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Los Padres de la Iglesia en España

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Los Padres de la Iglesia en España

Situación editorial de la Patrística en el ámbito

cultural español

MANUEL DIEGO SÁNCHEZ

(Roma)

En la inauguración del Instituto Patrístico Augustinianum de Roma (4-5-1970) decía Pablo VI que "el retomo a los Padres de la Iglesia forma parte de aquella vuelta a los orígenes cristianos, sin la cual no sería fácil actuar la renovación bíblica, la reforma litúrgica y la nueva investigación promovida por el Concilio Vaticano II". Con estas palabras implícitamente reconocía que así como el pre-Concilio se caracterizó por una vuelta a los Padres en la teología europea (Danielou, De Lubac, Rahner, Congar, Von Balthasar), el post-Concilio debía seguir esa misma línea de recu-peración. Y el tiempo le ha dado la razón sobradamente, pues en la actualidad la obra literaria de los Padres sigue afianzando su presencia entre los estudiosos y, lo que es más interesante, también entre toda clase de cristianos (sacerdotes, religiosos, laicos, movi-mientos modernos ... ). El hecho de que el pensamiento de los Pa-dres hoy sea accesible a un lector medio -gracias a las traduccio-nes- significa que, cultural o teológicamente, el nivel se ha alzado bastante y que se siente hambre por este contacto vital de fe con testigos cualificados, como son estos autores de los primeros siglos cristianos.

En nuestro país contábamos con una modesta tradición de es-tudiosos patrísticos (J. Madoz, Z. Villada, D. Ruiz Bueno, 1.

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Ortiz de Urbina, Janini, A. C. Vega ... ) que se ha aumentado con-siderablemente en los últimos decenios. No sucedía 10 mismo en lo que toca a colecciones de textos patrísticos y, sobre todo, a traducciones que facilitaran y universalizaran la lectura l. Si se

tiene en cuenta la difusión de nuestra lengua (España y América), comparándonos al resto de países europeos (Alemania, Francia, Italia ... ), el panorama editorial era más bien pobre. Las explicacio-nes del fenómeno no son fáciles de dar, aunque es evidente que existe una relación estrecha entre tradición de estudios patrísticos y mundo editorial de los Padres. Uno no es posible sin el otro. Y es aquí donde, a nuestro parecer, se ha corregido bastante la situa-ción, sin olvidar que en nuestro país no existe el soporte de una tradición humanística fuerte, como en Francia (Ecole des Hautes Etudes, Sources Chrétiennes), Bélgica (Corpus ChristianolUm), Italia (Corona Patmm) , donde hasta existe en las universidades civiles la especialidad de "Literatura cristiana antigua" y hay ge-neraciones de especialistas que hacen escuela, los más de ellos laicos.

COLECCIONES DE TEXTOS PATRÍSTICOS

Aunque es previsible que ha de pasar mucho tiempo hasta conseguir una fuerte base científica y la consiguiente autonomía en este campo que, a su vez, posibilite una mayor divulgación, exis-ten signos de recuperación y de un creciente interés por la Patrís-tica. En alguna muestra de este revival nos queremos detener.

1. En el año 1986 se inician dos colecciones de distinto es-tilo, pero ambas preocupadas por acercar, mediante la traducción, la voz de los Padres a cualquier lector. La colección Ichthys, de las ediciones "Sígueme" de Salamanca y "Lumen" de Buenos Aires (Argentina), "sin pretensión técnico-crítica, ofrece al hombre de la

¡ Después de la Guerra Civil, en la década de los 40, comenzó a editarse por la

Editorial ASPAS, de Madrid, la colección Excelsa, en plan de divulgación, la cual no tuvo larga duración. En la misma década ha sido la BAC la que ha mantenido la llama patrística en España, aunque bastante disminuida desde los 80 para acá. La mejor consecución de la BAC, sin duda alguna, ha sido la edición bilingüe de San Agustín. Menos se ha comprometido en la patrología griega, quizá por la escasez de estudiosos españoles. Cf. J. MADoz, Traducciones españolas de Santos Padres:

Revista Española de Teología, 11 (1951), pp. 437-472.

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calle, al cristiano de a pie, fragmentos de aquella luz que vino de Oriente". En realidad, el proyecto va más allá de los PP. y se ha abierto a textos espirituales medievales, pero predomina siempre aquélla:

Nn. 1. La Tradición Apostólica, de Hipólito de Roma. Nn. 2. Apotegmas de los Padres del Desierto.

