• No se han encontrado resultados

Bella y bestia un encuentro con sentido

N/A
N/A
Protected

Academic year: 2017

Share "Bella y bestia un encuentro con sentido"

Copied!
69
0
0

Texto completo

(1)

(Licencia de uso)

Bogotá, D.C., 13 de Febrero de 2013

Señores

Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J. Pontificia Universidad Javeriana Cuidad

Los suscritos:

Laura Cristina Insignares Hernandez , con C.C. No 1032433636

Natalia Restrepo Bueno , con C.C. No 1098673165

En mi (nuestra) calidad de autor (es) exclusivo (s) de la obra titulada:

Bellla y Bestia: Un encuentro con sentido

(por favor señale con una x las opciones que apliquen)

Tesis doctoral Trabajo de grado x Premio o distinción: Si No x cual:

presentado y aprobado en el año 2013 , por medio del presente escrito autorizo (autorizamos) a la Pontificia Universidad Javeriana para que, en desarrollo de la presente licencia de uso parcial, pueda ejercer sobre mi (nuestra) obra las atribuciones que se indican a continuación, teniendo en cuenta que en cualquier caso, la finalidad perseguida será facilitar, difundir y promover el aprendizaje, la enseñanza y la investigación.

(2)

1. La conservación de los ejemplares necesarios en la sala de tesis y trabajos de

grado de la Biblioteca. x

2. La consulta física o electrónica según corresponda x

3. La reproducción por cualquier formato conocido o por conocer x 4. La comunicación pública por cualquier procedimiento o medio físico o

electrónico, así como su puesta a disposición en Internet x 5. La inclusión en bases de datos y en sitios web sean éstos onerosos o

gratuitos, existiendo con ellos previo convenio perfeccionado con la

Pontificia Universidad Javeriana para efectos de satisfacer los fines previstos. En este evento, tales sitios y sus usuarios tendrán las mismas facultades que las aquí concedidas con las mismas limitaciones y condiciones

x

6. La inclusión en la Biblioteca Digital PUJ (Sólo para la totalidad de las Tesis Doctorales y de Maestría y para aquellos trabajos de grado que hayan sido laureados o tengan mención de honor.)

x

De acuerdo con la naturaleza del uso concedido, la presente licencia parcial se otorga a título gratuito por el máximo tiempo legal colombiano, con el propósito de que en dicho lapso mi (nuestra) obra sea explotada en las condiciones aquí estipuladas y para los fines indicados, respetando siempre la titularidad de los derechos patrimoniales y morales correspondientes, de acuerdo con los usos honrados, de manera proporcional y justificada a la finalidad perseguida, sin ánimo de lucro ni de comercialización.

De manera complementaria, garantizo (garantizamos) en mi (nuestra) calidad de estudiante (s) y por ende autor (es) exclusivo (s), que la Tesis o Trabajo de Grado en cuestión, es producto de mi (nuestra) plena autoría, de mi (nuestro) esfuerzo personal intelectual, como consecuencia de mi (nuestra) creación original particular y, por tanto, soy (somos) el (los) único (s) titular (es) de la misma. Además, aseguro (aseguramos) que no contiene citas, ni transcripciones de otras obras protegidas, por fuera de los límites autorizados por la ley, según los usos honrados, y en proporción a los fines previstos; ni tampoco contempla declaraciones difamatorias contra terceros; respetando el derecho a la imagen, intimidad, buen nombre y demás derechos constitucionales. Adicionalmente, manifiesto (manifestamos) que no se incluyeron expresiones contrarias al orden público ni a las buenas costumbres. En consecuencia, la responsabilidad directa en la elaboración, presentación, investigación y, en general, contenidos de la Tesis o Trabajo de Grado es de mí (nuestro) competencia exclusiva, eximiendo de toda responsabilidad a la Pontifica Universidad Javeriana por tales aspectos.

(3)
(4)

FORMULARIO

TÍTULO COMPLETO DE LA TESIS DOCTORAL O TRABAJO DE GRADO

Bellla y Bestia: Un encuentro con sentido

SUBTÍTULO, SI LO TIENE

AUTOR O AUTORES

Apellidos Completos Nombres Completos

Insignares Hernandéz Laura Cristina

Restrepo Bueno Natalia

DIRECTOR (ES) TESIS DOCTORAL O DEL TRABAJO DE GRADO

Apellidos Completos Nombres Completos

Orduz Gonzalez Luis Fernando

FACULTAD

Psicología

PROGRAMA ACADÉMICO

Tipo de programa seleccione con x

Pregrado Especialización Maestría Doctorado

x

Nombre del programa academic

Programa de Psicología

Nombres y apellidos del director del programa académico

Martín Emilio Gáfaro

TRABAJO PARA OPTAR AL TÍTULO DE:

(5)

CIUDAD AÑO DE PRESENTACIÓN DE LA TESIS O DEL TRABAJO DE GRADO

NÚMERO DE PÁGINAS

Bogotá 2013 64

T)PO DE )LUSTRAC)ONES seleccione con x

Dibujos Pinturas Tablas, gráficos y

diagramas Planos Mapas Fotografías Partituras

SOFTWARE REQUERIDO O ESPECIALIZADO PARA LA LECTURA DEL DOCUMENTO

Nota: En caso de que el software (programa especializado requerido) no se encuentre licenciado por la Universidad a través de la Biblioteca (previa consulta al estudiante), el texto de la Tesis o Trabajo de Grado quedará solamente en formato PDF.

MATERIAL ACOMPAÑANTE

TIPO DURACIÓN

(minutos) CANTIDAD

FORMATO

CD DVD Otro ¿Cuál?

Vídeo Audio Multimedia Producción electrónica Otro Cuál?

DESCRIPTORES O PALABRAS CLAVE EN ESPAÑOL E INGLÉS

Son los términos que definen los temas que identifican el contenido. (En caso de duda para designar estos descriptores, se recomienda consultar con la Sección de Desarrollo de Colecciones de la Biblioteca Alfonso Borrero Cabal S.J en el correo biblioteca@javeriana.edu.co, donde se les orientará).

ESPAÑOL INGLÉS

(6)
(7)

LAURA CRISTINA INSIGNARES & NATALIA RESTREPO

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA, FACULTAD DE PSICOLOGIA,

(8)
(9)

Introducción 1

Capítulo I. Una historia de Bellas y Bellezas. 4

Capítulo II. El monstro bello 14

Capítulo III. Belleza para vivir 21

Capítulo IV. Construyendo lo bello afuera y adentro. 35

Capítulo V. Tejiendo encuentros. 52

(10)

Introducción

“Las personas más bellas que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota,

el sufrimiento, la lucha, la pérdida, y han encontrado su manera de salir de las profundidades. Estas personas tienen una gratitud, sensibilidad y comprensión de la vida que los llena con compasión, dulzura, y una preocupación amorosa. Las personas bellas no

surgen, ni de la nada ni por casualidad...”

Elizabeth Kübler-Ross

El tema de la belleza resulta ser tan cotidiano que, como fenómeno, puede llegar a ser normalizado y por esto subestimado, al mismo tiempo que pareciera que cada ser humano tiene una opinión al respecto. Kübler- Ross, psiquiatra suizo-estadounidense, expone su apreciación, la cual despierta más preguntas que aclaraciones: ¿Quiénes son estas personas bellas de las que habla? ¿Si no son producto de la casualidad de que sí lo son? ¿Cómo se ligan sufrimiento, belleza y amor? La duda enmarca el deseo por conocer, los deseos a su vez están referidos a la falta, en tanto el deseo solo aparecería a partir de la carencia. En este sentido la falta moviliza la búsqueda por darse al encuentro con aquello desconocido, así preguntarse por la belleza deja entrever la falta de esta y el deseo por su presencia.

La cotidianidad propone una relación ambigua entre conocimiento y desconocimiento, solo cuando emerge la novedad es que se ponen en duda los preceptos hasta entonces normalizados. El carácter extraordinario de dichas rupturas justifica su rememoración, de este modo las grandes obras de la tradición oral y escrita de la humanidad, narran historias sobre momentos descomunales, lejanos de la vida diaria. El cuento de “La Bella y la Bestia” es una historia que relata la relación de los seres humanos con la belleza y su

(11)

estético sino también la relación de la belleza con el amor, la vida y la muerte, acepciones que también Kübler- Ross enuncia como ligadas a su noción de belleza.

