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Resumen:

El programa nuclear de Irán comenzó en la década de 1950 bajo el Sha. Fue abandonado después de la Revolución de 1979, que llevó al poder a Jomeini.

En 1989, se reinició, levantando las sospechas de la comunidad internacional.

Irán insistió en que estaba cumpliendo con las obligaciones del Tratado de No Proliferación, pero en 2002 se supo la existencia de un programa clandestino. Teherán ha afirmado en repetidas ocasiones que su programa nuclear es estrictamente pacífico, pero las autoridades estadounidenses y europeas siguen siendo escépticas. El objetivo de este trabajo es analizar el contexto geopolítico y las posibles iniciativas (diplomáticas y militares) que pueden ser llevadas a cabo ante la profundización del programa nuclear iraní en los últimos años.

PalabRas clave:

Irán, nuclear, no proliferación, desarme, control de armas.

TiTle:

Iran’s nuclear program: state of the art and possible scenarios

absTRacT:

Iran’s nuclear program began in the 1950s under the Shah. It was abandoned after the 1979 Revolution, which brought to power Khomeini. In 1989, a new effort began, raising suspicions of the international community. Iran insisted that it was fulfilling to its obligations under the Non-Proliferation Treaty, but in 2002 the existence of a clandestine program came to be known.

The aim of this paper is to analyze the geopolitical context and possible initiatives (diplomatic and military) that can be brought before the deepening of the Iranian nuclear program in recent years.

KeywoRds:

Iran, nuclear, non-proliferation, disarmament, arms control.

e l PRogRama nucleaR iRaní: esTado de la

cuesTión y Posibles escenaRios

F ernando I bánez *

*Fernando IBÁÑEZ es licenciado en Ciencias Políticas por la UNED, Doctorando en el Departamento de

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Introducción

El programa nuclear iraní no es producto del régimen fundamentalista que se instaló en el país con la Revolución que protagonizó Jomeini en 1979. Irán inició sus planes

5 de marzo de 1957 un acuerdo de cooperación nuclear civil con EEUU1. Dos años después Irán negoció con el gigante americano el suministro de un reactor de cinco megavatios. En los años setenta el Sha rubricó contratos tanto con Francia como con Alemania con el fin de suministrar al país hasta veintitrés reactores. El objetivo declarado era obtener 23.000 megavatios de electricidad procedente de la energía nuclear.

Pronto surgieron las sospechas respecto a la posibilidad de que Irán estuviera desarrollando un programa nuclear secreto, si bien el país había firmado en 1968 y ratificado en 1970 el Tratado sobre la No Proliferación Nuclear (TNP). Cuando en 1979 llegó Jomeini al poder había seis reactores casi en funcionamiento. Fue el nuevo líder revolucionario quien decidió cancelar esos contratos internacionales y abandonar el programa nuclear, al considerar anti-islámico desarrollar esta clase de tecnología2.

Acabada la guerra con Irak en 1988, Irán reinicia con el Presidente Rafsanjani su programa atómico, para lo cual Rusia, China y Argentina fueron los principales proveedores de tecnología. Argentina, ante la insistencia estadounidense, canceló la venta de un reactor experimental a Irán en 1992. Nuevas presiones favorecieron la disminución de la asistencia china en 1998. El mantenimiento de la cooperación rusa permitió a Irán proseguir con la construcción de la planta nuclear de Bushehr, al sur del país, una instalación que inició su desarrollo gracias al apoyo estadounidense y alemán en los años setenta.

En 2002 un grupo opositor al régimen iraní, denominado Comité Nacional de Resistencia Iraní, presentó pruebas de la existencia de dos nuevas plantas nucleares en Natanz y Arak, que el país no había declarado al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). La presión diplomática sobre Irán se ha incrementado desde entonces y el asunto ha acabado en manos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Los problemas con Irán favorecieron la constitución de la Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación, promovida en la primavera de 2003 por once países (Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia, Holanda, Italia, Japón, Polonia, Portugal y Reino Unido) y que requería que se tomasen medidas para impedir el transporte por tierra, mar o aire de armas de destrucción masiva

1 Un resumen de los principales hitos del programa nuclear iraní puede consultarse en la Tabla 1.

2 ZACCARA, Luciano, “Irán y la cuestión nuclear” en Política Exterior, nº 109, enero/febrero de 2006

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entre estados o entre éstos y entes no estatales. A la iniciativa se acabarían sumando dieciséis países, incluida Rusia. En junio de 2003 el Director del OIEA, Mohammed El Baradei, presenta un informe en el Consejo de Gobernadores del Organismo, que describe las actividades clandestinas que en materia nuclear había venido desarrollando Irán, como la importación en 1991 de 1.800 kilogramos de distintos tipos de uranio, lo que violaba los acuerdos, viendo algunos en China el posible proveedor de dicho material.

La presión diplomática se incrementó en 2003 y 2004 y el asunto del programa nuclear iraní acabó en la mesa del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que desde el verano de 2006 ha aprobado distintas resoluciones que, de momento, no parecen haber obtenido el efecto deseado. La preocupación por los silencios de Teherán respecto a su programa nuclear resurgió al conocerse en 2009 la existencia de una nueva instalación cerca de la localidad de Qom. La visita de los inspectores del OIEA no pareció ser tranquilizadora y el informe trimestral del Director General, conocido a mediados de noviembre de 2009, advertía de que la nueva instalación “reduce el grado de confianza” y “da lugar a preguntas sobre si existen otras instalaciones nucleares” en Irán que no hayan sido declaradas al Organismo3.

