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EL MEDIO AMBIENTE Y LA GESTIÓN EMPRESARIAL

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Academic year: 2018

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EL MEDIO AMBIENTE Y

LA GESTIÓN

EMPRESARIAL

Sabine Braun

Kirsten Bauer

Títullo original: Öko-Management

Kollektion “Stichwort”. Wilhem Heyne Verlag

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Redacción: Gerhard Theato Lectorado Técnico: Klaus Günter Gráficos: Michael Lörcher

Concepción y realización: Christine Proske (Producción de libros Ariadne) © 1993, by Willhem Heyne Verlag GmbH& Co. KG,

Kollektion “Stichwort”; München para la edición alemana © Fundación Tierra para la edición castellana 1996

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Índice

Prólogo 5

Introducción: La empresa y la gestión ambiental 6

Dirección de empresa respetuosa con el medio 16

1. El medio ambiente: tercer factor de la economía 18

2. Conservación del medio ambiente y rendibilidad 23

3. Cultura empresarial ambiental 25

4. Conservación del medio como objetivo empresarial 27

Conservación ambiental dentro de la empresa 30

1. Organización de medidas ambientales 33

2. La figura del coordinador ambiental dentro de la empresa 34

3. Motivación ambiental de los trabajadores 38

Instrumentos de orientación ambiental 44

1. Directivas para las compras y listas de proveedores 45

2. Balance ecológico de empresa 46

3. Control ambiental 54

4. Auditoria ambiental 58

5. Manual de responsabilidades ambientales 60

6. Análisis de líneas de producto 61

El marketing ambiental 68

1. El mercado y los consumidores 69

2. Los instrumentos del marketing ambiental 73

3. Diferenciación de los productos por etiquetaje 84

4. Las normas ISO y el medio ambiente 88

Comunicación ambiental 92

1. Publicidad 95

2. Relaciones Públicas 95

Política ambiental en la economía de mercado 100

1. Política ambiental 100

2. Las principales leyes ambientales 105

3. Síntesis de las principales leyes ambientales en Cataluña 116

4. El derecho ambiental en la Unión Europea 120

Recursos 122

1. Organizaciones e instituciones 122

2. Bibliografía básica 123

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Prólogo

En el año 1992, año de la conferencia de Río de Janeiro, aparecía el primer volumen de la Colección Debates Ambientales, de Beta Editorial, patrocinada por el Departament de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya, en el cual yo mismo aportaba el primer capítulo, titulado “ La empresa y la gestión ambiental”.

La Fundación Terra me pide transcribir el susodicho artículo a modo de preámbulo en la ocasión de la publicación del libro El medio ambiente y la gestión empresarial, una traducción y adaptación del libro de los autores Sabine Braun y Kirsten Bauer realizada por Ralf Massanés.

Han pasado cuatro años y en Cataluña se ha conseguido un importante avance en la

concienciación de los ciudadanos y de las empresas, no obstante el espíritu de aquel artículo creo que sigue vigente.

A escala mundial asistimos incluso a la incorporación gradual de criterios ambientales en el comercio, que no por libre ha de ser insostenible ambientalmente.

Cada vez más las universidades y las empresas se dan cuenta también, que hoy la modernidad pasa por una gestión empresarial respetuosa con el medio, y que es a través de los criterios ambientales donde más claramente se perfilan nuevas posibilidades de innovación y de competitividad.

Hacen falta publicaciones para la formación ambiental de los empresarios, que son los que han de hacer posible el nuevo modelo de empresa que todos deseamos, y por esto celebro la publicación en catalán de este libro que gustosamente presento.

Albert Vilalta Barcelona, noviembre de1996

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LA EMPRESA Y LA GESTIÓN AMBIENTAL

El ser humano no podría haber existido nunca sin un medio apto y amable para su supervivencia y reproducción. Pero la inteligencia y la habilidad del hombre han ido modificando el medio hasta unos limites en que, en la actualidad, se abren muchos interrogantes respecto del futuro y las amenazas que se ciernen sobre las próximas generaciones.

Nos encontramos en una fase crítica, posiblemente sin precedentes en la historia, de las relaciones entre la especie humana y el medio por causa de la aceleración no suficientemente asimilada de la tecnología. No tenemos todo el tiempo del mundo para actuar.

Esta reflexión aspira a insistir en la necesidad de incorporar una ética ambiental en la gestión de las empresas, y en general, en nuestras acciones cotidianas y, consecuentemente, en la manera de entender las relaciones con el entono y con los demás. No es suficiente que las encuestas demuestren preocupación por los problemas ambientales; aunque importante es del todo insuficiente. Solo una buena información, una concienciación firme y una decidida voluntad de actuar del individuo así como de los grupos sociales serán instrumentos realmente eficaces para que las simples palabras sean realidades.

La salud del medio es un punto de referencia muy significativo en las sociedades occidentales cuando queremos valorar el grado de civilización de los grupos sociales. Sin embargo esta es una idea que hemos asumido recientemente, a pesar de que las sociedades preindustriales, ya tenían la intuición.

Hasta los años setenta en las sociedades desarrolladas existía una especie de negación racionalizada contraria a las políticas ambientales, frecuentemente considerada innecesaria y alarmista, incluso motivada por una atribución de contenido político supuestamente antagónico a la economía de mercado. La idea dominante era que las industrias y los servicios significaban progreso y no eran perjudiciales para el medio, sino todo lo contrario, excepto cuando se producían accidentes imprevistos. Txernobil, Three Mile Island o Seveso serian algunos de los casos más paradigmáticos. De igual forma los países de la Europa del Este consideraban, hasta hace bien poco, que el deterioro del medio ambiente era un precio razonable que tenia que pagarse para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El aislamiento i la tozudez dogmática no les permitía entender que un medio bien conservado es justamente una señal que identifica las sociedades con elevada calidad de vida. Las cosas no iban demasiado mejor a las naciones del tercer mundo como el Brasil –país anfitrión el año 1992 de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo-. Durante los años sesenta el ministro brasileño de Economía i Finanzas, en una reunión con internacionales dijo: ”Venid a contaminar con nosotros”. Aquel político como tantos otros de países en vías de desarrollo consideraban entonces que las necesidades de

inversiones tenían prioridad sobre el deterioro del medio ambiente, que se tenía por un factor totalmente secundario. Dentro de este marco muy permisivo, se tomaban riesgos sin medida.

Pero las cosas cambian, a principios de los años setenta por iniciativa de los grandes grupos industriales que por razones de imagen y también como estrategia diferencial de identidad respecto la competencia, impulsan la etapa de aquello que podríamos llamar terapéutica tímida. Bajo la presión de la opinión pública y de los grupos ecologistas cada vez más bien informados y activos, especialmente en países del norte de Europa y los Estados Unidos, empieza a revisarse la legislación.

Los responsables de los grandes grupos industriales y de los servicios se dotan de medios técnicos y desarrollan métodos más eficaces para luchar contra la contaminación. De esta forma surge con fuerza la idea que las empresas son responsables no solo de aquello que pasa dentro de sus instalaciones, sino también de su medio. La gestión del riesgo mueve las primeras acciones ambientales de las empresas muy contaminantes o peligrosas. La administración de los países con una sociedad más concienciada inicia tímidamente políticas ambientales. Paralelamente, se desarrollan métodos para afrontar los numerosos problemas técnicos y teconológicos asociados a la gestión del medio ambiente.

Durante la década de los años ochenta, en las naciones de vanguardia se empieza a conocer cada vez más el alcance del deterioro del medio y surge el concepto de gestión responsable de la empresa. Algunos

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empresarios toman la iniciativa, no sin dificultades dada la proliferación de leyes y reglamentos, frecuentemente contradictorios que impulsan los legisladores.

