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BREVE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

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BREVE HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Hemos dicho que la Filosofía se apoya en dos pilares, la política y la ciencia. Pues bien, haremos un breve recorrido de la historia de la filosofía a partir de estos dos determinantes básicos.

No haremos un recorrido exhaustivo, pero sí definiremos algunos de los hitos más importantes de la historia de la filosofía.

Podríamos hacer una primera gran división en la historia de la filosofía entre un primer periodo metafísico (desde su aparición hasta el siglo XVII), en el que la filosofía se pregunta principalmente por el ser, y un segundo período (a partir del siglo XVII) en el que la filosofía desplaza su principal centro de interés hacia el problema del conocimiento.

A comienzos del siglo XX aparece una nueva tendencia con la reflexión sobre el lenguaje en tanto vehículo del conocimiento.

No obstante, conviene hacer una distinción mucho más matizada y concreta.

1. FILOSOFIA CLASICA (siglos VII a.C.-III d.C.)

La filosofía occidental aparece en Grecia en el marco de la polis, que posibilitará una reflexión abierta y crítica (ver tema 1).

Dentro de este período, que se prolonga hasta Roma, distinguimos varias etapas.

a) La Ciencia jónica

La filosofía tiene su origen en el asombro, que dio lugar a la pregunta que define la filosofía: “¿por qué?”.

La primera pregunta fue ante el asombro provocado por la naturaleza (physis), exigiendo una respuesta que pusiera orden en la diversidad que se observa en el universo físico. Poco importa que los diferentes autores den respuestas diferentes, lo verdadera-mente importante es que todos ellos coinciden en buscar un principio único de explicación que se encuentra ya en la naturaleza, no en los dioses.

Tales (624-546 a.C.), al que se considera fundador de la escuela y el primero de los filosofos, hablaba del agua como principio, mientras Anaximandro (610-545 a.C.) situaba este principio o arjé en una sustancia indeterminada, el apeiron, o Anaxímenes (580-524 a.C.) en el aire, considerado también principio vital del hombre (pneuma).

Estos autores milesios nos ofrecen una explicación que, simultáneamente, confiere unidad al mundo y da cuenta de su devenir y, con ello, de su diversidad. Sus respuestas, no obstante, son difieren:

– la separación y oposición de los contrarios (caliente y frío, seco y húmedo), nos cuenta Anaximandro;

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Situado en el mismo universo físico, la Jonia, pero separado de la tradición física, encontramos a Heráclito de Éfeso (≈550-480 a.C.), que aborda también problemas ético-políticos, ético–religiosos, e incluso el problema mismo de la investigación. Es además el primero en plantear el tema del lenguaje y, con ello, del logos.

Heráclito, al que llamaban el “Oscuro” por la dificultad que entraña la interpretación de sus sentencias, cree que “el logos es común a todos los hombres” y que el conocimiento renovaría la vida de los hombres, si bien sostiene que los hombres se encuentran en un verdadero letargo del que es preciso despertarlos. Cree de hecho que el saber es sólo apto para elegidos y que, por tanto, debe ser ajeno al uso de la multitud.

Sin embargo, para lo que nos interesa, apuntaremos su idea de que el mundo es uno y en perpetuo movimiento. Sólo el estudio atento descubre en el devenir su unicidad, un logos que todo lo articula. A esta doble idea apunta la identificación del fuego como arjé o primer principio que, sin embargo, está sometido a un cambio permanente. Suele atribuírsele la fórmula “todo fluye, nada permanece”. Para apuntalar este perpetuo fluir de las cosas podemos recordar la que quizá sea su imagen más conocida, la del río: “No puedes embarcar dos veces en el mismo río, pues nuevas aguas corren tras las aguas”.

Huyendo del avance persa que amenazaba Jonia y también de la tiranía que imperaba en algunas de sus ciudades, muchos griegos dejaron las costas de Asia Menor para instalarse en las colonias griegas del sur de Italia –lo que se denomina la Magna Grecia. Ahí se desarrolla la filosofía en el segundo cuarto del siglo V.

Pitágoras (570-500 a.C.), originario de Samos, funda en la ciudad de Crotona una escuela de carácter político y religioso. En ella cultivaron diferentes disciplinas como la música, la astronomía o las matemáticas.

