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La huella de la elegancia la fusión entre la moda y la historia en la búsqueda del pasado

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Academic year: 2017

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1 ANEXO 3

BIBLIOTECA ALFONSO BORRERO CABAL, S.J.

DESCRIPCIÓN DE LA TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

FORMULARIO

TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO

La huella de la elegancia

SUBTÍTULO, SI LO TIENE

Una fusión entre la moda y la historia en la búsqueda del pasado.

AUTOR O AUTORES

Apellidos Completos Nombres Completos

Obando Alcázar Andrea María

DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

Maz Bernal Patricia

FACULTAD

Comunicación y Lenguaje

PROGRAMA ACADÉMICO Tipo de programa ( seleccione con “x” )

Pregrado Especialización Maestría Doctorado

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Nombre del programa académico

Comunicación Social

Nombres y apellidos del director del programa académico

Mario Enrique Morales

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:

Comunicadora Social

PREMIO O DISTINCIÓN(En caso de ser LAUREADAS o tener una mención especial):

CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO

NÚMERO DE PÁGINAS

Bogotà 2014 168

TIPO DE ILUSTRACIONES ( seleccione con “x” )

Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y

diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras

X X

SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO

Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF.

MATERIAL ACOMPAÑANTE

TIPO DURACIÓN (minutos) CANTIDAD

FORMATO

(5)

3 Vídeo

Audio Multimedia Producción electrónica Otro Cuál?

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS

Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo biblioteca@javeriana.edu.co, donde se les orientará).

ESPAÑOL INGLÉS

Feminidad Femininity

Moda Fashion

Historia History

Cultura Culture

Bogotá Bogotà

RESUMEN DEL CONTENIDO EN ESPAÑOL E INGLÉS

(Máximo 250 palabras - 1530 caracteres)

El presenta trabajo inicia con un capítulo teórico, en donde se explica el corazón conceptual de la tesis, el cual se basa en la teoría de Eliseo Verón y la búsqueda del sentido por medio de elementos como lógicas de producción y condiciones de reconocimiento que construyen un objeto discursivo determinado. Con esta base, se elaboró un segmento fundamental del proyecto en dónde se detallan elementos contextuales que ayudan a dar pistas sobre la representatividad de la mujer dentro de la sección Elegancias de la revista Cromos y, así mismo, la construcción del objeto discursivo dentro de la revista. Este elemento contextual abordará los veinticuatro años del análisis desde 1916 hasta 1939.

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Finalmente, el trabajo termina con las conclusiones recolectadas no solo sobre el análisis, sino sobre los elementos contextuales que incidieron en la representatividad de la mujer en la sección Elegancias. Además de esto, se hace una reflexión sobre el trabajo realizado y se elaboran unas recomendaciones para quienes en el futuro busquen en la moda una herramienta histórica y analítica.

The present undergraduate thesis is based on a desire of understanding the history of Colombian woman and their evolution throughout valuable tools such as fashion and contextual elements. This investigation is based on the theory of Eliseo Veròn, who understands the meaning and significance of magazine publications by the means of two fundamental components: logic productions and recognition terms. In order to understand and recognize woman from the twentieth century through this magazine this investigation urged to seek historical facts such as: artistic vanguards, political influences, fashion preferences and all sort of elements that could interfere with femininity and its representation on written media from 1916 through 1939 In Bogotá.

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La Huella de la Elegancia

La fusión entre la moda y la historia en la búsqueda del pasado

Andrea María Obando Alcázar

Trabajo de grado para optar por el título de Comunicadora Social

Periodismo

Patricia Bernal

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Carrera de Comunicación Social

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Sr. Decano

José Vicente Arizmendi C.

Me permito presentar ante usted el siguiente trabajo de grado titulado “La huella de la Elegancia: Una fusión entre la moda y la historia en la búsqueda del pasado” resultado de un análisis elaborado sobre la Revista Cromos en sus primeros años de vida, cuyo principal interés es abordar la representación de la feminidad en su sección “Elegancias”.

En sus manos encontrará un estudio riguroso sobre las muestras recolectadas de la sección desde 1916 hasta 1939, así como una mirada contextual de la época, herramientas clave en el descubrimiento de la feminidad en la revista. El presente proyecto está dedicado a la inspiración del traje, a su inmenso poder comunicativo en sociedad, a la pasión por la moda y su capacidad de dar cuenta del pasado y al tesoro histórico que se esconde en las antiguas páginas de “Elegancias”.

Cordialmente,

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REGLAMENTO DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

ARTÍCULO 23

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Tabla de Contenido

Agradecimientos……….2

Introducción………....5

Capítulo 1: Trazando una mirada teórica……….…….…..9

1.1 La producción de sentido desde Eliseo Verón………..….….9

1.2 Las categorías analíticas………..……..….14

1.3 La importancia de mirar hacia el pasado………….……...22

1.4 El componente metodológico……….…25

Capítulo 2:Las Elegancias: la mujer de 1916 al 1922………27

2.1 El nacimiento de las elegancias………….………..…28

2.2 La Bogotá del pasado………....34

2.3 Tiempos de guerra………..47

2.4 La guerra como inspiración artística………..…57

2.5 Aires de revolución……….62

Capítulo 3: - La Mujer Moderna y el Estilo Garçonne: 1922 a 1930………….….73

3.1De la mujer Parisina a la mujer moderna…………..……..74

3.2 La transición hacia la modernidad y las reivindicaciones sociales………...88

3.3 El estilo moderno……….……….……...93

- Capítulo 4. La era de Hollywood y un nuevo estilo de mujer: 1930-1939…101 4.1 La Bogotá de los 30`s……….…….101

4.2 Las tendencias globales de los treinta……….107

4.3 Aires de guerra……….…...…...114

Capítulo 5: La mujer representada en la revista Cromos 1916-1939………...126

5.1 Tipo de fotografía ……….…....127

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5.3La pose de la mujer Elegante……….…...136

5.4Términos Étnicos………..140

5.5Modalidad Informativa………………..…………..…...145

5.6Calidad del lenguaje utilizado en Elegancias………....146

5.7 Geografía de la voz……………....149

5.8La distancia narrativa………...151

5.9Relación Imagen-texto……….…...153

5.10 La variación en el cuerpo y la moda………....…155

Conclusiones……….158

Bibliografía……….…….…………..……161

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11 Introducción

Resulta fascinante observar la evolución que ha dejado el paso del hombre en el mundo. Su continuo crecimiento, sus costumbres, sus formas de relacionarse, sus deseos y ambiciones, sus conflictos tanto internos como externos, y la forma como decide llevar a cabo su vida, son elementos que durante décadas han quedado impresos en los libros de historia. Y aunque el paso del hombre por este mundo inestable no ha sido fácil, sus determinaciones y arduo trabajo lo han llevado a convertirse en una especie superior. Pero aún más interesante sería analizar el recorrido de un personaje que ha acompañado, desde los inicios de la humanidad, al hombre en su búsqueda de perfección y estabilidad. La historia de la mujer, su trayectoria y su transformación materializada en productos comunicativos han sido los elementos básicos que han inspirado este trabajo de grado.

Comprimidas por sociedades prohibitivas, relegadas a unos cuantos oficios y destinadas a estilos de vida limitados, la mujer, que podría decirse nace bajo un género en desventaja, también ha tenido su lucha, ha buscado salirse de los parámetros sociales que durante años han establecido su felicidad y, sin permiso de nadie, ha buscado su propio rumbo. Es precisamente este deseo de protagonismo, esta continua lucha, la que ha inspirado una observación detallada sobre las representaciones de las mujeres en publicaciones tan antiguas como la revista Cromos y su sección Elegancias, la cual nace con la primera edición de la revisa en 1916. Elegancias, un espacio reservado a los menesteres de las mujeres, retrata entre sus líneas, un perfil muy definido de esta primera mujer que leyó las páginas de Cromos a principios de siglo y, que con el paso del tiempo, se fue transformado a la par de la sección.

