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PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Y POBREZA

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Academic year: 2020

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Agropecuaria y Pobreza

CÓMO MEJORAR LOS MEDIOS

DE SUBSISTENCIA DE LOS PEQUEÑOS

AGRICULTORES EN UN MUNDO

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Agropecuaria y Pobreza

CÓMO MEJORAR LOS MEDIOS DE SUBSISTENCIA

DE LOS PEQUEÑOS AGRICULTORES

EN UN MUNDO CAMBIANTE

John Dixon y Aidan Gulliver con David Gibbon

Editor Principal: Malcolm Hall

FAO y Banco Mundial Roma y Washington DC

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Todos los derechos reservados. Se autoriza la reproducción y difusión de material contenido en este producto informativo para fines educativos u otros fines no comerciales sin previa autorización escrita de los titulares de los derechos de autor, siempre que se especifique claramente la fuente. Se prohibe la reproducción de material contenido en este producto informativo para reventa u otros fines comerciales sin previa autorización escrita de los titulares de los derechos de autor. Las peticiones para obtener tal autorización deberán dirigirse al Jefe de Servicios de Publicaciones y Multimedia de la Dirección de Información de la FAO, Viale delle Terme di Caracalla, 00100 Roma, Italia, o por correo electrónico a copyright@fao.org

©FAO 2001

autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites.

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Los pequeños agricultores tienen a su cargo la producción de la mayor parte de los alimentos que se consumen en los países en desarrollo; no obstante, por lo general, son mucho más pobres que el resto de la población de estos países; e incluso, la seguridad alimentaria a la que tienen acceso es menor que aquella de los pobladores urbanos de bajos ingresos. A esto se debe añadir que aunque para el 2030, la mayor parte de la población mundial vivirá en áreas urbanas, las poblaciones agrícolas se mantendrán en el nivel actual. Ante esta situación, es evidente que la lucha contra el hambre y la pobreza en casi todo el mundo implica encarar los problemas que los pequeños agricultores enfrentan en su lucha diaria por la supervivencia.

Por esta razón, es necesario que tanto las prioridades de inversión como las políticas tomen en cuenta los muy diversos problemas y oportunidades que los pequeños agricultores enfrentan. Es necesario, además, tener en cuenta que los recursos que éstos tienen a su disposición, las actividades que escogen y, de hecho, la estructura misma de su vida están íntimamente relacionados con el entorno biológico, físico, económico y cultural en el que se desenvuelven y sobre el cual tienen un control limitado. A pesar de las diferencias y peculiaridades que cada agricultor presenta, aquellos que comparten condiciones similares de vida, por lo general también comparten problemas y prioridades similares que trascienden las fronteras administrativas y políticas.

Los patrones generales que se presentan en los diversos sistemas de producción, las prácticas y las condiciones externas similares existentes que se han usado en el presente libro, como base para definir más de 70 sistemas de producción agropecuaria que ocupan las seis regiones en desarrollo del mundo. Si bien el presente estudio reconoce la heterogeneidad que inevitablemente se presenta al establecer sistemas tan amplios, consideramos que el enfoque de los sistemas de producción agropecuaria aquí expuesto, ofrece un marco adecuado para comprender las necesidades de los habitantes de un sistema, sus posibles retos y las oportunidades que enfrentarán durante los próximos treinta años; además, de la

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importancia relativa que tiene la aplicación de diferentes estrategias empleadas para escapar del hambre y la pobreza.

A fin de ofrecer una base para el análisis comparativo, este libro analiza en detalle alrededor de 20 sistemas de producción agropecuaria, que se considera presentan el mayor potencial tanto para la reducción de la pobreza y el hambre como para el crecimiento económico en las próximas décadas. Los sistemas de producción se analizan a la luz de cinco posibles estrategias generales que los hogares agropecuarios podrían emplear para escapar del hambre y la pobreza: (a) la intensificación de la producción; (b) la diversificación de las actividades agrícolas que permitan incrementar el valor de la producción; (c) el incremento del área del predio; (d) el incremento del ingreso extra-predial; y (e) el abandono total del sistema agropecuario. La pregunta crucial que este libro plantea es, entonces: ¿Cuáles podrían ser las estrategias más promisorias para los pequeños agricultores de cada sistema y qué tipo de iniciativas serían las más adecuadas para ayudarlos a ponerlas en práctica?

La información contenida en este libro proviene de un estudio originalmente realizado a pedido del Banco Mundial, que tenía como fin proveer a esa institución de una perspectiva específicamente agrícola para la revisión de su Estrategia de Desarrollo Rural. El estudio se ha nutrido del trabajo especializado realizado durante varios años por la FAO y el Banco Mundial, así como por un sinnúmero de instituciones nacionales e internacionales. Los resultados se sustentan con más de 20 estudios de caso que se llevaron a cabo en todo el mundo, con el fin de analizar enfoques innovadores para el desarrollo de la pequeña agricultura y pastoreo. Este libro, a diferencia del estudio original, está dirigido a una audiencia más amplia, y se espera que sus conclusiones y recomendaciones sean de interés y lleven a los gestores de políticas, investigadores, ONGs y sector agroempresarial a una reflexión más profunda. Se espera también que éstos lleven esta reflexión a la práctica al aplicar el enfoque aquí expuesto en el ámbito nacional para apoyar en la formulación de estrategias de desarrollo rural.

Jacques Diouf James D. Wolfensohn

Director General Presidente

Organización de las Naciones Unidas Banco Mundial

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La preparación de este libro estuvo a cargo de la FAO, bajo la dirección general de S. Funes (Director, Dirección de Desarrollo Rural) y la dirección técnica de J. Dixon (Oficial Superior, Sistemas de Producción Agrícolas, Servicio de Gestión Agraria y Economía de la Producción, Dirección de Sistemas de Apoyo a la Agricultura) y A. Gulliver (Economista Superior, Dirección del Centro de Inversiones), con el apoyo de D. Gibbon (consultor). Este trabajo se realizó para contribuir a la preparación de la Estrategia de Desarrollo Rural del Banco Mundial: Cómo Alcanzar a la Población Rural más Desfavorecida, que fue preparado bajo la dirección de Robert L. Thompson. La investigación contó con el valioso apoyo técnico de D. Forbes Watt (Director, Centro de Inversiones), J. Monyo (Director, Dirección de Sistemas de Apoyo a la Agricultura), A. MacMillan, (Asesor Principal, Dependencia de Asesoramiento sobre Proyectos, Dirección del Centro de Inversiones) y D. Baker (Jefe, Servicio de Gestión Agraria y Economía de la Producción, Dirección de Sistemas de Apoyo a la Agricultura) del equipo de FAO y de C. Csaki (Asesor Superior/Jefe de Equipo de Estrategia Rural) y S. Barghouti (Asesor de Investigación) del Departamento de Desarrollo Rural, Banco Mundial.

Los autores desean reconocer la invaluable contribución realizada por las personas encargadas de los seis análisis regionales, cuyos resultados se publicaron originalmente por separado y sirven de base para los capítulos regionales del presente estudio. África – A. Carloni (Dirección del Centro de Inversiones); Medio Oriente y África del Norte – D. Gibbon; Europa Oriental y Asia Central – S. Tanic (Oficina Subregional para Europa Central y Oriental) y F. Dauphin (Dirección del Centro de Inversiones); Asia Meridional – J. Weatherhogg (Dirección del Centro de Inversiones), J. Dixon y K. d’Alwis (Consultor); Asia Oriental y Pacífico – D. Ivory (Oficina Regional para Asia y el Pacífico); y América Latina y El Caribe – A. Gulliver, J. de Grandi, C. Spehar, G. Majella (Consultores). D. Ivory además contribuyó significativamente en la redacción de las conclusiones globales.

Los análisis regionales fueron revisados por los grupo de análisis regionales de la Estrategia Para el Desarrollo Rural del Banco Mundial, bajo la dirección de S. Ganguly (AFR), M. Bale (EAP), L. Tuck (ECA), M. Cackler (LAC), P. Aklilu (MNA) y R. Ali (SAS). Se agradece el aporte en forma de comentarios y sugerencias de estos equipos, en especial el apoyo de I. Tsakok (equipo regional para LAC).

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Reconocimientos especiales para C.Csaki y S. Barghouti que contribuyeron con valiosos comentarios en algunos puntos específicos a lo largo del estudio. R. Schurmann (Coordinador de Servicios Técnicos FAO/Banco Mundial) prestó valioso apoyo en la revisión de la cohesión general del presente estudio así como en la preparación de los comentarios finales.

