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CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA EN CHILE

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Academic year: 2021

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CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA EN CHILE

PLAN DE CENTRO 2021

ÍNDICE: PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA 1. PRESENTACIÓN 2. ANÁLISIS INSTITUCIONAL

3. DIAGNÓSTICO CULTURAL LOCAL 4. ANÁLISIS INTERNO Y EXTERNO 5. RECURSOS Y TECNOESTRUCTURA

6. MATRIZ DE PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA PROGRAMACIÓN OPERATIVA

7. EVALUACIÓN DEL AÑO ANTERIOR E IDENTIFICACIÓN DE RESULTADOS 8. MATRIZ DE PROGRAMACIÓN OPERATIVA

9. FICHAS DE INTERVENCIONES 10. PRESUPUESTO ANUAL

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PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA

1. PRESENTACIÓN

1. Contexto general del país y de la ciudad de ubicación:

Las consecuencias de la pandemia de COVID-19, el inicio de un proceso constituyente y un intenso calendario electoral con la celebración de elecciones constituyentes, municipales, regionales, legislativas y presidenciales determinarán el futuro inmediato de Chile y su capital Santiago, en especial los años 2021 y 2022.

La pandemia de COVID-19 y la respuesta que las autoridades chilenas están y seguirán dando a esta crisis sanitaria representa un reto de primer orden con un impacto político, económico, social y cultural incuestionable. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha anunciado que, como consecuencia de esta crisis, el índice de desarrollo humano (IDH) retrocederá por primera vez desde 1990 y que se acrecentarán las desigualdades que existían antes de la pandemia. Según los datos del 30º Informe Mundial sobre Desarrollo Humano (2020), Chile ocupa el 43º lugar en la escala global y sigue liderando la estadística para América Latina, lo que ubica al país en la categoría de desarrollo humano “muy alto”. Sin embargo, el país afronta importantes desafíos en materia de desigualdad, sobre todo en aspectos relacionados con la educación, la salud y, en especial, la igualdad de género, cuestión en la que ocupa el 62º lugar a escala mundial.

Si bien podemos afirmar que Chile posee un alto nivel de desarrollo institucional, con los mejores índices de la región, esto no se ve reflejado en la percepción de buena parte de su población, que, pese a disfrutar de mayores niveles de bienestar, ingresos y acceso a servicios, se encuentra en situación de relativa vulnerabilidad y desprotección. En los últimos años, varios estudios han alertado sobre la persistencia de la desigualdad en Chile y sobre diferencias socioeconómicas refle jadas en espacios urbanos segregados, tratos discriminatorios y diferencias notables en cuanto a las oportunidades de participación política y progreso socioeconómico. Esta situación ha generado una crisis de legitimidad de las instituciones y un creciente distanciamiento entre la ciudadanía y la clase gobernante que desembocaron en el estallido social de finales de 2019.

En este contexto y atendiendo a lo dispuesto en el Acuerdo por la Paz Social y la nueva Constitución suscrito el 15 de noviembre de 2019, el pasado 25 octubre del 2020 tuvo lugar un plebiscito constitucional que, desde el civismo y la madurez, representó un paso decisivo en el camino acordado por los chilenos para avanzar en la construcción de un modelo de país más justo e inclusivo, con el inicio de un proceso constituyente que se extenderá hasta bien avanzado 2022.La opción del “Apruebo” para redactar una nueva Constitución ganó por una mayoría abrumadora, obteniendo el 78% de los votos emitidos, y la opción de elegir una convención constitucional obtuvo el 79% de los sufragios. Esta convención, de composición paritaria, con igual número de hombres y mujeres y una cuota de escaños reservada a representantes de los pueblos originarios de Chile, será pionera en el mundo y constituirá un referente cuando menos a escala regional.

Por consiguiente, el siguiente paso en el proceso iniciado el pasado mes de octubre será la elección de los miembros de la Convención Constitucional, prevista para el 11 abril de 2021, fecha en la que también se celebrarán las elecciones municipales y regionales. La Convención tendrá un mandato de nueve meses, prorrogable una sola vez por un período adicional de tres meses, con el cometido de acordar un borrador de carta magna. Al término de este proceso, los ciudadanos chilenos serán nuevamente llamados a las urnas para aprobar o rechazar el proyecto de Constitución. Este proceso constituyente, cuyo calendario no está plenamente definido, se solapará en el tiempo con la celebración de elecciones legislativas y presidenciales previstas para noviembre de 2021 y la posterior formación de un nuevo Gobierno que tendrá, entre sus cometidos, facilitar la culminación del proceso constituyente y la entrada en vigor de la nueva Constitución.

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En lo que atañe a la Región Metropolitana de Santiago, donde se sitúa la capital y el propio CCE Santiago, concentra el 40% de la población del país (5,6 millones de personas en 2017), así como la mayor parte de la actividad económica del país. Asimismo, es el centro de la actividad institucional y política del país. La Región Metropolitana concentra, además, gran parte de la oferta cultural y recreativa, lo que refuerza su condición de centro histórico del país.

La Región Metropolitana y especialmente la comuna de Santiago presentan una alta diversidad cultural, donde la cultura chilena, en su enorme diversidad, converge con la cultura de los nuevos inmigrantes que han llegado al país. Uno de los factores que refuerza la riqueza y diversidad cultural de la Región Metropolitana es la presencia de personas que pertenecen a pueblos originarios (7%), una presencia similar al promedio nacional (9%).

Asimismo, en la Región Metropolitana de Santiago se concentra la mayor oferta cultural del país, tanto pública como privada, una oferta diversa, de calidad y con una programación internacional cada vez más relevante. En este sentido, en los últimos años la escena cultural santiaguina se había ampliado significativamente y había empezado a cubrir ámbitos que hasta la fecha no eran abordados de manera significativa.

Por último, cabe destacar que la riqueza y la diversidad cultural de Chile y de la Región Metropolitana se refleja en el territorio dando lugar a identidades barriales, poblacionales y comunales, entre otras. Así, se distinguen identidades diversas en barrios históricos y patrimoniales, que se han revitalizado en los últimos años a partir de la movilización de sus habitantes para hacer frente a la modernización de la ciudad derivada de proyectos inmobiliarios, “gentrificación”, trazados de transporte público, etc.

2. Antecedentes históricos del Centro y ubicación actual:

El CCESantiago es uno de los institutos culturales de más tradición en Chile, ya que su antecesor directo (el Instituto Chileno de Cultura Hispánica) se creó en 1948.

La actual sede en la comuna de Providencia fue inaugurada en marzo de 1993 y, desde entonces, el CCESantiago ha acompañado a la ciudadanía chilena en su transformación política, económica, social y cultural.

Uno de los aportes más importantes del CCESantiago ha sido su enfoque y visión de la cultura como un factor para el desarrollo, así como el haberse erigido en un espacio de reflexión y debate, así como un espacio para la creación contemporánea. Esto ha convertido al CCESantiago en una institución respetada y valorada por todas sus contrapartes, situación que ha permitido forjar una sólida red de asociacionismo.

Las alianzas establecidas a escala pública y privada y el trabajo desarrollado de la mano de agentes culturales, actores sociales e instituciones locales constituyen uno de los grandes activos del CCESantiago que han contribuido al fortalecimiento y cohesión del sector cultural, tanto en Región Metropolitana como en otras zonas del país.

En su calidad de Unidad de Cooperación (UC), el equipo unificado del CCES y de la Consejería Cultural de la Embajada de España destaca por su sólida experiencia y profesionalidad, contribuyendo así, de forma decisiva, a la legitimación del Centro Cultural en el sector cultural.

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El CCESantiago se ubica en la comuna de Providencia, una de las más prósperas, alternativas y con mayor calidad de vida de la Región Metropolitana. El Centro Cultural, por su cercanía a la comuna de Santiago centro, se halla situado en uno de los ejes culturales más importantes de la ciudad que, durante el estallido social, formaron parte del área denominada “zona cero”.

3. Actividades destacadas y logros significativos:

Tras casi 30 años de funcionamiento, el CCESantiago se ha convertido en un espacio de referencia en materia de promoción y cooperación cultural, poniendo en constante diálogo a Chile con España, Iberoamérica y Europa.

