• No se han encontrado resultados

59 ARIAS DE GREIFF (1993)

2.3 LA SOCIEDAD COLOMBIANA DE INGENIEROS

Con el ánimo de legitimar ciertas prácticas científicas -dentro de las que se encontraba la astronomía- y para darle una identidad a la profesionalización de las ciencias y en especial a la de profesión de ingenieros, surgen ciertas instituciones como La Sociedad Colombiana de Ingenieros y La Oficina de Longitudes posteriormente. Pero antes de entrar a hablar de la Sociedad Colombina de Ingenieros, se va a mirar rápidamente el contexto institucional dentro del que se movió la astronomía en la segunda mitad del siglo XIX para entender bajo cuales premisas e intereses nacieron las instituciones ya mencionadas.

Para el año de 1854 se cerró el Colegio Militar de Bogotá (que se había anexado al observatorio en el año de 1847) debido al golpe del general José María Melo. No obstante, un grupo reducido de ingenieros85 que se dedicaban a diferentes actividades como la agrimensura, la cartografía, el ensayo de materiales, la observación de fenómenos astronómicos y meteorológicos, la construcción de puentes, el drenaje de lagos, la instalación de metalurgias, la construcción de acueductos y la dirección de empresas desde ferrovías hasta fábricas de gas86, lograron establecer una base firme para afianzar en el resto del siglo XIX la profesión de ingeniero en Colombia, y con esto el estudio de la matemática, campo dentro del cual se desarrollaba la astronomía. Así pues, en los años

       

84 S. N.,. ''Decreto orgánico de la Universidad.''(1868) Anales de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia Vol. 1, no. 1 pp17-66.

85 Joaquín B. Barriga, José Cornelio Borda, Ignacio Ortega, Rafael Pombo, Nicolás Caycedo, Antonio

Dussan, Juan Nepomuceno, Juan Francisco Urrutia, Juan Esteban Zamarra, Alejandro Ortega, Indalecio Liévano, Fidel Pombo y Manuel H Peña. En Gabriel Poveda Ramos. (1993). “Ingeniería e historia de la técnicas”, en Historia Social de la ciencia en Colombia, Vol. IV, Bogotá. Colciencias.

86 SAFFORD, Frank,. (1989) El ideal de lo práctico. Universidad Nacional. El Áncora Editores, Bogotá,

1859-1860 Cornelio Borda ejerció la dirección del Observatorio, en 1862 Indalecio Liévano retoma la dirección, quien Junto a José María González Benito creó el cuerpo de Ingenieros de Estado, institución que adscribieron al Observatorio Astronómico, para que además de seguir haciendo trabajos de meteorología práctica se hicieran cálculos de las alturas. Y para 1867, después de clausurado el Congreso, que recayó en el poder de Santos Acosta una vez iniciada la guerra civil de ese año, el observatorio se empleó como cárcel del Estado por Tomás Cipriano de Mosquera, hasta el mes de Noviembre. En ese lapso, se canceló el Colegio Militar nuevamente, y los profesores, alumnos y el presupuesto pasaron a la Universidad Nacional de Colombia, que también se fundó en ese año.87

Desde ese momento el Observatorio se le encargó al Señor González Benito, uno de los actores centrales de este trabajo y quien le empezó a apostar más a la astronomía nacional, relacionándola con astrónomos de renombre y dotando a la institución con instrumentos para emplearlos en estudios más profundos sobre los astros, además de transferirle el contacto a la Escuela de Ingeniería, y Con esto a la Sociedad Colombiana de Ingenieros.

Para la autora Clara Helena Sánchez:

La fundación de la Sociedad Colombiana de Ingenieros significa la consolidación de un gremio de profesionales indispensable para el desarrollo social y económico del país; la escuela de Minas de Medellín, rival de la Escuela de Ingeniería de Bogotá, tendrá un fuerte impacto sobre la industrialización de país con la formación de ingenieros con mentalidad empresarial, y el título de profesor de ciencias Matemáticas refleja el deseo de una élite intelectual de formar profesores ilustrados interesados en el estudio de las matemáticas, independiente de sus posibles aplicaciones prácticas.88

Tuvieron que pasar alrededor de cuarenta años formando ingenieros en el Colegio Militar, la Escuela de Minas y la Universidad Nacional para que en el año de 1887 hubiese un número considerable de profesionales decididos a integrarse en una sola institución para hacer respetar su profesión, defendiendo sus cualidades en los proyectos de desarrollo material del país, muchos de los cuales estaban siendo llevados a cabo por extranjeros o personal no calificado para estos oficios. Según Frank Safford, los ingenieros de este

       

87ARDILA Y RESTREPO.

