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Extramuros pero asociadas a un recinto de población

In document El agua dulce en la cultura hitita (página 188-200)

4.3.1.- Yazılıkaya, #attu$a

Yazılıkaya (“roca inscrita”) se localiza en una elevación al noreste de la capital #attu$a (Map. 1) y está compuesta por varios afloramientos calizos829 que se agrupan formando cuatro Cámaras (A-D) (Fig. 156), dos de las cuales están cubiertas parcialmente en sus caras interiores con relieves figura-tivos (A y B), y todas ellas abiertas hacia el sur donde se les adosan cuatro conjuntos edilicios pertenecientes a sendos momentos constructivos y cuyos muros se prolongan rodeando buena parte del conjunto830(Figs. 156-158). Dos regatos y una fuente se localizan al sur del complejo, aunque esta última es de época actual831. Parece que el conjunto se encontraba unido a la capital por una via de la que actualmente no queda rastro debido a la erosión, y que, al menos en las cercanías del mismo, de-bió estar pavimentada832.

Todas las representaciones de las Cámaras A y B están realizadas en relieve e inscritas en espacios cuadrangulares o rectangulares según contengan una o más figuras833. Excepto los nºs64 y 81

826 P. Neve (1993), 632, 627-629, Abb. 5, 7, 10.

827 Cf. 4.2.1.7.- Pilas en la ‘Ostplateau’, p. 175ss.

828 Cf. 4.1.4.1.- Generalidades, p. 127, n. 446.

829 Para la composición exacta de la caliza, cf., B. Damm (Yaz2), 23, K. Kohlmeyer (1983), 50, n. 491.

830 La bibliografía sobre Yazılıkaya es extensísima ya que desde su descubrimiento en 1834 por Ch. Texier ha llamado poderosamente la atención de viajeros e investigadores. La primera reseña data de 1835, cuando este estudioso francés presentó ante la Academie Royale des Inscriptions et des Belles-lettres las plantas de las Cámaras A y B y los dibujos de la mayor parte de relieves. A esta presentación le siguió su publicación de 1839. El estudio más completo, obra de varios especialistas y editado por K. Bittel en 1975, recoge los trabajos previos y contiene los resultados de las excavaciones y un estudio de los jeroglíficos que acompañan: Yaz2. Posterioremente, K. Kohlmeyer (1983), 48-67 y J. Seeher (2011) han retomado el tratamiento completo del conjunto, a cuyas obras se remite para un elenco de la bibliografía y la historiografía sobre el lugar: K. Kohlmeyer, op. cit., 49-50, n. 473-490; y J. Seeher, op. cit., 175-187. Otros autores se han ocupado de alguno de sus particulares, especialmente de los jeroglíficos y/o la iconología: E. Laroche (1969); E. Masson (1981); H. G.

Güterbock (1982); R. L. Alexander (1986); H. G. Güterbock (1989), 34-35; H. G. Güterbock (1975b); W. Orthmann (1983);

E. Masson (1992); H. Ehringhaus (2005), 14-31.

831 Yaz. 37, Yaz2, 28, Abb. 5 (= J. Seeher (2011), Abb. 10).

832 J. Seeher (2011), 19. Cf. también Yaz, 4; Yaz2, 12, Bei 1; H. Ehringhaus (2005), 15, 17.

833 Cf. 4.1.2.1.1.- Hatip, p. 76, n. 89.

que contienen la figura del rey Tud"aliya-IV y el nº 83 que consta solo de la onomástica del mismo, todas representan divinidades (Tab. 1.2), muchas acompañadas de sus onomásticas en jeroglífico anatólico (nºs14-17, 23-24, 26-27, 30-49, 51, 53-55, 57, 60-61, 64-66 y 81), aunque no todas ellas son legibles por el mal estado de conservación, por dificultades en el desciframiento o por ambos.

§1.- Cámara A: Situada en el espacio entre rocas mayor y más occidental, presenta una forma irregu-lar pero airregu-largada de ca. 30 m de longitud orientada al noreste, con una altura máxima en algunos pun-tos de 12 m. La cota actual del suelo es más baja que la original, como indican las canalizaciones do-cumentadas en el extremo sur (Fig. 156), y seguramente se encontraba enlosado, aunque de esta pavi-mentación se documenta solo un estrato de gravilla sobre el que apoyarían las lajas junto al edificio que daba acceso a la Cámara834. Contiene los relieves nºs1-66 (Fig. 159) dispuestos conforme al eje longitudinal de la Cámara en dos kaluti-835, masculino al oeste y femenino al este –con las ex-cepciones nºs 36-37 y 44– que se encuentran en el extremo norte de la sala. En general, las figuras masculinas (nºs 1-35, 39-42) están representadas en la posición A (Tabs. 1.2 y 2) y las femeninas (nºs36-38, 43-63), en la B (Tabs. 1.2 y 2); pero el nº 14 aparece en la posición B’’, los nºs16a-17, en la posición B o C; el nº 22, aparentemente en la posición C; los nºs 28-29, en la posición F, loss 36-37, en la posición B’ y los grupos nºs 1-12 y 69-80, en la posición A’836 (Tabs. 1.2 y 2).

§1.2.- Relieves 1-13: Se trata de la representación conjunta de doce figuras masculinas (nºs 1-12;

Tabs. 1.2 y 2; Figs. 159-160) de una altura de entre 77 y 88 cm, una detrás de otra, con la pierna izquierda por delante de la derecha y enlazados como si marcharan837, precedidas por un dios Montaña (nº 13). No parecen estar acompañadas de onomástica838 y se encuentran en bastante mal estado de conservación. Bajo los nºs1-3 pueden apreciarse las marcas de un “vorgelagerten Bank”839. El panel en el que se hallan describe un giro en ángulo recto hacia el interior de la Cámara tras el relieve nº 13 (Figs. 158-159).

Las doce figuras visten faldellín y portan el tocado cónico, pero solo en algunas de ellas (nºs3, 11-12) puede distinguirse que empuñan con la mano derecha una espada de hoja curva (Fig. 160). La figura del dios-Montaña (nº 13), que ha perdido la mano izquierda, presenta algunas de las características de las representaciones de estas divinidades como la parte inferior con protuberancias, la barba y el tocado cónico (Fig. 160; Tab. 2).

Las doce figuras (nºs 1-12) pueden representar los “Doce-dioses de los cruces de caminos” de carácter ctónico relacionados con los “dioses del camino” a quienes se invoca en el ritual mágico de

834 Yaz2, Taf. 8:1-2, Bei.2; J. Seeher (2011), 33. También conserva restos de enlosado el corredor entre las Cámaras B y C.