Entre las actividades más destacas que se han venido desarrollando cabe mencionar las siguientes: inauguración de las exposiciones anuales (triple inauguración anual de los 3 espacios destinados a artes visuales); programa transversal de mediación en buena parte de la programación; residencias artísticas en el laboratorio multidisciplinar y en regiones; seminarios y conferencias en promoción de las letras y el pensamiento español, promoción de formatos audiovisuales convirtiéndose en sede de importantes festivales de cine como FemCine, MOVILH, ChileDoc y Conecta; proyección de cine español a través de ciclos propios como Lunes de Cine, el Documental del Mes, Cine a la Fresca y Camino a los Goya; promoción de creadores españoles apoyando su visita a Chile para participar en festivales internacionales como el FIFV, la Bienal de Arquitectura, la Bienal de Artes Mediales, Santiago a Mil, Santiago Off, Danza al Borde o Cielos del Infinito; promoción de las artes en su vinculación a la ciencia apoyándose en redes forjadas con centros astronómicos con presencia en Chile, etc.

Por otro lado, entre los logros más significativos cabe destacar que el CCESantiago se ha erigido en una institución respetada y valorada por todas las contrapartes, situación que nos ha facilitado forjar una sólida red de asociacionismo que cuenta con todo tipo de actores, desde el MinCAP, MINEDUC, GAM, Centro Cultural Cerrillos, Museo de la Solidaridad, Museo de la Memoria, Instituto Nacional de Derechos Humanos, Balmaceda Arte Joven, Cineteca Nacional, CinemaChile, festivales nacionales e internacionales, universidades públicas y privadas, municipios y regiones, Instituto de Estudios Avanzados, Biblioteca Nacional para Ciegos, editoriales comerciales e independientes, etc.

Otro logro destacado es la constante promoción y defensa de los derechos culturales y de los colectivos (LGBTI, pueblos originarios, personas con capacidades diversas, artistas nóveles) y el haberse convertido en una plataforma de trasmisión de conocimiento tanto a nivel académico como formativo y divulgativo.

Desde el año 2017, se pone un especial énfasis y destinan recursos materiales y personales específicos a trabajar con la ciudadanía y la comunidad en el desarrollo de un concepto moderno y dinámico de cultura como herramienta para el desarrollo humano.

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2. ANÁLISIS INSTITUCIONAL

1. Contexto Internacional

Chile es uno de los países de la región en los que se registran mayores avances en el cumplimiento de los compromisos de la Agenda 2030. En el último informe elaborado por el Gobierno de Chile sobre cumplimiento de los citados compromisos (2019), se afirma que las tareas y los compromisos asumidos son amplios y ambiciosos, y existe plena consciencia de que no es posible alcanzarlos aisladamente. En agosto de 2019, Chile y el Sistema de Naciones Unidas (SNU) en Chile suscribieron el Marco de Cooperación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, instrumento de planificación estratégica más importante para el SNU en los países.

Por otro lado, Chile fue uno de los primeros países en presentar oficialmente la actualización de su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC) a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). La Contribución presentada en 2020 es más ambiciosa que la primera, e incluso un poco más ambiciosa que el borrador publicado en 2019. Esta actualización de la NDC se dio de forma paralela a la elaboración del Proyecto de Ley Marco de Cambio Climático para Chile, diseñada para alinear los compromisos climáticos internacionales con las directrices e instrumentos que propone el Proyecto de Ley.

Chile ingresó a la OCDE en el año 2010 y, desde el 2017, es uno de los tres países latinoamericanos que ha pasado de la categoría de país de renta media alta (RMA) a la categoría de renta alta (RA), graduándose en la lista de países receptores de ayuda al desarrollo. Esta decisión suscitó varias críticas por parte de la Agencia de Cooperación Internacional Chilena, que hizo hincapié en la necesidad de otro tipo de cooperación, que implique su reformulación e implementación de nuevas herramientas.

2. Contexto de la Política Exterior Española.

Chile y España mantienen excelentes relaciones, caracterizadas por un alto nivel de entendimiento mutuo, siendo intenso el intercambio de visitas bilaterales tanto al nivel de Jefes de Estado y de Gobierno como a nivel ministerial.

Con ocasión de la Cumbre UE-CELAC de enero de 2013, los Presidentes Rajoy y Piñera firmaron la renovación de la Alianza Estratégica entre los dos países, actualizando la alianza vigente desde 2006 con importantes previsiones de cooperación en materia económica, comercial, tecnológica, científica, cultural y consular. Desde entonces, se han celebrado consultas bilaterales entre los dos países en cuatro ocasiones, en enero de 2014, en octubre de 2015, en junio de 2017 y las últimas, en Santiago, el pasado mes de noviembre con la visita de la Secretaria de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe.

En clave de visitas, el Rey emérito Juan Carlos I asistió a la toma de posesión del Presidente Piñera en marzo de 2018 y el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez visitó Chile en agosto de 2018, en su primer viaje fuera de la UE. En sentido inverso, destacan la Visita de Estado a España realizada por la Presidenta Bachelet en octubre de 2014 y la visita de trabajo del Presidente Piñera en octubre de 2018 en el marco de su primera gira internacional por Europa.

La relación bilateral se ve complementada por una amplia red de tratados y convenios suscritos en distintas materias entre los que, por su contenido general o sus implicaciones en las relaciones culturales y científicas, cabe destacar los siguientes:

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• Tratado General de Cooperación y Amistad. Octubre 1990. • Acuerdo de Cooperación Antártica. Diciembre 1993 • APPRI: En vigor desde el 29 de marzo de 1994;

• Memorando de Colaboración Científica y Tecnológica entre la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) de Chile y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de España, firmado el 23 de septiembre de 2003 en Madrid;

• Acuerdo gubernamental de cooperación triangular firmado entre Chile y España en octubre de 2009 para desarrollar trabajos conjuntos en países de Iberoamérica; • Memorando en materia de cooperación científica y técnica, firmado en octubre de 2014.

• Acuerdo de Reconocimiento Mutuo de Títulos Universitarios, firmado en junio de 2017 y pendiente de ratificación parlamentaria por parte de Chile.

3. Contexto de la cooperación española:

El V Plan Director de la Cooperación Española considera a Chile, junto con otros países de la región, un país de cooperación avanzada, así como un socio tradicional, establecido ya en el anterior IV Plan Director, en el que se establecieron las bases para mantener un diálogo avanzado sobre políticas sectoriales y esquemas de cooperación técnica e institucional. En 2014 se produjo el cierre de la OTC en Santiago de Chile, respondiendo a la necesidad de llevar a la práctica la concentración geográfica que priorizaba este Plan Director. Desde entonces, las relaciones de cooperación con Chile se llevan desde la OTC de Montevideo, trabajando fundamentalmente mediante dos instrumentos: el Fondo Mixto de Cooperación Hispano-Chileno y el Fondo de Agua y Saneamiento.

Los documentos y acuerdos de referencia en el ámbito de cooperación entre ambos países son:

1. El Acuerdo Interinstitucional entre la AECID y la Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCI) para el nuevo pacto de cooperación internacional de 2009 donde se acuerda intensificar la relación de asociación, con el común objeto de trabajar en pro del nuevo papel de Chile en el desarrollo de la Región Latinoamericana.

2. El documento de alianza estratégica firmado entre los presidentes Sebastián Piñera y Mariano Rajoy en enero de 2013 para fomentar el crecimiento económico y el desarrollo mutuo de ambos países, donde en materia de cultura y cooperación académica se define que se trabajará en educación, ciencia y tecnología.

3. Los acuerdos establecidos en la última visita de estado de la Presidenta Bachelet a Madrid en octubre 2014 que, si bien estuvieron centrados en temas no directamente relacionados con la cultura, se entiende que en la relación bilateral hay espacio –avalado por factores históricos y estructurales- para desafiar las ideas convencionales acerca de la cooperación, por lo que parece posible generar conversaciones de otro tipo en torno a dos desafíos estratégicos de mediano plazo: la exigencia de revisar las estrategias de desarrollo adaptándolas a los ODS de la Agenda 2030, así como los papeles asignados al Estado y al mercado.