88 SÁNCHEZ, BOTERO. (2002) Clara. Matemáticas e Ingeniería en la República Conservadora. En: “Miguel

período alegaban que el 80 por ciento de los aproximadamente 200 ingenieros y agrimensores que había en todo el país para este período, se encontraba desempleado89. Mientras que los puestos técnicos los estaban desempeñando de manera empírica militares, abogados, médicos, periodistas, políticos, literatos, comerciantes, comisionistas y otros más.90

De esta manera, en el discurso de posesión el señor Abelardo Ramos, como primer presidente de la Sociedad expresaba lo siguiente:

Construir en sociedad científica a los ingenieros, Agrimensores, Arquitectos, Mecánicos, Profesores de Matemáticas y Naturalistas y crear un órgano de publicidad dedicado a los estudios más elevados de las mejoras materiales del país, a la investigación científica en el vasto campo de las matemáticas puras y aplicadas, así como de las ramas congéneres de las Ciencias Naturales… 91

Para los ingenieros era de vital importancia ser contratados para dirigir, o por lo menos, participar en la construcción de ferrocarriles, que en su mayoría estaban a cargo de empresas extranjeras. Por ende, se empezaron a publicar los Anales de Ingeniería revista científica e industrial, que la Sociedad, como una entidad enteramente nacional, empezó a publicar poco después de haberse fundado. Según Diana Obregón, este periódico se presento como un “eco al patriotismo”, “vocero de la ciencia”, y dejaba de lado de manera sistemática cuestiones políticas, religiosas y morales. Sus pretensiones se vinculaban a lo científico y a lo técnico exclusivamente.92 También, Clara Sánchez expresa con respecto a los Anales de Ingeniería, que junto a La Revista Médica se constituyeron en los dos medios de divulgación científica más importantes de la época lo siguiente:

Los Anales, como medio de difusión de la sociedad Colombiana de Ingenieros, fue consecuente con sus objetivos; en ellos, por lo tanto, encontramos gran variedad de temas: decretos, informes, noticias, biografías, necrologías, cursos de matemática por entrega, publicación de tesis, experiencias de viajes, precios de los materiales de construcción, tablas astronómicas, y mucho sobre la construcción de

       

89

SAFFORD. (1989) Op. Cit, p209 y 213

90Anales de Ingeniería, Vol. I, No. 1, 1887, p 9 91Anales de Ingeniería, Vol. I, 1888, p8

92 OBREGÓN Diana. (1992). Las sociedades científicas en Colombia. Bogotá. Banco de la República, p113-

ferrocarriles, principal medio de transporte intermunicipal a finales del siglo XIX y comienzos del XX… 

93

Sin embargo es debatible que un órgano como la revista Anales de Ingeniería surgiera con motivaciones exclusivamente técnicas y científicas. Primero, antes de hacer “eco a la patria”, o ser “vocera de la ciencia”, quiere reflejar los valores culturales y los intereses particulares de toda una comunidad científica como lo fue y lo sigue siendo la de los ingenieros en nuestro país. Además de tomar la ciencia como una actividad realizada por ciertos hombres y de demostrar su relevancia dentro del mundo cultural, en una revista como esta se plasmaron toda una serie de discursos, que no solamente daban cuenta de la actividad científica en sí, sino que éstos se emplearon para hacer una representación del mundo social en el marco de la Esfera Pública. Con respecto a esto, desde un comienzo la revista dejó bien en claro sus objetivos, en el editorial 1 se puede encontrar lo siguiente:

En sus Columnas aparecerán… los estudios… que se consideren de mayor importancia… para el desarrollo… de las empresas materiales, y para… el cultivo de las ciencias matemáticas entre nosotros. Todo lo que pueda contribuir a la creación o mejora de industrias útiles, a la apertura de vías… de comunicación, a la vulgarización de… conocimientos de interés universal, a la aclaración de puntos teóricos o prácticos… en el campo… del análisis científico, a la adopción de sistemas ventajosos en nuestras construcciones, a la prosperidad de nuestra Escuela de Ingeniería, … tales son los temas a que está llamado a desarrollar este nuevo colaborador de la prensa colombiana.94

El mundo social y cultural dentro del que se inscribe La Sociedad Colombiana de Ingenieros y por ende el de los Anales es el de la Regeneración, y tal vez estas palabras del señor Abelardo Ramos acabadas de citar calaron muy bien dentro de ese nuevo ambiente político e ideológico que se estaba viviendo. Como los sostiene Fréderic Martínez, el nombramiento de Rafael Núñez como presidente en 1880, retomó bajo un nuevo emblema político la construcción nacional que no habían concluido los radicales; lo novedoso de esa nueva construcción del Estado-nación se cimentó bajo la insignia del orden. A grandes rasgos, el régimen de la Regeneración se caracterizó por la importancia que se le dio a la autoridad, basada en la instauración del centralismo político y la rehabilitación de la iglesia como principal actor social. Todo esto trajo consigo la instauración de un nuevo sentimiento de identidad nacional, que implicaba por sí un renacer, un retorno a la esencia