Lo más característico del pitagorismo reside en su doctrina numérico–matemática. Toda la naturaleza puede ser expresada en términos numéricos, el número es el principio o arjé de la naturaleza. Todo en el cosmos sucede según una armonía matemática. Con los pitagóricos, el problema del arjé se desplaza de la materia a la forma. Sin embargo, algunos de sus más importantes descubrimientos, como la √2, pusieron en peligro los mismos principios de la escuela, pues la √2 es un número irracional, no representable mediante la relación o razón entre dos números enteros.

Por otra parte, para los pitagóricos, el alma es un ser daimoniaco de naturaleza inmor-tal (daimon es un ser de naturaleza espiritual buena). Expulsada, el alma fue condenada a la cárcel del cuerpo. Con la muerte, después de una época de purificación en el Hades, el alma vuelve a reencarnarse. Esta reencarnación depende de las acciones del hombre en su existencia anterior.

En este mismo espacio geográfico encontramos a Parménides de Elea (540-470 a.C.), autor del que se conserva el mayor fragmento de toda la obra, parte de un poema que consta de un Proemio y dos partes: la Vía de la Verdad y la Vía de la opinión o de la apariencia. Esta obra ha merecido interpretaciones muy diferentes: epistemológicas, religio-sas, políticas...

En esta obra encontramos dos afirmaciones aparentemente simples: – Lo que es, es

– Lo que no es, no es.

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1– El Ser es Eterno. Si tuviera principio o fin estaríamos reconociendo que antes de ser no era o que después de ser no es.

2– El Ser es continuo, pues si dijésemos que es discontinuo estaríamos aceptando que junto al ser hay espacios de no–ser.

3– El Ser es único. En la medida en que afirmar la existencia de cualquier otra cosa que no sea ser, es afirmar que el no–ser es.

4– El Ser es inmóvil. Si el vacío (no–ser) no existe y si el ser es continuo y único, ¿cómo podría moverse?

La dificultad radica en cómo interpretar el verbo ser, dado que, sin cambiar su estructura gramatical, tiene dos significados distintos: si lo tomamos como predicado expresa existencia, si lo tomamos como cópula expresa cualidad.

La interpretación lógico-ontológica se convirtió desde muy pronto en dominante, siendo utilizada, por ejemplo por Zenón, discípulo de Parménides para justificar la imposibilidad del movimiento en sus paradojas, algunas tan conocidas como las de Aquiles y la tortuga, donde sostiene que Aquiles, si deja ventaja a una tortuga, jamás lograría adelantarla.

El rigor lógico de la escuela eleática exige buscar una solución que, sin perder el rigor parmenideano, dé cuenta del movimiento y de la diversidad empírica. Así aparecen los pluralistas, entre los que cabe destacar a los atomistas, como Demócrito (460–370 a.C.), que sostiene que todo cuanto existe está compuesto por infinitos cuerpos eternos e indivisibles que se mueven en el vacío a los que denominó átomos.

Demócrito sintetiza aquí las teorías de Heráclito y Parménides: el mundo del Ser (el de los átomos) fundamenta un mundo del Devenir, el de la diversa combinación de los átomos.

B) Periodo antropocéntrico

El florecimiento de Atenas y del sistema político mediante el que se gobernaba, la democracia, provocó un giro en la reflexión filosófica, que se orienta ahora hacia el hombre como miembro de la polis.

También aquí encontramos diferentes tendencias claramente relacionadas con la historia:

—Periodo de esplendor de la democracia ateniense

La democracia había elevado la palabra a la categoría de verdadera arma política, pues era a través de la palabra como se podía convencer a los ciudadanos en la Asamblea, especialmente desde que, gracias a las reformas de Clístenes y Pericles, los ciudadanos más pobres tenían la posibilidad real, no sólo legal, de participar en la Asamblea y otras instituciones. En esta situación, las nuevas clases ricas, desacostumbradas al ejercicio del poder político, sienten la necesidad de iniciarse en el arte de la palabra, recurriendo a maes-tros expertos en dicho arte. Estos maesmaes-tros, que acuden desde todos los rincones de Grecia, se denominaron sofistas.

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mayoritaria-mente por la democracia. Entre la primera generación de sofistas que enseñó en la época de Pericles destacan Protágoras y Gorgias.

A Protágoras (485–411a.C.) se le atribuye una frase que sintetiza toda su filosofía:

«El hombre es la medida de todas las cosas.»

