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NIETZSCHE 2015

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FRIEDRICH NIETZSCHE

No es necesario ni deseable que alguien tome partido por mí. Al contrario, una dosis de curiosidad, como la que nos inspira una planta extraña, acompañada de una resistencia irónica, me parecería

una posición incomparablemente más inteligente en relación con mi persona.

Friedrich Nietzsche, carta a Carl Fuchs, 29 de Julio de 1888

INDICE:

1. TEXTO………...Pág. 2

2. RESUMENES DEL TEXTO………...4

3. CONCEPTOS Y NOCIONES………..5

-LOS SENTIDOS Y EL CUERPO………5

-LOS CONCEPTOS SUPREMOS Y DIOS………7

-EL ARTE TRAGICO Y LO DIONISIACO………9

4. TEMAS O SINTESIS DOCTRINALES………...11

-EL VITALISMO DE NIETZSCHE………11

-LA CRITICA DE NIETZSCHE A LOS FILOSOFOS……….16

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TEXTO

F. NIETZSCHE,El crepúsculo de los ídolos, capítulo “La ‘razón’ en la filosofía”, apartados 1, 4 y 6 (Trad. A. Sánchez Pascual, Madrid, Alianza, 1998, pp. 51, 53-54 y 55-56).

1 “¿Me pregunta usted qué cosas son idiosincrasia en los filósofos?... Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Los filósofos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni (desde la perspectiva de lo eterno), - cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, -se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, -incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es… Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene. “Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? -“Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundoverdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la Historia (Historie), de la mentira, -la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es “pueblo”. ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! - ¡Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable “idée fixe” (idea fija) de los sentidos!, ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real!...”

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considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto -ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una a otra, no puede estar en contradicción consigo misma…Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto de “Dios”….Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum (ente realísimo)…..¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! -¡Y lo ha pagado caro!...

6. Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.

Primera tesis. Las razones por las que “este” mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, -otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable.

Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al “ser verdadero” de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, -poniéndolo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el “mundo verdadero”: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.

Tercera Tesis. Inventar fábulas acerca de “otro” mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de “otra vida distinta de ésta, “mejor” que ésta.

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RESUMEN DEL TEXTO POR FRAGMENTOS

1. En el fragmento Nietzsche señala uno de los errores más graves de los filósofos: su egipticismo, su falta de sentido histórico y su odio al devenir. Utilizan y veneran conceptos vacíos, rechazan todo lo relacionado con la vida, con el cambio. Únicamente valoran lo que no cambia, la eternidad como el verdadero ser, alejándose de la realidad que deviene, sujeta al cambio, al nacimiento, a la muerte, al desarrollo, una realidad a la que no conceden ningún valor de ser. Desprecian, igualmente, los sentidos, a los que consideran fuente de engaño, de ilusión e incapaces de captar la verdadera realidad, y desprecian también el cuerpo sujeto a la deformación, y al error. Nos aleccionan, sobre el abandono de los sentidos y el rechazo a la realidad que nos muestran. Por eso considera a los filósofos, momias, representantes del monótono-teísmo y sepultureros de la vida misma.

4. En este fragmento Nietzsche señala un nuevo error de los filósofos, éste de carácter lingüístico-conceptual, significa un uso ilícito del lenguaje, consistente en confundir lo último y lo primero, una confusión propia de enfermos mentales, que ha hecho gran daño a la humanidad. Veneran los conceptos, concretamente los conceptos más generales, los conceptos supremos, y como consideran que lo que es de primer rango, -superior- no puede provenir de algo inferior, de nada, deducen que dichos conceptos son causa de sí mismos. Así ocurre con conceptos como el ser, el bien, lo verdadero, lo perfecto, que a su vez tienen que estar en un nivel de igualdad, entre estos conceptos el más representativo es el concepto de Dios como el ente realísimo, siendo, sin embargo, el concepto más vacío.

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CONCEPTOS Y NOCIONES

LOS SENTIDOS Y EL CUERPO.

La tarea que se propone la filosofía de Nietzsche es la de desenmascarar el idealismo dominante en filosofía. Su idea fundamental podría resumirse así: lo que en la filosofía tradicional se ha considerado como “ser” frente al “devenir” no es. Sólo el devenir es. No hay ningún mundo de ideas eternas, sino aquel que nos viene dado por los sentidos corporales. Esto ha llevado a que la filosofía haya instalado al hombre en un nihilismo permanente, el más pernicioso de todos; ese nihilismo pasivo ha llevado a un rechazo y negación del mundo real, de las apariencias, de los sentidos y del cuerpo, junto a todo lo corporal.

Una breve historia desde los orígenes del pensamiento sobre las relaciones

cuerpo-sentidos y alma-razón muestra cómo los sentidos, como principio sensorial de conocimiento, han sido considerados desde Parménides y Platón, siguiendo la tradición pitagórica, como erróneos y origen del conocimiento falso: los sentidos nos engañan acerca del mundo verdadero y se muestran incapaces de captar la verdadera realidad. Recordemos cómo en Platón los sentidos y el cuerpo (prisión del alma) nos mantienen encadenados en el fondo de la caverna, sólo proporcionan una información de la realidad aparente, mostrando la pluralidad y el cambio, sujetos a error, a degeneración y a deformación. Esta concepción prevaleció no sólo en la antigüedad sino en todo el pensamiento medieval a través de la influencia de S. Agustín, que transmite a la tradición occidental una concepción del cuerpo como un envoltorio del alma; el hombre dirá San Agustín es un alma que se sirve de un cuerpo mortal y terrestre, de modo que el cuerpo, considerado como materia inerte, está necesitado de un alma. No olvidemos también, que el aprecio por los sentidos y el cuerpo es propio de una conducta inmoral, pecaminosa. En la misma línea, Descartes nos aconsejaba abandonar los sentidos como fuente de conocimiento al considerarlos engañosos; el cuerpo, debía ser abandonado y despreciado considerado en la Modernidad como mera extensión, sujeto a las leyes mecánicas del mundo.