Elegancias se caracterizaba por ser una sección que tenía como target al público femenino del momento. Un espacio dominado completamente por los dictámenes de las columnistas: Madame Valmore, Francette y Jacqueline en términos de modas, refinamientos, clase y virtudes que debían acompañar a las mujeres de bien. Toda una cartilla de comportamiento convertida en publicación semanal, en donde se educaba a la mujer colombiana no solo en términos de elegancias y estilos, sino en los comportamientos y modos de ser que se importaban desde el epicentro de la refinación, el cual para la época tenía un acento francés y se hacía llamar Paris. Las Parisienses son el ejemplo, son el futuro, encarnan todas las virtudes y la gracia que toda mujer debe llevar para ser considerada elegante. Con el paso de los años este epicentro cambió y con él, el discurso de feminidad, un recorrido que se verá representado en el presente análisis.

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de Eliseo Verón y su “semiosis social”, un elemento básico y fundamental que dio vida a este trabajo. Como se detallará en su momento, dicha teoría servirá como una lupa en búsqueda de unas huellas sociales determinadas, enmarcadas dentro de un producto comunicativo que permitirá crear el perfil de la mujer representada en Cromos y, muy posiblemente, aquella mujer que viva en Bogotá desde 1916 hasta 1939. Consecutivamente y dentro de este mismo capítulo, el lector se encontrará con las debidas categorías de análisis que se vieron materializadas en la matriz construida para el abordaje de la sección a lo largo del periodo de tiempo establecido. Así mismo, se hará una breve explicación sobre el posible aporte de este trabajo en las áreas de estudio que enmarcan el tema de la representación de las mujeres en publicaciones de principios de siglo, así como la importancia de abordar el tema de la moda y la estética como huella social. Éste capítulo finaliza con el abordaje metodológico con el que se llevó a cabo el análisis de la sección Elegancias de Cromos, así como los diferentes módulos que componen la matriz de análisis.

El lector también querrá saber cuál ha sido mi interés por esta época determinada y el periodo de tiempo seleccionado para el análisis, razón por la cual debo aclarar mi fascinación por la época eduardina, en donde no solo la indumentaria de las mujeres era todo un espectáculo pues una dama que se respetase jamás debía presentarse en sociedad sin encarnar todos los elementos de la perfección, sino que además, el tener acceso a una publicación tan antigua y poder leer lo que estas mujeres alguna vez leyeron y aplicaron para su vida, resulta, para mi apetito académico, un escenario simplemente encantador.

Adicionalmente y, en base a la búsqueda inicial de publicaciones femeninas en Bogotá que tuviesen esta temporalidad específica y que además contasen con los elementos de la moda, el deber ser y el elemento discursivo que representa el modus operandi de la mujer de la época, solo la revista Cromos y su sección Elegancias cumplían con dichos requerimientos. En definitiva, Cromos estuvo presente en la época, ninguna otra publicación femenina alcanzó a sobrevivir o a publicar más de 100 números y, además, era una publicación que remonta al tema fundamental de este análisis, el cual se basa en entender el estilo de vida de las mujeres de la época, su posición social, y sus funciones por medio de elementos clave como lo son el traje y la moda.

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identidad. La moda es y será, un dispositivo histórico que da cuenta del cambio del hombre en sociedad, de su paso por el mundo y de la interacción con quienes lo rodean.

“Se trata de abordar pues la moda como un fenómeno comunicativo en sí mismo, que expresa y significa en tanto sus relaciones y que en esa multiplicidad de mezclas produce sentidos (…) el vestido como una materia de expresión que cambia y se revela dependiendo de las codificaciones que se establecen o que emergen en cada época, que se vincula y hace lazos con muchos elementos vecinos como la política, la medicina, la religión, las clases sociales, la civilidad y que en esas vecindades se transforma y se convierte en otro cuerpo y se transforma en virtud de otros enunciados.” (Gallón, pág. 9, 2006)

El segundo capítulo de este proyecto, titulado Las Elegancias: la mujer de 1916 al 1922 es un recorrido histórico en donde el lector encontrará un telón de fondo en donde podrá posicionarse en la época establecida y así, entender las influencias globales y locales que estaban produciendo un perfil de mujer determinado. Allí, se mostrará a la mujer que heredaba las costumbres del siglo XIX, una mujer refinada, antigua, muy apegada a las cartillas sociales, que controla su cuerpo y lo tapa y que ve en la elegancia la clase y el prestigio de la mujer parisina. De este capítulo en adelante, el perfil de la mujer será narrado haciendo referencia a un contexto más amplio que permita ver que estaba pasando en términos locales y globales no solo en aspectos de modas, sino en términos políticos, económicos y sociales. Esta contextualización tiene como objetivo proveer al lector un entendimiento mayor de la construcción de identidad de la mujer a partir de una mirada de la Bogotá y del mundo a comienzos de siglo XX.

Posteriormente, en el tercer capítulo titulado “La Mujer Moderna y el Estilo Garçonne: 1922 a 1930”El lector encontrará una narración que hace referencia a una serie de elementos globales, tanto artísticos como sociales, inspirados en el elemento de la modernidad que hacen nacer dentro de las cenizas de la mujer antigua un nuevo perfil de mujer que, aunque aún sometida a parámetros sociales, saborea ahora, un poco más de libertad. Este capítulo será el abordaje de la mujer hecha garçonne, una mujer que reta las barreras y las normas establecidas, una mujer que trasciende y cuestiona su posición en la sociedad y que además experimenta con su cuerpo y por ende, con las condiciones estéticas representadas en la moda del momento.

Finaliza este recorrido contextual con el cuarto capítulo titulado “La era de Hollywood y un nuevo estilo de mujer 1930-1939” en donde la entrada de la década de los treinta se ve

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alfombras rojas de Hollywood. Este capítulo intentará narrar el cambio en la estética de la mujer del momento que aún guarda el recuerdo de las banderas de la garçonne traducidas en libertad, pero que ahora se ve influenciada por la ferocidad de las mujeres fatales representadas en la pantalla grande que entallan un poco más sus cinturas y que ahora juegan con las geometrías y los volúmenes de los trajes.

Este recorrido histórico dejará ver sus frutos en el último capítulo, el cual puede considerarse como el corazón analítico del presente trabajo de grado. El cuarto segmento de este proyecto, titulado “La mujer representada en la revista Cromos 1916-1939”, presentará los resultados establecidos tras el muestro de la sección Elegancias desde 1916 hasta 1939. Allí, se llevó a cabo una lectura profunda del material, así como un análisis estratégico por medio del uso de la matriz elaborada para entender los diferentes elementos que componían y daban vida a la mujer de Elegancias a principios del siglo XX. Es preciso establecer que no todos los elementos de la matriz fueron plasmados en este capítulo, sino que por términos prácticos, se escogieron los elementos más representativos e importantes en la construcción de la mujer dentro del producto comunicativo. Dicho análisis dejó ver no solo las transformaciones de la mujer según los tres periodos de tiempo anteriormente descritos, sino que además presentó una variación en la sección como tal, la cual, a partir de 1934 fue condenada al recuerdo al verse remplazada por nuevos espacios de entretenimiento.

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15 Capítulo 1: Trazando una mirada teórica

El principal objetivo de este trabajo de grado se basa en analizar cómo la sección Elegancias de la revista Cromos, vista desde la temporalidad de 1916 a 1939, es capaza de reflejar por medio de elementos de análisis como la moda, la estética y elementos contextuales una representatividad específica de mujer. El presente trabajo busca encontrar la materialización de la mujer y del discurso de feminidad en Elegancias, por medio de una búsqueda profunda de un contexto social capaz de reflejar en los trajes y en la indumentaria, el significado de feminidad del momento.

