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Morton Feldman: Triadic memories; Piano;

Trio. Josje Ter Haar, violín. Job Ter Haar, violonchelo. John Snijders, piano.

Christoph Claßen, Christian C. Dalucas, Bernd Leukert, Werner X. Uehlinger y Bernhard "Benne" Vischer, productores.

Rüdiger Orth y Reiner Schwarz, ingenieros de sonido. Tres CDs DDD de 115:15 y 76:04 minutos de duración grabados en la Hessischer Rundfunk de Frankfurt

(Alemania), en marzo de 1996 y octubre de 2000. Hat Hut hat[now]ART 2-205 (Triadic memories) y Hat Hut hat[now]ART 155 (Trio).

Mundoclasico.com

lunes, 27 de noviembre de 2017

DISCOS

La brillantez del rojo cadmio

PACO YÁÑEZ

Cualquiera que en su discoteca cuente con una sección suficientemente representativa de la amplia fonografía del compositor norteamericano Morton Feldman (Nueva York, 1926 - Buffalo, 1987), verá ese apartado salpicado de un brillante rojo cadmio que se corresponde con los lomos de los minimalistas compactos del sello Hat Hut: la discográfica que, a día de hoy, cuenta con un catálogo más amplio y sólido dedicado al genio neoyorquino, uno de los compositores verdaderamente substantivos de la segunda mitad del siglo XX.

Lejos de ofrecernos un catálogo cerrado, Hat Hut no deja

de publicar nuevos compactos dedicados a Morton Feldman, así como de reeditar

volúmenes cuyas primeras ediciones -tal y como en anteriores reseñas hemos señalado- se cotizan en internet cual los tesoros discográficos que son. El pasado mes de marzo, dimos cuenta de la reedición en el sello suizo de dos de sus compactos feldmanianos de

referencia: los dedicados a Patterns in a Chromatic Field (1981), en la monumental lectura registrada en 1993 por Rohan de Saram y Marianne Schroeder (hat(now)ART 2-204), así como a For John Cage (1982), en la grabación de 1997 a cargo de Josje Ter Haar y John Snijders, miembros ambos del Ives Ensemble (hat(now)ART 160).

Con el pianista holandés John Snijders nos reencontramos hoy, pues el primero de los dos compactos que Hat Hut nos ofrece presenta una novedad en su prolija fonografía

feldmaniana, con sendas versiones exquisitas de dos piezas principales en el catálogo pianístico del neoyorquino (su instrumento por antonomasia), como lo son Piano (1977) y la inmensa Triadic memories (1981). La primera de ellas no pertenece aún al Feldman tardío (hacia el que conforma uno de sus vértices de transición); y, de hecho, es la única pieza puramente instrumental en un periodo en el que predominan las grandes formaciones orquestales, además de esa rara avis operística llamada Neither (1977), de la que también Hat Hut nos ofrece su versión de referencia (hat(now)ART 102). Piano es una obra

obsesiva (como la beckettiana Neither) y recurrente, que vuelve sobre sí misma en

patrones que se reexponen creando una angustia existencial no menor que contrasta con los desarrollos a largo plazo de las partituras para piano de los años ochenta. La lectura de John Snijders incide en esas características, siendo una de las más articuladas en corto de la discografía, algo que la personaliza sobremanera frente a interpretaciones que enfocan este

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Feldman de 1977 con criterios que diría más propios de la siguiente década. Así, frente a los 29:41 minutos que Markus Hinterhäuser emplea en su versión para col legno (WWE 1CD 20070), o a los 31:35 de Sabine Liebner en Wergo (WER 6747 2), Snijders se queda en 25:22 minutos que hacen que se comprima la vida de estos patrones sonoros de forma aún más compacta que en su vaporización acústica en partituras subsiguientes; acercando al pianista holandés a la también soberbia versión de Roger Woodward para el sello

Etcetera (KTC 2015), con sus 26:36 minutos de duración y una tensión más acerada.

Análoga situación se da en la pieza para piano más extrema de Morton Feldman, Triadic memories, si bien aquí se amplían sobremanera las diferencias, pues véanse los ejemplos en cuanto a minutaje dentro de la generosa discografía de esta pieza:

60:18. Aki Takahashi (ALM Records ALCD-33).

67:04. Anton Batagov (Long Arms Records CDLA 03049).

73:59. Jean-Luc Fafchamps (Sub Rosa SUB CD012-35).

80:46. Steffen Schleiermacher (MDG 1521).

87:33. Roger Woodward (Etcetera KTC 2015).

89:47. John Snijders (Hat Hut hat[now]ART 2-205).

