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DIFERENCIAS ESENCIALES ENTRE LA CIUDAD Y EL CAMPO EN EL

In document DICCIONARIO DE ECONOMÍA POLÍTICA (página 71-75)

SOCIALISMO: diferencias, inherentes a la primera fase de la sociedad comunista, entre la ciudad y el campo. En herencia de la vieja sociedad, el socialismo recibe una economía nacional en que el campo se halla muy rezagado de la ciudad y es explotado por ella, lo que se manifiesta en la oposición

entre la ciudad y el campo (ver). La victoria

del socialismo significa que dicha oposición se elimina. Bajo el socialismo, entre la ciudad y el campo se establecen relaciones de colaboración amistosa y de ayuda mutua socialista. Ahora bien, el socialismo no puede superar de un golpe y por completo el atraso en que se encuentra el campo respecto a la ciudad y ésta es la causa de que entre ellos existan diferencias económico-sociales. En la ciudad domina por completo la forma más madura y consecuente de propiedad social sobre los medios de producción, la forma estatal (de todo el pueblo) de propiedad socialista. En el campo, la transformación socialista de las pequeñas haciendas campesinas da origen al nacimiento de la forma cooperativa de propiedad social sobre los medios de producción. La propiedad cooperativo— koljosiana es de gran trascendencia para la economía del campo, su desarrollo y perfeccionamiento se realizan bajo la acción rectora de la propiedad estatal (de todo el pueblo). La propiedad cooperativa y las empresas cooperativas socialistas se diferencian de la propiedad socialista de todo el pueblo y de las empresas estatales por su mejor grado de madurez económica lo cual se revela en el nivel en que la producción se halla socializada, en las formas de circulación económica de la producción, en el nivel y en las formas en que se remunera el trabajo, en las formas en que se organiza el gobierno de la

producción. Por esto existen diferencias económico—sociales en las condiciones de vida y actividad de quienes trabajan en la ciudad y de quienes trabajan en el campo. En la sociedad socialista existen clases diferentes, aunque amigas, la clase obrera, que desempeña el papel dirigente en la sociedad y el campesinado cooperativista (koljosiano). Son estas diferencias económicas de clase lo que constituye el fundamento de las diferencias esenciales entre la ciudad y el campo bajo el socialismo. A despecho de la rapidez con que se desarrolla la base material y técnica de la agricultura, el nivel del pertrechamiento técnico del trabajo en la agricultura en la primera fase de la sociedad comunista aún permanece a la zaga del nivel del pertrechamiento técnico del trabajo industrial. Existen asimismo diferencias importantes en el grado de calificación técnico—profesional entre los obreros y los koljosianos. También subsisten diferencias en las condiciones generales de vida y cultura entre la ciudad y el campo. En el período de la edificación desplegada de la sociedad comunista, las diferencias entre la clase obrera y el campesinado se superan en lo esencial y decisivo. Al crear la base material y técnica del comunismo (ver) se aproximan las dos formas de propiedad socialista y, en último término, se funden, lo cual conduce a que se vaya formando gradualmente la propiedad única de todo el pueblo sobre los medios de producción. Por su pertrechamiento técnico, el trabajo agrícola se eleva hasta el nivel del trabajo industrial. Como resultado, las diferencias económico—sociales entre la ciudad y el campo desaparecerán, y se borrarán los limites de clase entre los obreros y los campesinos, nacerá la sociedad sin clases. En el comunismo, se dice en el Programa del P.C.U.S., “no existirán las clases, desaparecerán las diferencias económicos, sociales, culturales y de modo de vida entre la ciudad y el campo; por el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y por el carácter del trabajo, por las formas de las relaciones de producción, por las condiciones de vida, por el grado de

bienestar de la población, el campo se elevará al nivel de la ciudad”.