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deviene… lo que deviene no es». La razón nos fuerza a asignar unidad, duración, identidad, sustancia, causa, ser, frente a todo lo que nos muestran los sentidos. Pero tales conceptos no podían provenir de la experiencia, desechando todo principio empírico del conocimiento, sino de la razón. Ahora, el hombre dotado de razón se interpreta a sí mismo como divino, como procedente de un lugar más alto, y en consecuencia valora el mundo del espíritu y rechaza el cuerpo. Este es el gran engaño, la historia de un error, que la filosofía de Nietzsche dejará al descubierto.

Es por todo esto, que Nietzsche parte de la sospecha de que la filosofía hasta ahora se ha impregnado de una mala comprensión del cuerpo, que ha supuesto el abandono y desprecio del cuerpo como causa de error y fuente de inmoralidades.

Frente a ese dualismo despreciativo con el cuerpo y los sentidos, Nietzsche afirma

el monismo del cuerpo. No existe un sujeto pensante situado más allá del cuerpo, no existe el alma o el espíritu. El cuerpo nos integra en la realidad biológica, y posibilita el conocimiento del mundo (a través de los sentidos -adoptando el empirismo de Hume-) y de nosotros mismos. El cuerpo es manifestación de la voluntad de poder y unifica la pluralidad de fuerzas que confluyen en nosotros. Somos cuerpo, esa primera realidad con la que se encuentra el ser humano en la vida y su único modo para enfrentarse al mundo. Para Nietzsche el cuerpo es sorprendente, un conjunto de fuerzas, activas y reactivas. Es el cuerpo vivo, ese cuerpo que siente, que padece, que se alegra; que ha traspasado «las barreras animales de la época de celo» y busca el placer no sólo ocasionalmente, sino siempre, y agotadas unas fuentes de placer inventa otras para obtener estímulos y huir del aburrimiento, así surge el juego, la fiesta y la danza. Nietzsche es el filósofo que más lejos ha llevado la reivindicación de la vida y del cuerpo, encontramos toda una filosofía del cuerpo donde la fisiología, la percepción y la conciencia constituyen un continuo, pues sólo lo que aparece puede conocerse.

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LOS CONCEPTOS SUPREMOS Y DIOS.

En el texto Nietzsche nos habla del «egipticismo», como la primera característica de los filósofos. Como segunda característica nos habla de la «confusión de lo último con lo primero», donde lo último son los conceptos metafísicos que necesariamente son posteriores a nuestra experiencia sensible que es primera; así por ejemplo, la idea de Belleza es una generalización posterior a nuestra visión de los cuerpos bellos, de las bellas acciones, etc. Según Nietzsche la tradición de la metafísica occidental se ha caracterizado por la creación de una serie de conceptos supremos y generalísimos como Ser, Sustancia, Unidad, Identidad, Ente, Belleza, Perfección, Esenciacuyo origen no viene dado por la experiencia sensible, sino que poseen un origen racional y por ello tales conceptos no se someten al cambio ni al tiempo, son eternos (aquí está la esencia de la teoría de las ideas de Platón). Para Nietzsche, tales conceptos supremos no designan nada real, son conceptos vacíos: “los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora”, carecen de contenido, y sin embargo estos conceptos han sido la guía de la metafísica occidental identificándose con las categorías que determinan la verdad: «el mundo verdadero».

Tal invención de larazón, a través de su capacidad deabstracción, es la expresión para Nietzsche de un miedo ante la realidad y la vida que no pretende aceptarse tal y como es, un recelo y cobardía ante el devenir de la realidad sensible; sólo pueden referirse a un mundo inventado creando un orden piramidal, sometido a leyes, subordinaciones, y sobre todo a límites. Los conceptos supremos carecen, pues, de referencia objetiva y proceden de un uso metafísico del lenguaje, por el cual conceptos que son derivados por generalización al final, y que tienen un origen sensible, son tomados como primeros en importancia y verdad.

Entre ellos, destaca el concepto supremo deDios, considerado el ser más real (ens realissimum), perfecto, necesario y causa de sí mismo (causa sui). Los demás seres, por ser creados y tener una existencia dependiente de Dios, serían contingentes. Para Nietzsche este «ens realissimun» (ente realísimo) ni existe ni puede existir, no existe nada con las características de ese ser absoluto; es una ficción vacía, lo contrario a la vida y la prueba de que el hombre no es inocente ante tal ficción.

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La ESTRUCTURA GRAMATICAL DE LOS JUICIOS da muestras también de este engaño. Los juicios exigen que haya una acción y un sujeto que la realiza, es decir, una cosa o una sustancia que es la causante de los acontecimientos. Dicho de otro modo, el lenguaje nos incita a buscar sujetos a partir de los hechos, y terminamos dando mayor predominio a los nombres que a las acciones; de este modo, pensamos que hay sustancias porque hay sujetos gramaticales. El lenguaje deforma, sin que lo advirtamos, la estructura de la realidad al hacernos buscar sujetos que permanecen donde sólo hay un devenir que fluye continuamente. El lenguaje seduce, de este modo, nuestro pensamiento y construye sujetos imaginarios como; “yo”, “Dios”, que no son más que palabras.

