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Shaw C. R., y McK y H O (1) .

areas (ed. rev.;. Chic~go IL' ~uv I~¡{ i b'II,qU ny and urbon , . rnv rstty of hlC 90 Pr ss.

Silva, F.,yMartorell M ( (198 ) _

Promolibro. ' '. 2 .La batena desocialización. Valencia:

Wikstrom, P.O., YLoeber R (2000) D di

cause well-adjuste'd ~hildren ~o~ec~~dvant.aged neighborhoods male juvenile serious offending indiv~dde~m~~ents? A study of factors, and neighborhood con; .u~ ns and protective

1142. ext. Cnmmology, nO38, 1109-

- 70-

Capítulo 6

Gestión del riesgo de comportamientos antisocial es en la enseñanza secundaria,

atendiendo al género y al apoyo social percibido

María Elena Arce-Fariña.

Universidad de A Coruña. Departamento de Psicología Evolutiva.

Mercedes Novo Pérez.

E-mail: mercedes.novo@usc.es Departamento de Psicologia Social, Básica y Metodología,

Universidad de Santiago de Compostela.

Dolores Seijo Martínez.

Departamento de Psicologia Social, Básica y Metodología.

Universidad de Santiago de Compostela.

1. Introducción

La literatura pone de manifiesto la relevancia que toman los comportamientos antisociales en el ámbito escolar tanto en la explicación y como en la prevención de la conducta delictiva (De la Rubia y Morales, 2012). Así, Dembo, et al., (2011) advierten que los absentistas escolares presentan un alto riesgo de continuar en la escalada de comportamientos antisociales en el ámbito escolar pudiendo llegar hasta emitir conductas delictivas. Asimismo, Arce, Fariña y Vázquez- Figueiredo (2011) encontraron una vinculación entre inadaptación multinivel y los problemas de ajuste familiar con los comportamientos antisociales y delictivos. En este sentido, se ha comprobado que el apoyo social y, muy particularmente el familiar, amortigua el riesgo de

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desajuste d l m nor qu p nd p v n r 11 s (Buela-Casal, Fernández-Ríos y Carrasco, 1997), dado qu constituy un estrategia de afrontamiento que potencia el bienestar psicoemocional (López de Roda y Sánchez, 2001). Por lo que no resulta baladí que las poblaciones que presentan un alto riesgo de desarrollar comportamientos antisociales y delictivos precisen de una red de apoyo social que les proteja (Vaux, 1982). Disponer de una amplia red de apoyo social no es garante de eficacia, de hecho el apoyo puede ser proporcionado de modo incompetente, ser de poca calidad, estar mal regulado y presentarse de forma insensible al contexto o a las recientes necesidades o incluso, no estar dispuesto a usarlo. Según Buela-Casal, Fernández-Ríos y Carrasco (1997), la efectividad de la fuente de apoyo aumenta cuando se mantienen relaciones estrechas y contactos repetidos, a la vez que se perciben como poseedoras de motivaciones de aprecio, respeto y altruismo. Alo que hemos de añadir la percepción que el individuo tiene del apoyo social. En este sentido, se estima que el efecto beneficioso del apoyo social guarda relación con la naturaleza del origen, la calidad, la duración del apoyo recibido y la voluntad de utilizarlo (Vaux, 1982).

Por otra parte, los estudios establecen que el género es un factor que afecta de forma diferencial en los comportamientos antisociales y delictivos (i.e.. Del Barrio y Martín, 2003; Ma, Sheck, Cheung y Lee,

1996; López y Little, 1996), siendo más prevalente en los chicos, pero más severa en las chicas cuando se trata de violencia psicológica.

Considerando lo mentado, nos planteamos un estudio en el que comprobar el efecto del a poyo social percibido y del género, y la interacción de ambos, en los comportamientos antisociales en el ámbito escolar.

2. Método

2.1. Participantes

En este estudio participaron 263 alumnos, con una edad media de 14.26 años (DE = 1,31) de diversos LE.S. públicos de la Comunidad Autónoma de Galicia y la Ciudad Autónoma de Melilla, de los cuales el 31.2% cursaba de ESO; el 58.6%, 2° de ESO; el 5.7%, 3° de ESO y el 4.6%, 4° de ESO. En función del género, el 51% de ellos eran varones y

2.2. Procedimiento .

lE ui o directivo o el Consejo Escolar rimeramente, contacta~os co~

\0

qdeP formalizar su participación en d divers~:

1:.5..