Como objetivos específicos, se buscará identificar los cánones de la moda presentes en la sección Elegancias a lo largo de estos veinticuatro años de análisis. De la misma manera, se esperará entender la relación de estas publicaciones con las tendencias internacionales en materia de moda, estilos y representaciones estéticas. Así mismo, se observarán los valores asociados con la identidad femenina de Bogotá y su estrecha relación con el contexto sociocultural y sus posibles conexiones con el contexto global. Finalmente se observará como estos elementos eran representados en publicaciones como Elegancias, la trascendencia de estos espacios en las audiencias y su poder a la hora de reproducir y reafirmar ciertos valores, roles y características asociadas a la feminidad.

1.1 La producción de sentido desde Eliseo Verón

Para Eliseo Verón, en su texto “La semiosis social” las producciones de sentido se encuentran inmersas dentro de una red, una red que se hace llamar “la red de la semiosis social”. De esta manera, la semiosis tiene que ver con la constante construcción de producciones de sentido en donde cobran vida los discursos sociales. El sentido como tal descansa en las formas como se establezcan los discursos sociales, los cuales tienen su origen en diferentes contextualizaciones históricas, en una serie de huellas sociales que se organizan de tal manera hasta construir toda una significación social. El escenario histórico funciona entonces como el telón de fondo de la construcción de sentido y es lo que permite que una sociedad definida logre generar lógicas de entendimiento.

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solo tiene una existencia potencias, que depende de lo que será más tarde. La red infinita de la semiosis social se desenvuelve en el espacio tiempo de las materias significantes, de la sociedad y de la historia.” (Veròn, 1996, pag 130)

Hay que tener en cuenta que, cuando se habla de discurso social, se está hablando de un elemento que envuelve el sentido, un elemento que dentro de sí lleva toda una carga simbólica creada por un marco social establecido. De esta manera, cuando se busca analizar un discurso social determinado, se está mirando entonces a las formas en las que se está desarrollando el sentido y, así mismo, la forma en la que el contexto histórico va dejando una huella social enmarcada dentro de este mismo discurso. Este elemento contextual, que lejos de ser estático se caracteriza por su linealidad y contante dinamismo, es un elemento que cambia con el tiempo, las lógicas de significación que eran posibles hace cien años, claramente no son las mimas de hoy, existe una variación en las condiciones socioculturales que permiten entender el mundo y sus significados de otra manera.

Sin duda alguna sería imposible intentar entender el discurso por sí mismo. Cuando se busca mirar un discurso en particular, quien mira dicho discurso busca entender las formas como quedan implantadas unas marcas, unas formas de ver y de decir de una época determinada. Verón se refiere entonces al sentido como producción discursiva, al momento en el cual estos elementos sociales se ponen en contacto, cuando el interpretante entra en juego con estos elementos simbólicos y se aproxima a la forma de ver al mundo en una temporalidad definida. Es allí en donde el sentido adquiere su componente comunicativo más alto. Es importante entender que, de por sí, el producto comunicativo no emite cosas, el texto es, gracias a dispositivos externos que atraviesan su composición. El producto comunicativo es un lugar en donde esos elementos quedan marcados, hay unas huellas sociales grabadas, razón por la cual quien busca estas huellas de producción de sentido, puede llegar a aproximarse a las lógicas sociales del pasado. Lo que hay que hay que preguntarse para poder entender estas formas de sentido, son los códigos referentes a una sociedad de pasado: ¿que quedó registrado sobre estas formas de vida sobre el documento o en el discurso elegido? ¿Cómo era forjada entonces la imagen del individuo? ¿Quién era y que expectativas de la vida en sociedad consideraban importantes?

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comprensible a sus lectores utilizando unas características de lo bello, de lo feo, de lo moralmente aceptado y de lo políticamente correcto. Sin duda se estarían considerando unas lógicas significativas que logran generar un impacto en las audiencias y que por ende, son acopladas como modus operandi. El discurso convertido en producto comunicativo tiene el magnífico poder no solo de establecer unas reglas sociales especificas entre sus audiencias, sino que además tiene la capacidad de moldear a los individuos, de corregir sus cuerpos, sus tendencias, sus placeres y las formas cómo éstos se definen a sí mismos en el mundo.

Estas formas de referirse al lector, es lo que Eliseo Verón llamaría entonces “El contrato de la lectura” es decir una serie de elementos enunciativos, escogidos por el lector mismo, que posibilitan el impacto del discurso dentro de la audiencia. Esta teoría se basa entonces en todos los agentes presentes dentro de la construcción de un discurso y, todos aquellos elementos que le dan vida; como el uso de ciertas palabras, el uso de estereotipos, de imágenes, formas de nombrar y representar. Sin el contrato de la lectura no existirá entonces un nexo, un vínculo con el lector que permita una continua reproducción del discurso que se busca transmitir.

“Así mismo, Eliseo Verón propone para comprensión de los sentidos sociales el concepto de “el contrato de lectura”, entendido como los mecanismos que posibilitan y hacen verosímil lo contado en el discurso. En un soporte de prensa, como en cualquier discurso, todo contenido es necesariamente tomado por una o múltiples dimensiones enunciativas, conjunto de elecciones que el escritor realiza en su discurso en torno a un tópico específico. El conjunto de las elecciones enunciativas constituye el “contrato de lectura” (…) “El contrato de lectura” permite hallar las huellas en las que el ejercicio simbólico toma vigencia para legitimar procesos y prácticas culturales, para poner a circular el sentido. Al construir “el contrato de lectura” lo que se visibiliza son las formas de producción del significado y las maneras de darle vigencia a ese significado dentro de las dinámicas de los discursos sociales” (Quiñones, 2011, pag. 25)

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En su tesis de maestría, “Sentidos sobre el cuerpo en la revista Cromos”, Harvey Murcia explica cómo la imagen, vista desde una publicación como Cromos, es un ejemplo muy claro a la hora de establecer este vínculo y este contrato de la lectura del cual nos habla Verón. La imagen se presenta entonces como un escenario simbólico de gran potencial ya que es capaz de representar, codificar y ejemplificar visualmente un ideal social definido ya sea de belleza o de elegancia. Es en la imagen entonces, en dónde el cuerpo cobra un nuevo significado, en donde el cuerpo es moldeado y creado con el único fin de brindarle una enseñanza al lector de cómo debe representarse en sociedad sus dimensiones y estándares, unas codificaciones determinadas que dan reflejo a las preferencias de la sociedad.

Dentro de este texto, Murcia hace referencia al autor Merleau Ponty, un autor que sin duda trae elementos invaluables para este trabajo de grado en donde se espera logar ubicar estas huellas sociales dentro de una representación definida de mujer. En su filosofía, Ponty considera el cuerpo como un elemento fundamental de la existencia del hombre y de su condición en sociedad ya que es por medio de éste que el hombre entiende y absorbe su percepción del mundo. El cuerpo es como el hombre se presenta en el mundo, es el elemento por el cual es admirado o rechazado, con él experimenta, siente y vive.