Nn. 3. La Filocalía de la oración de Jesús.

Nn. 4. El Espíritu Santo en la teología patrística, de C.

Granado.

Nn. 5. Catequesis y Liturgia en los Padres, de R. DomÍn-guez.

Nn. 7. Las verdades de la fe. Catequesis IV-XII, de Cirilo de Jerusalén.

Nn. 11. Textos cristianos primitivos: Documentos (PP. Apos-tólicos), Martirios.

Nn. 12. Exhortación al martirio. Sobre la oración, de Oríge-nes.

No siempre las ediciones tienen la misma calidad de versión y presentación; se notan las diferencias. Pero, en conjunto, coste, tamaño y hasta la misma presentación sencilla facilitan la lectura. Es una colección accesible y que no debe faltar en cualquier bi-blioteca de estudios religiosos; más, si cabe, para cuantos se de-dican a la catequesis -el tono más predominante en sus títulos-y a la formación en la fe cristiana.

2. Otro estilo preside la Biblioteca de Patrística publicada por la editorial Ciudad Nueva, de Madrid. En realidad no es un producto español, sino que traslada a nuestra lengua un proyecto italiano ligado al movimiento de los Focolarini, de Chiara Lubich,

Collana di testi patristici, de la que repite hasta la presentación tipográfica externa, aunque parece ha incorporado algún título nuevo que no existe en la italiana:

1. Comentario al Cantar de los cantares, de Orígenes.

2. Homilías sobre la Natividad, de Gregorio Nacianceno.

3. Las catequesis bautismales, de 1. Crisóstomo.

4. La Pasión de Cristo, de Gregorio Nacianceno.

5. Comentario al evangelio de Marcos, de Jerónimo.

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7. Meditaciones sobre la agonía de Jesús, de Máximo el Confesor.

8. Vida de María, de Epifanio el Monje.

9. La gran catequesis, de Gregorio Niseno.

10. Elogio de! maestro cristiano, de Gregorio Taumaturgo. 11. El Espíritu Santo, de Cirilo de Jerusalén.

12. La Unidad de la Iglesia, de Cipriano de Cartago. 13. Homilías mariológicas, de Germán de Constantinopla. 14. ¿Por qué Cristo es uno?, de Cirilo Alejandrino. 15. Homilías sobre e! evangelio de Juan, del Crisóstomo.

16. Catequesis para adultos, de Nicetas de Remesiana.

17. Homilías sobre el Exodo, de Orígenes.

18. Sobre la vocación cristiana, de Gregorio Niseno. No es una edición bilingüe, pero sí que es una traducción hecha sobre las mejores ediciones críticas, con la ventaja de estar casi siempre preparadas por especialistas en el autor. Aun estando destinada para el gran público, en introducciones, notas e índices mantiene un alto nivel de fiabilidad. Mientras mantenga esa vin-culación a la fórmula italiana, habrá seguridad de tener en nuestras manos un texto de calidad. Pero ya la elección de títulos que encontramos en la edición española refleja una cierta dispersión, cuando se debería dirigir hacia obras centrales y que hasta el presente están absolutamente ausentes de nuestra lengua. Por ejem-plo: sería bueno dar preferencia a todo el grupo de las homilías exegéticas de Orígenes, un conjunto que facilitaría el contacto con el maestro de la Biblia y de la espiritualidad cristiana.

La elección de un término medio entre edición crítica y popu-lar es el mejor aval para difundir con altura todo el patrimonio de los Padres. Y ciertamente que este movimiento cristiano y su editorial Ciudad Nueva están llamados a consolidar en España la misma preocupación divulgadora de los Padres que tiene en Italia. 3. La misma editorial Ciudad Nueva ha optado, además, por otra vía más científica, en la que no se excluye la edición bilingüe, y es la de proporcionar un medio científico a la investigación española coordinando las mejores fuerzas de ésta: Fuentes Patrís-ticas. Esta colección de textos "ofrecerá, además de la versión castellana, el texto original con introducciones y anotaciones en orden a una mejor comprensión de cada escrito. Se propone, así,

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I

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cubrir un vacío existente en el ámbito hispánico e imitar empresas similares realizadas en otros países europeos" (Presentación). La colección está dirigida por E. Romero Pose (Compostela), discípu-lo de Antonio Orbe, S.1., y en su comité directivo figuran: Juan José Ayán Calvo (Granada), Carmelo Granado Bellido (Granada), F. J. Martínez Fernández (Madrid), Marcelo Merino Rodríguez (Pamplona), Joaquín Pascual Torró (Valencia), Domingo Ramos-Lissón (Pamplona), Ramón Trevijano Etcheverría (Salamanca), Argimiro Velasco Delgado O. P. (Valencia). A juzgar por los dos primeros números y el plan de futuro, las expectativas no pueden ser mejores:

1. IGNACIO DE ANTIOQUIA, Cartas. POLICARPO DE ESMIRNA, Carta. Carta de la Iglesia de Esmirna a la Iglesia de Filomelio (= Martirio de Policarpo), 1991.