El objetivo central de la presente investigación, pretende una revisión teórica que permita realizar una aproximación a la comprensión de qué es lo que se ha considerado como bello a lo largo de la historia de la humanidad y las formas en las que se ha definido la belleza. Para así poder dilucidar los elementos comunes que tejen el encuentro entre el sujeto y aquello que este denomina como bello; así como observar si existe una relación entre la belleza y capacidad para reconocer -más o menos- elementos del mundo como bellos y una forma particular de desarrollo psíquico.

Esta investigación teórica estará organizada en cinco capítulos o apartes:

En el primer capítulo se ilustra como contemporáneamente, confluyen en el juicio estético, elementos griegos, medievales y románticos. En donde belleza se convierte en sinónimo de bueno para el mundo griego, divino para el medieval y placentera en la noción romance. Bajo los preceptos románticos, se sitúa la historia de la Bella y la Bestia, la cual se usará como herramienta principal a la hora de puntualizar aspectos vitales en la realización del breve análisis del fenómeno de la belleza que se propone; el cual hará inevitable el involucrar a su par antitético: la fealdad. De esta manera paralelamente al concepto de belleza, se trabajará la noción de fealdad.

Teniendo en cuenta la relación que se establece entre ciertos momentos históricos y el desarrollo de la noción de belleza, en el segundo capítulo se abordará, apoyado por Omar Calabrese, la pregunta por la estética como construcción histórico-social, y las maneras como el juicio estético se articula y asocia a otro tipo de valores tales como la forma, la pasión y la moralidad. Así mismo se intentará develar la relación que se establece entre belleza y fealdad, con el fin de dar cuenta de cómo tanto lo bello como lo feo se inscriben en un espacio social particular, cuyos límites definirán en qué categoría estética se ubicará un objeto específico. Se buscará entonces, develar cómo un sistema puede ser alterado permitiendo la trasformación de categorías preestablecidas dando lugar al interjuego dinámico entre categorías estéticas aparentemente estáticas.

(12)

sentido y su valor en sí misma. Así, con la ayuda de Lyotard, Kristeva, Nietzsche, Hegel y Platón se traza un hilo conductor en el cual se inicia con la pregunta de por qué se busca lo que se busca, pregunta a la cual la vida misma será su respuesta, siendo ella lo verdaderamente buscado desde un principio.

Desde el origen de la vida, el movimiento ha estado impulsado por la supervivencia, que no es más que una búsqueda por elementos que nutran la vida que se escapa en cada instante. Así movimiento y vida se darían la mano, y la belleza como búsqueda y por lo tanto como generadora de movimiento, no sería más que un instrumento jalonador de vida para que el humano vaya a su encuentro. Pero como para que haya búsqueda y por lo tanto movimiento es necesario que algo falte, entrará al final la fealdad a reclamar su lugar como instrumento que al igual que la belleza, se pone al servicio de la continuidad de la existencia. Por lo cual belleza y fealdad no surgirían como contrarios, sino más bien a modo de paradoja, como complementarios que se dan sentido mutuamente.

Tras la exploración de la ontogénesis de la belleza, se buscará, en el cuarto capítulo darle desarrollo a la belleza como construcción intrapsíquica individual. Para dicho fin, se hará alusión a los psicoanalistas Freud, Klein, Meltzer, Bion, Winniccott y Rojas, con los cuales se buscará exponer una perspectiva psicogenética de la belleza. Así mismo se hará alusión a la perspectiva estructuralista desarrollada por Freud con el fin de tratar el tema de la belleza como un elemento que articula la organización psíquica.

El quinto capítulo, titulado “el encuentro”, buscará tejer las intelecciones hasta

(13)

Capítulo I. Una historia de Bellas y Bellezas.

Comprender las formas de relación que actualmente se entablan con la noción de belleza, solo es posible si se considera que estas son el producto de un proceso histórico. De este modo se propone situar la historia de la belleza en torno a tres grandes momentos del pensamiento occidental: la antigua Grecia, la época medieval y el romanticismo. Entonces para escudriñar la historia de lo que se ha construido como bello en la humanidad, se hace indispensable referirse a las obras de artistas, poetas y novelistas, ya que han sido estos quienes han dejado plasmado en sus creaciones lo que opinaban que era bello.

Umberto Eco (2010) propone la recopilación de dichas obras para exponer el devenir del concepto de la belleza. En su recorrido este autor plasma cómo, pese a que las maneras en las que se conceptualiza lo bello puedan variar con el tiempo, estas mantienen un elemento neurálgico sobre el cual se articulan: lo bello siempre como un concepto análogo a otro, nunca como un planteamiento persé y desarticulado.

Dentro de muchos de los sinónimos que surgen, aparece la idea de lo bello como bueno. Esta relación no solo sugiere que se le llame bello a aquello que es bueno, sino

también a aquello que se desea poseer.Eco comenta “tendemos a considerar bueno no solo

aquello que nos gusta, sino que además querríamos poseer (...) y por eso es bueno, ya que

es un bien aquello que estimula el deseo” (2010. P. 9). La belleza así, se liga directamente

al deseo, y este a la moralidad. Es así como es posible considerar bellos no solo a los objetos sino también a las acciones, en tanto cada una cuenta con una carga moral ligada al deseo y la belleza. Es por esto mismo como también pueden ser consideradas como bellas a personas, en tanto resultan objeto de deseo y ejecutoras de acciones.

Eco (2012) propone un recorrido histórico de la belleza, el cual parte del ideal estético en la antigua Grecia, del cual se desprende la reflexión que liga la bondad a la belleza. Desde esta perspectiva, algo resultará bello según la idea que trasmita, así la obra se convierte en el vehículo y no en la belleza en sí misma. Es así como el acento se ponía

sobre las expresiones corporales que dieran cuenta de una forma y actitud particular, “la

característica general y principal de las obras maestras griegas es una noble simplicidad y

(14)

figuras griegas aunque agitadas por las pasiones, muestran siempre un alma grande y

sosegada” (Eco, 2010. P. 47)

En la mitología griega, la belleza es una constante que rodea a muchas de las historias que pretenden encarar las preocupaciones, deseos e ideales de la época. Eco (2010) hace referencia a la dualidad que se establece entre Apolo, dios de la luz, la verdad y el arte y Dionisio, dios del caos y la trasgresión. Esta relación hace implícita la posibilidad de reconocer el caos a partir de la belleza y viceversa. Para los griegos, la belleza y el caos no pueden existir sin que ambas estén presentes. Se ha de producir entonces una tensión por la constante amenaza de la irrupción del caos en la belleza. La tensión debe mantenerse en

tanto permite “el equilibrio perfecto”, el cual se conceptualiza como uno de los pilares de la

comunidad griega. El conflicto que circunda a la idea de la belleza griega se debate entre el bien y el mal, lo cual permite la emergencia de la fealdad como equivalente a la maldad y opuesta a la belleza buena.

Similar a la propuesta griega aparece la idea medieval de belleza, en esta la bondad se relacionará con la belleza, pero específicamente con la bondad divina. Eco (2010) comenta

que en la edad media, “para la belleza son necesarias tres cosas: la proporción, la integridad

y la luminosidad (…) ya que se identificaba a Dios con la luz.” (Eco, 2010 P.99). Al

establecer el concepto de la proporción, Eco (2010) añade que no estaba necesariamente atravesado por valores matemáticos sino más bien por juicios morales y espirituales. La firme creencia en que todo en el universo tenía un trasfondo sobrenatural, sustentaba la consolidación de dos grandes categorías: divino y demoniaco. A partir de estas dos, se configuró una posición desde la cual criticar al mundo y a la belleza; de este modo, todo aquello que tuviera características divinas sería considerado como bello y correspondientemente, aquello que contara con la presencia de elementos demoniacos sería catalogado como temible u horrendo. En este sentido Dios y su antítesis, el demonio, remplazaron al antiguo concepto de la belleza como equivalente de lo bueno y a la fealdad como sinónimo de la maldad, pese a que de base Dios contenga a la bondad y el demonio a la maldad.