Nietzsche niega que los conceptos puedan aprehender la verdadera realidad de la vida, del ser, que es un continuo devenir. Sólo a través del arte, que se sabe creativo y efímero, podemos captar la fabulosa realidad de las cosas, exaltando el poder de la imaginación metafórica. El pensamiento construye metáforas del mundo, siempre abiertas, ni simplificadas ni simplificadoras, como máscaras o filtros que nos muestran el mundo de un modo determinado, desde la perspectiva de cada cual. El problema aparece cuando se confunde el concepto con la realidad y olvidamos que las palabras que utilizamos son originariamente imágenes, metáforas de lo que vemos, oímos, palpamos, sentimos; interpretaciones lingüísticas de lo real. El engaño de la inteligencia consiste en hacer creer que se capta la vida a través de conceptos.

En este sentido, Dios es ese concepto supremo considerado causa de sí mismo (causa sui), que es elresultado de la mala utilización del lenguaje, de la gramáticaque construye una metafísica basada en la existencia de las sustancias. Si nuestra gramática fuese distinta, nuestra forma de entender el mundo sería también distinta. Sólo la superación de la creencia en la gramática puede superar también la concepción típica de la metafísica tradicional:

“¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales

de unos enfermos tejedores de telarañas!-¡Y lo ha pagado caro!

EL ARTE TRAGICO Y LO DIONISIACO.

Tras algunas conferencias y artículos, su primera obra de envergadura es El nacimiento de la tragedia, obra dedicada e influida por su amigo Wagner e inspirada en Schopenhauer. Nietzsche afirma que el nacimiento de la tragedia griega se debe a la fusión de dos principios contrapuestos pero presentes en el espíritu griego: lo APOLÍNEO y lo

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estos dos principios le servirán para explicar la actitud ante la vida:lo apolíneo, encarnado en el dios Apolo, como símbolo de la serenidad, es el dios del sol, de la luz y la claridad. Representa la belleza, la medida, el equilibrio de la forma, del contorno fijo, la artificiosidad, el sueño claro y sobre todo de la individualidad, expresa la victoria de la razón tal y como se da en el lenguaje y en la dialéctica. Son apolíneos la escultura y la arquitectura y los dioses homéricos. La civilización es apolínea.

Lo dionisiaco, se encarna en el dios Dionisos, la divinidad protectora de la vida y símbolo del placer, las fiestas y el vino, es el símbolo de lo impulsivo y lo enérgico, de todo lo problemático y duro que tiene la vida, del dolor y la resurrección (moría cada invierno para resucitar en primavera y con él los frutos de la tierra), inspirador de la locura ritual y el éxtasis, del erotismo y de la orgía como culminación de ese afán de vivir. Es el dios de la alegría, el dios que canta, ríe y danza por lo que rechaza toda renuncia, todo intento de fuga de la vida. Dionisos es el dios salvaje de la disolución, la música y la danza son sus formas preferidas. Bajo la posesión dionisiaca el hombre se funde con la naturaleza, en la orgía se deshace el límite del individuo en la masa, y en el interior de la persona se rompen los límites cuando la conciencia se abre al inconsciente en la liberación de las fuerzas profundas de la voluntad de vivir. Lo dionisiaco expresa el tremendo proceso mismo de la vida y por ello precede a la civilización.

Los griegos pensaban que las cualidades de los dos dioses eran complementarias y los consideraban hermanos. Aristóteles sostiene que la tragedia griega se desarrolló a partir de los cultos al dios Dionisos que tenían lugar en Atenas desde el VI a.C., donde se representaban las obras de los grandes dramaturgos Esquilo, Sófocles o Eurípides. Nietzsche considera la tragedia griega como la expresión de un desbordante sentimiento de vida y de fuerza, dentro del cual el mismo dolor actúa como estimulante; donde la vida se regocija en sacrificar a sus tipos más altos por el puro placer del cambio que incluye el placer destruir. En la tragedia aparece por un lado lo dionisiaco, y por otro lo apolíneo en la sabiduría y la justicia que culmina en el castigo divino del personaje sin la menor conciencia de pecado, sin calumniar en ningún momento la vida, sin arrepentimiento, sobrellevando su situación con entereza y dando la sensación de que a pesar de todo, “todo está bien”. Los griegos sabían que la vida era terrible, inexplicable y peligrosa, pero no se entregaban al pesimismo, que se podía eludir de dos formas:

a) Cubriendo la realidad con un velo estático, creando un mundo ideal de proporción y belleza, dando la espalda a la realidad en una visión apolínea como lo hace la civilización.

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Este espíritu dionisíaco es lo diametralmente opuesto a la aceptación resignada de la vida, es el símbolo divinizado de la aceptación de la vida, es la voluntad orgiástica de la vida en la totalidad de su potencia infinita. Nietzsche pretende recuperar la vida en su dimensión trágica, dionisíaca y al hombre como artista trágico, aquel que no pretende metas, ni orígenes fuera de este mundo, sino que afirma la realidad, la vida, tal como es, incluso en sus aspectos más enigmáticos e irracionales, terribles y dolorosos. El artista trágico, al seleccionar y corregir la realidad, no la oculta ni la niega, la acepta y la asume pero embelleciéndola (dialéctica apolíneo-dionisíaca). El artista trágico es el modelo de ser humano. El arte es como un arco desde el que el artista se lanza a la vida y a la creación permanente, el arte ayuda a vivir, pues de otro modo la vida se siente desamparada frente a los sentimientos absurdos y frente al aburrimiento. Todo puede ser estremecedor e inmenso, el mundo, la propia vida, el conocimiento, pero es la música lo que predispone a lo grandioso. A partir de esta obra Nietzsche ya no hablará más de lo apolíneo y sí de lo dionisiaco.