“Según Merleau-Ponty, llegamos a entender nuestra relación con el mundo a través de la situación de nuestros cuerpos física e históricamente en el espacio. «Lejos de ser meramente un instrumento u objeto en el mundo, nuestros cuerpos son los que nos dan nuestra expresión en el mismo, la forma visible de nuestras intenciones» (1976, pág. 5; la cursiva es mía). Es decir, nuestros cuerpos no son sólo el lugar desde el cual llegamos a experimentar el mundo, sino que a través de nuestros cuerpos llegamos a ser vistos en él. El cuerpo forma la envoltura de nuestra existencia en el mundo; la yoidad procede de esta ubicación en el cuerpo. Por consiguiente, para Merleau-Ponty, la subjetividad no es esencial ni trascendental: el yo está ubicado en el cuerpo, que a su vez está ubicado en el tiempo y en el espacio.” (“El cuerpo como cultura”, 2014)

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reconocimiento y es ahí en dónde se debe excavar para entender la producción de sentido de una sociedad. Cabe recalcar que, son estos discursos, reflejados en textos como revistas y publicaciones o productos comunicativos, los que dan forma y moldean el objeto de estudio para este caso en particular, es decir a la mujer de comienzos del siglo XX.

P (D) (D) R (D) Diagrama de Eliseo Verón sobre los elementos semióticos que

Componen el discurso.

(O)

El diagrama anterior supone que (D) es el discurso, P (D) designa las condiciones discursivas de producción, R (D) las condiciones discursivas de reconocimiento y (O) se entiende entonces como el objeto creado a partir del discurso mismo. Este diagrama, permite evaluar que en definitiva, la producción del sentido y, la creación del objeto como tal, dependen de una relación discursiva con elementos de producción y elementos de reconocimiento. El discurso no es en sí mismo, depende de estos elementos para sobrevivir y mantenerse vigente dentro de una sociedad. Así mismo, vale la pena entender que, estos elementos siempre se va a encontrar en un cambio constante, por lo cual para entender el significado de un discurso es necesario rastrear estas huellas sociales que permiten un entendimiento efectivo de la representación del sentido como tal. El objeto no existe por sí solo, depende de las lógicas de producción y de las lógicas de reconocimiento, depende de la red interdiscursiva que se da entre producción y reconocimiento. En definitiva, no hay un objeto único real, sino que éste es producto de la trama de una red interdiscursiva presentada en el diagrama. Harvey Murcia explica en su documento la explicación del grafico anterior de la siguiente manera:

“1. Toda producción de sentido está inserta en lo social y lo social en el sentido. 2. El sentido solamente es posible alcanzarlo desde las huellas que dejan sus movimientos. 3. Esas huellas siempre remitirán a otro discurso como elemento referenciado 4. El sentido será siempre escenario de movilidad en tanto la función que cumplan los dispositivos semióticos de la gráfica. 5. El sentido será interpretado desde unos marcos espacio-temporales que definen sus trayectorias y sus huellas.”

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20 1.2 Las categorías analíticas

A continuación se pretensarán algunas de las categorías calve a la hora de analizar las muestras de la sección Elegancias con el fin de intentar comprender la composición y moldeamiento de la mujer representada en la publicación desde 1916 hasta 1939.

1.2.1 La composición de feminidad

El concepto de feminidad, sólo es posible entenderlo cuando se establecen las características que componen un Agenciamiento determinado. En el caso del texto propuesto de Rafael Domínguez, este nos define una sociedad antioqueña de principios de siglo muy tradicional en donde el uso de faldas largas, colores oscuros, el tallaje del busto en las mujeres, el uso de cuellos largos y estampados correspondían a una ciudad atrasada y aislada. Con la llegada de la modernidad, la expansión tecnológica e industrial propició un cambio de mentalidad que dio paso a un cambio absoluto de los cuerpos femeninos. Ahora Las faldas cortas, la desaparición de mangas y la falta de tallaje demuestran una sociedad más activa, con mayor posibilidad de exponer y ostentar los trajes que se importaban desde Francia e Inglaterra

“Había aparecido un nuevo tipo de mujer, el nuevo ideal erótico fue andrógino, y las chicas se esforzaban por parecerse a los chicos lo más posible. Las curvas-el atributo femenino tan admirado-se ocultó completamente. Y como para dar el golpe final en su intento de masculinización, todas las mujeres se cortaron el pelo. (Laver, 1990, pág. 234)

Tanto Rendón, hablando desde Colombia, como Laver hablando desde un contexto internacional, confirman que en la temporalidad establecida (primeros treinta años del siglo XX) hubo un cambio estilístico mundial que transformó la figura de la mujer. La coincidencia de que las mismas tendencias que se usaban en Londres y París estuviera presentes en la Antioquia de la época, se basan en el ejercicio de importación de no solo materias primas sino también de moda;

“Entrado el siglo, cuando algunos acaudalados copiaron la cultura francesa en algunas aspectos de la arquitectura y el estilo de vida, del mobiliario y el vestir llegaron a manos de viajeros y comerciantes artículos como: pieles, sombreros, zapatos, corsés, interiores, adornos, guantes y revistas de moda de Francia, España e Inglaterra”. (Domínguez, 2004, pág. 66)

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estudio de las tendencias extranjeras tiene mucho que decir del desarrollo social de Medellín y tal vez de Bogotá, si es que las modas paisas tuvieron impacto en las bogotanas o si las elites de la capital también traían sus vestimentas desde el extranjero.

“Antes de 1930, existía la costumbre entre los compradores (especialmente los Americanos) de adquirir una decena de ejemplares de cada modelo exclusivo de Paris y vendérselos a una rica clientela”. (Laver, 1990, pág. 247)

Aun así, gracias a la crisis del 29, los aranceles en las compras y transporte de las prendas subieron un 90% sobre prendas de modelos originales, lo cual, implica que una clase muy específica y reducida de Colombia podría tener acceso a la moda del momento.

“Sin embargo, las toiles, (es decir los diseños de tela de lino) no pagaban impuestos, por

lo que en todas partes se abastecieron de toiles para luego cocerlas.” Esto, permitía

entonces, un acceso a las tendencias de los carísimos modelos de Paris y Londres como una versión simplificada, hechos por los modistos locales. (Laver, 1990, pág. 247)

Para principios de siglo, la moda mundial sufrió grandes transformaciones. La primera década del siglo XX, se caracterizó por mujeres que usaban faltas largas, que entallaban sus cinturas, los sombreros ya no eran tan grandes pero conservan las plumas, también se usaban los corsés. La guerra y las crisis dieron paso a un cambio masiva de la moda, las faldas largas más que elegantes, eran ahora un estorbo y fueron cortadas y como se mencionó anteriormente la mujer se masculinizó dejando el tallaje y el corsé por siluetas más rectas.

“Entonces, a medida que la década iba llegando a su fin, las faldas de repente empezaron a alargarse de nuevo y la cintura volvió a su lugar normal. Era una moda que parecía decir <<se acabó la fiesta>>” (Laver, 1990, pág. 240)

1.2.2 La divinización de la mujer:

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revista Cromos que datan de 1916, la normativa fotográfica de la época se basaba en imitar las imágenes pictóricas de épocas pasadas, de buscar retratar con estas nuevas tecnologías las imágenes divinizadas e idolatradas de las mujeres y claramente de los escenarios en donde se mostraban. Hasta la década del treinta, la fotografía se había instaurado como una extensión de las representaciones artísticas que cumplían con el objetivo de poner a la mujer como una criatura delicada, angelical, perfecta, casi intocable:

“Durante la segunda mitad del siglo XX la fotografía en Colombia pasó de ser un pasatiempo lujoso y una novedosa herramienta técnica de la cual se valieron numerosos pintores colombianos a finales del siglo XIX y a comienzos del XX, para convertirse en nuevo lenguaje que utilizan no sólo los fotógrafos sino también los artistas que hacen de ella un valioso medio expresivo.”(“¿Se acabó el rollo?”, 2005)

A partir de esta tendencia, podría designar como categoría de análisis, la divinización en la fotografía que incluya variables como: la iluminación, las poses, los vestidos y los escenarios. Toda una puesta en escena para masificar el discurso de la mujer creada por los códigos normativos del momento. Otras categorías para llevar a cabo la muestra podrían ser: longitud del artículo, uso de palabras que describan o se dirijan con adjetivos de inferioridad hacia la mujer, tal como el que se observó en la muestra explicada anteriormente como: Sexo débil. Al mismo tiempo, sería necesario ver que tan frecuentemente se usan palabras que se referían la necesidad de la mujer de denotar delicadeza y sutilidad con sus prendas. Una categoría que considero vital para esta investigación es la de la constante necesidad de las mujeres bogotanas de parecerse a las mujeres de otros países para reflejar elegancia. Creo que esto serviría mucho para probar que sin duda el traje y la mentalidad estética del momento estaban marcados por las grandes casas de la moda internacional.