El objetivo de este artículo es analizar el contexto geopolítico y los posibles escenarios que se pueden presentar ante la crisis desatada por la profundización del programa nuclear iraní en los últimos años.

Tabla 1. Hitos del programa nuclear iraní

1957. EEUU e Irán firman un acuerdo de cooperación nuclear de carácter civil.

1959. Irán crea el Centro de Investigación Nuclear de Teherán (CINT), controlado por la Organización de Energía Atómica de Irán. El CINT es equipado con un reactor de investigación nuclear de 5 megavatios, donado por EEUU.

1967. El reactor donado por EEUU entra en funcionamiento.

1968. Irán firma el TNP.

1970. Irán ratifica el TNP.

1974. El Sha de Persia anuncia el propósito de producir 23.000 megavatios de electricidad utilizando plantas

3 Informe del Director General del OIEA sobre Aplicación del acuerdo de salvaguardias en relación con el TNP y de las disposiciones pertinentes de las resoluciones 1737 (2006), 1747 (2007), 1803 (2008) y 1835 (2008) del Consejo de Seguridad en la República Islámica del Irán, 16 de noviembre de 2009. Puede consultarse en castellano en el siguiente enlace electrónico del OIEA: http://www.iaea.

org/Publications/Documents/Board/2009/Spanish/gov2009-74_sp.pdf

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nucleares.

1979. Irán dispone de seis reactores. Tras el triunfo de la Revolución, Jomeini cancela el programa nuclear.

1989. Bajo la presidencia de Rafsanjani, Teherán decide reiniciar el programa nuclear con apoyo ruso, chino y argentino.

1995. Irán firma con Rusia un acuerdo para completar las instalaciones de Bushehr.

1996. China se une a la cooperación nuclear con Teherán, a pesar de las presiones en contra que ejerce EEUU.

2002. Un grupo opositor iraní denuncia la existencia de dos instalaciones nucleares en Natanz y Arak desconocidas por la comunidad internacional.

2003. La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) informa, tras la inspección de ambas instalaciones, que Irán no ha cumplido con el Tratado de No Proliferación nuclear. Irán firma el Protocolo adicional del TNP, pocos días antes de que expire el plazo dado por el OIEA.

2006. El OIEA vota remitir a Irán al Consejo de Seguridad de la ONU. Irán pone fin a las inspecciones sorpresa de la ONU.

2007. Irán anuncia que tiene 3.000 centrifugadoras en marcha para enriquecer uranio. Informes de inteligencia estadounidenses afirman que Irán detuvo sus planes para hacerse con armas nucleares en el otoño de 2003.

2008. El principal grupo de oposición iraní revela la existencia en las inmediaciones de Teherán de un centro de mando y control que prepara la fabricación de cabezas nucleares para su instalación en misiles de alcance medio. Irán anuncia la instalación de 6.000 nuevas centrifugadoras para enriquecer uranio.

2009. Irán lanza al espacio su primer satélite de fabricación propia, dedicado a las tecnologías y a la investigación.

Según algunas fuentes, el cohete que impulsa el satélite puede ser usado con fines armamentísticos como misil de largo alcance, con la posibilidad de albergar ojivas nucleares. Fuentes de los servicios de inteligencia occidentales revelan al diario británico The Times que Irán ya está en condiciones de fabricar una bomba nuclear y sólo se encuentra a la espera de que el líder supremo Ali Jamenei dé la autorización. El diario The Washington Post afirma que un informe de la Oficina de Inteligencia e Investigación del Departamento de Estado de EEUU concluye que Irán no será capaz de producir armamento nuclear hasta el año 2013.

2010. El OIEA informa de que Irán ha producido 2.800

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kilos de uranio poco enriquecido, una cantidad que se considera suficiente, si es enriquecida, para construir entre dos y tres bombas nucleares. Irán prevé poner en marcha la central de Bushehr antes de un año.

1. La situación interna iraní

La estabilidad del régimen iraní fue puesta a prueba a raíz de las protestas surgidas tras la celebración de las elecciones presidenciales de junio de 2009. Es cierto que a los ojos de algunos analistas no parecía factible una victoria tan abrumadora de Ahmadineyad en la primera vuelta (casi el 63% de los votos) y con una participación electoral sin precedentes (75%). En las jornadas previas era habitual escuchar y leer en los medios de comunicación occidentales que se produciría una segunda vuelta, ya que ningún candidato lograría superar la barrera del 50% de los votos en la primera votación.

Sin embargo, Terror Free Tomorrow: The Center for Public Opinion, un instituto de investigación norteamericano que mide la actitud hacia el extremismo, realizó un sondeo en Irán un mes antes de las elecciones. En el mismo Ahmadineyad obtenía dos de cada tres sufragios y sus partidarios se concentraban, especialmente, en los votantes de entre 18 y 24 años4.