Esta conciencia heroica entra en crisis, según Nietzsche, cuando Eurípides intenta eliminar de la tragedia el elemento dionisiaco a favor de elementos morales, pero sobre todo hacia la mitad del siglo V a. C., con la aparición de una nueva forma racional de ver el mundo y los hechos humanos inaugurada por Sócrates. Con esta visión socrático-platónica, que se opone radicalmente a lo trágico, el espíritu y la cultura griega entran en decadencia. En adelante, lo racional-abstracto primará sobre lo vital-instintivo. "En Sócrates reconocemos el gran adversario de Dionisos”. Sabemos que en la historia del pensamiento el cristianismo ocupará el mismo lugar debido a su fusión con el platonismo, así como por los elementos comunes de ambas teorías.

En el artista trágico Nietzsche pretende recuperar los valores dionisíacos de la vida en su dimensión creadora, la verdadera esencia de la vida como voluntad de poder que está representada por el superhombre. El artista trágico expresa las cualidades dionisiacas en el

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TEMAS O SINTESIS DOCTRINALES.

EL VITALISMO DE NIETZSCHE.

Con la denominación vitalismo (“ filosofía de la vida") nos referimos a todas las filosofías que tienen como preocupación fundamental el tema de LA VIDA COMO REALIDAD RADICAL. Aunque aNietzschese le sitúa en esta corriente, lo más adecuado es señalar que en él confluyen numerosas tendencias que se dan esta época (entre la segunda mitad del s. XIX y primeras décadas del XX), cuyo denominador común es la reacción contra el racionalismo e idealismo y contra la absolutización de la ciencia, así como una exaltación de la vida y que son repensadas de manera peculiar y brillante por Nietzsche.

La filosofía de Nietzsche es una filosofía vitalista, que ensalza y se centra en el valor que la vida tiene por sí misma. La vida se convierte en el criterio que determina el valor de la filosofía, la ciencia o el arte, así como cualquier otra dimensión del hombre, en cuanto que éstas contribuyan o se opongan a su afirmación y desarrollo. Muy lejos quedan las filosofías de la esencia, de las ideas, de las formas, de las trascendencias, de las sustancias, del conocimiento, todas ellas, según Nietzsche, se han desarrollado al margen del verdadero sentido del mundo y de la realidad. La vida se convierte ahora en lo Absoluto.

Influido por la obra de Arthur Schopenhauer “El mundo como voluntad y representación”, Nietzsche descubre que el mundo construido por la razón, la historia y la moral no es el mundo auténtico, sino que detrás o debajo de él surge la vida real: la Voluntad. Sin embargo Schopenhauer es pesimista; hay en él un rechazo de la Voluntad que pretende anular a través de la función redentora del arte y de la mística. Esta actitud de renuncia en Schopenhauer, hará que Nietzsche vaya adquiriendo cada vez más distancia respecto a su maestro. Nietzsche verá claro que la Voluntad es un poder espiritual elemental, es el poder primario de la vida que hay que afirmar e incrementar permanentemente.

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darwinismo al subrayar la lucha por la supervivencia y la selección natural. Nietzsche compara la vida con los dolores de parto, necesarios en un proceso de creación. Este es el sentido de la tragedia: esto es ser trágico, que Nietzsche identifica en su primera obra con el ser del pueblo griego.

El mundo, el hombre, la vida, son voluntad de poder. ¿Qué significa exactamente esta expresión? Nietzsche no la define exactamente, pero se refiere a ella con mucha frecuencia. Se trata del impulso de todo lo viviente a superarse, a dar formas nuevas y más elevadas de vida, y a permitir una expansión libre de la fuerza y la energía en un proceso de creación. Un poder ascendente que origina formas superiores de vida, exigiendo incluso el sacrificio y la inmolación de las formas inferiores, así como la muerte, el dolor y el sufrimiento. Decir sí a la vida es también decirlo al dolor que ella conlleva (nada más lejos a la voluntad de poder que un cómodo aferramiento a los pequeños placeres que la vida puede depararnos, ni tampoco esa continua búsqueda de la felicidad sobre la que se ha basado gran parte del pensamiento occidental, todas estas inclinaciones son muestras de la decadencia vital y moral), pero más que nunca, esto no debe confundirse con una visión pesimista, una actitud de resignada lamentación que sería sobre todo un signo de debilidad, un rechazo a lo vital; no es correcto tampoco una definición estrictamente biologicista de esta voluntad, y mucho menos una interpretación política o racista.

Nietzsche llama "Voluntad" al conjunto de la vida psicológica: sensaciones, instintos, emociones, pensamientos que son afirmadores de la vida. Esta voluntad de poder es voluntad de ser más, vivir más, superarse, demostrar una fuerza siempre creciente; en una palabra es "voluntad de crear". ”Soy aquel -dice Zaratustra- que es empujado a superarse a sí mismo constantemente”. Y más que una facultad del hombre, es todo el

conjunto de fuerzas y pulsiones que se dirigen hacia el "poder". Pero esta "voluntad de poder", no sólo se aplica al hombre, sino que tiene también tiene una dimensión cósmica.