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que no se ha explorado en detenimiento y que podría recoger aspectos interesantes sobre la conformación de identidad femenina y su evolución a lo largo de 1916 a 1930 en publicaciones como Elegancias.

1.2.3 La moda como comunicación desde el Agenciamiento

El concepto de moda como forma de comunicación, es entendido por Angélica como una forma de transmitir una cultura determinada por medio de telas y formas.

“comprender moda y comunicación como fenómenos complejos que significan y determinan la cultura en máquina con otras disciplinas, con otros saberes. Era poder demostrar cómo el velo de lo banal que inunda la moda podría ser rastreado y entendido a través del ejercicio de cruzar la moda con otras modos de expresión contemporáneos.” (Gallón, 2006, pág. 7)

La moda se establece como un proceso comunicativo que da cuenta de cada individuo de una sociedad. En el caso del texto de Gallón, la moda representa las estratificaciones y diferencias entre la corte y las burguesías de la Francia del siglo XVI. En el caso de la presente investigación, la moda como proceso comunicativo pretende dar cuenta de una serie de características propias a normas culturales específicas. Así como lo menciona Raúl Domínguez

“Los trajes son portados y exhibidos por unos cuerpos que se hayan atravesados por ritos, normas, modelos, y cursos que los disciplinan, les imponen gestos, rituales y los involucran en una competencia por el estatus.” (Domínguez, 2004, pág. 33)

Todas estas características, han sido monitoreadas desde las grandes casas de la moda a lo largo de la historia y son fundamentales a la hora de analizar la problemática que nos ocupa.

El aspecto comunicativo de la moda, que permite el análisis de los aspectos sociales y culturales de un territorio determinado está representado gracias al concepto de Agenciamiento encontrado en la tesis de Angélica Gallón es definido por los filósofos Deleuze y Parnet en su texto “Diálogos” como:

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hombre-24

animal-objeto manufacturado; HOMBRE-CABALLO-ESTRIBO. Lo primero que hay en un Agenciamiento es algo así como dos caras o dos cabezas. Estados de cosas, estados de cuerpos; pero también enunciados, regímenes de enunciados...” (Deleuze y Parnet, 1977, pág. 80)

De esta manera, Gallón retoma la teoría de Deleuze y Parnet y define el Agenciamiento desde el vestido como:

“como una materia de expresión que cambia y se revela dependiendo de las codificaciones que se establecen o que emergen en cada época, que se vincula y hace lazos con muchos elementos vecinos como la política, la medicina, la religión, las clases sociales, la civilidad y que en esas vecindades se transforma y se convierte en otro cuerpo y se transforma en virtud de otros enunciados.” (Gallón, 2006, pag.9)

Derivados de la teoría del Agenciamiento, Angélica Gallón promueve otras dos teorías desde las cuales se analiza de una manera más profunda el impacto del entorno en la creación y clasificación de cuerpos. Allí se encuentran los términos; Agenciamientos Maquínicos de Cuerpos y Agenciamientos colectivos de enunciación. El primero, se basa en una observación

superficial de la forma como los vestidos son confeccionados

“Es posible ver la materia misma y analizar cómo sus formas, sus proveniencias y sus devenires también determinan lo que puede o no puede un cuerpo.” (Gallón, 2006, pág. 9)

Esto quiere decir el análisis de las telas, los colores, las fibras, el uso de materiales más caros que otros que determinan elementos específicos de quienes las usan. Este concepto de Agenciamientos Maquínicos de cuerpos, se basa en el análisis que acapara el estudio del comportamiento de los cuerpos Bogotanos a principios de siglo, es decir la estructura fisca de los vestidos en términos de telas, texturas, colores, y tendencias, elementos que como lo Gallón, “son codificaciones que transmiten efectos socioculturales concretos” (Gallón, 2006, pág. 9) y determinan la producción de enunciados referentes a un sociedad determinada.

Por otro lado, el Agenciamiento Colectivo de Enunciación, es definido como la producción

discursiva en la que los signos de una sociedad determinada se organizan y reorganizan en nuevas expresiones estilísticas.

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25

Además de ser una representación de discursos y cambios de racionalidades reflejadas en las prendas, este concepto se basa de una concordancia que se establece socialmente y que es aceptada por de forma integral por el entorno en el que el traje sea codificado.

Muchas veces estos aspectos discursivos emergentes en sociedades tradicionales son fundamentales para abrirle paso a la moda que, conjuntamente, ha acompañado al hombre en todas sus variaciones y cambios de mentalidad. Esto, es precisamente el objetivo de mi investigación, ver, no de manera global como lo hizo Gallón con la moda internacional, sino de una manera más local, entender nuestras propias transformaciones como Bogotanos y por ende el protagonismo que ha tenido la moda como medio de comunicación de dichos cambios.

1.2.4.La moda como comunicación desde la identidad

Para acompañar el concepto de Agenciamiento, también es importante analizar el concepto de Identidad, para lo cual María Rosa Noda, en su texto “Una nueva moda” provee varias teorías relacionadas con la forma en la que la moda refleja gustos y formas de pensar. Términos como “La tendencia a la imitación”, en donde el llegar a ser como otros que gozan de un estilo o de una elegancia en particular, crea factores decisivos en la conformación de identidad. La autora define al vestido como

“Una expresión más de nuestra forma de ser, porque al escogerlo buscamos en él una cierta identificación. Las palabras, los gestos, la ropa exteriorizan nuestra manera de ser, constituyen un reflejo, una sombra, de lo que realmente es sustantivo en el ser humano, su espíritu”. (Noda, 2005, pág. 29)

Se podría decir entonces que la identidad está muy unida al concepto de Agenciamiento ya que es necesario un contexto sociocultural que defina ciertos aspectos fundamentales para definir la forma de actuar, pensar y por ende vestir de los individuos. En su tesis, por ejemplo, Angélica Gallón entiende a la moda, desde el contexto Francés del siglo XVI, como una forma de acentuar identidades. De delimitar la vida de las personas, por ejemplo, el hijo de carpintero, sería por cuna, eternamente carpintero. Su nacimiento y procedencia marcaban su futuro al mismo tiempo que su vestimenta confirmaba quien era, distinguiéndolo de los demás. Posteriormente, el cambio de mentalidades que llegó con el ascenso de la burguesía y por ende su poder adquisitivos tendría un acompañamiento masivo de la moda, que ya no se valdría de la cuna sino del poder económico

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26

Según el texto realizado por Luis Duch y Cales Melich “Escenarios de la corporeidad” el cuerpo es establecido como un elemento simbólico el cual se ve atravesado por diferentes elementos socioculturales. Durante siglos el cuerpo ha sido manipulado y moldeado según diferentes tipos de intereses, ha sido colonizado y liberado y se ha convertido en un elemento más de mercantilización. Un ejemplo de esto fue la “demonización” del cuerpo establecida durante el siglo XVII en donde se promovía un repudio total a las funciones normales de la corporalidad y la aniquilación del deseo mismo. Por otro lado, también se encuentra el elemento del carnaval, que a diferencia de la opresión, permite una liberación absoluta del individuo, éste trasciende sus sentidos y experimenta y vive al máximo su cuerpo, es una oportunidad en la que el hombre tiene la capacidad de expresarse por completo.