Shirin Ebadi, la primera jueza iraní y Premio Nobel de la Paz, advirtió una semana después de las elecciones que en muchos colegios electorales no se permitió la presencia de interventores de los candidatos reformistas (Musaví y Karrubi), que hubo denuncias de manipulación de muchas urnas, que el líder supremo proclamó a Ahmadineyad como vencedor cuando aún quedaban sufragios por recontar y que resultaba bastante difícil de creer que Ahmadineyad obtuviera 24 millones de votos cuando cuatro años antes logró 14 millones de sufragios, en unas elecciones de las que uno de sus oponentes (nada menos que Rafsanjani) dudó del resultado de forma explícita, afirmando que expresaría sus dudas al mismo Dios, puesto que nadie en Irán le hacía caso5.

El sangriento resultado de las protestas (treinta muertos, según fuentes oficiales, y más de trescientos detenidos) muestra no sólo la amplitud de las revueltas sino también que han afectado de manera importante a la legitimidad que la actual clase dirigente iraní entre un sector importante de la sociedad civil.

Además, Irán vive un proceso de modernización tecnológica cuyos cambios sociales pueden acabar socavando la ideología que impregna todo el sistema político. En este sentido, parece indudable el papel que las nuevas tecnologías (Internet, redes sociales, blogs…) están teniendo en las protestas desatadas en las últimas semanas y su influencia entre la abundante población joven, ya que el sesenta por ciento de los iraníes ha nacido después de la Revolución.

4 Puede consultarse el citado estudio en el siguiente enlace: http://www.terrorfreetomorrow.

org/upimagestft/TFT%20Iran%20Survey%20Report%200609.pdf

5 EBADI, Shirin, “Irán debe celebrar nuevas elecciones” en El País, 20 de junio de 2009

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No debe olvidarse que los tres grandes momentos revolucionarios que vivió Irán en el siglo XX (la Revolución Constitucional de 1905 a 1911, el mandato de Mossadeq de 1951 a 1953 y la Revolución Islámica de 1979) se produjeron por la confluencia de tres factores: el aumento de la ira popular contra la corrupción del régimen, una ruptura entre las clases dirigentes y los clérigos, y la insatisfacción con las relaciones exteriores de Irán. En todos los casos se unieron en la oposición al régimen grupos laicos y liberales con sectores clericales6.

Difícilmente los dirigentes políticos iraníes pueden menospreciar las mayores protestas callejeras desde la llegada de la Revolución, ya que ellos mismos alcanzaron el poder al calor de manifestaciones populares que se extendieron durante todo el año 1978 y que dieron lugar al exilio del Sha y al regreso de Jomeini el 1 de febrero 1979.

Tanto entre la clase política como en el seno de la sociedad iraní, el acuerdo parece unánime respecto a que Irán, firmante del TNP, tiene derecho al desarrollo pacífico de la energía nuclear, tal y como recogen las disposiciones del propio Tratado. Sin embargo, desde las elecciones presidenciales celebradas en junio de 2009, han aparecido notables discrepancias dentro del régimen respecto a la política exterior de Ahmadineyad, con críticas en los medios de comunicación por parte del ala ultraconservadora, que había apoyado al presidente hasta 2009.

Algunos sectores consideran una cesión excesiva la aceptación por parte de Ahmadineyad de que Irán pueda enriquecer uranio fuera de sus fronteras a través de acuerdos con terceros países. De hecho, el presidente iraní parece haber ido asumiendo ciertas posiciones pragmáticas en política exterior, lo que le habría enfrentado con algunos de sus compañeros partidarios de mantener una línea dura. Por otra parte, esto ha permitido a los sectores conservadores moderados debilitar la posición interna de Ahmadineyad.

Por su parte, el líder supremo, Ali Jamenei, parece pretender mediar entre los sectores enfrentados, pero sin apoyar a Ahamdineyad de forma explícita, tal y como hizo tras las elecciones, ni enfrentándose abiertamente a él, dado que debilitaría la estabilidad del sistema en un momento crítico para su política exterior7. Ahmadineyad parece buscar un acuerdo con EEUU sobre su programa nuclear, lo que explicaría sus emplazamientos a Obama para sentarse a negociar. Dicho acuerdo le podría dar alas suficientes para enfrentarse con más posibilidades a sus enemigos internos.

2. El contexto geopolítico

Diversos factores parecen estar favoreciendo un resurgimiento del papel de Irán en Oriente Medio, tras años en los que la guerra con su vecino iraquí contuvo sus ansias de protagonismo en la región. El contexto geopolítico en el que se mueve

6 SINGH, Michael, “Iranian Re-Revolution” en Foreign Affairs, 26 de junio de 2010.

7 STRATFOR INTELLIGENCE, “Political Infighting in Iran Going Critical?”, 13 de septiembre de 2010.

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Irán en estos momentos puede resumirse en los siguientes puntos:

• La estabilidad regional en el Golfo Pérsico se ha fundamentado tradicionalmente en el equilibrio entre Irán e Irak. Dicho equilibrio se tambaleó en 1990 y el resultado fue la invasión de Kuwait. La invasión de Irak de 2003 volvió a deshacer el equilibrio. Irán ha visto desaparecer a dos de sus tradicionales enemigos y vecinos: la caída del régimen de Sadam Hussein en Irak y el enfrentamiento de la comunidad internacional con los talibanes en Afganistán. Paradójicamente, en ambos casos el papel principal lo ha protagonizado EEUU. De los tres países miembros del denominado Eje del Mal permanecen, tras ocho años de Gobierno de George W. Bush, los regímenes de Irán y Corea del Norte.