DINERO: mercancía cuya función especifica estriba en desempeñar la función

de equivalente general (ver). El dinero

surgió espontáneamente en la remota antigüedad, en el proceso de desarrollo del cambio y de las formas del valor. En los estadios iniciales del cambio, fueron diversas las mercancías que se emplearon como equivalente general. Poco a poco, la función del dinero se fue fijando espontáneamente en la plata y el oro gracias a las singulares propiedades físicas y químicas de dichos metales, muy idóneos para desempeñar el papel de equivalente general. En el siglo XX, la función de mercancía dinero se ha circunscrito exclusivamente al oro. La aparición del dinero fue resultado del desarrollo de la contradicción interna dada en la mercancía, de la contradicción entre el valor de uso y el valor. En consecuencia, todo el mundo mercantil quedó escindido en dos polos: 1) todas las mercancías como valores de uso, y 2) el dinero, plasmación general del valor. En el valor de uso del dinero se expresa el valor de todas las demás mercancías; el

trabajo concreto (ver) contenido en el dinero

sirve de forma general en que se manifiesta

el trabajo abstracto (ver), y el trabajo

privado encarnado en el dinero aparece en forma socialmente reconocida. Por medio del dinero se realiza el calculo social del trabajo, se mide el trabajo contenido en la mercancía y esto medición no se hace de manera directa e inmediata en tiempo de trabajo, sino indirectamente, por medio del precio de la mercancía. A diferencia de las otras mercancías; el dinero posee la propiedad de ser directa y universalmente cambiable por cualquier otra mercancía. La esencia y el papel del dinero en la economía se manifiestan en las funciones del dinero

(ver). La aparición del dinero resuelve la contradicción del cambio directo de mercancías a la vez que da origen a las condiciones para que sigan desenvolviéndose las contradicciones de la economía mercantil. El cambio de mercancías a través del dinero, en la

economía mercantil basada en la propiedad privada sobre los medios de producción, intensifica la dependencia en que el productor de mercancías se encuentra respecto al mercado, a la fluctuación de precios debida a las variaciones de correlación entre la demanda y la oferta de mercancías. De ahí que la aparición del dinero supusiera un aumento del poder de la espontaneidad social sobre los hombres. El desarrollo de las relaciones monetario— mercantiles socava la economía natural e intensifica la diferenciación de los productores privados de mercancías. Las cargas feudales en especie se convierten en tributos en dinero, surgen y se desarrollan los impuestos monetarios. Entre las masas de la población aumenta la necesidad de dinero. El dinero se concentro en manos de los ricos y se convierte en medio de explotación de los pobres. En el régimen de propiedad privada sobre los medios de producción, cuando aparece en el mercado la mercancía fuerza de trabajo, el dinero facilita el desarrollo del sistema de trabajo asalariado y él mismo se convierte en instrumento de la explotación capitalista. La utilización del dinero con fines de lucro lo transforma en capital. Mas el dinero por si mismo no es capital. Expresa las relaciones de producción dominantes entre los productores de mercancías. Así se explica que la esencia del dinero se modifique en dependencia del modo de producción a que sirve. Bajo el capitalismo, el dinero se convierte en capital, sirve para enriquecer a la minoría explotadora. La necesidad del dinero en la sociedad socialista está condicionada por la existencia de la producción mercantil y por la acción de la ley del valor. Bajo el socialismo, el dinero cumple su función de equivalente general sin entrar en contradicciones antagónicas con la mercancía. No hay crisis económicas de superproducción que detengan el proceso de conversión de las mercancías en dinero. Bajo el socialismo, el dinero no aparece en calidad de forma universal de la riqueza de la sociedad, como bajo el capitalismo. Dada la limitación de la esfera mercantil, en la sociedad socialista elementos de la riqueza social tales como la tierra y el subsuelo, los

bosques, etc. no son objeto de compraventa. Al suprimirse la propiedad privada, se liquida el poder del dinero sobre los hombres y sus relaciones. Bajo el socialismo, el dinero no puede actuar como capital, cono instrumento de explotación. Siendo, bajo el socialismo, equivalente general, el dinero está al servicio del proceso de la reproducción ampliada, se utiliza para organizar la autonomía económica, para el cálculo y control de la producción y distribución del producto social, se usa como medida del trabajo y como medida del consumo. El Estado socialista utiliza el dinero para organizar de manera racional y rentable la economía, estimulando materialmente a las empresas y a los trabajadores para que alcancen altos índices de producción con un mínimo de gastos sociales de trabajo. Establecido el comunismo, desaparecerá la necesidad del dinero.

