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BUS URBANO LOS AMERINDIOS

Si quieres conocer al pueblo colombiano, si quieres conocer al pueblo colombiano, súbete en un bus de servicio urbano. Todos viajamos en bus,

más pobres que los ricos. Todos viajamos en bus, más pobres que los ricos. Los de oriente y occidente, los del norte los del sur.

Cada quien espera el bus en cualquier esquina        

42 Abel y Victor Visconti, hermanos de las llanuras argentinas, oriundos de Coronel Dorrego, importaron laemotividad gaucha en la década de los setenta con éxitos como: Un solo corazón,

Tu y mi guitarra, y Por ti me hice poeta. Dirección de espectáculo y contratación para el mundo exclusivamente y sin intermediarios a través de Gabriela Visconti.

Parcialmente tomado de http://www.losvisconti.com/ 

43 Los amerindios de Colombia: Grupo musical de música andina, famosos (medianamente) por su florida

creación: el Bus Urbano.

Cada quien espera el bus en cualquier esquina Y quiere que le pare en la puerta de la oficina. Fíjese donde pone la mano viejo verde! Súbase, estrújese y bájese

y diviértase un rato Súbase, estrújese y bájese y diviértase un rato

Te empujan, te pisan y te acarician Te roban la cartera

y te nombran la madre

no te olvides que vas en el bus urbano en el bus urbano

[le digo que no hay más moneda] en el bus urbano

[ahí por el centro, se me corren atrás que el bus está desucupado allá atrás ]

En el bus urbano

Oiga señor, me deja subir por la parte de atrás pa´cantar una cancioncita a ver si como estos días

Súbase cantar ahí atrás, aquí en la registradora no joda En el bus urbano

locos!

En el bus urbano ¡La moneda porfavor! En el bus urbano

Mirá vé, ¿me dejás subir con esta chuspa? Ala que suciamenta!

Estos políticos no arreglan un carajo ¿Contrato del serruchón? Digo, el Cerrejón La amnistía sin la amnistía

La caristía de la vida

La tararea, jala la palanca para abrir o cerrar la puerta, se fuma un cigarro, habla con sus tres novias, con sus tres controladores (los suyos, no los de las novias), con los señores pasajeros para arrearlos hacia atrás y los acomoda, y se las acomoda... las monedas, y se persigna cuando pasa por una iglesia y come mango biche de un vaso de plástico. Multi-canal, pluri-funcional.

Al interior del bus se hace escuela : se puede aprender precisión tino y pulso, que serían envidiados por un neurocirujano, de la señora y la joven que con técnica logran maquillarse con todas las de la ley, que se delinean los párpados haciendo una serifa delgada con un instrumento que en cualquier descuido puede pasar de ser un utensilio de coquetería a un

puñal ocular, para embellecerse, mide el ritmo del frenado, siente al jinete de la bestia, aprovecha todos los momentos de pits que tiene a lo largo del

camino. Cada semáforo es su tiempo valioso.

Se puede aprender también del vendedor de bus y su técnica, todo un ritual que inicia desde un buen saludo que caldea los ánimos: - Tranquilos que tengo más nervios yo que ustedes.

Le sigue una especie de metadescripción del producto con características enciclopédicas:

- Mi distinguidísima clientela, vengo a ofrecerles el día de hoy estas mentas de efecto expectorante.

Continúa la ganga:

- Se vende en... generalmente cuesta... pero en la promoción del día de hoy tenemos un excelente precio. Este display es especial, tiene un sentido social, es para compartir; viene en un estuche de lujo, este sensacional producto que da aliento fresco, que descongestiona y nos

pone a respirar muy bien.

(Pausa dramática) -Nos pone ¡ahhh!

La marca para el broche de oro, la salida que apela a lo piadoso: - Muchas gracias, la bendición de Dios padre todopoderoso, que los tenga en su gloria y me los acompañe siempre.

Y aquí hemos llegado al meollo del asunto, la voz del paseante; la voz del Flâneur del francés “Paseante”, callejero que realiza la actividad de Flanerie: Callejeo, sin rumbo ni objetivo, un vagabundeo abierto a las vicisitudes, dispuesto a pasar el rato, a pasar el tiempo, este paseante de los paisajes parisinos busca asilo en la multitud. En él, la ciudad es paisaje y habitación, quien se abre al tiempo sin tratar de dominarlo es un detective que persigue las huellas dejadas en el interior; un topógrafo urbano.