Los siguientes expertos colaboraron con la preparación de más de veinte estudios de caso para cada región: M. Bazza (Oficina Regional de la FAO para el Cercano Oriente), L. Fe’D’Ostiani (Departamento Económico y Social); C. Batello, W. Fiebig, F. Hoque, H. Le, N. Nguyen & D. Tran (Departamento de Agricultura); A. Gulliver; Y. Ishihara & T. Bachmann, A. Mascaretti (Departamento de Cooperación Técnica); A. Agarwal, R. Brinkman, J de Grandi, B. Dugdill & A. Bennett, E. Kiff & B. Pound, D. Kopeva, A. Martinenko, E. Meng, G. Mitti, R. de Sagun, C. Spehar, C. Tanner, Z. Wang y J. Zethraeus (Consultores). El equipo de datos y del Sistema de Indicadores Georeferenciados (GIS, por sus siglas en Inglés), encargado de generar los datos específicos para cada sistema de producción agropecuaria y responsable por el desarrollo de los mapas georeferenciados utilizados en el presente estudio, que estuvo a cargo de C. Auricht (consultor) con el apoyo de P. Aguilar (Subdirección de Gestión de Datos WAICENT/FAOSTAT), L. Hein (Centro de Inversiones), M. Zanetti (Dirección de Fomento de Tierras y Aguas), G. Agostini, S. Accongiagico, M. Lespine y T. Rosetti. El presente estudio se nutrió, además, de las contribuciones de varios miembros del personal de la FAO (además de aquellos anteriormente mencionados), incluyendo a: T. Bachmann, L. Clarke, R. Florin, P. Koohafkan, E. Kueneman, S. Mack, J. Maki-Hokkonen, F. Moukoko-N’Doumbé, F. Nachtergaele, M. Porto, J. Poulisse, S. Reynolds, R. Roberts, A. Rottger, P. Santacoloma, A. Shepherd, J. Slingenberg, P. Steele and N. Urquia (Departamento de Agricultura); G. Boedeker, J. Bruinsma, F. Egal, Y. Lambrou, K. Stamoulis y J. Schmidthuber (Departamento Económico y Social); M. Halvart (Departamento de Pesca); M. Gauthier y K. Warner (Departamento de Montes); L. Collette, J. Dey-Abbas, P. Groppo, A. Herrera, J. Juhasz, J. Latham, P. Munro-Faure and D. Palmer (Departamento de Desarrollo Sostenible); C. Bevan, M. Bral, G. Evers, A. Jumabayeva, D. Khan, D. LeLievre, P. Lucani, T. Tecle, B. Veillerette, M. Wales y F. Yriarte (Departamento de Cooperación Técnica); D. Kunze (Oficina Regional para África); B. D’Avis, R. Jehle y D. Sedik (Oficina Regional para Europa); N. Deomampo y R. Singh (Oficina Regional para Asia y el Pacífico); y H. Bamman (Oficina Subregional para el Pacífico).

Extendemos nuestro agradecimiento a E. Kueneman y a A. Macmillan por su contribución excepcional en la revisión y esfuerzos de edición. Así también, agradecemos a R. Brinkman por su invalorable apoyo en dotar de claridad a los análisis regionales. P. Hollingworth tuvo a su cargo el diseño gráfico y la diagramación de la publicación. Un agradecimiento especial para el personal de apoyo incluyendo a: C. Bianchi, A. Biolley, M. Cullinan, J. Francis, B. Grani-Polidori, B. Hall, S. Lami, S. Peppicelli, y R. Smith.

Hacemos llegar nuestro agradecimiento también a los revisores por sus valiosos comentarios. Los revisores externos fueron: T. Aldington, S. Barraclough, M. Cox, D. Norman, B. Roitman y Vo-Tong Xuan. Los revisores internos fueron J. Bruinsma, P. Munro-Faure y S. Keya. Cualquier error restante es de responsabilidad exclusiva de los autores.

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1. INTRODUCCION 1

Contexto 1

Hambre, pobreza y agricultura 2

Características de los sistemas de producción agropecuaria 8 Aspectos que influyen en la evolución de los sistemas de

producción agropecuaria 17

Guía para el lector 31

2. ÁFRICA SUB-SAHARIANA 33

Entorno regional 33

Sistema de producción agropecuaria mixto de maíz 55 Sistema de producción agropecuaria de cultivos arbóreos 64 Sistema de producción agropecuaria con riego 68 Sistema de producción agropecuaria cultivo mixto cereales-raíces comestibles 73 Sistema de producción agropecuaria agro-pastoril mijo/sorgo 78 Prioridades estratégicas para el África subsahariana 83

3. MEDIO ORIENTE Y ÁFRICA DEL NORTE 97

Entorno regional 97

Sistema de producción agropecuaria con riego 112 Sistema de producción agropecuaria mixto de tierras altas 118 Sistema de producción agropecuaria mixto de secano 121 Sistema de producción agropecuaria seco mixto 124 Sistema de producción agropecuaria de pastoreo 127 Prioridades estratégicas para Medio oriente y áfrica del norte 131

4. EUROPA ORIENTAL Y ASIA CENTRAL 145

Entorno regional 145

Sistema de producción agropecuaria mixto 168 Sistema de producción agropecuaria cereales vegetales a gran escala 172 Sistema de producción agropecuaria cereales extensivos con ganadería 177 Prioridades estratégicas para Europa oriental y asia central 183

(9)

5. ASIA MERIDIONAL 197

Entorno regional 197

Sistema de producción agropecuaria de arroz 217 Sistema de producción agropecuaria arroz trigo 224 Sistema de producción agropecuaria mixto de tierras altas 230 Sistema de producción agropecuaria mixto de secano 235 Prioridades estratégicas para Asia meridional 240

6. ASIA ORIENTAL Y PACIFICO 253

Entorno regional 253

Sistema de producción agropecuaria de arroz de tierras bajas 270 Sistema de producción agropecuaria mixto de cultivos arbóreos 278 Sistema de producción agropecuaria mixto intensivo de tierras altas 283 Sistema de producción agropecuaria templado mixto 291 Prioridades estratégicas para Asia oriental y pacifico 295

7. AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 303

Entorno regional 303

Sistema de producción agropecuaria mixto extensivo (cerrados y llandos) 320 Sistema de producción agropecuaria seco mixto 326 Sistema de producción agropecuaria maíz-frijol (mesoameicano) 332 Sistema de producción agropecuaria mixto de tierras altas (Andes centrales) 340 Prioridades estratégicas para América latina y el caribe 348

8. DESAFIOS GLOBALES, POTENCIALES Y PRIORIDADES 359 Categorías de sistemas, recursos y estrategias utilizadas por

el hogar agropecuario 360

Estrategia global para la reducción del hambre y la pobreza 375

9. CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS FUTURAS 399 Recapitulación de los resultados 399 Reenfocar las funciones de los actores 405 Perspectivas futuras derivadas del análisis aquí expuesto 415

Comentarios finales 417

ANEXOS

Anexo 1: Estudios de caso 419

1.1 Disminución de la productividad y disparidad en los rendimientos de arroz 421 1.2 Potencial de la biotecnología agrícola 427 1.3 Desarrollo en la zona de sabana húmeda de áfrica occidental 436 1.4 Captación de aguas y rehabilitación del suelo en india y áfrica: potencial

y prácticas 445

1.5 Diversificación dirigida por el sector privado entre los productores

indígenas de Guatemala 452

Anexo 2: Clasificación de los sistemas de producción agropecuaria por categorías

generales 461

Anexo 3: Clasificación de los países por región en desarrollo 463

Anexo 4: Bibliografía 465

(10)

CONTEXTO

La visión que subyace e impulsa al presente estudio es llegar a tener un mundo sin hambre ni pobreza. La mayoría de las personas de bajos recursos vive en áreas rurales en los países en desarrollo y depende de la agricultura para su subsistencia; por lo tanto, los autores están convencidos de que la clave para erradicar el sufrimiento actual es centrarse en el establecimiento de comunidades rurales dinámicas fundamentadas en una agricultura próspera. Una de las posturas centrales del presente estudio sostiene que el análisis de los sistemas de producción agropecuaria, en los que la población rural de bajos ingresos vive y trabaja puede proveer perspectivas más claras acerca de las prioridades estratégicas para la reducción del hambre y la pobreza, que en la actualidad afecta a la mayoría de los pobladores rurales.