DISTRIBUCIÓN: es uno de los aspectos de las relaciones de producción, fase necesaria del proceso de reproducción del producto social; relaciona la producción con el consumo. El carácter y la forma de la distribución son determinados por el modo de producción dominante. Lo decisivo es la distribución de los medios de producción. A su vez, la distribución influye activamente sobre el desarrollo de la producción. Bajo el capitalismo, la distribución de los medios de producción posee carácter antagónico ya que tales medios son casi por entero de propiedad privada capitalista y sirven como instrumento de explotación de los trabajadores. En el proceso de distribución de la renta nacional, los capitalistas se apropian de su mayor parte. Bajo el socialismo, con el dominio de la propiedad social, la distribución de los medios de producción y de los artículos de consumo se realiza en interés de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros. Casi todos los medios fundamentales de producción se encuentran en manos del Estado socialista, son patrimonio de todo el pueblo. Se distribuyen de manera planificada entre las ramas de la economía nacional. Una parte muy importante de los medios de

producción agrícolas se halla concentrada en los koljoses, constituye la propiedad cooperativo-koljosiana. La división de los medios de producción en medios de todo el pueblo y medios cooperativo-koljosianos sirve de base económica a la existencia de dos clases amigas: obreros y campesinos koljosianos. La distribución del producto social global constituye el punto de partida y la base material de la reproducción socialista ampliada, cuyos carácter, proporción y ritmo determina. La parte del producto global que ante todo se restituye es la que concierne a los medios de producción consumidos en el ciclo precedente. La parte que queda forma el producto neto de la sociedad, su renta nacional. La distribución de la renta nacional se efectúa en interés de toda la sociedad, a la vez que se determinan las correlaciones óptimas entre la acumulación y el consumo. Una cuarta parte, aproximadamente, de la renta nacional constituye el fondo de acumulación, que se emplea en la reproducción socialista ampliada y para satisfacer otras necesidades generales del Estado y de la sociedad. Tres cuartas partes, aproximadamente, de la renta nacional constituyen el fondo de consumo, con el cual se satisfacen las necesidades materiales y culturales de todos los miembros de la sociedad. La distribución de la mayor parte de los fondos de consumo se lleva a cabo bajo la forma de los ingresos individuales que los trabajadores perciben por su trabajo: como salario en las empresas e instituciones del Estado, y en forma de entregas en especie y en dinero por jornadas de trabajo (“trudodní’’) en los koljoses. La parte restante de los fondos de consumo se distribuye gratuitamente o en condiciones más ventajosas a través del sistema de los fondos sociales de consumo. El principio socialista de distribución de los artículos de consumo según la cantidad y calidad del trabajo invertido por el trabajador es incompatible con la nivelación pequeñoburguesa que contradice el interés material de los trabajadores por los resultados de su labor. Bajo el socialismo, la distribución representa un poderosísimo estímulo para el desarrollo de la producción social, constituye un sistema de ingresos

individuales, preferentemente monetarios, obtenidos según el trabajo. Ello hace que los trabajadores estén directa y materialmente interesados en los resultados de su labor. El sistema de retribuciones individuales determina el que también sean predominantemente individuales las formas en que se satisfacen las necesidades bajo el socialismo. Se desarrollan las formas sociales de satisfacerlas; a finales del actual período de veinte años, éstas representarán aproximadamente la mitad de todos los ingresos de la población. Entre la producción y la distribución socialista no existe una contradicción antagónica. Mas la acción recíproca que entre una y otra se establece da origen, claro está, a contradicciones no antagónicas que la sociedad va superando de manera consciente y planificada perfeccionando sin cesar las relaciones de distribución en consonancia con el carácter y el volumen de la producción. El tránsito a la distribución comunista según las necesidades significará, en último término, sustituir el sistema de ingresos individuales obtenidos con arreglo al trabajo por el sistema de los fondos sociales de consumo, que estarán gratuitamente y en cantidad suficiente al alcance de todos los miembros de la sociedad.