Voluntad de poder es, pues, voluntad de ilusión, voluntad de dominar el cosmos y determinar las nuevas valoraciones. De ahí que esta "voluntad de poder" sea voluntad creadora de valores. Por ello es también voluntad de olvido de los antiguos valores.

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dedicación no es la de dominar o someter, mucho menos asesinar al prójimo, pues no es prioridad del hombre poderoso el detenerse a someter esclavos, sino el dedicarse a la afirmación y al desarrollo de su propia vida. Las fuerzas reactivas atrofian la voluntad de poder, se identifican con la moral de esclavos y produce una vida descendente, decadente, donde se genera un resentimiento y odio hacia lo humano. Aquí se promueve la pasividad del hombre, que no actúa por sí mismo, y la reacción contra la moral aristocrática, provocando una inversión de los valores, llamando «malos» a los señores. Este tipo de moral es identificada en Nietzsche con las mentiras de la filosofía socrático-platónica, y del judeo-cristianismo.

[

NOTA: La moral judeo-cristiana destruyó los valores del mundo antiguo, haciendo que el

resentimiento se volviese creador de unos valores inversos a los del mundo antiguo. La Judea vencida y reprimida por Roma se levanta contra ésta, invierte los valores del mundo antiguo y conquista Roma en la figura del cristianismo. El cristianismo es una moral de esclavos al fomentar humildad, pobreza, mediocridad e igualdad; también impone valores mezquinos como la obediencia, la compasión, el pedir perdón, el arrepentimiento o la redención, todos los cuales son sentimientos propios del rebaño. Con el cristianismo se presenta una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura con el sentimiento de culpa y de pecado. Todas las religiones son falsas, pues todas nacen del miedo, de la angustia, de la necesidad y de la impotencia que siente el hombre en sí mismo, pero el politeísmo expresa mejor la riqueza de la realidad que el «monótono-teísmo». El cristianismo lleva hasta el final el desprecio de la vida iniciado en la filosofía platónica y su superación es imprescindible.]

La propuesta vitalista de Nietzsche pasa por desenmascarar las fuerzas reactivas; es una indagación de gran sutileza sobre el pasado de occidente y la gran propuesta de su doctrina, será la TRANSMUTACIÓN de todos los valores, una nueva inversión, una transmutación que será obra del genio creador, del SUPERHOMBRE y que requiere la

MUERTE DE DIOS1. Nietzsche pretende apurar las consecuencias de la significación histórica de “la muerte de Dios”. Para él, este acontecimiento supone la liberación del gran peso que abruma a los hombres. La expresión “DIOS HA MUERTO” significa que se han derrumbado los pilares que sostenían la cultura occidental; el acontecimiento no tiene un carácter personal, sino que constituye un hito en la historia del hombre. Dios ha sido, según Nietzsche, la gran objeción contra la vida, contra la existencia; ha sido el fundamento de la justificación del orden moral tradicional, de la moral de los "esclavos". La muerte de Dios significa que ha muerto ese Dios de la metafísica, ese Dios monoteísta, fundamento de la

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moral tradicional y de la negación de la vida terrena. Al "matar" a Dios se han suprimido todos aquellos valores que servían de fundamento a nuestra vida, se ha perdido todo punto de referencia. Hemos eliminado el mundo de lo sobrenatural, y al hacerlo, hemos quebrado la tabla de valores con la que estaba vinculado. Esta redención del mundo queda expresada en su frase "DIOS HA MUERTO, VIVA EL SUPERHOMBRE", son los dos grandes anuncios de Zaratustra, ese nuevo profeta.

La figura del superhombre expresa la transformación o metamorfosis del espíritu para llegar a un estado de libertad sin prejuicios, identificado con la infancia: Dionisos es también el Dios niño que juega y se esconde. Como niño, vive libre de prejuicios y es inocente. Este es el comienzo en el aparecer del superhombre. El niño es el "yo soy". El niño es el puro presente, no tiene pasado ni futuro; su actividad es el juego, y al jugar lo que hace es repetir la creación, crea constantemente nuevos valores. El "superhombre", por tanto, posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es el "primer hombre", posee la capacidad de crear valores, vive fiel a la tierra. Es el hombre libre, natural y dominador que cuenta entre sus valores el orgullo, la agresividad, la dureza inexorable, la soledad. Es el hombre que no cree en la "igualdad", sino en las "jerarquías", porque la igualdad sólo lleva a la moral del "rebaño" y de los "esclavos". "Hay que desconfiar de la plebe, dice Nietzsche, porque lo que ella aprendió en otro tiempo a creer sin razones

es muy difícil destruirlo mediante razones".

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permaneced fieles a la tierra, y no creáis a quienes os hablan de esperanzas

sobreterrenales. Son envenenadores, lo sepan o no..."

Este mundo se presenta a Nietzsche, de este modo, despojado de toda racionalidad; lo que mueve al mundo es el "azar". El mundo es un "caos", por falta de "orden", de estructura, de forma, de belleza, de sabiduría y de todos nuestros esteticismos humanos. El azar lo domina todo. "Un poco de sabiduría es posible. Pero yo he encontrado en todas las cosas esta certeza feliz: prefieren bailar sobre los pies de

azar"

LA CRÍTICA DE NIETZSCHE A LOS FILOSOFOS.