Esto significa:

1. Existe una diferencia radical entre la naturaleza y la sociedad.

No se trata de algo específico de Protágoras. Es ya un tópico enunciar como uno de los rasgos esenciales de la sofística la distinción entre physis y nomos. Esta distinción trae como consecuencia la desacralización de la ley. Así, la ordenación legal ya no se concibe como algo divino, sino fruto de convenios. De modo que las leyes naturales y las ético– políticas presentan características muy diferentes:

2. Defensa radical de la Democracia

Al hablar de democracia es obligado destacar la versión que nos ofrece Protágoras del mito de Prometeo (y que conocemos a través de Platón), que constituye, junto con el “Discurso fúnebre” de Pericles, el texto apologético por excelencia de la democracia ateniense. En esta versión del mito de Prometeo, Protágoras defiende que todos los hombres tienen la misma capacidad política (la sabiduría política ha sido distribuida por igual a toda la especie humana por decisión expresa de Zeus), al margen de la efectivamente diferente capacidad técnica de los individuos; por tanto, y derivado de lo anterior

3. Los ciudadanos tienen la capacidad real de determinar, de definir, qué es la justicia y el bien; lo que implica

4. La defensa de un relativismo moral y político.

Esto significa que no existen valores absolutos más allá del ser humano. No existe, de hecho, criterio trascendente alguno para determinar el valor.

El otro gran sofista de esta primera generación es Gorgias (483–380 a.C.), cuyas tesis pueden resumirse con una palabra: escepticismo, pues denunciaba la posibilidad misma del conocimiento.

A Gorgias corresponden tres tesis que justificará a partir de las posiciones eleáticas sobre el Ser y el no Ser. Estas tesis son:

1. Nada existe

2. Si algo existiera, sería incognoscible

3. Si algo fuera conocido, sería incomunicable

Frente a los sofistas, eleva su voz Sócrates (470–399 a.C.), que combate tanto el relativismo de los sofistas como el principio básico de la democracia: la igual capacidad de los ciudadanos en los asuntos políticos. Sus ideas, que conocemos principalmente a través de su discípulo Platón, se resumen así:

NATURALEZA SOCIEDAD

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1. La idea de areté: todo ser, el ser humano incluido, tiene una virtud específica, aquello para lo que, por naturaleza, está capacitado.

Su interpretación política será clara: “zapatero a tus zapatos” o, lo que es lo mismo, cada uno debe dedicarse en exclusiva a aquello que sabe hacer.

2. Existen valores absolutos, como la Justicia, cuyo significado no puede estar sometido a criterios particulares, sino universales. El descubrimiento de estos valores universales, objetivos y absolutos, son accesibles mediante la razón.

3. La finalidad de la educación es alcanzar la verdad con el fin de lograr la felicidad y la virtud. Pero, para Sócrates, la verdad se halla en nuestro interior, de modo que la labor del educador consiste en orientar para que el educado descubra, por sí mismo, la verdad.

4. El método para alcanzar el conocimiento es la dialéctica, palabra que, procedente del término “diálogo”, quiere definir el proceso de búsqueda de la verdad a través de la razón. Este proceso tiene dos etapas:

– La ironía. Se trata de romper las concepciones o creencias del discípulo para que se dé cuenta de su ignorancia.

– La mayéutica, que Sócrates identifica con el arte de las comadronas, esto es, ayudar a dar a luz el conocimiento.

Este proceso se logra a través del diálogo, de modo que el maestro es capaz de orientar al discípulo, mediante preguntas, hasta que éste descubre por sí mismo la verdad.

5. Intelectualismo moral: sólo el conocimiento del Bien permite guiarse correctamente.

Sócrates no sólo identifica la virtud con el conocimiento y, consiguientemente, el vicio con la ignorancia; sino que asume que el conocimiento es suficiente para obrar bien.

—Crisis de la polis.

Platón (427-347 a.C.), discípulo de Sócrates, asume las ideas su maestro, pero dotándolas de una coherencia y sistematicidad que convierten su obra en el primer sistema filosófico de la historia.