DIVIDENDO: ingreso que percibe el dueño de una acción (ver), parte de la ganancia de

una sociedad anónima (ver). La magnitud

del dividendo depende del volumen del beneficio neto de la sociedad anónima y de la cantidad de acciones emitidas. El tipo de dividendo suele ser superior al interés (ver) bancario establecido de manera fija sobre el capital de préstamo. Así se estimula a los poseedores de dinero para que lo inviertan en calidad de aportación al capital de la sociedad anónima. Los capitalistas utilizan la posibilidad de obtener una ganancia por las acciones como cebo para atraer a la sociedad anónima los ahorros de los trabajadores. No obstante, la parte de ganancia que corresponde a los trabajadores por sus acciones es ínfima. La parte del león la reciben los grandes capitalistas, que son quienes poseen la masa fundamental de las

acciones. Así, por ejemplo, la familia del multimillonario Dupont posee, ella sola, acciones que superan en diez veces a las de todos los obreros de los Estados Unidos. Además, el ingreso que en forma de dividendo obtienen los trabajadores es fruto de su propio trabajo. Cuanto más crecen los dividendos de los capitalistas, tanto más patentemente se manifiesta la esencia parasitaria de la sociedad burguesa, su honda descomposición.

DIVISA: unidad monetaria de un país. Por divisa se entiende asimismo el tipo de sistema monetario de un país en dependencia de la base de garantía (oro, plata, divisa papel). El término de “divisa” también se emplea para designar la moneda extranjera que participa en el sistema de pagos internacional (divisa extranjero). Después de la crisis económica mundial de 1929— 1933, todas las divisas de los países capitalistas son papel moneda. Ello hace que las monedas capitalistas sean inestables y se encuentren sujetas a frecuentes crisis, a la

inflación (ver) y a la devaluación (ver). Las monedas de los países capitalistas se subdividen en: a) convertibles en otras monedas, b) de convertibilidad limitada, es decir, convertibles sólo en algunas otras, y c) cerradas o monedas utilizables únicamente dentro de un país dado. La convertibilidad de la moneda puede ser completa o sólo parcial: exterior o interior. Cuando la convertibilidad es exterior, la libre conversión en otras divisas sólo se concede a los extranjeros, mientras que para los ciudadanos de la zona dada de divisas se exige un permiso especial de los institutos monetarios del país; si la convertibilidad es interior, los ciudadanos del país gozan del derecho da conversión libre y es de los extranjeros de quienes se requiere la obtención de un permiso especial. Hasta diciembre de 1958, fueron monedas convertibles el dólar de los Estados Unidos, el franco suizo y el escudo portugués. Desde diciembre de 1958, han pasado a ser convertibles la mayor parte de las divisas de la Europa occidental. En el mundo capitalista, las monedas clave, es decir, aquéllas en que se efectúan casi todos los

pagos internacionales y que se utilizan en calidad de divisas de reserva, son el dólar de los Estados Unidos y la libra esterlina inglesa. En los últimos años, se viene ampliando el uso del marco germano occidental, del franco francés y de la lira italiana en los pagos internacionales. A medida que disminuye el peso especifico de los Estados Unidos en la economía del mundo capitalista, se debilitan sensiblemente las posiciones de la divisa capitalista fundamental; el dólar norteamericano. La crisis de divisas ha tomado la forma de “crisis del dólar” y se halla condicionada por el hecho de que la agresiva política exterior de los Estados Unidos exige gastos enormes para mantener las bases militares estadounidenses en el extranjero y para prestar ayuda a los regímenes reaccionarios de muchos países. Junto a la exportación de capital privado, los gastos del Gobierno en el extranjero pesan como abrumadora carga sobre la balanza de pagos de los Estados Unidos, cuyo déficit el Estado se ve obligado a cubrir con oro. A ello se debe que durante el período comprendido entre 1953—1963, las reservas de oro de los Estados Unidos se hayan reducido de 22 mil millones de dólares a 16 mil millones. Sufre también crisis la segunda gran divisa capitalista: la libra esterlina inglesa. El Fondo Monetario Internacional, que funciona desde 1946, no ha podido superar la crisis de divisas del sistema capitalista. La moneda de la U.R.S.S. —el rublo— y las monedas de los otros países socialistas se diferencian radicalmente de las divisas de los países capitalistas, lo cual se deriva de la esencia misma del régimen socialista. Las monedas de los países socialistas son las más firmas, pues su cobertura está formada tanto por las reservas de oro como, y ante todo, por la inmensa cantidad de mercancías que se encuentran en manos del Estado y que se ponen en circulación a precios fijos, establecidos según un plan.

DIVISIÓN CAPITALISTA

INTERNACIONAL DEL TRABAJO:

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