Las políticas de recursos humanos intentan sensibilizar los trabajadores de todos los ámbitos respecto de las responsabilidades individuales o colectivas con el medio ambiente. Los presupuestos empiezan a anticipar el esfuerzo financiero necesario par conservar i mejorar el medio. Los responsables de marketing comunican y otorgan un valor añadido al esfuerzo ecológico de la empresa. En definitiva, la estrategia verde llega, aunque lentamente y con muchas dificultades, al corazón de la empresa.

El medio ambiente y la empresa son el único ecosistema

La naturaleza y la industria juegan finalmente en el mismo equipo. La oposición tradicional entre ecosistema industrial y ecosistema naturaleza es un error. La actividad industrial del hombre no se opone a la naturaleza sino que aquella forma parte de esta y, en un proceso dinámico, se adaptan mutuamente. El hombre de empresa responsable empieza a ser consciente de la existencia de un único ecosistema con recursos limitados.

El empresario es propietario y responsable de una pequeña parcela de este ecosistema común. Ciertamente, necesita de instrumentos y metodologias para poder asumir esta responsabilidad. La administración ha de tener un papel protagonista en el establecimiento del coste de reposición del “capital naturaleza” así como proporcionar información, recursos técnicos y humanos, financieros y comerciales en la investigación y desarrollo para facilitar la tarea de las empresas. Pero la realidad es que hoy en día muchas empresas –sin ir más lejos en Cataluña mismo- aún son reticentes en considerar el factor ambiental como un elemento más de la gestión. Manteniéndose la ficción de un ecosistema naturaleza opuesto al ecosistema industrial enmarcado dentro de una dialéctica ataque-defensa. Evidentemente, el empresario es defensor “parcial” del ecosistema industrial, actúa a la defensiva y, en general, considera la situación del ecosistema naturaleza como una tarea que no le incumbe.

El empresario considera, lleno de orgullo, que crea riqueza para el país, pero en no descontar el coste del deterioro ambiental que puede comportar su actividad no se da cuenta que también crea pobreza. La confrontación dogmática entre los industriales que contaminan y los defensores dogmáticos de la naturaleza no es el mejor camino. Esta dialéctica lleva a un circulo vicioso, que aumenta la desconfianza de los hombres de empresa, los cuales solo integran el factor ambiental en la gestión presionados por la legislación y los reglamentos.

Hay otra razón que alimenta la desconfianza de las empresas. Los gestores acostumbran a ser personas pragmáticas que en el momento de tomar una decisión quieren tener los instrumentos, la metodología y la formación necesarios para poder afrontar las nuevas fórmulas de gestión. Se ha de reconocer que hay dificultades en este ámbito, una de las cuales corresponde al campo de la formación. Los instrumentos provienen de las ciencias de la vida y de las tecnologías aplicadas basadas en estos conocimientos. La incorporación de esta información a la empresa no es nada fácil, por esto la administración tiene la responsabilidad de abrir canales y establecer mecanismos para resolver esta deficiencia. La licenciatura en ciencias medioambientales de orientación pluridisciplinar, que se puede cursar en la Universidad Autónoma de Barcelona, es un primer paso para nutrir de gestores ambientales las empresas y las instituciones públicas.

Los gestores “verdes” saben que el medio ambiente que rodea la actividad humana ha sido, es y será consecuencia y creación de esta. Desde siempre consciente o inconscientemente, el hombre ha

planificado, ha dado forma y ha administrado la naturaleza. Cuando se llega, sin embargo, a situaciones de degradación como la actual, es esencial que se introduzca la idea de concienciación y responsabilidad en la actividad humana.

La irresponsabilidad o inconsciencia del pasado ha de ceder el paso a nuevas formas de gestión y de responsabilidad colectiva por parte de todos los actores que participan en el equilibrio del planeta Tierra. El papel de las industrias es fundamental en este nuevo escenario. Empresa y medio ambiente pueden estar en conflicto, pero muchos expertos convienen en afirmar que se pueden encontrar soluciones técnicas para resolver, total o parcialmente, los efectos negativos de la industria sobre el medio. La tecnología, no obstante, no acostumbra a ser ni neutra ni imparcial con el medio ambiente; por esto el gestor “verde” tendría que mantener un sentido crítico en la aplicación de la tecnología.

La percepción social de la importancia de los problemas ambientales aumenta. Una encuesta realizada en Francia a más de tres mil técnicos de industrias revela que un ochenta por ciento de las personas

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La realidad es que los actuales gestores de las empresas y del sector de servicios, como también los cargos públicos, provienen de una generación con escasa cultura del medio ambiente. La misma universidad no ha sido capaz de asimilar y transmitir una cultura de respeto generalizada al medio ambiente. En consecuencia, en la toma de decisiones, con frecuencia no se dispone de suficiente bagaje en tres cuestiones fundamentales.

• En primer lugar, en la capacidad de especificar las acciones necesarias para conservar el medio.

Ciertamente, el medio ambiente es un sistema interactivo complejo que solo puede ser comprendido a través de un enfoque interdisciplinario. Aún no se ha impuesto en las empresas la costumbre de consultar a los expertos sobre una decisión que tenga por finalidad aminorar o eliminar los efectos sobre el medio.

• En segundo lugar, la falta de instrumentos acertados para gestionar el medio ambiente. En muchos

casos, los conocimientos y los instrumentos existen pero hace falta enseñarlos y llevarlos a la práctica.

• En tercer lugar, en la falta de sabiduría y habilidad para negociar el tipo de medio que se desea,

partiendo de la premisa que nadie tiene el monopolio del medio ambiente.

Todos los actores sociales –el industrial, la administración, los responsables de las asociaciones locales, los grupos de presión ecologistas- tienen que negociar conjuntamente el diseño del medio que recibirán las futuras generaciones.

Asumiendo la idea del espíritu negociador como guía de acción y la persuasión frente la imposición, se podrán encontrar muchos puntos de acuerdo entre los objetivos de la economía y las finalidades de la ecología. Solo mediante el dialogo se podrán superar los obstáculos para conseguir fundir estos dos intereses.

El primer obstáculo reside en los hábitos humanos. La mayoría de los hombres transfieren la

responsabilidad de las decisiones que afectan al medio. Por ejemplo, cuando se vierten residuos a los ríos, se depositan basuras en los vertederos incontrolados o se contaminan las capas freáticas.

El segundo impedimento hace referencia a los actuales instrumentos económicos, que no tienen contenido ecológico. El juego de fuerzas entre la industria y el sector servicios, de una parte, y del medio de la otra, se ha decantado siempre en favor de los primeros durante este siglo. Hace muy poco que la voz de los científicos ha despertado la conciencia sobre la degradación del medio; el juego de fuerzas se empieza a equilibrar.

Las industrias y los servicios han sido diseñados sin considerar el factor ambiental y son las fuentes de los desequilibrios actuales. Pero al mismo tiempo, son los actores esenciales para hacer posible el reequilibrio del sistema ecológico.

Asumir la responsabilidad del ecosistema mundial que concierne a cada uno requiere –además de ciertas dosis de imaginación- instrumentos, tanto de diagnóstico como para la realización de acciones concretas. De acuerdo con esto, para que la empresa pueda aplicar una estrategia verde de forma viable deberían de replantearse algunos de los modelos económicos imperantes. Hoy en día aún se vive de hipótesis

concebidas a fines del siglo XIX i principios del XX que no son válidas para la economía actual. Hace falta una revisión a fondo de los sistemas económicos que incorpore el factor ambiental. Una primera medida seria dejar de considerar como bienes libres y sin valor los recursos principales para la vida, como es el caso del agua y de la atmósfera.

Es evidente que un escenario económico nuevo, más considerado con el medio, pide un nuevo modelos de empresa.

Un nuevo modelo de empresa

A los modelos tradicionales de gestión y planificación de la empresa les hace falta eficacia desde un punto de vista ambiental. A la idea de la empresa como un engranaje coherente de individuos y grupos con una única identidad y un único objetivo, encerrada en si misma y despreocupada de las

externalidades, va abriendose camino la idea de empresa con una preocupación social no solo por su medio inmediato sino por las consecuencias ambientales del uso de sus productos.

