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RESUMEN GENERAL:

“En este trabajo se estudia el efecto que ejerce el ruido ambiental sobre la salud de los vendedores informales estacionarios del cantón central de San José. Para ello se realizaron mediciones de los niveles de presión sonora (NPS) que se generan en el área de estudio, mediante la instalación de 82 estaciones de muestreo, de las cuales se obtuvieron los siguientes parámetros: Leq, niveles mínimos, niveles máximos y los percentiles 10, 50 Y 90. Estos datos, que equivalen a un total de 4920 mediciones, fueron recolectados entre los meses de febrero y mayo del 2005.

Con base en esta información y el uso de programas informáticos, se elaboraron mapas sónicos de los niveles mínimos, máximos e integrados, y se concluyó que en el cantón central de San José existen zonas de mayor y menor riesgo acústico para la salud humana. Se determinó que las más críticas, con valores entre 85 y 90 dB, se ubican en los alrededores del barrio Amón y del Hospital Rafael Ángel Calderón Guardia. Las menos afectadas, con valores entre 60 y 70 dB, se localizan al norte de Barrio Pitahaya y en los alrededores del Barrio Santa Lucía.

Las principales causas de los elevados valores de NPS se asocian, principalmente, a la falta de ordenamiento territorial y a la intensidad del tránsito de vehículos y de personas.

Además, se producen niveles superiores a los recomendados en zonas que por sus características y funciones, deben encontrarse en un nivel de confort acústico.

El impacto ocasionado por la exposición al ruido en la salud general de los vendedores informales estacionarios, y que repercute directamente en su audición, se determinó a través de una encuesta poblacional aplicada a 306 personas;

también se realizaron evaluaciones audiológicas a una muestra de la población en estudio.

Del total de la muestra, un poco más de la tercera parte corresponde a vendedores que se ubican en las zonas de mayor concentración de comercio informal.

La población en estudio se ubica principalmente en zonas con niveles próximos e incluso mayores a los 80 dB. No obstante, un alto porcentaje de ésta se siente conforme con la ubicación de su puesto de trabajo, y en general, está habituada a las condiciones de su entorno.

Un porcentaje muy próximo a la mitad de los vendedores encuestados no se siente informado sobre el tema de la contaminación sónica; y un 81 % manifestó no sufrir problemas auditivos. De las 57 personas que 10 padecen, más de la mitad considera la exposición al ruido como una de las causas de su padecimiento.

Las enfermedades más frecuentes en esta población están relacionadas con el metabolismo, los problemas respiratorios y la presión arterial. Además, los motivos

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de consulta médica más comunes están vinculados con problemas digestivos, presión alta y en general, chequeos médicos y de control.

Factores como la herencia, la edad y la exposición a trabajos ruidosos, tanto en su actividad comercial, como en oficios anteriores, colaboran con la probabilidad de que aparezcan los primeros síntomas de un deterioro auditivo.

De las evaluaciones audiológicas realizadas, un porcentaje cercano a la tercera parte de la muestra fue diagnosticado con hipoacusia neurosensorial compatible con pérdida auditiva inducida por ruido”. (GRANADOS ORELLANA; ROJAS RODRÍGUEZ; ZÚÑIGA CASTRO: 2005)

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE ESTUDIO

“La contaminación sónica se ha incrementado considerablemente en los últimos años, y constituye uno de los problemas ambientales que más afectan al ser humano. Esta degradación ya no ocurre solamente en algunos países, sino que impacta negativamente la calidad de vida de la población mundial.

El ruido, ha sido reconocido como un elemento contaminante. Surge con la aparición y evolución del ser humano sobre la tierra. Se considera que este tipo de ruido (el producido por la actividad humana), produce mayor degradación al ambiente con respecto a los fenómenos naturales, aún en el caso de que su intensidad sea similar."

Considerando tal afirmación, la premisa "a mayor industrialización, mayor contaminación" adquiere más fuerza. Al respecto coinciden varios autores como Segués Echazarreta, quien asegura que los ciudadanos de las sociedades más desarrolladas han comenzado a darse cuenta que muchas de las actividades asociadas a este desarrollo, originan sonidos molestos que deterioran la calidad de vida, obtenida precisamente, gracias a esas actividades.

A su vez, medios de transporte como los vehículos motorizados, son la fuente de ruido más común en las grandes ciudades del mundo, seguidos por los aviones y los ferrocarriles, respectivamente.

La unión de estos factores origina un ambiente polucionado por ruido, el cual produce un impacto negativo sobre la salud humana. En relación con este tema, diversos estudios han descrito la influencia del ruido en el comportamiento de los seres humanos. Es por esto, que la contaminación sónica ha adquirido reconocimiento en los últimos tiempos como un problema que incide en la calidad de vida de la población y que además, puede provocar efectos nocivos sobre la salud, el comportamiento y actividades del ser humano.