835 HED, K, 33-35, s.v: “circle, (close) group, set, coterie, community (…) Although frequent in Hurroid ritual texts of Kizzuwatna (…) kalutiya- is found also in Hattic and Hittite rituals proper”; HHW, 70, s.v: “Reihe; Kreis; Gemeinschaft”.

Cf. también E. Laroche (1976); I. Wegner (1995); Ídem. (1995b), esp. 100-101; van Gessel, Onomasticon III, 31, s.v.

836 Para las posiciones en las que se encuentran las figuras, su vestimenta y los objetos que portan se remite a los parágrafos correspondientes: 3.2.3.- Antropomorfos, p. 54ss., para las posiciones; 3.2.1.1.- Vestimenta, p. 40ss., para la vestimenta, y 3.2.1.2.- Panoplia, p. 45ss., y 3.2.1.3.- Símbolos, p. 48ss., para los objetos, así como a 3.3.- Relación entre imagen e inscripción, p. 58ss., para la posición de las onomásticas.

837 K. Bittel (Yaz2), 127 y n. 4 se pregunta si no podría corresponder esta imagen a la representación en una cierta perspectiva de figuras una tras otra vistas frontalmente. La posición en la que se representan las piernas, la más adelantada de la figura anterior (izq.) ocultando parte de la pierna más atrasada (dch.) de la figura posterior, induce a concluir que se trata de una fila de figuras en movimiento. Cf. también K. Kohlmeyer (1983), 65: “Der Ursprung der Komposition ist in Nordsyrien zu suchen”, más bibliografía señalada, esp. n. 572. Aparecen también en la Cámara B, nºs69-80, cf. más abajo, p.

195ss.

838 K. Bittel (Yaz2), 123, 128; H. G. Güterbock (1975), 179; Ídem. (1982), 18; H. Ehringhaus (2005), 17-18; J. Seeher (2011), 37, contra E. Masson (1981), 32 sub nº 13.

839 J. Seeher (2011), 37.

purificación de All7 de Arzawa (CTH-402) para que se lleven definitivamente el mal que pretende combatirse840. En cualquier caso su iconografía parece estar estrechamente vinculada a su número. El número 12 es una cifra (como también lo son el 9, el 7 y el 2) con una gran carga simbólica: 12 son las partes del cuerpo, sum.UZUÚR, hit. 'appe!!ar, que se purifican en algunos rituales mágicos841, en 12 meses se divide el año y 12 dioses aparecen como garantes de algunos tratados internacionales de

%uppiluliuma-I y Mur$ili-II842. Pero con respecto a estos últimos, el hecho de que se trate de un grupo de divinidades masculinas y femeninas y de que en este panel se representa en solo figuras masculinas impide la identificación de unos con otros843. Los “Doce-Dioses-de-los-Cruces-de-Caminos” se hallan estrechamente vinculados a la magia, ya que los cruces de caminos, KASKAL-a! 'attare!ar/

'atarniya!'a!844, como ventanas, hit. (GI%)luttai-, sum. (GI%)AB; y puertas, hit. a!ka-, sum.

(GI%)KÁ(.GAL), son lugares de especial carga mágica845 puesto que comunican una realidad con otra;

de ahí que en la mayor parte de los rituales mágicos de invocación se preparen sendas con materiales diversos por las que las divinidades invocadas acuden al lugar del ritual846. Los “Doce-dioses” se hallan también relacionados con Nergal, divinidad del Inframundo847. Su función aquí como divinidades vinculadas a la esfera de la comunicación entre realidades podría ser la de proteger la Cámara contra cualquier elemento nocivo, siendo importante en esta interpretación la presencia de las espadas porque implican fortaleza y porque a través de ésta aluden a la defensa del lugar. Podrían también aludir de modo más general a divinidades ctónicas cuya situación al final del kaluti- sería el modo de indicar una progresión jerárquica en la representación del conjunto. En este sentido enlazarían con la presencia del dios Montaña precediéndoles, perteneciente también al grupo de divinidades primordiales, algunos de cuyos topónimos constituyen las onomásticas de ciertos monarcas848 como Arnuwanda o Tud"aliya donde se refleja la importancia relativa de estas divinidades dentro del panteón. Este parece ser el significado preeminente de estas divinididades a la vista de los datos disponibles, ya que es consistente con la disposición del resto de relieves y con las

840 L. (Jakob-)Rost (1972), 36-37, y n. 14-16 (KUB-24.9 II 37’-39’+KBo-12.127 II 1’), cf. 5.3.2.2.- Como senda, p. 304, con notas, cf. también Ibídem, 83: “Der Ort der Beschwörung ist ein Kreuzweg”. H. G. Güterbock (1965), 198; Ídem. (Yaz2), 191, menciona un ritual mágico hitita-luvio en el que se mencionan 12 dioses, KUB-35.145 Vs. II 10’: [ ki-i!]-ta-nu-nu-un 'a-ad-da-ri-i!-ni-!a-an 12 DINGIRME%KI.MIN, del mismo modo extinguí los 12 dioses en el cruce de caminos, cf. también F. Starke (1985), 230, y 229, 232 para los duplicados KUB-35.143 Vs. 8’-12’ y KUB-17.15 II 6’-16’, respectivamente, en los que sin embargo no se recogen estas divinidades. Para los “dioses del camino” aunque sin especificación de su número, cf., van Gessel, Onomasticon, II, 971, s.v: DINGIR-LUM KASKAL-a!, 993, s.v: DINGIRME% KASKAL-za, DINGIRME% *A KASKAL-NI.

841 Como en el “Ritual de Tunnawi”, CTH-409 I, 32, II 35, III 7-8, 49, IV 2, 6, 38, cf. A. Götze y E. H. Sturtevant (1938), 6-7, 12-13, 16-17, 20-21, 24-25; V. Haas (2003), 72-73, n. 381; 5.3.1.2.- Como senda, p. 290ss.; 5.3.2.2.- Como senda, p.

304ss.; y V. Haas, op. cit., 74-76, para más ejemplos de rituales en los que se mencionan las “doce partes del cuerpo”. Para 'ape!!ar, cf. HEG, A-#, 165, s.v.; HED, #, 113, s.v: 'ap(p)-: “joint, limb, member, body part.”; HW2, #, 219-225, esp.

223-224 sub c) 12 UZUÚR.

842 V. Haas (1994), 114, y n. 57-58.

843 Como ya señalaba H. G. Güterbock (1975b), 277.

844 HED, H, 264-265, s.v: hattara-: “verbal noun hat(ta)riessar (n.) incision, thence, intersection, crossing”; CHD, P, 72, s.v:

pal!a-, pal!i- 1e 6’: KASKAL-a! 'attare!!ar/'attarniya!'a!: “Road fork, intersection”; HW2, #, 498-499, s.v:

“Abzweigung(?), Gabelung(?), Kreuzung(?) (von Wegen)”.

