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D ESARROLLO EVOLUTIVO DE LA PERCEPCIÓN Y ARTICULACIÓN DEL LENGUAJE

In document Mejora de las competencias comunicativas (página 53-60)

Lucía Herrera Torres

1. L ENGUAJE ORAL

1.3. D ESARROLLO EVOLUTIVO DE LA PERCEPCIÓN Y ARTICULACIÓN DEL LENGUAJE

Antes de los dos años es muy difícil diferenciar entre percepción y producción del lenguaje, dado que en las etapas tempranas de la adquisición del lenguaje la producción depende estrechamente de la percepción (López, 1999). En torno al final del primer año de vida un niño comienza a manifestar toda una serie de for- mas prelingüísticas que ponen de manifiesto su necesidad de comunicarse. Alrededor de esta edad se emi- ten las primeras palabras reconocibles en la lengua materna. Entre los 18 y los 20 meses un niño ha adquiri- do ya alrededor de 50 palabras y a los dos años conoce entre 200 y 300 palabras. A partir de este momen- to existe un acelerado incremento de su léxico (Berko y Bernstein, 1999).

Según Muñoz (2000), un niño de unos 6 años de edad posee un vocabulario de 9.000 palabras, aproxima- damente, un niño de educación secundaria unas 40.000 y un adulto más de 80.000 palabras. Para esta auto- ra, existe una alta relación entre conocimiento de palabras o léxico, comprensión lectora e inteligencia ver- bal. De hecho, el niño incrementa su vocabulario a través de la comunicación oral y la lectura. Además, apun- ta la importancia del lazo articulatorio de la memoria de trabajo en el aprendizaje y desarrollo del vocabula- rio en el niño pequeño, de modo que una mejor capacidad de memoria a corto plazo facilitará el aprendi- zaje de nuevas palabras. Pero centrémonos ahora en la percepción y articulación del lenguaje.

Según Belinchón et al. (1998), en la percepción del habla existen cuatro etapas diferenciadas:

a) Análisis auditivo periférico. Las estructuras anatómicas y neuronales realizan un primer análisis de las propiedades acústicas de la señal de habla.

b) Análisis auditivo central. De la señal sonora se extrae la frecuencia fundamental o ciertos patrones temporales que se almacenan en la memoria ecoica.

c) Análisis acústico-fonético. Procesamiento de las claves acústicas e identificación de los fonemas del habla.

d) Análisis fonológico. Los rasgos fonéticos identificados en la etapa anterior se convierten en segmen- tos fonológicos, es decir, representaciones abstractas de los sonidos que se combinan para formar sílabas y palabras.

Así mismo, la percepción del habla es un proceso complejo, dado que la señal auditiva o de entrada que recibimos cuando estamos escuchando a alguien se caracteriza por la presencia de la coarticulación de los segmentos fónicos. Antes de pasar a describir el desarrollo evolutivo de la percepción del habla a edades tempranas, intentaremos delimitar las bases anatómicas y funcionales de la recepción del lenguaje oral.

La onda sonora entra a través del pabellón auditivo u oreja y pasa a través del conducto auditivo externo a la membrana timpánica, la cual inicia una serie de movimientos vibratorios que se transmiten a la cadena de huesecillos. El martillo y el yunque transmiten al estribo un movimiento de pistón dentro de la ventana oval, lo cual provocará un movimiento de los líquidos del laberinto que serán compensados por la ventana redon- da. Dentro del oído interno, los movimientos de la ventana oval se transmiten a la rampa vestibular y de esta a la membrana de Reissner, lo que se traducirá en movimientos de la endolinfa (Conti y Fernández, 2001). El movimiento de la endolinfa provoca el desplazamiento de los cilios, presentes en las células ciliadas de la cóclea, de modo que la información sonora se convierte en información neuronal. Los movimientos ciliares hacen que se libere acetilcolina, teniendo lugar, de esta forma, un potencial de acción en la primera célula nerviosa bipolar cuyo axón se incorpora al nervio coclear. Desde aquí pasan los impulsos eléctricos por dis- tintas zonas hasta llegar al área auditiva primaria de la corteza cerebral situada en el lóbulo temporal (Bagunyá y Peña-Casanova, 2001).

En la siguiente tabla se puede ver, de forma resumida, el desarrollo de la percepción del lenguaje desde la vida intrauterina hasta los seis primeros meses de vida (ver tabla 1). Como se puede observar, los cambios que tienen lugar en el procesamiento temprano del lenguaje en tan solo seis meses están claramente defi- nidos y siguen un orden jerárquico.