De esta manera, el cuerpo tiene la habilidad de reproducir el orden social establecido en una escala menor, tiene la capacidad de mutar y variar según las transformaciones sociales que ocurran en su entorno.

“David Le Breton ha subrayado el hecho de que el cuerpo humano no es una realidad inmutable, sino que, constantemente, se ve obligado a interpretarse porque, de una manera radical, es y nunca puede dejar de serlo, capax symbolorum. A partir de esta

disposición simbólica (interpretativa) se ve interpelado a interactuar innecesariamente con las construcciones sociales, religiosas, políticas y culturales que imperan en una determinada sociedad. No tendría que olvidarse que allí donde el símbolo es reconocido como tal-y eso es un atributo exclusivo del ser humano-hay cambio, metamorfosis, trayecto.” (Mèlich, 2005, pág. 247)

En este texto, los autores definen dos elementos cruciales para entender las dinámicas corporales y, al mismo tiempo los elementos externos que en él inciden. La corporeidad, es establecida como la forma en la que el cuerpo se ve influenciado, lo que el individuo decide hacer con el mismo, es la identificación de ese cuerpo, la forma como es atravesado por condiciones simbólicas. La corporalidad, en cambio, será entonces la forma como esa identidad se ve representada en la materia, su presencia física en el mundo.

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Sin duda este elemento es clave para poder descifrar el tipo de mujer que era representada en la sección Elegancias de Cromos. La moda es, entonces, un elemento que hace parte de la creación de la identidad de la mujer representada en este tipo de publicaciones femeninas. Desde principios de siglo, la indumentaria, era un elemento que caracterizaba a las personas por clase y estructura social, era lo que determinaba la elegancia y la rectitud del individuo, lo clasificaba y lo posicionaba en referencia a los demás. Los mismos manuales de comportamiento presentes a principios de siglo dictan una corporalidad muy definida, sobre todo para las mujeres. Zandra Pedraza, en su estudio “En cuerpo y alma”, muestra la forma en la que las mujeres de finales del siglo XIX debían obedecer a una serie de reglas morales y sociales que, de cierta manera, estructuraban su forma de ser, de actuar, de vivir y de existir en un mundo diseñad estrictamente diseñado para el género masculino:

“La esposa debe parecer siempre agradable y bien vestida a los ojos del hombre y el público. Soledad Acosta de Samper concedía un gran valor al aspecto: para evitar parecer lo que no se es ante los hombres y sobre todo, para no despertar dudas sobre la posición social. La mujer tiene que saber que el vestido es el espero de los nombres sentimientos femeninos y que el desaseo denota bajeza de sentimientos. Igualmente debe guardar compostura y moderación al hablar. , manifestar serena alegría, no intimar con hombres…” (Pedraza, 1996, pág. 63)

La mujer, es y existe en virtud de los demás. Ella vive y se representa solo para ser observada por un mundo que critica hasta el último detalle de su indumentaria. La mujer Bogotana tardará mucho tiempo en empezar a vivir para sí misma en lugar de aparentar felicidad y compostura para quienes la rodean. Según estas normas sociales, la corporeidad dicta que la mujer es un ser lleno de gracia, sensible, moldeable, sutil, maternal, amorosa, correcta y sobre todo, dedicada a su marido. Esta corporeidad se verá evidenciada entonces, en su indumentaria, en su corporalidad, en los vestidos que ésta primera mujer escoge llevar, en los materiales, en los colores, una serie de elementos socialmente establecidos, que, con la ayuda de elementos como la sección Elegancias, estos valores morales serán materializados bajo el significado de belleza, refinamiento y distinción señorial.

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la transición en las formas y en los códigos culturales que determinaban el elemento de feminidad y elegancia.

1.3 La importancia de mirar hacia el pasado

Pretender explicar específicamente la historia de la identidad femenina es una tarea difícil. Aun así, es válido proponer un acercamiento desde una mirada diferente como el uso de los trajes, para intentar entender el desarrollo social de las mujeres bogotanas a principios de siglo. La ropa, puede ser reconocida como un factor más que confirme el rol que la mujer desempeñaba en dicha época, sus deberes, sus derechos, los límites morales que se imponían y por ende la normativa socialmente aceptada de los bogotanos en torno a la corporalidad femenina. En este sentido, la sección Elegancias se presenta como un escenario perfecto en donde este elemento estético será analizado.

De la misma manera, el intentar reconstruir la vida y la feminidad de una época pasada requiere, como ya se ha mencionado anteriormente, de un mapa detallado de lo que sucedía en términos contextuales para cada momento histórico. Es físicamente imposible devolver el tiempo y posicionarse en los años de principios de siglo con el fin de entender el mundo, el pensamiento y las formas ver el mundo de la sociedad Bogotana. Es por esto que, valiéndose de historia y de lectura esta visita al pasado resulta mucho más fácil, teniendo elementos contextuales y rastrándolos en los productos comunicativos mismos, resulta mucho más coherente intentar entender el modus operandi de una época pasada. Este elemento ha hecho fundamental éste trabajo de grado y ha permitido un acercamiento mayor al objeto de estudio que para este ejercicio en particular, se basa en el entendimiento de la construcción de la mujer representada en Elegancias.

Sin duda, principios de siglo es un espacio cronológico interesante ya que era un momento en el que se podían considerar factores característicos de la sociedad bogotana como: el machismo extremo, la inexistencia absoluta de la mujer como ente activo y perteneciente a la sociedad, la mujer relegada a la vida doméstica y entregada a la voluntad de los hombres, y posteriormente un leve reconocimiento de la posición de las mueres en la década de los treinta. Bajo este panorama, la moda entra a jugar un papel fundamental en la representación de estas identidades y se muestra como una evidencia de las transformaciones que se llevaron a cabo de forma conjunta con los valores sociales de Bogotá.

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poesía y literatura romántica. Al mismo tiempo había referencias sobre la vida social y las primicias Europeas.

“Estas publicaciones siguen comprendiendo un surtido de temas que incluyen relatos históricos, cuadros de costumbres, noticias de la vida social local, de adelantos o novedades logradas en Europa. Lo nuevo qué tienen en comparación con los anteriores es el empeño por ampliar el campo en el que la mujer se podía desenvolver. Le prestan un poco más de atención a los temas que se consideraban directamente relacionados con ellas, tales como: artículos sobre la historia de la mujer en la civilización, galerías de mujeres notables en la historia universal, artículos para promover la educación moral y religiosa del sexo femenino, comentarios sobre la situación de la mujer contemporánea. Estos periódicos estaban concebidos, y los títulos lo sugieren, como lecturas para la mujer, para el hogar, para la familia. Por eso había algunas secciones con consejos prácticos sobre economía doméstica, el cuidado de los hijos, higiene, recetas de cocina, o sobre posibilidades de industrias domésticas.” (“Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer”, 1990)

Vale la pena destacar que desde principios de la década de 1910, las publicaciones femeninas empiezan a dividirse en dos grupos: aquellas supremamente religiosas, principalmente publicadas en el departamento de Antioquia, que imponían una moral muy definida sobre el rol de la mujer en familia y en sociedad como lo fueron: “La familia Cristiana” editada por el apostolado de Medellín que duró desde 1906 a 1932, “El hogar católico” de 1907 a 1914 dirigido por la Junta Central de la Doctrina Cristiana en Bogotá y “Antioquia por María” otra revista Antioqueña con altos valores religiosos. El otro grupo de revistas femeninas eran aquellas que empezaban muy levemente a cuestionar la función de la mujer, cuestionando nuevos horizontes de incidencia de este género además de la familia y el hogar.