Platón subraya la separación entre cuerpo y alma, siendo el primero concebido como una verdadera cárcel para la segunda; además, Platón subraya la diferencia esencial entre tres tipos de hombres, determinados por el tipo de alma que domina en cada uno de ellos (el alma apetitiva, irascible o racional). Esta distinción le permite atacar la democracia, defendiendo en su lugar el gobierno de los sabios, esto es, de aquellos en los que domina el alma racional.

Este ataque a la democracia se sustenta en una teoría ontológica que diferencia entre dos mundos absolutamente enfrentados: el mundo de las ideas (el único verdadero, situado más allá de lo sensible, que es eterno e inmutable y en el que reinan las ideas de Bien, Belleza y Justicia), y el mundo sensible, que es una mera copia imperfecta del mundo real, un mundo de sombras y meras apariencias.

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y mantiene la división tripartita del alma.

Por lo que respecta a la ontología, sostiene que todo ser está compuesto de materia (aquello que individualiza a cada ser) y forma (lo que define la esencia de los seres).

Por lo que respecta a la teoría política, Aristóteles presenta una clasificación de los gobiernos que perdurará siglos. Esta clasificación se establece a partir de dos criterios: el número de los que gobiernan (uno, pocos o muchos) y la cualidad de este gobierno (positiva si defiende los intereses de toda la ciudad; negativa si defiende los intereses de una parte de la ciudad, de los gobernantes)

Gobierno de 1 Gobierno de pocos Gob. de muchos

+ Monarquía Aristocracia Politeia

– Tiranía Oligarquía Democracia

A pesar de que Aristóteles pensaba que el mejor gobierno era el del mejor hombre (la monarquía), también pensaba que su degeneración daría lugar al peor de los gobiernos (la tiranía), por lo que defendió la politeia o gobierno de los medios (los que no son demasiado ricos ni demasiado pobres) como el mejor de los gobiernos, pues su degeneración (la democracia) era el menos malo de los gobiernos malos. Sin duda en esto debió influir sus dudas sobre la idoneidad de Alejandro Magno como gobernante, a quien educó Aristóteles.

—La desaparición de la polis

La conquista macedonia (338 a.C. derrota de Tebas y Atenas) y el posterior imperio alejandrino trajo como consecuencia un desplazamiento de la reflexión política hacia la reflexión ética. Sin embargo, sobre todo en Alejandría, proseguirá la investigación científica. Este periodo se extiende a todo el mundo clásico, hasta la época de Constantino.

Encontramos dos líneas principales de reflexión: 1) Reflexión ética, con tres grandes escuelas:

–Escépticos: Pirrón de Elis (370-270 a.C)

Los estoicos dudan sobre la posibilidad de alcanzar la verdad o de su misma existencia.

–Estoicos: Zenón de Citio (340-260 a.C).

Los estoicos defienden que la virtud consiste en la ataraxia o tranquilidad del alma, que se logra al comprender el orden que rige el cosmos y someternos a él de buen grado.

–Epicúreos: Epicuro (341-271 a.C).

Para los epicúreos, la virtud consiste en el placer, identificado con la ataraxia, que se logra desvaneciendo los temores que nos atenazan, como el temor a la muerte y el temor a los dioses, para lo que propone lograr la sabiduría y cultivar la amistad.

2) Ciencia griega: Ésta adquiere gran desarrollo, especialmente:

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geometría fue la única conocida hasta mediados del siglo XIX.

–Fisica: Arquímedes (287-212 a.C). Pese a sus descubrimientos, el desprecio característico de esta época al trabajo manual, le empujó a ocultar los experimentos con los que alcanzó algunos de sus mayores descubrimientos, presentándolos como fruto del exclusivo uso de la razón.

El desarrollo de la ciencia, que no se limita a estos nombres, fue verdaderamente espectacular. En aspectos como la trigonometría se alcanzó un desarrollo muy próximo al actual y conocían el poder expansivo del vapor de agua, principio fundamental de la máquina de vapor.

Muchos de los descubrimientos de esta época prácticamente se perdieron tras la caída de Roma y comenzarán a redescubrirse en el siglo XVII.

2 FILOSOFÍA CRISTIANA

En el siglo I tiene lugar un acontecimiento determinante en la historia de occidente: la aparición de una nueva religión: el cristianismo.