(15)

adquiere la capacidad de transformarla al representarla de manera hermosa. Lo que era repugnante en la naturaleza se vuelve aceptable a través del arte. Detrás de esta idea

aparece el concepto, como Eco (2010) lo explica, de “lo terriblemente hermoso”. Así La

sensualidad mortuoria, la morbosidad e incluso el horror que antiguamente se podrían considerar como elementos característicos de la fealdad, se trasforman en belleza a través de las corrientes góticas medievales.

Hasta el siglo XVIII d.C, los artistas de distintas disciplinas habían intentado darle justicia a la belleza de la naturaleza refinando sus técnicas para captarla fielmente en todo su esplendor. Según Eco (2010), con la llegada del romanticismo, la quimera, el amor imposible y la belleza nunca vista, toman un especial interés. La contemplación de una belleza suprasensible, implica la existencia de un elemento intangible detrás de todo aquello observable. Así la melancolía, la oscuridad y la ambivalencia se volvieron bandera de un espíritu inquieto, el cual despierta en aquel que especta un retrato enigmático una sensación similar de extrañeza y desconcierto. Se establece entonces una poderosa conexión entre la obra y el sentimiento que evoca.

Según Eco, “para el hombre romántico la muerte misma, arrebatada del reino de lo

macabro, tiene su fascinación y puede llegar a ser bella” (Eco, 2010, P. 307). Así, de la

contemplación de la muerte surge el movimiento subjetivista en donde la belleza deja de ser inherente al objeto observado y por el contrario se sustenta y genera en la mente del crítico. Eco (2010) explica que desde la perspectiva subjetivista, bello será todo aquello que despierte un sentimiento o sensación placentera y desinteresada. De este modo aparece el placer como el tercer gran sinónimo histórico de la belleza. La sensación obra un papel vital

en lo bello, PseudoLongino (citado por Eco, 2010) es el primero en nombrar “lo sublime”

para referirse a la participación sentimental tanto del sujeto creador como del sujeto que disfruta la obra del arte, así lo sublime es un efecto del arte y no un fenómeno natural, cuyo objetivo es procurar el placer.

(16)

Nuevamente se presenta una relación conflictiva entre dos fuerzas, las cuales se oponen sin importar que la cualidad del enfrentamiento varíe.

Los juicios estéticos que cambian notablemente, son definidos por Calabrese como

una serie de “caracteres que se configuran en cierta época y son reconocibles por cuanto

son redes de relaciones entre objetos culturales” (Calabrese, 2008, p. 23). Así, mientras que la concepción griega antigua oponía las ideas de bondad/belleza y maldad/fealdad, la era medieval proponía la relación divinidad/belleza- demoniaco/maldad, para finalmente retomar en el romanticismo el inter-juego entre el placer/belleza y el displacer/fealdad. De esta manera el conflicto es la aguja que borda el telar de la belleza, ya sea considerada como buena, divina o placentera.

Tal como el mito griego de Apolo y Dionisio, las narraciones y cuentos populares ilustran de forma espontanea la relación de los hombres con ciertos fenómenos, para el caso de la belleza surge como heredera de la tradición romántica occidental la historia de la

“Bella y la Bestia”. Este cuento de hadas fue popularizado bajo este nombre en 1757

cuando Jeanne- Marie Leprince de Beaumont, profesora y escritora de libros sobre educación y moral, decidió adaptar la novela original escrita en el mismo siglo pero 17 años antes por Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve.

La versión adulta de la “Bella y la Bestia” de casi 400 páginas fue transformada en un

breve cuento para niños escrito para ser usado específicamente como complemento educativo. La versión de Beaumont (2008) es la que se considera tradicional, y ha sido la más extendida y conocida, de tal modo, que todas las interpretaciones, adaptaciones y versiones posteriores se han basado en la versión de Beaumont, y no en el original de Villeneuve.

Ambas versiones impactan porque esencialmente confrontan la forma en la que se piensa lo bello, lo monstruoso, lo admirable y lo odiable, así como las emociones que despiertan el juicio estético, aunque las variantes de la historia son muchas no son infinitas, por lo que se abordarán brevemente algunas de las más importantes, con el fin de dar cuenta de sus trasformaciones pero también de lo que resulta inamovible en las diferentes narraciones a través del tiempo.

(17)

Bella, era, humilde y bondadosa. Todas tenían siempre pretendientes dispuestos a casarse con ellas. Pero mientras las dos primeras rechazaban despectivamente a todos los candidatos, ya que ansiaban casarse con un noble, Bella los recibía y conversaba con ellos, aunque los rechazara cortésmente. La vida en el pueblo fue cambiando y malos negocios hicieron que el mercader perdiera su fortuna, y con la desaparición de su oro también se desvanecieron las propuestas de matrimonio para las hermanas mayores, mientras que Bella si las siguió recibiendo, aunque también continuó rechazándolas. Cierto día llegó la noticia de que uno de los barcos del mercader había llegado a puerto con mercancías. Sus dos hijas mayores le pidieron que les regalara joyas y vestidos, pero Bella solo le pidió una rosa explicando eso sería suficiente para hacerla feliz.

El mercader se dirigió hacia el puerto, pero el barco había traído apenas lo suficiente para su dueño. Cabizbajo y de regreso a su casa el mercader fue sorprendido por una repentina tormenta que le obligó a refugiarse en un enorme castillo, el cual, a su parecer estaba abandonado. El mercader recorrió el recinto sin encontrar rastro de habitante alguno; a pesar de ello estaba limpio y la decoración intacta. Al creer que estaba solo en dicha mansión, dejó de lado toda precaución. Corrió hacia la despensa, y comió y bebió hasta saciarse. Como consecuencia de la abundante comida y el extenuante día se volvió presa del sueño, el cual concilió en una suntuosa cama que encontró en una de las habitaciones.

Con la llegada de la mañana, el mercader se dispuso a marcharse, no sin antes haber tomado una rosa de uno de los jardines del palacio para Bella; pero cuando se dispuso a cortarla apareció el dueño del castillo, quien resultó ser una terrible bestia cubierta de pelo color café, mitad lobo mitad humano. La apariencia de la bestia pudo ser más amable si se hubiera tratado únicamente de un lobo molesto, ya que, tal como en las fábulas, los animales no se muestran terroríficos; sin embargo, en el caso de la bestia esta resultó ser bestia en tanto rompía los límites de lo conocido. Una especie de minotauro se presentó ante el mercader, el cual no estaba muy seguro si la criatura que le enfrentaba era humana o no, pero de lo que si tenía certeza es que hasta ese momento no había visto nada igual.

(18)

para que ocupara su lugar. El mercader no lo sabía, pero tal vez lo intuyó, ninguna mujer podría acercarse a la bestia si no fuera por las condiciones de encierro que la bestia podría llegar a imponer; dicho ser vivía en un palacio, con vivieres y comodidades, pero aun le faltaba alguien con quien compartirlo.

Al regresar a su hogar el mercader explicó lo sucedido a sus hijas. Bella se ofreció para ocupar el lugar de su padre, y mientras que sus hermanas se regocijaron, su padre cayó en una desesperación aun mayor. Bella le recordó a su progenitor que las promesas se daban para cumplirse, y que si ella no hubiera pedido una rosa nada habría sucedido. Se dirigió entonces Bella hacia el castillo en compañía de su padre, esperando una muerte segura. Sin embargo, una vez allí, la Bestia le concedió la libertad a su padre exhortándole a no volver jamás; y gentilmente le enseñó a Bella el palacio en donde viviría toda su vida sin poder volver a su hogar. A cambio de su cautiverio le entregó un espejo mágico, a través del cual podría observar los sucesos del mundo exterior que ella convocara. De esta manera con solo una acción mental podía, como desde una ventana, espiar el mundo que se le tenía como prohibido.

Al cabo de un tiempo, la bestia pidió a Bella que se casara con ella, pero Bella le respondió que solamente le concedería su amistad. Pasaron tres meses en el castillo, durante los cuales Bestia llenó de atenciones a Bella, y ella le correspondía con gestos amables. Cierto día, Bella vio en su espejo mágico que su anciano padre estaba muy enfermo, y rogó a la bestia que le permitiera verlo una última vez. La bestia se negó, pero poco después aceptó con la condición de que Bella volviera tras una semana. Ella lo prometió agradecida y partió hacia su hogar. Una vez allí, sus hermanas tristemente casadas con personas de bajo nivel, idearon una trampa para que Bella estuviera en su casa más de siete días.