La disponibilidad de alimentos ha sido siempre una preocupación fundamental del ser humano. A pesar de que la población global se duplicó durante las últimas cuatro décadas, la producción de alimentos ha sido suficiente, al grado de que se ha producido un incremento gradual en el promedio de ingesta de alimentos per cápita. No obstante, el flagelo del hambre persiste y las reservas de alimentos han experimentado fuertes fluctuaciones durante este período y en ocasiones han descendido a niveles críticos. A fin de enfrentar esta situación se organizó la Conferencia Mundial de Alimentos en 1974, seguida por la Conferencia Internacional de Nutrición en 1992 y finalmente de la Cumbre Mundial de la Alimentación en 1996. En la Cumbre los Jefes de Estado reafirmaron el derecho de cada persona de acceder a alimentos sanos y nutritivos, que concuerda con el derecho de ser libres del hambre. Además se comprometieron a reducir el número de personas malnutridas a la mitad del nivel actual, a más tardar hasta antes del 20151. La consecución de este objetivo es fundamental para el Marco Estratégico de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)2.

● ● ●

1

FAO 1996a.

2

(11)

La erradicación de la pobreza3 es otro de los compromisos internacionales adoptado originalmente en 1995, en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social que tuvo lugar en Copenhague, Dinamarca. En la Cumbre Social +5 (junio 2000) la meta adoptada fue reducir a la mitad la proporción de personas que viven en extrema pobreza para el año 2015. Las metas establecidas tanto en la Cumbre Mundial de la Alimentación como en la Cumbre Mundial +5 se reflejan en la

Declaración del Milenio4 adoptada por la Asamblea General de las Naciones

Unidas (UNGA, por sus siglas en Inglés) llevada a cabo en septiembre del 2000. Un sinúmero de organismos de desarrollo ha adoptado diferentes posturas dirigidas a reducir ya sea el hambre o la pobreza. Por ejemplo, en 1997, el Banco Mundial desarrolló una nueva estrategia para el desarrollo rural titulada:

Desarrollo Rural: de la Visión a la Acción5. De manera similar, y posterior al estudio sobre la pobreza mundial realizado a inicios de la década de 1990, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) recientemente renovó su compromiso dirigido a la reducción de la pobreza con la publicación del Informe 2001 sobre la Pobreza Rural –El Desafío de Acabar con la Pobreza Rural6. Un sinúmero de organismos de ayuda bilateral también han adoptado a la reducción de la pobreza como uno de los temas centrales en sus programas de cooperación para el desarrollo. Además, muchos gobiernos están haciendo énfasis en la seguridad alimentaria y de ingresos en sus documentos de planificación y de políticas.

El presente estudio analiza el antiguo problema del hambre y la pobreza desde una nueva óptica, el análisis de sistemas de producción agropecuaria. Reconoce la diversidad existente entre los patrones de subsistencia empleados por agricultores, pastores nómadas y familias de pescadores y explora diferentes alternativas que podrían permitirles tener una vía de escape de la pobreza. El análisis también caracteriza los patrones de cambio que se prevé tendrán lugar durante los próximos 30 años en los principales sistemas de producción agropecuaria de las distintas regiones en desarrollo. El desarrollo rural depende en última instancia de las decisiones individuales que millones de hombres y mujeres toman diariamente. El reto que los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado enfrentan es proveer los servicios públicos, el marco institucional adecuado y los incentivos necesarios para permitir a los hogares agropecuarios acelerar el crecimiento agrícola y la reducción de la pobreza por sí mismos.

Desafortunadamente, las mejores proyecciones disponibles en la actualidad7 sugieren que la disminución del hambre y la pobreza se consigue muy lentamente en las regiones en desarrollo. Con esto en mente, el presente estudio esboza las prioridades estratégicas de acción para los diferentes sistemas de producción

3

Al nivel internacional, el término ‘pobreza’ se aplica a aquellos pobladores que ganan menos de 1US$ al día.

4

Asamblea General de las Naciones Unidas 2000.

5

Banco Mundial 1997.

6

Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola 2001.

7

Las proyecciones completas para el 2015 y 2030 se resumen en FAO (2000a). Estas proyecciones, realizadas por la FAO, son ampliamente utilizadas en el presente libro.

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agropecuaria en cada región en desarrollo así como para el conjunto de países en desarrollo, que servirán de guía a los encargados de las áreas de políticas de desarrollo y ciencias. Estas prioridades se enfocan en disminuir la brecha existente entre el pronostico de la lenta disminución del hambre y la pobreza y las metas u objetivos establecidos por la comunidad internacional en la Declaración del Milenio. En el presente capítulo se hace énfasis en el impacto actual del hambre y la pobreza rural en las regiones en desarrollo y se analiza la contribución del crecimiento agrícola para la reducción de las mismas. Seguidamente se introduce el concepto de los sistemas de producción agropecuaria y se explica la manera en que estos sistemas se han definido. Además, se esboza la posible evolución que los sistemas de producción agropecuaria experimentarán durante los próximos 30 años y se analizan los factores principales que influirán en este proceso. Finalmente, el capítulo presenta una guía para el lector.

HAMBRE, POBREZA Y AGRICULTURA

POBLACIÓN

Durante las últimas cuatro décadas del siglo XX, la población de las regiones en desarrollo8 se duplicó –alcanzó los 5 100 millones en 1999. En la actualidad, alrededor del 60 por ciento corresponde a habitantes rurales; de los cuales, aproximadamente el 85 por ciento depende de la agricultura9 (ver Tabla 1.1). La mujer representa el 44 por ciento de los aproximadamente 1 300 millones de personas que constituyen la mano de obra agrícola de estas regiones; en algunas áreas existe un porcentaje elevado de mujeres jefas de hogar. La mujer tiene un papel fundamental en un sinnúmero de aspectos al interior de los sistemas de producción agropecuaria, incluyendo la producción, procesamiento, comercialización y responsabilidades domésticas; por lo tanto su contribución a la evolución de estos sistemas es de suma importancia.

Se estima que durante los próximos 30 años la población de las regiones en desarrollo continuará en aumento; no obstante, se prevé que la tasa de crecimiento declinará –de su nivel actual de 1,8 por ciento anual, al estimado de 1,2 por ciento anual en el 203010. Sin embargo, como resultado del constante incremento en el número de pobladores urbanos (40 por ciento en el 2000 que alcanzará el 56 por ciento en el 203011), se prevé que el total de la población rural de hecho disminuirá

8

El Banco Mundial clasifica a los países en desarrollo en seis regiones; esta clasificación se adoptó para el análisis que subyace al presente estudio. En el Anexo 3 se encuentra la lista de países que conforman cada región.

9

La FAO define como población agrícola a la población que depende de la agricultura, la caza, pesca o forestería para su subsistencia. Este estimado comprende a todas aquellas personas activamente involucradas en actividades agrícolas y a sus dependientes económicamente inactivos.

10

Fondo de Población de las Naciones Unidas 2000.

11

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después del 2020 (ver Figura 1.1). Tomando estas proyecciones como base, se puede decir que para el 2030 la población agrícola de los países en desarrollo no habrá experimentado cambios significativos con relación al nivel actual. A pesar de estas previsiones, se debe enfatizar en el hecho de que el número de personas dedicadas a la agricultura en años futuros, en cualquiera de las regiones en desarrollo, dependerá del tipo de evolución que experimenten los distintos sistemas de producción agropecuaria presentes es cada región.

Entre los factores que producen incertidumbre respecto a las tendencias poblacionales a futuro, dos son particularmente importantes: en primer lugar, la prognosis del VIH/SIDA, que ha alcanzado niveles pandémicos, es incierta. En la actualidad, las tasas de contagio son extremadamente altas en África y su porcentaje crece a un ritmo alarmante en Asia, especialmente en Asia meridional. Algunos países del África parecen haber controlado la diseminación del SIDA mediante una serie de medidas bastante efectivas. Es difícil, no obstante, predecir si otros países podrán replicar esta experiencia. Además, la tasa de mortalidad podría reducirse de manera significativa en la medida en que se disponga de tratamientos accesibles; ya sea mediante nuevos medicamentos, la reducción del costo de producción de medicamentos ya existentes o mediante la provisión subsidiada de medicamentos para los países en desarrollo. El segundo factor de incertidumbre está relacionado con la migración de la población agrícola hacia ciudades rurales y otras áreas urbanas. Las tasas de migración reflejan entre otras cosas, tasas de pobreza relativa, tanto en las áreas urbanas como rurales y por lo tanto se ven afectadas por factores como: los precios internacionales de los productos básicos, incremento en las tasas de empleo urbano y las tasas de cambio real.