93:48. Marilyn Nonken (mode records 136).

99:24. Pascale Berthelot (La Buissonne YAN.001).

100:30. Markus Hinterhäuser (col legno WWE 2CD 31873).

124:09. Sabine Liebner (Oehms Classics OC 510).

Es decir, un rango de más del doble de duración entre la versión más corta y la más larga.

Además de las propias decisiones interpretativas que la música de Morton Feldman

posibilita (con una especial ambigüedad en el caso de Triadic memories), nos encontramos con dos aspectos fundamentales que determinan un abanico tan poco habitual en una obra, al fin y al cabo, no abierta: por un lado, el compositor no incluyó los metrónomos en su partitura manuscrita (si bien, como en la mayor parte del último Feldman, se corresponden con un abanico entre 63 y 66, tal como indica Christopher Fox en sus notas al compacto);

por otra parte, el manuscrito original incluye una serie de compases que deben ser repetidos en diversas ocasiones (lo que conectaría estructural y estilísticamente Triadic memories de forma más estrecha con Piano), si bien la primera edición de la partitura obvió estas

indicaciones.

A mayores, Morton Feldman había estipulado una duración de Triadic memories en torno a los noventa minutos, algo que situaría a las versiones de Roger Woodward, Marilyn

Nonken y John Snijders como las más cercanas al ideal del compositor. El hecho de que Snijders utilice la partitura manuscrita le ayuda a ser la opción más coincidente, además de

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realizar todas las repeticiones señaladas. El propio Feldman, por ejemplo, no estaba de acuerdo con la velocidad que Aki Takahashi imprimía a Triadic memories, a pesar de que la japonesa es una de las pianistas cuyo uso resonante del pedal inspiró la composición de una obra en la que el piano nunca se silencia, ya sea por el suave ataque en el teclado, ya por un manejo del pedal que potencia extensivamente las reverberaciones. Roger

Woodward, que estrenó en Londres la partitura, sería el otro pianista cuyo estilo y ataque influyó a Feldman en su composición, de ahí que su lectura (hasta ahora la más

cronométricamente precisa) sea de obligado conocimiento (aunque se trate de un disco descatalogado no siempre sencillo de encontrar). En todo caso, y más allá de una duración u otra, cualquiera de las versiones antes listadas es digna de ser escuchada: qué decir, de la velocidad de crucero de Takahashi (aunque en la duración final no sea todo celeridad, sino también la antes citada ausencia de repeticiones), tan extraña y sorprendente si uno está habituado a una Liebner o a un Hinterhäuser: una de mis lecturas predilectas, por el

delicado esfumado del pianista italiano en cada nota, perdidas entre los ecos del piano cual si se adentraran en las nubes de color de los campos pictóricos rothkianos. Mientras,

Snijders, además de las cuestiones de tempo, repeticiones y duración hasta aquí

mencionadas, destaca -como en Piano- por su cuidadosa articulación, por esculpir cada nota del piano con un relieve cálido y preciso; algo a lo que ayuda en gran medida la excelente grabación de este doble compacto en la Hessischer Rundfunk de Frankfurt. Por tanto, un nuevo enfoque sobre una partitura tan bella y sugerente como Triadic memories, a cuya definición interpretativa Snijders aporta una mirada que diríamos central y fiel al texto feldmaniano; siendo, por tanto, una edición muy recomendable.

El segundo lanzamiento de Hat Hut que hoy reseñamos es una reedición: la versión que en marzo de 1996 grabaran Josje Ter Haar (violín), Job Ter Haar (violonchelo) y John Snijders (piano) del Trio (1980) de Morton Feldman. Registro publicado en 1997 (cuya edición de 2.000 ejemplares hace años se encontraba descatalogada), estamos ante la primera

grabación mundial de la partitura; de ahí, su valor histórico, reforzado por tratarse de una lectura del Ives Ensemble: uno de los conjuntos que más estrechamente colaboró con el compositor norteamericano en sus últimos años de vida.

El Trio feldmaniano es una obra compleja y difícil. Para Art Lange -en sus magníficas notas en la primera edición de este compacto- es una obra marcada por el universo de Samuel Beckett, en el sentido de que los instrumentos parecen establecer monólogos en paralelo, sin darse una verdadera conexión entre ellos: roto cualquier puente comunicativo y humano. Tan sólo la ilusión de algún furtivo unísono quiebra ese ambiente enrarecido y ensimismado, cuyo propio comienzo -como también señala Lange- no parece propio de una obra musical, por su carácter deconstruido y la total falta de continuidad, desarrollo,

repetición o variación de los temas de violín y violonchelo de los que surge este Trio.