845 Cf. por ejemplo H. Otten (1973), 80; V. Haas (1994), 276-278 sub Das Fenster, 280-282 sub Tür, más bibliografía señalada; Ídem. (2003), 691-700 sub 372. Tor; A. Archi (2013b), 3, y n. 20.

846 Cf. 4.1.2.2.2.- Fıraktın, p. 89, n. 184; y 5.3.5.- Dapi- / Dabi-, p. 325ss., con notas.

847 J. Seeher (2011), 37: “Zwolf Unterweltsgötter”; contra V. Haas (1994), 488: “die ‘Tausend Götter des #atti Landes’ ”; K.

Kohlmeyer (1983), 55, n. 514, con bibliografía señalada. Cf. más arriba, n. 840; y CHD, P, 72, s.v: pal!a-, pal!i-, 1 e 3’ b’ y 1 e 4’. Cf. también Cámara B, §3.1.- Relieves nºs 69-80 y §3.3.- Relieve nº 82, p. 195ss.

848 Cf. 5.3.2.3.- Como lugar puro, p. 310, con notas.

listas kaluti- que constituyen el substrato textual de la Cámara849, pero sin perjuicio de que pueden darse ambas simultáneamente. En cualquier caso, sin una leyenda que los identifique su interpretación es hipotética.

§1.3.- Relieves 14-16: Se encuentran en la cara sur de la roca (Figs. 159, 161), miden unos 85 cm y se hallan muy erosionados por la acción del agua y por una fractura de la roca que los cruza en diagonal y de derecha a izquierda en sentido descendente. Los nºs14 y 15 representan (Tabs. 1.2 y 2), como el anterior nº 13, dioses Montaña, barbados y con tocado cónico, y están acompañados de sus onomásti-cas (Fig. 161) precedidas de *360, DEUS, aunque no han sido descifradas completamente850. El nº 16 (Fig. 163; Tabs. 1.2 y 2) viste faldellín, porta el tocado cónico y también va acompañado de su onomástica de la que puede leerse solo con seguridad el determinativo divino, *360851. Bajo estas fi-guras se documentan los restos de un banco corrido adosado a la pared hoy desaparecido852.

§1.4.- Relieves 16a-24: Ocupan toda la cara este de la roca inmediatamente a continuación de los an-teriores por encima de un saliente de ca. 40 cm de anchura dejado por el rebaje de la pared en todo su recorrido (Figs. 159, 162) la cual finaliza en una ruptura de la roca que originalmente fue sellada con sillares y que pudo contener otros relieves853.

El nº 16a se localiza a ca. 60 cm del borde sur del macizo donde la roca presenta severas fracturas, a muy poca distancia del nº 17 (Figs. 159, 162), ambos muy erosionados. Los dos miden ca.

72 cm y representan dioses Montaña barbados (Tabs. 1.2 y 2), con tocado cónico de estrías curvado hacia delante, en la posición B o C, con protuberancias en su parte inferior y con sus onomásticas que no han sido completamente descifradas854.

Los nºs18-22 miden entre 72 y 78 cm (Figs. 159, 162; Tabs. 1.2 y 2), visten faldellín o el tipo combinado con túnica (nºs20 y 22), tocado cónico con un cuerno, pendiente de aro y coleta. Ninguno de ellos parece estar asociado a una onomástica. Los nºs18 y 21 portan una maza en su mano derecha y el nº 22 parece estar en la posición C.

Los nºs23-24 miden entre 75 y 78 cm (Figs. 159, 162; Tabs. 1.2 y 2), portan el tocado cónico con estrías y cuerno frontal, barba, sostienen una maza y presentan un único jeroglífico sobre el puño sin lectura segura855. El nº 23 viste faldellín, mientras el nº 24 viste el tipo combinado de faldellín y túnica.

§1.5.- Relieves 25-33: Se ubican en otro macizo rocoso a continuación del anterior en la cara orienta-da al sureste sobre una suerte de banco corrido de entre 42-24 cm de ancho y 40 cm de alto a su vez

849 Cf. más abajo, p. 185, n. 880, y p. 204, n. 996.

850 E. Laroche (1952), 120: “sont malheureusement illisibles”; Ídem. (1969), 85: “…dpa-pa-na “les montagnes divines”.”, Fig. 25; P. Meriggi (1975), 301; K. Bittel (Yaz2), 128-129; H. G. Güterbock (Yaz2), 179 sub nº 14, 178-179 sub nºs14-15;

Ídem. (1982), 17-18, 40-41, Pl. III.14, 15 parcialmente contra E. Masson (1981), 31-32; J. Seeher (2011), 37.

851 E. Laroche (1952), 120; Ídem. (1969), 85; P. Meriggi (1975), 301; K. Bittel (Yaz2), 129; H. G. Güterbock (Yaz2), 179: “x-na-x-(-x)-la-pi-sa”; Ídem. (1982), 16-17, 39-40, Pl. III.16; parcialmente contra E. Masson (1981), 29-31; cf. también J.

Seeher (2011), 39.

852 R. Naumann (Yaz2), 33; J. Seeher (2011), 39.

853 R. Naumann (Yaz2), 33-34, Abb. 6; K. Bittel (Yaz2), 133, Taf. 15:2, 16:1; J. Seeher (2011), 40, 46, Abb. 29-30, 43.

854 E. Laroche (1952), 120; Ídem. (1969), 81, Fig. 24; P. Meriggi (1975), 300-301; K. Bittel (Yaz2), 130-131; H. G.

Güterbock (Yaz2), 178: “Nr. 17 (…) x-ni (…) Nr. 16a. (…) Keine Lesung.”; Ídem. (1982), 15-16, 38-39: “No. 17 (…) na-ma/i-x, where x could still be há/he as EM proposed, or possibly L 411 ni, or a sign of unknown value. (…) For the time being Nr. 16a remains a mountain god of unknown name”; parcialmente contra E. Masson (1981), 28-29; cf. también J.

Seeher (2011), 40, Abb. 36.

855 E. Laroche (1969), 81; P. Meriggi (1975), 300 sub 23-24; K. Bittel (Yaz2), 133; H. G. Güterbock (Yaz2), 178 sub Nr 24 u.