Benjamin abandona la gran historia para encontrar los detalles íntimos, para descubrir que la individualidad no escapa del tipo, de la categoría. Este filósofo que detrás de sus gafas redondas pudo ver el futuro de la humanidad, es el pensador de lo fragmentario, de lo particular, de lo singular. Es coleccionista, uno aburrido que contempla el futuro como la acumulación de la ruina y la barbarie.

Reconoce en su época que la estupidez humana ilumina lo no valioso, y admira tanto el supuesto progreso de la técnica que convierte lo humano en una fantasmagoría.

Walter Benjamin, en su Libro de los Pasajes, recoge un testimonio de la época:

«El verdadero París es una ciudad negra, fangosa, maloliente, apretujada en sus calles estrechas… hormigueante de callejones sin salida, de alamedas misteriosas, de laberintos que te conducen a casa del diablo; que rejunta los techos puntiagudos de sus casas sombrías muy cerca de las nubes, y así te encela el pozo azul que el cielo del norte quiere lismonear a la gran capital… El verdadero París está lleno de patios de Monipodio, receptáculos de a tres céntimos la noche, de seres imposibles y de fantasmagorías humanas… Allí, en una nube de vapor de amoníaco… y en lechos que no se han vuelto a formar desde la creación del mundo, reposan uno junto a otro centenares, millares de charlatanes, cerilleros, tocadores de acordeón, jorobados, ciegos, cojos; enanos, lisiados sin piernas, otros a los que les han devorado la nariz en una pelea; hombres de goma, clowns de vuelta, tragasables, malabaristas que llevan una cucaña entre los dientes…»

(Rattier, P. París no existe. París, 1857, p. 12 y 17-19.)

Inauguro (un poco augurando también) una categoría especial de imágenes pretendiendo mostrar lo que ha sabido mi madre bautizar con dedo en alto y los ojos en blanco, cuando sentencia siempre que piensa que merodeo en busca de problemas:

- “Usted se está buscando lo que no se le ha perdido”

Ese desliz materno que se inventa ese “se” (la expresión original sería “usted está buscando lo que no se le ha perdido”) le da orígen a una inquietud de introspección, que significaría literalmente el “usted se está buscando”.

Bitácora del capitán:

Salgo de mi casa rumbo a la esperanza –literal y figuradamente-; allí abordo el carruaje verde que reza “Germania, K4”. Me persigno, entre tantos que dicen Germania puedo terminar en otro lugar –tengo un Phd en perderme-

Pago y me siento en la mitad, el lugar más seguro del bus según la leyenda popular –que se ha inventado mi mamá- el lugar perfecto para estar protegido o huir en caso de emergencia.

Ni mucho que queme al santo ni poco que lo ilumine.

Llego a la séptima con Kokoriko, me paro del asiento, voy hacía la puerta y leo: “Si sigue timbrando, lo sigo llevando”.

Alguien más se para y timbra. Y re timbra

Y requete timbra.

Y el conductor, hombre de palabra, dueño y señor cumplidor de sus pegatinas no se inmuta; mete el catorceavo de sus trece cambios y Fittipaldi mete chancleta.

-¿Me va a llevar almorzar a su casa?

Berrea mi compañero de parada, y busca una mirada cómplice en mi pero finjo demencia mientras busco cómo agarrarme mejor del tubo para hacer

mi pole dancing no pagoal son de Chente: Voy a arrancar,

soy el chofer.

manejaré la noche hasta el amanecer tiempo no hay,

para perder,

tengo un buen tramo de país por recorrer

y logro estrujarme sólo lo necesario contra Gargantúa sin caerme

hasta que Pantagruel frena por el semáforo –o si no todavía seguiría ahí- y me apeo de la bestia. Menos mal está haciendo sol carajo.

Camino desde la esquina hasta la séptima donde me espera mi chaperona y empezamos a caminar y fotografiar.

CIUDAD BOLIVAR O LA DIFERENCIA ENTRE TURISTIAR Y

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