• No se han encontrado resultados

Relato de la casa común Gen 1, 1-2, 4a

El relato de la casa común cuenta con dos texto, que es también la única cosmogonía presente en la Biblia: Gn1,1-2,4ª, un himno a Dios creador que evoca cómo todo procede de sus manos y cómo el hombre ha sido creado de un modo completamente singular, en un estado de felicidad, aparentemente es sencillo y corto el relato bíblico pero encierra difíciles problemas interpretativos81, tales como: el ambiente cultural en el que está escrito, período de la historia, géneros literarios y sobre todo, qué trasfondo encierra para ser leído.

La teoría creacional fue cuestionada por personas de ciencia, como Galileo Galilei, el mismo Darwin con su evolución de las especies, y por ello fue difícil llegar a un acuerdo entre fe y razón, de ese modo, desechada, pues, esta interpretación literalista, cabe entender el relato no ya como una página de ciencias naturales que nos informa sobre el cómo de la creación, sino como una reflexión religiosa, que es de suyo independiente del revestimiento literario concretamente adoptado, por debajo del cual late algo digno de ser oído y creído82.

Sin embargo, hay que descubrir en la propia Biblia cuál fue la intención genuina del autor del Génesis, qué mensaje quiso transmitir y hacia donde pretendió enseñar su doctrina, a ello debe dar respuesta una teología bíblica sobre la creación, apoyada de métodos hermenéuticos; claves que sirvan para interpretar los materiales usados en el cuerpo literario. En sí este libro no es abordable directamente y de forma fácil, antes bien, debe situarse el texto en su contexto.

Hablando con mayor precisión, hay dos relatos de la creación que, según la hipótesis documentaria, se designan respectivamente “relato sacerdotal”83 (Gn 1,1-2,4ª) y “relato

81 Ibídem, 21

82 Cf. RUIZ de la Peña, 22

46

yahvista”84 de la creación (Gn 2,4b-25).El primer relato del Génesis, el denominado relato

sacerdotal, continuando el estilo propio del hábito a la que pertenece, describe en forma de lista la creación del mundo y de todos los seres creados. Se habilita a la divinidad con su nombre hebreo: Elohim (= Dios) Se afirma que Dios ha creado todo lo que existe. Los términos utilizados concluyentemente instruyen que Dios ha creado de la nada y que todo viene de Él. Queda potentemente insistida la omnipotencia de Dios que crea con su sola palabra; vemos se va repitiendo: Dijo Dios...y así fue Es una palabra poderosa, omnipotente, creadora. Dios no crea con esfuerzo; basta su sola palabra para que todo venga a la existencia. También se subraya la misericordia y la hermosura de todo lo creado, como también se va repitiendo: “vio Dios que era bueno”. La visión del cosmos es “acuática”. Sostiene que al principio no había más que una masa informe de aguas primordiales, y la tierra al ser creada será un islote en medio de esas aguas. Desde un principio hizo existir al hombre y a la mujer simultáneamente, en pareja. Dentro del conjunto de la creación el hombre y la mujer ocupan un lugar destacado: la creación del hombre y de la mujer viene en último lugar, como culminando toda la obra creadora; al ser humano se le encomienda someter y dominar la creación porque toda ella está a su orden85.

En el segundo relato, tiene un carácter diverso por su naturaleza y constituye una auto- comprensión del ser creado. Este relato presenta la creación del ser humano en el aspecto de su subjetividad, esta subjetividad corresponde a la realidad objetividad del ser creado a imagen de Dios86.