2. IRENEO DE LION, Demostración de la predicación apos-tólica, 1992.

3. Didaché, Doctrina apostolorum y Epístola del Pseudo-Bernabé. En preparación.

4. CLEMENTE ROMANO, Carta a los Corintios y Homilía anónima (= II Clemente). En preparación.

5. El Pastor de Hermas. En preparación.

6. CLEMENTE ALEJANDRINO, El Pedagogo. En preparación. Nos parece una opción valiente la de haber empezado por los primeros escritos de la literatura cristiana después del NT, los PP. Apostólicos, que la BAC había incluido hace tiempo en su colec-ción normal (núm. 65), edicolec-ción bilingüe de D. Ruiz Bueno y que sigue reeditando sin cambio alguno desde 1950, a pesar del evi-dente desfase de sus introducciones. Ahora, como en el caso de Ignacio de Antioquía, gracias a la introducción de 1. 1. Ayán Calvo se nos ofrece un panorama documentado de la interpretación de Ignacio en nuestro siglo. Mientras que la edición de la Epideixis, de Ireneo, de la que no tenemos texto griego, sino una antigua versión armena, nos ofrece la primicia de un aparato de notas filológicas y doctrinales de gran valor, extractadas de la investiga-ción patrística de A. Orbe por E. Romero Pose. De este modo no se trata de una edición más de Ireneo entre las existentes actual-mente en comercio, sino de la mejor edición a nivel mundial, gracias a la incorporación del bagaje doctrinal de Orbe en sus

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abundantes notas, sin duda alguna, el mejor intérprete del obispo de Lyon. De él hablaremos después.

Como se puede ver, con esta colección España recupera un puesto digno en el campo de la Patrística. Es de esperar que esta ardua empresa editorial no sea sofocada por razones económicas o, lo que sería más deplorable, por falta de personas preparadas para llevar a cabo este tipo de trabajo.

4. En el año 1979, la Fundación Universitaria Española de Pedro Sainz Rodríguez, comenzó el Corpus Patristicum Hispanum con la pretensión de ofrecer los autores de la Patrología española, poco accesibles todavía, si se exceptúan algunos volúmenes de la BAC (nn. 58, 67, 320-321,427, 433-434). Se preveía una edición bilingüe 2, cosa que sólo se respetó en el número 1 dedicado al

tratado de Leandro De la instrucción de las vírgenes y desprecio del mundo (1979). En los números siguientes, quizá por razones económicas, se presenta sólo la traducción española. El progreso de esta colección es lento (hasta el presente 4 vals.) y no sabemos qué perspectivas de futuro pueda tener, a no ser que adquiera una propia identidad y mejore ciertamente la presentación tipográfica de sus últimos números. Esto no quiere decir que el propósito no sea necesario y urgente para la ciencia española.

UN INSTRUMENTO DE CONSULTA IMPRESCINDIBLE

El año 1992 nos ha proporcionado una novedad importante, el "Diccionario Patrístico y de la Antigüedad Cristiana" del Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, dirigido por A. di Berardino y publicado por Ediciones Sígueme de Salamanca en dos volúmenes dentro de la colección Verdad e Imagen, nn. 97-98. Es un buen tanto a su favor que se apuntan con la versión española de esta obra, única en su género dentro de los estudios patrísticos.

1. La obra responde bien al momento cultural italiano, muy propicio a los diccionarios en todos los campos del saber teológi-co, y es como el resultado de los más de veinte años de vida del Instituto Patrístico, fundado en el 1970 por la Orden Agustiniana. España no ha sido la única en traducirlo, existen versiones en

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francés e inglés, lo cual significa que ha entrado en ambientes de más tradición patrística y de más tono científico que el nuestro.