Bella en medio de la angustiosa enfermedad de su padre, pasó –sin darse cuenta- un

(19)

había sido mutado en Bestia hasta que alguna mujer quisiera casarse con él y pudiera completar su lado humano faltante.

En la versión de Beaumont (2008), es muy poco lo que se comenta sobre la bestia y su vida antes de la trasformación, sin embargo la versión adaptada de Disney (Ashman, H., Trousdale, G. 1991) narra a manera de introducción la vida de la Bestia de la siguiente forma:

“Erase una vez en un país lejano, un joven príncipe que vivía en un resplandeciente

castillo, a pesar de tener todo lo que podía desear el príncipe era déspota, egoísta y consentido, pero una noche de invierno llegó al castillo una anciana mendiga y le ofreció una simple rosa a cambio de cobijarse del horrible frío. Repugnado por su desagradable aspecto, el príncipe despreció el regalo y expulsó de allí a la anciana; pero ella le advirtió que no se dejara engañar por las apariencias, porque la belleza se encuentra en el interior y cuando volvió a rechazarla, la fealdad de la anciana desapareció, dando paso a una bellísima hechicera. El príncipe trató de disculparse, pero era demasiado tarde, pues ella ya había visto que en su corazón no había amor. Como castigo lo trasformó en una horrible bestia y lanzo un poderoso hechizo sobre el castillo y sobre todos los que allí vivían. Avergonzado por su aspecto, el monstro se encerró en el interior de su castillo con un espejo mágico como única ventana al mundo exterior. La rosa que ella le había ofrecido, era en realidad una rosa encantada, que seguiría fresca hasta que él cumpliera 21 años; si era capaz de aprender a amar a una mujer y ganarse a cambio su amor antes de que cayera el ultimo pétalo, entonces se desharía el hechizo, sino, se vería condenado a seguir

siendo una bestia, para siempre.” (Ashman, H., Trousdale, G. 1991)

(20)

elementos excluidos son en su mayoría guerras entre hadas y reyes, así como el complejo trasfondo familiar, tanto de Bella como del príncipe-bestia.

En la versión de Villeneuve (2006) Bella es hija de un Rey y un hada malvada. Cuando Bella se convierte en la favorita de su padre, el hada pretende matarla. El Rey con el fin de protegerla la esconde haciéndola pasar por uno de los doce hijos de un rico comerciante. Por su parte, el príncipe perdió a su padre siendo muy joven, y su madre, la reina, ocupada en guerras para defender su reino, le puso al cuidado de un hada, la cual resulta ser la madre de Bella. Una vez el príncipe se convierte en un adulto, el hada, su madre sustituta, intenta seducirlo. Ante el rechazo de este, el hada lo convierte en una Bestia. Así en la versión original, el príncipe es visto por primera vez como una Bestia cuando algo en relación con él excede los límites de lo posible, cuando trasgrede la norma de asentir a los caprichos de la reina-madre y la sexualidad se torna fuera de lugar, invasiva y consecuentemente monstruosa.

Mientras que la versión de Villeneuve (2006) se pensó como una crítica a la sociedad en la que las mujeres eran obligadas a casarse por conveniencia, la historia de Beaumont (2008) estaba dirigida a acompañar las lecciones de ética y moral. De este modo, no solo se modificó el porqué del hechizo de la bestia, sino también su trasformación. La Bestia, en la versión de original es encarnada por una serpiente, la cual se convierte en un príncipe tras la noche de bodas; como estos, son muchos los detalles escabrosos los que fueron suprimidos, así la segunda versión se basa en los arquetipos básicos de los cuentos de hadas de la tradición francesa del siglo XVIII: historias cotidianas con una tendencia a desarrollarlas en la relación conflictiva entre un protagonista y un antagonista la cual encuentra resolución bajo una serie de mecanismos mágicos suscitados por el poder el amor humano.

A pesar de que la historia de una Bella y una Bestia fuera conceptualizada bajo el

popular nombre de “la Bella yla Bestia” hasta el siglo XVIII, Aarne-Thompson (1998) ha

logrado enumerar 179 cuentos de diferentes países con un tema similar; la leyenda es tan antigua que encuentra sus orígenes en la historia de Apuleyo (2003), titulada Cupido y Psique e incluida en su libro El Asno de Oro, también conocido como Metamorfosis el cual data del 150 d.C. La narración cuenta que Psique era la menor y más hermosa de tres

(21)

que le lanzara una flecha de cobre oxidado, que la haría enamorarse del hombre más horrible y ruin que encontrara. Sin embargo, Eros se enamoró de ella y lanzó la flecha al mar. Al caer la noche, Psique concilia el sueño y Eros se la lleva volando hasta su palacio, escondiéndola de su madre. Para que su nueva amada no lo reconociera, este se presentaba siempre de noche, en la oscuridad, y prohibía a Psique cualquier indagación sobre su identidad. Una noche, Psique le cuenta a su amado que echaba de menos a sus hermanas y quería verlas.

Eros acepta su petición, pero le advirtió que sus hermanas querrían acabar con su

dicha. A la mañana siguiente, Psique estuvo con sus hermanas, que envidiosas le preguntaron quién era su maravilloso marido. Psique, incapaz de explicarles cómo era su marido, puesto que no le había visto, titubeó y les contó que era un joven que estaba de caza, pero acabó confesando la verdad: que realmente no sabía quién era. Así, las hermanas de Psique la convencieron para que en mitad de la noche encendiera una lámpara y observara a su amado, asegurándole que sólo un monstruo querría ocultar su verdadera apariencia. Psique atiende a su consejo y esa misma noche al volver con su marido, encendió una lámpara mientras dormían. Una gota de aceite hirviendo cae sobre la cara de Eros despertándolo. Triste y decepcionado, la abandona. Una serie de épicas proezas debe llevar a cabo Psiqué para recuperar el amor de su amante, una vez que lo logra, Eros suplica a Zeus y Afrodita su permiso para casarse con Psique. Éstos accedieron y Zeus la hizo inmortal y el hijo que éstos tuvieron se llamó Placer o Voluptas en la mitología romana.

(22)

versiones la Bestia también pierde junto con su belleza física su inteligencia, dejándolo a la merced de sus pasiones más bestiales.

En un momento determinado de la historia, Bella se separa de la Bestia, lo cual provoca que Bestia, por alguna extraña razón (amor, traición o designios mágicos de su maldición), caiga terriblemente enferma y yazca moribunda. Es en la ausencia de Bestia, que Bella reconoce su amor por él y que se da cuenta que es capaz de aceptarlo como un ser bello sin que necesariamente lo sea. La mezcla entre el nuevo amor explicito y la culpa hacen que Bella desee recuperar a Bestia, lo cual implica una serie de acciones que varían según la versión; pero ya sea en forma de una simple lágrima vertida o un viaje hasta el fin del mundo para volver con su amado, las demostraciones develan como un rayo de luz el deseo latente. Es de esta forma que la Bestia se transforma en un hermoso príncipe, siempre bajo la mirada de la enamorada.

En el sentido más formal y concreto, el acto de ver solo es posible por la presencia de luminiscencia, es así como todos los eventos de trasformación implican cualidades de

luz especiales o su presencia como algo excepcional –como ocurre es en el caso de Psiqué y

Cupido-, sin embargo también contiene un sentido metafórico en tanto solo cuando Bella logra conocer a su compañero es que logra ver algo más que hasta entonces permanecía

(23)

Capítulo II. El monstro bello

Resultan tantas las formas de entender la belleza como versiones en las que un cuento puede ser contado, a pesar de que se trate de distintas historias, es posible develar que existen elementos que resultan inamovibles y que se constituyen como la esencia de la narración. Será entonces la convergencia de versiones, aquello que ampliará la comprensión sobre el tema tratado, en tanto cada una explora posibilidades que otras han pasado como inadvertidas. Omar Calabrese es un autor que le apunta a la comprensión particular de los distintos elementos que emergen de manera histórica a lo largo del contexto social occidental, desde su perspectiva, la estética es entendida como una serie de

“caracteres que se configuran en cierta época y son reconocibles por cuanto son redes de

relaciones entre objetos culturales” (Calabrese, 2008, p. 23). De este modo, Calabrese

(2008) sitúa el problema de la belleza y la esteticidad como un conflicto de carácter social construido históricamente.

