Cuarto Domingo de Cuaresma
27 de marzo de 2022
Iglesia Católica San Francisco de Asís
Apopka, Florida
Ritos Iniciales
Canto de Entrada
Cristo Libertador Estribillo
Cristo nos da la libertad, Cristo nos da la salvación, Cristo nos da la esperanza,
Cristo nos da el amor.
1. Cuando luche por la paz y la verdad, la encontraré.
Cuando cargue con la cruz de los demás, me salvaré.
Dame, Señor, tu palabra;
oye, Señor, mi oración.
2. Cuando sepa perdonar de corazón, tendré perdón.
Cuando siga los caminos del amor, veré al Señor.
Dame, Señor, tu palabra;
oye, Señor, mi oración.
3. Cuando siembre la alegría y la amistad, vendrá el Amor.
Cuando viva en comunión con los demás, seré de Dios.
Dame, Señor, tu palabra;
oye, Señor, mi oración.
© 1975, Carmelo Erdozáin. Derechos reservados. Administradora exclusiva en todas las naciones de lengua inglesa: OCP.
Saludo
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
℟. Amén.
El sacerdote saluda al pueblo. El pueblo responde:
℟. Y con tu espíritu.
Acto Penitencial
Yo confieso ante Dios
todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa por mi gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes,
hermanos, que intercedan
por mí ante Dios, nuestro Señor.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
Kyrie
Señor, Ten Piedad de Nosotros Cristo, Ten Piedad de Nosotros Señor, Ten Piedad de Nosotros
Oración Colecta
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura
7:00 pm: 1 Sm 16, 1b. 6-7. 10-13ª
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: “Ve a la casa de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un rey. Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete”.
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo mayor de Jesé, pensó: “Éste es, sin duda, el que voy a ungir como rey”. Pero el Señor le dijo: “No te dejes impresionar por su aspecto ni por su gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como juzga el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se fija en los corazones”.
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos de Jesé; pero Samuel dijo: “Ninguno de éstos es el elegido del Señor”. Luego le preguntó a Jesé: “¿Son éstos todos tus hijos?” Él respondió: “Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño”. Samuel le dijo: “Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer hasta que llegue”. Y Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: “Levántate y úngelo, porque éste es”. Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de sus hermanos.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos Señor.
9:00 am, 1:00 pm, 6:00 pm: Jos 5, 9a. 10-12
En aquellos días, el Señor dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de ustedes el oprobio de Egipto”.
Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al atardecer del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó. El día siguiente a la Pascua, comieron del
fruto de la tierra, panes ázimos y granos de trigo tostados. A partir de aquel día, cesó el maná. Los israelitas ya no
volvieron a tener maná, y desde aquel año comieron de los frutos que producía la tierra de Canaán.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos Señor.
Salmo Responsorial
7:00 pm: Salmo 22, 1-3a, 3b-4. 5. 6
℟. (1) El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
℟. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad.
℟. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
℟. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor por años sin término.
℟. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
9:00 am, 1:00 pm, 6:00 pm: Salmo 33, 2-3. 4-5. 6-7
℟. (9a) Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señora a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
℟. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Proclamemos la grandeza del Señor, y alabemos todos juntos su poder.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores.
℟. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus angustias.
℟. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Segunda Lectura 7:00 pm: Ef 5, 8-14
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas, pero ahora, unidos al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos de la luz. Los frutos de la luz son la bondad, la santidad y la verdad. Busquen lo que es agradable al Señor y no
tomen parte en las obras estériles de los que son tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si bien las cosas que ellos hacen en secreto da rubor aun mencionarlas, al ser reprobadas abiertamente, todo queda en claro, porque todo lo que es iluminado por la luz se convierte en luz.
Por eso se dice: Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
9:00 am, 1:00 pm, 6:00 pm: 2 Cor 5, 17-21
Hermanos: El que vive según Cristo es una creatura nueva;
para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.
Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque, efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la reconciliación. Por eso, nosotros somos
embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es como si Dios mismo los exhortara a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se dejen reconciliar con Dios.
Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.
Palabra de Dios.
℟. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
℟. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
7:00 pm:
℣. Yo soy la luz del mundo, dice el Señor;
el que me sigue tendrá la luz de la vida.
9:00 am, 1:00 pm, 6:00 pm:
℣. Me levantaré, volveré a mi padre y le diré:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”.
℟. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Evangelio
7:00 pm: Jn 9, 1-41
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién pecó para que éste naciera ciego, él o sus padres?” Jesús respondió: “Ni él pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran las obras de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió, mientras es de día, porque luego llega la noche y ya nadie puede trabajar. Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo”.
Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: “Ve a lavarte en la piscina de Siloé”
(que significa ‘Enviado’). Él fue, se lavó y volvió con vista.
Entonces los vecinos y los que lo habían visto antes pidiendo limosna, preguntaban: “¿No es éste el que se sentaba a pedir
limosna?” Unos decían: “Es el mismo”. Otros: “No es él, sino que se le parece”. Pero él decía: “Yo soy”. Y le preguntaban: “Entonces,
¿cómo se te abrieron los ojos?” Él les respondió: “El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo: ‘Ve a Siloé y lávate’. Entonces fui, me lavé y comencé a ver”. Le preguntaron:
“¿En dónde está él?” Les contestó: “No lo sé”.
Llevaron entonces ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la vista. Él les
contestó: “Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo”. Algunos de los fariseos comentaban: “Ese hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado”. Otros replicaban: “¿Cómo puede un pecador hacer semejantes prodigios?” Y había división entre ellos. Entonces volvieron a preguntarle al ciego: “Y tú, ¿qué piensas del que te abrió los ojos?” Él les contestó: “Que es un profeta”.
Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que había sido ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus padres y les preguntaron: “¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?” Sus padres contestaron: “Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o quién le haya dado la vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya
tiene edad suficiente y responderá por sí mismo”. Los padres del que había sido ciego dijeron esto por miedo a los judíos, porque éstos ya habían convenido en expulsar de la sinagoga a quien reconociera a Jesús como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: ‘Ya tiene edad; pregúntenle a él’.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le dijeron: “Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador”. Contestó él:
“Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era ciego y ahora veo”. Le preguntaron otra vez: “¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?” Les contestó: “Ya se lo dije a ustedes y no me han dado crédito. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes quieren hacerse discípulos suyos?” Entonces ellos lo llenaron de insultos y le
dijeron: “Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero ése, no sabemos de dónde viene”.
Replicó aquel hombre: “Es curioso que ustedes no sepan de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos que Dios no escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su voluntad, a ése sí lo escucha. Jamás se había oído decir que alguien abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios, no tendría ningún poder”. Le replicaron: “Tú eres puro pecado desde que naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?” Y lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?” Él contestó: “¿Y quién es, Señor, para que yo crea en él?” Jesús le dijo: “Ya lo has visto; el que está hablando contigo, ése es”. Él dijo: “Creo, Señor”. Y
postrándose, lo adoró.
Entonces le dijo Jesús: “Yo he venido a este mundo para que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven queden ciegos”. Al oír esto, algunos fariseos que estaban con él le
preguntaron: “¿Entonces también nosotros estamos ciegos?” Jesús les contestó: “Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen que ven, siguen en su pecado”.
Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti Señor Jesús.
9:00 am, 1:00 pm, 6:00 pm: Lc 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí: “Éste recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me toca’. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta. Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él empezó a padecer necesidad. Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera.
Se puso entonces a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos
trabajadores en casa de mi padre tienen pan de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’.
Enseguida se puso en camino hacia la casa de su padre.
Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo’.
Pero el padre les dijo a sus criados: ‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo.
Comamos y hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le preguntó qué pasaba. Éste le contestó:
‘Tu hermano ha regresado y tu padre mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó:
‘¡Hace tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”.