La edición original italiana ha sido publicada por la editorial Marietti, de Casale Monferrato, en tres volúmenes (1983-1988); el volumen 3.° está dedicado a mapas geográficos, cronología pagana y cristiana, ilustraciones arqueológicas e índices. Excepto estos últimos, el resto del 3.° ha sido abandonado en la versión española para que saliera en una edición de dos volúmenes más a mano. Y pienso que en esta opción no hay que reprocharles nada a los editores españoles, puesto que se trata de material fácilmente con-sultable en otras obras. Nuestra versión consta de un total de 2.300 páginas, con la particularidad de que en cada una entran dos co-lumnas apretadas de texto. Pienso que tipográficamente ha resul-tado un volumen bien presenresul-tado y elegante, de mucho menos peso que el original. Expresamente hemos controlado algunas voces, para ver si había sido modificada o enriquecida la bibliografía con vistas al lector español, y hemos constatado que no. Reproduce tal cual la información bibliográfica situada al final de cada voz en el original. Lo entendemos. Se trata de bibliografía científica en un ámbito tan especializado como el patrístico, que no es fácil el intercambiarla con otros títulos españoles. Pero se nota el predo-minio de bibliografía italiana.

2. Un examen interno sobre obra de tanta envergadura revela, en primer lugar, que es un tipo de diccionario que no existía; sí había diccionarios de "antigüedades clásicas", ligados más bien a los estudios clásicos de la historia greco-latina, aunque sin dejar de lado la historia antigua de la Iglesia. Hasta ahora no había salido un diccionario de tipo interdisciplinar limitado al ambiente cristia-no (ss. I-VIII) y que procurase ofrecer en sus voces esencialmente -característica bien conseguida- una información de datos bio-gráficos, literarios, doctrinales, geobio-gráficos, arqueológicos, filosó-ficos y bibliográfilosó-ficos de la antigüedad cristiana. Un equilibrio que es difícil de conseguir. Pero no menos un sentido de organización para abrazar el tema, como en el caso de ciertas voces geográficas que vienen tratadas desde sectores complementarios (p. e. Roma: Historia y arqueología; Concilios; Liturgia). Véanse las voces de Africa, Alejandría, Antioquía, Asia menor, Constantinopla, etc. Si se prefiere examinar el campo de las voces biográficas de los Padres, podemos decir que se trata de la última situación de la

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investigación respecto a cada uno. Muy original e interesante el espacio dedicado a la Biblia y a cada libro bíblico, o a grupos de libros (sapienciales); también a personajes bíblicos.

Nos parece que una obra como ésta, sin precedentes en el campo científico, pone de manifiesto la madurez de los estudios patrísticos en el ambiente católico; además, revela cómo la anti-güedad ha adquirido en su vasto espectro un modo orgánico y completamente autónomo, p. ej., de la Historia de la Iglesia, sien-do tratada por sí misma y en sí misma, sin otros condicionamientos externos. Culturalmente, no cabe duda, este diccionario sella un momento importante para la Patrología y será por mucho tiempo un punto de referencia imprescindible. Nos atrevemos a decir que para España y países de lengua casteHana será un suceso de nota-ble influjo posterior; cambia sustancialmente la situación de las posibilidades de investigación y nos abre a lo mejor de la patrística europea.

3. Considerando con más detalle esta obra, vemos que en ella han colaborado unos 167 estudiosos de 17 nacionalidades distintas, lo que asegura el hecho de encontramos ante la última situación de estudio en cada tema y, seguramente, de la pluma de sus mejores conocedores. Baste citar nombres como P. Nautin, H. Crouzel, A. Orbe, M. Simonetti, B. Studer, J. Gribomont, V. Saxer, P. Sinis-calco, A. Hamman, A. Trapé, y un largo etcétera para darse cuenta que se trata de un equipo internacional de colaboradores bien coordinado por A. di Berardino. En el caso de colaboradores de lengua española, hallamos estos nombres: 1. M. Curt, Pío de Luis, P. de Palol, M. C. Díaz y Díaz, S. Folgado, M. Guardia, A. Orbe, 1. Pinell, E. Romero Pose, M. Sotomayor, R. Trevijano. Ni qué decir tiene que para la Patrología hispana se trata de la última palabra en este sector, pudiendo encontrar aquí una respuesta bre-ve y esencial sobre personas, sucesos, costumbres, etc. La palabra España del índice analítico no da de forma exhaustiva todas las posibilidades de consulta que tiene en su contenido.

