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CAPÍTULO III: LA DIPLOMACIA CULTURAL DE ESTADOS UNIDOS

III.3. Su transformación post Guerra Fría

La estrecha conexión creada entre la política del gobierno estadounidense y la DC de este país durante la Guerra Fría sin duda ayudó a una mayor proliferación en las actividades dirigidas a la Diplomacia Cultural, sobre todo gracias al financiamiento por parte del estado, pero también socavaron su posibilidad de continuidad una vez ganada la guerra. La desintegración de la URSS en diciembre de 1991, y la consecuente caída del comunismo como una superpotencia, no sólo reivindicaron la victoria del capitalismo estadounidense y su libertad de expresión, sino que también reflejaron la ahora inexistencia de un enemigo cultural a quien vencer en una Batalla de Ideas.

En la década del noventa el Congreso estadounidense reafirmó lo que sería una acelerada decadencia de la DC de apoyo estatal. Para el final de la década la USIA había sido absorbida por el Departamento de Estado, y un gran número de bibliotecas y centros culturales estadounidenses en el extranjero habían sido definitivamente cerrados (Bayles 2005). La USIA es incorporada en el año 1999, mientras que los programas de intercambio siguen bajo la administración del Bureau of Educational and Cultural Relations que se anexiona a la estructura del Departamento de Estado de los EE.UU. (Bureau of Educational and Cultural Affairs, U.S. Department of State).

El gran problema de la DP era la competencia por el presupuesto, “other much more powerful and organized constituencies favored the shifting of federal funds to domestic and defense programs that had no bearing on cultural and public diplomacy”86 (Glade 2009:247). A pesar de las declaraciones de la Secretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright, quien se refiriera a la DP como un “national security imperative”, es decir, como una prioridad de la seguridad nacional, la DP perdió la batalla por el presupuesto frente a

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En el año 1989 el presupuesto de la USIA casi redoblaba el presupuesto del año 1981 (Bayles 2005).

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Traducción al español: “Otros grupos de electores más poderosos y organizados favorecieron la desviación de fondos federales hacia programas de defensa y asuntos internos que no tenían ninguna relación con la diplomacia cultural y pública”.

programas domésticos y de defensa. El senador republicano Jesse Helms, Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, encabezaría la disputa abogando por una menor DP en el marco de los recortes de presupuesto emprendidos por el gobierno del Presidente William Jefferson "Bill" Clinton (Melissen 2007). Según Stephen Walt, la frase “It’s the economy, Stupid” que pronunciara Clinton en su campaña en el año 1992 anticipaba su desinterés por ser un gran estratega en materia de relaciones exteriores en su presidencia, pero sin embargo a pesar de las innumerables críticas de la derecha, del centro, e inclusive de la izquierda a la política exterior durante su gobierno, para Walt gran parte del resultado recae en las presiones de los “lobbies” o grupos de interés, los primeros desinteresados en desviar fondos hacia una política exterior sólida, sobre todo en un momento en el cual no se evidenciaba un peligro a la seguridad nacional (Walt 2000).

Para Glade, ya en la Guerra del Golfo de 1990-91 se hizo evidente la necesidad de volcar más presupuesto en armas y regimientos en el exterior (Glade 2009). Pero para Warren Christopher87, el primer Secretario de Estado del gobierno de Clinton, una gran parte del congreso estadounidense, como también miembros del ejecutivo, no entendían los beneficios de la DP, y su necesidad una vez finalizada la Guerra Fría. Según sus palabras: “…I wasn’t able to persuade the Congress. I’d make some progress in the White House discussions, only to see it lost in the committees”, es decir que habiendo tenido que convencer a distintos funcionarios en la Casa Blanca de la importancia de la DP, no logró convencer a las comisiones del Congreso que terminaron por rebajar el valor de la misma (Kralev 2004:1). Tal vez un dato importante para comprender el desinterés internacional del Congreso de estos años es que tres cuartas partes de los congresistas republicanos elegidos en el año 1994 no poseían pasaportes, incluso Richard Armey llegó a declarar que “no necesitaba visitar Europa porque ya había estado una vez allí” (Walt 2000:65).

Los primeros en sufrir el efecto del corte de presupuesto en DP fueron las bibliotecas y los “American Centers”, es decir los centros culturales en el exterior. Centros como los de Ankara y Belgrado fueron cerrados, dejando un espacio vacío en la otrora activa programación cultural de los EE.UU. Según Finn, las necesidades de recorte de presupuesto por parte del gobierno llevaron a pensar, erradamente, que el contacto de persona a persona ya no era necesario y podía ser fácilmente remplazado por la comunicación electrónica. La misma suerte correría una gran cantidad de personal

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dedicado a la DP en las embajadas estadounidenses, la tecnología lo reemplazaba todo de una manera más económica para el gobierno (Finn 2003).

En una primera etapa Post Guerra Fría la atención se concentró en la reorganización del sistema mundial y en la configuración de un nuevo escenario de paz. Era necesario reforzar las instituciones y leyes internacionales que regularían el sistema global. Ante el triunfo del liberalismo, y con EE.UU. como el superpoder dominante en un escenario aparentemente unipolar, la idea generalizada era que el libre comercio y la libre circulación de ideas evitarían al mundo volver a caer en un conflicto armado de escala global. En las palabras del Presidente George H. W. Bush el nuevo orden global hacía posible que “the nations of the World, East and West, North and South, can prosper and live in harmony”88, en un mundo donde “the rule of law supplants the rule of the jungle”89 (Kagan 2008:6).

La caída de la URSS dejaba a EE.UU. en una posición históricamente anhelada: la del liderazgo global. EE.UU. era la “locomotive at the head of mankind” según Dean Acheson90, la locomotora a la cabeza de la humanidad, y el resto del mundo pasaba a ser el furgón de cola (Kagan 2008:9). Estas palabras reflejan el desinterés del gobierno de EE.UU. hacia otras naciones, su buscada unilateralidad en el proceso de la administración del nuevo orden, punto que será esencial y se verá reflejado en la desaprobación por el resto del mundo, sentimiento antiestadounidense que generará gran preocupación y la sigue generando hasta el momento.

Pasada la Guerra Fría, y surgiendo nuevas necesidades en el frente, las administraciones posteriores a la caída del muro desestimaron la importancia de la comunicación personal, la necesidad de continuar con una fuerte política de atracción, además de la valoración de otras culturas. Todo esto fue rechazado, y el boom de la tecnología y el conflicto armado iniciaron su auge.

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Traducción al español: “Las naciones del Mundo, Este y Oeste, Norte y Sur, pueden prosperar y vivir en armonía”.

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Traducción al español: “El principio de derecho suplanta a la ley de la selva”.

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Asesor de distintos presidentes de EE.UU., fue Secretario de Estado desde el año 1949 hasta 1953 bajo la administración del Presidente Truman.