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• De definición de la imagen que la empresa puede y quiere dar de sus productos; reconocer los

servicios que la empresa quiere ofrecer para preservar o mejorar el medio ambiente, y situarla frente de la competencia.

• De potenciación de la gestión del riesgo ambiental en las industrias, que incluye no solamente

técnicas físicas sino también técnicas jurídicas y financieras.

Este tipo de gestión es herencia de métodos tradicionales de control de calidad y de seguridad, y ya ha adquirido un notable desarrollo en los sectores industriales más activos.

• De identificación de las responsabilidades ambientales, de acuerdo con la ley y los reglamentos tanto

en sus aspectos jurídicos como financieros.

• De adopción de las metodológicas de la auditoria ambiental, que está llamada a tener un importante

impulso en los próximos años.

• De intensificación del esfuerzo de formación en el área de los recursos humanos. La mayoría de grupos industriales y de las empresas no tienen clara la estrategia que se ha de aplicar en la

formación ambiental o tienen escasa experiencia y no disponen de buenos profesionales expertos en medio ambiente. En este campo, tanto las instituciones como las escuelas de formación pueden tener un papel fundamental.

• De promoción continuada de la investigación y desarrollo de los procesos de producción,

especialmente en los sectores con más riesgo, y potenciación de las estrategias de tecnologías alternativas que no afecten el medio ambiente y que garanticen el ahorro de recursos y de energía. No podemos, sin embargo, olvidar el control y sentido crítico sobre las actividades de investigación de los sectores industriales emergentes, caso de las biotecnologias, que frecuentemente pueden ser una amenaza para el medio. Así mismo, se ha de pedir mayor responsabilidad e inversiones en

investigación y desarrollo en sectores considerados tradicionalmente no contaminantes. Es el caso de las oficinas, la banca, o el turismo, entre otros.

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DIRECCIÓN DE EMPRESA RESPETUOSA CON EL MEDIO AMBIENTE

En Junio de 1992, en el marco de la Cimera Mundial por el Medio Ambiente y el Desarrollo (Earth Summit) de las Naciones Unidas en Rio de Janeiro los principales países industrializados del mundo acordaron gestionar con más responsabilidad y de manera racional los recursos naturales de la Tierra. El concepto de esta nueva práctica es el llamado desarrollo sostenible (Sustainable Development), que podríamos reconocer como las prácticas morales, económicas y tecnológicas para que la evolución de cada generación no comprometa la capacidad de la Tierra y amenace la supervivencia de las futuras generaciones.

La “crisis ecológica de la economía de mercado” ya ha forzado, como consecuencia un impulso notable de la legislación ambiental. La cual cosa hace que los gastos para medidas de control ambiental se incrementen constantemente. Dejando entrever la necesidad de un cambio en la estructura empresarial que se fundamente en la compatibilización con los requerimientos del medio natural.

El mercado de la tecnología ambiental tenia a principios de los años noventa un volumen de ventas aproximadamente de 7.225 millones de pesetas en la Europa Occidental. Para el año 2.000, según las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), esta cifra llegará a los 10.625 millones de pesetas, aunque otros pronósticos prevén un crecimiento superior. Solamente en el Estado español, durante el año 1993, la industria del sector tecnológico ambiental ha tenido un volumen de facturación del orden de los 300.000 millones de pesetas. Desgraciadamente, la situación del medio ambiente a escala mundial no presenta signos de recuperación; sino todo lo contrario, la falta de una visión global de los problemas que lo afectan y la poca habilidad colectiva en la indagación de soluciones también globalizadoras hace que el planeta cada vez sufra más impactos producidos por la humanidad.

Hasta el momento, en el ambito de la protección del medio ha regido el concepto de la prevención del efecto contaminador en el último momento, conocido en inglés por end-of-pipe (al final de la tubería). Es decir, en lugar de minimizar y evitar la producción de sustancias contaminantes en los procesos productivos, se ha intentado neutralizar la contaminación con soluciones tecnológicas. Las instalaciones de filtraje serian un buen ejemplo de la tecnología end-of-pipe, ya que solo posponen en el tiempo el problema de fondo. Por ejemplo, el año 1993, en las plantas de depuración de aguas de Cataluña, la cantidad de fangos residuales era de 2.9 millones de toneladas, las cuales mayoritariamente eran

depositadas en vertederos*. El quid de la cuestión en este ejemplo sería que las empresas y los ciudadanos predepurasen las aguas de forma que en las depuradoras la producción de fangos fuese mínima. En algunos sectores, las estrategias de reducción de residuos exitosas hacen aguas cuando se incrementa la producción. De esta manera, dirigir una empresa de forma que sea respetuosa con el medio natural significa tener una visión global de la actividad empresarial y ser curoso desde el primer momento con las variables ecológicas. Faltan nuevos planteamientos que conduzcan a estrategias integrales de conservación ambiental innovadoras, sostenibles y con visión a largo plazo. Unicamente de esta manera se podrán desarrollar conceptos socioeconómicos eficientes, que sirvan a las generaciones futuras, y que no vengan impuestas.

* N del T: Hay que remarcar que desde el año 1994, la Junta de Saneamiento de la Generalitat de Cataluña ha elaborado un Plan de tratamiento de los fangos de las depuradoras de aguas residuales urbanas para aprovechar los fangos en aplicaciones para la construcción y la agricultura.

1.- El medio ambiente: tercer factor de la economía

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que fundamenten el respeto por el medio natural en la planificación de los objetivos de la empresa, es decir, en la cultura empresarial. La decisión de gestionar las empresas con criterios respetuosos con el medio ambiente aún ha de ser tomada en muchos casos, pero la consciencia de su necesidad aumenta. En definitiva, el desequilibrio ecológico no solo se manifiesta a nivel global, sino que también tiene una incidencia local y puede llegar a poner en peligro las bases existenciales sobre las que descansa la actividad empresarial. Estos temores se hacen explícitos en las afirmaciones de personalidades

internacionales relacionadas con el mundo de la empresa, como por ejemplo Tyll Necker, presidente de la Asociación Federal de la Industria Alemana (BDI)

Estrategias de conservación ambiental integrales

La característica principal de una estrategia integral de conservación ambiental es evitar preventivamente los daños al medio. El quid de la cuestión en la preservación ambiental a nivel industrial es eliminar los perjuicios ecológicos resultantes de la producción en su origen y no al final del proceso productivo, que es el caso de tecnologías end-of-pipe como pueden ser por ejemplo el caso del catalizador de los coches o los sistemas de fitrage de las chimeneas. Los criterios para desarrollar estrategias integrales han de ir orientados a:

• Priorizar la función de los bienes en lugar de la utilidad del producto

• Potenciar la reutilización de los materiales.

• Reducir las clases de los materiales utilizados.

• Aplicar nuevas tecnologías de producción que incorporen sistemas adaptables y ampliables que se basen en familias de piezas

estandarizadas y recambios con composición homogénea de materiales.

• Incrementar la eficiencia de los recursos naturales y de la energía.

• Sustituir las fuentes de energía no renovables por otras de renovables.

• Aumentar la vida útil de los productos.

• Manufacturar en concordancia con el tratamiento postuso.

• Eliminar los productos y compuestos peligrosos para el medio ambiente.

