• No se han encontrado resultados

EL ORIGEN DE LA SEPARACIÓN

In document UN CURSO DE AMOR (página 53-56)

Lo que llamamos Padre no es más que el rostro celestial de la creación, una personificación de lo que no puede ser personificado. Te resulta difícil creer que la creación en sí misma pueda ser bondadosa u otro nombre del amor, pero así es. Dios es el punto de inicio de la creación, el creador de la creación y también la creación misma. -12.24

12.1 Parte de tu problema con este Curso es la palabra amor. Si yo tomase la palabra amor y la cambiara por algún sofisticado término técnico y te dijera que ésa es la cosa que mantiene al mundo en unidad, lo aceptarías con mayor facilidad. Si yo te dijera que no sabes nada de esa sofisticada palabra y por eso has creído en la separación, tú estarías mucho más dispuesto a asentir y decir "fui un ignorante, como lo fueron todos". Si un científico te dijera que se acaba de descubrir una energía benigna que prueba tu conexión con todo el universo, y le diera a esta energía un nombre novedoso, tú dirías: "Se ha realizado un nuevo descubrimiento y yo estoy dispuesto a creer que es verdad, en especial si los demás también lo creen".

12.2 Te sientes tomado por ingenuo cuando se te dice que el amor es la respuesta. Te sientes abochornado cuando se te dice que no conoces el amor. Te sientes desengañado cuando piensas que quizás el amor no se limite a lo que creíste que era. Piensas que es normal que un texto espiritual te diga que el amor es la respuesta, como si nadie lo hubiese dicho antes. Ese mensaje fue predicado hace mucho tiempo y el mundo sigue igual. ¿Cómo, entonces, puede ser la respuesta correcta? La vida es demasiado complicada para ser resuelta por el amor.

12.3 Muy pronto recurres al cinismo creyendo que ya lo has intentado y fallaste. Todos creen que ya han probado esta idea llamada amor y todos creen tener pruebas de que no es la respuesta para todo. ¿Cuáles son tus pruebas? Tu propia dificultad para ser feliz y la infelicidad del mundo que ves.

12.4 Ya hemos dicho que la única posibilidad significativa para tu libre albedrío consiste en elegir a qué unirte y qué dejar fuera de ti. Pero debes comprender que ninguna cosa que no sea parte de Dios merece que te unas a ella, pues tampoco puede unirse a ti. Aquello con lo que has buscado unirte es el motivo de tu infelicidad, pues buscas unirte a lo que no puedes unirte y buscas separarte de todo aquello con lo que podrías unirte para llenar tus rincones sombríos y solitarios con la felicidad que añoras.

12.5 Este Curso parece haberse desviado de aquello que pensabas que iba a ser, pues estás buscando algo específico, aunque no sabes qué es. Estás buscando la paz y el gozo calmo que sólo provienen del amor. Buscas la seguridad y calidez de un hogar con amor, aunque se trate sólo de filosofía. Buscas la certeza, no la de la mente sino la del corazón. Una parte de ti piensa: "Si sólo pudiera seguro..." y allí se detiene, pues ni siquiera estás seguro acerca de qué quieres estar seguro. Y sin embargo sabes que lo que más te fatiga es tu incapacidad para estar seguro de algo. Y en verdad estás cansado.

12.6 La voluntad de Dios para ti es la felicidad, y de esto puedes estar seguro. Alinear tu voluntad con la de Dios es hacer de este estado de seguridad tu hogar permanente. Es como un deseo que se torna realidad, y cuando sea lo único que desees se convertirá en realidad. Y cuando se te conceda este deseo tendrás descanso y te librarás de todas las cargas que soportas.

eterno. Si tan sólo comprendieras cuánta energía necesitas para mantener tu mundo de ilusiones en su lugar, comprenderías el descanso que tendrías con el solo hecho de abandonar tu necesidad de hacerlo. Tu deseo de certeza es parte de la resistencia a cualquier idea de cambio. Luchas por mantener lo poco que crees saber, y sin embargo en lo profundo te das cuenta de que no sabes nada con la certeza que deseas.

12.8 La falta de certidumbre, de cualquier clase, equivale a dudar acerca de ti. Por eso este Curso busca establecer tu identidad, pues de ella provendrá el solaz. En este sentido el Curso busca provocar cambios en todos los niveles, aunque un solo cambio traerá todos los demás, y sin esfuerzo de tu parte. Y aun así este cambio no es ningún cambio, pues solamente busca quitar de en medio todos los cambios que tú crees haberle hecho a la creación de Dios. Este cambio sólo busca restaurarte a tu Ser.

