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FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

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FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

“Si la apariencia coincidiese enteramente con la esencia, no sería necesaria la ciencia”

K. Marx

En este tema nos vamos a preguntar por una serie de problemas derivados de la existencia de esa forma de logos llamada ciencia. El conocimiento científico se caracteriza por realizar afirmaciones sorprendentes y, en muchos casos, alejadas del sentido común, como, por ejemplo, que el universo se expande o que existen partículas subatómicas que componen toda la realidad. Trataremos de ver las siguientes cuestiones:

– ¿Hay diferentes tipos de ciencias?

– ¿Cómo ha llegado la ciencia a este tipo de conclusiones? ¿Posee un método propio?

– ¿Existe progreso en la ciencia? ¿Qué diferencia lo que es ciencia de lo que no lo es?

– ¿Qué peligros y problemas sociales presenta la ciencia?

MÉTODOS Y TIPOS DE CIENCIA Tipos de ciencia

Las distintas ciencias se suelen agrupar en dos tipos fundamentales:

Las ciencias formales: Son la lógica y las matemáticas. No tienen un objeto de conocimiento concreto, no describen ninguna realidad del mundo, sino que muestran relaciones entre símbolos. Son ciencias sistemáticas, porque todos sus enunciados se estructuran y ordenan de manera deductiva, es decir, partiendo de unos pocos axiomas que se aceptan como evidentes de los que se derivan todos los demás teoremas, como ocurre, por ejemplo, en la geometría.

Las ciencias empíricas: Se caracterizan por estudiar aspectos concretos de la realidad (la

física, el movimiento de los cuerpos; la química, las interacciones entre la materia y sus

cambios; la biología, los fenómenos de lo vivo, etc.). Todos sus enunciados tienen que ver

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con el mundo, están vinculados a él. Este grupo se subdivide a demás en:

Ciencias naturales: Engloban la física, la química, la biología, las neurociencias, etc.

Estudian un aspecto de la naturaleza concreto de forma sistemática. Emplean herramientas formales como las matemáticas y utilizan numerosos instrumentos para hacer mediciones, experimentos, observaciones, etc.

Ciencias sociales o humanas: Se centran en la comprensión de la acción humana, como es el caso de la historia, la psicología, la sociología, etc.

Las diferentes ciencias utilizan varios métodos para llegar a sus conclusiones. Veamos en qué consisten

El método deductivo

El método deductivo es aquel en el que se parte de unos axiomas o premisas que son evidentes y se toman como verdaderos y se deducen consecuencias siguiendo un sistema de reglas aceptado. Las nuevas leyes que se van deduciendo se llaman teoremas. En este método, si las premisas o axiomas son verdaderos, y se han seguido adecuadamente las reglas, las conclusiones son necesariamente verdaderas.

Este método es propio de las ciencias formales, las matemáticas y la lógica.

Ejemplo: partimos de dos premisas generales que aceptamos como válidas. “Todos los seres humanos son mortales” y “Yo soy un ser humano”. De aquí, podemos deducir consecuencias particulares. “Necesariamente soy mortal”.

El método inductivo

Consiste en obtener conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos particulares o individuales. Por ejemplo, a partir de la observación repetida de objetos o eventos de la misma índole se establece una conclusión general para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza. Si observo un cuervo tras otro (casos particulares) y me encuentro que todos son negros, concluyo que todos los cuervos son negros (conclusión general).

Este tipo de razonamientos, la conclusión no se sigue de forma necesaria de las premisas, sino tan solo de forma probable. Aunque las premisas sean verdaderas, la conclusión tan solo será probablemente verdadera. Es posible que una inducción realizada con premisas verdaderas puede llevar a una conclusión falsa.

Este método se utiliza en las ciencias empíricas.

Ejemplo: No hemos observado actividad volcánica en Saturno en todas las observaciones que hemos hecho hasta el momento. Por lo tanto, se concluye que en Saturno no hay volcanes. (Aunque sea verdad que no se ha observado actividad volcánica, no tiene por qué ser necesario que no hay volcanes).

El método hipotético-deductivo

La actividad científica hoy en día no aplica sin más la inducción (es decir, obervar fenómenos y

concluir leyes generales), sino un método que se llama hipotético-deductivo. Este método

consiste en lo siguiente:

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1. Planteamiento del problema: Se inicia con el descubrimiento de una situación problemática para el ser humano, algo que se desconoce y que hay que explicar.

Por ejemplo: ¿Cuál es la relación entre dormir y el rendimiento académico?

2. Elaboración de una hipótesis: El científico o la científica plantea una hipótesis que explique este fenómeno del mundo.

Por ejemplo: Dormir 8 horas de forma regular mejora el rendimiento académico

3. Deducción de consecuencias observables de esa hipótesis: A partir de esta hipótesis, se deducen consecuencias que se deberían derivar de ella

Por ejemplo: Si dormir bien mejora el rendimiento académico, esto significa que aquellos que duerman de forma regular 8 horas tendrán de media mejores notas. También significa que si alteramos las horas de sueño de algunos estudiantes con buenas notas, estas deberían empeorar de media.

4. Contrastación con la realidad: Se comprueba si se cumplen o no las consecuencias previstas, observando la realidad o creando experimentos controlados en los que esto se

pueda medir.