La estética, como convención social, surge a partir de la oposición de pares antitéticos, de este modo, un elemento puede ser cognoscible en contraposición a otro, así

Calabrese comenta que “dos polos se unen por su contraposición, y será la oposición el

elemento que le dará sentido a los dos polos, en otras palabras, uno no se puede explicar sin

el otro” (Calabrese, 2008, p. 84). De esta manera, cobra sentido la relación dual entre

Belleza-Fealdad; la cual a pesar de estar cargada de distintas acepciones a lo largo de la historia de la humanidad, siempre se elabora a partir de caracteres contrastantes. Si se recuerda el primer capítulo, mientras que en Grecia, la belleza es capturada en los mitos de Dionisio y Apolo, la vida medieval prefería la expresión de lo divino y lo demoniaco, así como el romanticismo se discute entre el placer y el dolor; de este modo se observa cómo a pesar de que el escenario y los personajes puedan variar, la antítesis es el hilo que teje y articula la noción de estética.

Es la existencia de las diferencias la que permite la similitud y la categorización, de

otro modo carecería de sentido nombrar aquello que no puede –o necesita- ser contrastado.

(24)

entre animales, tal vez hubiera pasado inadvertido de forma más sencilla, o si Bella hiciese parte de una cohorte de mujeres hermosas es probable que hubiera recibido otro nombre, ya que su belleza no resultaría excepcional en dicho contexto. Es así como el contraste es el elemento que permite la emergencia de fenómenos.

La belleza, como elemento que parte del juicio estético –el cual corresponde a un momento histórico particular-, solo puede ser entendida desde la variación que presentan los contrastes, los cuales surgen del encuentro con objetos o seres que resultan bellos y feos; al mismo tiempo la reflexión sobre el juicio estético lleva a desestructurar su normalización, en este sentido preguntarse por Bella o por Bestia habitando distintos espacios, permite reflexionar sobre el carácter cambiante y relativo de la belleza y la fealdad, como características sujetas a construcciones socio-históricas.

Los elementos que resultan generalmente normalizados son una serie de experiencias repetitivas, las cuales, por su carácter más o menos estable pasan como inadvertidos, en el caso de la estética, esta es una experiencia en principio sensorial, que suscita la interacción con ciertos elementos. Con el paso del tiempo y el aprendizaje, se establecen en el individuo categorías que permiten discriminar rápidamente si un objeto es o no bello, esto en principio, a partir de sus cualidades sensuales.

Si bien, la experiencia estética parte de una experiencia sensorial integral, esta se compone predominantemente de elementos de carácter visual. Serres (2002), comenta que esto tiene lugar en la primera infancia, en donde a través de los ojos el mundo se reconoce y todo aquello que no se pueda ver resulta literalmente invisible, incognoscible. Así la forma del objeto apreciado ejercerá un rol fundamental en la creación de un gusto particular a partir del cual se articula el juicio sobre lo bello o lo feo. Pese a que en términos generales exista una preferencia por objetos conformes sobre aquellos deformes, este no es el único criterio que permite valorar a un objeto como estéticamente bello; la creación de categorías implica que varios elementos confluyan en un mismo esquema sin que estos tengan una relación estrecha o directa.

Calabrese explica que “un juicio estético se acompaña casi siempre por un juicio

ético-moral, pasional o morfológico y viceversa” (Calabrese, 2008, p. 39). Cada categoría

(25)

estético también suele venir acompañado de una postura moral, en donde lo bello será bueno y lo feo será malo, elemento ya visto en la Grecia clásica; así como bueno y bello suelen asociarse con la euforia y lo feo con la disforia.

La tendencia a crear categorías asociativas permite que se establezcan atribuciones insospechadas entre cualidades altamente distintas, así, bajo la categorización anterior, aquello deforme se supondrá como feo, malo y disfórico. En la historia de la bella y la bestia ocurre algo similar, Bella se asume como una mujer buena por ser bella, y Bestia se piensa como un ser malo por ser deforme. Pisqué tampoco es ajena a ese sistema estético, ya que al saber que tiene prohibido ver el rostro de su esposo, asume que este tiene algo que ocultar, tal vez una deformidad, porque de otro modo ¿cuál sería el sentido de ocultar un rostro hermoso? A pesar de haber conocido ya Psique a su esposo, ésta sospecha que este pudiera ser un hombre malvado al tener una apariencia monstruosa, idea que no solo comparte ella sino también sus hermanas. De esta manera Bella encarna la estética de lo bello al resultar conforme, buena y alegre, mientras que Bestia se convierte en el heraldo de la estética de lo feo al presentarse ante los ciudadanos como deforme, malvado y triste.

Vale la pena recordar que, con la misma intensidad que temió descubrirlo monstruoso, lo amó al saberlo bello; así lo monumentalmente bello y lo monstruosamente feo son lo mismo en cantidad, su verdadera variante es la cualidad, la cual depende de la categoría en la que se inscriba. Dichas categorías son producto de construcciones estéticas compartidas en un núcleo social, y fácilmente pueden verse alteradas según la latitud en la que se encuentre un sujeto. Así, mientras en una tribu indígena la búsqueda por la belleza se articula mediante prácticas automutilantes, en donde su fin último es la trasformación conceptualizada por la interrupción en el ritmo y armonía de la piel, que provocan las cicatrices, este mismo elemento que resulta tan repugnante e indeseable en ciertas culturas, se considera magnificente y bueno en otras.

(26)

más lejano del punto de intersección siempre implica la elongación del sistema. La integración de un esquema implica rupturas que permitan la asimilación de la nueva estructura, por medio de la revaluación y reacomodación, en este caso, del juico estético. De esta manera, tanto Bestia como Bella se asombran con la presencia del otro, ya que cada uno implican para el otro la ruptura del contexto en el que vivían. Sin embargo, con el paso del tiempo, cuando ambos aceptan la presencia del otro de manera más tranquila y cotidiana, Bella deja de temerle a Bestia y Bestia es capaz de dialogar con ella sin sentirse desbordado por su belleza. En otras palabras los sistemas de cada uno -en este caso estético- se ensanchan al permitir la entrada de un sistema que se desconocía.

Lo bello o lo feo serán fácil o difícilmente modificados según las características del sistema en el que se inscriban. Es por esta razón que, Calabrese (2008) indica que será poco relevante el juicio de belleza o fealdad que recaiga sobre aquello evaluado, en tanto dependerá altamente del tipo de sistema en el que se inscriba. Así, comenta que “el monstruo se emplea para representar sobretodo lo maravilloso, que depende de la rareza”

(Calabrese, 2008, p. 107). Será entonces la capacidad para llamar la atención y provocar una ruptura, aquello verdaderamente excepcional del objeto enjuiciado. De esta manera, lo bello y lo feo serán igualmente monstruosos en tanto sobresaltan a la vista, y solo algo se considerará hermoso u horrendo en tanto desafíe los límites de lo esperado y atente contra la normalización y la rutina.

(27)

este momento tiene lugar la trasformación, así, cuando su esposo toma la forma de un príncipe tan excepcionalmente hermoso como terrorífico fue visto cuando era una bestia.

A pesar de que es hasta la escena final, en la que Bestia se presenta como un príncipe, la historia está llena de detalles que muestran que, antes de dicho momento, Bella ya había comenzado a ver en Bestia elementos bellos; uno de los pasajes de la adaptación realizada por Disney (Ashman, H., Trousdale, G. 1991), cuenta que llegado el invierno, Bestia invita a Bella a jugar con la nieve. En uno de los arboles del jardín Bella observa a una bandada de pájaros cantar. Tomando migas de pan incita a Bestia a que los alimente. Ella pone las migajas en la palma de la mano de Bestia y éste se asombra al ver que ella ha rozado su pezuña sin temblar; es así como las características que antes resultaban temibles en Bestia, ahora podrían llegar a ser admiradas, así como Bestia ve a su vez un aspecto que desconocía de Bella, uno más amable. Calabrese (2008) comenta que cualquier categoría

puede ser investida por la valorización estética que se antoje, sin embargo “las categorías

de valor no se invierten como fenómenos por si solos, sino en compañía.”(Calabrese, 2008,

p. 39). El cambio del juicio estético estará sujeto a cierto tipo de manipulación, necesaria para que la trasformación se produzca. De esta manera, es la trasformación de las cualidades de la apreciación, más no de la cantidad del impacto que produce el objeto admirado, aquello que permitirá el paso de una estética de bello a la consideración de la estética de lo feo.