12.9 Tu Ser yace inalterado dentro del Cristo en ti. Restablecer tu relación con tu hermano es lo que te mostrará tu Ser. Tienes un solo hermano que lleva muchos rostros en tu percepción, y mientras no lo conozcas no puedes conocer a tu Ser. Este solo hermano puede unirte con todos aquellos que percibes como otros, pues todos esos otros son uno con él y también contigo. Esta es la única unión necesaria para producir todas las demás. 12.10 Ésta es la desunión que produjo tu opción por la separación, que no es más que una separación de tu Ser. He aquí el punto más difícil de asimilar, pues en él reside una contradicción, la que ha creado el mundo que ves y la vida que vives. Aunque resulta imposible que algo haya ido mal en la creación de Dios, de hecho sucedió. Sólo necesitas mirar a tu alrededor para darte cuenta. Pero lejos de sentirte desalentado, te sientes aliviado porque sabías que esto era cierto, y sin embargo sientes como si éste fuera el secreto que te estaba vedado. Es como si todo el tiempo te dijeran "está todo bien" cuando sabes que no es así. Y si "todo" está bien, debes ser tú el que está mal.

12.11 Toda la creación parece fluir en perfecta armonía. Las estrellas aparecen en el cielo, el sol y la luna cumplen con su derrotero, los animales de tierra, agua y aire son como su creador quiso que fueran, las montañas se elevan en toda su majestuosidad, los ríos corren y las arenas del desierto viajan con el viento. Todo parece ser lo que es y lo que siempre ha sido, excepto por las marcas que deja el ser humano. Sin embargo, la luna sigue siendo luna más allá de que el ser humano haya descendido sobre ella. La tierra sigue siendo tierra a pesar de autopistas, caminos y puentes. Y en algún lugar que no conoces, la paz sigue siendo paz a pesar de tus guerras y la felicidad sigue siendo felicidad más allá de tu desazón.

12.12 ¿Y qué hay de ti? Tú también pareces haber permanecido el mismo a lo largo del tiempo. Tal vez crees que hace mucho evolucionaste de una forma distinta de la que ahora habitas, pero dentro de las leyes de la evolución has cambiado tan poco como las aves del cielo o los peces del mar. De alguna manera sabes que de toda la creación, sólo la humanidad no es aquello para lo cual fue creada. En un día hermoso y un lugar bello puedes ver que el paraíso de la creación todavía existe, pero en ningún lugar puedes encontrar el ser que Dios creó a Su imagen.

12.13 ¿Tiene sentido que esto haya sido así? ¿O que alguna vez hayan caminado sobre la tierra aquellos que revelaban la imagen de Dios y cuando dejaron de ser vistos esa imagen quedó para siempre perdida? ¿Puede ser que haya venido uno y que al marcharse haya dejado un vacío, un hueco en el mismo universo?

12.14 Uno solo fue necesario para poner fin a la separación, y en éste se unen todos los demás. Pues, ¿qué puede ser afectado por tu libre albedrío excepto tu propio ser? Fue necesario uno que, haciendo uso de su libre albedrío, uniera su voluntad a la del Padre, para que esto fuera válido para todos. Esto es lo que significa la corrección o expiación, y lo único que hace falta es que lo aceptes. Únete al hermano que hizo esta elección por

todos y te reunirás con el Cristo en ti.

12.15 Las mentes que están unidas no pueden pensar por separado ni tienen pensamientos ocultos. De hecho no son mentes en plural, sino una sola mente. Lo que este Curso dice es que en una instancia que no existe en el tiempo, el hijo de Dios optó por la separación. Si el hijo de Dios tenía una forma o muchas no importa, pues sea una o muchas, la mente era una sola, la mente del hijo de Dios unida con la del Padre. A muchos de ustedes les han enseñado este misterio de la fe. Padre, Hijo y Espíritu Santo son Uno. Pero si realmente hubiesen aprendido lo que les enseñaron, ya no habría separación.

12.16 Estas palabras, Padre, Hijo y Espíritu Santo, al igual que la palabra amor, no son más que símbolos que representan ideas que, a su vez, representan lo que son. Que hayas hecho del Padre una figura singular, de algún modo mayor que la del Hijo, y hayas aceptado al Espíritu Santo como algo que escapa a tu comprensión sólo ejemplifica la naturaleza del error que es necesario corregir. Las palabras, en tanto símbolos, no pueden explicar lo que no puede ser simbolizado, pero dan comienzo a un proceso que debe ser completado mediante los recuerdos de tu corazón. Continuamos, entonces, conscientes de que las palabras sólo expresan la verdad dentro de sus limitaciones como símbolos, y que más allá de los símbolos, la verdad reside dentro de ti.