Consecuente con el escenario que se define a partir de la calificación de Chile como país de cooperación avanzada, miembro de la OCDE y graduado por el CAD, la cooperación cultural en Chile se ha concentrado en:

• Fortalecer el desarrollo del sector cultural como factor de cohesión social y palanca modernizadora.

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• Impulsar los derechos de acceso, creación y difusión de las expresiones culturales, en el marco del fomento de la diversidad cultural.

Por ende, la planificación a medio plazo toma como documentos marco los ya señalados y como documentos técnicos base la Estrategia de Cultura para el Desarrollo y los objetivos generales y prioridades de actuación contenidas en las Instrucciones de Servicio para la Programación Cultural 2021 recibidas de la DRCC. Asimismo, ya desde el año 2017, es una prioridad para este CCE que las actividades culturales emanadas de nuestra programación estén perfectamente alineadas con los ODS de la Agenda 2030.

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3. DIAGNÓSTICO CULTURAL LOCAL

1. Agentes culturales que intervienen en el territorio (públicos, privados, tercer sector, …) Agentes públicos:

El 13 de octubre de 2017 la expresidenta Bachelet promulgó la Ley núm. 21.045 que dispuso la creación del Ministerio de la Culturas, las Artes y el Patrimonio (MICAP), con Ernesto Ottone como primer titular de la cartera. La promulgación de esta ley marcó un hito que culminaba un proceso de más de dos años de trabajos legislativos que desembocaron en la aprobación del proyecto de ley por unanimidad.

Si bien el antecedente inmediato del MINCAP fue el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) – creado en 2003, durante la presidencia de Ricardo Lagos – este Ministerio también aglutinó la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y el Consejo Nacional de Monumentos (CNM).

En su creación, el nuevo Ministerio tuvo como misión fundamental fortalecer la institucionalidad dentro del mundo cultural, empoderar a las comunidades culturalmente más desfavorecidas y propiciar la descentralización articulando una organización regional en el ámbito cultural que, con anterioridad era muy débil. Entre los objetivos iniciales del MINCAP destacó también la mejora en el acceso a los bienes y servicios culturales sobre la base de los principios de la democracia y la participación. De este modo, todas las instituciones culturales públicas dependientes de distintas administraciones podrían ofrecer una respuesta conjunta y coherente a las necesidades culturales de la ciudadanía.

En la organización y funcionamiento inicial del MINCAP se contó con el criterio y la contribución de creadores y gestores culturales, así como de miembros de los pueblos originarios, tradicionalmente apartados de los cauces institucionales. También se incorporó a representantes de las regiones y, en menor medida, a voces procedentes de población migrante asentada en Chile. Es por ello que el Ministerio fue denominado “de las Culturas”, en plural, poniendo énfasis en la diversidad del concepto “cultura” y alejándolo de enfoques paternalistas de carácter más tradicional. Asimismo, en su creación, este departamento ministerial prestó especial atención a la importancia y valor atribuidos a la memoria histórica. De igual modo, este Ministerio asumió algunas competencias que anteriormente pertenecían al Ministerio de Educación (MINEDUC) y, tal como indicó anteriormente, aglutinó a organismos autónomos como la DIBAM o el CMN. El ámbito del patrimonio cultural se vio reforzado por la creación de una subsecretaría, un servicio, direcciones regionales y cambios en el financiamiento.

El MINCAP tiene su sede en la ciudad portuaria de Valparaíso, decisión que obedece a dos razones: por un lado, la descentralización de la administración pública y, por otro, el hecho de que la ciudad sea Patrimonio de la Humanidad y su ubicación sirva para mejorar la gestión y salvaguarda de ese patrimonio, intentando resolver falencias.

En lo que respecta a su organigrama, el MINCAP está dividido en dos subsecretarías:

1. Subsecretaría de las Culturas y las Artes, compuesta por el Consejo del Libro y la Lectura, el Consejo del Arte y la Industria Audiovisual, el Consejo de la Música Nacional,

el Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y de las Artes. Además, esta Subsecretaría se encarga del control de las secretarías regionales ministeriales (SEREMI) y de la administración y servicio interno del Ministerio.

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2. Subsecretaría del Patrimonio Cultural, integrada por el Servicio Nacional de Patrimonio Cultural (compuesto por la Cineteca Nacional, la Biblioteca Nacional, el Archivo

Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Histórico Nacional y el Museo Nacional de Historia Natural), el Consejo de Monumentos Nacionales y el Fondo del Patrimonio Cultural.

Además, el MINCAP cuenta con otros órganos como las ya mencionadas SEREMI, las Direcciones Regionales de Patrimonio, el Consejo Asesor de Pueblos Originarios, el Consejo Nacional de la Cultura, las Artes y el Patrimonio, y los Consejos Regionales.

Con la creación del MINCAP, Chile se adaptó al modelo continental europeo que prioriza la acción del Estado en el ámbito de la cultura, a través de un departamento ministerial específico, intentando poner fin a la debilidad institucional y a la dispersión de organismos públicos con competencias en el ámbito cultural, algunos aquejados por una limitada financiación, una débil infraestructura y una escasa preparación de sus recursos humanos.

El afianzamiento de la política cultural se ha producido igualmente a raíz de la publicación por parte de los diferentes departamentos del antiguo CNCA (Artes Visuales, Artes Escénicas, Música, Diseño, Arquitectura, Humanidades, etc.), de sendas políticas nacionales con proyección a 5 años (vigentes hasta 2022). Con estos documentos se pretende asentar los logros alcanzados en la última década, se establece una estrategia por sectores y se ofrece una indicación clara de las áreas en las que la Embajada y el CCES podrían ofrecer apoyo y acompañamiento.

Agentes privados:

Por otro lado, cabe mencionar que los agentes culturales privados, vinculados en algunos casos a la gran empresa, son muy activos, pero actúan polarizados y en ámbitos artísticos muy determinados, normalmente dirigidos al gran público, por lo que las artes más minoritarias, al igual que los proyectos de innovación y de investigación, son aún muy escasos en el país. En este sentido, el CCESantiago tiene a su alcance un campo de acción nada desdeñable en el que pueden desarrollarse proyectos de interés.

En el año 2013 fue modificada la Ley de Donaciones con Fines Culturales, que pretende fomentar la contribución privada, tanto de empresas como de personas, en la financiación de proyectos artísticos, patrimoniales o culturales. Esta ley está dirigida a promover la sensibilización del sector privado a través de deducciones tributarias, así como la necesidad de apoyar y acompañar los procesos culturales. Esta normativa ha supuesto un gran avance, pero aún queda espacio para una mayor implicación del sector privado en proyectos menos visibles.

En este sentido, son las iniciativas muchas veces personales las que buscan suplir esta falta de apoyo a las artes más minoritarias, ya que su dependencia de los fondos públicos, representados a través del único fondo estatal dirigido a las actividades culturales (FONDART) es una dificultad añadida para el desarrollo de un trabajo estable a medio y largo plazo. En este sentido, cabe resaltar que FONDART financia exclusivamente proyectos culturales de carácter anual. Ello explica que los postulantes tengan dificultades para desarrollar una estrategia dilatada en el tiempo, ya que la obtención de los fondos no está garantizada de un año al otro y la provisión de medios económicos depende de la coyuntura política y económica anual del país y del gobierno de turno.

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2. Dinámicas culturales locales y valores culturales predominantes

Desde el inicio de la institucionalización cultural en Chile, a finales del siglo pasado, la pregunta por la desigualdad social fue un ins umo importante para el diseño y ejecución de las nacientes políticas culturales.

Se podría afirmar que Chile, en el ámbito cultural, es un país de extremos, al combinar destacadas cotas de excelencia artística y una amplia presencia de instituciones culturales, públicas y privadas admiradas y reconocidas en la región con una canalización de la oferta muy desigual, con importantes sectores sociales todavía con dificultades para acceder a ella (por razones geográficas, económicas y sociales) y una debilidad endémica del sector (por ejemplo: el cine chileno tiene una reconocida reputación a nivel internacional, pero la oferta a nivel nacional es muy escasa).