La religión cristiana, los elementos dogmáticos que la definen, resulta extraña al mundo clásico: el monoteísmo, el misterio de la Trinidad, la idea de creación (de la nada) y, por último, la idea de que Dios sacrifique a su propio Hijo para salvar a los hombres. Por este motivo los Padres de la Iglesia dedicaron tiempo a dar una justificación racional, filosófica a esta nueva religión. Así nace la Patrística, con un primer periodo de tanteo durante los siglos I-III.

Tras el Edicto de Milán (313), que no sólo significa libertad religiosa sino que, en la práctica, va a permitir el acceso de los cristianos a los centros de poder, la Iglesia intenta poner orden en sus filas, comenzando por la definición de la ortodoxia y la consiguiente persecución de las primeras herejías (el arrianismo, que ponía en cuestión la divinidad de Jesús). Este orden doctrinal tendrá lugar con el Concilio de Nicea (325).

La primera gran figura cristiana es Agustín de Hipona (354-430), que platoniza el cristianismo a partir de la transformación del demiurgo platónico en Dios y de las Ideas platónicas en las Ideas de Dios, que es caracterizado como Bien, Justicia y Belleza absolutas. De otro lado, la crisis del Imperio, y la presentación de los cristianos como culpables de ello debido a su desdén por las cuestiones terrenales, obligará a los cristianos a defenderse. Agustín elaborará entonces su noción de la ciudad de Dios como diferente a la ciudad terrestre.

Hasta el siglo XII, Aristóteles es prácticamente desconocido en Occidente, y sólo será conocido gracias a la traducción de su obra del árabe al latín, siendo importante en su recepción la obra de filósofos árabes aristotélicos como Avicena (980-1037) y Averroes (1126-1198).

Este acceso a la obra aristotélica permitirá una nueva fundamentación filosófica del cristianismo que llevará a cabo Tomás de Aquino (1224-1274). Éste sintetizó cristianismo y filosofía aristotélica (convirtiendo el Primer Motor aristotélico en el Dios cristiano) y dio origen a la filosofía escolástica.

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razón y fe parezcan conducirnos hacia conclusiones diferentes? Prevalece el criterio de la Fe, que no se equivoca por tratarse de verdades reveladas por Dios, frente a la Razón, que puede estar mal dirigida.

En el contexto de la crisis de las investiduras, de las polémicas en el interior de la Iglesia, del enfrentamientos entre Papado e Imperio, del evidente desarrollo de las ciudades y la aparición de una nueva clase de hombres, habitantes de los burgos (ciudades), surgirá en Inglaterra, en el siglo XIV, en el seno de la comunidad franciscana, Guillermo de Ockham (1285-1349). Guillermo de Ockham, además de dar lugar a la aparición del denominado nominalismo, tendrá la virtud de defender la separación e independencia entre Fe y Razón y, simultáneamente, entre Papado (poder espiritual, e Imperio (poder terrenal). Ockham, último autor escolástico disolverá la escolástica como tal.

3. FILOSOFIA MODERNA

La derrota del emperador Federico Barbanegra ante el Papa Alejandro III y la firma de la Paz de Venecia de 1177, posibilita que, en los hechos, las ciudades italianas fueran independientes, favoreciendo así su desarrollo económico, político e intelectual. En estas ciudades, en el siglo XIV, surge el Renacimiento y el consabido florecimiento de las artes. Aparece el humanismo y, con él, una reflexión política que reivindica la separación entre política y moral. Entramos en la Edad Moderna.

Se desarrollan dos grandes núcleos temáticos:

a) la preocupación antropológica: reflexiones sobre la libertad, la ley natural o el origen del poder. Maquiavelo (1469-1527) será la figura más destacada.

b) la preocupación por la naturaleza y su conocimiento. Cabe destacar a Francis Bacon (1561-1626), que pretende reformar la sociedad a través de la ciencia aplicada (proyecto de La nueva Atlántida), lo que exige en primer lugar reformar la ciencia (sus objetivos y sus métodos)

Nos hallamos en la era de los grandes descubrimientos y el desarrollo de nuevas rutas comerciales. En esta situación se desarrollan las monarquías absolutas y, con ellas, aparece su pugna por la hegemonía. En esta pugna se vio involucrada la Iglesia. La Reforma Protestante (Lutero fue excomulgado el 3 de enero de 1521) dividirá definitivamente a la comunidad cristiana entre católicos y protestantes, cuyos príncipes no escatimaron medios en una lucha cruel que se prolongó durante 30 años en la llamada Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La crisis de conciencia que este enfrentamiento provoca y, con ello, la crisis de autoridad, tuvo importantes consecuencias como el desarrollo del escepticismo y, simultáneamente, de nuevas explicaciones ajenas al pensamiento religioso. En este contexto aparecen diferentes escuelas.