Para poder realizar un movimiento inverso se hace necesario conocer en primer lugar la forma particular de acercarse a los objetos, Calabrese (2008) analiza dos maneras de ver y conocer el mundo: desde el detalle o desde el fragmento. El detalle “es de-finido,

es decir hecho perceptible a partir del entero y de la operación de corte (…) en este sentido, la función específica del detalle es la de reconstituir el sistema al que pertenece (…)

explicando de manera nueva al sistema mismo” (Calabrese, 2008, p. 88), se parte entonces

de un todo, el cual podrá ser re-pensado a partir de los detalles que este suponga. En

contraposición se encuentra la visión fragmentaria; en esta los fragmentos, “aun

perteneciendo a un entero precedente, no contemplan su presencia para ser definidos”

(28)

transformarse él mismo en unidad, renunciado a la suposición de su pertenencia a un sistema.

En el caso de la Bella y Bestia, Bella es capaz de ver con dulzura u horror distintos atributos de Bestia, al ser detalles de su estructura total; una visión fragmentada de las

mismas hubiera implicado la imposibilidad de aceptar que las distintas facetas y características –tanto atractivas como desagradables- de Bestia hacen parte de él. Así mismo la aceptación y tolerancia de Bella frente a Bestia, se convierten en detalles que

hasta entonces, para Bestia habían pasado desapercibidos. Este entonces se sorprende y no puede evitar amar a un más a Bella. De este modo, el detalle excepcionaliza elementos, provocando el enaltecimiento del entero, al permitir que emerjan cualidades que hasta entonces se encontraban ocultas e insospechadas; es por esto que el detalle, permite releer al entero explicándolo de nuevas maneras, al involucrar la integración de características latentes. Percibir en términos de detalles es una actitud mental en tanto un detallante tiene

como función “poner en relieve” como hecho excepcional, una porción del fenómeno que

aparecía, de otra forma normal.

La tendencia a la normalización en los sistemas encuentra una clara expresión en los finales felices tradicionales de los cuentos de hadas, en donde los personajes han establecido como comunes elementos que antes parecían extraordinarios. Así, dicho final puede en muchos casos convertirse en la metáfora del fragmento histórico de la vida de los personajes. La idea de un final y su carácter idílico carente de tensión, cercena toda posibilidad de exploración ulterior. Desde esta postura el conflicto juega un rol fundamental en la movilización, y esta expansión de los límites; en otras palabras, sin conflicto no puede continuar la narración ni tener lugar el ensanchamiento del espacio en sus niveles macro -social- y micro –mental/individual-.

(29)
(30)

Capítulo III. Belleza para vivir

La revisión de la belleza atravesada por procesos histórico-sociales permite observar que existen elementos inherentes a la misma que no dependen necesariamente del contexto histórico, sino más bien de la forma de funcionamiento de la sociedad. De este modo, aparece la pregunta por la belleza como categoría ontogenética y la respectiva búsqueda del ser humano por la aprehensión de la belleza.

El proceso de indagar por la belleza hace implícito el deseo por ella y los deseos a su vez, son deseos en tanto existe una falta. En el caso de la belleza, cuestionarse por ella, lleva a preguntarse directamente por aquello que se desea y por aquello de lo que se carece. En este sentido, la pregunta y la respuesta son la misma, ya que si se busca lo que falta, y lo que se busca es belleza, entonces es belleza aquello que falta. Las preguntas impulsan búsquedas y generan movimiento, al mismo tiempo que direccionan el camino por el cual transitar en la pesquisa. La búsqueda por la ontogénesis de la belleza hace necesario recurrir a los senderos de la filosofía, trazados por Platón (1987) Lyotard (1989), Kristeva y Nietzsche, con el fin de intentar comprender el sentido de la belleza en la vida del ser humano.

El deseo y la falta.

La locomoción, explican Curtis y Barnes (1993), es la cualidad de ciertos seres

vivos que permite el desplazamiento de los mismos; está capacidad surge como un

(31)

deseado tener algo que le parece bello? o mejor ¿Para qué existe el trabajo si no es para obtener aquello que se desea?

El ser humano, suele desear cosas bellas para sí mismo, así, si se le preguntara a

alguien por qué desea obtener un objeto y llevarlo consigo, y su respuesta fuera: “porque es

bello”, esta respuesta resultaría lo suficientemente satisfactoria y comprensible como para

no indagar mucho más. De esta misma manera, solo con la forma de cuerpos y estructuras bellas bastará para hacer brillar los ojos de quienes las observan. Hoy en día, los hombres trabajan no solo para poder tener una vivienda, poder comer, poder alimentar a su familia, sino que dentro de esta búsqueda por sobrevivir, buscan satisfacer sus necesidades a través de obtener la casa más bella que con su dinero puedan pagar, la comida que parezca más apetitosa con que alimentarse y alimentar, la ropa más bella con la cual vestirse y tener el cuerpo de la forma más bella en la cual lo puedan tener.

En un principio, podría afirmarse que el ser humano se ve movido por la satisfacción de una necesidad, es decir, como se venía diciendo por algo que le falta, ya que definitivamente falta agua, comida, una casa y ropa para seguir viviendo. Pero ahora, se tiene, que el movimiento no solo se genera por la satisfacción de una necesidad relacionada con la supervivencia; sino que será la belleza en sí misma una generadora de movimiento, de búsqueda, en donde una vez la supervivencia se ve asegurada será esta el objetivo por excelencia del buscador. Pero entonces ¿Qué sentido tiene esta búsqueda en la vida del ser humano?

Los niños, suelen preguntarle a sus padres cuando una inquietud surge en ellos, de esta misma forma quienes escriben este trabajo le preguntaron a un padre, en este caso a un padre de la filosofía quien produjo conocimiento en este tema, este padre es Sócrates y su

alumno Platón se encargó de recoger sus enseñanzas. Platón (1987) en su texto “El

banquete” hace referencia a las enseñanzas de Sócrates y señala aquí un discurso hecho

por su maestro con respecto al tema del amor. Sócrates, con relación a la importancia de la

falta, afirma lo siguiente “Luego este y cualquier otro que siente deseo, desea lo que no

tiene a su disposición y no está presente, lo que no posee, lo que él no es y aquello de que

carece.” (Platón, 1987, p. 75).

(32)

el deseo es la falta existente en aquel que anhela. En este sentido “…Lo amable es lo que

en realidad es bello, delicado, perfecto, y digno de ser tenido por feliz y envidiable.”

(Platón, 1987, p. 82). Siendo así, podría plantearse que aquel hombre que camina, que se mueve al encuentro de aquello de lo cual está falto, considerará bello todo objeto aquel en el cual encuentre aquello que busca. En este sentido, la belleza se convierte en un fenómeno que se origina en principio, gracias al reconocimiento de una carencia en aquel que se dispone a buscar, y este mismo fenómeno tendrá lugar justamente en aquel encuentro con

lo buscado; así, Platón (1987) comenta que “el que no cree estar falto de nada no siente

deseo de lo que no cree que necesita…” (Platón, 1987, p. 81), lo que busca, entonces, aquel

hombre que desea, es su propia falta.