Por otra parte, estadísticas de participación cultural previas a la actual crisis sanitaria revelan una disminución notoria del público en los espacios culturales más “tradicionales”, siendo el cine la única tendencia estable. Ello no quiere decir que el acceso a los servicios culturales haya bajado, sino que es más complejo, al incorporar formas nuevas de consumo derivadas del uso de los dispositivos tecnológicos e internet. Por supuesto, este análisis se realizó en un escenario pre pandémico y a día de hoy todavía resulta difícil evaluar el impacto que la crisis sanitaria tendrá en los hábitos de consumo culturales.

Por otra parte, atendiendo a los datos del último censo, Chile presenta una alta diversidad cultural y social, con un 12,8% de población indígena, un significativo aumento de la población migrante – que pasó de 0,81% en 1992 al 4,35% en 2017, un 16,2% de adultos mayores, un 12,7% de personas con discapacidad y un 55,7% de mujeres.

Aún así, tradicionalmente las estructuras culturales de los pueblos indígenas han estado apartadas de la toma de decisiones o de la administración de su patrimonio cultural, siendo ahora una de las reivindicaciones más notables a raíz del estallido social y con la mirada puesta en el proceso constituyente.

Es importante mencionar que la desigualdad de la que adolece el país, unida al régimen socioeconómico dominante, de marcada tendencia neoliberal, hace que en determinados ámbitos la cultura no sea vista como un derecho y que, por el contrario, sea percibida como un simple factor de desarrollo desde una perspectiva única de industria creativa. Este enfoque hace extremadamente complicado que los artistas emergentes sean reconocidos y valorados en las primeras instancias de su carrera como creadores, y que propuestas más alternativas o independientes puedan prosperar.

3. Ámbitos que más y menos atención reciben por parte de los agentes locales

El proceso de creación de la institucionalidad cultural, iniciado al término de la dictadura y cristalizado en la creación del MINCAP en 2018, introdujo la necesidad de contribuir a la plena participación de individuos y comunidades. Esta nueva institucionalidad cultural se abría al reconocimiento de la diversidad cultural, a la importancia de lo territorial y lo local, y al diseño de una estrategia de desarrollo que se comprometiera con la reducción de las desigualdades y la ampliación de los derechos.

El proyecto elaborado por el Ministerio significó un paso ilusionante para el posicionamiento de la cultura como motor de des arrollo, así como para evidenciar la realidad del sector y la diversidad del país. A pesar de los esfuerzos, los cambios de gobierno, los sucesivos recortes en el presupuesto cultural y la crisis derivada del estallido social y de la pandemia de COVID-19 hicieron que parte de este proyecto decayera o se diluyera, provocando una grave crisis de legitimidad y representación entre el sector. Tanto es así, que en los últimos meses y por múltiples razones, el MINCAP y su titular han sido objeto de numerosas críticas.

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Por otro lado, no hay que dejar de mencionar el rol que la cultura y el arte están tomando en la actualidad, a partir del estallido social, marcado por una resignificación y una mayor ocupación del espacio público. A través de las intervenciones en muros y monumentos, las performances, las acciones colectivas y obras gráficas, el arte público ha tomado un nuevo sentido, desmarcándose de la institucionalidad cultural y convirtiéndose en una novedosa forma expresión de diversos movimientos sociales.

4. Recursos culturales locales: creadores, patrimonio, tradiciones, …

Pese a todo lo descrito con anterioridad, los recursos culturales que se encuentran a disposición de los creadores chilenos son limitados. Durante muchos años, la política pública de apoyo a los artistas ha sido canalizada a través de fondos concursables (FONDART), lo que actualmente genera un cierto rechazo cultural, al no atender a las diferentes realidades y especificidades del sector.

A pesar de los incentivos creados desde el Estado para apoyar a artistas y gestoras/es culturales, los ingresos y condiciones generales de existencia son extremadamente bajos y precarios. Un estudio reciente del Observatorio de Políticas Culturales afirmaba que el 88 % de los trabajadores de la cultura, a pesar de estar altamente especializado, no tiene contrato y presta servicios contra factura.

Recientemente, con motivo de la crisis sanitaria, el MINCAP ha creado un fondo de emergencia transitorio que está disponible de forma paralela a los fondos habituales de la Subsecretaría de las Culturas. Sin embargo prácticamente todas las instituciones que reciben transferencias directas han visto y seguirán viendo afectados sus presupuestos.

5. Actores de la Cooperación española y otras iniciativas internacionales

El CCESantiago es, en la práctica, el único actor de la Cooperación Española sobre el terreno, pero no es la única fuente de financiación española a la que acceden las contrapartes. En efecto, hay muchos proyectos que son financiados directamente desde España (Ministerio de Cultura, CCAA, Ayuntamientos). Los agentes privados locales acceden a convocatorias como el PICE (AC/E) y los fondos de los Programas iberoamericanos (IberEscena e IberMedia, sobre todo). Por otra parte, hay teatros privados y municipales (Teatro Nescafé, Teatro de Oriente, Movistar Arena, Teatro Caupolicán y Teatro Municipal de Las Condes) que programan de manera regular espectáculos españoles y a los que la Embajada y el CCE apoya dando patrocinio no remunerado y ayudando en la difusión.

Ajena a la dinámica del CCE, pero no desdeñable en absoluto, es la actividad cultural comercial de productoras que traen a un gran número de artistas internacionales, de los cuales muchos son españoles. En tiempos previos a la pandemia, todos los meses había un mínimo de dos o tres actuaciones de grupos españoles. Artistas y actuaciones que con frecuencia se reunían en torno a la Feria de productores discográficas PULSAR que se celebra el mes de noviembre.

Por lo que atañe a otras instituciones culturales extranjeras presentes en Chile, destacan por su dinamismo la Alianza Francesa, el Instituto Goethe y la Cooperación Suiza. Asimismo, numerosas Embajadas europeas y latinoamericanas se esfuerzan por estar presentes y contribuir a la vida cultural del país.

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4. ANÁLISIS INTERNO Y EXTERNO

El CCES ha realizado un exhaustivo análisis que, tras múltiples sesiones de trabajo de todo el equipo ha servido para identificar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, teniendo en cuenta el contexto actual que se vive. Posteriormente se realizó un diagrama en el que se detallaron las acciones a emprender a medio y largo plazo para potenciar las fortalezas, aprovechar las oportunidades, así como convertir las debilidades en fortalezas (se adjuntan ambos documentos).

Una de las fortalezas más destacadas del CCES sería su equipo humano, caracterizado por su profesionalidad, su cercanía con el público, su experiencia en la gestión cultural, su sólida red de contrapartes, amén de su probada capacidad de gestión. Se trata de un equipo intergeneracional que, además de mantener su capacidad de asombro y experimentación, lleva tiempo realizando un buen trabajo a escala interna en términos de escucha y cuidado mutuo Esta forma de trabajo ha contribuido a la consolidación de una buena red de contactos y colaboradores de diferentes ámbitos y disciplinas, además de favorecer un vínculo emocional del sector cultural con el Centro.

Otra de las fortalezas a destacar sería su ubicación en una de las arterias principales de la ciudad, formando parte de un eje importante de espacios culturales de Santiago y con buena conexión de transporte público. Además, el edificio que alberga el Centro es un espacio singular, con un espacio verde en su interior o “isla verde” que invita a concebir el CCE como un espacio de descanso mental y físico, frente al ruido de la ciudad.

La experiencia de casi treinta años de actividad cultural en Santiago, en donde el Centro ha jugado un papel importante en sus inicios como motor de desarrollo y espacio de libertad, nos proporciona otra fortaleza. Esta experiencia, transmitida y consolidada en el equipo, hace que el Centro tenga un público fidelizado y diverso, que se ha ampliado con la programación en línea de este año.

Estas fortalezas se ven incrementadas con las oportunidades identificadas:

La situación actual de crisis ecológica, tanto en la esfera local como internacional, se presenta como una oportunidad para implementar a escala interna una política de sostenibilidad integral del Centro, que pase por la puesta en marcha de buenas prácticas en la gestión cultural, del autocuidado del personal, así como por la elaboración de una estrategia de sostenibilidad del edificio.