• Precisamente, el ejemplo de lo ocurrido con Corea del Norte, país que estando en posesión de armas nucleares no ha sufrido ninguna agresión directa por parte de EEUU, ha podido convencer a Irán de que sólo dotándose de la bomba atómica en el más breve plazo de tiempo posible puede evitar sufrir el mismo destino que su vecino iraquí. Por ello, liberado de dos de los corsés que le oprimían, y amenazado por la administración Bush, Irán se ha lanzado a profundizar en su programa nuclear. No hay que olvidar que Irán se encuentra rodeado de vecinos más o menos próximos y dotados de armas nucleares: Israel, Pakistán, India, Rusia y China.

• El ocultamiento de varias instalaciones nucleares por parte de Irán ha despertado las alarmas en la comunidad internacional ante el riesgo de que los fines de su programa nuclear no sean exclusivamente civiles.

• Además, el programa nuclear iraní se enmarca en uno de los grandes debates en los que se encuentra inmersa la comunidad internacional:

el relativo a cómo evitar la proliferación y favorecer el desarme en un contexto de renacimiento de la industria nuclear.

• Las declaraciones incendiarias del Presidente iraní Ahmadineyad contra Israel (“muerte a Israel”, negación del Holocausto, etc.) no han favorecido la deseable distensión regional.

• La llegada de Obama a la Casa Blanca y las disensiones aparecidas en el régimen iraní tras las elecciones presidenciales de junio de 2009, podrían haber marcado un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países, así como en las que mantiene Irán con la comunidad internacional. Sin embargo, tras el fracaso del último intento negociador de noviembre de 2009 y la propuesta turco-brasileña para salir de la actual parálisis (conocida como Declaración de Teherán), parece que Irán está profundizando en el desarrollo de su programa nuclear.

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• La posición rusa ha evolucionado en los últimos meses y parece cada vez más próxima a Occidente. De hecho, el cambio se percibió claramente una semana después de que Obama anunciara que no se instalaría un escudo antimisiles en Europa del Este y se consolidó tras darse a conocer la existencia de una instalación nuclear iraní secreta en Qom8. En cambio, la postura china aún se muestra remisa a profundizar aún más en las sanciones contra Teherán. El hecho de que Irán sea el tercer proveedor de petróleo para la necesitada economía china (después de Arabia Saudí y Angola)9 no puede ser considerado un factor menor.

• Este contexto geopolítico parece confirmar que Teherán se considera ahora liberado de las amenazas más próximas y cree llegado el momento de convertirse en la potencia regional que siempre ha soñado ser. Ese prestigio puede ser alcanzado, tal y como han hecho algunos de sus vecinos próximos (India y Pakistán) mediante la adquisición de la bomba nuclear.

• Es un lugar común la afirmación de que si los iraníes logran dotarse de capacidad nuclear con fines militares, se multiplicarían los candidatos deseosos de pertenecer al citado club, por ejemplo, Irak, Arabia Saudí, Egipto, Siria, Turquía o Argelia10. Sin embargo, la historia no confirma este extremo, por ejemplo, en el caso de Corea del Norte, cuyo potencial bélico nuclear no ha favorecido su desarrollo por parte de sus vecinos del sur o de Japón. Parece más probable que, al igual que ocurre con Corea del Sur y Japón, EEUU decida extender su “paraguas defensivo” también sobre sus aliados de la región del Golfo Pérsico11.

3. Posibles escenarios

Los escenarios que pueden plantearse ante la crisis generada por el programa nuclear iraní se pueden dividir en dos categorías. Diplomáticos, entre los que se incluye una tutela del programa nuclear iraní por parte de terceros países, posibles sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU o negociaciones ya sean multilaterales o bilaterales entre EEUU e Irán. Y soluciones armadas, que podrían abarcar desde el uso de la fuerza autorizado por el Consejo de Seguridad, pasando por el lanzamiento de ataques contra las instalaciones nucleares iraníes por parte de EEUU o Israel, hasta en su caso, la invasión del país siguiendo el ejemplo iraquí.

8 INTERNATIONAL CRISIS GROUP, “The Iran Nuclear Issue: The View from Beijing”, Asia Briefing nº 100, 17 de febrero de 2010.

9 Buckley, Chris. “Q+A—Where does China stand on Iran sanctions?” en Reuters, 10 de febrero de 2010.

10 ARREDONDO, Ricardo, “El plan nuclear iraní a la luz del derecho internacional” en Revista Electrónica de Estudios Internacionales, nº 11, 2006.

11 BERGENAS, Johan, “The Nuclear Domino Myth” en Foreign Affairs, 31 de agosto de 2010.

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3.1. Soluciones diplomáticas

a) Una tutela del programa nuclear iraní por parte de terceros países A medida que se incrementaba la presión internacional sobre Irán fueron surgiendo distintas propuestas de solución de la crisis cuya base argumental residía en la necesidad de establecer algún tipo de mecanismo que permitiera lo que se ha denominado internacionalización del ciclo de combustible nuclear. Destaca entre ellas la propuesta de Moscú de noviembre de 2005, cuyo fin era que Irán permitiese el enriquecimiento de uranio en territorio ruso por medio de una sociedad conjunta.