~~::nt~ro~~sr~po de investigación aplica la prueba,

te estu io. e~Ul , ntexto escolar ordinario, leyendo en voz d forma. colectl:a, en el ~~rando las dudas surgidas; al tiempo que

g~;a~~~z~~s:~u:~:~~:sa:o :\a confidencialidad de los datos.

2.3. Instrumentos

. l ercibido se toma la escala de apoyo

Para evaluar el apoyo SOCla p esta por 23 ítems y tres

social percibido d~ Alan va~~e~~!:¿~ aC:~~~ el de los amigos, el de la subescalas, que miden t~es .. ti En este caso, se utiliza una escala familia y el de los otros slgmfica lV~S. l das tanto en sentido positivo tipo Likert con cuatro categordías,. °lrmUaqaul·escencia Este instrumento

. fin de re UCH a .

como neqativo, a ., l oblación encuestada posee sobre los

informa de la perCepCl?n quec:n~ucta de apoyo y los sentimientos de recursos de apoyo ~oclal, l~amilia, los amigos y los otros. Por tanto, apoy~ .q~e proporclOnla la d de satisfacción que aporta al encuestado permltHa constatar e gra o

cada una de las fuentes de apoyo.

. . oblación con comportamientos

Para identlficar a la p ideró el informe de los

.. l t to escolar, se consi

antlsoclales en e con. ex lt n el registro de incidencias del tutores académicos" quienes co:~u a a~~llas conductas que vulneran el centro escolar. En el, se recog qb a resl·ones verbales y ñsicas,

,. . terno a sa er: g

reglamento de reglmen in l ' ti sque afectan al cumplimiento de

b ti o esco ar men Ha .

alborotos, a sen ,1S~ .'.cación de documentos, robos, chantajes, los deberes academlCos, falsif d. les falta de respeto hacia sus presiones incontroladas del grupo e 19ua ,

propios compañeros y profesores.

Por último, se aplica un cuestionario elab,o:ado ad hOC( end:~ queel se recogen datos sobre variables sociodemograficas como a e ,

curso académico y el género.

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3, ResuLtados

Hallamos un efecto multivariado en el

p poyo acial p r ibido m di do

nr el comportamiento antisocial en el context l F

(3257) 3 83 a esco ar

r =. 1; p<.005; eta2=.043. Además r m~lllvorlndo

F ( _ " ' encontramos que el genero,

~ultivariada 3,257)-3.831, ns: eta2=.002 así como la' t "

Co rtamí " ' m eraccion entre el

mpo arrnentn antisocial en el contexto escala l'

(3257) r y e genero F

r =.615; ns; eta2=.007 no median l ' multivariada

POrlo tanto el géne r laci e apoyo social percibido.

, ro no se reaClOna con redes d di .

Illientras que la conducta antisocial presenta una el a~oyod' ístintas.

~( . l . re acion irecta con

. apoyo sOCIa. Finalrnents, el género y la co d "

Ind di t" n ucta antisocial son

epen ten es en relación al apoyo social.

tabla 1. Efectos univariados para el factor com tami ..

~nel contexto escolar por anuente antisocial

Variable

Me

F

~pendiente p Eta2

Apoyoamigos 51.074 2.259 .134 .009

Apoyofamilia 252.395 10.281 .002 .038

26.948 28.347

30.294 33.404

Apoyo otros 18.961 8 O

. 1 369 003

N 30.121 30.974

a~tQ:gl(1,259). PruebadeBox(18,3588)~1.073 ns M -M d'

eltlsocial en el contexto escolar' M _. Md' rdel (NO)- e la delgrupo sin comportamiento COntexto escolar. ' (si) -. e la e grupo con comportamiento antisocial en

dl'f Por su parte, los efectos univariados (ver tabla 1 t

e . iqnif . ) mues ran

d~( rencias siqrn cativas en el apoyo familiar p ibid d . d

< '. erci I o enva as

lo comportamIento antisocia¡ en el contexto e l E

s . t seo aro n concreto

eo suje os con comportamientos antisociales l '

·C l ib en e contexto

lo o ar perci en menos apoyo de la familia q II

s ue aque os que no

el muestran. Por lo que se refiere a los efect ivarid

fa t ' os urnvan os para

nit) c or genero, tampoco se aprecian diferencias significativas en del gU,no de los componentes del apoyo social percibido en función

ch·

genero (ver tabla 2) de los adolescentes deci h'

le: . , es eCH, c ICOS y

los as.comparten por un Igual el apoyo percibido de la familia de

emiqos y de los otros. r

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I 111

.11

O univ ri dos p or 9 nro.