El deseo implica la existencia de aquello que se desea al interior de quien desea, de forma no concreta, o ¿Qué desear si no hay nada dentro de sí, que se desee? He aquí el encuentro con una paradoja, en la cual la falta implicará necesariamente la presencia de

algo, pero en forma de ausencia en el interior. En donde el objeto deseado… “está presente

en quien desea, y lo está en forma de ausencia. Quien desea ya tiene lo que le falta, de otro modo no lo desearía, y no lo tiene, no lo conoce, puesto que de otro modo tampoco lo

desearía.” (Lyotard, 1989 p. 81). Con esto es posible entender que el deseo habla ya de una

presencia, de algo que se quiere tener, de algo que se busca afuera, pero que antes ya debe

existir adentro para poder empezar a buscarlo. Es así como “…el deseo no es más que esta

fuerza que mantiene juntas, sin confundirlas, la presencia y la ausencia.” (Lyotard, 1989, p. 82)

(33)

la presencia de un deseo, que a su vez se convierte en representante de una ausencia en

Bestia. De esta forma, así como señala Lyotard “… la presencia tiene lugar sobre su fondo

[la] ausencia” (Lyotard, 1989, p .86) Es decir lo que está pasando, está pasando en tanto se

necesita y si se necesita es porque está ausente, porque falta.

Bestia definitivamente se siente atraído por la belleza de Bella, y es esta misma

belleza lo que lo hace desearla. Ya antes,se mencionó que la belleza era en sí misma una

búsqueda del ser humano, una búsqueda por estar cerca de ella y por obtenerla para sí. Pero entonces, si se busca lo que falta, ¿Falta belleza para que sea esta una búsqueda?, ¿Qué hay en la belleza para que sea belleza y así convertirse en un objeto de búsqueda? En este sentido ¿Qué hace a Bella bella, para que sea deseada por Bestia?

Las anteriores preguntas, definitivamente generan más movimiento para ir al encuentro de la respuesta y ya hay unos pasos dados que señalan un camino. Al decir que es la presencia de la ausencia de lo deseado dentro de quien desea, lo que genera el movimiento de búsqueda, se hace implícito que aquello que se busca, ya se tiene dentro; sin embargo se posee como falta. Una vez que se dé el encuentro con lo buscado, eso que se buscó, se tendrá afuera y adentro y justo en este instante aparece la armonía.

La armonía, es definida por el diccionario de la Real Academia Española (2011) cómo la “Conveniente proporción y correspondencia de unas cosas con otras”. En este sentido la armonía, se genera cuando el adentro y el afuera correspondan. Es así como

Bella busca a Bestia movilizada por la falta de él cuando ella se va a la casa de su padre, siendo la presencia de Bestia dentro de Bella como ausencia, lo que la impulsa de nuevo a ir en su búsqueda. Dicho pasaje del cuento, ilustra el movimiento interior que suscita en Bella ir al encuentro de Bestia; para eso se hace necesario que Bella reconozca dentro de sí a Bestia, y de esta forma, conseguir cierta armonía con la bestia logrando considerarla bella también y hacerla por lo tanto objeto de su deseo. De esta forma la armonía que en este caso estaría dada, gracias a la sincronía del deseo presente en el interior y el encuentro con el objeto deseado en el exterior, tal encuentro permitiría reconocer para este momento al adentro y al afuera como una unidad. Así, el regreso de Bella hacia Bestia, es la búsqueda por lograr una armonización con lo que siente internamente.

(34)

Ahora bien, continuando con el análisis de Bella ¿Qué falta hay presente en ella para ir al encuentro de Bestia? ¿No era acaso Bella un ser iluminado de virtud? Aquel cuento, no muestra a Bella como un ser que busque un objeto porque a ella algo le falte, pero definitivamente un cambio en la visión de Bella ocurre, que la motiva a ir al encuentro de la bestia moribunda y querer compartir su vida al lado de la misma, a pesar de la imagen terrorífica que esta irradiaba.

Aparecen aquí dos puntos para llevar a discusión: el primero de ellos referente a la imagen, y el segundo al cambio en la visión de Bella.

La imagen representa en este cuento, la condena a la cual se ve sometido el bello príncipe, quien a través del hechizo de la bruja es convertido en una horrible bestia; hasta el momento en el que alguien lograra amarlo a pesar de dicho reflejo. La represalia que toma la bruja contra el príncipe, permite pensar en la importancia del reflejo y a su vez en la posibilidad de cambio del mismo.

El mito de Narciso podría ayudar a esclarecer el conflicto que supone el reflejo, ya

que este “Mientras bebe, seducido por la imagen de su propia belleza, se enamora de un

reflejo sin consistencia, toma por cuerpo lo que solo es una sombra. Estamos aquí ante lo

que habría que llamar el vértigo de un amor sin otro objeto que un espejismo.” (Kristeva,

1997 P. 89) La reflexión que hace esta escritora frente al enamoramiento de Narciso, permite pensar en la imagen como reflejo y como realidad. Ahora, llevando dicha reflexión a la realidad que el cuento supone, la imagen de Bestia lleva a imaginar toda una realidad con ella. En este caso hay que resaltar la palabra imaginar, ya que el verbo imaginar, es verbo hijo de la palabra imagen; es así como el encuentro con la imagen de Bestia, genera en el otro una serie de atribuciones imaginarias relacionadas con la imagen vista.

(35)

El proceso de la creación de juicios implica de alguna forma la presencia de la imaginación, pues al tomar como real, a aquello que no es más que producto de la imaginación, será lo que marque la diferencia en el encuentro con la imagen misma. Es así,

como “el error comenzaría simplemente en el momento en el que el individuo otorga una

realidad a estas imágenes en lugar de asomarse a su propia intimidad”. (Kristeva citando a

Plotino, 1997. p. 92). Lo anterior es señalado por la autora con relación a lo sucedido a narciso, quien al ignorar que lo observado en el agua no era más que su propia imagen, se ahoga creyendo que esta era una realidad

El otorgar a la imagen una realidad a partir de la misma, permite explicar la forma en la cual vive la bestia: alejada del pueblo, fuera del contacto con otros seres humanos; sin embargo es notable que aunque la bestia vive aislada, abre sus puertas a quien se dispone a entrar en su castillo, de este modo recibe con generosidad y abundancia al padre de Bella, aunque siempre ocultando su imagen. ¿No es acaso este un intento de la bestia por mostrarse a través de su interioridad, ocultando así su imagen? ejemplo similar es posible encontrar en la historia de Cupido y Psique, en donde Cupido esconde su imagen a Psique al momento de relacionarse con ella, usando así la misma estrategia que Bestia, para darse a conocer.

La imagen de Bestia supone en principio toda una realidad para Bella, una realidad que presume un encuentro con lo monstruoso. Pero hay que resaltar que no siempre dicho reflejo corresponde con la realidad supuesta en quien lo observa, por lo cual se hace importante que quien observa se reconozca así mismo como productor de aquella realidad supuesta, al no haberse acercado al interior, al no haber penetrado más allá del reflejo. Volviendo al mito de Narciso, según Kristeva (1997), Narciso se enamora de él mismo al observarse en el agua, ¿pero qué es él? Él es una imagen, una imagen con la cual no se puede relacionar, una imagen que se desvanece, una imagen que solo se puede contemplar.

Narciso muere a causa de lo que es, muere a causa de un enfrentamiento consigo

mismo, pero muere también por no conocerse. “Narciso es culpable, en suma, de ignorarse

como origen reflejo…El que ama a un reflejo sin saber que es el suyo, ignora de hecho

quien es él.” (Kristeva, 1997. P.93) Sin embargo, valdría la pena añadir, que también aquel

(36)

productor de cualquier realidad que se le imponga a un reflejo sin haberse acercado antes a la interioridad del mismo, pues solo gracias a este reconocimiento se hará posible el encuentro con una realidad diferente a la propia. Para este punto entonces, la belleza como reflejo no sería más que la belleza de quien observa, la belleza encontrada por Narciso.

La asociación: bestia – horror – maldad, fue posiblemente hecha en principio por la

misma Bella y por todo aquel que algún día a la bestia se hubiera acercado. Pero es la ignorancia del origen de dicha asociación, (que no es más que un producto del observador), la que lleva al rechazo, en este caso de la bestia. Todo lo dicho hasta este punto permite, no solo entender la soledad de Bestia y el rechazo en un primer momento de Bella para con él, sino a su vez, la posibilidad de ubicar el origen del encuentro con la belleza en los ojos del observador; el cual será quien luego de encontrarse con el reflejo, echará su mente a andar y decidirá el paso siguiente en la búsqueda, hacia adelante en la interioridad de la imagen, o hacia atrás en busca de otro camino.