23; Ídem. (1982), 13, 37; J. Seeher (2011), 46. Solo E. Masson (1981), 25-27, Figs. 23, 24, identifica ambas divinidades con

dHa-za/i [nº 24] y dNa-ni [nº 23], dioses Montaña.

sobre una suerte de plataforma en el nivel del suelo original (Figs. 159, 163) y sobre la que se ad-vertían tres zonas rectangulares que podrían ser el resultado de la presencia de hogares o pebeteros, quizá de época hitita856. Esta pared finaliza en un saliente hacia el interior de la Cámara en el cual (Fig. 163), y bajo las últimas figuras, se localiza un rebaje cuadrangular que secciona el banco corrido pero que debería haberse prolongado con un sillar hoy desaparecido857. Presenta marcas de erosión kárstica por toda su superficie, especialmente entre los relieves nºs29 y 30, y sus figuraciones apare-cen dispuestas a intervalos irregulares, lo que unido al fuerte rebaje de su superficie, especialmente en su extremo oeste, parece indicar que hubo varias fases de trabajo y que las características de la roca condicionan la ubicación y dimensiones de las figuras.

Los relieves nºs25-27 (Fig. 164; Tab. 1.2) miden en progresión entre 68 y 81 cm de alto, portan el tocado cónico de estrías con cuerno en la parte frontal, coleta y una espada de hoja curva. El nº 25 presenta profundas marcas de deterioro y junto con el nº 27 viste faldellín, mientras el nº 26 viste el tipo combinado de faldellín y túnica. Solo los nºs26-27 presentan sus respectivas onomásticas sobre el puño, si el nº 25 también la presentaba, ésta se ha perdido. La nº 26 es de difícil lectura:

*360.*66-*402?-*104-x?, (DEUS)pí-sa4-sá-x, DPi$a(i)$ap"i858. La nº 27 es más clara: *360.*53, (DEUS)ENSIS,

DNergal, DU.GUR o dios-Espada859.

Los relieves nºs28-29 (Fig. 165; Tabs. 1.2 y 2) forman un grupo compositivo de 0.95 cm de altura: dos figuras híbridas enfrentadas con mitad inferior y cabeza de toro en representación frontal, en la posición F, con faldellín y coleta. Sostienen una media luna en posición horizontal con cuatro pequeños círculos equivalente a *182, CAELUM, y se apoyan sobre *201, TERRA860, que rompe la horizontal del campo en el que se encuentran haciendo que su parte superior se encuentre alineada con esta misma horizontal. No están acompañadas de onomástica pero podrían ser interpretados como los toros asociados al dios-Tormenta, %erri y #urri861.

856 R. Naumann (Yaz2), 34-35, Abb. 6; J. Seeher (2011), 51, Abb. 42-45.

857 R. Naumann (Yaz2), 33, Abb. 6; J. Seeher (2011), 54.

858 P. Meriggi (1975), 300 sub 26 contra E. Laroche (1969), 79, y n. 30, 81, Fig. 20; H. G. Güterbock (Yaz2), 177; E. Masson (1981), 24, Pl. XI, quien reconoce seis signos; H. G. Güterbock (1982), 12-13, 25, 36, 47; J. Seeher (2011), 53. El signo identificado con *402, sa4, se asemeja a *155, pa4, cf. M. Marazzi (1990), 151 sub nº 155; G. Anders, http:/

/www.hethport.uni-wuerzburg.de/luwglyph/; pero no se recoge en M. Marazzi (1998). Pi$ai$ap"i se recoge en: van Gessel, Onomasticon, I, 359-361, III, 325, s.v.; pero no así en V. Haas (1994), quien en p. 635 observa: “(…) 15 Götter [nºs14-27], deren Identität nicht gesichert ist”. P. Taracha (2009), 95, recoge con dudas esta identificación, mientras en p. 118, sobre el kaluti- de Te$ub, recoge esta onomástica como un dios Montaña. Sobre una divinidad de parecida onomástica, cf. M. Popko (1995), 127: “The mountains Wa$itta and Pi$ai$a were the heroes of these (Hurrian) myths.” Sobre esta base podría postularse la identificación del nº 25 con Wa$itta, aunque no concluyentemente.

859 E. Laroche (1969), 81, Fig. 19; P. Meriggi (1975), 300 sub 27: “dx(…) dubbio (…)dx-tá”; H. G. Güterbock (Yaz2), 177;

E. Masson (1981), 24, Pl. IV; H. G. Güterbock (1982), 12, 25, 36, 47; J. D. Hawkins (1995), 34, sobre *53 en la inscripción de Südburg (= BO.AZKÖY 21, bl. 3, l: 2); J. Seeher (2011), 53. Sobre *53,ENSIS, cf. M- Marazzi (1990), 224-225 sub nº 338. Sobre Nergal y el Inframundo en general, cf., V. Haas (1994), 129-135, 366-368, con notas; M. Popko (1995), 98-100, 117, 129-130, 152; P. Taracha (2009), 95, 113-114, 119, 124-128, 159-163, 166; para sus atestaciones en los textos, cf. van Gessel, Onomasticon, II, 837-840, III, 376, s.v: U.GUR. Cf. más adelante en la Cámara B, relieve nº 82, p. 198, n. 957. Este signo, *53,ENSIS, se documenta también en HANYERI, en la l: 1 de la “estela” de la ‘Quellgrotte’ (BO1AZKÖY-12) y en el bl. 3, l: 2 de BO.AZKÖY-21 (= SÜDBURG).

860 E. Laroche, HH, 109 sub nº 201: “(…) CIEL-TAUREAUX-TERRE, cf. hourr. e!e 'awurni.”; H. G. Güterbock (Yaz2), 177 sub Nr. 28-29. Para los signos, cf. M. Marazzi (1990), 160 sub nº 182, 166-167 sub nº 201. Para e!e 'awurni, cf. E.

Laroche, GLH, 83-84, s.v: e!e, “ciel”, 99, s.v: 'awurni, “terre”; E. Neu (1996), 238: “ „Himmel“ und „Erde“ für hu. e!e 'avurni”.

861 E. Laroche (1969), 75-77; P. Meriggi (1975), Tav. X; H. G. Güterbock (Yaz2), 177 sub Nr. 29-28, y n. 49; Ídem. (1982), 12, 25, 35, 47; E. Masson (1981), 23; Ídem. (1992), 382; J. Seeher (2011), 53. Cf. van Gessel, Onomasticon, I, 160-162, III, 329, s.v: #urri; 396-398, s.v: %erri. Para su lugar en la religión hitita, cf. V. Haas (1994), 319-320, 471-472; M. Popko (1995), 96-97, 112; P. Taracha (2009), 73, 94, 97, 108, 119-120, y n. 661. Un ejemplo iconográfico similar lo constituye una placa en bronce de 14,5 cm de altura procedente de Alaca Höyük en la que dos figuras híbridas toro-hombre enfrentadas sujetan una suerte de caduceo con una mano y un disco solar alado con la otra, cf. M. N. van Loon (1985), 34, 46, Pl. XLIIc.