Por ejemplo: cogemos un grupo de 100 estudiantes, a unos les sometemos a un horario de sueño regular y estable de 8 horas y a otros a un horario más corto, con interrupciones constantes y variable cada día.

5. Resultados:

5a. Refutación de la hipótesis: Cuando no se cumplen las consecuencias, se rechaza la hipótesis y se vuelve a formular una nueva. Ejemplo: Si los resultados son equivales entre los que duermen bien y los que no, la hipótesis queda refutada.

5b. Confirmación de la hipótesis: Cuando se cumplen las consecuencias previstas, la hipótesis queda confirmada. Ejemplo: Los resultados muestran que los que duermen bien obtienen de media mejores resultados académicos.

(Aunque el paso 3 utiliza la deducción, el paso 4 emplea la inducción y por lo tanto también este método está sometido a los problemas de la inducción, como veremos más adelante.)

Ejemplo histórico del uso del método hipotético-deductivo: El Caso Semmelweis

En la Maternidad del Hospital de Viena existían dos clínicas. La Clínica Primera en que la tasa de mortalidad por fiebre puerperal era aproximadamente de un 10% (con amplias fluctuaciones) y la Clínica Segunda donde la mortalidad era mucho más baja, menos del 4%. Este hecho era conocido fuera del hospital y dado que la admisión en una u otra clínica se hacía en días alternos, las mujeres intentaban ser admitidas en la Clínica Segunda debido a la mala reputación de la Clínica Primera.

Semmelweis hace referencia a mujeres desesperadas implorando de rodillas no ser admitidas en la Clínica Primera. Algunas mujeres preferían dar a luz en la calle, diciendo que el parto había sido imprevisto y habían dado a luz en el camino al hospital (partos callejeros), pues ello les daba derecho a beneficios por maternidad sin haber tenido que dar a luz en la clínica.

Semmelweis estaba intrigado por el hecho de que la fiebre puerperal era infrecuente en las mujeres que daban a luz "en camino" del hospital, y no se explicaba la causa de que estas mujeres que daban a luz fuera del hospital parecían estar protegidas frente a la fiebre puerperal. Así mismo, tampoco comprendía por qué las mujeres que daban a luz en la Clínica Primera sufrían una tasa de mortalidad mucho más alta que las que daban a luz en la Clínica Segunda, dado que en ambas se usaban las mismos procedimientos de asistencia.

La primera hipótesis que propuso fue que las olas de fiebre se debían a influencias epidémicas que

se extendía por distritos enteros. De aquí se deducía que si se comprobaba la procedencia de las que

fallecían deberían proceder de los mismos distritos, pero este no era el caso, tanto en la Clínica

Primera como la Segunda encontraron pacientes de distritos distribuidos por toda la ciudad de

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forma más o menos parecida, por lo que se descartó la teoría.

La segunda hipótesis fue que las lesiones se deebían al poco cuidado de los estudiantes de medicina en las prácticas de obstetricia. Sin embargo, se observó que las lesiones de las que parían en la calle eran mayores y sin embargo morían menos, además de que los estudiantes no realizaban prácticas muy diferentes a las matronas de la Clínica Segunda.

La tercera hipótesis fue que los sacerdotes que pasaban por las salas para dar la extremaunción a los moribundos producía en las mujeres un efecto “terrorífico y debilitante”. Se dedujo que si dejaba de hacerlo bajaría la mortalidad, se probó y el efecto fue que la tasa de mortalidad permanecía estable.

La última hipótesis la realizó al ver que un compañero suyo moría tras contraer síntomas de fiebre pauperal al cortarse cuando realizaba una autopsia. Propuso que al realizar autopsias, los médicos portaban una “materia cadavérica” que, aunque no se veía después de aclararse, seguía ahí (además de que se podía oler). La teoría de la infección causada por gérmenes aún no se había desarrollado y en la Clínica Primera era habitual que los doctores en prácticas ayudasen en labores de maternidad tras haber realizado autopsias para aprender de anatomía. Se pidió a los médicos que llevasen a cabo un proceso de desinfección más exhaustivo.

La tasa de mortalidad en la Clínica Primera en abril de 1847 era del 18.3%, después de la adopción del lavado de manos antiséptico (mediados de mayo de 1847) bajó en junio al 2,2%, en julio al 1,2% y en agosto al 1,9%, y por primera vez desde la introducción de la enseñanza anatómicamente orientada de la medicina (con realización de autopsias por médicos y estudiantes) fue cero durante dos meses después de la adopción de las medidas antisépticas de Semmelweis.

El descubrimiento fundamental de Semmelweis indicando que todos los casos de fiebre puerperal eran causados por falta de limpieza fue inaceptable en aquella época. Las ideas de Semmelweis parecían no tener base científica, pues no podía ofrecer una explicación razonable a su descubrimiento. La explicación solo fue posible años más tarde, cuando la teoría de los gérmenes fue desarrollada por Luis Pasteur.