Tabla 1.1. Poblaciones rurales y agrícolas por región en desarrollo, 1999

Región en Desarrollo Población Población Población Femenina

Total Rural Agrícola Económicamente

(millones) (millones) (millones) Activa (%)1/

África Sub-Sahariana 626 417 384 47

Medio Oriente y África del Norte 296 121 84 44

Europa Oriental y Asia Central 478 154 86 44

Asia Meridional 1 344 970 750 39

Asia Oriental y Pacífico 1 836 1 184 1 119 47

América Latina y el Caribe 505 126 110 17

Todas las Regiones en Desarrollo 5 085 2 971 2 534 44

Fuente: FAOSTAT

(14)

Figura 1.1 Tendencias Poblacionales en las Regiones en Desarrollo

Fuente: Fondo de Población de las Naciones Unidas 2000

INCIDENCIA DEL HAMBRE Y LA POBREZA

El hambre prevalece en muchos países en desarrollo, especialmente en Asia Meridional y en África. A pesar de que, como se indica en la Figura 1.2, el número de personas desnutridas12ha aumentado en estas dos regiones en desarrollo13, el total mundial ha experimentado un descenso desde fines de la década de 1960 –de 959 m en 1969-1971 a 790 m en el período 1995-1997. Puesto que la población total ha aumentado de manera sustancial, esto implica que la proporción de personas desnutridas disminuyó a la mitad del 37 al 18 por ciento.

Las proyecciones indican además, que este porcentaje disminuirá aún más, a alrededor de 576 m en el 2015 y a 400 m en el 203014; sin embrago, como se previó durante la Cumbre Mundial de la Alimentación, de tomarse las medidas requeridas para reducir la pobreza, este descenso se podría acelerar. El descenso más dramático en la reducción de la incidencia de la desnutrición ha tenido lugar en el Asia Oriental. Las proyecciones para el 2030 indican que esta tendencia continuará y se experimentarán también fuertes descensos en Asia Meridional y en la región de América Latina y el Caribe.

El hambre y la pobreza son dos factores estrechamente relacionados. Si bien, la falta de un ingreso adecuado que permita la compra de alimentos es uno de los

12

La desnutrición se define como la situación en la que la ingesta de alimentos de un individuo no cubre los requerimientos básicos de energía.

13

Las regiones corresponden a aquellas empleadas por la FAO (2000a) – ver la lista de los países que se incluyen en cada región en el Anexo 3. No existen datos disponibles para Europa Oriental y Asia Central.

14

(15)

factores principales responsables de la inseguridad alimentaria al nivel familiar, el hambre contribuye a la persistencia de la pobreza al disminuir la productividad laboral, al reducir la resistencia hacia las enfermedades y al reducir notablemente el rendimiento académico.

Se estima que, en el conjunto de países en desarrollo un total de 1 200 m de

personas vive en la pobreza15 –que se define, tomando como base la línea

internacional de pobreza, que establece el consumo promedio en US$1/día/cápita; no obstante, las cifras nacionales en un sinnúmero de países sugiere que la incidencia de la pobreza en áreas urbanas es inferior a la existente en áreas rurales16. A pesar de que la importancia relativa de la pobreza rural varía sustancialmente de un país a otro, se ha establecido que en los países en desarrollo, tomados de manera conjunta, más del 70 por ciento ocurre en áreas rurales. De manera similar, el hambre también se concentra en áreas rurales, a pesar de que estas áreas son responsables de la generación de alimentos.

Los cambios más recientes en cuanto a la incidencia y distribución de la pobreza medida en el parámetro de un dólar/día17se muestran en la Figura 1.3. La pobreza se concentra en Asia Meridional –en donde experimentó un incremento gradual durante la década de 1990- y África, región en la que la tasa continúa creciendo a un ritmo alarmante. En la región de Asia Oriental y Pacífico, no obstante, se ha registrado un importante descenso en la incidencia de la pobreza, debido principalmente al crecimiento económico de China.

15

Banco Mundial 20001b.

16

No obstante, algunos países cuyo sistema económico estaba basado en la planificación central (v.g. Mongolia, Georgia) presentan tasas más elevadas de pobreza urbana que de pobreza rural.

17

Por ejemplo, Datt y Ravallion 1998.

Figura 1.2 Incidencia de la Desnutrición por Región en Desarrollo

Fuente: FAO 2000a

1967-69 1995-97 2030

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CONTRIBUCIÓN DEL CRECIMIENTO AGRÍCOLA EN LA REDUCCIÓN DE LA POBREZA

La evidencia es clara en sugerir que el desarrollo agrícola aplicado globalmente es un medio efectivo tanto para reducir la pobreza como para acelerar el crecimiento económico. Esto se consigue no solo mediante el incremento en los ingresos de los productores y trabajadores agrícolas, sino también, mediante el incremento en la demanda de bienes no comerciables –particularmente de servicios y productos locales. Parece ser que el factor primordial en la reducción de la pobreza rural es justamente el efecto indirecto que se da sobre la demanda y la consecuente creación de empleos extra-prediales en las áreas rurales y en poblaciones que cuentan con mercados. Más aún, como lo demuestran otros estudios17, el crecimiento agrícola tiene el potencial de reducir la pobreza urbana más rápidamente que el crecimiento urbano es sí mismo; especialmente debido a la reducción de los costos de los alimentos al nivel urbano y a las bajas tasas de migración hacia las áreas urbanas. Mellor concluye que … la evidencia es contundente al señalar que es imprescindible acelerar el crecimiento agrícola, si se quiere alcanzar una rápida disminución de la pobreza18.

17

Por ejemplo, Datt y Ravallion 1998.

18

Mellor 2000.

Figura 1.3 Incidencia de la Pobreza por Región en Desarrollo

(17)

Es innegable que el crecimiento agrícola al nivel global, es un factor efectivo tanto para el desarrollo económico como para la reducción de la pobreza; no obstante, la forma que este crecimiento adopte influye directamente en su efectividad para reducir la pobreza rural. En consecuencia, se puede esperar que el incremento de la productividad al interior de las pequeñas fincas, con mano de obra intensiva, que genera una mayor demanda de bienes y servicios locales, tenga una incidencia más amplia en la reducción de la pobreza, que aquella proveniente de un incremento en la productividad similar aplicado en grandes predios mecanizados, que normalmente generan una menor demanda de bienes y servicios locales.

El desafío que enfrentan los países en desarrollo es identificar las necesidades agrícolas específicas y las necesidades de desarrollo rural, así como las distintas oportunidades. Además, deben enfocar la inversión en áreas en donde se obtenga el mayor impacto sobre la inseguridad alimentaria y la pobreza. El proceso de identificación y de asignación de recursos se puede facilitar mediante el análisis de los sistemas de producción agropecuaria ya que permite comprender los factores locales y las distintas interrelaciones existentes. En este proceso analítico es también muy útil poder ir aglutinando distintas localidades que presenten tanto limitaciones de desarrollo como oportunidades de inversión similares; esto es posible aplicando un patrón de clasificación desarrollado para los distintos sistemas de producción agropecuaria.

CARACTERÍSTICAS DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

EL CONCEPTO DE SISTEMA DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

Los agricultores conciben a sus fincas, sean estas pequeñas unidades de producción destinadas a la subsistencia o grandes compañías, como sistemas en sí mismas. A continuación se presenta un diagrama del sistema de finca característco (ver Figura 1.4), dibujado por agricultores de Bangladesh, que ilustra la complejidad estructural y las interrelaciones existentes entre los varios componentes de la pequeña unidad productiva. El diagrama además muestra la variedad de recursos naturales de los que disponen las familias agropecuarias. Estos recursos normalmente incluyen diferentes tipos de tierra, varias fuentes de agua y el acceso a recursos de propiedad común –incluyendo estanques, áreas de pastoreo y bosques. A estos recursos naturales básicos se pueden añadir el clima y la biodiversidad; así como, capital humano, social y financiero. El diagrama también ilustra la diversidad que caracteriza la forma de subsistencia de la mayoría de pequeños agricultores.

Cada finca cuenta con características específicas que se derivan de la diversidad existente en lo relacionado a la dotación de recursos y a las circunstancias familiares. El conjunto del hogar agropecuario, sus recursos y los flujos e

(18)

interacciones que se dan al nivel de finca se conocen como sistema de finca2 0. Los elementos biofísicos, socioeconómicos y humanos de una finca son interdependientes y por lo tanto, las fincas pueden ser analizadas como sistemas desde varios puntos de vista.