El pensamiento de Nietzsche, además de su propuesta vitalista, va a exponer una crítica radical de los síntomas decadentes de la civilización occidental que permiten hacer

un diagnóstico de nuestra cultura, y que se analizan con gran sutileza aplicando el

método genealógico, esto es, mostrando los momentos y el modo en que se ha generado la situación de occidente, cómo han ido cambiando conceptos y sobretodo esquemas de valoración y comportamiento, así como quienes han sido los responsables de ello.

Nietzsche critica la civilización occidental por haber establecido tradiciones basadas en la no aceptación de la vida, en el pesimismo, dando como resultado la "voluntad de la nada". En consecuencia, la cultura occidental está sumida en el NIHILISMO, en su propia autodestrucción. Nihilismo (del latín "nihil" = nada) es un término empleado, en general, para descalificar cualquier doctrina que niegue o no reconozca realidades o valores que se consideren importantes. El nihilismo será, para Nietzsche, el resultado de la cultura occidental en los próximos dos siglos. Tal nihilismo pasivo (decadencia y retroceso del poder del espíritu) es consecuencia de la disminución o agotamiento de la voluntad de poder, que es la esencia misma de la vida. Este nihilismo está a punto de llegar, pues todos los valores creados por la cultura occidental son valores falsos y cuando éstos se derrumben la civilización occidental se quedará sin nada. Del "Dios es la verdad" se pasará a decir que "todo es falso", se perderá el "sentido de la existencia". Supondrá la renuncia a aspirar a nada más elevado, el aferrarse a la felicidad y a los pequeños placeres, el huir del dolor y lamentarse por él.

Precisamente estos son los síntomas que se advierten en la cultura contemporánea. A este tipo de hombre Nietzsche lo llamará “el último hombre”, que quizá equivaldría a lo que hoy se define como “hombre-masa”, al que se refiere en los siguientes términos: “En el fondo lo que más quieren es simplemente una cosa: que nadie les haga daño. Así son

deferentes con todo el mundo y le hacen el bien. Virtud es para ellos lo que vuelve

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Nietzsche denuncia también como decadentes a otros dos tipos de hombres que la humanidad acostumbra a admirar. Los primeros son los grandes sabios, que suelen coincidir en su racionalismo, su desprecio hacia lo instintivo, su inhibición de lo pasional; estas cualidades se hallan en el modelo de Sócrates, por lo que se contrapuso el socratismo al dionisismo, expresión de la decadencia griega, como hemos visto en la noción III. Para Nietzsche, la razón y la conciencia no han pertenecido al hombre desde siempre, sino que es una aparición tardía en la historia evolutiva del hombre.Hay que subrayar que Nietzsche desconfía de la racionalidad humana, al igual que sabe que la subsistencia la debe el hombre a sus instintos y no a su intelecto; de aquí que el tipo de sabiduría que propugna es una sabiduría instintiva o intuitiva. El otro tipo de hombre que considera nihilista esel cristiano, por considerar los males de este mundo como un castigo a los pecados; por ello en sus últimas obras enfrentará a Dionisos y al Crucificado, como dos dioses que simbolizan actitudes vitales opuestas. El concepto cristiano de Dios es para Nietzsche uno de los conceptos más corruptos a los que se ha llegado en la Tierra, el nivel más bajo en la evolución descendente del tipo de los dioses. Los dioses del Olimpo justifican la vida viviéndola también ellos, pero el Dios cristiano prefiere la muerte.

Nietzsche introduce en la Historia de la filosofía una terrible sospecha: que en la civilización occidental hemos equivocado el camino. Es aquí donde Nietzsche desarrolla su crítica a la filosofía y a los filósofos. Esta CRITICA A LA FILOSOFÍA se remonta desde Parménides hasta Hegel, pasando por Sócrates, Platón, los filósofos cristianos, y Kant entre otros, pues no pudiendo imponer su voluntad culparon al mundo y a la vida en nombre de un más allá inexistente.

Nietzsche propone, en el texto (párrafo 6), cuatro tesis en las que se puede resumir el error tradicional cometido por la filosofía en su transcurrir por la historia, responsable de la decadencia. Estas tesis expresan los siguientes contenidos:

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TambiénSócrateshizo triunfar la razón contra la vida, fue sencillamente un enfermo crónico; se mostró hostil a la vida, quiso morir, dijo no a la vida; abrió un período de decadencia que actualmente sigue destrozándonos hasta nuestros días; luchó contra la fascinación dionisiaca.Platón, por su parte, creó otro mundo desvalorizando éste, además, para poder comprender este mundo es necesario suponer la existencia de otro más real, que está por encima y que no es sensible sino suprasensible («la gran mentira»); inventó el espíritu puro, el alma y la idea de Bien y sólo podemos juzgar el mundo sensible desde el mundo de las Ideas; sobre todo ello, propone la práctica de la virtud, el orden y el dominio de las pasiones para conseguir la felicidad (otra apuesta por lo apolíneo).

Con la aparición del cristianismose impone una moral que proviene de Dios y no de la vida. El cristianismo, como hemos visto, es la expresión más palpable del odio y del resentimiento hacia la vida, ya que identifica a los buenos con los pobres y humildes, y los fuertes y poderosos son malditos: «Inventar fábulas acerca de otro mundo [...]instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida» Los teólogos cristianos

identificaron la idea platónica de Bien con el Dios bíblico y a partir de entonces la Metafísica y la Ética tuvieron en Dios su fundamento. El error de la metafísica es haber admitido la existencia de “un mundo verdadero” frente a “un mundo aparente”; ambos para Nietzsche serán uno y el mismo, y sólo este último es real, la apariencia se identifica con la única realidad que puede existir. La Metafísica calumnió y negó este mundo (el único real) en nombre de otro inexistente, y ello por la razón psicológica de que los hombres decadentes y débiles cuya voluntad no logró imponerse al mundo, lograron imponer su visión enfermiza de la realidad afirmando que éste es portador de un sentido trascendente que llegó a doblegar a los espíritus fuertes.