Los relieves nºs 30-33 (Fig. 163; Tabs. 1.2 y 2) visten faldellín y parecen estar asociados en virtud de su naturaleza guerrera. El nº 30 (Fig. 166), mide 82 cm, sostiene una espada de hoja curva, porta el tocado cónico y su onomástica: *360.*10?, (DEUS)A2, Dá?, identificado tradicionalmente con

DZABABA, equivalente aD#e$ui/e862. El nº 31 (Fig. 167), de 73 cm de alto, porta el tocado redondo, faldellín y dos alas estilizadas despuntando de la espalda, no parece portar ningún objeto y va también acompañado de su onomástica: *360.*322-x-x, (DEUS)PURUS-X-X, DPirinkir863, una divinidad que aúna ambos sexos, representada aquí en su faceta masculina, como I$tar (nº 38). El nº 32 (Fig. 168), de 80 cm de alto, viste faldellín, tocado cónico y porta una espada de hoja curva, los signos de su onomástica están muy erosionados: *360.*103-*90, (DEUS)CERVUS3-ti, y aunque la lectura no permite identificarlo con seguridad, la presencia del signo *103 lo adscribe al círculo de divinidades protectoras864. Por último, el nº 33, de 77 cm de altura (Fig. 168), se localiza en el saliente de la pared que se curva hacia el suroeste y se encuentra muy dañado en su parte anterior coincidiendo con el borde de la roca. También viste faldellín, tocado cónico, porta una espada de hoja curva y va acompañado de su onomástica: *360.*19-*415-*29-*66, (DEUS)á-sa-tá-pi, DA$tabi865.

§1.5.- Relieves 34-39: Se localizan en la cara este del mismo macizo rocoso que los anteriores (Figs.

159, 169), atravesado en diagonal por una fractura de la roca entre los nºs 35 y 36. El rebaje de la pared no es continuo para los 6 relieves sino que está compuesto por cuatro campos conteniendo, re-spectivamente, los relieves nºs34, 35, 36-37 y 38-39, lo que indica que cada una de estas unidades fue trabajada separadamente. Bajo los nºs36-39 se distingue también un banco corrido (60 cm ancho x max. 30 alto; Fig. 169) pero aquí además, en el ángulo de unión con la pared, se documenta un surco excavado en la roca (10 cm ancho x 3 cm profundidad; Fig. 170) cuyo extremo noroeste finaliza en perpendicular al relieve nº 39, mientras su extremo suroeste lo hace, a través de un pequeño saliente,

862 E. Laroche (1969), 76; P. Meriggi (1975), 300 sub 30: “dx”; H. G. Güterbock (Yaz2), 176-177: “(…) obwohl das Zeichen sonst nicht belegt und auch mit keinem der anderen »Kopf«-Zeichnen identifiziertbar ist”, y n. 46; Ídem. (1982), 12, 25, 35, 47, contra E. Masson (1981), 23; cf. también J. Seeher (2011), 53. Para *10, cf. M. Marazzi (1990), 94-95 sub nº 10. Para las ocurrencias textuales de esta divinidad, cf. van Gessel, Onomasticon, I, 148-149, s.v: #e$ui y II, 961-969, III, 389, s.v:

ZABABA. Para ambas divinidades, inscritas en el círculo de “dioses guerreros”, cf. V. Haas (1994), 170, 333, 363-366, 498, 635, 732-733, esp. 364: “Mit Zababa gleichgesetzt (…) der hurritische Gott #e$ui”; P. Taracha (2009), 95, 118. M. Popko (1995), no recoge ninguna de las dos divinidades.

863 E. Laroche (1969), 75, Fig. 16, matizado por P. Meriggi (1975), 300 sub 31: “d182-x”; H. G. Güterbock (Yaz2), 175, Abb.

31; Ídem. (1982), 11-12, 35, contra E. Masson (1981), 21-22; cf. también J. Seeher (2011), 53. Para *322,PURUS, cf. M.

Marazzi (1990), 213 sub nº 322; S. Herbordt (2005), 416 sub L. 322/23; y compárese con las atestaciones de la ‘Kammer 2’

de la Südburg (= BO.AZKÖY-21), cf 4.2.1.1.- Conjunto en la Südburg: ‘Ostteiche’ 1 y 2 y “Cámaras” 1 y 2, p. 154, n. 655.

Para las ocurrencias textuales de esta divinidad, cf. van Gessel, Onomasticon, I, 354-356, III, 324, s.v. Para esta divinidad, cf.

V. Haas (1994), 415-416, 873; M. Popko (1995), 114, 165; G. Beckman (1999b), esp. 25-26, 29; P. Taracha (2009), 95, 118, 120.

864 E. Laroche (1969), 75, Fig. 15; P. Meriggi (1975), 299 sub 32: “dRUWA-ti”; H. G. Güterbock (Yaz2), 174, Abb. 32; E.

Masson (1981), 21; H. G. Güterbock (1982), 25, 47; J. Seeher (2011), 54. Para *103, cf. M. Marazzi (1990), 137 sub nº 103.

Sobre las divinidades protectoras cf. A. Archi (1975b); V. Haas (1994), 97-99 y n. 52, 311, 450, y 964-965 sub Schutzgott;

M. Popko (1995), 58, 89-90, 100, 115, 127; para sus atestaciones en los textos, cf. van Gessel, Onomasticon, II, 681-714, III, 356-358, s.v: LAMMA. Uno de los textos más importantes que refieren a esta divinidad es CTH-343, “Mito de la realeza del dios LAMMA”, donde Ea le hace entrega de la misma, cf. 5.1.- El agua dulce como paradigma de fluído, p. 224, n. 12.

865 Aunque con dificultades de lectura, identificado por E. Laroche (1969), 75; y P. Meriggi (1975), 299 sub 33; con más certidumbre, K. Bittel (Yaz2), 138; H. G. Güterbock (Yaz2), 174 sub Nr. 33, Abb. 33; E. Masson (1981), 21; H. G. Güterbock (1982), 34, 47; J. Seeher (2011), 54. Cf. van Gessel, Onomasticon, I, 53-54, s.v., donde se indica que suele estar precedido porDLAMMA, e Ibídem, III, 294, s.v. Para su posición en la religión hitita, cf. V. Haas (1994), 333, 363-364; M. Popko (1995), 100, 115; P. Taracha (2009), 95, 118-119. Se documenta en, entre otros, la 3ª tab. del “Canto de Ullikummi”

(CTH-345.A Rs. I 4’-12’, cf. H. G. Güterbock (1952), 18-19) donde planta batalla con su carro al monstruo; cf. también 5.1.-El agua dulce como paradigma de fluído, p. 224, n. 17.

en una pila rectangular de ángulos redondeados (63 cm de ancho x 113 de largo)866bajo el espacio en-tre los relieves nºs 35-36 (Figs. 156, 169) que parece tener su punto de desagüe867 en el ángulo suroeste y entre cuyo borde noreste y su opuesto suroeste hay una diferencia de altura de 36 cm. El plano del suelo en esta zona presenta una ligera inclinación hacia la pila desde el relieve nº 39 en di-rección sur para continuar después de ella bajo los relieves nºs 34-35 en horizontal. Tras el relieve nº 39 en dirección norte el macizo se corta dejando un espacio sin decoración entre éste y el siguiente afloramiento con los relieves nºs40-46 y sin que parezca que hubiera ningún elemento arquitectónico que salvara el espacio vacío como entre los nºs 16 y 16a.