La dotación de recursos de una finca en particular depende, entre otras cosas, de la densidad poblacional, la distribución de recursos entre los hogares y de la efectividad con que las instituciones determinen el acceso a los recursos. Independientemente de su tamaño, los sistemas de finca individuales están organizados para producir alimentos y para cubrir otras metas del hogar agropecuario mediante el manejo de los recursos disponibles, sean éstos propios, alquilados o manejados de manera conjunta –al interior del entorno social, económico e institucional existente. Por lo general consisten de una amplia gama

Figura 1.4. Concepción de los Agricultores sobre un Sistema de Finca, Bangladesh19

19

Lightfoot et al1991.

20

Un sinnúmero de publicaciones proveen definiciones para los sistemas de finca y los sistemas de producción agropecuaria que hacen énfasis en diferentes aspectos del sistema. Por ejemplo, en lo relacionado a componentes del

sistema y a las interrelaciones que se dan entre sistemas (ver Dillon et al1978 y Shaner et al1982). Además en lo

(19)

de procesos interdependientes de recolección, producción, y poscosecha. Por lo que, aparte de la producción y crianza del ganado21, las formas de subsistencia del hogar agropecuario pueden incluir pesca, agroforestería, así como actividades de caza y recolección. También se incluye el ingreso extra-predial que aporta significativamente a las formas de subsistencia de muchos de los hogares rurales de bajos ingresos. Los sistemas de finca no se encuentran únicamente en áreas rurales, pues existen niveles significativos de agricultura urbana en muchas ciudades y pueblos de un sinnúmero de países en desarrollo.

El funcionamiento de un sistema de finca está fuertemente influido por el entorno rural externo, incluyendo las políticas e instituciones, mercados y redes de información. Las fincas, no solo se encuentran estrechamente relacionadas a la economía extra-predial por medio de los mercados de productos básicos y laboral, sino también por la estrecha interdependencia existente entre las economías rural y urbana. Por ejemplo, como se mencionó anteriormente, es bastante común que las familias de pequeños agricultores obtengan un porcentaje significativo de su ingreso –por lo general 40 por ciento o más- a partir de actividades extra-prediales. A esto se añade que tanto mujeres como hombres, que constituyen las familias agrícolas, están relacionados a comunidades rurales y redes sociales, y este capital social influye en el manejo de las fincas.

Un sistema de producción agropecuaria, por su parte, se define como el conglomerado de sistemas de fincas individuales, que en su conjunto presentan una base de recursos, patrones empresariales, sistemas de subsistencia y limitaciones familiares similares; y para los cuales serían apropiadas estrategias de desarrollo e intervenciones también similares22. Dependiendo del alcance del análisis, un sistema de producción agropecuaria puede englobar, ya sea unas cuantas docenas o millones de hogares agropecuarios.

Durante los últimos 30 años el enfoque original utilizado para analizar los sistemas de producción agropecuaria ha evolucionado sustancialmente, como se ilustra en la Tabla 1.2. Especialmente, en lo relacionado al alcance del análisis; éste se ha ampliado gradualmente y ha puesto mayor énfasis en la integración horizontal y vertical; también ha hecho énfasis en las diversas formas de subsistencia de los hogares agropecuarios y en el papel de la comunidad, del medio ambiente y

de los servicios de apoyo23. El uso del enfoque de sistemas de producción

agropecuaria (ESPA) como marco de análisis se popularizó en la década de 1970 y ha contribuido a un cambio de paradigmas en la visión del desarrollo rural.

Se ha dado una transición de la visión reduccionista predominantemente vertical del desarrollo agrícola, dominada por consideraciones técnicas en cuanto a la

21

Los hogares de refugiados y trabajadores agrícolas sin tierra o que no poseen ganado por lo general no se consideran hogares agropecuarios.

22

Ver también la nota de pie de página 19 en relación a la diversidad de definiciones que se dan de los sistemas de producción agropecuaria.

23

Collinson (2000) presenta un completo recuento histórico respecto a la evolución del enfoque de los Sistemas de Producción Agropecuaria.

(20)

productividad, hacia una perspectiva más holística. Esta nueva perspectiva está basada en una meta más amplia de formas de subsistencia mejoradas y una mayor seguridad alimentaria al nivel familiar, en donde la estructura del hogar, el género, las redes sociales, instituciones locales, la información política y los mercados tienen un papel decisivo. De manera paralela, las técnicas analíticas han adquirido un tinte más participativo con un énfasis cada vez mayor en el conocimiento nativo y sobre la planificación grupal, la experimentación y el seguimiento. Además, en la

Tabla 1.2 Evolución del Enfoque de Sistemas de Producción Agropecuaria

Características Década Década Década Década

1970s 1980s 1990s 2000s

Nivel del Sistema

Finca

Hogar Agropecuario

Grupos/Comunidad

Distrito/Zonas/Area o Sector

Forma de Subsistencia

Cultivos

Cultivos-Ganadería

Forma de Subsistencia Múltiple del Hogar Agropecuario

Enfoque Funcional

Investigación

Investigación y Extensión

Investigación. Extensión y Servicios de Apoyo

Multisectorial incluyendo Infraestructura

Enfoque de los Actores

Sector Público

Sector Público y Sociedad Civil

Sociedad Civil, Sector Público y Privado

Otros Enfoques

Género

Seguridad Alimentaria familiar

Productividad y Manejo de Recursos

Fuente: Adaptado de Dixon y Anadajayasekeram (2000).

(21)

actualidad se hace un énfasis cada vez mayor en que la comunidad agrícola es la principal responsable del cambio y la fuente de las iniciativas. Con este cambio, la importancia subyacente de la capacidad del recurso humano ha sido ampliamente reconocida. El enfoque ESPA actual, que toma al hogar agropecuario como el eje del cual se derivan el conjunto de decisiones respecto a la asignación de recursos, tienen mucho en común con el Enfoque de Formas de Susbsistencia Sostenibles (SLA, por sus siglas en Inglés)24.

PRINCIPALES CATEGORIAS DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCION AGROPECUARIA

Como ya se ha mencionado, la caracterización de los principales sistemas de producción agropecuaria provee un marco en el cual se pueden definir tanto estrategias de desarrollo agrícola como intervenciones apropiadas. La decisión de adoptar estos amplios sistemas de producción inevitablemente genera un grado considerable de heterogeneidad al interior de un sistema en particular. No obstante, la alternativa de identificar los numerosos y muy distintos sistemas de producción agropecuaria al nivel micro en cada país en desarrollo –lo que podría resultar en cientos e incluso miles de sistemas al nivel mundial- complicaría la definición de respuestas estratégicas que sean apropiadas, tanto al nivel regional como global y esto no haría más que disminuir el impacto global del análisis. Por lo tanto, se han identificado y cartografiado únicamente los principales sistemas de producción agropecuaria a fin de estimar la magnitud de su población y base de recursos. Cada uno de estos sistemas está caracterizado por una finca característica o patrón típico de subsistencia del hogar agropecuario25, aunque los subsistemas más significativos se describen según sea necesario.

La clasificación de los sistemas de producción agropecuaria de las regiones en desarrollo, como se especifica en el presente estudio, se basa en los siguientes criterios:

● La base de recursos naturales disponible,incluyendo agua, tierra, áreas de pastoreo

y bosque; clima, del cual la altitud es un factor determinante; entorno geográfico, incluyendo gradiente; área predial, tenencia de la tierra y organización; y

● El patrón predominante de actividades agrícolas y formas de subsistencia de los hogares agropecuarios, incluyendo cultivos, ganadería, forestería, acuacultura, caza y recolección, procesamiento y actividades extra-prediales; y tomando en cuenta las principales tecnologías empleadas, que determinan la intensidad de la producción e integración de los cultivos, ganadería y otras actividades.

24

A pesar de que ambos enfoques se centran en el agricultor y reconocen la diversidad de las formas de subsistencia, el enfoque de Formas de Subsistencia Sostenibles (ver Ellis [2000] para una visión sucinta y completa) hace mayor énfasis en la vulnerabilidad.