Más tarde, la Ilustración inicia el proceso que lleva a la muerte de Dios, sin embargo esto no fue aprovechado para construir una nueva moral, pues se siguieron controlando los instintos desde el poder de la razón, y sustituimos a Dios por el Estado y la ciencia. TambiénKant«(en última instancia un cristiano alevoso)», como pensador ilustrado mantiene esta situación, separa la realidad en dos niveles, el del «fenómeno» sometido a las leyes de la naturaleza y el del «noúmeno» sometido a la libertad, y afirma la necesidad de Dios como pilar básico de la vida ética.

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la vida, la existencia. Pero, al necesitar vivir en sociedad, y para evitar la guerra de todos contra todos, "se fija lo que a partir de entonces ha de ser la VERDAD". Se inventa una designación de las cosas uniformemente válida y obligatoria (que es, por lo tanto, convencional) y así surge el contraste entre verdad y mentira. La verdad no depende de las cosas mismas, sino del uso correcto de las convenciones del lenguaje. La mentira del intelecto consiste en hacer creer que se capta la vida a través de conceptos.

Dividir el mundo en “real” y “aparente” es una ilusión decadente. Tanto Platón como Descartes y Kant intentan racionalizar el ser como devenir, lo que es imposible pues sólo inventan ficciones lógicas. La razón es un elemento de adaptación que funciona creando ficciones. Es a partir de esta concepción donde se puede ver la relación realidad/apariencia. La filosofía moderna considera que lo que aparece no es lo verdadero. Lo verdadero es lo que está más allá de lo que aparece. La peculiaridad de Nietzsche es reaccionar contra este dualismo. No existen la realidad y la apariencia;sólo existe lo que aparece. La apariencia es la verdadera realidad.

En conclusión, los filósofos se han dedicado a “momificar” la realidad, el devenir del ser a través de conceptos, etiquetas a través de las cuales el ser ha perdido su primitivo carácter de inocencia y que hace al hombre dependiente de instancias superiores a él, ya sea Dios, la Razón, la Ciencia o la Historia. El pensamiento de Nietzsche pretende acabar con este error e inaugurar una nueva forma de hacer filosofía ("los conceptos que usa la metafísica son metáforas gastadas, al igual que las monedas se gastan con el uso"). Es un filosofar a martillazos; Zaratustra será quien, anunciando la muerte de Dios, comience la nueva filosofía, la "filosofía del mediodía", donde no hay ni verdadero mundo ni mundo de la apariencia, ni verdad ni mentira, ni bien ni mal, un mundo demasiado humano donde sólo está el mundo como voluntad de poder.

CONTEXTUALIZACIÓN –NIETZSCHE

1. PRIMER MARCO DE REFERENCIA.

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de mundos. Pero es también una crítica constructiva, en la que propone unos nuevos valores, los dionisiacos, propios de la vida auténtica, del verdadero hombre: el superhombre. Una obra en la que a través de sus once apartados pretende hacer caer a todos los dioses: Sócrates, Platón, Descartes, Kant, Wagner –cuya música se ha dulcificado, cristianizado-. Una obra en la que, además, encontramos una de las ideas ontológicas más importantes de Nietzsche: el ser como devenir. El apartado tercero, “La razón en la filosofía”, es un apartado central en esta obra al hablar de la idiosicransia del filósofo, es decir del filósofo típico, y de su odio a la noción de devenir y en consecuencia en su odio a la vida. La filosofía anterior (con la excepción de Heráclito) ha sido obra del resentimiento y la razón aparece como la causa de la falsificación de los sentidos. Nietzsche acaba este apartado con cuatro tesis, en las que resumen toda la metafísica tradicional. Su obra suele dividirse en los siguientes períodos:

1. Período romántico."FILOSOFÍA DE LA NOCHE" 1871-1878:

Corresponde a la época inicial en que Nietzsche estudia el arte griego y su tragedia; está influido por la obra de Schopenhauer, de quien toma la idea de que el mundo es voluntad de vida; y por la música de su amigo Wagner. Dionisos, el dios de la noche, de la afirmación de la vida, y el artista (el poeta trágico) son en este período las figuras que muestran una actitud auténticamente afirmadora de la vida. En esta época piensa que el arte es un modo privilegiado de acercarse a la vida. La obra fundamental es El origen de la tragedia en el espíritu de la música. Otras obras son: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral y Las consideraciones intempestivas.

2. Período positivista o ilustrado. "FILOSOFÍA DE LA MAÑANA" 1878-1882:

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Así habló Zaratustra”. La obra se presenta como un intento de liberación del hombre a través de la destrucción de los prejuicios establecidos.