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Sin embargo, para la década de los veinte, surgieron publicaciones un poco más polémicas respecto al papel femenino en sociedad como “El hogar” de Ilva Camacho, conocida por utilizar un “tono varonil” a la hora de habla abiertamente sobre las funciones de la mujer. Aun así, esta publicación y las que se dieron conocer en esta temporalidad como “Letras y encajes” tenían un contenido variado con temas de cocina, educación de los hijos, noticias nacionales e internacionales y artículos referentes a la evidente desigualdad entre hombres y mueres. Otras publicaciones parecidas a estas, quisieron ser una guía para la “ama de casa moderna” que según el contexto, se refería a:

“Aquellas mujeres que supieran por igual de literatura que de culinaria, manejo de ropas y crianza de los hijos. Pero todo esto dentro de una orientación cristiana, que a veces resultaba bastante rígida. En noviembre de 1936, por ejemplo, se publicó un artículo sobre las mujeres de la Acción Católica, de quienes dice que tienen sobre sus hombros la responsabilidad del comportamiento moral de la sociedad. Asume que ellas conforman una especie de "falange femenina del ejército valeroso de los cristianos". (“Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer”, 1990)

Solamente hasta la década de los treinta, empieza a darse una actitud más agresiva en cuanto a la ignorancia y las pocas posibilidades de las mujeres en la sociedad colombiana. Cabe añadir, que como contexto internacional los movientes sufragistas ya estaban en gran auge y sin duda tuvieron un impacto en este tipo de publicaciones. La “Revista femenina al servicio de la cultura” publicó en su número 111 de 1935:

"Tenemos que trabajar lo mismo que el hombre, pero no contamos con elementos propios. Cuando las leyes hablan de obligaciones y deberes, se nos aplican con el mismo rigor que a los hombres, pero cuando habla de derechos y ventajas, pocas, muy pocas, se refieren a nosotras (...). No somos ciudadanas porque carecemos de los derechos que constituyen la ciudadanía. No podemos elegir ni ser elegidas, ni desempeñar cargos públicos; no podemos dictar leyes, pero estamos sometidas a ellas (...). Cuando solicitamos el derecho al voto se arguye que sería un arma terrible en nuestras manos y tienen razón, porque carecemos de criterios propios (...) es necesario estudiar y mejorarnos". (“Las publicaciones periódicas dirigidas a la mujer”, 1990)

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forma de “moralizar a la sociedad”. Además de esto, la mujer debía representar una figura angelical, intocable, pura, y muy relacionada con la Virgen María lo que le permitió reclamar, según Catalina Reyes en su texto “Cambios en la vida femenina en la primera mitad del siglo XX”, “El trono del hogar” a cambio de la fidelidad a su familia, y de practicar virtudes como la castidad y la abnegación. El poder ver todos estos aspectos reflejados en una publicación de vieja data como Elegancias es sin duda un elemento histórico y analítico invaluable.

1.4 El componente metodológico:

Con el fin de realizar un análisis de la representación de la mujer vista en la sección Elegancias de la revista Cromos, el presente análisis, basado en la teoría de Eliseo Verón sobre la búsqueda de los códigos de producción y reconocimiento para la elaboración del sentido, hará un barrido de la sección desde 1916 hasta 1939.

Con base a esta temporalidad, no solo se buscará crear un telón de fondo en donde el lector pueda observar un contexto histórico, un elemento contextual que sirva como una lupa a la hora de buscar estas huellas sociales tan indispensables para comprender la producción de sentido en Elegancias, sino también se elaborará una matriz de análisis para cada muestra recolectada. Estas muestras, que van desde 1916, momento en el que la revista Cromos liberó su primera edición, hasta el año 1939, es decir será un periodo de tiempo en donde se evaluará el valor de la feminidad, la elegancia y la moda en tiempos de entreguerras.

En total, se buscará entender la forma como la representación de la mujer mostrada en una sección exclusivamente para mujeres como lo era Elegancias, se fue transformando con el paso de los años hasta llegar a 1939. Con esto en mente, se llevará a cabo una recolección del muestreo capturando una revista por cada uno de los 24 años a analizar y, al mismo tiempo rotando los meses de análisis conforme cada año. Por ejemplo, la primera muestra data de Enero de 1916, la segunda muestra data de Febrero de 1917, la tercera muestra data de Marzo de 1918 y así sucesivamente hasta llegar a 1939. En la siguiente tabla se detallará específicamente la selección del muestreo:

Número de

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1 Enero de 1916

2 Febrero de 1917

3 Marzo de 1918

4 Abril de 1919

5 Mayo de 1920

6 Junio de 1921

7 Julio de 1922

8 Agosto de 1923

9 Septiembre de 1924

10 Octubre de 1925

11 Noviembre de 1926

12 Diciembre de 1927

13 Enero de 1928

14 Febrero de 1929

15 Marzo de 1930

16 Abril de 1931

17 Mayo de1932

18 Junio de 1933

19 Julio de 1934

20 Agosto de 1935

21 Septiembre de 1936

22 Octubre de 1937

23 Noviembre de 1938

24 Diciembre de 1939

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33

quinto modulo, titulado “Tipo de voces” buscaba generar una búsqueda del personaje que narraba la columna y su variación en el tiempo, la forma como se refería a las mujeres, su tono, y su geografía. El sexto modulo titulado “la mujer” buscaba adentrarse en el tipo de mujer que esta sección estaba buscando moldear por medio de su publicación, y sin duda alguna he aquí el corazón del presente trabajo de grado. Dicho módulo representa el perfil de mujer evidenciado para cada año y las variaciones encontradas en dicha representatividad. El último modulo, tiene que ver con elementos de modas y estilos. Se pretendía indagar en la preferencia en colores, texturas y modelos según el paso de los años con el fin de evidenciar el rol de la moda como una categoría de análisis capaz de dar cuenta de estas variaciones temporales y sociales.

En base a la teoría de este trabajo, se podría decir que, para el análisis de la sección elegancias y el descubrimiento del proceso de significación de sentido que moldeaba a la mujer de principios del siglo XX, partimos entonces de la obtención del discurso, que sería en este caso las muestras recolectadas. De esta manera, por medio de las lógicas de interpretación y reconocimiento, que en este caso sería el contexto histórico establecido para la época, se buscaran esas huellas sociales que estaban construyendo al objeto social dentro de la revista o, es decir al modelo de mujer establecido a principios del siglo XX. Se analizará no solo el transcurso del perfil de la mujer en la revista y su transformación a lo largo de los años sino que además se validará ele hecho de que los discursos sociales jamás son estáticos y que más bien varían según la temporalidad a la que se vean expuestos

Nunca se puede suponer que un discurso actual tenga el mismo valor simbólico que tenía en su lógica de producción. El presente trabajo parte de un análisis sin el objeto principal, el cual será redescubierto por medio del análisis de las lógicas de producción y las lógicas de reconocimiento, las cuales utilizadas como red, son capaces de reconstruir esas pistas históricas, que nos pueden hacen entender la forma como la mujer de principios del siglo XX era, no solo representada, sino además idealizada en sociedad.

Capítulo 2. Las Elegancias: la mujer de 1916 al 1922

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34

Buscar entender a Elegancias por sí sola, sin saber que estaba sucediendo a su alrededor, sería algo inútil. Para entender sus preferencias estilísticas y sobre todo sus ideales en términos de representatividad femenina, es fundamental excavar en los acontecimientos contextuales que nacían en Colombia y en los grandes epicentros de la moda y el glamur, que desde siempre, han sido motivo de imitación en el país.