Que evidenció esta realidad con las siguientes palabras”: La conservación del medio ambiente se ha convertido, junto con el trabajo y el capital, en uno de los factores clave de la economía”. Esta sentencia es correcta en dos sentidos, porque la preservación del medio no solo nos asegura la propia existencia a largo plazo, sino porque, al mismo tiempo, se ha convertido en un factor determinante para la aceptación social de la actividad económica. Por esto es necesario impulsar estrategias empresariales que respetando los criterios de conservación del medio, aseguren a largo término el éxito empresarial. Este punto ya fue considerado por la Cámara de Comercio Internacional (CCI) el año1974, publicando las Directrices de conservación del medio ambiente para empresas. Con motivo de la Segunda Conferencia Industrial Mundial para la Gestión Ecológica, el 1990, la CCI preparó entonces la Carta para un desarrollo

sostenible a largo plazo-principios de la gestión ecológica, que sirve de orientación a las empresas de

todo el mundo. No podemos dejar de aludir entre los documentos relevantes en este sentido para las empresas la Declaración de Tutzing, hecha en el municipio alemán del mismo nombre el 1989 por representantes políticos y empresariales con el soporte expreso de la Asociación Federal de la Industria Alemana.

Esta declaración arranca de la premisa que la conservación del medio ambiente se ha convertido en un factor clave de competitividad en el mundo empresarial. Significando que, como consecuencia del incremento generalizado de la conciencia ambiental, las técnicas de producción y los productos contaminantes repercuten negativamente en la imagen pública de la empresa y disminuyen el atractivo para los inversores o técnicos especializados. En contraposición, los productos respetuosos con el medio han alcanzado un volumen considerable en los últimos años, en términos globales mantienen un índice de crecimiento anual superior al 10%.

Gestión y ecología

Riesgos:

1. Unión Europea. 2. Impuestos.

3. Evaluaciones de impacto ambiental. 4. Gastos.

5. Cargas ambientales pasado. 6. Opinión pública.

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10. Nuevos planteamientos. 11. Política.

12. Gestión de proyectos.

13. Jornada laboral y medio ambiente. 14. Atractivo/Imagen.

15. Motivación de los trabajadores. 16. Nuevos mercados.

17. Ventajas de Costes. 18. Impuesto ambiental.

19. Innovación productos/ procesos. 20. Responsabilidad ambiental. 21. Déficits de ejecución. 22. Demoras de aprobación. 23. Responsabilidades de producto

Posibilidades

Declaración de Tutzing para la práctica de una política empresarial respetuosa

con el medio

1. Una política empresarial respetuosa con el medio es una contribución para garantizar el futuro del medio ambiente y de la empresa.

2. La conservación del medio ambiente es parte integrante de la política de empresa. 3. La conservación del medio ambiente es un objetivo de la dirección de empresa.

4. La política de empresa respetuosa con el medio afecta a todos los ámbitos de la empresa.

5. El respeto al medio ambiente dentro de una empresa tiene como objetivo encontrar soluciones para evitar o minimizar los impactos ambientales.

6. La política de empresa respetuosa con el medio tiene en cuenta los trabajadores/as.

7. La política de empresa respetuosa con el medio exige credibilidad, tanto interna como externa. 8. La política de empresa respetuosa con el medio aprovecha las ventajas para el mercado implícitos en

el incremento de la concienciación ambiental colectiva.

9. La política de empresa respetuosa con el medio es parte de la corresponsabilidad empresarial en la economía social de mercado.

10. La política de empresa respetuosa con el medio tiene el soporte de una armonización internacional de las exigencias ambientales y de una política nacional que amplia las posibilidades de las empresas para encontrar soluciones innovadoras con relación al medio.

La conciencia ecológica hoy en día ya no es tan solo patrimonio de unos pocos que, a través de iniciativas ciudadanas o asociaciones ecologistas, representan este objetivo social y político. El consumidor también espera de las empresas una concienciación para con la problemática ambiental.

Una motivación importante para un equipo directivo en una empresa respetuosa con el medio es reducir la prevención del riesgo ambiental interno o propio y externo. Si una empresa, por ejemplo, sustituye un producto contaminante por uno que no lo es, prevé una caída del mercado delante de un cambio en los hábitos de consumo de la población (minimiza el riesgo interno).

Igualmente, evita el pagar cánones de saneamiento por su línea de productos y reduce el pago económico y los riesgos de responsabilidad civil o penal (evita el riesgo externo).

2.- Conservación del medio ambiente y rentabilidad.

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los gastos ecológicos que en un futuro aparecerán como resultado. La exigencia, aceptada hasta hoy, de no hacer pagar a terceros la reparación de los daños ambientales también es válida para las empresas. Las empresas tienen que asumir el coste ambiental global de su actividad (internalizar el medio ambiente) para lo cual han de reestructurarse y aumentar la eficiencia energética y de las materias primeras, e intentar cerrar los ciclos de todos los productos y subproductos que surgen durante el proceso de fabricación.

Actualmente, vuelve ha haber una tendencia de incremento en el precio de las materias primas, debida principalmente a imposiciones fiscales. Por esto, una empresa que planifique con visión de futuro económica y ecológica intentará evitar los gastos generados por el impacto ambiental que supone la extracción de recursos y la deposición de subproductos y de residuos contaminantes. La afirmación que la conservación del medio ambiente por parte de la empresa genera gasto solo es cierta en una valoración muy superficial. Hay numerosos ejemplos prácticos del mundo empresarial que demuestran que las inversiones en medidas de tipo ambiental conducen a un importante ahorro energético y de recursos, la cual cosa supone, una reducción en el gasto general. En estos casos podemos hablar de medidas como la cogeneración energética, el ahorro de agua estableciendo circuitos cerrados, etc. Las condiciones marco que imperan en estos momentos pueden modificarse gradualmente por el encarecimiento de la energía y del agua, por los nuevos impuestos ecológicos como el que actualmente se discute a nivel europeo sobre las emisiones de dióxido de carbono, por agotamiento de determinados recursos naturales, etc. La planificación estratégica, en un horizonte a largo plazo, tiene como objetivo determinar las

modificaciones que hay que desarrollar en el ámbito empresarial de acuerdo a las influencias de las políticas ambientales. Obligando a fomentar medidas adecuadas de adaptación, y de acuerdo con estas, ejecutar una política de empresa preventiva y proactiva. La adaptación del comportamiento competitivo empresarial frente de las condiciones marco que lo modifican se lleva a cabo a través de medidas que son iniciativa propia de la empresa y que mejora su posición respecto de los competidores. Si se pretende obtener una posición consolidada de mercado y una optimización de beneficios permanentes a largo plazo, únicamente la compatibilización de las exigencias ecológicas y los objetivos empresariales de rendibilidad daran garantía a la empresa.

3.- Cultura empresarial ambiental

El término cultura empresarial siempre se replantea en tiempos de crisi; no obstante hay una confusión bastante generalizada sobre su significado real. Nosotros nos referiremos a la totalidad de las normas, opiniones y valores que determinan el comportamiento de la dirección y los habitos de los trabajadores de una empresa.

Las formas de pensar y actuar de los directivos y de los trabajadores siempre tienen una repercusión directa en el rendimiento de la empresa. En consecuencia, la relación empresa-cliente-medio, en una cultura empresarial que aplique un enfoque ambiental implica adoptar la correspondiente estrategia correctora. Significando que, para desarrollar, una estrategia empresarial efectiva de conservación del medio ambiente, las características relevantes de este concepto deben de estar en concordancia con la cultura empresarial. Para promover este espiritu en un primer estadio, la dirección de la empresa ha de demostrar el respeto hacia el medio natural delante los trabajadores mediante la aplicación de medidas internas concretas, ya que los directivos tienen una función ejemplar que deben de asumir.

La conservación del medio ambiente también es una cuestión ética que ha de ser destacada y demostrada para incentivar un proceso de sensibilización a todos los niveles dentro de la empresa. El compromiso implicito de la dirección en este proceso puede darse a través de charlas sobre el tema en congresos, contribuciones en el boletín interno, participación en premios de gestión ecológica de empresas o ser miembro de una asociación empresarial con objetivos de mejora ambiental, por ejemplo el Global Environmental Management Initiative (GEMI). En todo caso, estos son elementos fundamentales de la cultura empresarial ambiental.