       

93 SÁNCHEZ BOTERO (2002). Op, Citp, p 353 94

y una total ruptura con las vivencias políticas anteriores, acompañado de un discurso en torno al progreso y modernización a partir del fortalecimiento de las distintas instituciones del país.95

Con lo que se ha dicho, se puede deducir que la intención de la Sociedad Colombiana de Ingenieros y consecuentemente la de los Anales de Ingeniería, así como la de muchas instituciones y sociedades científicas de finales del siglo XIX, siempre respondió a unos ideales en los que primaba hacer ciencia en pos de construir la nación moderna que se esperaba que fuera Colombia, adhiriéndose con esto a los ideales de la época. Como parte de estos esfuerzos se trató de hacer una divulgación de la ciencia y de conocimientos útiles, dentro de una élite intelectual que buscaba abastecerse de conocimientos prácticos para responder a las necesidades del país y sin transgredir los valores sociales dominantes.

Paralelamente, desde el año de 1880 el Observatorio Astronómico empezó a tener un mayor impulso gracias la obra del ya mencionado ingeniero José María González Benito, quien había sido director de la institución en 1868, en 1871 y finalmente de 1880 a 1892. Este último período fue de gran relevancia ya que estableció una relación estrecha con la comunidad astronómica internacional, principalmente por su relación con el divulgador francés de la astronomía Camille Flammarion, con quien mantuvo una relación estrecha y de la que se hará mención el siguiente capítulo. También fue importante debido a la aceptación por parte del país de las convenciones internacionales sobre la hora y por los trabajos realizados por González B. en su observatorio privado, del cual también se hablará más adelante.

Para este mismo tiempo apareció la publicación Anales del Observatorio Astronómico Nacional de Bogotá, del que nada más se imprimieron seis entregas. Estos incluían una sección astronómica de índole informativa, una sección meteorológica que incluida los cuadros mensuales de observaciones, una sección de variedades y una de correspondencia de la dirección del Observatorio. Su principal colaborador para estas tareas fue el doctor

       

95

Ruperto Ferreira, pero en otras oportunidades el Doctor Indalecio Liévano y los señores Francisco Montoya, Justiniano Cañón y otros también le ayudaron en el Observatorio Astronómico y en el de su propiedad. Algo que hay que resaltar es que el señor Francisco Montoya realizó una carta celeste de los hemisferios norte y sur, que se reprodujo una gran cantidad de veces y se continúo usando en gran parte del siglo XX.96Paralelamente, los

Anales de Ingeniería comenzaron a publicar de manera anual “las efemérides del sol, la luna, y de las principales estrellas ecuatoriales” tomando el dato de las efemérides americanas que publicaba el observatorio de Washington.

Un debate en torno a la importancia para los ingenieros de poseer conocimientos prácticos en astronomía y su pertinencia para el progreso material de nación, se entabló alrededor del plan de estudios de la Escuela de Ingeniería, por parte del señor Abelardo Ramos, quien era partidario de poner en el plan una asignatura con el nombre de Elementos de Astronomía y Geodesia y lo manifestó de la siguiente manera en los Anales:

En cuanto a la astronomía, basta saber que sin ésta, la geodesia no puede ser completa ni satisfactoria en sus obras. Pero no nos referimos a la astronomía descriptiva y elemental, sino a la astronomía práctica. El ingeniero debe ser capaz de tomar la posición geográfica de cualquier lugar con exactitud y ciencia. Y para saber bien esto, con toda perfección, debe ser capaz de hallar una longitud con el cronometro o con el telégrafo, por culminaciones lineales o por eclipses de los satélites de Júpiter, por distancias lunares o por eclipses de sol o de luna; lo mismo para la latitud, el azimut, la hora: En una palabra, debe saber astronomía práctica.97

Sin embargo, y a pesar de esta tentativa, en los dos numerales siguientes de la misma revista el señor Ruperto Ferreira manifestó su descontento al respecto diciendo:

Nos parece que si alguna materia debe enseñarse en extenso, la menos a propósito, sería la astronomía, para aquí donde no poseemos si siquiera un observatorio astronómico bien montado. Los astrónomos quedarían sin ocupación, pues son ingenieros prácticos en otros ramos de la ciencia los que necesita la Nación, para avanzar en la vía del progreso en que ha entrado.98

Cuestiones de este tipo ponen de relieve que el interés hacía la ciencia por parte de quienes eran los encargados de realizarla, pasaba por la necesidad de incorporarla dentro de un marco específico, para que de tal manera ésta aportara y diera respuesta a necesidades locales y esencialmente prácticas. Esto dejó como resultado que no se le prestara mucha

       