4. Desde el punto de vista de la Espiritualidad, esta obra puede prestar una buena ayuda para rehacer una presentación glo-bal, en el conjunto de las manifestaciones de la misma. Además de la voz específica de Espiritualidad (l, 773-775) debida a la pluma de A. Hamman, y bastante reducida de contenido, encontramos estas otras: Antropología (l, 152-157), Ascesis (l, 240-241), Ayuno

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y abstinencia (1, 282-284), Bienaventuranzas (1, 329-330), Cantar de los cantares (l, 355-358), Carne (1, 365-366), Combate espiri-tual (1, 454), Contemplación (1, 489-490), Cuerpo (1, 538-539), Demonio (1, 572-577), Desierto (l, 581-584), DevoCión y devocio-nes (1, 584-586), Embriaguez (1, 706), Extasis (1, 849), Fuga (1, 898-901), Hábito monástico (1, 1005-1006), Hagiografia (1, 1006-1007), Hesicasmo (l, 1026-1027), Iluminación (1, 1081-1082), Lectio divina (H, 1249, 1250), Limosna (H, 1276-1277), Mal (H, 1338-1339), Martirio (ll, 1376-1388), Meditación (H, 1416), Mís-tica (H, 1457-1458), Monacato (H, 1465-1467), Mundo (H, 1489-1490), Oración (H, 1587-1592), Padrenuestro (H, 1644-1646), Pecado (H, 1725-1730), Sexualidad (H, 1991-1994), Tentación (H, 2065-2069), Trabajo (H, 2139-2140), Virgen-virginidad-velatio (H, 2213-2216), Virtudes y vicios (11, 2216-2217), Visión (11, 2217-2219).

Como se puede apreciar se trata de un espectro bastante am-plio, pero que ha de ser completado con las voces relativas a autores y movimientos. Esto permite un acercamiento más orgáni-co al tema y una reorgáni-construcción a base de material y de estudios que, hasta el presente, se hallaban dispersos entre una imponente investigación dificilmente abarcable.

5. En una obra de esta envergadura sacar defectos y límites es pecar por exceso de exigencias. Reunir tanta información y de tanta calidad en dos apretados volúmenes constituye una empresa ardua, arriesgada, pero no menos ejemplar y digna de admiración. Por eso, sin que esto signifique menoscabar el incuestionable valor de este Diccionario, queremos recordar algunas ausencias de voces que se podrían completar en ediciones posteriores. Nos extraña que, aparte del cuidadoso trato que se da a la exégesis bíblica, falten voces relativas a la técnica, como anagoge, dianoia; o el poco espacio dado a la voz onomástica, puesto que excluye el uso etimológico de la ciencia bíblica patrística. Por lo que toca a corrientes filosóficas notamos la falta de Epicureísmo, Pitagóricos, Terapeutas. Nos preguntamos si no hubiera sido necesaria una voz específica de Poesía/poética arte. Nada específico tampoco sobre el importante texto gnóstico Epístola a Flora, como sobre los Esenios o Qumrán. La ausencia de una voz para Flavio Josefo nos resulta extraña. Entre los herejes habría que conceder la informa-ción esencial a Estratiotas y Hierakitas. Finalmente, desde la

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piritualidad, así como tenemos la voz relativa al simbolismo de la luz, falta, sin embargo, la correspondiente a Tiniebla/Noche/Oscu-ridad, de tanta importancia porque toca a personas y movimientos espirituales ortodoxos y heterodoxos. Repetimos que estas preci-siones no significan menoscabar el indiscutible valor de esta obra que, sin duda alguna, podemos considerar un evento editorial para la lengua castellana digno de ser resaltado.

MONOGRAFÍAS IMPORTANTES

Pasamos a otro sector. Aun sabiendo que estamos expuestos a una selección parcial, dejando en el olvido trabajos meritorios, queremos resaltar algunas aportaciones de estos últimos años que honran a la investigación española.

l. Entre los estudios merece actualmente ser reseñado por dedicación el P. Antonio Orbe S. l., profesor de la Gregoriana de Roma, que ha marcado una orientación en la investigación de Ireneo de Lyon y del gnosticismo, sea con monografías de alto nivel 3, como mediante sucesivos artículos, sobre todo en la revista

Gregorianum 4.