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siglo XVII, encontramos a Spinoza (1632-1677), cuya obra desarrolla la reflexión ético-política.

2) Simultáneamente, alejado del continente, en las islas británicas, tiene lugar un hecho capital, la revolución inglesa (1642-1688) que culmina con la instauración de un régimen liberal. En este contexto va a desarrollarse una corriente filosófica opuesta a la continental, el empirismo, cuya tesis básica es la afirmación de que todo conocimiento procede de la experiencia y deriva sólo de ella, no debiendo aceptar ningún otro supuesto. En esta corriente destacan Hobbes (1588-1679), Locke (1632-1701) y, en el siglo XVIII, el escocés Hume (1711-1776).

3) El siglo XVII es además el siglo de la revolución científica, que pondrá fin a la concepción aristotélica del universo. Copérnico (como antecedente, 1473-1543), Kepler (1571-1630), Galileo (1564-1642), Descartes y Newton (1642-1727) lograrán presentar un mundo único, unificado y matemático. Pero esta revolución no puede darse al margen del desarrollo de las matemáticas, donde Fermat (1601-1665), Descartes, Leibniz (1646-1716) o el propio Newton, darán pasos extraordinarios.

4) El siglo XVIII nace fascinado por la estela newtoniana, pero también con una Inglaterra opuesta políticamente a las grandes monarquías absolutas europeas. En este siglo se desarrolla la Ilustración y, con ella, la idea de que la razón (no entendida en el sentido cartesiano), su desarrollo, nos conducirá de forma inexorable, inevitable, a la conquista de la libertad y la felicidad del género humano, poniendo fin a las tinieblas y el oscurantismo de las épocas precedentes. Este movimiento se desarrollará especialmente en la Francia prerrevolucionaria, en cuyos salones se reunían autores procedentes de toda Europa para debatir y presentar sus ideas.

Destacan: Voltaire (1694-1778), Rousseau (1712-1778), los autores de la Enciclopedia Diderot (1713-1784) y D'Alembert (1717-1783). Los materialistas La Mettrie (1709-1751), Helvétius (1715-1771) y Holbach (1723-1789). También merece destacarse, aunque no es propiamente ilustrado, Montesquieu (1689-1755), al que se atribuye la famosa idea de la división de poderes.

Entre los miembros de la ilustración británica destaca Hume, que condujo las tesis empiristas a su consecuencia lógica, el rechazo de todo conocimiento no apoyado directamente en sensaciones; y Adam Smith (1723-1790)

La ilustración alemana es algo más tardía. Su principal representante, Kant (1724-1804), vivió los acontecimientos de la revolución francesa desde su lejana ciudad natal, Könisberg (actual Kaliningrado). Kant intenta superar los límites y errores del empirismo y del racionalismo a partir de una especie de síntesis entre ellos. Es la filosofía crítica, que se pregunta sobre los límites de la razón. Tras su muerte se desarrollará el denominado idealismo alemán, que toma como punto de partida las antinomias kantianas, a las que intenta dar respuesta. Encontramos a Fichte (1762-1814), Schelling (1775-1854) y Hegel (1770-1831), siendo este último considerado la culminación de la filosofía moderna.

4. FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

El siglo XIX es un siglo de contradicciones. El gran desarrollo económico, científico y tecnológico no se corresponde con el desarrollo social ni con la prometida extensión de la libertad y la igualdad prometidas el siglo anterior.

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demiurgo de lo real, pronto se mostró falso. El siglo XIX es, ante todo, un siglo de crisis y de revoluciones.

Por un lado, el gran desarrollo científico apunta para algunos al inevitable triunfo de la razón y de la ciencia. Bajo esta perspectiva aparece el Positivismo, que denuncia todo intento de ir más allá de lo dado, denunciando las pretensiones metafísicas de la filosofía. Como inaugurador de esta escuela aparece Auguste Comte (1798-1857), que se propuso hacer de la filosofía una ciencia positiva descriptiva de los fenómenos sociales, de la estructura y del cambio social.