La idea fue rápidamente rechazada por Irán, por entender que le impide desarrollar el ciclo completo en su país, algo a lo que tiene derecho si es para usos pacíficos, tal y como han desarrollado otros países. La propuesta rusa se presentó de forma oficial el 24 de diciembre de 2005. Sin embargo, como bien dejara claro desde un primer momento el entonces jefe del equipo negociador iraní en el contencioso nuclear, Alí Larijani, “para Irán es importante tener el enriquecimiento de uranio en su propio suelo”12. De hecho, Teherán contestó con la propuesta de enriquecer uranio en su territorio bajo supervisión internacional.

El 21 de octubre de 2009 representantes de EEUU, Rusia y Francia propusieron a Teherán que cediera dos tercios del uranio que almacena (por entonces unos 1.200 kilogramos) para que fuera enriquecido en otro país, concretamente en Rusia, a cambio de recuperarlo enriquecido al 20%, porcentaje que necesita para alimentar el reactor nuclear de investigación médica de Teherán. Un mes más tarde, el Ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manouchehr Mottaki, advertía que Teherán no aceptaría enviar uranio al exterior para su enriquecimiento y que preferiría comprar el uranio que necesita o enriquecerlo por sus propios medios.

Sin embargo, Brasil y Turquía lograron un importante golpe de efecto en mayo de 2010, al anunciar un acuerdo entre ambas potencias emergentes con Teherán, que preveía el envío por Irán de 1.200 kilos de uranio enriquecido al 3,5% a Turquía, a cambio de que ésta le devolviera en un año 120 kilos de uranio enriquecido al 20%, lo que le serviría de combustible para alimentar al reactor de Teherán. La propuesta no se aleja de la planteada por Francia y Rusia en octubre de 2009, pero EEUU la rechazó inmediatamente al considerarla “poco realista” e Israel acusó a Irán de manipular a los líderes de Brasil y Turquía. Si dicho acuerdo pretendía evitar la aprobación de nuevas sanciones a través de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU lo cierto es que fracasó, dado que ésta llegó al mes siguiente.

Sin embargo, cabe señalar que se trata de un triunfo diplomático de primer orden para Teherán, dado que consigue que dos potencias emergentes demuestren su autonomía y capacidad para poner en marcha una agenda diplomática al margen de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Como declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Ramin Mehmanparast, la Declaración de Teherán prueba que los países independientes pueden desarrollar un nuevo movimiento en la escena de las relaciones internacionales para hacer valer

12 El País, 12 de noviembre de 2005.

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sus posiciones y defender los intereses de sus pueblos13. Además, la Declaración de Teherán podría provocar disensiones entre los países occidentales. El antiguo Primer Ministro italiano, Romano Prodi, afirmó en Teherán en septiembre de 2010 que dicha declaración suponía que Irán había adoptado una “estrategia correcta”14

En todo caso, estas propuestas adolecen de un mismo problema y es que los países que las suelen plantear son los grandes oferentes de tecnología nuclear, lo que favorece una evidente dependencia tecnológica15. Para algunos países estas proposiciones suponen limitar su legítimo derecho al enriquecimiento de uranio con fines pacíficos (reconocido por el TNP), principio al que no tienen intención de renunciar.

Lo novedoso del caso es que Irán parece haber aceptado una disminución de su soberanía de semejante calibre en el caso de que el enriquecimiento de uranio se realice en suelo turco. La aceptación de dicha propuesta por Ahmadineyad parece haber acentuado las disensiones internas en el establishment iraní. Sin embargo, puede que estemos, de nuevo, ante una estrategia que pretende ganar tiempo mientras se siguen poniendo en marcha las centrifugadoras que doten a Irán de la capacidad nuclear que lleva buscando desde los tiempos del Sha.

b) Sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU:

Ya en noviembre de 2003 el Director del OIEA, Mohammed El Baradei, informaba al Consejo de Gobernadores del organismo que Irán no siempre había dicho la verdad, al aportar informaciones incompletas o falsas, dando lugar a una nueva resolución de dicho ente que condenaba a Teherán. Éste fue el momento que EEUU aprovechó para reclamar que el asunto fuera llevado ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, habrá que esperar hasta el verano de 2006 para que se adopte la primera de las seis resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad sobre el asunto de la “no proliferación” y que, en realidad, hacen referencia a la crisis por el programa nuclear iraní16. Se resumen en la tabla 2, donde aparecen los distintos requerimientos que hace el Consejo de Seguridad a las partes implicadas.

La primera de las resoluciones se aprobó el 31 de julio de 2006 en el marco del Capítulo VII de la Carta, es decir, se trata de una acción en caso de amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión y, además, dentro del artículo 40, el cual afirma que “a fin de evitar que la situación se agrave, el Consejo de Seguridad (...) podrá instar a las partes interesadas a que

13 “La Declaración de Teherán es un logro para todos los países independientes”, AhlulBayt News Agency, 21 de mayo de 2010. Url: http://www.abna.ir/data.asp?lang=5&Id=189063 [Consultado:

15/09/2010]

14 “Prodi Describes ‘Tehran Declaration’ as Iran’s Correct Strategy”, Fars News Agency, 21 de septiembre de 2010. Url: http://english.farsnews.net/newstext.php?nn=8906300757 [Consultado:

22/09/2010]

15 DE LA TORRE, Servando, “Internacionalizar el ciclo de combustible nuclear” en Política Exterior, 2007, nº 120, ps. 129-136.