La mayoría de los expertos concuerdan que la exposición continua a más de 85 dB es peligrosa, ya que puede producir tanto efectos fisiológicos como psicológicos. Algunos daños van desde la leve distracción hasta pérdidas en el

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sistema auditivo. Estas distracciones bajan la eficiencia del ser humano y pueden lograr la interrupción de la comunicación verbal y la concentración propia en los quehaceres diarios. La tensión causada por el ruido puede aumentar además la presión sanguínea y por ende, los accidentes cardiovasculares. Las molestias en términos de irritabilidad no sólo están relacionadas con la intensidad, sino que están fuertemente relacionadas con la variabilidad'.

A pesar de que en la actualidad los conocimientos sobre los efectos del ruido en la salud humana son amplios, no es sino hasta 1972 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió catalogarlo genéricamente como un tipo más de contaminación. Siete años después, la Conferencia de Estocolmo lo clasificaba como un contaminante específico.

En un contexto mundial, un informe publicado en 1990 por la Comunidad Económica Europea (CEE) presentaba a España como el segundo país con mayor índice de ruido del mundo después de Japón, y estimaba que el 74% de la población española estaba sometida a niveles superiores a los tolerables.

Según estudios recientes de la Unión Europea, más de 80 millones de personas están expuestos a niveles superiores a 65 dBA durante el día, y otros 170 millones están expuestos a niveles de ruido entre 55-65 Dba.

Recientemente, se estableció el 28 de abril como el "Día internacional de la conciencia sobre el ruido" con el fin de llamar la atención de la sociedad sobre el problema creciente del ruido, una forma de contaminación que por no dejar residuos materiales, ha recibido históricamente menos atención que otras.

En nuestro país, existen diversos reglamentos que establecen los límites máximos permisibles para las emisiones sonoras de diversas fuentes. Por ejemplo el

"Reglamento para el control de ruidos y vibraciones" y el "Reglamento para el control de la contaminación por ruido"l7, el cual establece que para una zona residencial, los límites permisibles en horas diurnas corresponden a 65 dB, Y 45 dB en horas nocturnas.

Además de estos dos reglamentos, también se consideran relevantes el

"Reglamento general de seguridad e higiene de trabajo" y las normativas internacionales promulgadas por instituciones de certificación como INTECO, las cuales se dirigen principalmente a seguridad e higiene dentro de los centros de trabajo", y en las cuales se considera la variable del sonido.

En el campo de la investigación, se han realizado algunos trabajos en los cuales se ha determinado el nivel de ruido en la ciudad de San José. El Departamento de Protección al Ambiente Humano del Ministerio de Salud, en coordinación con la Dirección General de Tránsito del Ministerio de Obras Públicas y Transportes, ha llevado a cabo tres investigaciones relacionadas con el tema, efectuadas respectivamente en los años 1994, 1998 Y 2003.

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La Municipalidad de San José, en octubre del año 2003, realizó un proyecto y estudio piloto sobre la contaminación sónica, mediante la Oficina del Ambiente, en 23 escuelas y colegios de cuatro distritos: Hospital, Merced, Catedral y Carmen del casco central de San José?

Otro aporte al conocimiento en el campo, lo proporcionan las investigaciones llevadas a cabo por Araya Pochet. Dichas investigaciones se realizaron en la ciudad de San José entre los meses de marzo y noviembre de 1993 y de febrero a mayo del 2001, respectivamente.

En general, todos estos estudios sugieren que casi en la totalidad de los lugares analizados del Gran Área Metropolitana, dentro de los que se hallan importantes centros educativos y hospitalarios, además de una amplia lista de parques, los valores medidos exceden los deseables.

No obstante, no se han desarrollado a profundidad en el plano nacional, investigaciones dirigidas a correlacionar el impacto de la contaminación sónica en la salud de las personas expuestas; ni se cuenta con adecuados sistemas de información geográfica que permitan representar la situación acústica urbana mediante mapas sónicos que identifiquen las zonas más afectadas.

Por consiguiente, esta investigación analiza, desde la perspectiva de la Salud Ambiental, el impacto que la exposición al ruido provoca en la salud de los vendedores informales estacionarios del cantón central de San José. Como población de estudio, esta es la primera aproximación de carácter investigativo que genera un panorama general de las condiciones socio ambientales, además de todas aquellas enfermedades generadas por la exposición a los efectos de la contaminación atmosférica”. (GRANADOS ORELLANA;