• No se han encontrado resultados

LA ORIENTACIÓN DE ESTE LIBRO TEMAS SIN RESOLVER:

Trastornos relacionados con sustancias

LA ORIENTACIÓN DE ESTE LIBRO TEMAS SIN RESOLVER:

¿Nos estamos volviendo mentalmente

enfermos? Los amplios horizontes del trastorno mental

Psicología clínica:

una visión general

E

n nuestra vida cotidiana resulta casi imposible pasar por alto una serie de problemas que, por otra parte, constituyen elementos destacados de la psicología clí- nica. Sólo se necesita mirar un periódico, leer una revista, ver la televisión, o ir al cine para encontrarnos frente a algu- nos de los asuntos con los que clínicos e investigadores se enfrentan a diario. Es frecuente que algún personaje popu- lar sea noticia debido a un problema con el alcohol u otras drogas, un trastorno alimenticio, o alguna otra dificultad psicológica. En los estantes de las librerías se amontonan libros que describen alguna batalla personal con la esquizo- frenia, la depresión, las fobias, o los ataques de pánico. Pelí- culas como Una mente prodigiosa reflejan conductas psicopatológicas de diverso grado de gravedad. Tampoco resulta infrecuente encontrarnos con espeluznantes histo- rias de madres que han asesinado a sus hijos, y en las que parece hallarse implicado algún tipo de depresión, esquizo- frenia, o complicaciones derivadas del parto.

También es posible encontrar problemas de este tipo en nuestro entorno más cotidiano. Al pasear por cualquier campus universitario podremos encontrar ofrecimientos de grupos de apoyo para ayudar a personas con desórdenes alimenticios, depresión, y otros problemas de diversa índole. Probablemente también conozca usted a alguien que haya sufrido algún problema psicológico. Quizá un primo adicto a la cocaína, una compañera de habita- ción con bulimia, o un abuelo con Alzheimer. Quizá un compañero de trabajo de su madre haya sido hospitalizado por una depresión, tenga algún vecino con auténtico pánico a salir de su casa, o conozca a alguien en el gimnasio que trata desesperadamente de perder peso aunque en realidad está preocupantemente delgado.

En otras palabras, estamos rodeados por el tipo de pro- blemas con los que se enfrenta cotidianamente la psicología clínica. Se trata de problemas que captan nuestro interés, atraen nuestra atención, e incluso llegan a preocuparnos. Además, de manera inevitable, nos impulsan a plantearnos algunas cuestiones. Para ilustrarlo, veamos algunos casos clínicos.

C A P Í T U L O 1 Psicología clínica: una visión general

Mónica

Mónica es una estudiante de Derecho de vein- ticuatro años. Es una chica atractiva, que viste con buen gusto, y también destaca en sus estu- dios. Si llegaras a conocerla pensarías que dis- fruta de una vida sin problemas. Sin embargo Mónica bebe alcohol desde los catorce años y fuma marihuana a diario. Aunque se describe a sí misma como una simple «bebedora social», llega a beberse cuatro o cinco vasos de vino cada vez que sale con sus amigos, y un par de

ESTUDIO

DE UN

CASO

copas cada noche cuando está en su casa viendo la televisión. Con frecuencia falta a las primeras clases de la mañana porque se siente demasiado mal como para salir de la cama, y algunas veces ha lle- gado a perder la conciencia. Aunque ella niega que tenga cualquier tipo de problema con el alcohol, admite que sus amigos y familiares han empezado a mostrarse preocupados al respecto y le han suge- rido buscar ayuda. Sin embargo, Mónica suele responder «yo no soy una alcohólica porque nunca bebo por la mañana». La semana pasada decidió dejar por completo de fumar marihuana porque empezó a preocuparle la idea de encontrarse ante un problema de drogas. Sin embargo, le resulta imposible dejarla y está empezando de nuevo a fumar porros con regularidad.