La cultura empresarial

Cada empresa es parte de nuestra cultura industrial y esta determinada por esta, pero tambien dispone de su (sub)cultura propia. El término cultura empresarial descrive la esencia interna exteriorizada que caracterizan las prácticas de la empresa. La empresa es entendida como una especie de sistema cultural autónomo, que desarrolla patrones de percepción y orientación inconfudibles, tanto para los trabajadores como para los sectores funcionales vinculados a la empresa. Aunque en la docencia empresarial existan muchas interpretaciones de la acepción, se valoran diversos puntos clave de validez universal para determinar el significado:

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• La cultura empresarial no es una directriz de comportamiento claramente definida i fijada de una empresa, por el contrario se vive.

• La cultura empresarial da unos patrones según los cuales se ha de actuar dentro de una determinada empresa. De esta forma transmite un sentido y orientación a los trabajadores.

4.- La conservación del medio ambiente como objetivo empresarial

Cada vez son más los empresarios catalanes que se dan cuenta de la necesidad de adoptar proyectos para hacer compatible la actividad de la empresa y la preservación del medio ambiente. Para aumentar la credibilidad de una estrategia respetuosa con el medio es necesario que así se refleje en las directrices generales de la empresa.

El señal es claro: la conservación del medio se entiende y se integra como expresión de

responsabilidad social ante la sociedad. Así pues, las directrices generales de la empresa respetuosa con el medio deben de incluir los siguientes aspectos:

• El reconocimiento tácito de la responsabilidad ambiental de una empresa.

• La utilización eficiente y moderada de recursos.

• La busqueda constante de productos procesos productivos ecológicos. • El esfuerzo para alcanzar una estrategia global de conservación ambiental. • La ponderación entre economía y ecología.

Estas directrices empresariales en forma escrita significan un elemento integrador importante para los trabajadores, ya que les da la oportunidad de analizar la política de empresa y, dado el caso,

identificarse.

Directrices empresariales

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Conservación ambiental dentro de la empresa

El punto de partida de una gestión ambiental efectiva es el reconocimiento de la conservación del medio como condición indispensable para la competitividad de la empresa. Solo una gestión respetuosa con el medio que se construya sobre esta base tendrá predisposión para llevar a termino una estrategia empresarial que considere criterios ambientales en todos los ambitos.

Esta noción debe de estar interiorizada por la cúpula directiva de la empresa, ya que unicamente así tiene posibilidades de prosperar. Las propuestas para modificar las estructuras empresariales por regla general han de proceder de la dirección.

Los factores que determinan el éxito de una gestión respetuosa con el medio se basan en los siguientes puntos:

1. La conservación del medio ambiente es parte integrante implícita de los objetivos empresariales. 2. Se ha de garantizar el apoyo y la participación de la dirección de la empresa.

3. Dentro de la empresa se determinan las competencias para solucinar los problemas ambientales. 4. Este concepto se ha de integrar en la política y el progreso empresarial anterior.

5. El proceso se fundamenta mediante medidas de formación de personal apropiadas. 6. Ha de existir predisposición de incorporar, en caso de necesidad, expertos en desarrollo de

organizaciones respetuosas con el medio para asesorar y consolidar el proceso.

Aún no existen modelos de actuación ambiental estandard para las empresas, ya que cada sector productivo tiene una problemática específica. En este sentido es determinante el impulso que pone en marcha el equipo directivo cuando apuesta por un adelanto empresarial respetuoso con el medio. Adoptar un modelo de gestión de la empresa haciendo frente a criterios ecológicos no solo beneficia la conservación del medio natural.

De hecho, la misma metodologia contribuye tambien a hacer que el estilo de gestión sea más participativo, más abierto a las innovaciones o más capaz de tomar decisiones rápidas, dandole una calidad diferente. Orientar la gestión de la empresa a favor del medio ambiente se puede convertir en el detonante para modernizar los métodos y las estructura productivas.

El desarrollo de los últimos años demuestra claramente la importancia de tener en cuenta aspectos económicos y técnicos, así como psicológicos, en el momento de organizar medidas de tipo ambiental. Los conceptos ambientales no pueden ser exclusivos de un departamento concreto, sino que se han de exteriorizar y hacer realidad en todos los sectores de la empresa. Como base de un desarrollo empresarial respetuoso con el medio se concebió el principio dual para una gestión

empresarial respetuosa con el medio ambiente. Este principio se ha mostrado como imprescindible

para que se de una evolución organizativa que tenga en cuenta las necesidades del medio. El principio dual define las condiciones marco para la estructuración y puesta en práctica de conceptos empresariales respetuosos con el medio ambiente, y se basa en las experiencias de empresas medianas. No promueve exclusivamente la optimización técnica y económica, sino también la motivación de los trabajadores y la inclusión del concepto ambiental en la filosofía y comunicación empresarial interna. Se puede evidenciar mediante un ejemplo: para impulsar nuevos productos respetuosos con el medio natural y introducirlos en el mercado, se necesita un acuerdo entre el departamento de marketig y el de investigación y desarrollo. Al mismo tiempo, se ha de formar el personal en questiones relativas a la empresa y el medio ambiente. La dirección empresarial debería de procurar mantener una política informativa abierta.

Aunque esta estructura básica es válida para todas las empresas, se recomienda que en las grandes empresas se cree una comisión ambiental interdisciplinaria. En las pequeñas y medianas empresas se puede recurrir a proyectos de gestión ambiental desarrollados por consultores externos.

1.- Organización de medidas ambientales

Para la organización interna de medidas ambientales son determinantes las estructuras de gestión y, caso de que exista, el coordinador ambiental de la empresa. La preservación del medio ambiente se ha de entender como una tarea integral, que engloba todos los departamentos y sectores de la

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la empresa al nuevo reto. Unicamente de este modo se podrá incluir de forma provechosa la ecología en la estrategia global de la empresa. Si la estrategia ambiental ha de ser aplicada por una institución creada a propósito, hay dos estructuras posibles:

• a través de asesores, o

• mediante el establecimiento de un departamento específico con comandamiento vinculante.

En el caso de las empresas medianas, normalmente se escoge la primera opción, la cual puede ser llevada a cabo por personal interno o contratando los servicios de una consultoria externa. En las grandes empresas, por regla general se instala un departamento específico, que a menudo está directamente relacionado con los de teconología, seguridad en el trabajo o energía.

2.- La figura del coordinador ambiental dentro de la empresa

Los intereses del medio ambiente dentro de una empresa deberian de estar representados por la figura del coordinador ambiental. Los ambitos de actuación más importantes de este cargo son el

tratamiento de los residuos, las aguas residuales y las emisiones en forma de gas. Su posición dentro del organigrama empresarial no está definida, de manera que puede depender directamente de la dirección comercial o administrativa. También es posible que esta función la asuma un servicio externo.

Las funciones del coordinador ambiental son diversas:

• Asesorar e informar el consejo directivo • Controlar si se cumplen las normativas

• Eliminar las responsabilidades legales • Sensibilizar y motivar los trabajadores • Aportar propuestas de mejora ambiental

• Presentar informes de las medidas realizadas

Gracias a la relevancia que tiene el medio ambiente dentro del mundo empresarial, la figura del

coordinador ambiental está cada vez más justificada y empieza a hacer las funciones de un asesor directo de empresa.