El problema de la inducción

Tanto el método de la inducción directa (observar casos repetidos y elaborar una ley general), como el método hipotético-deductivo (plantear hipótesis, deducir consecuencias observables, contrastar), suponen el uso de la inducción. El científico o científica observa unos hechos y las hipótesis se contrastan con la realidad con una serie mayor o menor de casos, pero siempre limitada. Pero estas leyes científicas no se refieren solo a estos casos observados, sino que tienen la pretensión de ser universales. Cuando se dice que “los metales se dilatan con el calor” o “los cuerpos con carga negativa atraen a los cuerpos con carga positiva” no nos referimos sólo a los que hemos observado, sino a todos.

Por lo general, confiamos en que la naturaleza funciona siempre de forma regular y que sus leyes serán siempre las mismas. Así que creemos que si observamos un gran número de casos de un fenómeno concreto, podremos saber la ley general que lo explica. Pero esto no es necesariamente así: que algo haya ocurrido de una forma en el pasado no garantiza que ocurrirá siempre de la misma manera en el futuro.

“Este pavo descubrió que, en su primera mañana en la granja avícola, comía a

las 9 de la mañana. Sin embargo, siendo como era un buen inductivista, no sacó

conclusiones precipitadas. Esperó hasta que recogió una gran cantidad de

observaciones del hecho de que comía a las 9 de la mañana e hizo estas

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observaciones en una gran variedad de circunstancias, en miércoles y en jueves, en días fríos y calurosos, en días lluviosos y en días soleados. Cada día añadía un nuevo enunciado observacional a su lista. Por último, su conciencia inductivista se sintió satisfecha y efectuó una inferencia inductiva para concluir: “Siempre como a las 9 de la mañana”. Pero ¡ay! Se demostró de manera indudable que esta conclusión era falsa cuando, la víspera de Navidad, en vez de darle la comida, le cortaron el cuello. Una inferencia inductiva con premisas verdaderas ha llevado a una conclusión falsa.”

Bertrand Russell De hecho, esto a veces pasa. Cuenta Feyerabend en su Diálogo contra el método:

“Michael Polanyi describió una variedad de reacciones químicas, con resultados bien definidos; estos resultados se obtuvieron también en otros laboratorios, se sacaron fotografías y se escribieron tesis al respecto, pero un buen día el efecto desapareció y no se volvió a observar nunca más.”

O, en una versión más literaria:

“Dicen que hay flores que sólo despuntan una vez cada cien años. ¿Y por qué no hay otras que florezcan cada mil o cada diez mil años? Tal vez hasta ahora no lo hayamos sabido por la sencilla razón de que esa vez-cada-mil-años toca precisamente ahora.”

Nosotros, Evgeni Zamiátin Este método, presenta dos problemas fundamentales:

La inducción no es formalmente válida: el razonamiento inductivo no garantiza la verdad de sus conclusiones. A partir de premisas verdaderas (que en X casos alimentan al pavo por la mañana) pueden obtenerse conclusiones falsas (que siempre le alimentarán a las 9 de la mañana). Por definición, las leyes científicas se aplican a todos los casos posibles, pretenden ser universales, pero jamás podemos comprobar todos los casos para decidir si una teoría es verdadera o no, como mucho, podremos observar o experimentar un número limitado de casos.

No hay observación sin teoría: La idea de la inducción es que se observa la naturaleza y se extraen conclusiones en base a lo observado. Pero los científicos ya parten con una idea previa sobre a qué deben prestar atención. Si no fuera así, la recogida de datos sería infinita, sin ningún criterio para saber qué es relevante y qué no de toda la realidad. Por lo tanto, la actividad científica inductiva no genera leyes desde una observación neutra, sino que ya se parte de una teoría previa cuando se observa la realidad, la observación ya está guiada por una teoría antes de recoger los datos. Por ejemplo, en el estudio de las nubes, los científicos no se dedican a contar el número de goles de la liga turca, sino que, de antemano, ya han decidido que deben centrarse en cosas como el viento, la composición química de las nubes y el aire de alrededor, la temperatura, etc.

Es por ello que el método inductivo nunca proporciona seguridad completa y, por eso, la ciencia es siempre un saber provisional, las teorías científicas tan solo están vigentes mientras no se descubran nuevos hechos que las contradigan o que no puedan explicar.

Este es uno de los problemas que plantea el método experimental: si sus afirmaciones nunca pueden

ser 100% seguras y la observación nunca es neutra, entonces, ¿qué valor tienen la ciencia, que se

realiza de acuerdo con esta forma de razonar?

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LAS TEORÍAS CIENTÍFICAS: DEMARCACIÓN Y PROGRESO

En principio, una teoría científica es un conjunto de conceptos, incluyendo abstracciones de fenómenos observables y propiedades cuantificables, junto con leyes científicas que expresan las relaciones entre las observaciones de dichos conceptos. Una teoría científica se construye para ajustarse a los datos empíricos disponibles sobre dichas observaciones, y se propone como un principio o conjunto de principios para explicar una clase de fenómenos. La fuerza de una teoría científica se relaciona con la cantidad de fenómenos que puede explicar.

Pero esta definición de teoría como conjunto de conceptos y leyes que tratan de explicar un determinado ámbito de la realidad nos plantea dos problemas:

¿Qué distingue las teorías científicas de teorías que no son científicas? Esto se conoce como el problema de la demarcación.

– En vista de que la historia de la ciencia nos muestra numerosos ejemplos de cambio de unas teorías por otras, ¿se puede hablar de progreso? Y en caso afirmativo, ¿en qué consiste?

