• No se han encontrado resultados

1.3. La dinámica cambiante de las periferias en el nuevo esquema mundial 1 La descolonización y el surgimiento del Tercer Mundo

1.3.3. El aparecimiento de los países no alineados

Producto de la descolonización como se ha hecho notar anteriormente surgieron nuevas naciones libres, nuevos actores dentro del escenario internacional y con esto se delinearon con mayor contraste los bloques comunista y capitalista. El Tercer Mundo fue parte de hecho de cada uno de los bandos dentro de la Guerra Fría. Así, la mayor parte de América Latina se encontraba dentro de la influencia de los Estados Unidos, así como algunos de los territorios asiáticos tenían inclinaciones comunistas. Sin embargo dentro de ese conglomerado denominado Tercer Mundo, aparece también un grupo de países que dirigió sus líneas de política exterior hacia

37 un punto neutral, en donde si bien existió algún tipo de afinidad en su forma de gobierno, siempre proclamaron encontrarse fuera de la estructura de bloques que dibujaba el sistema internacional de la época (PEREIRA, et al., 2001).

Un año antes de la nacionalización del Canal de Suez, los líderes de India, Egipto e Indonesia toman la iniciativa de convocar a la primera Conferencia de Bandung en 1955 en la cual se reunían principalmente las nuevas naciones libres producto de la descolonización. En ella se buscaba básicamente la cooperación económica y en otros aspectos entre estos países con el fin de pasar de ser una economía imperialista a una nacional, con la posibilidad de encontrar reformas en las tenencias de la tierra y un desarrollo industrial en estos países (PROCACCI, 2007).

A pesar de que durante la crisis de Suez muchos de los Estados participantes de la conferencia tomaron partido junto a los Estados Unidos enviando pequeños contingentes bajo la bandera de las Naciones Unidas, muchos de estos nuevos países mantuvieron siempre puntos de acuerdo en temas como la eliminación del apartheid

en Sudáfrica o la búsqueda de la independencia de las naciones aun colonizadas. De esta manera se iba delineando entonces un nuevo escenario en donde se reflejaba el interés de no pertenecer específicamente a ninguno de los bloques de un mundo bipolar y dedicarse a la búsqueda de su propio bienestar (OCAÑA, 2003).

En la Conferencia de Bandung se logró como resultado proclamar la afirmación de la independencia y la autodeterminación tanto de las nuevas naciones de África como de Asia, la oposición al colonialismo, el imperialismo o cualquier otra forma de sumisión a las naciones, la recuperación del sentimiento nacionalista de cada uno de los pueblos y mantener sobre todo dentro de una coyuntura de divergencias y conflictos, una línea de neutralidad activa. De esta manera los países del Tercer Mundo buscaron tener su espacio y su protagonismo dentro del sistema internacional (PEREIRA, et al., 2001).

38 Alejados un poco de este escenario se encontraban los comunistas yugoslavos. Tito como el representante de un pueblo que había logrado librarse de la amenaza nazi prácticamente solos y, como el único Estado que se alejó del proceso que vivieron los países satélites de la Unión Soviética, fue uno de los líderes que marcó el punto de quiebre con la mano dura del bloque comunista. Para Moscú el movimiento yugoslavo, que además pasó a tomar el nombre de Liga de los Comunistas Yugoslavos luego de ser expulsado del Kominform, se situaba en la condición de “hereje” frente a los objetivos perseguidos por el comunismo soviético. Esto sin embargo, marcó también una de las mayores cacerías de brujas dentro del bloque soviético (PROCACCI, 2007).

En la región asiática y africana dos países importantes tomaron también la línea de la neutralidad. Egipto con Nasser, visto como un líder que buscaba y perseguía los intereses nacionales luego de la crisis de Suez y por otro lado Indira Gandhi, Primera Ministra de la India, quien tuvo un papel protagónico en el desarrollo de su país dentro del conflicto bipolar. Con estos líderes de países estratégicamente importantes, además de Tito, sería con quienes el Movimiento de Países no Alineados llegaría a ser una organización importante dentro de las décadas de la Guerra Fría (PROCACCI, 2007).