En una especie de enciclopedia teológica tocante a la figura de Cristo a través de los siglos, Il Cristo, publicada por la Fundación Lorenzo Valla y Amoldo Mondadori, al P. Orbe le ha tocado seleccionar y presentar los textos cristológicos del volumen 1.0 de esta obra: Testi teologici e spirituali dal I al IV secolo (Milano, 1985). Sin duda alguna, la parte más difícil y de más riesgo. Y dice mucho que en una nación de tradición patrística consolidada como Italia se haya pensado en él para este trabajo. Digamos que la selección cristológica hecha es acertada, ofreciendo los textos en edición bilingüe. Pero lo mejor es la introducción sobre el estado y la formulación cristológica (ortodoxa y heterodoxa) de estos siglos, como también el comentario a cada texto colocado al final del libro.

3 Antropología de San Ireneo = BAC 286 (Madrid, 1969); Parábolas

evangé-licas en San Ireneo = BAC 331-332 (Madrid, 1972); Cristología gnóstica =

BAC 384-385 (Madrid, 1976); Teología de San Ireneo = BAC maior 25, 29, 33 (Madrid, 1985-1988).

4 Cf. E. ROMERO-POSE, "Bibliografia del P. Antonio Orbe", en Pleroma.

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De obra de madurez se debe hablar cuando se trata de los dos volúmenes siguientes: Introducción a la Teología de los siglos 11

y 111 = Analecta Gregoriana 248 (Roma-Salamanca, 1987). Una obra que se puede colocar a la par de algunos títulos de Prestige y Danielou que perseguían esta misma finalidad expositiva. El aglutinante de estos volúmenes es el circunscribirse a la primera teología cristiana en los dos ámbitos culturales más representati-vos, Asia y Alejandría, marcados por el gnosticismo. Se trata de un estudio que abarca toda la historia salvífica, desde la protología hasta la escatología, pero esto, hecho desde los tres frentes cris-tianos que convivían entonces: gnosticismo de variada presenta-ción, cultura alejandrina con Clemente y Orígenes, cultura asiática con Justino, Tertuliano, Hipólito y, sobre todo, Ireneo de Lyon, autor sobre cuyo pensamiento organiza prácticamente Orbe todo el

libro. La triple visión de cada problema hace que aparezca la riqueza y variedad -cuando no la oposición- de soluciones. No se trata de un estudio más, sino de un libro de los que hacen época. En la misma línea de investigación Orbe publicaría después la

Espiritualidad de San Ireneo = Analecta Gregoriana 256 (Roma,

1989), un título que deja perplejo al lector por la componente ma-terialista del obispo de Lyon. Pero tiene su razón de ser por la dirección apologética de su obra contra aquellos que se presentaban en la Iglesia (los gnósticos) como los solos espirituales. Hay capí-tulos de muy buena factura en los que se analiza este estadio primi-tivo de la reflexión cristiana, con intuiciones que tendrán posterior-mente su propio desarrollo, para bien o para mal de la espiritualidad. Aparece claro que estos gnósticos fueron pioneros en este y en otros campos. De hecho, muchos de sus postulados serán asumidos, desde una presentación ortodoxa, por Clemente y Orígenes en Alejandría. 2. Otro libro cuyo influjo e importancia sale del estricto marco español, es el amplio estudio dedicado a la predicación antigua, un sector que no había merecido hasta ahora una obra de conjunto como ésta: A. Olivar, La predicación cristiana antigua =

Biblio-teca Herder 189 (Barcelona, 1991). En este caso sabemos que el libro es el resultado de una serie importante de acercamientos anteriores en los que se analizaban la predicación como acto litúr-gico, a quien tocaba este oficio, la improvisación, la frecuencia y ocasiones de la misma, desde qué lugar se predicaba, la aceptación del público y su exteriorización (aplauso, aclamaciones, lágrimas,

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sueño, risa ... ), y hasta la duración aproximada del sermón patrís-tico. Todas estas investigaciones parciales, junto a otra parte escri-ta ahora específicamente para el libro, han entrado a formar parte de esta historia de la predicación, desarrollada con una extensión considerable y dentro de una amplia división general: l. Exposi-ción histórica (protagonistas divididos por áreas geográficas y culturales); 2. Aspectos particulares de la predicación antigua.

Olivar ha estudiado el tema desde hace muchos años y tiene incluso experiencia en la edición crítica del sermón antiguo, pues a él se debe la edición crítica del corpus homilético de San Pedro Crisólogo en la colección Corpus Christianorum de Brepols (=CCL). Si se piensa que, después de Orígenes, primer Padre del que se ha conservado un número considerable de homilías, siste-máticamente es en este género literario donde se nos transmite buena parte de su pensamiento, se deduce la importancia de este libro que, ciertamente, en la actualidad ningún otro, sino este autor, era el que estaba en mejores condiciones de escribirlo.

