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CAPÍTULO 2: Marco conceptual

2.1 La salud y la enfermedad: un abordaje sociocultural

Al ser ésta una investigación a las respuestas que tienen las prácticas comunicativas entre los pacientes oncológicos y su entorno, en el desarrollo de sus diferentes tratamientos;

se debe mirar pausadamente, lo que significa la construcción del lenguaje alrededor de conceptos como salud y enfermedad, y cómo son concebidas éstas de acuerdo a la condición del paciente y de sus tratantes. Para de esta forma entender cómo la construcción de estos conceptos para los pacientes, puede ser determinante en su adhesión al tratamiento y en su posterior desarrollo.

Si bien, se concibe a la sociología médica o sociología de la salud como una rama tanto de la sociología como de la medicina; es su relación entre la acción social y la interacción entre los profesionales de la salud, como también de los efectos socioculturales derivados de las prácticas médicas lo que nos convoca. Así los campos que interactúan se

develan en la observación de la unidad de análisis de esta investigación, los pacientes en su tratamiento de quimioterapia.

Se acude entonces a una de las problemáticas que trata la sociología médica no como la desigualdad en el acceso a la salud asociado a las clases sociales y razas, ni en los resultados de las investigaciones, ni en la creación de normativas y mejoramiento de las políticas públicas dentro del ámbito colombiano. Sino al análisis del impacto social y cultural de los sistemas de salud tanto públicos como privados y las diferencias que existen entre ellos, las prácticas que median especialmente en la comunicación de los PO.

Como reseña Castro (Castro, 2016), en su trabajo sobre Straus, quien propuso diferenciar entre sociología en y sociología de la medicina; “La primera quedó definida como la investigación "colaborativa" que se hace desde y con la medicina, y que tiene como finalidad desarrollar la agenda de la salud. La segunda, en cambio, se refiere a aquella que es realizada desde posiciones independientes fuera del contexto médico formal”.

Así es como se empieza en este campo, como testimonio de profesionales de la salud con la finalidad de analizar sus representaciones y prácticas en relación a la atención de los pacientes; entendiendo la práctica médica desplegada por dichos profesionales como práctica social, consideramos que no puede ser pensada sin apelar al cuerpo como objeto donde se inscriben formas de conducirse en el cotidiano de la labor de atención, adoptando particularidades propias del tipo de padecimiento abordado.

Luego de la discusión que se da durante algunos años sobre el carácter de la enfermedad, lo que se discute es si ésta, es esencialmente biológica o, por el contrario, una construcción social. Hay así un cuestionamiento profundo del paradigma dominante de la enfermedad que la conceptualiza como un fenómeno biológico individual. Las razones del resurgimiento actual de esta polémica deben buscarse tanto en el desarrollo de la medicina misma, como en la sociedad en la cual se articula.

Durante los últimos 25 años, la sociología médica y la epidemiología social han demostrado convincentemente los profundos efectos nocivos que sobre la salud producen los trastornos sociales, el aislamiento o la exclusión del capital social. Por ejemplo, para Parsons (Parsons, 2018), la enfermedad es la incapacidad del individuo de funcionar en la sociedad.

Por lo tanto, se piensa a la medicina como una disciplina dirigida a controlar las desviaciones de la salud, se reduce su acción al plano individual y psicológico. Esta concepción es

problemática por cuanto deja por fuera los modelos de salud pública, la prevención y otros conceptos de medicina tradicional.

En esta misma línea, Hacking (Hacking, 2001), analiza bajo una serie de ejemplos el conflicto entre los enfoques biológicos y sociales de la enfermedad, desde los conceptos psicológicos hasta aquellos sociológicos, que se están investigando, destacando la noción de la “geología de los sedimentos”. Este concepto relata cómo capa a capa se van construyendo bajo la presión del tiempo, una serie de conceptos e ideas que interioriza el ser humano. Para esta investigación es importante este concepto, a la luz de aquellas ideas con las que llegan los pacientes a sus quimioterapias y aquellas barreras que establecen ante la imposición de los tratamientos.

Por lo tanto, podemos trazar en este punto una clara diferencia entre los abordajes que se mostrarán en los siguientes apartados. Se entenderá por salud como un todo, más allá de no sufrir de alguna lesión o padecer enfermedad, o como lo sugiere la OMS/WHO que se refiere a este concepto como es un estado de completo bienestar físico, mental y social (OMS/WHO, 2018). Mientras que por enfermedad se entenderá la ausencia de una de las partes que conforman el concepto previamente descrito. Así podemos empezar a describir cada una de estas condiciones y seccionarlas en categorías que sirven para indagar un poco más en conceptos cada vez más específicos.

Se pretende entonces, encontrar diferentes puntos desde donde se tejen los conceptos de salud y enfermedad, y las instituciones que son determinantes en el proceso de alcanzar la salud por aquellos que padecen la enfermedad; así como poder visibilizar cuáles son las limitantes marcadas por las industrias farmacéuticas y los sistemas de salud, con las que se deben enfrentar los pacientes a la hora de adherirse a un tratamiento, o durante el desarrollo del mismo.

Los intercambios, entendidos como un proceso de comunicación básico en el que median emociones, síntomas, informaciones e interpretaciones, exigen de parte de quienes actúan en él, una postura más consciente y racional del uso del lenguaje, del entendimiento del otro, de la objetividad y no de la subjetividad y del acuerdo previo para la decodificación de los esquemas comunicativos que estarán presentes desde la anamnesis o diagnóstico inicial, hasta la finalización del tratamiento siendo cual fuere el último momento.

En éste estudio, la comunicación se muestra como un proceso de interacción vista como un sistema creado a partir de multiplicidad de encuentros en el que médicos, pacientes y familiares se mueven de manera muy dinámica en la ecuación simple de la comunicación, cambian de rol, usan el lenguaje, sus significados y crean sentidos a través del proceso de intercambio de signos, códigos y percepciones. La resultante de esta serie de interacciones y sus consecuencias son el objeto principal del estudio pues permiten evidenciar aquellas prácticas que organizadas, sistematizadas e integradas al diario de los mismos actores, pueden aportar positivamente en el desarrollo del tratamiento.