Luego de la Conferencia de Bandung celebrada en 1955, la Conferencia de Brioni en Yugoslavia en 1956 fue la predecesora de este movimiento. En ella se encontraron los mandatarios de Yugoslavia, Egipto e India. Tito aparece ante Nasser y Nehru (en ese entonces Primer Ministro de India), como un carismático líder que ha logrado, a pesar de su cercanía geográfica, evadir las políticas de homologación de la Unión Soviética. De esta manera, quedaría marcado el camino para los tres países en su búsqueda de tomar otro papel dentro del conflicto de bloques fuera de los mismos (GIRÓN, PAJOVIC, 1999).

39 Con todos estos antecedentes y ante 25 países miembros7 y 3 observadores nace el Movimiento de Países no Alineados (MNOAL), que engloba a las nuevas naciones liberadas de África y Asia en resistencia a la división en la que se encontraba el mundo. Con ello, pretendían no ser parte de las periferias del bloque comunista o socialista. La Conferencia de Belgrado celebrada en 1961, logró finalmente luego de 6 años consolidar las bases de lo que fue Bandung. A pesar de que la Cuba Castrista estaba apoyada por la URSS, fue el único país de América Latina que participó dentro de este movimiento (OCAÑA, 2003).

Esta organización estuvo en los años subsiguientes a su creación liderada por quienes fueran los llamados “Grandes del Tercer Mundo”. De esta forma los representantes de Yugoslavia, Indonesia, India y Egipto se convertirían de alguna manera en personajes importantes dentro del contexto de la Guerra Fría, estos países pese a no tener los mismos niveles económicos de las potencias mundiales, conformarían uno de los escenarios más importantes en donde se libraría la contienda militar y sobre todo ideológica del capitalismo contra el comunismo. Si bien el movimiento contribuyó en gran parte a la lucha contra la descolonización y a la búsqueda del bienestar de sus miembros, no dejaría de ser también blanco en muchas ocasiones de las políticas expansionistas y de contención tanto de los Estados Unidos como de la Unión Soviética (PEREIRA, et al., 2001).

Bajo estos antecedentes el mundo de la posguerra surgirá como el escenario de una nueva estructura mundial, en donde estará polarizado por más de cuarenta años y bajo la tutela de los Estados Unidos como superpotencia del bloque occidental frente a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, detentora del liderazgo del bloque oriental. Dentro de estas estructuras surgirán sin embargo, nuevos protagonistas en la escena internacional, con potencias emergentes y nuevos Estados que debido a su realidad económica y social serán denominados como el Tercer Mundo. A pesar de que varios de estos países buscarían mantenerse lejos de

7 Los países fundadores del MNOAL fueron Afganistán, Arabia Saudita, Argelia, Birmania, Camboya, Cuba, Chipre, Egipto, Etiopía, Ghana, Guinea, India, Indonesia, Irak, Líbano, Malí, Marruecos, Nepal, República Democrática del Congo, Somalia, Sri Lanka, Sudán, Túnez, Yémen y Yugoslavia (MNOAL, 2001).

40 la contienda bipolar, muchos serían territorios en los cuales se instalaría el conflicto ideológico, en su mayoría propiciado por los líderes de las estructuras.

Esta expansión de la disputa entre los Estados Unidos y la URSS hacia los denominados países periféricos estaría reafirmada en la intervención de las potencias en los asuntos internos de otros Estados, en donde en algunos casos apoyarían a las rebeliones y en otros propiciarían la instauración de gobiernos bajo su línea política, lo que muchas veces sofocó los intentos de revueltas políticas y sociales a través de contenciones militares. En este sentido, el uso de este poder ostentado por las superpotencias y su intromisión directa en los asuntos de otros países, provocaría cambios significativos en la conciencia colectiva de la sociedad a lo largo de los diferentes mandatos presidenciales tanto en Norteamérica como en territorio soviético.

41

CAPÍTULO II

EL LEGADO DEL PODER DURO EN LA GUERRA FRÍA: EL EFECTO DEL

Documento similar