3. En otros temas, algunos tocantes a la espiritualidad, han existido recientemente notables aportaciones. Hay que destacar algunas tesis doctorales defendidas en el Institutum Patristicum Augustinianum de Roma. En P. Langa, San Agustín y el progreso de la teología matrimonial (Toledo, 1984) hallamos estudiados, además del argumento específico de la tesis, otros aspectos como la exégesis de "creced y multiplicaos" (Gen 1,28) en la patrística anterior a San Agustín; o la situación de la mujer y su condición sexual entre los Padres; el dificil equilibrio entre matrimonio y virginidad en este momento.

En el 1986 M. Guerra Gómez defendía la tesis con este título:

El sacerdocio femenino en las religiones grecorromanas y en el cristianismo de los primeros siglos, publicada en el 1987.

Una tesis sobre el último representante de la cultura origeniana alejandrina, Dídimo el Ciego, a partir de los textos descubiertos en Toura, defendía en 1990 el autor de estas páginas: M. Diego Sán-chez, El Comentario al Eclesiastés de Dídimo Alejandrino. Exége-sis y espiritualidad = Studia Theologica Teresianum 9 (Roma, 1991) 5. En la más pura tradición exegética origeniana, marcada por 5 Cf. M. DIEGO SÁNCHEZ, "El Comentario al Eclesiastés de Dídimo Alejandri-no", en Teresianum, 41 (1990), pp. 231-242.

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LA PATRÍSTICA EN ESPAÑA 347 el Prólogo del comentario al Cantar de los cantares, este maestro hace del libro más hedonista del AT un texto que marca el progreso espiritual del cristiano. Se trata del primer comentario patrístico a este Sapiencial que nos ha llegado. La reciente publicación de los papiros de Toura merecía un estudio monográfico sobre el mismo en el que, además de la técnica exegética didimiana, se resalta el programa espiritual extraído del Eclesiastés. Para la historia de la espiritualidad hay tres capítulos interesantes: I. El Eclesiastés en la cultura alejandrina; II. El Eclesiastés en el marco del itinerario espiritual. lIT. Temáticas espirituales en el Comentario al Eclesiastés. Un estudio importante sobre Orígenes es fruto de otra tesis en el mismo InstihIto romano: 1. R. Díaz Sánchez~Cid, Justicia, pecado y filiación: sobre el comentario de Orígenes a los Romanos (Toledo, 1991). Igualmente, se han sucedido otras dos con Jerónimo de por medio: E. Morales, Edición crítica de "De monacho captivo" (Vita Malchi) (Roma, 1991); A. Guillén Ponce, San Jerónimo y Santa Paula en la controversia origenista. Contribución al esclarecimien-to de sus causas, defendida esta última en 1992, pero aún sin publi-car. En ella se ofrecen pistas importantes de lectura para algunos títulos de Jerónimo que tienen como telón de fondo la controversia origeniana, la enemistad con Rufino de Aquileya, como también las relaciones de amistad con el sexo femenino.

Por último, en el mismo año 1992, se ha defendido otra: M. Nin Guell, Los cinco comentarios de Juan el Solitario a las Bienaventu-ranzas, en espera de ser publicada. Se trata de Juan de Apamea (s. V-VI), identificado por I. Hausherr (pseudo Juan de Licópolis) y al que se le atribuyen una serie de tratados místicos conservados en siríaco.

4. En este boletín bibliográfico no puede olvidarse la labor realizada por Ramón Trevijano, profesor de la Universidad Ponti-ficia de Salamanca. Desde 1980 publica en la revista Salmanticen-sis su contribución de la producción patrística hispano-lusitana para la Bibliographia Patristica de Berlín. En sucesivos artículos ya están recogidos los años 1977-1990. Pero no menos importantes son los artículos de argumento gnóstico, como las recensiones hechas, todo en la misma revista. Notamos con agrado que cuida especialmente las de libros sobre el gnosticismo 6.

6 Nos parece importante resaltar un último estudio sobre el mismo tema: R.

TREVlJANO, "Las cuestiones fundamentales gnósticas", en Pleroma. Miscelánea A. Orbe (Santiago de Compostela, 1990), pp. 243-256.