16 Pueden consultarse todas las Resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU relativas al programa nuclear iraní en http://www.un.org/es/documents/sc/index.shtml

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cumplan con las medidas provisionales que juzgue necesarias o aconsejables.

Dichas medidas provisionales no perjudicarán los derechos, las reclamaciones o la posición de las partes interesadas. El Consejo de Seguridad tomará debida nota del incumplimiento de dichas medidas provisionales”17. Consiste, por consiguiente, en un primer paso que pretende ser un toque de atención a Irán para que suspenda el proceso de enriquecimiento de uranio que viene llevando a cabo, para lo cual debe adoptar las medidas acordadas por la Junta de Gobernadores del OIEA (Resolución GOV/2006/14)18. La Resolución reclama a los estados que impidan la llegada a Irán de bienes o tecnologías susceptibles de uso en su programa nuclear y advierte que si Irán no cumple, se adoptarán nuevas decisiones en el marco del mismo Capítulo VII, pero ya con base en el artículo 41.

Teherán no cumplió y, en efecto, la siguiente Resolución del Consejo de Seguridad llegó cinco meses más tarde, el 23 de diciembre de 2006, en base al citado artículo 41, que afirma que “el Consejo de Seguridad podrá decidir qué medidas que no impliquen el uso de la fuerza armada han de emplearse para hacer efectivas sus decisiones, y podrá instar a los Miembros de las Naciones Unidas a que apliquen dichas medidas, que podrán comprender la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones ferroviarias, marítimas, aéreas, postales, telegráficas, radioeléctricas, y otros medios de comunicación, así como la ruptura de relaciones diplomáticas”. El Consejo da un salto cualitativo y entra en una dinámica, la del artículo 41, con la que suelen aprobarse sanciones, que en caso de no resolver el asunto de modo positivo pueden acabar derivando en la toma en consideración de medidas de fuerza (artículo 42).

La Resolución insiste en que Irán debe desistir de su programa. Respecto a los estados, amplía y enumera la lista de bienes que no deben suministrarse a Irán ni directa ni indirectamente. Asimismo, deben congelarse los fondos y activos financieros de doce personas y siete entidades que cita en un anexo19. Los estados también deben impedir que sus nacionales instruyan o formen a iraníes en asuntos que tengan relación con las actividades nucleares. La Resolución también crea un Comité del Consejo de Seguridad de la ONU para recabar información de las medidas que lleven a cabo los estados o el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) para cumplir con la Resolución.

En la primavera de 2007, una nueva resolución insiste en que Irán debe aplicar sin demora las medidas exigidas por la Junta de Gobernadores. Destaca el hecho de que esta Resolución logró ser consensuada por los miembros del Consejo en cuatro semanas frente a los casi tres meses que costó acordar la anterior.

17 Puede consultarse la Carta de las Naciones Unidas en http://www.un.org/spanish/aboutun/

charter.htm

18 La resolución de la Junta de Gobernadores del OIEA puede ser consultada en www.iaea.org/

Publications/Documents/Board/2006/Spanish/gov2006-14_sp.pdf

19 Se trata de responsables públicos de las plantas nucleares, gerentes, asesores técnicos, el Rector de la Universidad de Tecnología de Defensa, comandantes, la Organización de Energía Atómica de Irán, la Organización de Industrias de Defensa, varias filiales de la Organización de Industrias Aeroespaciales y compañías que participan o proveen las instalaciones nucleares.

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Además, Irán no podrá suministrar, vender ni transferir armas ni material conexo.

Sorprende que en una Resolución referida al tema de la no proliferación nuclear se prohíba la venta de armas de Irán (lo que parece tener como objetivo evitar que lleguen las mismas tanto a Hezbolá en Líbano, como a la milicia chií iraquí).

No parece haber relación entre dichas ventas de armas y el objetivo de que Irán no profundice su programa nuclear con fines militares. Da la sensación de que el Consejo de Seguridad ya hubiera entrado en la dinámica propia del artículo 4220.

Respecto a los estados, deberán “ejercer comedimiento” en el suministro o venta a Irán de carros y aeronaves de combate, artillería, buques de guerra, misiles, etc., o asistencia de todo tipo para “prevenir una acumulación de armas desestabilizadora”. De nuevo, parece que nos encontramos en un contexto más propio de la adopción de medidas de fuerza que de sanciones. Parece que el Consejo de Seguridad considerase a Irán como una amenaza a la paz internacional o regional y buscara por la vía de una resolución relacionada con su programa nuclear presionar a Teherán, evitando que aumente su potencial capacidad armamentística.

La cuarta resolución llegó el 3 de marzo de 2008. Ha transcurrido prácticamente un año desde la anterior y las novedades que se introducen son escasas, más allá de continuar ampliando la lista de personas o entidades afectadas. Insiste en que Irán debe aplicar sin demora las medidas exigidas por la Junta de Gobernadores. Se felicita del acuerdo entre Irán y el OIEA para resolver los problemas pendientes y de los progresos que se han producido. Respecto a los estados, deben vigilar las actividades que en sus territorios desarrollen bancos iraníes, en particular el Melli y el Saderat; y controlar la carga de las aeronaves y buques de Iran Air Cargo e Islamic Republic of Iran Shipping Line, si se considera que pueden transportar artículos prohibidos por las resoluciones.