96 ARIAS de Greiff (1993). Op. Cit, p247. 97Anales de Ingeniería, Vol. I, No. 8. 1887. P 228 98

atención al desarrollo teórico de las de las ciencias. En referencia a esto, el historiador Camilo Quintero menciona que la astronomía en Colombia a finales del siglo XIX y comienzos del XX se debatió entre el uso de la ciencia como medio teórico para dar respuesta a los intereses internacionales de la ciencia, o emplearla como un instrumento práctico en un país en proceso de industrialización y expansión económica. En este sentido, destaca que a pesar de que González Benito fue nombrado como director del Observatorio para que impulsara el enfoque técnico que se le pretendía dar a la educación superior en Colombia, es importante ver que desde un principio, él se inclinó por desarrollar de manera teórica la astronomía, cuestión que estuvo opuesta a las intensiones del Estado. Durante toda la década de 1880, González trabajó para que el Observatorio se incorporara en diferentes problemáticas de nivel internacional.99 Además, entre los principales trabajos que se realizaron en el observatorio durante la dirección de González fueron la observación del paso de Mercurio de 1881, del paso de Venus frente al disco solar; la observación de cometas, observaciones planetarias, de estrellas fugaces y de actividad solar. Parte de estos trabajos, así como información acerca del observatorio, se publicaron en L´Astronomie, revista de la sociedad astronómica de Francia. No sólo González fue miembro de esta reconocida sociedad, también lo fueron Julio Garavito, el General Rafael Reyes y el doctor Luis Zea Uribe.100

En este sentido la salida de González Benito del Observatorio se daría en el mismo centro de la comunidad de ingenieros, al existir una perspectiva esencialmente práctica, en donde la producción científica se presenta como un instrumento necesario en cuanto tiene un uso específico en la sociedad. Dentro de esta línea, para Abelardo Ramos el estudio de los cometas, las fases venusinas, o la composición de la atmosfera de Marte son temas menores y el uso de la astronomía debería tener un carácter pragmático. En otras palabras:

El estudio teórico de cualquier ciencia exacta es un lujo que solo se pueden dar aquellos países que tienen los medios económicos para hacerlo; el conocimiento científico en los países menos desarrollados debe ser usado para suplir necesidades y sacar un provecho económico de este.101

       

99 QUINTERO. (2002). Op. Cit, p 15-20 100 ARIAS DE GREIFF. (1993). Op. Cit, p248 101

En medio de este panorama, y al no ajustarse a las necesidades del país, González Benito fue director del observatorio hasta el año de 1892, y se dio paso a la gestión del señor Julio Garavito Armero, que es reconocido como uno de los científicos más eminentes de toda la historia de Colombia. A los ojos de la comunidad de ingenieros y de la sociedad en general, Garavito se presentaba como aquel personaje que podría darle el enfoque práctico a la astronomía nacional. Garavito fue titular del diploma de ingeniero y profesor de matemáticas, y aparte de dedicarse a la astronomía se interesó por la física, la epistemología y la economía política.

Desde que Julio Garavito tomó las riendas del Observatorio, tomó forma la idea de hacer astronomía en pos de los nuevos intereses económicos y políticos del país, y de esta manera empezó a publicar toda una serie de artículos en los Anales de Ingeniería que llevaban el nombre de “Determinación Astronómica de Coordenadas Geográficas”. Allí mostró los métodos más útiles para determinar la latitud y la longitud de cualquier lugar en el país. Lo innovador del trabajo de Garavito residió en que ya casi todos estos métodos eran aplicables en países netamente septentrionales, él realizó algunas modificaciones a estos métodos para que se adaptaran a las necesidades y a los instrumentos con los que se contaba en Colombia.102

Como astrónomo, realizó diversos descubrimientos útiles, entre los principales se encuentra la modificación que le hizo al método de Talcott para poder realizar la medida de la latitud en Colombia103, como también la ubicación latitudinal de Bogotá, los cometas que pasaron por la tierra en los años de 1901 y 1910, (este último conocido como el cometa

       

102 QUINTERO. (2002). Op, Cit, p30

103 La medida de la latitud, se realizaba usualmente con el método de Talcott, para el que se necesitaba un teodolito especial que tuviera un pequeño hilo horizontal en el ocular que se pudiera desplazar y un tornillo micrométrico que pudiera medir la magnitud de este desplazamiento. La medición de la latitud de un lugar específico se hacía calculando el desplazamiento relativo de una estrella frente al cenit, ayudándose del hilo horizontal y el micrómetro. En Colombia, eran muy pocos lo teodolitos que tenían varios hilos horizontales que permitían hacer la misma medida pero con menos exactitud. Garavito, siguiendo de cerca una modificación hecha por el astrónomo mexicano Francisco Díaz Covarrubias, excluyó la necesidad del micrómetro calculando y promediando las diferencias cenitales de varias estrellas que se encontraran a

Documento similar