3. El mensaje de Zaratustra. "FILOSOFÍA DEL MEDIODÍA" 1883-1885:

Es ahora cuando su pensamiento llega a su máxima altura, cuando alcanza el

"mediodía". De esta época es su obra: Así habló Zaratustra, obra profética y poética, a medio camino entre la filosofía y la literatura, que como una nueva Biblia se expresa mediante metáforas. Se trata de una serie de discursos simbólicos unidos por una fábula. Zaratustra es un profeta que se convierte después de haber predicado la moral tradicional (la moral de esclavos); se retira como ermitaño a una montaña donde vive en compañía de dos animales, un águila que simboliza el orgullo, y una serpiente que simboliza la inteligencia. Tras alcanzar la sabiduría baja a predicarla a los hombres en cuatro doctrinas principales: la muerte de Dios y la venida del Superhombre, la Voluntad de Poder y el Eterno Retorno. Zaratustra es la encarnación del Dios Dionisos, su figura, y también es el

"Superhombre". Junto a la figura del superhombre aparece también la idea del “eterno retorno”.

4. Período crítico. "FILOSOFÍA DEL ATARDECER" 1886-1888:

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el proceso de superación de las ideas religiosas, filosóficas y morales que había criticado en las obras anteriores.

Todas sus obras se caracterizan por un estilo laberíntico, lleno de aforismos, de metáforas, destinadoa provocar y que, también, enmascarasu pensamiento, dando lugar a interpretaciones erróneas, como considerarlo un baluarte del nazismo. Lo cierto es que Nietzsche, filólogo, catedrático y profesor de griego y latín en la Universidad de Basilea desde los 24 años, utilizó el lenguaje a capricho, con sutileza, con picardía y gran brillantez; es un verdadero mago de las palabras, y lo sabe, llegando a reconocer en su obra Ecce Homo que sólo el hombre del mañana entenderá su filosofía. Pero también es verdad que su vida estuvo marcada por la soledad, el dolor, el desengaño y la enfermedad.

Nietzsche, nace en 1844 en Röecken (Alemania), en una familia de pastores protestantes. Estudio en Bonn y Leipzig filología clásica y fue profesor de la Universidad de Basilea hasta que hubo de abandonarla por sus fuertes dolores de cabeza y altas fiebres, que serán más continuas conforme avancen los años. La enfermedad lo irá aislando, refugiándose en sus escritos, viéndose muchas veces inválido y postergado, durante varios días, en cama, Cuando se produzca la última y definitiva crisis mental en 1889, será ingresado por su amigo Overbeck en la clínica de Basilea en la que se le diagnostica “parálisis progresiva”. Nietzsche morirá el 25 de agosto de 1900 a los 56 años de edad.

2. MARCO DE REFERENCIA.

La segunda mitad del siglo XIX se caracteriza por la existencia de profundas modificaciones en el ámbito social e intelectual. El XIX es un siglo dinámico, que conlleva un inusual progreso económico. Un siglo creador de numerosos descubrimientos que marcan el dominio de la ciencia y de la técnica y la hegemonía de la ciencia que provoca una concepción disgregadora, mecanicista y contraria a los valores universales. Es en este período cuando se produce la máxima expansión colonial, que conlleva la explotación de numerosos países, creando profundos desequilibrios que duran hasta nuestros días. Europa extiende al mundo los principios jurídicos, políticos y económicos de su sistema democrático liberal con la división de poderes.

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En la historia del pensamiento tenemos que señalar el fin de los grandes sistemas. En filosofía, esta época se presentan como un período de transición. Aparecen diversas corrientes filosóficas que pretenden revalorizar aspectos que el positivismo había desvalorizado: la vida, el espíritu y la libertad, los valores, la especificidad del ámbito histórico, etc. Aspectos que constituyen lo que más tarde llamará Ortega y Gasset "El tema de nuestro tiempo". Las tendencias filosóficas más importantes que se desarrollan en la época son:

EL POSITIVISMO: Continúa la línea del empirismo del siglo XVIII, es un movimiento reacio a la especulación filosófica, que considera la ciencia como la única forma de conocimiento. Su máximo representante es Augusto Comte.

EL MARXISMO: Marx y Engels conciben la historia como el resultado de la lucha entre dos clases, que en su época se concreta en la lucha entreel proletariado y la burguesía. Proponen una nueva organización económica y social más justa y equitativa para todos, basada en la desaparición de la propiedad privada y del Estado. Su método dialéctico y su análisis materialista de la historia interpreta que las concepciones ideológicas, políticas, artísticas, científicas, filosóficas, religiosas, etc. dependen de un único factor: las relaciones de producción, las relaciones económicas; y sus estudios sobre la alienación del hombre son un reflejo de las condiciones de vida del hombre contemporáneo.

EL EVOLUCIONISMO: Darwin descubrió que las formas de vida superiores no han surgido espontáneamente y tal y como son ahora, sino que proceden de las inferiores siguiendo un proceso de perfeccionamiento y complejidad creciente. En la naturaleza rige una ley de continua supervivencia de unas especies sobre otras. De esta lucha sobreviven los individuos más aptos y más capacitados, mientras que los más débiles desaparecen. Estas tesis se introducen en Alemania a través deHaeckel y tendrán una notable influencia en el pensamiento de Nietzsche.

El pensamiento de Nietzsche se encuadra dentro delVitalismo,al convertir a la vida en el eje central de su filosofía. Es también una filosofía, que pretende, como la de Marx, influir en la vida real. Son filosofías que tienen el objetivo de transformar algún aspecto de la realidad que daña el progreso de la humanidad, filosofías que van a suponer la quiebra de la razón especulativa, y el abandono del idealismo hegeliano.

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pero también una búsqueda de un horizonte utópico y liberador en una nueva imagen de hombre.

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Referencias

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