La siguiente resolución del Consejo de Seguridad fue aprobada el 27 de septiembre de 2008. Se trata de un acuerdo de mínimos entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, dado que Rusia se negó a introducir nuevas sanciones contra Irán. La Resolución se limita a reclamar a Irán el cumplimiento de las resoluciones aprobadas anteriormente por el propio Consejo de Seguridad, así como los requisitos establecidos por la Junta de Gobernadores del OIEA.

A finales del año 2008, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU parecían haber agotado su capacidad disuasoria. De hecho, la resolución de septiembre no aportaba nada nuevo y sólo parecía pretender demostrar que la comunidad internacional se seguía ocupando de la cuestión. El contexto

20 El artículo 42 de la Carta de las Naciones Unidas establece que “si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas”.

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parecía jugar aquí un papel importante: apenas cinco semanas después de dicha resolución EEUU tendría nuevo Presidente. Siete meses después, en junio de 2009, los iraníes también celebrarían elecciones presidenciales. La ONU parecía dar una nueva prórroga al asunto del programa nuclear iraní, a la espera de que ambos procesos electorales se celebrasen y se pudiesen realinear las estrategias a seguir por ambos países.

El nuevo contexto internacional, con la llegada de Obama a la Casa Blanca, y la mejora de las relaciones entre EEUU, Rusia y China permitió la aprobación de una nueva resolución el 9 de junio de 2010, que aumentó de forma sensible la presión sobre Teherán. En la posición china pudo influir el hecho de que llegara a un acuerdo con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos por el cual ambos le suministrarían petróleo en caso de que Irán dejara de hacerlo en revancha por el apoyo chino a la resolución. Por su parte, Rusia logró que varias de sus empresas, incluida la principal agencia de exportación de armas Rosoboronexport, desaparecieran de la lista norteamericana de entidades sancionadas21.

La nueva resolución exige a Irán que adopte “sin más demora” las medidas exigidas por el OIEA así como “disipar la seria preocupación producida por la construcción de una instalación de enriquecimiento en Qom”. Además, se le prohíbe construir nuevas instalaciones y se le exige que suspenda toda construcción en marcha. Tampoco puede “adquirir intereses en actividades comerciales de otro estado que comporten la extracción de uranio o la producción o uso de los materiales y tecnologías nucleares” ni llevar a cabo actividad alguna relacionada con misiles balísticos capaces de transportar armas nucleares, incluidos los lanzamientos que utilicen tecnología de misiles balísticos.

Por su parte, los estados deberán inspeccionar en puertos y aeropuertos toda carga procedente o con destino a Irán que pueda ser sospechosa, así como vigilar las relaciones comerciales de sus nacionales con Irán e impedir la apertura de oficinas bancarias iraníes en su territorio si se sospecha que pueden contribuir a actividades nucleares estratégicas de Teherán. También se amplía el listado de personas y entidades aparecidas en resoluciones previas.

Esta última ronda de sanciones parece haber limitado la capacidad de Irán para atraer la inversión extranjera, así como dificultado sus importaciones de gasolina, su negocio de transporte marítimo y las relaciones financieras de sus bancos en casi todo el mundo. Sin embargo, está por ver si Teherán está dispuesta a flexibilizar su posición sobre el desarrollo de su programa nuclear.

Esta resolución se aprueba después de que Irán rechazara una última propuesta, presentada el 21 de octubre de 2009, por Rusia y Francia, por la que ambos países se comprometían a transformar el uranio poco enriquecido producido

21 KATZMAN, Kenneth, Iran, “U.S. Concerns and Policy Responses” en Congressional Research Service, 24 de mayo de 2010.

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por Irán en las barras de combustible que necesita el reactor de investigación existente en Teherán. Parece que se plantearon disensiones internas en el lado iraní, que en noviembre acabaron obligando a Ahmadineyad a dar marcha atrás al acuerdo. La propia resolución del Consejo de Seguridad apoya dicha propuesta y lamenta que Irán no haya respondido constructivamente a la misma.

De los quince miembros del Consejo de Seguridad, doce votaron a favor de la resolución, Brasil y Turquía votaron en contra y Líbano se abstuvo. La razón de la oposición brasileña y turca proviene del ya comentado acuerdo obtenido con Irán un mes antes de la resolución. Ya no son sólo estados más o menos “canallas” como Siria, Cuba o Venezuela los que apoyan a Irán en los foros internacionales sino que el respetado Lula está dispuesto a alcanzar un acuerdo con Ahmadineyad. Una posición que bien podría cambiar si acabara demostrándose fehacientemente que Irán pretende la bomba nuclear. Turquía, un miembro de la OTAN, parece afianzar, por su parte, su papel de puente entre Occidente y Oriente Medio. Las relaciones comerciales entre Ankara y Teherán supusieron 10.000 millones de dólares en 2008. Recientemente, el Primer Ministro Recep Tayyip Erdogan se propuso triplicar dicha cifra para 2015, lo que no deja de alimentar ciertas dudas sobre si Irán está aprovechando dichos intercambios para burlar las sanciones del Consejo de Seguridad22. Cabe preguntarse si Teherán aparece ahora como un poco menos aislada que meses atrás.

Hasta el momento no se han estimado acciones más allá del artículo 41 de la Carta y no se han agotado todas las posibilidades que ofrece el mismo, que pueden llegar, incluso, a la ruptura de relaciones diplomáticas. Con todo, cabe preguntarse si las distintas resoluciones aprobadas por el Consejo de Seguridad hasta el momento avanzan en el objetivo de reconducir el programa nuclear iraní o si bien acabarán facilitando un mayor enroque de Teherán ante las demandas de la comunidad internacional.