Asimismo, en el ámbito local, la situación social que reina en Chile favorece la ampliación de alianzas con instituciones u organizaciones independientes, que nos permitan fortalezer estos aprendizajes en materia de inclusión, género o medioambiente. Se abre una oportunidad de ampliar el trabajo con nuevos públicos y nuevas comunidades, desde el propio barrio hasta los colectivos sociales.

Por otro lado, el impulso desde España para trabajar en el ámbito científico, unido al interés en Chile y la buena relación con el Ministerio de Ciencia, se presentan como una oportunidad para profundizar en este campo y convertirse en uno de los elementos diferenciadores del Centro Cultural.

Si bien la infraestructura anticuada del CCE se puede ver como una debilidad, consideramos una oportunidad la posibilidad de aprovechar lo que tenemos y potenciar el uso de los espacios por la comunidad, como el jardín, la terraza, la radio o la mediateca.

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Por último, no podemos dejar de mencionar el trabajo en línea, que no implica en modo alguno reemplazar el formato presencial, pero que sí se ve como una oportunidad para mejorar las conexiones regionales, la deslocalización de la oferta cultural, así como nuevas audiencias y nuevos formatos.

Sin embargo, el CCESantiago también presenta una serie de debilidades y amenazas, para las cuales se ha diseñado una serie de acciones a realizar en el 2021 (más detalladas en el documento anexo):

¿Cómo resolver nuestras debilidades de Centro y amenazas del entorno?

• Problemas en la comunicación interna y externa del Centro:

Se establecerá́ un procedimiento interno para mejorar el flujo de información, así como la eficiencia de nuestras actuaciones y la mejora de la comunicación externa. Además, se ampliará el equipo de personas dedicadas a la comunicación, así como una estrategia de difusión y una identidad gráfica del Centro. Asimismo, se creará un manual de atención al usuario y se formará al equipo de recepción y biblioteca para mejorar esta atención.

• Edificio con poca accesibilidad universal y baja sostenibilidad:

Se continuará con la mejora de la accesibilidad del edificio. En 2021 se tomarán medidas que propicien el acceso a la segunda planta para personas con movilidad reducida, además de pequeñas mejoras. Además, se iniciará la elaboración de una estrategia interna para un CCE sostenible, así como la mejora del diálogo del edificio con el espacio público.

El edificio no cuenta con una salida de emergencia, situación actualmente agravada como consecuencia de la colocación de un portón metálico en la entrada principal como medida temporal de protección frente el estallido social, que no cumple con los requisitos necesarios para una evacuación de emergencia. Se iniciará un estudio de viabilidad para la apertura de la citada puerta de emergencia.

• Equipamiento obsoleto:

En 2021 se continuará con la renovación progresiva de los recursos técnicos, priorizando aquellos que más uso tienen en el CCE. También se realizará un proyecto y una valoración de las posibilidades de impulsar la radio o, por el contrario, desmantelar el estudio. Asimismo, se iniciará el proceso de modernización y conceptualización de la mediateca.

• Debilidades en RRHH:

Si bien el equipo humano es una de las fortalezas más destacadas del Centro, también existen varias debilidades, que podrían afectar al desempeño de sus funciones.

Una de las debilidades más acuciantes del Centro es la situación de disparidad de condiciones contractuales del personal. La estructuración de esta UCE, a partir de la conciliación entre CCE, OTC y Consejería Cultural, conlleva una diferencia de condiciones laborales que ponen en situación vulnerable a una parte del equipo.

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Dada la sobreproducción de actividades y la falta de planificación o comunicación interna, existe cierto agotamiento en el equipo, que intentaremos aplacar haciendo habituales las acciones anteriormente mencionadas de mejora de procedimientos internos y, sobre todo, con la implementación del trabajo por proyectos.

Por último, existen varias amenazas, como la actual crisis sanitaria y sus consecuencias en el ámbito cultural, la inestabilidad institucional por la que ha atravesado el país o la sobreoferta de actividades culturales, que hacen que sea muy importante marcar bien el rumbo y las líneas estratégicas del Centro.

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5. RECURSOS Y TECNOESTRUCTURA

El edificio está ubicado en un terreno de 1.037,90 m2, con un total de 1.736,10 m2 construidos y una superficie útil de 1.443,80 m2. Está situado en la comuna de Providencia, zona

muy céntrica, preferentemente comercial y de agrupamiento continuo, cuya densidad máxima es de 9.873,1 Hab/Km2, no existiendo zonas de restricción o riesgos según el plano

regulador vigente.

El edificio es de material sólido, a excepción hecha de la techumbre que es de melanina y de los grandes ventanales de la fachada externa e interna. Consta de tres pisos y cuenta con tres espacios de exposiciones, una mediateca-ludoteca, una sala para la realización de talleres y encuentros en pequeño formato (40 personas) y un laboratorio interdisciplinar con cocina. En la parte externa del edificio existe un amplio patio interior y una terraza, una gran sala de uso múltiple (aforo de 150 personas), camarines y un pequeño espacio de almacenaje. Este aforo era el permitido en el momento anterior a la pandemia. Con la reapertura del Centro, el número de personas en cada sala variará según las cifras que establezcan las autoridades sanitarias en cada fase de reapertura.

En el pasado, se realizó una evaluación del edificio, con sus respectivos informes elaborados por profesionales, que señalaban una serie de deficiencias en la distribución de sus espacios. Por ello, el CCE tiene contemplada la mejora de algunas de sus instalaciones y prestaciones, muy especialmente de su mediateca. Para ello, paralelamente a la realización del correspondiente expurgo y la elaboración de un plan de redefinición y nuevas líneas de la mediateca, se irán realizando modificaciones y mejoras de los espacios, tanto los destinados al archivo y almacén como a la zona de consulta (mejora de la iluminación, espacios, mobiliario). Esta será una de las prioridades para el CCE durante el año 2021. Asimismo, el CCESantiago infringe la normativa en relación con la habilitación de las entradas, baños y espacios para adaptarlos al uso de personas con discapacidades. Todas estas cuestiones se han ido trabajando a lo largo de los años anteriores, y se seguirán haciendo mejoras para tener un edificio que cumpla con la normativa de la accesibilidad universal. Para 2021 la prioridad será el acceso a la segunda planta mediante la construcción de una plataforma.

Del mismo modo, incumplimos la normativa local en materia de seguridad ante eventuales evacuaciones. Es importante destacar la necesidad de hacer un estudio técnico para evaluar las alternativas existentes para una salida de evacuación/salida de emergencia. No hay alternativa a la entrada principal, lo que es extremadamente irregular.

El CCE cuenta con un equipamiento técnico que, salvo excepciones como el sonido o la iluminación del teatro, ha cumplido su vida útil y es urgente impulsar un plan de renovación.No estamos preparados para avanzar a la misma rapidez que la tecnología digital, lo que, en ocasiones, nos hace recurrir al alquiler. La pandemia y la realización de actividades online ha venido a agilizar este proceso, por lo que es importante caminar hacia la digitalización. Urge la renovación de algunos elementos que permitan aprovechar las nuevas tecnologías de mejor calidad y eficiencia, necesarias para hacer factible el camino hacia la reconversión hacia un centro de creación y producción artística.

Como prioridades para el año 2021, mencionamos las siguientes:

• Proyectores tiro corto: Su adquisición es fundamental para dar cabida a las crecientes exposiciones audiovisuales que tenemos en el programa.

• Ordenadores portátiles: El Centro posee espacios interdisciplinares donde se hace necesario el uso de estos ordenadores. Los que actualmente tenemos están llegado el final de su vida útil.

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• Centro de almacenamiento unificado de información (NAS): Actualmente el Centro dispone de mucho contenido que se crea día a día y que va en constante aumento. Estos contenidos han venido siendo almacenados en discos duros dispares, algo que no es seguro ya que si se daña un disco se pierde información y años de trabajo. Se hace necesario asegurar todo el material en un lugar centralizado y seguro dentro de la sala de servidores del CCES.