Alberto

Alberto es un profesor de 62 años muy popular en el pequeño instituto en que trabaja, y que inmediatamente cae bien a cualquiera que lo conoce. Sus clases están repletas de alumnos; sus compañeros de trabajo le consultan dudas y le piden sugerencias para sus clases; y cuando su estado de ánimo se lo permite, tam- bién escribe con una visión lúcida y pene- trante. ¿Cómo es posible entonces que en medio de tantos éxitos y alabanzas terminara suicidándose, víctima de su propia y profunda desesperación? Siem- pre había disfrutado de una vida muy organizada y concienzuda, atento a las preocupaciones de las personas que le rodeaban. Aun- que vivía solo, Alberto tenía algunos amigos íntimos, aunque nin- guno tenía la menor noticia del tremendo dolor que aparentemente estaba experimentando. Ni siquiera sus más cercanos colaborado- res habían sido capaces de percibir la menor señal de su desespera- ción. Su suicidio dejó a todo el mundo preguntándose por las razones que pueden impulsar a una persona aparentemente tan bien adaptada como Alberto a acabar con su propia vida.

ESTUDIO

DE UN

CASO

Donald

Donald tenía 33 años cuando acudió a la con- sulta de uno de nosotros. Aunque es una per- sona bastante inteligente, ningún trabajo le ha durado más de unos cuantos días, y actual- mente está viviendo en una casa de acogida. Donald atraviesa temporadas breves aunque frecuentes durante las que tiene que ser hospi- talizado, debido a que sufre episodios de gran agitación durante los cuales escucha voces. Se trata de voces que le insultan y hacen

ESTUDIO

DE UN

Los casos que acabamos de plantear ponen de mani- fiesto la gravedad que puede llegar a ejercer un trastorno mental sobre la vida de una persona. Aunque evidente- mente hemos cambiado el nombre de las personas para proteger su intimidad, se trata de personas reales y con pro- blemas auténticos. Se hace difícil no experimentar senti- mientos de compasión por ellos. Pero además de la compasión, los psicólogos e investigadores clínicos que intentan ayudar a personas como Mónica, Alberto y Donald, necesitan disponer de habilidades adicionales. Si queremos comprender todo lo que necesitamos llegar a saber sobre los trastornos mentales, debemos aprender a realizar el tipo de pregunta que nos permita ayudar a nues- tros pacientes y a sus familias. Dichas preguntas constituyen el núcleo de la investigación sobre psicología clínica.

Probablemente usted mismo se haya hecho algunas preguntas mientras leía las historias de Mónica, Alberto y Donald. Por ejemplo, quizá se haya planteado si Mónica no será realmente «una alcohólica» aunque no beba nada por la mañana. Lo es. Se trata de una cuestión relativa a los cri- terios que deben cumplirse para establecer un diagnóstico determinado. También es posible que se haya planteado si otras personas del entorno de Mónica también tienen pro- blemas con la bebida. Los tienen. Se trata de una cuestión denominada sesgo familiar, esto es, el hecho de que un tras- torno determinado aparezca con más frecuencia en una familia. Puede que le haya sorprendido que Alberto, una persona con éxito y en plena madurez se haya suicidado. Quizá su sorpresa se deba a su creencia de que el suicidio es más frecuente entre los jóvenes, y sobre todo entre las chi- cas. Eso no es así. Se trata de un tema relacionado con la

prevalencia (esto es, el número de casos) de suicidio en per- sonas de diferente edad. Por último, quizá se haya pregun- tado qué es lo que funciona mal en la mente de Donald, y la razón por la que escucha esas voces. Quizá le gustaría saber si se trata de un problema habitual (en este caso de la esqui- zofrenia), o también si es normal que la esquizofrenia apa- rezca repentinamente (se trata de algo bastante común).