Palabra del Señor.
℟. Gloria a ti Señor Jesús.
Homilía
Credo
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor,
En las palabras que siguen, hasta María Virgen, todos se inclinan:
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Oración Universal (Oraciones de los Fieles)
Liturgia Eucaristía
Preparación del Altar
Hoy Perdóname
1. Hoy perdóname, hoy por siempre, sin mirar la mentira, lo vacío de nuestras vidas,
nuestra falta de amor y caridad.
2. Hoy perdóname, hoy por siempre.
Aún sabiendo que he caído, que de ti siempre había huido, hoy regreso arrepentido, vuelvo a ti, vuelvo a ti.
País: LAS AMÉRICAS; English: FORGIVE ME Letra y música: Tradicional.
Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.
℟. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para
alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.
Plegaria Eucarística
℣. El Señor este con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
Oración sobre las Ofrendas
Santo
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Misterio de la Fe
Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz,
anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas, Señor.
Doxología
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
Rito de la Comunión Padrenuestro
La Paz
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
Fracción del Pan
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
Comunión
Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
℟. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Canto de Comunión
1. Eran cien ovejas que había en su rebaño, Eran cien ovejas que amante cuidó;
Pero una tarde al contarlas todas, Le faltaba una, le faltaba una y triste lloró.
Las noventa y nueve dejó en el aprisco Y por la montaña a buscarla fue;
La encontró llorando, temblando de frío.
Ungió sus heridas, la cargó en sus hombros y al redil volvió.
2. Esta antigua historia vuelve a repetirse, Todavía hay ovejas que errabundas van;
Con el alma rota van por los collados,
Temblando de frío, vagando en el mundo, sin Dios y sin luz.
Pero todavía existen pastores Que por la montaña a buscarlas van, Y cuando las hallan, las traen al camino,
Al camino bueno, la Verdad y Vida que es Cristo el Señor.
3. Si tú eres un alma que sufre la angustia De sentirse sola en cruel lobreguez, Hoy te traigo nuevas, nuevas de gran gozo, Es el evangelio que salva y redime y te da la luz.
Sea en la montaña o en la cumbre agreste, Ya fuera en el valle o en abismo cruel, Cristo el Buen Pastor quiere en pastos verdes Confortar tu alma, vendar tus heridas y darte la paz.
País: ESTADOS UNIDOS (SURESTE); English: THE GOOD SHEPHERD Letra y música: Juan Romero, n. 1929, © 1969, Juan Romero.
Derechos reservados. Con las debidas licencias.
Oración después de la Comunión
Rito de Conclusión
Saludo & Bendición Sacerdotal El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu
Santo, descienda sobre ustedes.
℟. Amén.
Pueden ir en paz.
℟. Demos gracias a Dios.
Canto De Salida
Un Pueblo Camina Estribillo
Un pueblo que camina por el mundo gritando: “Ven, Señor”.
Un pueblo que busca en esta vida la gran Liberación.
Estrofas
1. Los pobres siempre esperan el amanecer de un día más justo y sin opresión.
Los pobres hemos puesto la esperanza en ti, Libertador.
2. Salvaste nuestra vida de la esclavitud, esclavos de la ley, sirviendo en el temor.
Nosotros hemos puesto la esperanza en ti, Dios del amor.
3. El mundo, por la guerra, sangra sin razón;
familias destrozadas buscan un hogar.
El mundo tiene puesta su esperanza en ti, Dios de la paz.
Letra: Juan A. Espinosa; tr. ealn inglés de Martin A. Seltz, alt.
Letra y música © 1970, Juan A. Espinosa.
Obra publicada por OCP. Derechos reservados.
Reverend Mathew Vettath Joseph, S.D.V., Parochical Administrator Reverend Robinson González Herrera, S.D.V., Parochial Vicar
ST. FRANCIS OF ASSISI CATHOLIC CHURCH 834 South Orange Blossom Trail | Apopka, Florida 32703
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