El lector encontrará entonces el primero de tres capitulas contextuales que recorren tres momentos históricos clave, momentos que han sido seleccionados acorde con la temporalidad de análisis de la sección Elegancias. Este primer momento, que va desde 1916 a 1922, buscará analizar el espacio recorrido por esta mujer del pasado, la dama capitalina tan apegada a las reglas de la moralidad de principios del siglo XX, sus esferas y lo que sucedía a su alrededor. Quien lea estas líneas tendrá un telón de fondo, un escenario general, en donde podrá visualizar cómo era la Bogotá y el mundo a principios del siglo XX , cómo se tejía la vida social mientras la sección Elegancias era escrita y luego devorada por sus fieles lectoras.

2.1 El nacimiento de las Elegancias:

Para la primera década de 1900 un apasionado soñador llamado Miguel Santiago Valencia había salido de Colombia en dirección a Paris. Valencia era un hombre emprendedor, un visionario que amaba viajar, recorrer los rincones del mundo y conocer gente nueva. Y aunque era un viajero empedernido, su verdadero amor yacía en la escritura y en el periodismo, y así de regreso a la capital colombiana, buscó materializar en una realidad la inspiración que la capital francesa había generado en su alma de escritor. Su amor por el periodismo loa habría llevado a fundar, para 1916 de la mano de Abelardo Arboleda, una revista única, de corte Europeo pero que superase las audiencias del viejo mundo, un magazine ilustrado que reflejase todas las esferas de la sociedad por medio de fotografías de alto nivel e imágenes nunca a antes vistas en la historia Colombiana. Y el ideal de actualidad ilustrada dio paso a que para ese año de 1916, un amigo cercano de Valencia, el médico Martin Camacho, le diera el nombre de Cromos a la revista que pocos meses después sería devorada por el público Colombiano en menos de doce horas.

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Poema sobre la Primera Guerra Mundial escrito por Alejandro Sux. Revista Cromos, Enero 1916.

Y aunque la sección de “Bellezas nacionales” fue una de los espacios más reconocidos de la revista ya que resaltaba la belleza de las damas más importantes de la sociedad colombiana, la sección Elegancias, que aunque duró poco tiempo y fue transformada en nuevos espacios de farándula, también encarnó un momento histórico de la representatividad de la mujer en Cromos. Desde sus inicios, Elegancias siempre fue un espacio exclusivo, reservado y siempre dedicado a mostrar los perfiles más destacados de la sociedad Bogotana. Aunque con el paso del tiempo y con la evolución de la revista, Elegancias fue derivando en otro tipo de secciones, mientras duró, se guardó como objetivo principal el de enseñar a la sociedad Bogotana el deber ser de las damas, así como mostrar las principales tendencias y modas venideras exclusivamente desde las glamurosas calles de Paris.

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una sociedad respetable y sana. La publicidad, fue sin duda alguna, uno de los principales elementos utilizados a lo largo del siglo que ayudó a poner cada cosa en su lugar, posicionó a los individuos que componían a la Bogotá del momento dentro de un deber ser establecido y sin duda alguna, materializó los códigos sociales ya inmersos en la sociedad capitalina del momento. La mujer, entonces se veía representada en escenarios como el hogar, cuidando de su belleza, atendiendo la salud de sus hijos y buscando satisfacer las necesidades de su familia.

Publicidad en la Revista Cromos sobre las labores domésticas en 1927.

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La publicidad en calzado dirigida a las mujeres modernas de Bogotá en Revista Cromos, 1931.

Desde el siglo XIX y principios del siglo XX, la sociedad colombiana, libre de las ataduras de la corona, había designado unas nuevas fronteras no solo territoriales, sino además corporales. El sentimiento compartido de modernidad, había provocado una necesidad de inculcar desde las escuelas, los manuales de civilidad. Estas cartillas, lejos de incentivar la subjetividad de los individuos, buscaban, a todo lugar, reprimir lo vulgar y lo vergonzoso del cuerpo humano. Su único objetivo era educar a los cuerpos, taparlos, censurarlos, eliminar todo aquello con poder ruborizante y proteger a toda costa el debido comportamiento de cada uno de los géneros.

“El continente, es la forma particular de una corporalidad que revela el sentido del individuo en la sociedad. En la medida que impere como sentimiento que identifica los límites entre los correcto y lo incorrecto, el pudor inhibe la expansión subjetiva. El rubor, la incomodidad y el sentido de lo inoportuno o de lo inadecuado, expresan emociones que fuerzan al individuo a mantener su actuación dentro de los límites del continente.” (Gómez y Jiménez, 2011, pág. 144)

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incluso entrado el siglo XX fue “El Manual de urbanidad y buenas maneras” de Carreño. Según este y mucho otros textos como los de Soledad Acosta de Samper a finales del siglo XIX, que inculcaban los principios de la modernidad, las damas bendecidas por la buena educación y provenientes de una cuna privilegiada, tenían como principales reglas de comportamiento; El no pronunciar ningún tipo de vulgaridades, el no comer en la calle, el nunca pasarse de vinos en una reunión, evitar a toda costa comer una goma de mascar o masticar tabaco, entre otras acciones igualmente aberrantes que significaban el suicidio social inmediato:

“Subir o bajar de dos en dos, los peldaños de una escalera y gesticular con exageración. Igualmente censurable es tinturar la barba o los cabellos y que las mujeres fumen o se maquillen hasta transformar la cara en una máscara. (…) La limpieza es condición que no admite excusa y como siempre, las mujeres deben esmerarse todavía más al respecto.” (Pedraza, 1996, pág. 55.)

Pero la revista Cromos no había sido la primera Revista en reproducir los discursos de una modernidad determinada. Por las mismas fechas en las que llegaba a Bogotá la primera feria Internacional en la que los Bogotanos Castillo y Rosas trajeran, importado de Francia, el primer avión, no solo con el motivo de exhibirlo ante el público, sino con la intención de volarlo y así convertirse en los primeros Colombianos en rondar los cielos del país, nació en las entrañas de la casi campesina capital Colombiana, la primera revista que tenía como audiencia a las damas de la ciudad. “El Grafico” que emergió en 1910, fue una revista que en sus inicios buscaba darle un espacio a las elegantes modas Europeas que emergían. Dicha publicación inició con fotos variadas de las tendencias del momento y con breves comentarios sobre las costuras, formas, colores y pliegues de cada una de las prendas que las distinguidas damas del viejo continente usaban a diario. Posteriormente, la revista de moda, se convertiría además, en un espacio en el cual las mujeres de la época podían encontrar consejos para llevar una vida cotidiana agradable y, claro está, dentro de los límites moralmente aceptados.

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La portada de la Revista Vogue, cuando empezó su enfoque en modas y tendencias en 1910.1

Tras la muerte de Turnure en 1909, la revista fue acogida por un empresario y genio de la publicidad llamado Condé Nast, quien además de convertir la gaceta semanal en una publicación bimensual, no solo se aseguró de que los anuncios publicitarios mantuviesen viva a la revista sino que además, la convirtió en una publicación especializada de modas y principalmente dirigida al público femenino. Bajo la administración de Nast, Vogue se convirtió en una de las primeras publicaciones Americanas en repartirse internacionalmente. Para 1916, la revista Vogue había llegado a las frías calles de Londres y para 1924, ya estaba publicándose en Paris, epicentro de la moda hasta el momento y en donde las grandes casas del glamur lucían sus elegantes trajes y modelos. Y es que, desde su nacimiento, al igual que la revista Cromos o El Gráfico, Vogue se ha actuado como un filtro dentro de la sociedad del glamur, la elegancia y la moda y ha contado la historia de las tendencias y de los códigos sociales que cada una de las décadas ha dejado impresas en el traje.

“La historia de la moda alcanza a todos en su órbita. Va mucho, mucho más allá de los dobladillos, siluetas y colores. Estas intrínsecamente relacionada con hábitos sociales y

1

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