En el futuro se formularan numerosas exigencias en relación a la contratación, las obligaciones y la posición del coordinador ambiental. De hecho, se está demostrando la necesidad de optimizar la

organización formal a nivel empresarial en a favor de la conservación del medio ambiente de acuerdo con el aumento de riesgo en este sector. Actualmente ya se pide que la contratación de esta figura empresarial se realice a través de una autoridad independiente y externa, acotando perfectamente su función, derechos y obligaciones, así como la facultad de vetar decisiones del consejo directivo. Además, el espectro de competencias ha de llegar a todos los ambitos de actuación de la empresa que tengan relación con el medio ambiente y ha de llevar a cabo el correspondiente control ambiental interno con la ayuda de un auditor externo experto en temas de medio ambiente. En la actualidad, y aunque la figura del coordinador ambiental no sea obligatoria dentro de la empresa, hay muchas que han integrado este técnico dentro del organigrama de manera voluntaria. Las empresas que han optado por crear esta figura no solo han reconocido la importancia del respeto al medio para asegurar la propia existencia, sino que además han asumido la necesidad de una representación formal para que tengan una función globalizadora. El responsable ambiental da respaldo a los procesos de decisión empresariales con criterios ecológicos en todos los ambitos empresariales para la optimización ambiental dentro de la empresa.

Una función similar al coordinador ambiental la tiene el llamado consejo ambiental de la empresa, que es un figura en franca expansión.

Consejo ambiental de empresa

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3.- Motivación de los trabajadores

La gestión respetuosa con el medio ambiente de una empresa tiene siempre una acogida y un favor absoluto por parte de la mayoría de los trabajadores, ya que la sensibilización de la sociedad hacia los problemas ambientales no solo se limita a la vida privada de las personas. Por esto se puede dar la situación en que empleados de empresas que desatienden los aspectos ambientales, con el tiempo presenten conflictos internos. Hay que comprender la contradicción que supone para un trabajador el hecho que, mientras en su tiempo libre y en la vida privada contribuyan activamente en la conservación de la naturaleza consumiendo productos ecológicos, recogiendo selectivamente los residuos que se generan en el hogar, etc., tenga que desarrollar comportamientos ambientalmente negativos en su lugar de trabajo. Se han hecho encuestas que demuestran que los problemas ambientales y la conservación del medio ambiente se tienen mucho más en cuenta por parte de los empresarios que hace unos años. Con relación al aspecto de la motivación de los trabajadores no hemos de olvidar la protección sanitaria. Las medidas ambientales aplicadas dentro de la empresa normalmente sirven tanto a la finalidad primera para las cuales han sido concebidas, como también para el bienestar y la salud de los trabajadores, Recordemos que, frecuentemente, se sufren alergias y enfermedades laborales producidas por el contacto con

disolventes y otras sustancias tóxicas utilizadas en los procesos industriales.

Conservación del medio como argumento en el momento de la selecciónde personal

Como consecuencia de lo expuesto hasta el momento, la preservación ambienetal por parte de la empresa también puede ser determinante en relación al mercado laboral. Diversas encuestas hechas a licenciados univesitarios han demostrado que empresas químicas y automobilísticas con reputación de contaminantes no tienen la misma probabilidad de obtener trabajadores altamente cualificados como otras que respeten el medio. La mayor parte de los encuestados manifestaron que prefieren trabajar en aquellas empresas que desarrollen una estrategia global ambientalmente sostenible. Y las empresas han de tener en cuenta que para su futuro es imprescindible disponer de los servicios de profesionales cualificados.

Qualificación ambiental de los trabajadores

Una empresa respetuosa con el medio, en el momento de seleccionar personal debería de escoger aquellos trabajadores que, además de tener conocimientos en su ambito profesional, los tengan sobre cuestiones ambientales. En la actualidad, existen universidades, escuelas superiores y técnicas que ofrecen

asignaturas relacionadas con el medio ambiente así como masters o cursos de postgrado. Los trabajadores que hayan aprovechado estas posibilidades de formación, se les puede presuponer una disposición para cumplir los objetivos ambientales de la empresa. Además, esta clase de trabajadores normalmente som más abiertos a innovaciones en el lugar de trabajo. Por esto mismo se recomienda que en la formación profesional dentro de la empresa también se ponga emfasi en los temas relacionados con el medio ambiente.

Potenciación de la identidad corporativa de los trabajadores

La responsabilización ambiental de una empresa no solo presenta interés para los trabajadores potenciales. Las medidas empresariales a favor del entorno sobretodo contribuyen al bienestar de los mismos empleados en el lugar de trabajo. De esta manera se potencia la disposición de los trabajadores en identificarse con la empresa y, en consecuencia, a presentar un potencial de actuación y de

responsabilidad nada despreciable. El personal que es participe de un concepto ambiental dentro de la empresa está más motivado que el resto.

Los factores descritos a continuación son determinantes para la inclusión exitosa de los trabajadores en la adopción de una política ambiental en el marco de la empresa:

1. Motivación orientada hacia la actuacion .

Los trabajadores han de reconocer que la preservación ambinetal no es un pasatiempo, sino que es una opción estratégica de la empresa.

2. Qualificación

A los trabajadores se les ha de transmitir los conocimientos necesarios acerca de las exigencias ambientales adoptadas por la empresa.

3. Potencial

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El compromiso de los trabajadores necesita un feedback, como por ejemplo, una evluación dentro del ambito de propuestas empresariales.

La información como base de la motivación

De toda manera, no se ha de sobrevalorar la motivación de los trabajadores en el momento de transmitir una política de actuación a favor del medio ambiente. Puede haber un abismo entre la disponibilidad de palabra y la participación en la práctica; la mejor manera de salvarlo es mediante seminarios de formación e información. Los trabajadores han de ser informados de cuales son los objetivos ambientales

perseguidos por la direccion de la empresaria y porque en la propia empresa se exigen las diferentes medidas propuestas. O lo que es lo mismo: el personal ha de estar convencido de la necesidad de las medidas aplicadas, ya que solo aquel que conoce el objetivo emprende el camino. Por esta razón es recomendable evidenciar que la conservación del medio primordialmente comporta ventajas para la salud y el ahorro de materia primas. Si se consigue transmitir este mensaje, seran los mismos trabajadores los que haran el posible por respetar las medidas ambientales y reducir, por ejemplo, el consumo de agua, energia y materias primas, Evidentemente, no es posible presentar cada medida dentro de la empresa, pero se recomienda hacer servir y ampliar los canales y medios de comunicación interna para difundirlas y justificarlas. A modo de ejemplo podriamos nombrar el caso del cambio del papel blanco para

fotocopiadora por uno de reciclado. Si se tiene una revista propia, esta puede ser un buen medio. Algunas empresas han instalado un tablón de anuncios ambientales y ha resultado ser una experiencia muy positiva.

Para el éxito de un programa ambiental es importante que los trabajadores se integren en los procesos de toma de decisión correspondientes. En muchos casos son los operarios, técnicos y administrativos quienes tienen los conocimientos sobre los puntos ecologicamente débiles en la empresa. La dirección debería activar sin falta este potencial y aprovecharlo, la cual cosa puede hacerse a través del llamado concurso de propuestas ambientales.

Normalmente, con medidas de este tipo se consiguen dos objetivos: en primer lugar, la empresa potencia la concienciación general respecto la preservación el medio, y seguidamente, la dirección de empresa tiene la posibilidad de establecer medidas ambientales en sectores que si no resultan muy inaccesibles. El día a día nos demuestra que las pequeñas transgresiones de las reglas, la inconciencia y la poca cura junto con la indiferencia son , las acciones que contribuyen sustancialmente en el balance de daños ecológicos. Através de la inclusión de la preservación del medio en el ámbito de propuestas empresariales, los trabajadores salen de su pasividad y pueden aplicar activamente sus conocimientos, habilidades y opiniones para la potenciación ambiental de la empresa.