Por sus características teológicas y literarias, este último, que se prolonga hasta Gn 4, se considera más antiguo que el primero. No obstante, ambos se refieren a un único evento original, contemplado desde perspectivas diferentes. El relato sacerdotal se centra sobre la creación en cuanto tal, mostrando gran interés por su aspecto cultual; el yahvista se detiene más en concreto en el hecho de la creación de la primera pareja humana y su colocación en

84 Cf. Ibíd.

85 Cf. RODRÍGUEZ. J Pablo, Estudio general humanidades, Aula de Estudios Bíblicos y Evangélicos © 2017 86 Cf. Juan Pablo II. Matrimonio y familia. Textos de Juan Pablo II, Paulinas; Buenos Aires.,1981: 12 y 26

47

el paraíso. La creación es sólo el contexto en que se mueve, ya que el relato se preocupa más bien por todo lo relacionado con el problema del origen hombre, mujer y su destino87. Al trazar esta historia, el autor (o autores) del primer de estos relatos del yahvista no utilizan formas de expresión abstractas ni se adentran en reflexiones teóricas, sino que adoptan un lenguaje concreto, vivo, que se sirve de imágenes tangibles y símbolos: Dios es presentado como una persona humana que habla, actúa, tiene sentimientos; la creación aparece como obra realizada en una semana; el hombre y la mujer se conciben como un ser modelado físicamente por Dios a partir del polvo. Podríamos decir que estas mismas expresiones reales (ver, hablar, caminar) nos revelan verdades trascendentes (omnipotencia, omnisciencia, cercanía)88.

De hecho, las mismas expresiones de ver, hablar y caminar podemos situarlas pedagógicamente en el trato responsable para con toda nuestra naturaleza. Ver en qué condiciones nos encontramos dentro del ambiente, hablar para mejorar y preservar la vida de nuestro habitat, para que finalmente caminemos con las acciones que se logren plasmar en aras a cuidar lo que nos rodea.

Volviendo al primer relato (Gn 1,1-2,4ª), se presenta la actividad creadora de Dios, designado como Elohim89, en el marco simbólico de una semana. Todo se desarrolla en siete días, divididos en dos momentos: un momento de la distinción (de la luz de las tinieblas, las aguas inferiores de las superiores por medio del firmamento, el mar de la tierra seca), que comprende los tres primeros días (en el tercer día también fueron creadas las plantas), y un momento de ornamentación, debido a algunos actos creativos de Dios: el sol, la luna y las estrellas, en el cuatro día; los peces, los pájaros, animales marinos en el quinto día; las bestias salvajes, el ganado, todo lo que se arrastra sobre la tierra y por último el hombre y la mujer en el sexto día90.

87 Cf. Cf. RODRÍGUEZ. J Pablo, Estudio general humanidades, Aula de Estudios Bíblicos y Evangélicos ©

2017

88 Cf. ibíd.

89 Cf. RODRÍGUEZ. J Pablo, Estudio general humanidades, Aula de Estudios Bíblicos y Evangélicos © 2017 90 Ibíd.

48

Las dos triadas, los tres primeros días y los tres siguientes se corresponden en paralelo: la aparición de la luz del primer día con el surgir de los astros el cuatro día; la separación de las aguas superiores e inferiores del segundo día, con la creación de los animales que pueblan el mar el quinto día; la separación del mar de la tierra seca del tercer día con la formación de los animales terrestres y del ser humano el sexto día. El relato concluye con el descanso de Dios el séptimo día, día bendecido por Dios. En ese día, “cesó Dios de toda la obra creadora que había hecho” (Gn 2,2)91.

En definitiva, este relato proclama la realidad admirable de la creación, por este motivo, no se debe buscar las características del lenguaje científico: el autor no pretendió hablar de las estructuras últimas del universo, ni del cómo y cuándo de la creación. Por ello, es necesario delimitar los diferentes escenarios de época y lenguaje, tanto científico como religioso. Es error cuando de repente pretendemos dar respuesta a todo desde la fe y viceversa, desde la ciencia; cada uno tiene su propio espacio interpretativo, la primera a partir de la revelación, sagrada escritura y la segunda por medio del experimento, ciencias naturales.

“El Señor Dios tomó al hombre y la mujer y los puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara”. (Gn 2, 15) en este relato no sujeta propiamente un mandato de cultivar y cuidar la tierra; se trata, más bien, de un indicativo más que un imperativo, la acción de cuidar y cultivar el Edén sirve para describir, en cierto modo, la finalidad del hombre y la mujer, casi su razón de ser en la creación92.

Documento similar