Los relieves nºs 34-35 (Figs. 169, 171; Tabs. 1.2 y 2) forman la pareja Sol-Luna aunque se encuentran en rebajes de la roca independientes. El nº 34, (85 cm alto), con el rostro bastante erosionado, viste túnica larga, va tocado con el gorro redondo sobre el que se sitúa un disco solar alado, porta el GI%kalmu! con un cuadrado inscrito en el espacio interior de la espiral al final del mismo, y su onomástica sobre el puño: *360.*191+*182, (DEUS)SOL.CAELUM, hat.DE$tan, hit. nepi!a!

I!tanu!, hurr.D%imegi868. Por su parte, el nº 35, de 81 cm de altura y bastante erosionado, tiene barba, viste el tipo combinado de faldellín y túnica, va cubierto con el tocado cónico decorado con una media luna en posición horizontal y presenta dos alas estilizadas a la espalda, coleta y su onomástica:

*360.*193, (DEUS)LUNA, hat. DKa$ku, luv. DArma, hurr. DKu$u"869.

Los relieves nºs36-38 forman un conjunto con las tres únicas figuras femeninas de este kaluti-(Figs. 156, 169, 172; Tabs. 1.2 y 2). Los nºs 36-37, de 76 cm de alto, ocupan un único rebaje de la roca ligeramente por debajo de la horizontal. Se hallan en buen estado de conservación, excepto los rostros, gracias a la protección de la fractura de la roca por encima de ellas y es posible que fueran trabajados de nuevo en época hitita870 visto el rebaje profundo en que se hallan inscritas. Ambas

866 R. Naumann (Yaz), 10, Taf. 17.2-3; Ídem. (Yaz2), 35-36, también para las medidas del banco corrido; K. Bittel (Yaz2), 143. K. Kohlmeyer (1983), 51 considera que se trata de dos canalizaciones y no de una sola formando un codo; J. Seeher (2011), 60, Abb. 24, 25, 42, 50-51, 59-60, 138, 142. Esta prolongación del pequeño canal en dirección a la cámara no encuentra fácil explicación, aunque es plausible que hubiera enlazado con otra canalización o pila de la cual no quedan restos. Es posible que esta pila recogiera agua de lluvia, o que en ella se realizaran libaciones con agua, cf. p. 186, n. 881.

867 Contra R. Naumann (Yaz), 10; Ídem. (Yaz2), 35: “(…) eine muldenförmige Abarbeitung, doch liegt diese zu hoch, um als Überlauf gedient haben zu können. Sie bedeutet vielmehr den übergang zu einer Stufe”. De hecho, es un ‘Überlauf’

(“aliviadero, rebosadero”) y no un ‘Abfluss’ (“desagüe”) localizado siempre en la zona inferior, documentado por ejemplo en la pila del Templo 1, cf. 4.2.1.6.- Instalaciones en los templos: Pilas y bañeras, p. 174ss. (Fig. 145). Queda por dilucidar dónde desembocaba este aliviadero, aunque probablemente lo hiciera en la canalización (o en alguna de sus posibles extensiones) en terracota documentada al sureste de la Cámara, cf. (Fig. 156).

868 Exceptuando la ausencia de onomástica y la orientación, esta figura presenta las mismas características formales que aquella de la pared del fondo de la ‘Kammer 2’ del conjunto de la Südburg, cf. 4.2.1.1.- Conjunto en la Südburg: ‘Ostteiche’

1 y 2 y “Cámaras” 1 y 2, p. 150ss., y 3.2.1.1.- Vestimenta, p. 40ss., para las características de estas divinidades y sus atributos. Sobre la inscripción, cf. E. Laroche (1969), 73-74, Fig. 13; P. Meriggi (1975), 299 sub 34; H. G. Güterbock (Yaz2), 174, Fig. 34; E. Masson (1981), 21; H. G. Güterbock (1982), 10, 34; H. Ehringhaus (2005), 19; J. Seeher (2011), 57. H. G.

Güterbock (Yaz2), loc. cit., siguiendo a E. Laroche loc. cit., advierte, “daß man beim churritischen Sonnengott %imegi den Zusatz »des Himmels« nicht kennt” explicando este relieve en virtud de la relación entre la divinidad solar y el rey. Cf.

también K. Kohlmeyer (1995), 2649. En mi opinión se debe más al deseo de marcar la diferencia entre la divinidad solar del cielo y la de la tierra, cuyas atribuciones son bastante diferentes entre sí. Para una panorámica de ambas divinidades con especial atención a %imegi cf. V. Haas (1994), 111, esp. 377-381; M. Popko (1995), 89, 100, 112; M. Hutter (1997), 79; P.

Taracha (2009), 89, 94, y n. 485, 95, 108, 118-119, 127; para su atestación en los textos, cf. van Gessel, Onomasticon, I, 400-403; III, 329, s.v. Cf. también, D. Yoshida (1996), esp. 290-319, para las divinidades solares del mundo hitita en general, y 314, para I$tanu en particular; y J. Klinger (1996), 141-147, 171, más notas, para el panteón hatico.

869 E. Laroche (1969), 73, Fig. 12; P. Meriggi (1975), 299 sub 35; H. G. Güterbock (Yaz2), 174, Fig. 35; E. Masson (1981), 21; H. Güterbock (1982), 10, 34; J. Seeher (2011), 58. Cf. van Gessel, Onomasticon, I, 272-274, s.v: Ku$u"; V. Haas (1994), 170, 273, 374-375, esp. 635, 638; M. Popko (1995), 92, 100, 168; P. Taracha (2009), 94, y n. 485, 95, 118-119, 127, y n. 726, y esp. 110.