12.17 Todos conocen de qué manera un pensamiento que parece surgir de la nada los afecta. Un día nace una idea que no parecía existir el día anterior. Quizás es la idea de hacer un viaje, o concebir un bebé, o emprender un estudio o abandonar un trabajo. Esta idea recién nacida puede llegar para irse, o puede convertirse en una obsesión; pero cualquiera que sea el caso, no abandona su fuente. Y sin el nacimiento de la idea, sus resultados nunca llegarían. Puedes tener mil ideas un día y diez mil al día siguiente, tantas que no podrías seguirlas. Sin embargo, siguen existiendo dentro de ti y jamás se desprenderían para formar algo distinto aparte de ti. Imagina que algo así ocurre y te darás cuenta de lo absurdo de la situación. ¿Acaso puede un viaje suceder por sí solo? ¿Quién lo haría?

12.18 Puedes decir, sin embargo, que alguna idea adquirió vida propia y te llevó a hacer cosas que jamás soñaste. Muchas veces las personas hacen un recuento de su vida y se preguntan cómo llegaron de una cosa a la otra. En algunos casos pueden decir que una idea cobró fuerza y cambió lo que parecía ser un destino ya escrito.

12.19 Aun con los límites que presentan las palabras para describir la separación, esto es lo que ocurrió: una idea de separación se hizo presente en la mente del hijo de Dios. Como cualquier otra idea, no abandonó su fuente ni cambió su esencia en modo alguno. Aunque la idea de tomarse una vacaciones inusuales, cuando es realizada, puede modificar la vida de una persona, no cambia aquello que la persona era, ni quién era su padre, ni las características de la familia en que nació. Todo lo que puede cambiar es la forma de su vida, ciertos hechos de ella, tal vez el lugar donde ocurren esos hechos o las personas que serían parte de la experiencia. En breve, los aspectos exteriores de la vida. 12.20 De la idea de separación surgió la idea de un aspecto exterior de la vida. Antes de la idea de separación no existía tal cosa, y sigue sin existir salvo como extensión de la idea original. Así como hemos dicho que tu deseo de proteger o controlar surge del concepto de temor y que sin este miedo ese deseo no existiría, lo mismo ocurre con el aspecto exterior de la vida. Sin la idea original de separación, el aspecto externo de la vida no existiría. Así como el temor no es real aunque lo parece, la separación no es real aunque parezca serlo.

12.21 El Padre no evitó que apareciera la idea de separación, como tampoco tú evitas que se te ocurran ideas. Así como una idea tuya, una vez nacida, sigue existiendo, así

ocurrió con la idea de separación. Y así como una idea tuya no toma vida propia aunque a veces pareciera tenerla, la idea de separación no tenía capacidad para ser más de lo que era, excepto que el hijo eligió participar en ella.

12.22 En consecuencia, la participación del hijo en la idea de separación pareció producir una vida con otra forma, un destino diferente del que estaba escrito. Esta participación no pudo proceder sino de la idea original y no pudo tener lugar en la realidad sino en el aspecto externo de la vida. En la realidad, la idea de separación no cambió nada, sino que se convirtió en un drama actuado sobre un escenario tan realista que parecía ser la realidad.

12.23 La separación es dolorosa sólo para aquellos que creen que en verdad puede ocurrir. ¿Qué significaría el rechazo de un niño o la muerte de un progenitor para quienes nunca creyeron en la separación? ¿Piensas que Dios cree en la separación? No la conoce, y porque no la conoce, no existe. Porque no la conoce, no ha sido tocado por ella. No conoce ni el rechazo ni la muerte. No conoce dolor ni sufrimiento. Su hijo permanece con El en su hogar eterno, unido a Él en eterna plenitud.

12.24 Aunque la extensión del hijo hacia un mundo exterior es bastante real, sólo lo es dentro de él. El hijo no podía sino crear a semejanza del Padre que creó todo por extensión de sí mismo. Pero ni la extensión del Padre ni la del Hijo menoscabaron al Padre o al Hijo en modo alguno. Reemplaza la palabra Padre por la palabra Creación y observa si el concepto te resulta más claro. ¿Acaso la extensión continua de la creación la vuelve menos de lo que originalmente era? Lo que llamamos Padre no es más que el rostro celestial de la creación, una personificación de lo que no puede ser personificado. Te resulta difícil creer que la creación en sí misma pueda ser bondadosa u otro nombre del amor, pero así es. Dios es el punto de inicio de la creación, el creador de la creación y también la creación misma. El Hijo y el Espíritu Santo proceden de ese punto de inicio divino. Dios es el punto de inicio del Hijo y del Espíritu Santo también, el creador del Hijo y del Espíritu Santo y, al mismo tiempo, Él es el Hijo y el Espíritu.

12.25 Sigue adelante con este modelo, pues el modelo de la extensión de Dios es el modelo de la creación y, por lo tanto, el modelo del universo. El Hijo se extendió a sí mismo en la creación, y tú eres esa extensión, tan sagrada como Él lo es. La idea de separación sólo parece haber hecho al hijo de Dios susceptible de división, y estos símbolos bajo la forma de palabras son lo único que parecen separar al Padre, Hijo y Espíritu Santo entre sí y de la creación.

In document UN CURSO DE AMOR (página 53-56)