25

(22)

Sobre la base de estos criterios se han delimitado ocho categorías generales de sistemas de producción agropecuaria:

● Sistemas de producción agropecuaria con riego, que incluyen una producción muy diversa de cultivos alimenticios y comerciales;

● Sistemas de producción agropecuaria basados en el cultivo de arroz de tierras húmedas,

que dependen del monsón y que se complementan con riego;

● Sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas húmedas,que presentan un potencial promisorio debido a su base de recursos, caracterizado por actividades agrícolas (especialmente cultivos de raíces comestibles, cereales y cultivos arbóreos de uso industrial –tanto a pequeña escala como en plantaciones comerciales- y horticultura comercial) o sistemas mixtos cultivo-ganadería;

● Sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas escarpadas y tierras altas,que por lo general son sistemas mixtos cultivo-ganadería;

● Sistemas de producción agropecuaria de secano en áreas secas y frías con escaso potencial, que presentan sistemas mixtos cultivo-ganadería y pastoreo que se fusionan con sistemas de escasa productividad o potencial limitado, debido a su extrema aridez o a las condiciones climáticas muy frías;

● Sistemas de producción agropecuaria dual (mixto de plantaciones comerciales y pequeños productores), se presentan en una variedad de áreas ecológicas y predominan patrones de producción muy diversos;

● Sistemas de producción agropecuaria de pesca costera artesanal que muchas veces incorporan una mezcla de elementos agropecuarios; y

● Sistemas de producción agropecuaria basados en áreas urbanas, que típicamente se enfocan en la producción hortícola y ganadera.

Los criterios antes mencionados y la amplia clasificación de los sistemas de producción agropecuaria se aplicaron de manera pragmática a cada una de las seis regiones principales en desarrollo, con el objetivo de extraer conclusiones en relación a la reducción de la pobreza y al crecimiento agrícola. Este ejercicio resultó en la identificación de 72 sistemas de producción agropecuaria, con una población agrícola promedio de aproximadamente 40 m; no obstante los sistemas individuales pueden fluctuar entre menos de un millón y varios miles de millones de habitantes dedicados a la agricultura. En ocasiones existen suficientes diferencias al interior de un sistema de producción para justificar la creación de distintos subsistemas; por ejemplo, fincas a pequeña escala y fincas comerciales o grandes plantaciones, o áreas que presentan una marcada diferencia altitudinal. Los nombres que se han escogido para cada sistema de producción agropecuaria reflejan las ocho categorías aquí expuestas. No obstante, el nombre de cada sistema se escribe en singular. Lo que enfatiza las características comunes al interior del sistema, para fines del presente análisis26.

26

Autores anteriores han seguido convenciones diferentes a este respecto. Ruthenberg (1971) se refiere a grupos o familias de sistemas de producción agropecuaria al nivel mundial, v.g. sistemas de cultivo cambiantes. Fresco (1986), por su parte, aplica nombres en singular para los sistemas de producción.

(23)

Los nombres también reflejan las características más importantes que distinguen a los sistemas, a saber: (i) disponibilidad de recursos hídricos, v.g. con riego, de secano, húmedo, seco; (ii) clima, v.g. tropical, templado, frío; (iii) entorno geográfico relieve/altitud, v.g. tierras altas, tierras bajas; (iv) área predial, v.g. a gran escala; (v) intensidad de la producción, v.g. intensivo, extensivo, disperso; (vi) fuente predominante de subsistencia, v.g. cultivos de raíces comestibles, maíz, cultivos arbóreos, pesca artesanal, pastoreo; (vii) patrones duales de subsistencia agrícola, que incluyen cultivos, v.g. cereales-raíces comestibles, arroz-trigo (nótese que la asociación cultivo-ganadería se denomina mixto); y (viii) situación geográfica, v.g. basado en áreas forestales, costera, basada en áreas urbanas.

En este estudio los sistemas de producción agropecuaria se han cartografiado, debido a la utilidad de presentar las áreas de los sistemas de una manera gráfica, además por el peligro que implica establecer límites exactos entre sistemas colindantes. Puesto que el nivel de variación es inevitable entre los hogares agropecuarios individuales al interior de un sistema en particular, los límites exactos entre sistemas son poco frecuentes. En la mayoría de los casos la transición entre sistemas ocurre cuando de manera gradual un sistema se fusiona con otro. En algunos casos los sistemas pueden estar separados por estrechas zonas con características bastante diferentes (v.g. en las laderas bajas de las áreas montañosas), cuya identificación no sería de utilidad en un estudio de esta naturaleza y a escala global.

El riego constituye un caso especial en relación a la heterogeneidad de los sistemas de producción. En las zonas en donde la característica agrícola dominante es la producción basada en el riego, como es el caso de los patrones de riego a gran escala, la zona completa se ha clasificado como un sistema de producción agropecuario basado en el riego. No obstante, existen pequeñas áreas intensivamente irrigadas al interior de sistemas de producción de secano, pero que no dejan de ser significativas y las implicaciones de esta situación se reflejan en el análisis de limitaciones y oportunidades. Debido a que la agricultura basada en el riego presenta una marcada diferencia frente a la agricultura de secano –no solamente en lo que respecta a las características del sistema de producción, sino también en lo relacionado a las prioridades y enfoques estratégicos- las áreas irrigadas al interior de sistemas cuya característica predominante es la agricultura de secano, se han sombreado con líneas oblicuas en los mapas pertenecientes a cada sistema de producción agropecuaria.

De los 72 sistemas identificados, se seleccionaron de tres a cinco en cada región para ser analizados a mayor profundidad. Las variables determinantes para esta selección fueron: (i) potencial para la reducción de la pobreza; (ii) el potencial para el crecimiento agrícola; y (iii) la importancia demográfica y económica del sistema al interior de la región. Esta selección incluye algunos sistemas de producción que presentan oportunidades limitadas de rápido crecimiento, ya sea en una o ambas variables, no obstante, la mayoría tiene el potencial para alcanzar el crecimiento y/o reducir los niveles de pobreza. Se prevé que la consecución de

(24)

un crecimiento agrícola rápido y sostenible al interior de uno de los sistemas de producción agropecuaria –incluso uno que en la actualidad no presente altos niveles de pobreza- podría tener un impacto significativo en la pobreza agregada, debido a la migración y a una mejora en los canales de comercialización. No obstante, el énfasis del presente análisis, se ha centrado, en la medida de lo posible, en las perspectivas para la reducción de los niveles de pobreza in situ. Los factores que determinan el potencial aparente de crecimiento de un sistema incluye: (i) una adecuada dotación de recursos, incluyendo las condiciones agroclimáticas y del suelo, una relación relativamente alta entre la tierra y otros recursos (agua, bosque) con la población humana, y una baja intensidad de explotación actual; (ii) acceso adecuado a infraestructura y servicios, incluyendo mercados; y (iii) la identificación de factores generales que limiten el desarrollo factibles de ser eliminados.

DESARROLLO DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Y REDUCCIÓN DEL HAMBRE Y LA POBREZA

En términos generales, existen cinco estrategias principales que los hogares agropecuarios podrían adoptar para mejorar sus condiciones de vida. Estas se pueden resumir como sigue:

● Intensificación de los patrones de producción existentes;

● Diversificación de las actividades de producción y procesamiento; ● Expansión del área predial o del hato;

● Incremento del ingreso extra-predial, proveniente tanto de actividades agrícolas

como no agrícolas; y

● Abandono total del sector agrícola al interior de un sistema de producción en

particular.

Estas opciones estratégicas no son mutuamente excluyentes, incluso al nivel de los hogares agropecuarios. Uno hogar agropecuario, por lo general, optará por un conjunto de estrategias diversas.

Las dos primeras estrategias –intensificación y diversificación- constituyen importantes componentes del Programa Especial de Seguridad Alimentaria de la FAO27. En el contexto de este estudio, la intensificación se define como el incremento de la productividad física o financiera de patrones de producción existentes; incluyendo cultivos alimenticios y comerciales, ganadería y otras actividades productivas. A pesar de que la intensificación por lo general se asocia con un incremento en el rendimiento, derivado de un aumento en el uso de

27

(25)

insumos externos, también puede ser resultado del uso de variedades y especies mejoradas, de la utilización de recursos antes no utilizados, de la mejora en la productividad laboral y de un mejor manejo de la finca –por ejemplo, prácticas mejoradas de riego o un control de plagas más efectivo.

La diversificación se define como el ajuste de los patrones de la empresa agrícola, a fin de incrementar el ingreso o de reducir la fluctuación del mismo. La diversificación aprovecha las nuevas oportunidades de mercado o los nichos ya existentes. Además, por lo general toma la forma de empresas completamente nuevas, pero también puede implicar la expansión de empresas de alto valor comercial ya existentes. La adhesión o expansión de empresas no se refiere solamente a la producción, sino también al procesamiento y a otras actividades realizadas en finca que generen ingresos.