El Círculo de Viena y el verificacionismo

El verificacionismo es una concepción defendida por los integrantes de una corriente llamada positivismo lógico (o neopositivismo) a principios del S.XX. Estos consideraban que la verdad de una afirmación se establece cuando se verifica y confirma mediante observaciones y experimentos. Además, sostenían que preguntarse por algo era básicamente preguntarse por la forma de verificarlo. Por ejemplo: ¿Cómo se congela el agua? Pues esto es lo mismo que preguntar en qué condiciones puedo verificar que el agua se congela (a menos de 0ºC). Pero,

¿dónde está el alma? ¿Cómo verifico esto? ¿Cómo lo observo o cómo lo veo en un experimento? Si no es posible, entonces siemplemente esa pregunta no tienen ningún sentido. Si una afirmación es inverificable, es decir, si no hay ningún método que permita corroborarla, entonces es una noción absurda para la ciencia, carece de significado.

Para que algo sea verificable, debe cumplirse lo siguiente:

– Que existan observaciones relevantes que sean indicativas de que la teoría se ha verificado.

Por ejemplo, no vale que digamos que se verifica que Dios existe si la hierba crece.

¿Cómo es eso indicativo de nada?

– Que si no se ha verificado todavía, al menos sea posible verificarlo en el futuro, es decir, que podamos señalar en qué condiciones sería verificable.

Por ejemplo, puede que ahora no podamos verificar algo que dice una teoría porque no tenemos los instrumentos, pero sabemos que cuando los tengamos, bastará con hacer X e Y y se verificará.

– Que esas condiciones sean lógica y físicamente posibles.

Por ejemplo, no vale decir que algo es verificable si nos convertimos en un agujero negro y nos trasladamos por la galaxia.

Para los filósofos del Círculo de Viena, la ciencia sigue un proceso acumulativo de desarrollo en

el que las teorías, una vez confirmadas (verificadas), van quedando como sedimento permanente

desde el que se edifican otras teorías posteriores. En una ciencia madura, una teoría perfecciona y

extiende la anterior. Este proceso fue entendido principalmente como un proceso de reducción de

teorías, es decir, un proceso de integración de teorías en otras más amplias que incluyen a las

anteriores como casos particulares. Una teoría quedaba reducida a otra cuando se podía mostrar que

era consecuencia lógica de ella.

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Es un modelo muy clásico por dos motivos:

– Atribuye a la ciencia una finalidad definida y justificable, considera que hay procedimientos racionales (método inductivo, por ejemplo) para determinar en qué medida se alcanza el objetivo: si se verifica, es verdad, es ciencia.

– Los únicos factores que se tienen en cuenta a la hora de evaluar las teorías son internos, es decir, factores que solo atañen al contenido de las teorías y su relación con la realidad empírica (como veremos, a partir de Kuhn esto se pondrá en duda, ya que hay otros factores, por ejemplo factores económicos (dinero), sociales (reputación), políticos (poder), etc., que intervienen en por qué unas teorías se aceptan y otras no).

Este modelo supone dos ideas muy cuestionadas:

– Que las teorías científicas son verificables y las confirmadas son inmunes a la desconfirmación posterior. Esto lo discutirán todos los siguientes.

– Que el significado de los términos de una teoría no cambia al ser extendido en otra más amplia, que las teorías son conmensurables. Esto lo discutirá Kuhn.

Demarcación: Desde el punto de vista del neopositivismo, el criterio de demarcación es claro. Todo lo verificable será ciencia, todo lo no verificable será no-ciencia o pseudociencia.

Progreso: La ciencia efectivamente progresa. Las teorías verificadas funcionan como la base para nuevas teorías que las engloban y extienden.

Popper y el falsacionismo

Karl Popper rechazó contundentemente esta teoría verificacionista. Su modelo del cambio científico también es racionalista, pero difiere sustancialmente del modelo neopositivista. Para él, la ciencia no avanza porque unas teorías se vayan edificando unas sobre otras, sino porque las viejas teorías van quedando falsadas y son sustituidas por otras que las contradicen.

Nunca podemos estar seguros de que un proceso inductivo es vierto, porque, por definición, abarcan un conjunto infinito de casos. Este problema, conocido como problema de la inducción, ya fue señalado por Hume y el famoso ejemplo del pavo de Navidad de Russell lo muestra a la perfección.

Los experimentos no pueden nunca verificar completamente una afirmación, pero sí que la pueden falsar demostrando que no es cierta. Es decir, aunque encontremos mil casos en los que una afirmación se cumple, no podemos estar seguros de que sea verdad, pero si encontramos uno en la que no se cumple, podemos saber que es falsa.

Por lo tanto, los enunciados científicos sólo tienen una validez provisional. Las leyes científicas no son sino afirmaciones que aceptamos temporalmente, mientras no sean falsadas por la experiencia.

Nunca podrán alcanzar la verdad, pero sí pueden tratar de explicar el mundo y “tratar de que la malla sea cada vez más fina”, es decir, hacer teorías cada vez más resistentes a la falsación, que sea más difícil demostrar que son falsas. Así, aunque no se demuestra, se aumenta el grado de corroboración de una teoría. Así, se van cribando las mejores teorías a lo largo de la historia y lo que nos queda son teorías que cada vez es más difícil demostrar que son falsas.