870 K. Bittel (Yaz2), 140, 250; M. N. van Loon (1985), 19; J. Seeher (2011), 60.

figuras se encuentran en la posición B’871, visten falda larga plisada, van tocadas con un gorro redondo y sostienen un objeto con la mano que cae a lo largo del cuerpo: la nº 36, un elemento redondeado con mango (¿espejo?) y la nº 37, un objeto con forma de pipa o cuerno872. De sus onomásticas, la mejor conservada es la de la nº 36, sin determinativo divino: *158-*29, *158-tá, mientras que de la nº 37 se identifica solo el signo inferior: *29, tá873. Sin embargo, gracias a que aparecen juntas y siguiendo a la figura nº 38 identificada claramente con I$tar/%au$ka, se identifican con sus dos servidoras, Kulitta y Ninatta, respectivamente874. Este relieve nº 38, de 86 cm de altura y en muy buen estado de conservación de I$tar/%au$ka –diosa del amor y de la guerra, relacionada con la casa y sus moradores y hermana de Te$ub875, se identifica no solo gracias a las alas que despuntan de su espalda, su túnica larga plisada por encima del faldellín, el tocado cónico, la coleta y el pendiente –mezcla de atributos femeninos y masculinos, propios de esta divinidad–, sino sobre todo a los jeroglíficos con su nombre:

*360.*104-*421-*434, (DEUS)sà-us-ka, D%au$ka876.

La última divinidad de este panel es el relieve nº 39 (Figs. 169, 173; Tabs. 1.2 y 2) de 75 cm de altura y bastante dañada, especialmente en la pierna izquierda y la mitad superior. Viste el tipo combinado de faldellín y túnica, tocado cónico con un cuerno, coleta, pendiente de aro, barba y maza.

871 La representación del torso en vista frontal es consistente con su aparición entre las divinidades masculinas, y lo mismo puede decirse del relieve siguiente nº 38 de I$tar/%au$ka (Fig. 172), cf. 3.1.- Introducción, p. 33ss.

872 Parcialmente contra K. Bittel (Yaz2), 141: “Bei 36 wird wohl ein Spiegel und bei 37 ein Slabhorn gemeint sind”; K.

Kohlmeyer (1983), 62; J. Seeher (2011), 60. Pero siguiendo a, E. Laroche (1976), 97: “servantes musiciennes de las %au$ka féminine”; y V. Haas (1994), 357: “Wahrend ihre (der I$tar) beiden Gespielinnen Ninatta und Kulitta lieblich musizieren, entkleidet sie sich am Meeresstrand”, los objetos que portan estas figuras podrían tratarse de instrumentos musicales, uno de percusión para Kulitta (nº 36) y uno de viento para Ninatta (nº 37), a pesar de que I$tar/%au$ka aparezca en el kaluti-masculino y de que no parezca representar ninguna escena de contenido sexual, ya que es difícil separar sus dos aspectos tan tajantemente aunque esté representada en la zona masculina pero sin ningún atributo guerrero, cf. K. Bittel (Yaz2), 142: “Was wie ein dünner Stiel einer Waffe aussehen könnte, ist die vordere Strähne der Schwungfeder des Flügels”, contra V. Haas, op. cit., 635: “bewaffnete %a(w)$ka”. Sobre instrumentos musicales hititas, cf. S. de Martino (1995), 483-488, esp. 484-488.

873 E. Masson (1981), 19: “(…) valeur idéographique (…) pourvus ici d’un complément phonétique -ta. … nina- et kuli-”;

coincidiendo parcialmente con ella, H. G. Güterbock (1982), 10, 33, y n. 18: “(…) we are still left with a reading X-tá for Ninatta without learning how nina is expressed. (…) L 158 alone is the name. Rather than positing a name *Kuli I would read Kulitta (…) with tá as phonetic complement.” Cf. las obras precedentes: E. Laroche (1969), 71-73, Figs. 10, 11; P.

Meriggi (1975), 299 sub 36-37; H. Güterbock (Yaz2), 173-174, Figs. 36-37; y posteriores: H. Ehringhaus (2005), 20, Abb.

28; J. Seeher (2011), 58-60, Abb. 55, 57-58. Para *158, cf. M- Marazzi (1990), 152 sub nº 158; Ídem. (1998), 96 sub *158.

874 En las Bildbeschreibungen (cf. 3.1.- Introducción, p. 27, n. 14), como KUB-38.2 Vs. I, 13-14, 18, 26-27, estas dos divinidaddes acompañan a %au$ka aunque a ambos lados de la misma, cf. C.-G. von Brandestein (1943), 4-5; L. (Jakob)-Rost (1961), 175; CoS III, 64-65. Nótese, también comparando las notas anteriores, que el orden tradicional de aparición, Ninatta-Kulitta, ha sido invertido; cf., para algunas de sus ocurrencias, ChS I/3-1, 33-52 sub Nr. 1, Vs. I 41, II 45, Rs. III 34, Rs. IV 3, 35; 56 sub Nr. 2, Vs. II 9; 65 sub Nr. 4 Rs. 1; 69-71 sub Nr. 6, Vs. I 3-9, Rs. IV 6’; 75 sub Nr. 8, Vs. I 18’; 89-90 sub Nr.

13, Rs. III 11’, 14’, 19’; 221-229 sub Nrs. 60-65. Cf. también, van Gessel, Onomasticon, I, 244-249, s.v: Kulitta, 335-339, s.v: Ninatta. Sobre estas dos diosas, cf. V. Haas (1994), 260 y n. 64, esp. 354, 360, 389, 470, 500, 558; M. Popko (1995), 95, 115; P. Taracha (2009), 95, 116, 119, 123, 128. Ninatta aparece sola acompañando a I$tar en ChS I/3-1, 84-85 sub Nr. 12.

875 Cf. más abajo, p. 184, n. 876.

876 E. Laroche (1952), 117; Ídem. (1969), 71-73; P. Meriggi (1975), 299 sub 38; H. G. Güterbock (Yaz2), 173; E. Masson (1981), 19; H. G. Güterbock (1982), 9, 25, 33. Cf. también M. N. van Loon (1985), 23; H. Ehringhaus (2005), 21-22; J.

Seeher (2011), 60. Nótese la variante de escritura de este nombre en BO.AZKÖY-21, bl. 3, l: 2, cf. J. D. Hawkins (1995), 33-34; Ídem. (2006), Fig.7c. Sobre esta divinidad, cf. R. Lebrun (1976), esp. 17, n. 14; V. Haas (1994), 31, 111, 170, 260, 309, 332, 337, 340, 475, 482, 579-582, esp. 345-357, y 638; M. Popko (1995), 94, 96, 98, 101, 112, 115, 126-127; P. Taracha (2009), 27-31, 106, 122-123. Para un elenco de los textos en los que aparece, cf. van Gessel, Onomasticon, I, 385-394, s.v:

%a(w)u$ga / GA%AN-(u$)ga / LI%-ga / I*TAR-((b)u$)ga.