Algunas familias agrícolas pueden escapar de la pobreza expandiendo el área predial –en este contexto, área se refiere a los recursos explotados en lugar de a los recursos poseídos. Los beneficiarios de la reforma agraria son el ejemplo más claro de esta estrategia de reducción de la pobreza. El incremento del área predial también puede ser resultado de la incursión en zonas que anteriormente no se destinaban a la agricultura, como bosques -lo que se conoce como expansión de la frontera agrícola. A pesar de que la opción de expandir el área del predio no es aplicable en muchos de los sistemas, es particularmente importante en las regiones de América Latina y en África Sub-Sahariana. No obstante, estas tierras 'nuevas' son cada vez más marginales para propósitos agrícolas y no ofrecen una opción sostenible para la reducción de la pobreza.

El ingreso proveniente de actividades extra-prediales constituye una fuente importante para la subsistencia de muchos agricultores de bajos ingresos. La migración estacional ha sido una estrategia tradicionalmente empleada por las familias agrícolas para escapar de la pobreza y las remesas recibidas por lo general se invierten en la compra de tierra o ganado. En las áreas en donde existe una vigorosa economía no agrícola, muchos hogares agropecuarios de escasos recursos incrementan sus ingresos con el empleo extra-predial a medio tiempo o a tiempo completo. En las áreas en donde existen muy pocas oportunidades para mejorar la subsistencia rural, un porcentaje de las familias agropecuarias podrían abandonar su tierra y emigrar a otros sistemas de producción agropecuaria o incursionar en ocupaciones no agrícolas en áreas rurales o urbanas. En los siguientes capítulos al hacer referencia a esta estrategia empleada para escapar de la pobreza agrícola, se hablará de abandono de la agricultura.

En los siguientes capítulos, en los que se evaluará la importancia relativa de las diferentes estrategias que permitirían reducir el hambre y la pobreza, se hará constante referencia a las cinco estrategias ya mencionadas. La evaluación de cada sistema de producción agropecuaria se basa en el criterio técnico de grupos de expertos conocedores de cada región. La Tabla 1.3 ilustra la evaluación realizada para dos sistemas de producción agropecuaria localizadas en el África Sub-Sahariana.

(26)

Los datos disponibles revelan que en el sistemas de producción agropecuaria con riego, la intensificación es extremadamente necesaria en lo relacionado al potencial para reducir la pobreza, mientras que el abandono de la agricultura es una alternativa poco opcionada para este fin. No así en el sistema de producción agropecuaria basado en el pastoreo, en donde el potencial para la reducción de la pobreza se sustenta en el abandono total del sistema por parte de las familias agropecuarias. En este último sistema el potencial para la reducción de la pobreza proveniente de la intensificación, diversificación e incremento del área predial es poco prometedor.

ASPECTOS QUE INFLUYEN EN LA EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA.

El enfoque de los sistemas de producción agropecuaria toma en cuenta tanto la dimensión biofísica (los nutrientes del suelo y el balance hídrico), como los aspectos socioeconómicos (por ejemplo, el género, seguridad alimentaria y la rentabilidad) al nivel de finca –en donde se toman la mayoría de decisiones en cuanto a la producción agrícola y al consumo. El alcance de este enfoque radica en su capacidad de integrar los distintos tipos de análisis multidisciplinarios de la producción y de su relación con los aspectos biofísicos y socioeconómicos determinantes de un sistema de producción agropecuaria.

A fin de presentar el análisis de los sistemas de producción agropecuaria, y su desarrollo futuro, dentro de un marco que sea aplicable de manera general a todos los sistemas y regiones se han agrupado en cinco categorías los factores, tanto

Tabla 1.3. Importancia Relativa de las Diferentes Estrategias que los Hogares Agropecuarios Podrían Emplear para la Reducción del Hambre y la Pobreza28.

Estrategia para la Intensificación Diversificación Incremento Incremento Abandono

Reducción del hambre del Área del Ingreso de la

y la pobreza predial Extra-Predial Agricultura

Sistema de Producción 3,5 2 2,5 1,5 0,5

Agropecuaria con Riego

Sistema de Producción 1 1 1 2 5

Agropecuaria de Pastoreo

Fuente:Tabla 2.4.

Nota: La puntuación alcanza un total de 10 en cada sistema de producción agropecuaria

28

Nótese que las redes de seguridad se excluyen de esta evaluación pues se consideran medidas paleatorias, que por lo general no están dirigidas a impulsar a los hogares fuera del círculo de la pobreza.

(27)

biofísicos como socioeconómicos, determinantes para la evolución de un sistema:

● Recursos naturales y clima;

● Ciencia y tecnología;

● Liberalización del comercio y desarrollo del mercado; ● Políticas, instituciones y servicios públicos;

● Información y capital humano.

En la opinión de un sinnúmero de expertos29, estas categorías representan las áreas principales en las que las características determinantes de los sistemas de producción agropecuaria, su desempeño y evolución son factibles de ser afectados significativamente durante los próximos treinta años. La Figura 1.5 representa de manera esquemática las interrelaciones de estos factores determinantes de los sistemas de finca y por ende de los sistemas de producción agropecuaria. Algunos de estos factores son inherentes al sistema de producción, mientras que otros son externos. Los principales factores exógenos (externos) que influyen el desarrollo de los sistemas de producción agropecuaria –políticas, instituciones, bienes públicos, mercados e información- se indican en el lado izquierdo de la figura y se encuentran fuera del área punteada que marca el límite del sistema. La disponibilidad de mercados y los precios de oferta influyen directamente sobre las decisiones de los agricultores en cuanto al patrón de su empresa, en lo relacionado a la compra de insumos y en el cronograma de ventas de la producción. La disponibilidad de infraestructura económica y social en las áreas rurales determina los costos de transporte y la disponibilidad de servicios a los que tiene acceso la familia agropecuaria –en especial, en cuanto a salud humana y sanidad animal. De manera similar los servicios de información y de educación afectan las estrategias y decisiones de la familia agropecuaria. Las tecnologías que determinan la naturaleza de la producción y procesamiento y uso de los recursos naturales son principalmente factores endógenos (internos), y por lo tanto se representan al interior de los límites del sistema de producción agropecuaria. En términos generales, los factores biofísicos tienden a definir el conjunto de posiblessistemas de producción agropecuaria, mientras que los factores socioeconómicos determinan las características reales del sistema de producción agropecuaria que se pueden analizar en un tiempo dado.

Por lo general la evolución de un sistema de producción agropecuaria sigue una ruta predecible. Por ejemplo, un sistema que originalmente depende únicamente de la labranza manual puede enfrentar limitantes, una vez que la diversificación impulsada por el mercado tenga lugar. Esto puede llevar al empleo cada vez más frecuente de tracción animal y reemplazar así algunas operaciones manuales y, de existir tierra disponible, puede conducir a la expansión del área cultivada. Más

29

(28)

tarde, se puede dar una intensificación de la producción debido a la presión demográfica y a la escasez de tierra disponible. La evolución impulsada por el desarrollo del mercado, en ocasiones resulta en la especialización de la producción y por lo general, requiere de un incremento en el uso de insumos externos. La siguiente etapa en este proceso de evolución puede incluir la mecanización parcial de la producción y una importante integración al mercado. Finalmente, es muy posible que se dé un alto grado en la intensidad de la producción –tal vez orientada a la exportación- que está caracterizada por el uso intensivo de insumos adquiridos, concentración de la tierra y un alto grado de mecanización. Es posible que en ciertas circunstancias se desarrollen sistemas intensivos mixtos. En todos los casos, la infraestructura disponible y el acceso a información técnica y de mercado se

Figura 1.5 Representación Esquemática de los Sistema de Producción Agropecuaria

FACTORES DETERMINANTES

SISTEMA DE PRODUCCIÓN AGROPECUARIA Externos Internos

MERCADOS

POLÍTICAS

INSTITUCIONES

SERVICIOS PUBLICOS

INFORMACIÓN

TECNOLOGIAY Cultivos Árboles Animales Peces Hogar Procesamiento Agropecuario

Empleo extra-predial Decisiones de consumo

Ahorros e

inversión Consumo del Hogaragropecuario Ventas

Productos

Insumos Externos

Decisiones de producción

Naturales

Tierra y Agua Clima Biodiversidad

Fisicos

Infraestructura Edificaciones

Financieros

Dinero en efectivo Ahorros Préstamos

Humanos

Conocimiento Habilidades Creencias

Sociales

Comunidad Grupos Parentesco

(29)

constituirán en factores determinantes en la evolución del sistema. Los cinco factores determinantes en la evolución de los sistemas de producción agropecuaria, ya mencionados, se describen a continuación.