Un ejemplo: La teoría científica de Einstein sobre la relatividad general proponía algunas ideas muy

arriesgadas. Según esas ideas, la luz se tendría que desviar al pasar cerca de un objeto de gran masa

como una estrella o una galaxia entera. Si un experimento demostrase que no se comporta así, sino

que sigue recta, la teoría quedaría falsada. Se han diseñado experimentos precisos para medir este

desvío y, hasta ahora, la teoría de la relatividad ha superado las pruebas. Esta teoría se expone a ser

falsada. Sin embargo, hay teorías pseudocientíficas que son muy vagas y flexibles y se pueden

amoldar a cualquier observación, incluso explicar observaciones contradictorias, así que son

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irrebatibles. Popper pone de ejemplo el psicoanálisis y el marxismo. En el marxismo una bajada de salarios se considera una forma de explotación salvaje del proletariado y una subida es un soborno a los obreros para que no se rebelen. La misma teoría explica una cosa y la contraria. No habría posibilidad de un experimento que demostrase que es falsa.

Demarcación: El planteamiendo de Popper proporciona un criterio de demarcación claro: los enunciados científicos son aquellos que pueden ser sometidos a experimentación y que son potencialmente falsables. Los que no pueden ser sometidos a experimentación y es imposible que existan unas condiciones en las que sean falsables no son ciencia.

Progreso: La ciencia progresa, generando teorías más difícilmente falsables y descartando las que son fácilmente falsables.

Kuhn y las revoluciones

En 1962 Thomas Kuhn publica La estructura de las revoluciones científicas y provoca un cambio radican en la concepción de la ciencia superando no solo las tesis positivistas, sino también el falsacionismo de Popper. El problema principal que afronta Kuhn es el hecho de que la ciencia no parece funcionar como dice Popper. Se puede encontrar muchos ejemplos de afirmaciones científicas que se siguieron (y siguen) aceptando después de ser falsadas. Sin embargo, estas

“anomalías” fueron ignoradas ante los grandes éxitos que cosechaba la ciencia del momento

1

. Para solucionar esta cuestión, Kuhn propone estudiar el modo en que la ciencia ha avanzado en la historia, y para ello elabora el concepto de paradigma científico.

Según Kuhn, los científicos que trabajan en un determinado momento histórico comparten una misma visión del mundo

2

. Esta visión, o paradigma, incluye una perspectiva sobre:

– los problemas que hay que investigar

– los métodos que pueden emplearse para hacerlo

– las ideas fundamentales de las que se debe partir (metafísicas o propiamente científicas como leyes, experimentos clave, etc.)

Así, mientras funciona un paradigma compartido, los científicos se dedican a producir conocimiento resolviendo los problemas generados por dicho paradigma, afinando las teorías, realizando mediciones más precisas, etc. El la resolución de problemas dentro de un paradigma se llama ciencia normal. Los científicos están haciendo ciencia normal.

Sin embargo, durante la ciencia normal, se van acumulando anomalías cuya solución no es fácil de encontrar dentro del marco teórico del paradigma establecido. En principio, se trata de ajustar esas anomalías dentro del paradigma, pero en caso de no poder, se

1 Ejemplo, las anomalías en el movimiento de Mercurio según la física newtoniana, que no pudieron ser resueltas hasta la aparición de la teoría de la relatividad.

2 Kuhn habla de que existe un estadio inicial llamado: Ciencia inmadura, que antecede a la ciencia normal, se caracteriza por una serie de escuelas y subescuelas de pensamiento que aún no son ciencia porque no tienen un paradigma común.

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dejan de lado. Llegado un punto, la acumulación se vuelve insostenible y surge un momento de crisis científica, en el que algunos científicos proponen respuestas originales saliéndose del paradigma vigente. A lo que ocurre en este periodo lo llama Kuhn ciencia revolucionaria. Las nuevas propuestas son novedosas e incompatibles con el paradigma anterior y si triunfan, producen una revolución científica, por la cual sustituyen los problemas, ideas y métodos por otros nuevos capaces de dar cuenta de las anomalías. Una vez se institucionaliza este nuevo paradigma, se convierte en el estándar para todos y comienza de nuevo la ciencia normal y el nuevo orden estará vigente hasta la siguiente revolución. Los motivos por los que se institucionaliza un paradigma pueden ser sociales, económicos, históricos, etc.; no únicamente cuestión de teoría científica

3

.

Los paradigmas, dice Kuhn, son inconmensurables entre sí. Es decir, hay una imposibilidad de traducir las ideas de uno en las de otro, y por lo tanto de compararlos entre sí. En ocasiones ni tan siquiera se interesan por los mismos problemas

4

. Las nuevas teorías no serían, por tanto, meras extensiones de las antiguas, sino que conformarían visiones del mundo radicalmente diferentes. Es imposible, según Kuhn, idear un lenguaje imparcial que pueda usarse para realizar una comparación neutral entre los paradigmas, pues los términos son parte integral de los mismos, y por lo tanto poseen diferentes connotaciones dependiendo de en cuál de ellos se los use. Kuhn Sostiene que, en cierto sentido, los defensores de paradigmas rivales “viven en mundos distintos”.