Por otra parte, los sistemas responsables de la articulación o habla son tres (Yeni-Komshian, 1999):

a) El tracto vocal, que abarca desde la laringe hasta los labios e incluye la faringe, la cavidad nasal, la úvula, el velo del paladar o paladar blando, el paladar duro, los alvéolos, la lengua, los dientes y los labios. b) La laringe, en la cual se encuentran las cuerdas vocales y la glotis.

En lo que se refiere a la articulación, conviene señalar que existen diferencias en la articulación de las voca- les y las consonantes. Siguiendo a López-Bascuas (1999), la articulación de los fonemas vocálicos se clasifica en función de dos aspectos fundamentales:

a) Modo de articulación. Las vocales pueden categorizarse como altas (la lengua se aproxima al paladar duro o al paladar blando, como es el caso de la /i/ y la /u/), medias (la lengua está más separada de la bóveda palatal que en las vocales anteriores, es el caso de la /e/ y la /o/) y bajas (se aleja la lengua del paladar, es el caso de la /a/).

b) Lugar de articulación. Aquí podemos hablar de vocales anteriores (la lengua se sitúa en la parte ante- rior de la cavidad bucal, es el caso de la /i/ y la /e/), centrales (el dorso de la lengua se sitúa en el pala- dar medio, es el caso de la /a/) y posteriores (el postdorso de la lengua se acerca a la región poste- rior de la cavidad bucal, es el caso de la /u/ y la /o/).

Por otra parte, los fonemas consonánticos pueden clasificarse siguiendo tres dimensiones diferentes: a) Sonoridad. Dependiendo de si las cuerdas vocales vibran o no en la articulación consonántica habla-

remos de vocales sonoras o sordas, respectivamente.

b) Modo de articulación. Aquí hablaremos de consonantes oclusivas, fricativas, africadas, nasales o líquidas. c) Lugar de articulación. Dependiendo del orgánico implicado en la producción de la consonante hablare-

mos de consonantes bilabiales, labiodentales, dentales, interdentales, alveolares, palatales y velares. Es conveniente señalar que en el niño pequeño las primeras emisiones suelen ser vocálicas, seguidas en la etapa de balbuceo de sílabas que al principio suelen ser oclusivas, como pa, ba o ta, dado que son las más sencillas de articular.

En la siguiente tabla se expresa el desarrollo evolutivo de la articulación (ver tabla 2). Debemos recordar que percepción y producción se encuentran íntimamente relacionadas en sus primeras etapas.

En definitiva, lo que puede estar explicando la adquisición temprana del lenguaje es el análisis lingüístico de tipo perceptivo y motor o articulatorio (López, 1999).

Volviendo al desarrollo ontogenético del lenguaje, en torno al primer año tiene lugar la primera producción lingüística propiamente dicha, es decir, se emite una sola palabra que tiene significado por sí misma como una frase, por lo tanto, esta primera emisión lingüística es lo que se conoce como «holofrase».

Posteriormente, en torno a los 18 meses, las emisiones verbales se caracterizan por la combinación de dos palabras, las cuales establecen relaciones semánticas de tipo agente-acción, agente-objeto, acción-objeto… (Belinchón et al., 1998). Este hecho define ya una gramática infantil en la que se emplean palabras conteni- do (nombres, verbos y adjetivos), pero todavía no se utilizan palabras función (preposiciones, conjunciones, etc.), de modo que puede hablarse de un «lenguaje telegráfico».

Desde el momento en que aparecen las combinaciones de dos palabras tiene lugar un desarrollo explosivo de la gramática infantil, ahora la producción se sitúa entre tres y ocho palabras y la longitud media de las ora- ciones así como su complejidad se incrementa hasta los cuatro años.

En resumen, y siguiendo a del Río y Vilaseca (2001), existen cuatro etapas principales en el desarrollo del len- guaje:

a) Etapa de prelenguaje. Abarca desde el nacimiento, el cual se caracteriza por la presencia de vocali- zaciones no lingüísticas biológicamente condicionadas, hasta el comienzo del primer año de vida, en el que las emisiones vocales son cada vez más precisas y están mejor controladas.

b) Primer desarrollo sintáctico. Desde el primer año de vida, donde surgen las primeras palabras fun- cionales, hasta los dos años y medio, momento en el que aparece el habla telegráfica (oraciones de tres palabras con una estructura principal nombre-verbo-nombre).

c) Etapa de expansión gramatical. Desde los dos años y medio aproximadamente, comienza la combi- nación de cuatro palabras en una emisión, hasta los cuatro años y medio, momento en el que la estructura gramatical en la producción lingüística se completa con el uso de pronombres, verbos auxi- liares, etc.

d) Últimas adquisiciones gramaticales. Desde los cuatro años y medio hasta los siete u ocho, el niño empieza a utilizar oraciones pasivas, condicionales, etc., además de comenzar el desarrollo de sus habilidades metalingüísticas o conocimiento sobre su propio lenguaje.

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