No hay que perder de vista la esteticidad por si misma de una imagen, como plantea Eco (2010). En el mundo hay imágenes que por sí mismas son estéticas, lo que es preciso resaltar es la importancia de reconocer, que sea estética o no, se trata tan solo de una imagen, en donde como imagen no es portadora de una realidad, a no ser que se llegue al conocimiento que se esconde detrás de ella. He aquí una parte del error de Narciso y otra de la suerte de Bella, quien por verse obligada a vivir con Bestia, se da a sí misma la oportunidad de conocer lo que el velo de la bestia escondía, para luego poder construir una realidad, y en este caso poder narrar un cuento entero.

Lo que Bella encuentra, una mirada transformadora.

(37)

seres que se encuentren en armonía. ¿Será entonces que una parte de Bestia, armoniza con Bella? Se hablaría entonces de que Bella logra visualizar su propio reflejo en el interior de Bestia.

En Bella tiene lugar cierto cambio frente a lo que esta creía como cierto de Bestia, tal cambio se hace concreto en el momento en el cual la Bestia se transforma en un príncipe gracias al hechizo que por Bella se rompe, es decir, que es Bella la que permite que quien era visto como una Bestia se convierta en un bello príncipe.

Pues ahora bien ¿Cómo entender dicho proceso de transformación en la mirada de Bella? Con respecto a este punto es pertinente sumar aquí otro aporte de las enseñanzas de Sócrates mencionadas por Platón (1987), este maestro centra su enseñanza en lo que sucede en el encuentro con la belleza, en donde una de sus consecuencias es la armonización del adentro con el afuera de quien busca, en tanto el deseo que únicamente se encontraba en el interior ahora se tiene en el afuera también.

Sócrates, con relación a la armonía señala “…la preñez y la generación son algo

inmortal que hay en el ser viviente, que es mortal. Pero ambos actos es imposible que

tengan lugar en lo que no está en armonía con ellos…” (Platón, 1987. P.86) La preñez y la

generación son para Sócrates aquello que sucede justamente cuando se da este encuentro con la belleza, pero a su vez pone como requisitos la armonía que debe existir entre el buscador y lo encontrado. No es casualidad que al final de los cuentos de hadas, aquel que

lo observa o lo lea suela completar la historia en su mente con un “tuvieron hijos y fueron

felices para siempre”. En el cuento que aquí se ha tomado como referencia, no muestra que

la pareja de Bella y Bestia luego de casarse haya tenido hijos, pero es inevitable no completar la historia de tal forma.

Siguiendo con Platón (1987) entonces la creación se da gracias a la armonía, siendo solo lo bello aquello que puede armonizar, de ahí que la creación sea consecuencia del encuentro con la belleza, y de este modo como fin último el deseo de quien busca la belleza estaría fijado en lo que con ella viene, en este caso la posibilidad de crear. El amor, dirá

entonces Sócrates, “Es esta acción la procreación en la belleza tanto según el cuerpo como

según el alma”. (Platón, 1987. P.85) El amor es entonces creación, la cual solo es posible

(38)

el lector de un cuento que acaba con un final feliz, como el analizado en este trabajo, a

terminarlo imaginariamente con un “tuvieron hijos y fueron felicespara siempre”.

Cuando se desea que algo pase, el futuro ya habla por sí mismo de una existencia: de algo que no existe y existirá, que cobrará vida, ya que es la vida la generación de la existencia o ¿No se está vivo como consecuencia de ser generado? La prueba fiable, señala Platón (1987) es el amor que sienten los padres con respecto a sus hijos, quienes estarían dispuestos a dar la vida por ellos para que sigan existiendo. Los hijos en este sentido son una creación de los padres, resultado de un encuentro amoroso; un encuentro que seguramente empezó con la vista bella de ese otro ser que permitió tal generación. En ese sentido, no solo se ama la creación sino que esta misma es validada estéticamente como bella.

Lo que busca el ser humano es generar vida a través del encuentro con la belleza, pero esto no solo en el ámbito físico, ya que no se puede creer que toda búsqueda por la belleza deba terminar con la reproducción física. Esto mismo sucede en el campo del alma, en donde el encuentro con un ser bello, genera dentro de sí la simple sensación de estar viviendo y querer seguirlo haciendo. Es así, como Bella no solo decide continuar su vida al lado de la bestia, sino que le permite a ésta seguir viviendo; va a su encuentro y no lo deja morir; le da vida, pero esto gracias a la vida que en ella se encuentra. Es de esta forma como, la poca vida que en la bestia había cuando esta yacía, se regenera al encontrase con Bella. Ya se mencionó que es la creación la consecuencia inevitable de una armonización, en este caso de una vida con otra vida. Cabe aquí señalar también, que Bestia antes de encontrarse con Bella, ya se hallaba preñado de virtudes, preñez que más adelante, luego de tal encuentro, da origen al nacimiento de su belleza física y de su inteligencia.

Siguiendo las enseñanzas de Sócrates mencionadas por Platón (1987), la belleza se convierte en la madre de la fecundidad y la procreación de la vida una y otra vez, al

recordarle a aquel que vaya a su encuentro la vida que en él existe. Pues el hombre “Por

tener, según creo, contacto con lo bello, alumbra y da vida a lo que tenia concebido desde antes; a su lado o separado de él se acuerda siempre de ese ser y con su ayuda cría en

común con él el producto de su procreación…” (Platón, 1987. P.90) De esta misma forma,

(39)

verdaderamente se ama “Pues no es el amor, Sócrates, como tú crees amor de la belleza.-

Entonces, ¿Qué es? - Amor de generación y del parto en la belleza.” (Platón, 1987. P.86)

¿Está el hombre falto de vida para ir a su encuentro?

En “El banquete” de Platón, (1987) Sócrates afirma que no hay nada que busque el

ser humano que no crea bueno para sí mismo “pues no es otra cosa que el bien lo que aman

los hombres.” (Platón, 1987. P.84) Cuestión que es fácil de entender si se piensa en la

propia vida. Por lo tanto, todo aquello que se considere bueno, es porque permite seguir viviendo; de este modo lo que desea el ser humano es obtener para sí lo bueno constantemente, es decir, seguir viviendo siempre. Pero definitivamente no se podrá escapar de su propia mortalidad, así, el fin de su vida algún día llegará por más que haya tratado de preservarla, y es aquí justamente en donde la búsqueda de la belleza cobra su verdadero sentido: porque este humano que busca seres y objetos bellos con los cuales emparejarse, no solo logrará reproducir su belleza a través de su descendencia, sino también de forma simbólica al convertirse en el representante de una falta que existe en otro y este otro al encontrarse con su propia falta podrá recordarla para así empezar a buscar, en otras palabras, aquel ser que se presenta como bello le permitirá al otro preguntarse por su propia belleza. Es así como cuando Bestia se encuentra con Bella, se genera en él movimiento, dado a partir de su falta de belleza que desemboca en la generación de la misma y la prolongación de su vida.

Es menester mencionar que “La naturaleza mortal busca en lo posible existir

siempre y ser inmortal. Y solamente puede conseguirlo con la procreación…”(Platón,

Referencias

Documento similar

que hasta que llegue el tiempo en que su regia planta ; | pise el hispano suelo... que hasta que el

Volviendo a la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, conviene recor- dar que, con el tiempo, este órgano se vio en la necesidad de determinar si los actos de los Estados

Como asunto menor, puede recomendarse que los órganos de participación social autonómicos se utilicen como un excelente cam- po de experiencias para innovar en materia de cauces

Tal y como contemplamos en la Figura 7, las búsquedas que realizan los usuarios de YouTube sobre Jabhat al Nusrah están asociadas con un contenido eminentemente violento (63,40% de

No nos hemos deten ido únicamente en la extracción y su aprovechamiento como materia prop ia para hacer algunas piezas del ajuar doméstico sino que nos hemos adentrado en una

En el capítulo de desventajas o posibles inconvenientes que ofrece la forma del Organismo autónomo figura la rigidez de su régimen jurídico, absorbentemente de Derecho público por

"La observación del Camino 16, el Tao, era cosa fundamental. La ruta era el eje de toda la composición; en lo abstracto era el medio gracias al cual la

Estos retratos de hombre, con los anteriores de la Exposición del año ante- rior en ferargil hicieron decir a los críticos que «sabíamos hasta hoy que San- chis Yago era el