RECURSOS NATURALES Y CLIMA

La interacción existente entre

recursos naturales, clima y población determina la base física de los sistemas de producción. En las primeras etapas de desarrollo de un sistema, el incremento de la población por lo general conduce a la expansión del área cultivada, y en muchos casos, al desarrollo de conflictos entre los diferentes usuarios de la tierra y de los recursos hídricos. Una vez que la tierra de mejor calidad ha sido explotada, el crecimiento progresivo de la población conduce a la intensificación de los sistemas de producción. En este contexto la biodiversidad se ve

amenazada ya que los bosques y tierras boscosas se ven sujetos a mayor presión; lo que puede generar una tensión creciente entre el desarrollo y las metas de conservación. Estas tendencias por lo general se han visto exacerbadas por la costumbre predominante en la colonia y en la época post-colonial de asignar a las poblaciones nativas y minoritarias las tierras de peor calidad –lo que agravó el problema de la degradación de este recurso.

La tierra cultivada, incluyendo aquella con cultivos permanentes, ha aumentado en más de un cuarto- a aproximadamente mil millones de ha- en los últimos cuarenta años. No obstante, el acelerado crecimiento de la población ha significado que la disponibilidad de tierra cultivable per cápita en los países en desarrollo haya disminuido aproximadamente a la mitad desde la década de 1960.

Desde 1960 la tierra dedicadas al pastoreo alcanzó un 15 por ciento en las regiones en desarrollo, lo que equivale a aproximadamente 2 200 m de ha en 1994. Esta expansión se consiguió, en su mayoría, a expensas de las áreas boscosas que descendieron a alrededor de 2 300 millones de ha durante el mismo período. Las tasas de crecimiento anual de tierra cultivable varían considerablemente según la región como se muestra en el Cuadro 1.2. Las tasas de crecimiento registradas en América Latina y el Caribe fueron las más altas de todas las regiones -1,26 por ciento anual, comparado con el 0,18 por ciento anual registrado en Asia

Cuadro 1.1 Presión Demográfica sobre la Tierra Agrícola Cultivada de Manera Anual y Permanentemente por Región 1995-97 (personas/ha)

Región Pob. Pob. Agrícola Total África Sub-Sahariana 2,2 3,6 Oriente Medio y África del Norte 3,1 4,5 Europa Oriental y Asia Central 0,3 1,6 Asia Meridional 3,5 6,3 Asia Oriental y Pacífico 4,9 7,9 América Latina y el Caribe 0,7 3,2 Promedio 2,3 4,5

(30)

Meridional. Es importante anotar que durante este período la intensidad del cultivo promedio incrementó en tan solo un 5 por ciento; lo que sugiere que el incremento en la producción no se ha dado como resultado de la intensidad de los cultivos sino que ha sido principalmente resultado del incremento en el rendimiento y de la expansión del área cultivada. Se estima que existen 1 800 millones de ha de tierra de calidad óptima disponible para uso agrícola futuro, no obstante, este escenario aparentemente favorable se ve seriamente afectado por una serie de factores. La

mayoría de la tierra cultivable es apta para un número relativamente limitado de cultivos (v.g. olivos en el norte de África). En segundo lugar, más del 90 por ciento de la tierra que se encuentra disponible para fines agrícolas está en América Latina y en el África Sub-Sahariana; esto significa que la expansión simplemente no es una opción para la mayor parte de África Septentrional, Europa Oriental, Asia y Oriente Medio. Aun en aquellas áreas en donde parece existir un potencial de expansión, se estima que más del 70 por ciento de la tierra disponible tiene uno o más limitantes de suelo y relieve. Debido a estos factores, la expansión30 del área cultivada que se ha proyectado en las regiones en desarrollo para el 2030 alcanzará únicamente la mitad de la tasa histórica –lo que añadirá aproximadamente 120 millones de ha al total actual31. No obstante, no deja de extrañar que para el año 2030, a pesar del incremento poblacional a más de 2 mil millones de personas en los países en desarrollo, el porcentaje promedio de tierra cultivable disponible por persona relacionada con la agricultura, podría incrementar32 debido a la estabilización de las poblaciones agrícolas.

A pesar del costo elevado que por lo general implica desarrollar sistemas de riego, el uso de tierra irrigada ha aumentado en tres veces la tasa de expansión global para tierra de cultivo. El área total con riego en los países en desarrollo se ha duplicado desde 1961 –ha alcanzado los 197 millones de ha. Esto sustenta el argumento que muchas áreas en los países de desarrollo han experimentado limitaciones a una mayor expansión durante varias décadas, o más. No obstante, la

Cuadro 1.2 Expansión Anual Promedio del Área Cultivada 1961-1997

Región % anual África Sub-Sahariana 0,73 Oriente Medio y África

del Norte 0,42 Asia Meridional 0,18 Asia Oriental 0,91 América Latina y el Caribe 1,26 Promedio 0,67

Fuente: FAO 2000a

30

FAO 2000a. Es evidente que la tasa real de expansión dependerá del tipo de evolución que estos sistemas experimenten.

31

FAO 2000a.

32

Los cambios en la disponibilidad de área cultivada per cápita variarán considerablemente de una región a otra. Se prevé que casi la totalidad de tierra adicional cultivada provenga de la expansión de la frontera agrícola que tendrá lugar en África y América Latina, mientras que el área cultivada puede disminuir en áreas como el Medio Oriente.

(31)

intensificación por medio del riego tiene sus límites. En la actualidad, ésta consume alrededor del 70 por ciento del volumen total de agua apta para el consumo humano; es probable, no obstante, que esta proporción experimente un descenso durante los próximos 30 años, debido al incremento del uso del recurso hídrico en las áreas urbanas y para fines industriales. A pesar del hecho de que únicamente 7 por ciento del total de los recursos hídricos renovables de los países en desarrollo se explota en la actualidad, se espera que las tasas de crecimiento de riego actuales se reduzcan, debido a estas demandas antagónicas; sumadas al hecho de que la mayor parte del agua disponible no se encuentra ubicada en áreas donde ésta es requerida para la agricultura.

La expansión de la agricultura, sumada a los cambios en las tecnologías de producción, ha tenido como resultado una disminución de la biodiversidad en las últimas décadas. Además de la bien publicitada disminución de la flora y fauna nativas ha habido una reducción considerable en el número de variedades cultivadas, que ha afectado en particular a los principales cultivos de cereales: trigo, maíz y arroz. Además, se ha producido una pérdida similar de biodiversidad de los animales domésticos. No obstante, las prácticas actuales de fitomejoramiento podrían revertir esta tendencia al facilitar la preservación del material genético y al crear una reserva genética más diversa de las variedades modernas.

La agricultura contribuye en la actualidad con alrededor del 30 por ciento de la emisión antropogénica de gases de invernadero. Se espera que la producción de estos gases por parte de los cultivos disminuya en el futuro; pero, la producción de metano derivado de la actividad ganadera podría aumentar de manera substancial. La evidencia disponible33es concluyente en que los impactos derivados del cambio climático mundial serán significativos. Se espera que la temperatura promedio del planeta en general se incremente en aproximadamente 1,4 a 5,8°C durante los próximos 100 años; se espera además que se dé un aumento dramático en la incidencia de situaciones extremas en el clima (temperatura, precipitación y vientos). Las predicciones obtenidas en base a los modelos de simulación climática desarrollados por el Panel Intrergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en Inglés), que ha tomado como base el incremento del 1 por ciento en la emisión anual de gases de invernadero, demuestran que en 80 años los eventos climáticos extremos, que en la actualidad se experimentan una vez cada 100 años, ocurrirán en forma habitual. El incremento de las temperaturas se traducirá inevitablemente en un aumento en el nivel de los mares –que según estimados

incrementó entre 0,1 y 0,9 metros durante este siglo.

Es de esperar que tanto la agricultura como la seguridad alimentaria se vean afectadas por el cambio climático; no solamente, se producirá un cambio en el rendimiento de los cultivos, sino que se requerirán grandes inversiones en

33

Referencias

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Package Item (Container) Type : Vial (100000073563) Quantity Operator: equal to (100000000049) Package Item (Container) Quantity : 1 Material : Glass type I (200000003204)