MC F P Eta2 M(H) M(M)

Apuy miqos 10.136 .448 .504 .002 7.959 27.336

Ap Y

r

rnilia .553 .023 .881 .000 31.922 31.776

Apoyo otros 4.241 .181 .671 .001 30.346 30.346

NII/I/:(/1(1.259). Prueba de Box (18,3588)~1.073, ns. M{H)~ Media del grupo de chicos;

MI~I :M dia del grupo dechicas.

4. Discusión y conclusiones

bien en todas las sociedades y momentos históricos se ha observado un predominancia de los comportamientos antisociales y delictivos

In yor entre los varones que entre las mujeres, y que las deficiencias n el apoyo social es un factor de riesgo de comportamientos ntisociales y delictivos. Los resultados del presente estudio, dado que la percepción de apoyo social es igual entre los adolescentes que las adolescentes, avalan que el género no es un factor de riesgo de desviación social asociado al apoyo social percibido, al menos en este período actual. Sin embargo, los comportamientos antisociales se relacionan con niveles inferiores de percepción de apoyo social familiar, lo que se extiende a inadaptaciones en otros niveles como puede ser el fracaso académico, social y personal (Álvarez-García et al., 2010; Andrews y Bonta, 2006; Farrington, 1996; Guerra et al.. 2011; Losel y Bender, 2003). Esto es, un desajuste en todas las áreas de desarrollo del menor. Este hallazgo confi rma lo establecido por Musitu, Buelga, Lila y Cava (2001) y Scandroglio et al. (2002), quienes postulan que el riesgo de comportamientos antisociales aumenta cuando el apoyo familiar es bajo. También apoya a Pichardo, Fernández y Amezcua (2002), quienes informan que la vulnerabilidad de los hijos ante los factores ambientales estresantes se eleva cuando el clima familiar está deteriorado por la presencia de conflictos, por la falta de cohesión o de apoyo entre sus miembros. Al igual que a autores como Campbell, Milling, Laughlin y Bush (1993); Conger et al. (1992); Conger, Ge, Elder, Lorenz, y Simon (1994); Dembo et al. (2011) y Harold y Conger (1997), quienes afirman que los hijos

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afront n m jor lo p obl m d l vid u nd r lb 11

el apoyo y la ayuda d la famili , l no af ct rles dir ct m n los factores estresantes. Del mismo modo, se muestra consistencia con el estudio de Sommers y Baskin (1994) sobre la supervisión parental con chicas delincuentes, y el de Bjerregaard y Smith (1993) sobre el apoyo afectivo proporcionado por la familia y la percepción del grado de supervisión paterna, que evidencian que los factores familiares influyen en la aparición del comportamiento violento y desviado. Por ende, con el de Litovsky y Dusek (1985), en tanto que advierten que si el menor no dispone del apoyo emocional necesario para el desarrollo del autoconcepto, debido a la escasa interacción paterno-filial, éste tenderá a buscarLo en otros grupos, aunque éstos sean antisociales. Así pues, el resultado aquí obtenido presenta un valor significativo, en el sentido de que revela que un déficit en el apoyo familiar aumenta la vulnerabilidad de los estudiantes con comportamientos antisociales a la presión del grupo para realizar conductas desadaptadas como transgredir las normas, agredir o delinquir (Musitu y otros, 2001). Es más, los menores que no perciben el apoyo de su familia elaboran unas expectativas negativas sobre la disposición de los otros a ayudarles, provocando tanto la inhibición para solicitar ayuda como la disminución de su capacidad altruista (Musitu y otros, 2001). De lo anterior, se deduce que el apoyo familiar protege frente a las desadaptación social, no en vano la prevención pasa indefectiblemente por una intervención sobre la familia (Pichardo, Fernández y Amezcua, 2002). Bajo este supuesto, García, Páez y Palma (2003); Lila y Buela (2003) y Navarro (2003) y proponen como medida de prevención de las conductas de riesgo, en especial de las desviadas, la ejecución de programas centrados en el desarrollo de la competencia familiar.

En síntesis, estos hallazgos, en consonancia con estudios previos, refuerzan la pertinencia del apoyo familiar percibido en los programas de prevención y tratamiento de los comportamientos antisociales.

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