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UN MANUAL DE HISTORIA DE LA ESPIRITUALIDAD PATRÍSTICA

Entre tanto título de alta especialización, pero casi siempre de carácter parcial y monográfico, en nuestra lengua se sentía hace tiempo la falta de una Espiritualidad Patrística que completase otros antiguos intentos (A. Segovia, J. Alameda, B. Jiménez Du-que, L. Sala Balust, D. Ramos-Lisson, D. de Pablo Maroto). El autor de este boletín bibliográfico, profesor de Historia de la Espiritualidad patrística en la P. Facultad del Teresianum de Roma desde 1981, cree llegado el momento de ofrecer al público español una modesta aportación que llene este vacío 7. Se trata, por tanto,

de un manual, con carácter de síntesis, pensado para el estudio y que pretende sugerir e introducir desde esta perspectiva en el mundo de los Padres. No quiere ser exhaustivo ni completo. El grado de especialización y la cantidad de estudios que existen en la Patro-logía no permiten otro tipo de trabajo. El proyecto ha sido asumido y será publicado en breve tiempo por la Editorial de Espiritualidad (cl Triana, 9, 28016 Madrid).

En sus páginas ni se limita a los clásicos representantes de esta etapa de la vida de la Iglesia, ni a temas reducidos de lo que ordinariamente se considera el ámbito exclusivo de la espirituali-dad. Combina varios criterios de verificación, pero aunados desde un razonamiento histórico. Enunciamos los títulos de su contenido: Las comunidades post-apostólicas; El martirio, forma eminente de la perfección cristiana; La virginidad cristiana; La espiritualidad gnóstica y la respuesta ortodoxa; La mística cristiana de Alejan-dría; El monarquismo primitivo; Espiritualidad griega del siglo

7 Se me permita citar una serie de artículos y estudios que han precedido el

proyecto que ahora presentamos: M. DIEGO SÁNCHEZ, La oración del cautivo: Re-vista de Espiritualidad, 37 (1978), pp. 623-634; Libertad y sumisión en la Iglesia de los Padres: Revista de Espiritualidad, 41 (1982), pp. 333-350; Espiritualidad Patrística: Comunidades, 10 (1982), fichero de materias núm. 32, 15 pp.; 11 (1983),

fichero de materias núm. 33, 16 pp. [Bibliografía espafiola de Patrología]; Los Padres de la Iglesia, maestros de oración: Comunidades, 10 (1982), pp. 190-198; Los Padres hoy en la Liturgia: Comunidades, 11 (1983), pp. 35-41; La catequesis y la espiritualidad de los Padres en su expresión simbólica: Revista de Espiritua-lidad, 44 (1985), pp. 51-77; "La herencia patrística de San Juan de la Cruz", en VV AA., Experiencia y pensamiento en San Juan de la Cruz, Madrid, Ed. de

Espi-ritualidad, 1990, pp. 83-111; La Exhortación apostólica "Redemptoris Custos" desde la Patrística y la Liturgia: Estudios Josefinos, 44 (1990), pp. 39-53.

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LA PATRÍSTICA EN ESPAÑA 349 IV; Espiritualidad en el cristianismo latino; Agustín de Hipona; Dionisia Areopagita.

Este panorama sintético se complementa con una serie de apén-dices y una breve presentación sobre Filón Alejandrino y la mís-tica cristiana. Se añaden luego estos medios auxiliares: Indice de Padres de la Iglesia leídos en la Liturgia de las Horas, con sus correspondientes obras y lugar de lectura, más un índice alfabético de temáticas de estas mismas lecturas; una bibliografía general de Espiritualidad patrística organizada de acuerdo a criterios de estu-dio y los temas más socorridos en esta materia; las correspondien-tes tablas cronológicas.

Esta sucinta presentación puede ofrecer una idea del contenido de esta contribución, la cual esperamos sea bien acogida dentro de los límites que se ha impuesto.

CONCLUSIÓN

Los autores y títulos aquí reseñados nos permiten hablar de una recuperación de los estudios patrísticos dentro de la lengua espa-ñola, con aportaciones muy notables en la investigación. Podemos hablar, por tanto, de estar viviendo un momento favorable en España y América Latina dentro de este campo de la Teología que, si tiene la debida continuidad, puede dar frutos mejores no a muy largo plazo. Esperamos que se hagan profecía y verdad constatada, también en nuestro ámbito, las palabras de Henri de Lubac sobre la presencia de los Padres en la coyuntura de la historia cristiana: "Cada vez que en nuestro Occidente ha florecido un principio de renovación cristiana, sea en el orden del pensamiento como en el orden de la vida (los dos van siempre unidos), ha florecido siempre bajo el signo de los Padres."

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