Así, durante la ciencia normal, hay progreso acumulativo, pero entre un paradigma y otro hay una ruptura completa.

Uno de los objetivos de la filosofía de Kuhn era mostrarle al mundo que la ciencia no es solamente un contraste y neutral entre las teorías y a lo que podemos llamar como realidad, sino que existen otros factores entre defensores de los distintos paradigmas como puede ser el debate, diálogo, luchas y tensiones entre los mismos.

Demarcación: El criterio de demarcación vendría dado, en este caso, por aquello que se encuentra dentro de lo establecido por el paradigma. No-científico sería todo lo no amparado por el paradigma, lo que no es ciencia normal

5

. Algo científico se puede volver no-científico si ocurre un cambio de paradigma (como ocurre hoy en día con toda la física aristotélica).

Progreso: Este es un punto peliagudo. En sentido estricto, hay progreso dentro del paradigma y no entre los paradigmas. Pero Kuhn creía en el progreso humano (según sus palabras) y, sin dar una respuesta clara de cómo ocurría esto, apeló a la autoridad de la comunidad científica como garante de ello. Los paradigmas posteriores son superiores a sus predecesores porque la comunidad científica lo considera así, y “no hay norma más alta que la aceptación por la comunidad relevante”.

Tierraplanistas y resumen del verificacionismo, falsacionismo y los paradigmas científicos (En inglés): https://www.youtube.com/watch?v=umo6pMCkcXs

Feyerabend y el anarquismo epistemológico Feyerabend llevó la crítica de Kuhn a posiciones aún más radicales.

3 Kuhn vincula el cambio de la adhesión por parte de los científicos de un paradigma a otro alternativo e incompatible con un “cambio de gestalt" o una “conversión religiosa". No existe ningún argumento puramente lógico que demuestre la superioridad de un paradigma sobre otro y que, por tanto, impulse a cambiar de paradigma a un científico racional. Será la psicología o la sociología la que deba investigar eso.

4 Por ejemplo, a un científico actual los problemas de la composición de las esferas y del éter le parecen absurdos.

5 Hoy en día no se considera la teoría de las esferas dentro del paradigma, así que si alguien investiga por esa línea la gente se reirá y dirá que eso no es ciencia, pero en otro tiempo lo fue y era perfectamente normal.

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Para Feyerabend no existe un método propio de la ciencia ni esta posee ninguna característica que la haga necesariamente superior a otras formas de conocimiento. Feyerabend llegó a afirmar que, si existe un solo principio, inmutable, del método científico, éste es el de “todo vale”.

Denuncia como falsa la idea de que la ciencia es una suma de creatividad y control que avanza desde ideas a través de métodos que filtran esas ideas. Eso es simplemente un “cuento de hadas”, es falso. El cambio entre teorías siempre está sujeto a criterios subjetivos y no a contrastaciones o sustituciones de paradigmas. Los cambios se deben más a cuestiones de propaganda, retórica o criterios estéticos y caprichos personales que de argumentación científica. De hecho, dado que cada vez la investigación es más cara y depende de grandes inversores privados o públicos para poder costear la tecnología necesaria, ¿hasta qué punto las convicciones ideológicas, los intereses económicos o las motivaciones geoestratégicas de los gobiernos y empresas que pagan las investigaciones no acaban interfiriendo en la dirección que toma la ciencia, incluso en qué teorías obtienen reconocimiento y cuáles son rechazas y criticadas?

Feyerabend aboga por tomar la idea de que las leyes que definen lo que es ciencia y lo que no son objetivas e inamovibles (no de la investigación científica concreta) como una ideología, junto con otras, como la religión, la magia y la mitología. No hay leyes de la ciencia, no hay métodos objetivos e inamovibles que caracterizan la ciencia.

Tres aspectos fundamentales de su teoría son:

Anarquismo epistemológico: debe de haber un pluralismo metodológico. No existe el método científico, sino una diversidad de métodos aprovechables en unas circunstancias e inútiles en otras. Cualquier conjunto de normas metodológicas que establezcamos ha sido incumplido en algún momento en la historia de la ciencia. La ciencia progresa, precisamente, por la libertad metodológica. La idea de un método fijo y estable debe de ser abandonada, así como cualquier idea de racionalidad invariable a lo largo de los tiempos. Es una actitud que él denomina como “actitud humanitaria” ya que aumenta la libertad del individuo, emancipándole de restricciones metodológicas. El impulso hacia nuevas teorías científicas debe partir desde un anarquismo epistemológico que libere a las ciencias de prejuicios estériles.

Principio de proliferación de teorías: el método inductivista positivista o el falsacionista de Popper son constricciones que no favorecen la investigación y han sido históricamente ignoradas por los científicos. La proliferación de teorías y la oposición a la razón dominante y a las teorías aceptadas son los mejores medios para fomentar el progreso. Hay que fomentar la actitud heterodoxa en el científico, no la tendencia a perfeccionar teorías heredadas, sino proponer teorías contrapuestas. Hay que alejarse de los científicos que se comportan como “perros amaestrados”.