Ambito de las propuesta ambientales

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Instrumentos de direcionamiento ambiental

Para poder planificar y ejecutar programas ambientales dentro de una empresa, podemos beneficiarnos de diferentes instrumentos. Aún y presentar procesos en parte variables, la premisa inicial para la mayoría de los programas es la misma: se trata de identificar los impactos directos e indirectos de la empresa sobre el medio, Es de acuerdo con este conocimiento que se pueden llevar a cabo las mejoras ambientales. En principio, no obstante, la introducción de estos instrumentos ha de servir para fomentar la preserváción del medio por parte de la empresa a largo plazo. Con la aprovación del Regamento de la Unión Europea sobre la Ecoaudit, el 23 de Marzo de 1993, relativo a las auditorias ambientales voluntarias para

empresas, la legislación ha apostado también por la estandarización y el control permanente de la gestión respetuosa con el medio.

Los instrumentos de orientación ambiental son especialmete importantes para el empresario en relación a medidas e inversiones de amplio alcance. Através de estos instrumentos se obtienen los criterios para facilitar la toma de decisiones atendiendo los datos ambientalmente relevantes.

Solo mediante la aplicación de estos instrumentos de orientación se pueden tener en consideración de manera sistemática los aspectos ambientales en la actuación empresarial y determinar los margenes de maniobra en las decisiones y actuaciones relacionadas. Únicamente aquellas empresas que constaten los puntos débiles y los potenciales de optimizacion pueden introducir las medidas correctoras

correspondientes.

1. Directivas para las compras y listas de proveedores

La economía de materias tiene un papel primordial para conseguir una estrategia de conservación proyectada al futuro. Es en este estadio donde se encuentra la clave para la compatibilizaición ambiental tanto de los procesos productivos como de los productos: concretamente, en la utilización sostenible de las materias primas. Se trata de minimizar las materias utilizadas y sobretodo, que la compra de materias primeras, materias accesorias, de producción y preproductoras sean respetuosas con el medio ambiente, En definitiva, que todos los productos usados puedan ser elaborados, aplicados, tratados y degradados sin poner en peligro el medio. Para poder estructurar las compras de manera respetuosa con el medio, se ha de evaluar el impacto ambiental causado por las materias primeras o preproductos y tener en cuenta todos los efectos ambientales de los productos en cuestión, ya sea en su obtención, transformación on en el tratamiento final despues de ser utilizados. Según los resultados se elaboraran criterios de decisión que seran transmitidos a los suministradores o proveedores como directivas de compra.

Una utilización sostenible de materiales también significa optimizar existencias, la cual cosa implica calcular exactamente las necesidades en cada momento y trabajar con una cantidad cuanto más pequeña mejor de los recursos usados. En consecuencia, una gestión de materiales activa no tan solo favorece el desarrollo sostenible, sino que también es determinante des del punto de vista de la minimización de costes. Así resulta que para muchas empresas, en el momento de hacer un inventario detallado de los materiales realmente necesarios, surgen potenciales de racionalización y reducción de costes

considerables. Esto demuestra que la aplicación de criterios de sostenibilidad en el uso de materiales elimina problemas ambientales, que después se hacen constatables en la producción , utilización o tratamiento final de los productos. Sin embargo, para que estos criterios sean exitosos hay que disponer de un registro sistemático de las materias primas, accesorias y de producción adquiridas. El fabricante ha de hacer valer su influencia frente del proveedor; el hecho de exigirle listados sobre la composición de los productos suministrados puede tener como consecuencia la adopción del uso de sustancias no

impactantes para el medio.

2. Balance ecológico de empresa

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control ambiental. Mientras que en algunos casos se centran en los trabajos llevados a cabo dentro de la empresa, en otros se hacen inventarios de existencias comparables a los utilizados en el plano contable. En este ambito hay tanta divergencia de metodología como de terminología : cuando unos hablan de informe ambiental, los otros lo hacen de balance ecológico de empresa. Además, el termino balance ecológico tiene diversas acepciones, ya que puede referirse una empresa, a un producto concreto, a una linea de productos, etc. Dejando a parte las discusiones metodológicas, la estructura básica de los invetariados ecológicos hechos en una empresa siempre es similar. En Alemania esto ha sido posible gracias al impulso de un balance ecológico empresarial que ha establecido las bases para variaciones futuras, llevado a cabo por la Investigación Económica Ambiental.

Metodologia para la determinación de datos en el balance ecológico empresarial

Diferenciar los materiales comprados en las categorias de materias primas, accesorias y de producción, así como energia y agua. Contabilizar los materiales y productos como habitualmente se hace en los planos contables comerciales: productos, sustancias y materiales comprados en el apartado de entradas y los productos elaborados como salidas.

Clasificar los materiales y productos según las sustancias de la composición química y el grado de impacto ambiental.

El punto de partida de un balance ecológico es el hecho deentender que todo agravio causado al medio es provocado por la explotación y transformación de los recursos naturales. El registro sistemático de estos procesos y de las materias implicadas dentro de una empresa, logicamente, es la base para el balance ecológico. Por esto, el punto esencial de cualquier valoración ambiental realcionada con procesos empresariales es observar todos los flujos de materiales y de energía dentro de una empresa. Un balance ecológico empresarial completo está formado por cuatro balances parciales: el balance de entradas y salidas, el balance de proceso, el balance de producto, y el balance de inventario.

El primer paso consiste en el balance de entradas y salidas, que contabiliza las entradas y salidas totales de materias durante el año. En el apartado de entradas, naturalmente, se incluyen, a parte de las cantidades correspondientes a materias primas, accesorias y de producción, los preproductos, el consumo de agua y energía.

En el apartado de salidas también encontramos, a parte de los productos elaborados, las aguas residuales, los residuos banales y industriales, las pérdidas térmicas y también las emisiones gaseosas. Este balance de entradas y salidas es frecuentemente llamado balance empresarial para diferenciarlo claramente del balance ecológico de producto.

El balance de proceso, como segundo paso del balance empresarial global, define perfectamente todos los procesos productivos y pudiendo identificar sus puntos débiles y fuertes desde una prisma ambiental. Su misión es dar transparencia en la actividad empresarial mediante el establecimiento de la cantidad de energía utilizada, y la de residuos y emisiones producidas en cada una de las fases de producción. Así, este analisi se convierte en una condición necesaria para la optimización ecológica del proceso productivo.

Con la ayuda del balance de proceso se puede modificar, por ejemplo, un paso productivo en el cual se tenga que utilizar proporcionalmente mucha energía.

Los balances de producto, como tercer punto del balance empresarial, tienen como objetivo determinar la compatibilidad ambiental de productos concretos. En este caso también se tienen en cuenta fases previas o posteriores al proceso empresarial propiamente dicho, como puedan ser la obtención de materias primas, el transporte o tratamiento de residuos. Este tipo de estudios se llaman analisi del ciclo de vida, y determinan los efectos ambientales que tiene un producto des de su nacimiento hasta su tumba, es decir desde que se inicia el proceso de fabricación hasta que se vuelve inservible y se convierte en rechazo o consideramos que vuelve a utilizarse posteriormente para nuevos procesos. Es así como la empresa consigue un conocimiento real de los efectos nocivos que sus productos tienen sobre el medio ambiente. El cuarto balance es el balance de inventario, que determina las existencias de la empresa y las valora desde un punto de vista ecológico. En este apartado se incluye el parque de maquinaria, los edificios y la superficie empresarial; hay que poner emfasi, especialmente, en aspectos como puedan ser la superficie asfaltada o cimentada de los terrenos, la contaminación de los suelos o los residuos tóxicos enterrados en tiempos pasados.

Unicamente los cuatro balances en su conjunto configuran el balance ecológico empresarial, a pesar que en muchos casos se les da esta categoría por separado.

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colaboración del Instituto para la Investigación Ambiental, ha elaborado un sistema propio para valorar la relevancia del medio para una empresa, se trata de la escala ABC.