• Mesa de iluminación con dimer para equipos LED: Actualmente el Centro dispone de luces LED en buena parte de sus instalaciones, pero para poder optimizar su uso y aprovechar toda su potencialidad, es necesario una mesa de iluminación con dimer.

Contenido: Relación de servicios del Centro

1. Servicio de mediateca (actualmente en proceso de remodelación).

2. Información y recepción de antecedentes para la homologación de títulos (bachillerato y universitarios), equivalencia de estudios en España. 3. Recepción de solicitudes de perfeccionamiento en España.

4. Recepción de postulaciones para los exámenes MIR. 5. Recepción de solicitudes de becas.

6. Recepción de postulaciones a convocatorias de premios concedidos en España.

7. Recepción de antecedentes de seleccionados cursos del Programa Internacional de Formación Técnica Especializada (PIFTE) 8. Acceso a internet en todo el edificio.

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MATRIZ ESTRATÉGICA (1/3).

Contexto del País Contexto y experiencia del CCE Definición de objetivos a medio plazo y

nivel de prioridad Á MBIT O S 1. Promoción cultural como elemento de proyecció n exterior

En términos generales, la imagen de España es buena, con gran interés y amplio conocimiento de la cultura española. España está presente en la mayor parte de los festivales y encuentros internacionales, y muchos espacios cuentan en su programación con artistas españoles.

Al margen de las actividades impulsadas desde la Embajada y el CCE, hay proyectos financiados directamente desde España (Ministerio de Cultura, CCAA, Ayuntamientos). Asimismo, agentes privados locales acceden a convocatorias como el PICE (AC/E) o los fondos de los Programas iberoamericanos

(IberEscena e IberMedia, sobre todo).

Por otra parte, existen teatros privados y municipales (Teatro Nescafé, Teatro de Oriente, Movistar Arena, Teatro Caupolicán y Teatro Municipal de Las Condes) que programan de manera regular espectáculos españoles, a los que apoyamos dando patrocinio no remunerado y ayudando en la difusión.

Ajena a la dinámica del CCE, pero nada desdeñable, es la actividad cultural comercial de las productoras que traen a un gran número de artistas internacionales, muchos de ellos españoles y que suelen reunirse en torno a la feria de productoras discográficas PULSAR que se celebra en noviembre.

Aún así, siguen predominando algunos tópicos de la cultura tradicional española, con menor presencia de manifestaciones más contemporáneas o independientes.

El CCESantiago, es uno de los institutos culturales de mayor tradición en Chile. Su antecesor directo, el Instituto Chileno de Cultura Hispánica, se creó en 1948.

El CCE es la principal plataforma de proyección cultural de España en Chile, acorde con la política exterior desplegada en la región y su condición de país plural, defensor de los derechos humanos, del respeto a las minorías y de la igualdad de género. Fruto de su impantación y credibilidad, el CCE es un centro de referencia y de vanguardia artística.

Además, existe una red sólida de alianzas forjadas con instituciones públicas y privadas, tanto a escala nacional como regional y municipales (se ha trabajado con gran parte de los municipios de la Región Metropolitana y se han hecho esfuerzos por alcanzar otras regiones del país), además de museos, teatros y centros culturales de distinto perfil, así como centros de extensión universitaria y festivales, con los que se han cofinanciado actividades de promoción de artistas españoles.

De igual modo, se ha trabajado siempre en estrecha colaboración con las embajadas europeas e iberoamericanas. El CCE es, junto con la Consejería Cultural, parte activa en las reuniones de Consejeros Culturales UE. Dadas las limitaciones presupuestarias, así como la cantidad de agentes culturales que en Chile ya realizan una labor de promoción de la cultura española, la acción cultural de la Embajada y del CCE no desatenderá la promoción cultural pero concentrará más esfuerzos sobre la cooperación cultural y científica y la agenda 2030. Todo ello se hará de forma transversal a la programación del Centro, no solo promoviendo a los artistas y científicos españoles en los diferentes programas, sino también promoviendo las instituciones españolas.

En relación con los objetivos estratégicos definidos por la DRCC en materia de acción cultural exterior y diplomacia científica, en el 2021 el CCESantiago priorizará en su planificación:

- Promoción de la cultura para fomentar la percepción de una imagen inclusiva, moderna y plural de España en el exterior

- Fomento de la internacionalización de los creadores españoles

- Estímulo a la participación de artistas y agentes culturales y científicos españoles en redes internacionales de conocimiento. - Contribución a la presencia de los artistas

españoles en los grandes eventos internacionales y de nuestros científicos en foros internacionales.

Estos objetivos quedan formulados en la planificación a medio plazo del CCE en:

OE1. Se han fortalecido y creado nuevas alianzas a escala bilateral y multilateral en materia cultural y científica.

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MATRIZ ESTRATÉGICA (2/3)

Contexto del País Contexto y experiencia del CCE Definición de objetivos a medio plazo y

nivel de prioridad

2. Cooperación

Cultural

La cultura tiene un papel fundamental en las relaciones entre Chile y España: el legado histórico común, el idioma compartido y las semejanzas culturales se traducen en una estrechísima interacción sociocultural que ha sabido vencer todos los obstáculos: la amistad entre los pueblos español y chileno se ha mantenido incluso en los momentos coyunturales de mayor frialdad entre los respectivos gobiernos.

Chile cuenta con convenios de cooperación cultural con numerosos países. Asimismo, participa en los principales foros y organismos internacionales donde colabora con España, como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la UNESCO o la SEGIB.

Del mismo modo, Chile comienza lentamente a hacerse más visible en las acciones iberoamericanas (programas IBER), en las que empieza a ocupar el papel que le corresponde en consonancia con su peso político y socioeconómico en la región.

Asimismo, cuenta con una oficina de la Delegación de la UE muy activa y varios institutos culturales europeos, entre los que destacan la Alianza Francesa, el Instituto Goethe y la Cooperación Suiza.

Durante mucho tiempo el CCE ha sido un espacio neurálgico de la programación cultural de Santiago y de parte de Chile, siendo una de las primeras instituciones culturales en establecerse prácticamente al mismo tiempo que se restablecía la democracia en el país.

El CCE es reconocido como una institución que entiende la cultura como instrumento de

desarrollo y que aborda su actividad de una forma vinculada a la política exterior de España, contribuyendo al fortalecimiento institucional, a la construcción de redes de intercambio y al impulso de la vanguardia y de la cultura local.

La calificación de Chile en el seno del CAD como país de renta alta que deja de recibir AOD ha incidido en un debilitamiento de las tradicionales líneas de cultura para el desarrollo de la AECID, lo que hace que se deba enfocar el papel del CCE hacia la cooperación cultural y científica.

Aún así, es necesario destacar el papel que la cultura desempeña en la consecución de los ODS, y la necesaria formulación de los planes de Centro en esta dirección. Chile es uno de los países que más ha avanzado en la consecución de la Agenda 2030, y el papel del CCE en la inserción de la cultura en los ODS puede ser clave y claramente un elemento diferenciador. En esta misma línea, los tres ejes verticales marcados desde la AECID y la DRCC, a saber el fortalecimiento institucional, el medioambiente y el género, serán parámetros transversales en todos los programas.

En relación con los objetivos estratégicos de la DRCC en torno a la Cooperación Cultural como oportunidad de intercambio y conocimiento mutuo, el CCESantiago priorizará en su planificación los siguientes:

- Estimulación de las redes y tejido cultural (y científico) mediante el intercambio de creadores, intelectuales y científicos además de la puesta en práctica de proyectos conjuntos.

- Promoción de las relaciones y diálogo entre instituciones culturales (y científicas) españolas e instituciones análogas extranjeras.

- Cooperación cultural multilateral (UE, UNESCO, SEGIB y OEI).

- Contribución al fortalecimiento del Espacio Cultural Iberoamericano y apoyo a los procesos de integración regional en su dimensión cultural.

- Impulso a la creación de nuevos lazos en los distintos sectores de la cultura, la ciencia y la tecnología, consolidando los tejidos ya existentes.

- Énfasis en la innovación y la producción de conocimiento, salvaguardando los derechos derivados de la producción intelectual.