Partitura, por tanto, tan bella como extraña, parece que el mundo de la fonografía aún se sintiese receloso de sus dificultades e idiosincrasias, de ahí que apenas contemos con tres registros en el mercado (recuperado ahora el de Hat Hut con esta necesaria reedición). De nuevo, y como en buena parte de la discografía feldmaniana, la duración de las distintas versiones presenta diferencias acusadas (aquí no tanto como en Triadic memories), tal y como vemos a continuación:

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76:04. Josje Ter Haar, Job Ter Haar y John Snijders (Hat Hut hat[now]ART 155) 88:38. Kristina Radcke, Adelheid Schloemann y Albert Breier (NCA MA 96 12 824) 105:22. Marc Sabat, Rohan de Saram y Aki Takahashi (mode records 216)

Así, entre la más corta (precisamente la de Hat Hut) y la más larga hay una diferencia sustantiva (siendo la de mode records un 38% más larga que la del Ives Ensemble), aunque no superemos el doble de duración, como en Triadic memories. Es algo audible con

escuchar ya los primeros compases de las grabaciones más extremas: la apretada tensión del Ives Ensemble, tan desasosegante, en la que se percibe esa angustia y tensión que sí se dirían beckettianas, mientras que en la lectura de mode records hay un mayor

distanciamiento, así como más elegancia y espacio silente para las reverberaciones y auras.

Al no acerarse tanto los motivos musicales (además de que, por grabación, la escena acústica en la toma del estudio Teldex para mode es mucho más amplia), la versión de Sabat, de Saram y Takahashi es más relajada y agradable, además de técnicamente más discernible en cada uno de sus detalles: verdaderamente apabullante. Si pensamos en la duración de las grabaciones de Triadic memories por Aki Takahashi, y de Patterns in a Chromatic Field por Rohan de Saram, habría que pensar que es el dilatado concepto del tiempo feldmaniano que tiene el violonchelista británico el que ha primado en el registro de mode, con su amplio aliento y pausado esfumado.

En el extremo opuesto, John Snijders vuelve a ser fiel en el Trio al tempo que había caracterizado sus versiones tanto de Triadic memories como de Piano y For John Cage (tal y como dimos cuenta el pasado mes de marzo, al reseñar la grabación de este dúo en el piano del holandés, también la versión más rápida de las tres (junto con las de MDG y mode) que habíamos comparado). Sin embargo, aquí sí diría que la velocidad del trío del Ives Ensemble dificulta la transparencia de la obra; y, aunque dramatúrgicamente tiene ese viso de credibilidad que impone la cercanía al universo beckettiano (que tanto gravita sobre el Feldman de finales de los setenta), diría que, como en el caso de Patterns in a

Chromatic Field, en conjunto me quedo con la versión liderada por Rohan de Saram, que me parece la más monumental y subyugante de las tres antes listadas. Ahora bien, como extremo antitético en cuanto a planteamientos, así como para disponer de otro enfoque sobre una obra tan personal, la reedición de Hat Hut es de agradecer. De este modo,

podremos seguir dando salida a aquello que afirmábamos en nuestro anterior acercamiento al Trio feldmaniano: «Se trata de obras que exigen un lento paladeo, la atmósfera adecuada, el estado de ánimo preciso; pero cuando determinadas puertas se han traspasado, entonces es cuando la música de Feldman se adentra en nosotros, cual desasimiento del yo,

ocupándonos por completo, sin salida posible, tan sólo su comprensión como realidad más allá de un espacio y de un tiempo concretos».

Por lo que a las grabaciones se refiere, destaca especialmente la del disco de piano, con una calidez y una definición inmaculadas, aportando un realismo a los perfiles y resonancias del piano que inciden directamente en el sentido estilístico, muy especialmente, de Triadic memories. La del Trio, igualmente registrada en la Hessischer Rundfunk de Frankfurt, es muy notable, aunque no a la altura de la del disco de piano, y ni mucho menos de la

excelente calidad del registro de mode records (aunque en ese caso hablamos de una de las

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grabaciones técnicamente más logradas de la música de Feldman). Los ensayos que acompañan a los discos (como siempre en Hat Hut, parte del cartón que contiene al compacto) son realmente interesantes, tanto el de Christopher Fox en el disco de piano, como el de Art Lange en el del Trio. Por tanto, dos nuevas invitaciones del sello suizo para comprobar, en nuestras respectivas fonotecas, por qué es tal la brillantez del rojo cadmio.

Estos discos han sido enviados para su recensión por Distrijazz

© 2017 Paco Yáñez / Mundoclasico.com. Todos los derechos reservados

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