Para valorar los puntos debiles normalmente se elabora un catálogo de medidas jerarquizado según una priorización ambiental, que será determinante en el momento de aplicarse. La ejecución de un balance ecológico solo tendrá sentido y será efectiva si está integrada en el funcionamiento empresarial. Esto significa que, de una parte, se deberá adaptar el proceso de datos y información a las exigencias del balance y, de la otra, la dirección deberá aprender a utilizar este instrumento como fundamento para la planificación. Si las dos premisas se cumplen, la empresa se encuentra en el mejor camino para conseguir un control ambiental integrado y funcional. Para que así ocurra, será imprescindible que las medidas adaptadas sean evaluadas de acuerdo con su efectividad y eficiencia.

Generalmente, se pide sobre la utilidad que tienen para la empresa las medidas ambientales y se les exige una rendibilidad que se pueda medir inmediatamente. Tal vez haya que insistir en el hecho que entre todas las medidas potenciales de ahorro posibles, el balance ecológico da respuestas concretas a las soluciones más idoneas. A parte de su importancia para aspectos empresariales internos, el balance ecológico es especialmente útil para que la empresa tome una posición ante de la opinión pública y, por lo tanto, para contribuir al soporte para que una comunicación de riesgo sea exitosa.

• El balance ecológico ofrece a la dirección de la empresa, en todo momento, una visión global de

todos los procesos empresariales relacionados con el medio ambiente, así como una base de planificación para futuras medidas ambientales necesarias.

• La dirección de la empresa tiene al alcance un instrumento que sirve para prevenir riesgos y hacer

analisis de seguridad, que puede ser utilizado como sistema de prealarma ambiental,

• El balance ecológico permite valorar procesos empresariales des de puntos de vista ambientales,

hacer que los resultados sean transparentes, así como documentar con credibilidad el objetivo empresarial de la conservación del medio.

• A escala empresarial interno, no debemos nunca olvidar de incluir a los trabajadores en la estrategia

ambiental, ya que estos son vitales cuando queremos potenciar la identificación corporativa.

• De cara al exterior el balance ecológico se ha de difundir como una estrategia de conservación

integral dirigida a los clientes, a los vecinos, a la opinión pública, y también a competidores.

La escala ABC

La escala ABC ens un sistema de valoración ecológica para determinar los puntos débiles dentro de la empresa, fijandose criterios par evaluar los efectos sobre el medio ambiente. El criterio principal es observar si se cumplen las normativas ambientales. Diferenciándose las categorias:

A = no se cumplen las normativas. B = se preveen nuevas exigencias legales.

C = empresa de acuerdo con la normativa vigente; no se preveen nuevas exigencias legales.

Un incremento de los casos A indica una necesidad de actuación especialmente importante, mientras que en los casos B, esta necesidad de actuación es a medio plazo; los casos C, finalmente, son neutros para el medio ambiente. Con esta valoración, la escala ABC quiere servir de orientación a la empresa en la planificación estratégica. Además, en el sector operativo se puede garantizar que las decisiones tomadas gracias a la ayuda de estos datos tendran efectos positivos sobre el medio ambiente. Otros criterios para la comprobación de la relevancia ambiental son: las exigencias de la sociedad, las afectaciones ambientales por incidencias potenciales, la toxicidad, los costes ambientales internalizados, los perjuicios ambientales en pasos previos o posteriores, el reciclaje y el consumo de materias.

3.- Control ambiental

Insistimos que la piedra angular del control ambiental es el balance ecológico, ya que suministra la base sistemática para ampliar, en caso de necesidad, el sistema de información de la empresa, instaurar la prospección de datos en los diferentes departamentos de la empresa, así como integrarse plenamente al Plano de gestión empresarial. Una parte del control ambiental implica la elaboración anual de un informe ecológico (environmental report). Sin embargon, no debe de caerse en el error de pensar que el hecho de llevar a cabo este estudio ya implique un control ambiental correcto. Un control ambiental estricto y riguroso comporta más exigencias:

• El cumplimiento de las exigencias ambientales en todos los ambitos de la empresa y en todos los niveles jerarquicos,

• La inclusión de criterios ambientales en todas las decisiones empresariales.

• La adecuación de toda la organización empresarial, con los instrumentos de planificación y control,

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Valores ecológicos absolutos

Para sintetizar la gran cantidad de datos en cifras concretas y, de esta manera, dar a la dirección directrices concretas para optimizar los procesos productivos, se utilizan, complementariamente a la valoración de datos económicos, valores ecológicos absolutos. Los valores ecológicos absolutos permiten determinar si es posible introducir mejoras ambientales respetando el desarrollo económico.

Para conseguirlo es una condición indispensable que los datos del balance ecológico no queden archivados una vez finalizado el análisi, sino que se integren como base de la planificación en la gestión empresarial. En muchas empresas esta creciendo en estos momentos la aplicación técnica de una planificación basada en el control ecológico.

En definitiva no resulta fácil procesar informáticamente la gran cantidad de datos sin que finalmente nos encontremos con una solución parcial. El objetivo de los esfuerzos de los expertos es que los diferentes departamentos de la empresa introduzcan continuamente sus datos en el sistema, donde seran procesadas y almacenadas así como utilizadas en cualquier momento por las diferentes secciones.

Una aplicación verdaderamente efectiva del control ambiental no depende solamente de la solución de los aspectos técnicos, sino, y de forma más importante del proceso de aprendizaje de la empresa y de sus trabajadores. Unicamente cuando la exigencia de considerar los efectos ambientales de cualquier decisión sea una premisa básica para toda persona y a todos los niveles, el control ambiental será efectivo. Entonces, tal como ocurre en el sector financiero, se podrá predecir el alcance de los objetivos, dirigir selectivamente un proceso y elaborar una cuenta de beneficios y pérdidas ecológicas, Por esto son útiles lo que llamamos valores ecológicos absolutos. Esta es la medida que hace que el medio ambiente sea operativo para la empresa.

Por ejemplo, en el balance ecológico de una panificadora, se determinaron los valores ecológicos absolutos siguientes para hacer un kilo de pan:

Consumo de energia 4.0 megajoules

Consumo de agua 1.2 litros

Cantidad de residuos 7.6 gramos

Emisiones de CO2: 245 gramos

Distancias recorridas 0.13 kilometros

4.- Auditoria ambiental

La auditoria ambiental , tal como la prevee el reglamento de la Unión Europea, no puede

considerarse como un instrumento de recogida de datos ambientales, sino más bien commo una vía de control de la gestión ambiental dentro de las empresas. Mientras que la Cámara de Comercio Internacional (CCI) en el año 1989 definía la estructura de una gestión empresarial respetuosa con el medio en una publicación titulada Environmental Audits, la Comisión de la Unión Europea la designava como la participación voluntaria de las empresas en un sistema comunitario de gestión y auditoria ambiental, llamado Sistema Ecoaudit. Este reglamento (CEE1863/93), publicado en el DOCE L 168 (Diario Oficial de las Comunidades Europeas de 10.07.1993) y vigente desde el día 13 de Julio de 1993, se puede aplicar según se desprende de su artículo 21, después de 21 meses, o sea, des del 13 de Abril de 1995. Se revisará después de un periodo de cinco años de vigencia. Según este reglamento, la auditoria debería de hacerse en las diferentes empresas cada uno o tres años de manera voluntaria y tener como resultado un informe ambiental en forma de resumen a la opinión pública. Precisamente, en este último punto se diferencia el reglamento comunitario de las propuestas de la CCI. El control externo por parte de un auditor o controlador es el punto de discordia entre este organismo internacional y la mayor parte de las empresas. Ahora bien, la gestión ambiental exigida por el reglamento europeo tarde o temprano se convertirá en normativa . Sin embargo, hasta que esto ocurra, aún se han de cumplir muchos requisitos: hasta hoy no hay estandards ambientales, como es el caso de los estandards de calidad de la norma ISO (International Organization of Standardization). Aún no es seguro que tipo de auditoría ambiental se puede designar como Ecoaudit ni tampoco quien puede avalarla. Esto se debe a la falta de estandarización del Ecoaudit y de la normativa para

autorizar los auditores externos.

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