Estos objetivos quedan formulados en la planificación a medio plazo del CCE en:

OE2. Se ha contribuido al aumento de la cooperación regional en el contexto del fortalecimiento del Espacio Cultural Iberoamericano.

OE3. Se ha contribuido al fortalecimiento del sector cultural y científico local.

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MATRIZ ESTRATÉGICA (2/3)

Contexto del País Contexto y experiencia del CCE Definición de objetivos a medio plazo y

nivel de prioridad

3. Cultura y Desarrollo

(C+D)

Desde el inicio del proceso de institucionalización cultural en Chile, a finales del siglo pasado, la pregunta por la desigualdad social fue un insumo importante para el diseño y la ejecución de las nacientes políticas culturales. El proceso de creación de la institucionalidad cultural, iniciado al término de la dictadura y cristalizado en la creación del MINCAP en 2018, introdujo la necesidad de contribuir a la plena participación de individuos y comunidades. Esta nueva institucionalidad cultural se abría al reconocimiento de la diversidad cultural, a la importancia de lo territorial y lo local, y al diseño de una estrategia de desarrollo que se comprometiera con la reducción de las desigualdades y la ampliación de los derechos.

El proyecto elaborado por el MINCAP significó un paso ilusionante para el posicionamiento de la cultura como un motor de desarrollo, así como para evidenciar la realidad del sector y la diversidad del país. A pesar de los esfuerzos desplegados, los cambios de gobierno, los sucesivos recortes en el presupuesto cultural y la crisis derivada del estallido social y de la pandemia de COVID-19 hicieron que parte de este proyecto decayera o se diluyera, provocando una grave crisis de legitimidad y representación entre el sector.

En este contexto, a retos derivados de la crisis política y social vivida en Chile, amén del impacto que tiene la pandemia, el MINCAP debe también responder a cuestiones como la descentralización de la acción cultural o la respuesta a nuevas demandas y desafíos. La sociedad chilena permanecerá atenta a la acción de sus instituciones y necesitará, más que nunca, una política cultural que dé cabida a las inquietudes de la ciudadanía y sus propuestas de reforma.

Por otra parte, es indudable que, en un momento en el que Chile se embarca en un proceso constituyente, las instituciones y la sociedad chilenas pueden benficiarse del acompañamiento y asesoramiento que puedan ofrecerle sus socios tradicionales.

Uno de los aportes más importantes del CCE ha sido su enfoque y visión de la cultura como factor de desarrollo, así como el haberse erigido en un espacio de reflexión y debate, así como un espacio para la creación contemporánea. Esto lo ha convertido en una institución respetada y valorada por todas sus contrapartes, situación que ha permitido forjar una sólida red de

asociacionismo en el país.

Por tanto, si bien Chile ha dejado de ser país prioritario para la Cooperación Española, la presencia del CCE y el hecho de que España siga siendo un referente en muchas materias, justifica que se sigan manteniendo y reforzando líneas de trabajo en este ámbito. La actual crisis provocada por la pandemia pondrá en riesgo al sector cultural y acentuará la desigualdad.

El CCE tiene una sólida experiencia en materia de formación de capital humano, gestión y desarrollo de infraestructuras culturales, gestión del

patrimonio o promoción de la igualdad de género y defensa de la diversidad sexual.

Estas líneas de trabajo se pueden seguir desarrollando, incluso a pesar de la disminución lógica de la financiación AOD.

Por último, cabe a destacar la oportunidad que tiene el CCE para desarrollar una estrategia de introducción de la cultura en la consecución de los ODS.

En relación con los objetivos estratégicos de la DRCC en materia de cultura y desarrollo, el CCE priorizará los siguientes:

- Reconocimiento de la importancia de la diversidad cultural y de los derechos culturales e impulso a sus procesos propios.

- Consolidación de la dimensión política de la cultura poniendo en valor las

contribuciones que genera en el desarrollo de los países.

- Fortalecimiento de la relación entre y complementariedad entre educación y cultura.

Estos objetivos quedan formulados en la planificación a medio plazo del CCE en:

OE4. Se contribuye a reforzar el tejido cultural y la participación ciudadana en torno al CCE. OE5. Se apoyan e impulsan procesos de desarrollo y defensa de los derechos culturales en sus diversas manifestaciones

Objetivos de desarrollo sostenible: 3. Salud y bienestar.

10. Reducción de las desigualdades. 11. Ciudades y comunidades sostenibles. 13. Acción por el clima.

16. Paz, justicia e instituciones solidarias. 17. Alianzas para lograr los objetivos. .

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PROGRAMACIÓN OPERATIVA

7. EVALUACIÓN DEL AÑO ANTERIOR E IDENTIFICACIÓN DE RESULTADOS

Contenido: A partir de la evaluación de los resultados del Plan anterior, si procede, y del análisis interno y externo del Centro, valorar cuál es la situación del Centro

de cara a plantear unos nuevos retos anuales.

El año 2020 ha sido un año de absoluta excepcionalidad. A las consecuencias de la crisis política y social vivida en Chile, el impacto de la pandemia y el trabajo de programación realizado fundamentalmente online, se ha sumado el cambio de dirección en el Centro, con la novedad del desdoblamiento en los puestos de Consejería y Dirección. La imposibilidad de que la Directora pudiese incorporarse de forma inmediata al puesto hizo que tuviera que trabajar en línea durante buena parte del año. Por otra parte, como consecuencia de carencias de personal en la Cancillería, incluidas las plazas vacantes de Secretario de Embajada y también de Canciller, el Consejero Cultural ha tenido que volcarse en labores de coordinación de la Embajada, asuntos políticos, asuntos administrativos y cooperación internacional, todo ello con el conocimiento del Director General del Servicio Exterior del MAEUEC así como del Director de Relaciones Culturales y Científicas.

Partiendo de este complejo escenario, buena parte del trabajo interno se ha dedicado a hacer un seguimiento y evaluación de los aciertos y los errores en los que se ha incurrido durante este período atípico, y a realizar un ejercicio de análisis crítico frente al papel de las instituciones culturales en general y el de Chile en particular.

La acción del CCESantiago se orientó a mantener al máximo posible la programación, de forma que, además de seguir en contacto con el público, se pudiera apoyar a los artistas y agentes culturales, uno de los sectores más golpeados por la crisis. No obstante, parte de la programación planificada tuvo que ser suspendida por la imposibilidad de llevarla a cabo.

Otra acción prioritaria fue elaborar nuevos procedimientos internos de trabajo para mejorar la comunicación interna y externa. La emisión de toda la programación en línea hizo que la canalización de la información al exterior se complicara, lo que, unido a la escasez de personal dedicado a ello y a las pocas herramientas disponibles, dificultó mucho la comunicación del Centro y la nitidez de la información.

Asimismo, otro de los esfuerzos realizados se dirigió a aprovechar el trabajo en red con el resto de Centros Culturales, participando todo lo posible no solo en el programa Ventana, sino también en varios de los proyectos propuestos por otros centros de la región.

Esta situación excepcional nos ha impedido hacer el ejercicio de la matriz de evaluación, no solo por no haber ejecutado parte importante de la programación tal y como estaba planificada, sino porque los resultados e indicadores, ante el cambio en la ejecución y las limitaciones derivadas del relevo en la dirección del centro, no reflejarían conclusiones claras y sólidas.

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El año 2021 nos enfrenta a varios desafíos, derivados de la situación política que atraviesa Chile así como de una crisis sanitaria, social y económica que alimenta la incertidumbre y apunta a un cambio de paradigma social:

• Chile se ha embarcado en un proceso constituyente que, cuando menos, se extenderá hasta bien avanzado 2022. Este proceso trasciende a todos los ámbitos de la actividad pública y privada, incluida la cultura y la ciencia, y representa una oportunidad única para establecer un nuevo marco de convivencia. Las autoridades chilenas han pedido que España acompañe este proceso mostrando su experiencia política y constitucional, algo que se extiende a todo tipo de políticas públicas.

• Es imprescindible estar atentos e incorporar a nuestros parámetros de trabajo la situación de precariedad en la que se encuentran los artistas y agentes culturales. Debemos permanecer a la escucha de las demandas de la ciudadanía en este difícil momento y ser conscientes que los fondos públicos destinados a la cultura se verán mermados para dar respuesta a demandas políticas y sociales más acuciantes.