Pero ya en la segunda mitad del siglo XIX surge una filosofía crítica, que cuestiona los pilares de la sociedad y la cultura occidental, aparecen los denominados filósofos de la sospecha.

La expresión «filósofos de la sospecha» fue acuñada por el filósofo francés Paul Ricoeur en 1965 para referirse a los tres pensadores del siglo XIX que desenmascaran la falsedad escondida bajo los valores ilustrados de racionalidad y verdad: Marx, Nietzsche y Freud.

Los tres expresan, cada uno desde perspectivas diferentes, la entrada en crisis de la filosofía de la modernidad, al mostrar la insuficiencia de la noción de sujeto, y al desvelar un significado oculto:

– Marx (1818-1883), desenmascara la ideología como falsa conciencia, advirtiendo que tras la VERDAD se ocultan los intereses de la clase burguesa;

– Nietzsche (1844-1900) cuestiona los falsos valores y el ideal de esclavo que se oculta tras ellos, denunciando una cultura gregaria que pretende uni-formarnos a través de una moral decadente cuyo paradigma es la religión cristiana;

– Freud (1856-1939), padre del psicoanálisis, que descubre que la misma conciencia está dividida entre una parte consciente y otra inconsciente, siendo ésta la base de las pasiones que dirigen nuestra vida.

El triple desenmascaramiento que ofrecen estos autores pone en cuestión los ideales ilustrados de la racionalidad humana, de la búsqueda de la felicidad y de la búsqueda de la verdad.

Pero el siglo XIX es también el siglo de Darwin (1809-1882), que pone fin a la idea de la supuesta superioridad de origen del ser humano, demostrando nuestra procedencia animal.

Por último, el siglo XIX se cierra con la crisis de las ciencias provocada paradójicamente por los grandes avances científicos y tecnológicos:

– De un lado, la crisis provocada por el descubrimiento de las geometrías no euclideanas por parte de Gauss (1777-1855), Lobachevsky) (1792-1856) y Bolyai (1802-1860).

– De otro, la puesta en cuestión de dos principios de la mecánica clásica: a) La materia parece desvanecerse

b) El principio determinista es puesto en cuestión

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transformarse en energía (la famosa ecuación E= mc2)

– el descubrimiento de la mecánica cuántica y la teoría atómica de Bohr (1885-1962), que introducen el principio de la probabilidad y el azar.

5. FILOSOFÍA DEL SIGLO XX

El siglo XX refleja el desarrollo de las contradicciones del siglo XIX. Es el siglo de las dos grandes guerras, de la experiencia comunista soviética y del fascismo. Pero es también el siglo de la consolidación de la democracia y de un desarrollo científico y tecnológico sin precedentes.

En el campo filosófico proliferarán multitud de escuelas y tendencias, dando lugar a finales de siglo a lo que se conoce como posmodernidad, sobre cuyo significado y sentido no existe acuerdo alguno.

Cabe destacar, dentro del siglo XX:

La Fenomenología, caracterizada por su pretensión de alcanzar las esencias de las distintas regiones de la realidad siendo radicalmente fieles a lo dado, a lo ofrecido en la experiencia. Así lo entiende E. Husserl (1859-1938).

El Existencialismo, que sitúa a la existencia humana real y concreta en el centro de la reflexión filosófica. El hombre será entendido como un proyecto que se hace a sí mismo. Su principal representante es J.-P- Sartre (1905-1980), cuyo precedente inmediato sería Martin Heidegger (1889-1976)

La filosofía analítica y el desarrollo de las filosofías del lenguaje, siendo Bertrand Russell (1872-1970) y Wittgenstein (1889-1951) sus principales representantes. Para esta escuela la filosofía es análisis del lenguaje.

Los diferentes marxismos que ponen el énfasis en aspectos diferentes: Gramsci, Lukács, Althusser o la Escuela de Francfurt.

La hermenéutica de Gadamer (1900-2002), preocupada por la interpretación textual en tanto que el lenguaje nos ofrece “modos de estar en el mundo”.

El estructuralismo, que afirma la determinación estructural y la muerte del sujeto (Lévy-Strauss, Lacan, Foucault).

Finalmente eso tan difícil de definir que es el posmodernismo, sobre el que es difícil decir algo que vaya más allá de que surge de la crisis de la Modernidad.

Referencias

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