Rechazo al rango de la ciencia en la sociedad: Como no existe ninguna característica particular del conocimiento científico, no se justifica el elevado rango atribuido a la ciencia en nuestra sociedad, ni la superioridad que se le supone, no sólo sobre el marxismo o el psicoanálisis, digamos, sino sobre cosas tales como la magia negra y el vudú. Feyerabend, además, critica la autoridad de la ciencia no solo en el plano teórico, sino también en el social. Mediante ejemplos como la astrología o la medicina alternativa, muestra cómo la ciencia se comporta de forma corporativa y no-científica en su relación con otros sistemas de creencias que considera inútiles y cómo cosas inútiles de la ciencia se toman como verdades respetadas pese a sus evidentes fallos.

Demarcación: No existe diferencia alguna entre lo que es ciencia y lo que no. El problema de

demarcación de distinguir por razones objetivas la ciencia de la pseudociencia es irresoluble y, por

lo tanto fatal para la idea de la ciencia de acuerdo a un correr fijo y universal de normas.

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Progreso: No existe progreso científico, lo único que debe haber es una proliferación de teorías en libertad para que cada cual escoja la que quiera, sin existir una superioridad de unas con respecto a otras.

"El enfoque científico hace que las personas piensen y actúen en grupo", contestó. "Forman sociedades de científicos y crean publicaciones científicas.

Respiran los vapores de los demás miembros de su grupo y demonizan a los que no comparten sus métodos científicos. Como las percepciones de los escépticos contrastan con las de la mayoría del mundo, se vuelven emocional e intelectualmente aislados. Ese tipo de entorno es un caldo de cultivo para el pensamiento y comportamiento sectario. Los escépticos no están exentos de las funciones normales del cerebro humano. Es una tendencia humana convertirse en lo que uno ataca. Los escépticos atacan a los pensadores irracionales, y al hacerlo se vuelven irracionales".

Adams Scott, Los escombros de Dios

CIENCIA, PROGRESO Y PELIGRO

La ciencia ha generado una enorme cantidad de tecnologías y técnicas nuevas. Estos avances son útiles, nos sirven como medios para lograr fines; además crean mundos artificiales en los que no dependemos ya de la naturaleza y su azar, sino que lo tenemos casi todo bajo control; permiten por lo tanto dominar la naturaleza y predecir o aprovechar los fenómenos naturales y, sobre todo, son una muestra del poder de la razón, de cómo mediante enfoques metódicos y sistemáticos podemos conocer y transformar la realidad.

Este era el sueño de la Ilustración: eliminar las supersticiones, usar la razón, progresar. Esta capacidad de encontrar los mejores medios para los fines que deseamos es enormemente útil, ¿pero, qué mundo ha creado este progreso y este avance científico?

Crítica a la razón instrumental

La Ilustración había identificado el uso de la razón con la liberación del ser humano, con el verdadero progreso. La sociedad actual, en la que todo está máximamente racionalizado gracias a la ciencia y la técnica, sería como la culminación de ese ideal ilustrado, algo así como el estado final en el que el ser humano se haya completamente liberado de todo lo que le ataba.

Entonces, ¿por qué la humanidad, en lugar de entrar en un estado de verdadera humanidad ha desembocado en una especie de barbarie? Recordemos: 2ª Guerra Mundial, Auschwitz, bomba atómica, sociedades opresivas y totalitarias, etc. Para los integrantes de la Escuela de Frankfurt (Horkheimer, Adorno, Marcuse, Habermas, etc.), la respuesta a este interrogante es debido al triunfo de un tipo de racionalidad determinada.

Parten de la reconocida paradoja que supone el hecho de que, en sus palabras, “los avances en el ámbito de los medios técnicos se ven acompañados de un proceso de deshumanización. El progreso amenaza con destruir el objetivo que estaba llamado a realizar: la idea del hombre”; para investigar a continuación “el concepto de racionalidad subyacente a la industria cultural de nuestro tiempo”. Su conclusión:

“La denuncia de lo que hoy se llama razón

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es el mayor servicio que puede rendir

6 Es preciso señalar que la crítica que hace la Escuela de Frankfurt a la razón lo es a la razón mutilada y reducida a razón instrumental. No es una crítica irracional: es una autocrítica de la razón. Su análisis contiene una crítica radical a la razón occidental en la medida en que es una razón traspasada por una lógica de dominio y que ha

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la razón”

Max Horkheimer, La Crítica de la Razón Instrumental

Eso que “hoy se llama razón”, ese tipo de razón que está detrás de todos estos fenómenos es la razón instrumental, cuya estructura consiste en la dominación. Se conocen las cosas en la medida en que se dominan

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. Se trata de una racionalidad que trata constantemente de buscar los mejores medios para lograr unos fines, pero que no cuestiona la racionalidad de dichos fines.

Este modelo de racionalidad pasó a instaurarse de forma universal: la justicia, la verdad o el bien como objetos del saber habían dejado paso a la funcionalidad y la eficacia. Este tipo de razón, asentada sobre las ciencias, permitía el avance y el progreso técnico y económico. Pero esa razón no atiende a cosas esenciales.

“La afirmación de que la justicia y la libertad son de por sí mejores que la injusticia y la opresión no es científicamente verificable y, por lo tanto, resulta inútil. La razón instrumental se somete a todo. Se entrega tanto a los fines de los adversarios de los valores humanitarios tradicionales como a sus defensores.”

