue de los primeros países en América latina en gozar de esta autonomía, pues no es sino hasta finales del siglo XlX y principios del XX en que empieza a rondar tal modelo por las universidades latinoamericanas, mientras que ya para finales del siglo XVlll la Universidad de Caracas, hoy Universidad Central de Venezuela, gozaba de la misma, pues fue el 4 de Octubre de 1781 cuando por Real Cédula se le concede la facultad de dictar sus propias normas internas y la de elegir al rector. Pero no fue sino hasta principios del siglo XVIV que la Universidad de Caracas logra consumar su autonomía absoluta, cuando en 1827 el Libertador, y para entonces presidente de la Gran Colombia, no solo reconoce el concepto de autonomía sino que además dota a la Universidad de Caracas con ricas haciendas, asegurando así su independencia económica.
Como se puede ver, la universidad venezolana cuenta con un largo historial de autonomía; y, como es de esperar, esta vez no es la primera que un régimen quiere acabar con ella. Ya a mediados del siglo XlX se veía el primer atentado contra la libertad de cátedra, encabezado por el entonces presidente, José Tadeo Monagas. Y así como éste, llegaron otros a intentar injuriar la autonomía universitaria, tal como como fue el caso del general, y entonces presidente, Antonio Guzmán Blanco, el cual atentó contra la libre administración universitaria, y le quitó su libertad económica, haciéndola económicamente dependiente del estado hasta el día de hoy.
En este sentido, las universidades venezolanas hoy no están enfrentando ningún problema que no se haya superado antes. De hecho, se está lidiando con rastras de problemas anteriores, ya que es la falta de independencia económica la que le está permitiendo al gobierno tener el control y el poder para seguir degradando a las universidades más de lo que ya se les ha hecho. Y no es solo el abuso de esta dependencia económica lo que está gestando este régimen, sino que también quieren meterle mano a la administración misma de la universidad, y sin duda querrán a futuro eliminar la libertad de cátedra, lo cual sería el declive de los últimos dos pilares que sostienen la agonizante autonomía que queda, cosa que ya han logrado en el sector público (y parte en el privado) de la educación media.
Para poder entender lo crítico de la situación actual hay que primero tener clara la importancia de la universidad en la sociedad, y la preservación de su autonomía. La universidad es la cumbre del conocimiento de un país; un conocimiento usado para forjar profesionales, que construyen, y hacen progresar a la nación.Y no solo es el aparato productivo nacional el que se ve beneficiado por las acciones de la universidad, sino los mismos estudiantes, los cuales se enriquecen y desarrollan gracias a la educación que se les imparte, completando así una sociedad más íntegra.Por lo tanto, atentar contra las universidades venezolanas es atentar contra Venezuela y su íntegro desarrollo; y no hay mayor manera de atentar contra estas que atacando su autonomía.
Desde el punto de vista etimológico, la autonomía es la libertad que tiene una entidad de regirse por leyes propias; y ésta, está conformada por tres pilares importantísimos que la sostienen: la
libertad académica, la administrativa y la financiera. La académica consiste en la libertad para elaborar planes de estudios propios y en asegurar la libertad de cátedra. La administrativa se refiere a la libertad para organizarse sin intervenciones externas, es decir, de autogobernarse. Y la financiera consiste en la libertad para poder desarrollar y controlar un presupuesto propio, así como tener control sobre el patrimonio de la universidad.
Para que una institución sea considerada completamente autónoma se deben cumplir las tres condiciones ya expuestas. Pero más allá de los aspectos burocráticos, la autonomía, tiene un valor mayor para las instituciones universitarias, pues forma parte de su esencia como centro de innovación y de creación, y asegura también su permanencia como tal.
Es por todo esto que las agresiones por parte del gobierno hacia las universidades cobran un significado tan importante, pues al atentar contra su autonomía están amenazando al alma de las universidades, y por consiguiente, a una invaluable parte de la sociedad, pues atacar a la universidad es condenar la nación al atraso.
Bibliografía.
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Disponible en: http://cronicasvenezuela.com/2013/07/16/entender-la-autonoma-universitaria/
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- Diodato, J.; Martínez, Valeria. Autonomía y el cogobierno universitario: repensando su sentido reformista en los estatutos. Disponible en: http://www.sahe.org.ar/pdf/sahe005.pdf