Un mes después de ser aprobada la última resolución del Consejo de Seguridad, la Unión Europea acordó, por su parte, la imposición de sanciones incluso más duras que las decididas en Naciones Unidas. El objetivo de las mismas es obligar a Teherán a volver a la mesa de negociaciones y se centran en prohibir las inversiones de empresas de países europeos en proyectos de petróleo y gas, las transferencias de tecnologías y equipos para estos sectores, nuevas restricciones de visados, congelaciones de bienes en territorio europeo para altos cargos, especialmente para los Guardianes de la Revolución, y limitaciones a la actividad en territorio comunitario de bancos iraníes, de la compañía estatal de tráfico marítimo y del transporte de carga por vía aérea. Rusia, China, Turquía, Brasil y Pakistán se opusieron a las sanciones, cada uno de ellos por sus propios motivos23.

22 CHARBONNEAU, Louis, “Special report: Tracking Iran’s nuclear money trail to Turkey”, Reuters, 20 de septiembre de 2010.

23 HOOPER, Emma, “Pushing Iran against the wall: more than just a regional problem” en Notes internacionals nº 18, CIDOB, Barcelona, julio de 2010.

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Tabla 2. Resoluciones del consejo de seguridad de la ONU sobre el programa nuclear ira Nº RESOLUCN Y FECHABASE LEGAL A IRÁNA LOS ESTADOSAL DIRECTOR GENERAL DEL OIEAOTRAS DECISIONES 1696 de 31 de julio de 2006. Artículo 40 del Capítulo VII de la Carta.

Suspender el enriquecimiento y procesamiento y adoptar las medidas propuestas por la Junta de Gobernadores del OIEA.

Impedir transferencias a In de bienes y tecnoloas que puedan usarse en su programa nuclear.

Informar en un mes a la Junta de Gobernadores y al Consejo de Seguridad de la ONU si Irán ha cumplido con la Resolucn.

Si Irán no cumple se actuará conforme al Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta. 1737 de 23 de diciembre de 2006.

Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta.

Suspender el enriquecimiento y procesamiento, los proyectos relacionados con el agua pesada y la construcción de un reactor de tal tipo; adoptar las medidas propuestas por la Junta de Gobernadores del OIEA.

Amplía y enumera la lista de bienes que no deben suministrarse a In. Impedir la entrada o tnsito por sus territorios de personas que den apoyo directo a las actividades nucleares iraes; congelar los fondos y activos financieros de doce personas y siete entidades; impedir que sus nacionales instruyan o formen a iraes en temas que tengan relacn con las actividades nucleares.

Informar en 60 días a la Junta de Gobernadores y al Consejo de Seguridad de la ONU si Irán ha cumplido con la Resolucn.

Crea un Comité del Consejo de Seguridad para informarse en 60 as de las medidas que lleven a cabo los Estados y el OIEA para cumplir con la Resolucn. SiIrán no cumple, se adoptan nuevas decisionescon arreglo al artículo 41del Capítulo VII de la Carta.

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Nº RESOLUCN Y FECHABASE LEGAL A IRÁNA LOS ESTADOSAL DIRECTOR GENERAL DEL OIEAOTRAS DECISIONES 1747 de 24 de marzo de 2007. Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta.

Adoptar las medidas propuestas por la Junta de Gobernadores del OIEA y las decididas en la anterior Resolucn 1737; no suministrar ni vender armas ni material relacionado con las mismas directa o indirectamente.

Informar al Comité si entran en su territorio o transitan por él personas relacionadas con el programa nuclear ira y amplía el listado respecto a la Resolución anterior. “Ejercer comedimiento” en el suministro o venta de armas a Irán para“prevenir una acumulación de armas desestabilizadora”. No dar subvenciones, pstamos o asistencia financiera a In, salvo de tipo humanitario.

Informar en 60 días a la Junta de Gobernadores y al Consejo de Seguridad de la ONU si Irán ha cumplido con la Resolucn.

Incluye en un Anexo II la propuesta presentada en junio de 2006 por las cinco potencias nucleares firmantes del TNP y el Alto Representante de la UE, y alienta a Irán a que la acepte. Si In no cumple, se adoptarán nuevas medidas según el artículo 41 del Capítulo VII de la Carta. 1803 de 3 de Marzo de 2008. Artículo 41 del Capítulo VII de la Carta.

Adoptar las medidas propuestas por la Junta de Gobernadores del OIEA.

Informar si entran en su territorio personas relacionadas con el programa nuclear ira y amplía el listado de personas y entidades. No vender bienes ni tecnoloa para actividades nucleares de Irán; vigilar las actividades que desarrollen bancos iraes y la carga de las aeronaves y buques de empresas iraes. Informar al Comité en 60 días de las medidas adoptadas para cumplir la Resolucn.

Informar en 90 días a la Junta de Gobernadores y al Consejo de Seguridad de la ONU si Irán ha cumplido con la Resolucn Se felicita por los avances y progresos producidos respecto a los problemas entre Irán y el OIEA. Si Irán no cumple, se adoptan nuevas decisiones con arreglo al artículo 41 del Capítulo VII de la Carta.

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