• Ahora más que nunca se hace necesario trabajar en profundidad en la inclusión de los ODS de la Agenda 2030 en nuestra programación, de forma que se conviertan en contenidos transversales de cada acción. Asimismo, es fundamental realizar una campaña informativa sobre los contenidos de la Agenda 2030, toda vez que gran parte de la ciudadanía y de las instituciones locales desconocen de su existencia, y aquellas que sí lo conocen no son lo suficientemente activas en su formulación resultando difícil trabajar con ellas de manera constante.

• Atendiendo a las indicaciones recibidas desde los servicios centrales, es preciso que la Embajada y el Centro redoblen sus esfuerzos en el ámbito científico tanto desde la óptica cultural como desde el ámbito estrictamente científico y sus derivadas política, económica y comercial. Chile es un paraíso de la ciencia, sede de numerosas instituciones astronómicas y espacio único para el estudio de las ciencias de la tierra, con especial atención a la geología, las ciencias del mar y la Antártida.

• Es importante impulsar una política de sostenibilidad integral del Centro que pase por la puesta en marcha de buenas prácticas en la gestión cultural y de mejoras de la comunicación interna, del autocuidado del personal, así como por la elaboración de una estrategia de sostenibilidad del edificio. • Es preciso seguir trabajando en el ámbito de la gestión del conocimiento. Este reto se hace cada más apremiante debido a la proliferación de material

digital derivado de nuestra programación online, que no podemos asimilar en archivo y corre el riesgo de perderse.

• Fortalecimiento de la cooperación cultural multilateral, fundamentalmente en el ámbito de la UE a través de EUNIC pero también a escala iberoamericana. Estos años nos han mostrado la necesidad de trabajar de una forma más colaborativa con nuestros homólogos, especialmente con otros Centros culturales europeos. No obstante, su relación con el medio cultural chileno es menos intensa que la nuestra, algo que explica que su acción se concentre más en la promoción cultural frente a la atención que la Embajada y en Centro dispensan a la cultura como factor para el desarrollo.

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• Otro de los objetivos que se proponen es apoyar la descentralización cultural del país y reforzar nuestra acción en las regiones. Este punto es vital para el equitativo desarrollo cultural de un país totalmente centralizado. Si bien es cierto que nuestra cooperación en regiones ha ido en aumento, esta acción demanda presupuestos más abultados y una gestión más demandante, factores ambos limitantes. Aún así, contamos con una amplia red de consulados honorarios y centros españoles ávidos por colaborar con la Embajada y el CCES en su programación cultural y científica.

• Las circunstancias actuales invitan también a reforzar la colaboración en red entre los CCEs del Cono Sur. Este es un valor añadido que nos diferencia de otras instituciones y que todavía no ha dado los frutos esperados. Es fundamental que en esta acción haya un apoyo directo de coordinación y gestión desde los servicios centrales de AECID.

• La supresión del Programa ACERCA en el año 2019 ha sido una enorme pérdida y sus efectos se hacen notar. Dado el cambio que estamos viviendo, se abre la posibilidad de poder participar de alguna forma con los talleres regionales en línea.

• Es importante que, al igual que se realiza un Plan de Centro anual, podamos desde los CCEs elaborar un plan anual de necesidades técnicas que ayuden a que en los servicios centrales se conozcan las necesidades tecnológicas de los CCEs. Esta es una cuestión muy importante, acelerada por la situación actual y por la necesidad de aplicar formatos híbridos y nuevas plataformas digitales.

• Resulta conveniente reforzar la colaboración con AC/E sobre la base de sus instrumentos PICE Visitantes y Movilidad. La experiencia de los últimos años demuestra que no suelen seguir nuestras sugerencias de apoyo. Asimismo, la visibilidad de la Acción Cultural Española en el Exterior no se ve suficientemente reflejada debido, en parte, a esa falta de comunicación.

• Es prioritario poner en marcha las obras de reacondicionamiento de la biblioteca, paralelamente al proyecto de expurgo, conceptualización y reformulación de sus fondos y cometidos. Se hace imprescindible adecuar el espacio a las nuevas necesidades en dos frentes diferenciados: el espacio dedicado al archivo, que es insuficiente, y el espacio dedicado al público, que se ha quedado claramente obsoleto y pequeño. Este trabajo de reformulación y conceptualización debería ser realizado con el resto de las bibliotecas de la red, y coordinado o dirigido desde la Biblioteca de la AECID.

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MATRIZ OPERATIVA (1/10). INSTRUCCIONES

Objetivos a medio plazo. Matriz de planificación estratégica Resultados esperados (productos - outputs) en el año Indicadores de resultado (output)

Intervenciones (actividades programadas para el logro de los resultados)

Programas Proyectos Actividades

% del presupuesto destinado a este ámbito 1. Cultura como elemento de proyección exterior OE1.1 Se han fortalecido y creado nuevas alianzas a escala bilateral y multilateral en materia cultural y científica. (presencia de “elemento español” como objetivo transversal”) R1.1. El CCE colabora y articula proyectos culturales y científicos internacionales como parte de una red de organismos e instituciones internacionales.

I1.1.1 Al menos dos actividades culturales o científicas se realizan durante 2021 entre los países de la UE, y se avanza en la reactivación del clúster de EUNIC. (FV: programación) Programa I. Cooperación y redes a nivel iberoamericano.

Actividades programa Cooperación y redes a nivel iberoamericano:

Eurocinema por el Clima. Festival de cine europeo

Organización de al menos una reunión orientada a la reactivación del clúster local EUNIC

Colaboración con ONU mujeres Trabajos preparatorios orientados a la constitución de una asociación de científicos e investigadores españoles

18,2 %

I1.1.2 Al menos el 70 % de los proyectos realizados con organismos internacionales tienen un enfoque de sostenibilidad, género o fortalecimiento institucional. (FV: programación. Memoria de actividades) I1.1.3 Se realizan al menos dos encuentros con científicos españoles que trabajan en Chile, con el objetivo de explorar la posibilidad de crear una asociación de científicos españoles en Chile. (FV: memoria actividades)

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MATRIZ OPERATIVA (2/10)

Objetivos a medio plazo. Matriz de planificación estratégica Resultados esperados (productos - outputs) en el año Indicadores de resultado (output)

Intervenciones (actividades programadas para el logro de los resultados)

Programas Proyectos Actividades

% del presupuesto destinado a este ámbito R1.2. Se promueve la cultura y la ciencia española a través de la participación de importantes exponentes en distintas plataformas internacionales de difusión y exhibición a nivel local/virtual.

I1.2.1 Al menos cinco intelectuales o científicos españoles participan en eventos académicos en Chile por iniciativa de la cooperación española (FV: Programación). Programa I. Cooperación y redes a nivel iberoamericano Proyecto: Difusión de literatura española.

Actividades programa Cooperación y redes a nivel iberoamericano:

Conferencias internacionales con Biblioteca nacional por V Centenario. DramaTourgias CDN (taller)/EDEC “Polar” Actividad sobre expediciones y creación sobre la Antártica (Víctor Mazón)

Congreso Ciencias del Mar. V Centenario.

Conferencias con astrónomos españoles que trabajan en ESO Chile (Proyecto de

divulgación científica)

Presentación del libro Minga del cielo oscuro (Proyecto de residencias

Matesurlab)

Redes y apoyo:

Colaboración con instituciones locales: Academia de la Lengua Chilena, Festival Puerto Ideas; Senado; universidades. Colaboración con Festivales de cine, música y escénicas internacionales.

Colaboración con Universidad de Chile y otros centros académicos.

Colaboración con la Sociedad de Folclor Chileno y la Cátedra Orestes Plath.

Colaboración con red de cónsules honorarios, así como con asociaciones y colectividades españolas.

I1.2.2 Se consolida la relación con el Observatorio Austral Europeo y, en particular, con los científicos españoles, con la puesta en marcha de un programa anual en el CCE. I1.2.3 Aumenta la participación de artistas españoles en al menos 15 festivales internacional culturales que se celebran en Chile. (FV: programación)

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