Su nombre se encuentra también muy erosionado: *360.*209, (DEUS)i/ia,DEa877, divinidad de origen mesopotámico relacionada con la sabiduría, la realeza y el agua dulce.

Las divinidades aquí representadas tienen una relación directa con varios aspectos de la realeza hitita, con su función y con su posición en la base de la sociedad y la política. La pareja nº 34-35 contiene una alusión a la dualidad que se advierte en muchos otros puntos del pensamiento hitita (rey-reina; diosa-Solar-de-Arinna-dios-Tormenta; diosa-Fuente-dios-Montaña, etc.). También I$tar/%au$ka y sus servidoras, Kulitta y Ninatta (nºs 36-38) se hallan vinculadas a la realeza, especialmente I$tar/

%au$ka, que aquí aparece incidiendo en la vertiente guerrera de la monarquía878enlazando con el panel anterior. Finalmente, Ea (nº 39) y su carácter de divinidad primordial asociada al agua dulce, también se vincula con la monarquía, y está también vinculado al panel central que contiene a Kumarbi, Ta$mi$u y Te$ub a través de la mitología, especialmente del “Canto de Ullikummi” (CTH-345)879. Parece que la idea que subyace a este conjunto es la representación de los aspectos más importantes sobre los que se funda el concepto hitita de la realeza en una progresión jerárquica que comienza al inicio del kaluti- y culmina con (y en) el panel central, y que se refleja en las mismas listas homónimas, como aquella de Te$ub de %apinuwa: “(…) Te$$op der Stadt %apinuwa, Himmelsgott Anu, Kumarbi [nº 40], Ea [nº 39], Mondgott Ku$u" [nº 35], %imige [nº 34], A$tabi [nº 33], Nubadig, Kriegsgott #e$ui [nº 30], die beide Berge #atni und Bi$ai$a(b"i), Erde und Himmel”880. En este punto

877 E. Laroche (1969), 71; H. G. Güterbock (Yaz2), 173; P. Meriggi (1975), 299 sub 39; E. Masson (1981), 17 y n. 30; H. G.

Güterbock (1982), 9, 25, 33, 47; M. Marazzi (1990), 170 sub nº 190. Cf. también M. N. van Loon (1985), 23: “water god Ea”; J. Seeher (2011), 60: “Ea, der Gott der Weisheit”. Para esta divinidad, cf. A. Archi (1993); V. Haas (1994), 82-96, 121, 178-180, 297 y n. 27, 333, 635, 638, 813-815; M. Popko (1995), 54, 99, 115, 123, 125-127; P. Taracha (2009), 36, 86, 95, 99, 118-120, 128, 139; cf. también 5.1.- El agua dulce como paradigma de fluído, p. 222ss., con notas. Para esta onomástica y su equivalencia con Ea, cf. E. Laroche, Recher., 94; Ídem., GLH, 77; van Gessel, Onomasticon, I, 1-3, s.v: A, II, 613-620 y III, 350, s.v: É.A. H. Ehringhaus (2005), 22, contra todos los autores anteriores da una lectura luvia, “Ija”, que identifica también con Ea, en contraste con E. Laroche, DLL, y CLL, que no recogen este ND, pero sí P. Taracha, op. cit., 126: “Ea, … Syrian-Hurrian form of the name, Aya/Eya (Luwian Iya)”. Resulta sin embargo extraño que ésta sea la única atestación de una onomástica en luvio en Yazılıkaya, cf. E. Laroche (1952), 115-116; Ídem. (1969), 69: “En effet, non seulement les noms divins, mais aussi les noms communs sont pensés et écrits en hourrite.”; P. Meriggi (1975), 297: “(…) che praticamente tutte le leggende siano in currico o almeno diano dei nomi divini la forma currica, e il complesso sia il sistema del panteon currico”; H. G. Güterbock (1975), 173: “(…) in Yazılıkaya mit dem churritischen System zu rechnen”. Excepción a esta

“regla” es el relieve nº 49, Allatu, en vez del esperado hur. Allani, cf. más abajo sub §1.8.- Relieves 49-55.

878 Esta diosa era la divinidad personal de #attu$ili III, y su hijo y sucesor, Tud"aliya-IV (relieves nºs64, 81 y 83) fue sacerdote del dios-Tormenta-de-Nerik y de I$tar-de-%amu"a, cf. R. Lebrun (1976), 21-24 y n. 49; 56-65; V. Haas (1994), 31, 191, 193, 350-352; M. Popko (1995), 98, 133 y n. 384 con bibliografía señalada; H. Klengel (1999), 237-238 sub A3 (=

CTH-81, “Apología de #attu$ili”); S. Hutter-Braunsar (2004). Para la hipóstasis de %au$ka en %amu"a, cf. R. Lebrun (1976), esp. 15-25, 37-42; V. Haas, op. cit., 193, n. 64, 346-349, y n. 267, 352-353, 366, y n. 380, 579, y n. 252; M. Popko (1995), 147; P. Taracha (2009), 81, y n. 428, 85, 93, n. 482, 94-95, 101, 102, 118.

879 Para este texto, cf. 5.1.- El agua dulce como paradigma de fluído, p. 224, n. 17.

880 V. Haas (1994), 170, y n. 116: “KBo-20.119 Vs. I 1-9 y Rs IV 11’-14’ ” (= CTH-786). Sobre esta y otras listas kaluti-, cf.

ChS I/3-2, 58 sub 1.3.3 “Die kaluti-Liste für den Wettergott von %apinuwa”, y en general, 53-54 sub “Standard-kaluti-Liste für Te$ub”, 56-61 sub 1.3. “Die Sonder-kaluti-Listen”. Cf. también E. Laroche (1976), esp. 94; A. Archi (1993), 30-31.

Obviamente, las listas no son consistentes, ni entre ellas ni con las figuraciones de esta Cámara. Sobre la consistencia de la categorización y ordenación religiosa, cf. J. Bottéro (1983), 203: “Toute mythologie, même savante et organisée, a sa force, sa cohérence, sa logique; mais aussi, inévitablement, (…) ella a ses incohérences et son irrationnel”; A. Archi (2006), 149:

“Be as it may, such classifications can only be approximate as religious phenomena, by their very nature, cannot be precisely defined, unless accompanied by a dogmatic theology.”; J. Klinger (2008b), 188: “Wenn (…) von einer »Theologie«

gesprochen wird oder von bewußten absichtsvollen Synchretismen oder ähnlichem, so sind dies alles moderne Interpolationen -direkte Zeugnisse dieser Art existieren nicht.”; y 6. Conclusiones, p. 341ss. También CTH-733 muestra diferencias en la secuencia de divinidades que contiene, cf. J. Klinger (1996), 169-179, esp. 170.

In document El agua dulce en la cultura hitita (página 188-200)

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