En la medida en que por usted se haya planteado algu- nas de esas preguntas, está empezando a pensar como un psicólogo. La psicología es un campo fascinante, y (aunque no somos imparciales al respecto) la psicología clínica es una de las áreas más interesantes de la misma. Los psicólo- gos estamos preparados para plantearnos preguntas y para realizar investigaciones al respecto. En otras palabras somos científicos que recurrimos a diferentes técnicas y métodos para estudiar las patologías psicológicas. Si bien no todos los que han estudiado psicología clínica (a veces denomi- nada psicopatología) hacen investigación, también enton- ces es necesario disponer de la capacidad de plantearse cuestiones que permitan reunir la información de una manera coherente y lógica. Por ejemplo, cuando un psicó- logo clínico recibe por primera vez a un nuevo paciente, le somete a un montón de preguntas para intentar hacerse una idea de lo que le ocurre a esa persona. Además, para poder seleccionar el tratamiento más adecuado, el psicó- logo necesita recurrir a lo que aporta la investigación sobre los tratamientos más eficaces para cada problema concreto. En otras palabras, aunque trate al paciente como un indivi- duo, el psicólogo también necesita recurrir a su conoci- miento sobre la investigación más reciente para decidir el mejor tratamiento posible. «El mejor tratamiento» que se aplicaba hace 20, 10, o incluso 5 años, no es necesariamente el mejor tratamiento de hoy en día. El conocimiento va pro- gresando e implica avances, y la investigación constituye la maquinaria que impulsa ese desarrollo.

Este capítulo muestra las líneas maestras que delimitan el campo de la psicología clínica, así como el tipo de aprendi- zaje y las actividades que realizan las personas que trabajan en éste. Sin embargo, antes de nada vamos a mostrar todo el sistema de definiciones y clasificación de la psicología clínica, que permite a los investigadores y a los profesionales de la salud mental comunicarse entre sí. Probablemente algunos de estos temas le resulten más complejos y controvertidos de lo que esperaba. Una vez que hayamos definido qué es «lo patológico», proporcionaremos alguna información básica sobre las principales patologías de conducta que podemos encontrar a nuestro alrededor.

Destaquemos también que un amplio apartado de este capítulo está dedicado a la investigación. Intentaremos poner de manifiesto cómo se estudia la conducta patológica. La investigación constituye el núcleo del progreso en el conoci- miento de la psicología clínica. Cuanto mejor comprenda la manera en que ésta se realiza, estará en mejores condiciones para interpretar su significado y sus implicaciones. Por

www.ablongman.com/butcher12e Psicología clínica: una visión general

comentarios soeces sobre su persona. En muchas situaciones socia- les, parece preocupado e inseguro de sí mismo, a la vez que fuera de lugar.

Durante los años de su pubertad Donald empezó a rehuir a sus amigos y a su familia. De repente, a los diecisiete años y sin ningún motivo aparente, comenzó a escuchar voces. Insistía con terquedad en que esas voces provenían de la casa del vecino, que las transmi- tía electrónicamente a los altavoces de la televisión. últimamente ha empezado a plantearse la posibilidad de que el vecino sea capaz de alguna manera de transmitir las voces dentro de su propia cabeza. Durante los periodos de mayor deterioro, es posible escu- char a Donald discutiendo vehementemente con las voces. Fuera de esos momentos parece razonablemente capaz de ignorarlas, si bien sus voces siempre le han acompañado en mayor o menor medida.

Antes de que apareciera este problema, Donald llevaba una vida relativamente normal. Era más o menos popular entre sus compa- ñeros, e iba camino de convertirse en un atleta. En el colegio apro- baba sin problemas las asignaturas, si bien sus padres y profesores habían observado que en ocasiones parecía preocupado y con la atención pérdida. No se sabe que consumiera drogas.

ejemplo, puede que le interese leer el apartado Avances en la

investigación 1.1 antes de salir a comprar un imán para inten-

tar reducir esos molestos dolores en las muñecas, provocados por muchas horas ante el teclado de la computadora.

¿A QUE NOS REFERIMOS CON

Outline

Documento similar