Max Horkheimer, La Crítica de la Razón Instrumental

Aplicada a las personas, la razón instrumental hace de los sujetos instrumentos de trabajo cuantificables (unidades de tiempo y de productividad), respondiendo a los intereses del propio sistema. Así, la razón instrumental se ha convertido en un medio del dominio del hombre sobre el hombre.

El papel de la razón en la Ilustración fue el de liberar a la humanidad de los prejuicios, y liberarnos.

Por lo tanto, podemos hablar de un fracaso de la razón ilustrada (con Auschwitz como símbolo destacado de ese fracaso), es decir aquella promesa de una razón que pretendía emanciparnos de nuestra “minoría de edad” e instaurar un orden sociopolítico en el que fuera posible desarrollar los ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Sin embargo, tras desarrollar esa razón durante un par de siglos nos encontramos con que estamos más sujetos que nunca. Con el progreso de la ciencia y de la tecnología y con su aplicación a la organización de la sociedad, se fue perdiendo esta función emancipadora de la razón, imponiéndose la razón instrumental. Esta razón se impuso sobre otro tipo de razón, la razón valorativa, la razón que se cuestiona lo que se debe y lo que no se debe hacer, y esta imposición se justificó incluso desde teorías de la ciencia que pretendía dejar de lado todos los juicios valorativos en nombre de la “objetividad”: valorar no es objetivo, la ciencia no debe valorar, solo avanzar.

La escuela de Frankfurt dirige su crítica de la técnica desde el punto de vista de la traición de la propia Ilustración: aquello que debía servir para liberar a los seres humanos de los mitos se ha convertido a su vez en un mito. La razón está instrumentalizada y el ser humano ha perdido de vista la diferencia entre medios y fines.

Estos críticos, sin embargo, reconocen que el afán de dominio es una enfermedad de la razón que no le ha sobrevenido en un momento histórico determinado, sino que le acompaña desde sus mismos orígenes. La razón instrumental ha servido al ser humano a lo largo de toda nuestra historia para dominar y transformar el mundo, con lo que ha posibilitado sobrevivir y prosperar en un medio hostil. De este modo, el mal no estaría tanto en la razón instrumental o tecnológica como tal, sino en su hegemonía absoluta sobre otros tipos de razón (que atienden a la justeza de los fines y no solo a los medios). De aquí que esta instrumentalización no sea un proceso fatal, sino un

desembocado en su radical instrumentalización. Todos los asombrosos medios técnicos, materiales y humanos, son puestos al servicio de finalidades absolutamente irracionales.

7 Esto parte de una forma de relacionarnos con la naturaleza. Damos por sentado que conocemos la naturaleza si somos capaces de modificarla y dominarla según nuestros intereses.

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proceso histórico que puede (y debe) ser reorientado en cuanto los hombres tomen conciencia de ello. La razón instrumental, si se deja que lo domine todo, conduce a los campos de exterminio.

Deshumanización

Por todo ello, muchos pensadores considera que las modernas sociedades industriales están transformando al individuo humano en un ser egoísta y materialista, sin sueños ni ideales. Es una sociedad en la que no cabe la aspiración de la búsqueda del saber por sí mismo, sino que todo se encamina a la obtención de un rendimiento económico: las acciones gratuitas o altruistas muchos las consideran directamente absurdas. Ninguna acción es vista como un fin en sí misma. Se llega a considerar que los placeres son incluso medios; el descanso necesario para poder trabajar con mayor intensidad

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.

Para que este modo de vida se haya extendido y generalizado, han tenido gran influencia los medios de comunicación de masas (tanto clásicos como las actuales redes sociales):

– Estos medios han logrado que los trabajadores ya no dispongan de tiempo libre real, momentos lúdicos y creativos, sino que el tiempo ya está programado y segmentado de antemano: en su tiempo libre, los trabajadores son consumidores pasivos de las posibilidades que se les ofertan.

– La radio, la televisión, el cine, o más recientemente el móvil y las redes sociales son los instrumentos a los que se dedica la mayor parte y son medios que tienen un carácter uniformizador. Son medios que transmiten unos mensajes, valores y modelos de conducta casi idénticos que son asumidos por gran parte de la población sin ninguna crítica: la mayoría de los individuos acaban pensando igual, actuando igual. Además, esos medios siempre actúan en defensa del statu quo, de la situación de poder actual de la sociedad.

Por todo ello, el ser humano, capaz de tantas y tantas cosas, acaba deshumanizado, convertido su potencial en una caricatura, simplemente un producto para que lo exploten.

“El sujeto individual de la razón tiende a transformarse en un yo encogido, en el prisionero de un presente que se desvanece, y a olvidar el uso de las funciones intelectuales gracias a las que otrora estaba en condiciones de trascender su posición en la realidad. Estas funciones son asumidas ahora por las grandes fuerzas económicas y sociales de la era. El porvenir del individuo depende cada vez menos de su propia previsión y cada vez más de las luchas nacionales e internacionales libradas por los colosos del poder.”

Max Horkheimer, La Crítica de la Razón Instrumental

Este deshumanización no se debe, sin embargo, solo a que exista la técnica y la ciencia (esto es algo esencial del ser humano que nos acompaña desde siempre), sino a esta peculiar organización social en la que solo se favorece un tipo de razón instrumental.

8 Un ejemplo sería el modelo de oficinas de Google.

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